Criminologia, Presente y Futuro

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Criminologia, Presente y Futuro
José Antonio Cruz Astorga
Se pretende exponer como es hoy la Criminología y la funcionalidad que puede tener
mañana como ciencia multidisciplinar e investigadora de la criminalidad. Para ello, se
analiza de una manera breve qué es la Criminología, a través de su concepto y caracteres; y
para qué sirve, desarrollando su objeto, métodos y relaciones con otras ciencias, para
finalmente llegar al presente y futuro de la Criminología; que creo (modestamente) debe
estar en la legislación criminal, es decir, la Criminología debe estar aplicada a los
problemas sociales de origen criminológicos, para coadyuvar a los poderes públicos a dar
solución a los mismos.
1. EL CONCEPTO DE CRIMINOLOGIA: CARACTERES.
Existen pluralidad de definiciones sobre criminología, y ello es normal si tenemos en
cuenta su complejidad. Sin embargo, suele admitirse por la opinión mayoritaria que ésta es
una ciencia empírica que se debe ocupar, al menos, del crimen y de la persona del
delincuente, así como de la ejecución de las sanciones penales, de la prognosis y del
tratamiento del infractor[1].
Hoy en día el concepto actual más aceptable de Criminología, mediante la aproximación a
las distintas clases de conocimientos que engloban el saber criminológico y los distintos
ámbitos de la realidad que deben ser analizados para comprender el fenómeno
delincuencial, es el que asume HERRERO[2] y que aquí se comparte, que define a la
Criminología como "Ciencia empírica e interdisciplinar, que se ocupa de las circunstancias
de la esfera humana y social relacionadas con el surgimiento, la comisión y la evitación del
crimen, así como del tratamiento de los violadores de la Ley".
De la anterior definición se deduce el carácter científico-empírico de la Criminología, esto
es, la investigación se funda más sobre observaciones que sobre opiniones. El sólido
fundamento de esta ciencia son los hechos constatados y las observaciones recogidas, a
cuya luz se revisan hipótesis y teorías[3]. A este respecto GARCIA-PABLOS[4] dice que el
criminólogo analiza unos datos e induce las correspondientes conclusiones. Sus hipótesis se
verifican, doblegándose siempre a la fuerza de los hechos que prevalecen sobre los
argumentos subjetivos "de autoridad".
Este carácter empírico lo describe perfectamente E. SEELIG: "Como quiera que los
fenómenos reales sólo pueden ser conocidos por medio de juicios de percepción
(experiencia), la Criminología pertenece a las ciencias empíricas que se sirven del método
inductivo (por oposición al as ciencias apriorísticas, como la Matemática, que extraen
conclusiones deductivamente). Por ello no se puede cultivar en un gabinete; nunca se
podría descubrir por medio de operaciones puramente mentales cómo son realmente los
delitos y cómo reacciona la sociedad ante los delitos cometidos, sino que el investigador
tiene que interrogar a la vida misma ateniéndose con todo rigor a los hechos de la
experiencia. De ahí que haya que rechazar las tendencias que propugnan dentro de la
Criminología métodos especulativos".
También es importe destacar la naturaleza interdisciplinaria de la Criminología, pues el
análisis científico del crimen, como comportamiento individual y como hecho social,
requiere de una pluralidad coordinada de enfoques, ya que cada uno de ellos contribuye
desde su particular óptica a un diagnóstico global, totalizador, del fenómeno delictivo. En
este sentido GARCIA-PABLOS[5] explica que autonomía y especialización no son
principios realmente antagónicos, sino funcionalmente complementarios. La Criminología
es algo más que la Biología Criminal, que la Psicología Criminal o que la Sociología
Criminal, pero tampoco puede prescindir de ellas.
