“Actualidad del Pensamiento del Libertador Simón Bolívar” Discurso del Presidente de la Sociedad Bolivariana del Perú, Gustavo Bacacorzo, en la Ceremonia conmemorativa del 221° Aniversario del natalicio del Libertador Simón Bolívar y el Día de la Unidad Andina Lima, 23 de julio de 2004 Señoras y Señores: El principio del fin monárquico para muchos países de América fue el juramento a las grandes y hasta ahora muchas de ellas inéditas decisiones: “Juro delante de Ud., -- le dice el joven Bolívar a su maestro Simón Rodríguez — juro por el Dios de mis padres; juro por ellos, juro por mi honor, y juro por la Patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que no haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español”. Pero la América toda —Norte, Centro y Sur — por ese impulso vital de las necesidades impostergables de transformaciones propias de los pueblos sojuzgados, avasallados 300 años, busca la luz de la libertad sin haber alcanzado tampoco la madurez que lleva a las naciones por los caminos conscientes de los esfuerzos y sacrificios requeridos por las sociedades necesariamente maduras. Son esta clase de conglomerado humano la que con el sacrificio lleva invívita la dirección que ha de tomar el grupo dirigente, lo suficientemente diestro para arribar a posiciones de éxito; situación que no podría tener ninguna nación americana; quedando pequeños núcleos aztecas, mayas, incas y chibchas, sobrevivientes del exterminio europeo de los siglos XVI, XVII y XVIII, con el respectivo saqueo respaldado o tolerado por los grandes imperios europeos empeñados en lograr fieramente las tierras y riquezas americanas, con el forzado trabajo, de sus antiguos dueños. Ni México ni Perú —las dos más poderosas colonias continentales—podían haber conservado y menos adelantar en la preparación de clase dirigente alguna, pues las órdenes venían de España o de otros imperios para su mera aplicación en la América; subsistiendo esta modalidad hasta el primer tercio del siglo XVIII, fueron precisamente objeto de escarnio de los pueblos que atravesaron el Atlántico. Desaparecieron, pues, las más connotadas culturas americanas con las triples invectivas político-económicas, sociales y también religiosas; invectivas culminadas por atroces atropellos. Tales fueron las barbaridades generalizadas que en el virreinato peruano calcúlase una población inicial del oleaje invasor del siglo XVI en 10 o 12 millones de seres humanos en prosperidad, reducidos —no aumentados como debiera ser— a la cantidad de un millón doscientos mil seres vivos, lo que simultáneamente significa un gravísimo fenómeno de empobrecimiento general: sino también un descomunal esfuerzo para los seres sobrevivientes de la hecatombe y —por cierto también-- para las nuevas generaciones agobiadas por la labor productiva, en especial la que debe cumplirse diariamente y de por vida en los socavones mineros, cuya extirpación o mejoramiento humano clamó Tupa Amaro, y que fue una de las más enérgicas protestas de quien era probadamente descendiente de los incas. Esta introducción era necesaria recordarla en este ilustre escenario, al que auguramos sea potente luz que ilumine a los pueblos que lo han creado, los que deben mantenerse alertas contra vientos huracanados —si no en contra—sí para minimizar su rol protagónico de la más excelsa y urgente necesidad de mejor vida deseada y prevista. Es, pues de admirar que en estas condiciones deprimentes para la América —sobre todo para la del Sur—haya surgido una personalidad genial como ninguna otra hasta el presente, que es en verdad El genio de América, Simón Bolívar, faro orientador, seguro, humano y grandioso. Rogamos al distinguido auditorio que se permita al orador brevísima digresión, que se encontrará justificada: en el Perú, cargado de cadenas, aparecen en 1748 un predecesor de Bolívar, que es don Juan Pablo Viscardo y Guzmán, celebrado autor de la célebre Carta a los Españoles Americanos”, publicada en Londres —aunque con pie de imprenta de Nueva York, para evitar persecuciones personales y la consiguiente fogata de papeles enérgicos de la historia-- Es uno de los semidesconocidos defensores de la Independencia y aun de la integración de todo el Continente, que va del polo norte a las cercanías de la Antártida; y que con su hermano Josef Anselmo peregrinaron por Europa, terminando sus existencias por terrible hambre que no pudieron saciar! Partían heroicamente del principio humanitario y también político de que “La América es una sola grande familia de hermanos”. Así lo afirmaban en 1791 cuando escriben en Francia y en francés su celebre Carta a los Españoles Americanos. Bolívar se estrena como gran figura intelectual de amplísimo espectro y acciona consiguientemente como sociólogo, político, filósofo, estratega, economista y estadista, con su famosa ‘Carta de Jamaica” (1815), con apenas 32 años de edad y ya con el grado máximo militar de capitán general de Nueva Granada. Ahora bien, el concepto “bolivarismo” es la admiración que se exterioriza hacia la obra y el pensamiento de Simón Bolívar, según postula Enrique D. Tovar. Pero, como también hay una segunda y mejor acepción, que dice que es la “Doctrina de política internacional que preconiza la unión de las repúblicas latinoamericanas, como un medio de afianzar la independencia y desterrar cualquier pretensión extranjera que pueda lesionarla”(l) Se le ha opuesto el “monroísmo”(2), pero Bolívar va más lejos con objetiva realidad, pues tiene una posición diferente y radical al respecto, cuando dice: “Los americanos del norte y los de Haití, por solo ser extranjeros, tienen el carácter de heterogéneos para nosotros. Por lo mismo jamás seré de opinión de que los consideremos para nuestros arreglos americanos (3). Y agregaba “Los Estados Unidos parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miserias a nombre de la libertad”. No olvidemos ni separemos los dos grandes conceptos, que son secuenciales: la Independencia y la Integración. El primero es imposible de subsistir sin la garantía, que es el segundo. Y un egregio peruano corno don Francisco García Calderón hijo, reforzando los dichos del Genio de América nos dice que “Bolívar es el más grande de los Libertadores: Es el Libertador” ¡Hay entonces que seguir los dictados del gran Venezolano! Gracias. Bibliografía (1) Alberto Tauro del Pino. Enciclopedia Ilustrada del Perú. Edición. Lima. 2001 PEISA; Tomo 3. p. 377. (2) América para los americanos. (3) Carta a Santander, de 30-5-1825. (4) G. Bacacorzo “Bolívar y la Integración” Rey. Bolívar, N° 19. Lima, Diciembre 1978, p.55-59. (5) Jorge, Gustavo y Xavier Bacacorzo. Bolívar el Libertador en visión rutilante, Lima, 2001. (6) G. Bacacorzo. Bolívar (1783-1983). Comisión Nacional del Bicentenario del nacimiento del Libertador Simón Bolívar — Sociedad Bolivariana del Perú — Municipalidad Metropolitana de Lima. Lima, 1983.