16 INFORMACION GENERAL La Plata, domingo 30 noviembre de 1997 LAS FAMILIAS “ROMPECABEZAS” Traer hijos al mundo En general los hijos siempre se asocian a los matrimonios felices, así, la disminución de nacimientos demuestra que con los años fueron más las parejas que sufrieron crisis que acabaron con la clásica estructura familiar Vínculos familiares Son formas novedosas de familias y parentescos. El hogar ya no se reduce a los padres y los hijos. Ahora también incluye a medio hermanos, las nuevas parejas de los padres y a sus propios hijos Nacimientos: En 1980: 25 cada mil habitantes En 1995: descendió a 19 cada mil habitantes Fuente: Fundación Familia XXI En ese período los extramatrimoniales subieron al 43% del 29% Se calcula que para el 2000 el 50% de los chicos en el mundo nacerán en familias “ensambladas” Una segunda oportunidad A pesar de que la Ley de Divorcio les permitió a las parejas separadas volver a contraer matrimonio, la mayoría prefirió mantener las uniones de hecho En 1980 los concubinatos formaban el 11,5% de las uniones En 1991 este tipo de uniones aumentaron al 18% Miedo al casamiento Las malas experiencias, así como el temor a la frustración hicieron del matrimonio un rito prácticamente en extinción En 1980 se registraron en promedio 6 por cada mil habitantes Para 1995 bajó a 4,3 casamientos por cada mil habitantes D icen los expertos que en tiempos de globalización y de crisis, las redes sociales se resienten hasta prácticamente desaparecer. En este contexto, aseguran, los únicos vínculos capaces de soportar y que permanecerán a lo largo de los tiempos, son los de la familia. Sin embargo, las estadísticas demuestran que este núcleo contención es fundamental. “En la medida en que los chicos tengan la posibilidad de expresarse, podrán referirse al problema no como un sentimiento tabú”, explicó. Sin embargo, existen ocasiones en que esta dificultad para adaptarse se convierte en algo patológico, “puede haber un miembro que tenga dificultad para adaptarse. Eso requerirá de la ayuda por parte de madre” sin ningún tapujo o vergüenza de algún tipo. Sin lugar a dudas, esto da la pauta de que las relaciones han cambiado de la misma manera que la aceptación social hacia ellas. Así, para las denominadas “familias ensambladas” es común tener hijos “con cama afuera” y planear las fiestas y las vacaciones, con el objeto de compartir el tiempo Modelos al ritmo de la tradición A pesar de que muchos auguran la disolución definitiva de la familia frente al aumento progresivo de divorcios y parejas que conviven en concubinato, los expertos en el tema sostienen que esto, lejos de pronosticar el final, no hace más que dar señales de la existencia de nuevos modelos familiares. En este contexto, para la psicóloga y antropóloga Elba Sarlo, la familia “como toda institución humana es producto de la cultura, por lo tanto, siempre esta sujeta a evoluciones, cambios y modificaciones”. “Más que extinción yo diría nuevos modelos”, afirmó la profesional, “así, lo que hoy día se llama familia tradicional, no lo era en otros tiempos o para otras culturas. En nuestra sociedad ha prevalecido siempre el modelo occidental -regido por los principios de la iglesia judeocristiana-, en el que hay una pareja que se une para toda la vida. Es eso justamente es lo que ha cambiado, desde la ley (a partir de la Ley de Divorcio) y no sólo de los hechos”. La resistencia inicial al cambio Según la psicóloga Elba Sarlo, en general, la primer reacción a las nuevas parejas de los padres “suelen ser de resistencia”, así, en una primera instancia, se puede llegar a entender como un sentimiento normal ya que se reacciona frente a lo desconocido tratando de “eliminar el cuerpo extraño” En este contexto, al decir de la profesional, la -“sagrado” para muchos- sufrió unas cuantas modificaciones a lo largo de los últimos años. Así, hoy por hoy, el esquema familiar se asemeja más a un rompecabezas que a aquella tradicional conformada por una mamá, un papá y los hijos. Y es que en la actualidad, resulta cada vez más fácil encontrar a un chico que con total libertad hable de “la novia de papá” o “mi hermana terapéutica para así poder discernir si ese problema es de esa persona o si hay algo por parte del resto de los integrantes de la familia que no favorece que esa adaptación ocurra”, opinaron distintos profesionales. En todos los casos, los especialistas en terapias familiares señalaron que “para esto se requiere de un gran equilibrio por parte de todos (los que se embar- can en el proyecto de una nueva familia), que a veces es difícil reunir”. Según los terapeutas, casualmente “no son los chicos quienes oponen mayores dificultades o resistencias para poder adaptarse. En este punto suelen haber dificultades por parte de los adultos: hay competencias de por medio, rivalidades, celos, el luchar por un espacio que les sea propio”. Familias en las que los