La interdisciplinariedad no sólo es importante para la calidad y valor de cada investigación
en particular, sino que tiene importancia también para la praxis policial y juridicopenal,
incluida la ejecución de la pena. Sólo la exigencia de que la investigación y la crítica se
hagan con arreglo a puntos de vista interdisciplinares pueden garantizar que las cuestiones
relevantes se concentren en el campo de los problemas criminológicos, que el círculo
cuestionable del investigador se mantenga lo suficientemente abierto y aprenda a mirar más
allá de su propia especialidad, trabe conocimiento con puntos de vista ajenos y se ocupe de
ellos.[6]
Como conclusiones a lo expuesto sobre el concepto y caracteres de la Criminología,
podemos decir, en palabras de HERRERO[7], que es una ciencia empírica y aplicada que,
sirviéndose de la observación, la experimentación, la estadística, sin excluir la
reinterpretación y reflexión sobre los datos aportados a través de estos métodos, dirige su
investigación sobre el delincuente, las víctimas, los ciudadanos sometidos a juicio, los
agentes del sistema penal en su interacción, los mecanismos y estrategias, asi como los
oportunos recursos, para conseguir tales objetivos.
Se trata de ofrecer a los ciudadanos, a los legisladores, a la Administración y a la
Magistratura, una imagen cada vez más detallada y precisa sobre los actores y el escenario
físico y social, donde se desarrollan los conflictos que reclaman su intervención. Esto
quiere decir que la Criminología no ha de quedarse en una pura ciencia contemplativa o
ilustrativa, sino comprometerse a fondo en transformar, en lo posible, la realidad, de
acuerdo con conclusiones adecuadamente inferidas. La Criminología ha de ser una ciencia
para la praxis, a la que ha de informar, promover y orientar.
Como bien dice DENIS SZABO[8] la Criminología, para existir como disciplina, debía
constituirse en una ciencia y en una profesión. Una ciencia; es decir, una disciplina que
desarrolla sus conocimientos a partir de un "vaivén" continuo entre la reflexión técnica y la
investigación empírica. Una profesión; es decir, una praxis que articula los conocimientos y
la ación, tanto en un plano de políticas criminales como de intervención directa respecto de
individuos y grupos. Lo uno y lo otro se fundamenta al amparo de la multidisciplinariedad.
2. EL OBJETO DE LA CRIMINOLOGIA.
Según la definición de Criminología, el objeto de esta disciplina viene integrado por el
delito, el delincuente, la víctima y el control de la conducta desviada.
a) El delincuente. La Criminología tradicional, por su raigambre positivista, potenció al
máximo el protagonismo de la persona del delincuente, creyendo poder encontrar en una
supuesta diversidad del mismo, patológica, la explicación científica del comportamiento
criminal. Por el Contrario, en la moderna Criminología -de corte prioritariamente
sociológico- el examen y significado de la persona del delincuente pasa a un segundo
plano, desplazándose el centro de interés de las investigaciones hacia la conducta delictiva
misma, la víctima y el control social[9].
b) El delito. Sigue siendo objeto básico de la investigación criminológica, pero el concepto
de "delito", en cuanto implica una referencia obligada a "normas", cambia con la evolución
de la sociedad y de la cultura. Es, temporal y espacialmente, relativo, circunstancial. Del
mismo modo que el contenido y volumen de las conductas que se criminalizan ha variado
ostensiblemente en los últimos cien años[10]. Sin embargo, a la moderna Criminología le
interesan diversas facetas más llamativas del "crimen" que su delimitación formal,
conceptual; preocupa, por ejemplo, su problematización, las funciones positivas que pueda
cumplir como instrumento e indicador del control social, el volumen estructura y
movimiento de la criminalidad, las estrategias criminalizadoras y descriminalizadoras, el
efectivo reparto de la criminalidad entre los distintos estratos sociales, etc.
