Las Leyes de Reforma: su actualidad Ministro Sergio A. Valls Hernández Conflictos de límites entre los estados de la república Organización Editorial Mexicana 29 de noviembre de 2012 El 15 de octubre del presente año se publicó la reforma constitucional que modificó los artículos 46, 76, fracción XI, y 105, fracción I, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, entrando en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. Los preceptos 46 y 76, fracción XI, constitucionales, en esencia, establecían que a falta de acuerdo de las entidades federativas para arreglar entre sí sus respectivos límites territoriales por medio de convenios amistosos aprobados por la Cámara de Senadores, cualquiera de las partes podría acudir ante dicha Cámara para que resolviera de manera definitiva el conflicto mediante decreto aprobado por el voto de las dos terceras partes de los individuos presentes. Por tal motivo, el diverso 105, fracción I, señalaba que la Suprema Corte conocería de las controversias constitucionales, con excepción a lo establecido por el citado artículo 46. Ahora bien, con esta reforma constitucional se dispuso que de no existir el convenio amistoso aprobado por la Cámara de Senadores, a instancia de alguna de las partes, la Suprema Corte de Justicia de la Nación conocerá, sustanciará y resolverá con carácter de inatacable, las controversias sobre límites territoriales que se susciten entre las entidades federativas; eliminándose, por tanto, la excepción contenida en el artículo 105, fracción I, constitucional. Esto es, se trasladó la facultad de la Cámara de Senadores para resolver de manera definitiva sobre los conflictos territoriales entre los estados de la república, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Es importante precisar que la facultad para dirimir conflictos territoriales le fue otorgada a la Cámara de Senadores en un principio por medio del decreto de ocho de diciembre de dos mil cinco, pues, con anterioridad, fue competencia de la Suprema Corte, únicamente cuando los conflictos de límites territoriales entre los Estados fueran de naturaleza contenciosa. En dicho decreto se estableció que se debería crear una Comisión de Límites de las Entidades Federativas del Senado dentro del período ordinario de sesiones siguiente a la entrada en vigor de éste, y además, que se emitiera una ley reglamentaria sobre dicha facultad; sin embargo, ésta última nunca se expidió. Así, en las iniciativas de reforma que ahora nos atañen (15 de octubre de dos mil doce), entre otras cuestiones, se expuso que al devolverse esta facultad a la Suprema Corte se busca que los conflictos entre entidades federativas sean resueltos por una autoridad jurisdiccional, es decir, los problemas de límites territoriales al impactar en el ejercicio de competencia de un estado, resultan de naturaleza constitucional, por lo que es una cuestión que debe ser atendida por el máximo tribunal del país, toda vez que es el órgano público encargado de salvaguardar el principio de supremacía constitucional y, con ello, el único facultado para invalidar todo acto contrario a la Ley Fundamental. Asimismo, se dijo que no había existido ningún impulso para reglamentar la facultad concedida al Senado de la República, con la consecuente paralización de la Comisión de Límites al no contar con reglas a seguir. Finalmente, que no se había tenido la capacidad política de entrar al análisis de los asuntos, ya que se requiere un estudio jurídico profundo en donde se valoren los antecedentes, hechos y cada una de las pruebas ofrecidas por las partes, con un perfil de conocimientos técnico- jurídicos, con los cuales cuenta el Poder Judicial de la Federación, en específico la Suprema Corte, pues es la encargada de administrar e impartir justicia. Considero que con esta reforma, las entidades federativas tendrán dos posibilidades o instancias para solucionar sus conflictos territoriales; en primer término, los estados podrán convenir arreglos amistosos avalados o aprobados por la Cámara de Senadores del Congreso de la Unión y, en segundo lugar, en caso de no ser posible un acuerdo, cualquiera de las partes en conflicto, podrá acudir a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que, en definitiva, se resuelva el conflicto de límite territorial. Recordemos que nuestro país es una República representativa, democrática, federal, compuesta de estados libres y soberanos en todo lo concerniente a su régimen interior, pero unidos en una Federación establecida según los principios de la Constitución General, por lo cual resulta de suma importancia que los conflictos territoriales puedan ser resueltos y, que mejor, por la Suprema Corte, que ha tenido a su cargo los juicios de controversias constitucionales, consistentes en salvaguardar las distribución de competencias entre los órganos del Estado, niveles de Gobierno y poderes públicos, y a la que ahora se suma la facultad de dirimir conflictos territoriales entre las entidades federativas. *[email protected]