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Concepto
En vez de hacer declaraciones públicas sobre la situación de los derechos humanos, ciertos Estados
y otros actores en el escenario internacional pueden aplicar la diplomacia tranquila, es decir “tener
debates confidenciales a puerta cerrada y lejos de los ojos del público. Emisarios pueden celebrar
reuniones con funcionarios extranjeros para hablar de una situación específica en materia de
derechos humanos o para pedir el cese de determinadas acciones. Constituye a veces una manera
útil de plantear objeciones y preocupaciones a la parte ofensora sin correr el riesgo de desencadenar
controversias o protestas generalizadas. Puede ocurrir que un gobierno al que se proponga esta
forma de diplomacia sea flexible si puede evitar de esta manera una imagen pública de gobierno que
cede frente a presiones extranjeras. La diplomacia tranquila es evidentemente difícil de seguir y
evaluar”. En algunos casos, este método diplomático ha sido criticado por los defensores de los
derechos humanos quienes temen que sea equivalente a una “diplomacia silenciosa” como
consentimiento a las violaciones de los derechos humanos.
Referencia/Fuente
Forsythe, David P. Human Rights in international Relations, Cambridge University Press,
Second Ed., 2006, p. 155.
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