c) La víctima. El interés por la víctima como objeto de la Criminología y la elaboración
científica de una teoría de la víctima es un fenómeno reciente, que tiene lugar a partir de la
segunda contienda mundial. Aunque parezca paradójico, tanto la Criminología como el
sistema penal han volcado sus esfuerzos de forma exclusiva en el delincuente, abandonando
el estudio de la víctima, que sólo ha merecido de la sociedad compasión[11]. Pero es obvio
que en un futuro próximo el estudio de la víctima atraerá la atención que merece, puesto
que la Criminología dispone ya de un cierto núcleo de conocimientos sobre cuestiones
como: aptitudes y propensiones de los sujetos para convertirse en víctima, tipología
victimaria, relaciones entre delincuente y víctima, grados de coparticipación o
corresponsabilidad de la víctima en el delito, influencias sociales en el proceso de
victimización, daños y reparación, profilaxis criminal, comportamiento de la víctima como
agente informal del control penal, etc.[12].
d) El control social. Finalmente, el análisis científico del control social del comportamiento
desviado ha ampliado y enriquecido el objeto de la investigación criminológica en los
últimos lustros. El mérito es debido, en buena medida, según GARCIA-PABLOS[13], al
labelling approach o social reaction approach, impulso de una Criminología más dinámica e
interaccionista, que desplaza el centro de interés de aquélla del delito y el delincuente al
control social, a la propia reacción social: de las teorías de la "criminalidad" a las de la
"criminalización", cuestionando el propio paradigma "etiológico".
El control social, esto es: el estudio de los "mecanismos" a través de los cuales la sociedad
despliega su supremacía sobre los individuos que la componen, consiguiendo que éstos
acaten sus normas, y de modo muy particular los de carácter "penal" (el control social penal
destaca entre todos los controles sociales por sus fines y medios, representando la dirección
normativa de estructura más formalizada y racional). Debe, pues, ensanchar el ámbito
tradicional de su objeto, incorporando al mismo el análisis científico de los diversos
sistemas normativos del control social (religión, moral, ética, usos y costumbres, terapias
varias), de sus portadores e instancias (Iglesia, opinión pública, ciencias, familia y escuela,
profesión, etc.), estrategias (prevención, socialización, represión), de sus sanciones
(positivas y negativas) y destinatarios, según sus respectivos estratos sociales[14].
3. CRIMINOLOGIA Y CIENCIAS RELACIONADAS CON ELLA.
A.- Criminología y Derecho Penal.
Derecho Penal y Criminología son dos ciencias distintas: la ciencia penal es una ciencia
"jurídica", "cultural", "normativa", del "deber ser"; la Criminología una ciencia "empírica",
una ciencia del "ser". La ciencia penal, en sentido amplio, se ocupa de la delimitación,
interpretación y análisis teórico-sistemático del delito (concepto formal), así como de los
presupuestos de su persecución y sus consecuencias. El objeto de la ciencia penal viene
dado por las normas legales (objeto normativo), y quienes cultivan la misma emplean un
método "deductivo-sistemático" para analizar el hecho "criminal". La Criminología, por el
contrario, se enfrenta al delito como fenómeno "social", y se sirve de métodos empíricos
para examinarlo[15]. Como dice KAISER[16], compete a la Criminología el análisis,
despojado hasta donde sea posible de valoraciones, de las circunstancias y formas reales de
aparición relacionadas con lo que concierne a génesis, desarrollo y control del delito. Sin
embargo, aunque difieren en el planteamiento de los problemas, el proceder metódico y los
intereses cognoscitivos, el delito y el control del delito proporcionan puntos de referencia y
de partida comunes.