padres vueltos a casar con otros padres permiten la relación entre medio hermanos, van en incremento Este contexto de nuevos modelos, que para la profesional resultan una realidad “inevitable”, no tienen por qué ser positivos o negativos. “En muchas circunstancias este tipo de pareja, como cualquier otra, puede estar muy mal conformada y por lo tanto puede ser negativa para el desarrollo y crecimiento de los integrantes”, señaló. Sin embargo, estas “familias ensambladas” tienen tantas chances de favorecer el crecimiento, desarrollo personal y la evolución de cada uno de sus miembros como cualquier otra familia tradicionalmente constituida. “Esto depende del grado de salud de los miembros, de las posibilidades de ir atravesando distintas etapas en la evolución, del desapego, de favorecer el desprendimiento y también de no permitir que se formen coaliciones entre distintas jerarquías que perjudiquen a un tercero, como por ejemplo, los nuevos hermanos en coalición con la nueva madre, en contra de los anteriores hijos del padre”, ejemplificó Sarlo. La comunicación como medio No dejarlos a un lado La integración dentro de un mismo núcleo familiar puede resultar en ocasiones, tanto para los hijos de anteriores matrimonios como para los que llegan, generadores de conflictos que la pareja debe afrontar en conjunto. En general han asistido a un proceso previo de “desintegración” de la familia anterior y no poseen hábitos ni costumbres en común que funcionen con las mismas reglas. Una de las soluciones más fáciles para tratar de alcanzar una convivencia en armonía, es logrando una buena comunicación a nivel de todos los integrantes del nuevo núcleo. La receta parecería ser encontrar un espacio en el que se encuentre la libertad de expresar los sentimientos de cada uno hacia los demás, donde no esté prohibido llegar de la casa del papá o de la mamá y hablar de las cosas que se compartieron en ese otro ámbito -tanto las buenas como las malas-. Crear un espacio donde escuchar esto y compartirlo con la mayor naturalidad. Los signos de un nuevo compromiso de la Iglesia para con estas “nuevas realidades familiares” ya han comenzado a hacerse evidentes. Así, fue presentada hace pocos días una petición en el Vaticano, ante el Sínodo de Obispos para América, para que la Santa Sede permita el acceso al sacramento de la Eucaristía a las parejas de divorciados o no casados. Se ha dado una apertura al diálogo con todas las instancias sociales y con la cultura contemporánea, incluida la “alejada de la fe”, así como dentro de la Iglesia con los creyentes marginados, como es el caso de las parejas irregulares. En nuestro país el acercamiento se da tibiamente por el momento. Sin embargo, aunque propicios a la apertura, los sacerdotes también sostienen con vehemencia que “no deben dejarse a un lado los esfuerzos en favor del fortalecimiento de la familia tradicional” independientemente de la aceptación de las irregulares. INFORMACION GENERAL La Plata, domingo 30 noviembre de 1997 que se modifican con el tiempo que se pasa con cada progenitor. Resulta obvio el hecho de que no es fácil para ninguna de las partes asumir que hay fotos familiares que no volverán a repetirse y que la historia personal tendrá un antes y un después de ese día en que papá o mamá se fue a vivir con esa “otra” persona. Familias “normales” Según los profesionales, esta nueva forma de parentesco puede funcionar de la misma manera que cualquier otra familia. Al decir de Elba Sarlo, psicóloga y antropóloga, “la relación se puede abordar desde distintos lugares y puntos de vista: desde los padres, los hijos y también la pareja”. En lo que hace a los hijos -los que más sufren los divorcios y uniones de sus padres-, será de suma importancia que exista en el seno de esa nueva familia un espacio para poder trabajar, hablar y establecer juntos una nueva comunicación. Además, “el poder descubrir que sus papás son capaces de volver a amar a otra persona e inclusive que pueden procrear nuevamente es positivo, más allá de los celos, que son la primera reacción que los hijos suelen tener ante el advenimiento de los hermanos y que más tarde se convertirá en amor”, agregó. Los profesionales suelen opinar que para los más pequeños es sumamente positivo ver que en sus padres no permanece el resentimiento ni el estancamiento frente al fracaso de matrimonios anteriores. Al mismo tiempo, “al no quedar sus padres tan ligados a ellos, haciéndoles ocupar un lugar que no les corresponde, los hijos pueden recrear el espacio de la pareja escindida”, afirmó. En la Argentina comenzó a darse una aceptación por parte de la Iglesia a los católicos que viven situaciones maritales irregulares. La sociedad se acostumbró más fácilmente a la situación, aunque todavía critica lo que considera como situaciones tansgresoras La sociedad y la Iglesia aceptan situaciones “especiales” pero no dejan de criticarlas 17