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Análisis Legal Semanal Año 6 - Semana N° 4
Viernes 29 de enero de 2016
Análisis Legal Semanal
ACTIVIDAD PROCESAL DEFECTUOSA
Joaquin Lang Arze
Asesor Legal FEPC
Respecto a la actividad procesal defectuosa y específicamente sobre los defectos
absolutos y relativos, la amplia jurisprudencia emitida tanto por el Tribunal Supremo
de Justicia como por el Tribunal Constitucional, señaló que no podrán ser valorados
para fundar una decisión judicial, ni utilizados como presupuestos de ella, los actos
cumplidos con inobservancia de las formas y condiciones previstas en la Constitución Política del Estado, Convenciones y Tratados internacionales vigentes y el
Código, salvo que el defecto pueda ser subsanado o convalidado. El art. 168 del
CPP, dispone las formas de corrección de los defectos procesales que puedan
suscitarse durante la tramitación del proceso, en ese sentido, establece: ‘Siempre
que sea posible, el juez o tribunal, de oficio o a petición de parte, advertido el
defecto, deberá subsanarlo inmediatamente, renovando el acto, rectificando el error
o cumpliendo el acto omitido’.
Por su parte, los arts. 169 y 170 del CPP, distinguen los defectos absolutos y los
relativos. Los primeros, no son susceptibles de convalidación y el quebrantamiento
de la forma está vinculado a la protección de un derecho o garantía constitucional;
en tanto que los defectos relativos, son aquellos que pueden ser convalidados en
los casos previstos expresamente por el precepto.
Los defectos absolutos se hallan enumerados por el art. 169 del CPP, en los
siguientes términos: ‘1) La intervención del juez y del fiscal en el procedimiento y a
su participación en los actos en que ella sea obligatoria; 2) La intervención,
asistencia y representación del imputado, en los casos y formas que este Código
establece; 3) Los que implique inobservancia o violación de derechos y garantías
previstos en la Constitución, las Convenciones y Tratados internacionales vigentes
y en este Código; y, 4) Los que estén expresamente sancionados con nulidad’.
De las referidas normas, se advierte que el vigente sistema procesal penal permite
la corrección de los actos procesales erróneos subsanando, renovando o
rectificando, lo que importa un reconocimiento de la existencia de las actuaciones
procesales, los que al tener defectos subsanables pueden ser corregidos; por lo
mismo, la norma prevista por el art. 168 del CPP, no permite declarar la nulidad de
obrados, que conceptualmente es diferente a la corrección, pues la primera permite
al juzgador modificar o reparar todos los defectos o errores procesales que pudiese
advertir durante la tramitación del proceso, en cambio la segunda importa retrotraer
el proceso hasta el punto original en que se produjo el vicio más antiguo, implica un
desconocimiento de los actos procesales realizados por tener vicios absolutos, lo
que significa que dichos actos nunca nacieron a la vida jurídica, por lo mismo el
juzgador no puede subsanarlos y proseguir el proceso sin retrotraer el
procedimiento; por ello el legislador ha previsto la norma contenida en el art. 169
del CPP, en la que se enumeran los defectos absolutos. La intervención del juez y
del fiscal en el procedimiento y a su participación en los actos en que ella sea
obligatoria; La intervención, asistencia y representación del imputado, en los casos
y formas que establece las leyes; Los que impliquen inobservancia o violación de
derechos y garantías previstos en la Constitución Política del Estado, las
Convenciones y Tratados internacionales vigentes y en este Código; y Los que
estén expresamente sancionados con nulidad. En consecuencia, la nulidad se
opera frente a esos defectos absolutos que no son susceptibles de convalidación.
Entre los defectos absolutos, conforme al art. 169 del CPP, además de los
concernientes a la intervención del juez y del fiscal en el procedimiento y a su
participación en los actos en que ella sea obligatoria, se encuentran los relativos a
la intervención, asistencia y representación del imputado en los casos y formas que
el Código establece, que encuentran su fundamento en el derecho inviolable a la
defensa que tiene el imputado en el juicio, esto implica que un desconocimiento al
derecho que tiene el imputado de ser asistido y a entrevistarse en privado con su
defensor (art. 84 del CPP), de estar asistido por su defensor en sus declaraciones,
a exponer su defensa durante el acto de juicio (art. 346 del CPP) y al derecho a la
última palabra que tiene el imputado (art. 356 del CPP), constituyen entre otros,
motivos para ser considerados como defectos absolutos.
Un tercer defecto absoluto conforme el art. 169 inc. 3) del CPP, está referido a
aquellos que impliquen inobservancia o violación de derechos y garantías, previstos
en la Constitución Política del Estado, las Convenciones y Tratados Internacionales
vigentes y el Código de Procedimiento Penal, entre los que puede mencionarse el
incumplimiento a las normas contenidas en los arts. 11 y 77 del CPP, respecto al
derecho que tiene la víctima de ser escuchada antes de cada decisión que implique
la extinción o la suspensión de la acción penal a ser informada sobre sus derechos
por los órganos de la persecución penal y por el juez o tribunal respecto a los
resultados del proceso, a recurrir de las resoluciones judiciales dictadas conforme
la parte in fine del art. 394 del CPP, o desde la situación del imputado, cualquier
acto que implique un desconocimiento a los derechos a la defensa material o
técnica.
Por último, entre los defectos absolutos se tienen aquellos que estén expresamente
sancionados con nulidad, entre los que pueden citarse, aquellos que tienen que ver
con la inobservancia de las reglas de la competencia por razón de la materia (parte
in fine del art. 46 del CPP), la falta de intervención de un representante estatal de
protección del imputado menor de edad (art. 85 del CPP), la falta de resolución
fundamentada de incautación de correspondencia, documentos y papeles (art. 190
del CPP); y actos efectuados por la autoridad judicial después de producida la
excusa o promovida la recusación (art. 321 del CPP).
De lo expuesto, se concluye que ante la existencia de defectos procesales, el
juzgador tiene la facultad de subsanarlos, ya sea modificando, rectificando o
aparando todos los defectos o errores procesales que pudiese advertir durante la
tramitación del proceso y sólo cuando se trate de defectos absolutos podrá retrotraer
el proceso hasta el punto original en que se produjo el vicio por la afectación esencial
a derechos fundamentales y garantías constitucionales que conlleva, lo que significa
que corre a cargo de la autoridad judicial realizar el análisis de los actos procesales
a efectos de determinar si se trata de defectos procesales subsanables o en su caso
de defectos absolutos, pronunciando una resolución debidamente motivada que
sustente su decisión ”.
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