A este respecto HERRERO[17], reseña que los sujetos de estudio de la Criminología son,
muy a menudo, los sujetos activos del Derecho Penal. Y éste ha asumido instituciones que
tienen o han tenido su origen en el campo de aportación criminológica: la individualización
de la pena, la dirección de ésta, la acogida de no pocas medidas de seguridad, la libertad
condicional, la condena condicional, la sustitución de penas…
Actualmente parece haberse asumido la idea de que no pueden disociarse la especulación
teórica y el análisis empírico. Que la supresión y control eficaz de la criminalidad requieren
de ambas. Criminología y Derecho Penal deben coordinar sus esfuerzos, sin pretensiones de
exclusividad o intransigencias, pues una y otra disciplina gozan de autonomía por razón de
sus respectivos "objetos" y "métodos", pero están llamadas a entenderse, son
inseparables[18]. Un Derecho Penal distanciado de la investigación criminológica, sin
respaldo empírico, corre el riesgo de convertirse en mero "decisionismo"; la actividad de
los juristas, en simple "especulación" teórica; y la política criminal que lo inspire, poco
sensible a la realidad social y a los conocimientos científicos, carecerá del rigor y seriedad
que garantizan la propia efectividad de las leyes. Una praxis criminológica, desconectada
del Derecho penal, renuncia al único instrumento que posibilita la aplicación práctica del
saber empírico con absoluto respeto de las garantías de seguridad e igualdad que rigen en
un Estado de Derecho.
La legislación y la praxis son cada vez más receptivas y sensibles al conocimiento
criminológico. Y la Criminología se preocupa, cada vez más, por inspirar científicamente
ambas. La Dogmática penal se vuelca, se abre hacia la "realidad social", y las ciencias
empíricas ofrecen su colaboración al legislador. En este proceso de recíproca aproximación
ha jugado un papel decisivo la Política Criminal[19].
B.- Criminología y Política criminal.
La política criminal se refiere, como parte de la política, a la protección de la sociedad con
base jurídico criminal[20]. Como quiera que ningún sistema conocido de defensa de la
sociedad, medido por la criminalidad y sus indeseables efectos, resulta satisfactorio, el
centro de gravedad de la política criminal se halla siempre en la renovación del Derecho
penal, la reforma de la Administración de Justicia penal y del sistema de penas. Por ello no
raras veces se consideran sinónimos Política criminal y reforma del Derecho penal. Por lo
tanto, la política criminal, apunta sobre todo al análisis científico de las correspondientes
reflexiones y procesos de formación de la voluntad del legislador, en especial a la
renovación del concepto de delito y del sistema de sanciones. Pero la política criminal no
puede renunciar a la valoración de los datos empíricos, si es que trata de ser convincente.
La Política criminal, en cuanto disciplina que ofrece a los poderes públicos las opciones
científicas concretas más adecuadas para el eficaz control del crimen, y las alternativas
legales consiguientes, ha facilitado la recepción de las investigaciones criminológicas y su
transformación en preceptos normativos. Ha sido el puente necesario entre el saber
empírico (Criminología) y su concreción normativa (legislación penal). La Criminología
está llamada a aportar el sustrato empírico del mismo, su fundamento "científico". La
Política Criminal, a transformar la experiencia criminológica en "opciones" y "estrategias"
concretas asumibles por el legislador y los poderes públicos. El Derecho Penal, a convertir
en proposiciones jurídicas, generales y obligatorias, el saber criminológico esgrimido por la
Política Criminal con estricto respeto de las garantías individuales y de los principios de
seguridad e igualdad propios de un Estado de Derecho[21]. Por ello, se comparte hoy dia la
opinión de que Criminología, Política Criminal y Derecho Penal son tres pilares del sistema
de las "ciencias criminales", recíprocamente interdependientes.
C.- Criminología y otras disciplinas criminales.
No existe una opinión unánime en torno a las disciplinas que integran la Criminología y las
relaciones entre ellas. Tradicionalmente existe una abierta pugna entre dos concepciones, la
amplia que patrocina la escuela austríaca (concepción enciclopédica) y la estricta.
Para la concepción enciclopédica de la escuela austríaca, pertenecen a la Criminología
todas las disciplinas que se ocupan del estudio de la realidad criminal en sus muy diversas
fases o momentos, tanto en el estrictamente procesal, como en el político-preventivo o el
represivo.
