El cartel que motiva el presente PDP trata de plasmar el espíritu y

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El cartel que motiva el presente PDP trata de plasmar el espíritu y contenido del mismo. Destaca como elemento
central una Tablet que nos une a la era digital en la que vivimos y que quiere ser un guiño al tiempo presente en el
que se encarna nuestro plan. Compartir como nos dice el Concilio: “Las gozos y las tristezas, las alegrías y las
esperanzas de los hombres” es la motivación principal por la que se elabora el presente Plan y por eso la gran línea
de marcha es la Nueva Evangelización; “nueva en su ardor, nueva en sus métodos y nueva en sus expresiones”.
Una Tablet que lleva en la parte superior el nombre de la Diócesis que es la que nos “ofrece el servicio de este nuevo
PDP. Además aparecen, junto con los símbolos de la cobertura total -aludiendo a la sintonía con el querer del
Espíritu y sus inspiraciones y en comunión con la Iglesia- y el símbolo indicador de la carga de la batería llena,
necesario para no desfallecer en el camino y llevar, sin cansarnos, a buen término lo programado, ambos necesarios
para afrontar los retos que se nos presentan.
La imagen central refleja aquel encuentro que nos narra el evangelio de Lucas. Jesús, resucitado, llevando en su
cuerpo las necesarias heridas luminosas del amor, levantado del aparente fracaso, ha salido a buscar a sus discípulos
cansados, defraudados y desanimados en el camino. Las líneas del suelo que nos recuerdan una carretera, nos unen
a este momento histórico que nos ha tocado vivir. No son estos peores ni mejores tiempos que otros, son
simplemente nuestros tiempos, en los que el Dios de la vida ha salido también a buscarnos para recuperar, como en
los de Emaús, o los de El Hierro, La Gomera, La Palma o Tenerife, nuestras ilusiones y ganas perdidas. Para ayudarnos
a regresar a aquel primer encuentro que tuvimos con Él, cuando se iluminó la existencia y supimos que merecía la
pena entregarle la vida y enviarnos como misioneros del Evangelio a un mundo que, sin saberlo, le necesita.
Por eso, en nuestro camino, se pone Él y se detiene la marcha, y comienza el diálogo sincero y profundo y se abre el
corazón, y se vuelcan los anhelos y las tristezas, las alegrías y las esperanzas. Dos pares de pies junto al Maestro,
unos detenidos para escuchar y dispuestos a ponerse en camino y otros, después de haber escuchado, comenzando
a reempreder la marcha. Ambos discípulos y misioneros del Resucitado: “Lo que hemos visto y oído os lo
anunciamos”. Cuando el Señor llega, todo se ilumina, y se disipan las dudas, y entendemos que todo lo vivido hasta
llegar aquí “era necesario” porque es en mi historia donde Dios me salva. Entonces arde el corazón y se abren los
ojos. Y apresuramos el paso para contarle a todos la maravilla del encuentro y el cumplimiento de su Palabra.
Sólo entonces entendemos que lo principal, remarcado por el botón más grande, es el amor porque hemos sido
amados primero. Ya decía Pablo VI que “no tenemos derecho a evangelizar a los que no amamos”. Esa tiene que ser
la música de fondo y la mayor aplicación a cada una de las líneas de acción del Plan. Para luego, junto a esto,
Impulsar, corregir e implantar todo aquello que sugiera el Espíritu a nuestra Iglesia Diocesana. Sólo por Cristo, con Él
y en Él es posible llevar adelante todo y eso simboliza el botón de retorno con la cruz.
Toda la imagen de la Tablet y de los botones se reflejan en el lema escogido y sobre nuestras islas. Esa es la misión
de un PDP, reflejar en nuestra realidad el querer de Dios y “establecer todas las cosas según Cristo”. El pendrive,
resume todo lo anteriormente dicho y contiene la temporalización del presente documento.
El cartel se cierra con una media luna con los colores de la Diócesis que insinúa la actitud de fondo para hacer
posible todo lo anterior: La alegría de la evangelización.
Diseño gráfico: Elluz Cuyares
Dibujante: Abel Llanos.
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