Para la concepción estricta, por el contrario, algunas disciplinas que la concepción
enciclopédica incluye en las ciencias criminológicas quedan segregadas, excluidas.
De acuerdo con la concepción enciclopédica pertenecen a la Criminología[22] las
disciplinas siguientes:
En cuanto a las relacionadas con la realidad:
a) La Fenomenología criminal, que se ocupa del análisis de las formas de aparición de la
criminalidad.
b) La Etiología criminal, que investiga las causas o factores determinantes de la
criminalidad.
c) La Prognosis, que formula los oportunos diagnósticos y pronósticos sobre el futuro
comportamiento y peligrosidad del autor.
d) La Biología criminal, que trata de comprender el delito como producto de la
personalidad de su autor.
e) La Psicología criminal, que indaga las motivaciones de la determinación criminal.
f) La Antropología criminal, que estudia al delincuente como especie viva, destacando la
singularidad y evoluciòn de sus rasgos, así como su relación con el medio ambiente y la
cultura.
g) La Sociología criminal, que analiza el delito como hecho social, como magnitud
colectiva.
En cuanto a las relacionadas con el "proceso":
a) La Criminalística, que versa sobre el modus operandi más adecuado para el
esclarecimiento de los hechos e identificación del autor, y se ocupa de las pruebas,
analizando los métodos científicos existentes para demostrar fehacientemente una
determinada hipótesis. Son subdisciplinas de la Criminalistica, entre otras, la Medicina
forense, la Toxicología, la Dactiloscopia, la Pericia caligráfica, etc.
En cuanto a las relacionadas con la represión y prevención:
a) La Penología, que examina el cumplimiento y ejecución de las penas.
b) La Pedagogía correccional, que se preocupa de orientar la ejecución del castigo de modo
que puede significar un impacto positivo, de reinserción social, en el penado.
c) La Profilaxis criminal, que tiene como meta prioritaria la lucha contra el delito,
articulando las estrategias oportunas para incidir eficazmente en los factores individuales y
sociales criminógenos, anticipándose al crimen.
D.- Criminología y otras disciplinas no criminales.
Entre las ciencias no específicamente criminales relacionadas con la Criminología,
destacan: la Psiquiatría, la Psicología y la Sociología[23].
Psiquiatría y Criminología tienen intereses comunes e intereses diferenciales. La primera se
ocupa de lo psíquicamente anormal, sus causas, manifestaciones y tratamiento. Delito y
delincuente interesan, también, a la Psiquiatría, aunque de forma marginal, pues los
criminales psíquicamente anormales representan sólo una pequeña fracción de los
anormales mentales, y la Psiquiatría abarca, además, otros campos ajenos al problema
específico de la criminalidad anormal. Sin embargo, es obvio, que el examen del campo
psicopatológico que interesa a la Criminología sigue siendo privativo de la Psiquiatría (por
ejemplo, diagnóstico empírico del delincuente en orden a su imputabilidad).
Psicología y Criminología operan, también, como círculos concéntricos y como planos
secantes, con puntos de interés comunes y con intereses y valoraciones diferentes. La
Psicología estudia la "vida psíquica llamada normal" o, si se prefiere, "la conducta y la
experiencia no patológica de cada ser viviente, de los grupos y colectivos, sobre todo del
hombre" y se ocupa del crimen sólo marginalmente. La Psicología forense aporta, desde
luego, una importe red de conocimientos valiosos sobre el crimen, pero la Criminología
analiza éste desde una óptica interdisciplinaria más amplia que trasciende el enfoque
psicológico y no se circunscribe a la persona del autor.
La Sociología persigue, como es sabido, un tratamiento científico sistemático de las reglas
que rigen la vida social y de los mecanismos de control y efectividad de dichas reglas. El
"delito" (esto es, la conducta que se "desvía" de un determinado tipo de "normas": las
jurídico penales) interesa, también, a la Sociología (criminal), aunque no agote el estudio de
éste su objeto, ni tenga en el mismo un lugar prioritario.
Ciertamente, la Criminología no es sólo Sociología criminal, ni un apéndice de ésta:
interesa el análisis del crimen desde otras perspectivas y enfoques, porque la realidad (total)
del fenómeno delictivo es pluridimensional. Pero el análisis sociológico cobra progresiva
importancia en la Criminología, pudiéndose constatar que ha desplazado desde hace
algunos lustros las tradicionales orientaciones biológicas o biopsicológicas.
4. LA CRIMINOLOGIA COMO CIENCIA EMPÍRICA Y MULTIDISCIPLINAR: SUS
MÉTODOS.
La Criminología ha de utilizar, de forma prevalente, el método inductivo, basado en la
OBSERVACION, el EXPERIMENTO y la cuantificación estadística. Sin olvidar, tampoco
que, por su relación con el Derecho penal y demás ciencias penales de carácter normativo,
la Criminología, ha de tener en cuenta los conceptos fundamentales del Derecho penal. A
menos, cuando aborde cuestiones sobre el delito, delincuente y pena[24].
Ahora vamos a ver de modo breve y elemental esos métodos, que no quiere decir que no
existan otras medidas y otras técnicas, sino que se trata de ver simplemente las más
frecuentes y específicas de la Criminología.
1) Estadísticas.
Su objetivo principal es el de ofrecer un panorama descriptivo por medio de la
presentación, estadísticamente realizada, de un mínimo de datos referidos a tres grandes
categorías de hechos: el delito, el delincuente y la actividad del control.
Esta información se refiere al volumen de delincuencia y a sus cambios, a su distribución
local, a la edad, sexo, situación económica, condenas anteriores, estado civil, situación
laboral y otros factores referentes al delincuente, así como detalles de la sentencia, tipo de
criminalidad. Su objetivo es describir cuantitativamente hechos relacionados con la
evolución y características actuales del delito en la población[25].
En España existen, fundamentalmente, como estadísticas oficiales: las confeccionadas por
la Policía, las elaboradas por Instituciones Penitenciarias, las elaboradas por el Ministerio
Fiscal y las Judiciales.
2) Encuestas y cuestionario.
La encuesta es una técnica destinada a investigar algún fenómeno de carácter social (aquí,
la delincuencia), llevada a efecto mediante el correspondiente cuestionario, cuyo contenido
incluye "revelaciones" cifradas, indicaciones descriptivas y observaciones de diversa
índole, elaboradas por el investigador.
La investigación puede realizarse partiendo del "universo" del fenómeno investigado o,
como ocurre casi siempre, a partir de una "muestra" representativa del mismo. Las muestras
se seleccionan por riguroso azar cuando se trata de las llamadas encuestas probabilistas, que
se apoyan, por presente el método estadístico, en la "ley de los grandes números" y en el
"cálculo de probabilidades", en virtud de los cuales es posible calcular, a su vez, la
representatividad de la "muestra" con respecto al correspondiente "universo"[26].
La forma más ordinaria de instrumentarse la encuesta es el CUESTIONARIO,
generalmente el cuestionario escrito; aunque, en la actualidad, la presentación del
cuestionario a los destinatarios puede hacerse, y ya se hace, a través de medios
telecomunicativos (teléfono) y telemáticos (Internet).
3) Las entrevistas.
La entrevista es "el método de investigación científica, que utiliza un proceso de
comunicación verbal, para recoger unas informaciones, en relación con una determinada
finalidad"[27].
Las entrevistas pueden llevarse a cabo de distintas formas: libre o dirigida, intensiva o
extensiva, panorámica o profunda, entrecruce de preguntas formuladas de forma directa o
indirecta …
Además de estos medios y técnicas de investigación y conocimiento existen otros, tales
como: la biología, la biotipología, la antropología, la psiquiatría forense, la metodología
clínica, las técnicas biográficas de delincuentes, etc.
Todos estos medios y técnicas los utiliza la Criminología porque como ya se ha dicho es
una ciencia multidisciplinar. En este sentido, GARCIA PABLOS dice que los propios
ámbitos de la investigación criminológica llevan consigo una metodología impuesta por las
características de los mismos.
Para el examen del crimen, de la conducta desviada, se impone un enfoque conductual,
porque interesa explicar el "paso al acto", la dinámica delictiva, los factores múltiples,
biológicos, sociológicos, psicológicos que inciden en la resolución criminal. Esta
perspectiva, de particular relevancia en el marco del proceso, reclama lógicamente una
metodología plural e interdisciplinaria. Sin embargo, para el estudio del criminal, del autor,
el método más adecuado es el clínico, ya que el hecho cometido es sólo el indicador de una
personalidad, no se pretenden aquí generalizaciones que excedan el ámbito del caso
concreto. Por último, el análisis de la criminalidad, como hecho colectivo, como fenómeno
y magnitud social, reclama un método básicamente estadístico. Dicho análisis, que interesa
en primera línea a la Política Criminal, impone interpretaciones genéricas y enunciados
probabilísticos no circunscritos al caso concreto[28].
5. PRESENTE Y FUTURO DE LA CRIMINOLOGIA.
La moderna Criminología acentúa la importancia de la prevención del delito. Parte de la
"selectividad" de éste (el crimen escoge su víctima, el lugar, el tiempo y las circunstancias
más propicias para aparecer en la forma concreta en que lo hace) y de la posibilidad
comprobada de neutralizarlo anticipadamente. Pero no al estilo convencional (operando en
el proceso de deliberación del infractor potencial, contramotivándole o disuadiéndole con la
amenaza de la de la pena, ni perfeccionando las técnicas del control social), sino poniendo
en práctica la información acumulada por la experiencia empírica y los conocimientos
actuales. Por otra parte, el perfeccionamiento del control social formal no es ninguna
panacea: leyes más severas, más policías, más jueces, más sentencias … significa más
reclusos, pero no necesariamente menos delitos. Diseñar y poner en práctica programas de
prevención (primaria, secundaria o terciaria) es uno de los objetivos de la actual
Criminología[29].
Por lo tanto, el pensamiento criminológico debe dar preferencia temática por ciertas formas
de delincuencia y criminalidad. Formas inevitablemente unidas a los modos de vida y
signos de nuestro tiempo y, por ello, no analizadas por la Criminología tradicional. A este
respecto, podemos analizar el problema de las dimensiones de la criminalidad; teniendo en
cuenta el trabajo realizado por LOPEZ REY, en los países no socialistas con estadísticas
más o menos fiables, el aumento de criminalidad es evidente. Tal es el caso de los países
escandinavos, la República Federal Alemana, Francia, Reino Unido, Canadá, Italia y
Estados Unidos. En España los datos estadísticos contenidos en la Memoria de Actividades
de la Policía, 1983, Dirección General de la Policia, muestra un manifiesto aumento de la
criminalidad.
Respecto a otros países, el análisis de las estadísticas periódicamente publicadas por la
Organización Internacional de Policía (Interpol) muestra que aunque se dan fluctuaciones,
el aumento de la criminalidad es evidente.
A la hora actual, la criminalidad está constituida en creciente proporción por la perpetrada
oficial y semi-oficialmente, por afanes ideológicos, económicos y muchos otros en los que
el abuso de las diversas modalidades del poder es evidente. Añadamos que en la sociedad
postindustrial de nuestro tiempo, en la que la ciencia y la tecnología juegan papel
manifiesto, la criminalidad culposa aumenta tanto o mas rápidamente que la intencional.
Otro aspecto importante, pero no siempre tenido en cuenta, particularmente respecto a
determinadas modalidades de criminalidad oficial, semi-oficial, ideológica y económica es
que los delincuentes se dan hoy mas frecuentemente que antes en las altas esferas política,
ideológica, económica industrial, laboral y demás. Ciertamente, algunos jefes de Estado
raramente cometen delitos por sí mismos pero los hacen cometer. También que la
criminalidad organizada, es cada vez mas manifiesta en la sociedad postindustrial y mas
tecnológicamente preparada que antes cual corresponde a la índole de dicha sociedad.
Habría que agregar los delitos cada vez mas numerosos derivados de las múltiples
modalidades del abuso criminal del poder, típico de la sociedad postindustrial de nuestro
tiempo en la que la concentración económica es manifiesta en el poder creciente de algunas
multinacionales[30].
Parece evidente que en el siglo XXI España y el mundo entero necesitan más de la
Criminología como ciencia. Debemos preguntarnos qué hacemos para que desaparezca el
terrorismo, el paro, la drogadicción, la distancia entre los países desarrollados y en
desarrollo, para solucionar las diferencias sociales y para lograr mayor igualdad
socioeconómica.
Hoy y mañana, la Criminología debe contribuir más a la finalidad nacional y universal: la
cultura de la paz. Para lograrlo debe conseguir aportar su saber empírico a la política
criminal para que lo transforme en legislación y así conseguir la disminución de la
delincuencia y de la violencia en general. También la disminución de la criminalidad
organizada y las estructuras sociales injustas.
Como dice BERISTAIN IPIÑA, "Quien trabaja en Política criminal es consciente de que se
ha de conseguir la disminución de la criminalidad y violencia. Para ello, se debe atacar,
mejor dicho superar, con nuevas cosmovisiones e ideologías y técnicas, la actualmente
creciente desigualdad económica, social y cultural de los individuos y de los pueblos, que
es una raíz, un factor etiológico, importante de tanta criminalidad.
No somos ni debemos ser ciudadanos clonados, iguales en todo. Resultaría absurdo y
macabro, más que utópico. Admitimos el derecho de cada persona y cada pueblo a ser
diferente. La igualdad jurídica ni presupone ni pretende una igualdad social antropológica
total. Pretende, sí, superar las actuales desigualdades tan exageradas e inhumanas.
Con otras palabras, el valor superior de la igualdad, que aquí propugnamos, no se opone a
la libertad y diversidad personal. Pero, sí se opone a la actual universal desigualdad
económica, social y cultural, que impide la cultura de la paz y los demás valores humanos,
como detallan muchas investigaciones".
CONCLUSIONES.
Para terminar y como corolario a lo aquí expuesto, pienso que el futuro de la Criminología
pasa por ser una ciencia aplicada a los problemas criminales de la sociedad: los hombres
violentos en el hogar, la mujer maltratada, los jóvenes y las drogas, los modernos grupos de
jóvenes violentos (Hooligans y Skinheads), la criminalidad de los extranjeros, la población
reclusa y la predicción de la reincidencia, la victimología, etc.
Solo el estudio y análisis de estos problemas desde una perspectiva empírica y
multidisciplinar como es la Criminología, aportaría el sustrato "empírico-científico" a los
poderes públicos y al legislador para transformarlo en forma de normas eficaces para
convatirlos. Y el legislador si realmente quiere leyes ampliamente consensuadas por la
sociedad debe tener más en cuenta a los criminólogos, en otro caso, tendrá la protesta y el
rechazo de muchos sectores, como ha ocurrido recientemente con la Ley de Extranjería[31].
También tenían mucho que decir y aportar los criminólogos a la nueva Ley del Menor[32].
-------------------------------------------------------------------------------BIBLIOGRAFIA:
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Editorial Dykinson, Madrid 1988.CESAR HERRERO HERRERO: Criminología, Parte General; Editorial Dykinson, Madrid
1997.ANTONIO GARCIA-PABLOS DE MOLINA: Manual de Criminología, Introducción y
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