TEMA 3. Agustín de Hipona

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TEMA 3: AGUSTÍN DE HIPONA
PUNTO 1: PROBLEMA DE DIOS EN SAN AGUSTÍN Y METAFÍSICA
Según él, todo ser humano busca la unidad y la felicidad en la vida. San
agustín afirma encontrarlas a ambos en Dios. Para encontrar a Dios según San
Agustín, hay que buscar en nuestro interior. Le encontramos debido a que en nuestro
interior existen ideas eternas que provienen de Dios (Dios es más íntimo que nuestra
propia intimidad).
Las principales influencias filosóficas de San Agustín son el neoplatonismo de Plotino,
según al cual el bien es transformado en lo
uno, lo espiritual y lo material es
corrupción de eso.
Del cristianismo tomará la idea principal del amor al prójimo y vivir según el
amor a los demás (ama y haz lo que quieras), amor a los demás y a uno mismo.
La filosofía de San Agustín es una cristianización de la filosofía platónica
transformando el concepto o idea del bien en la conciencia de uno mismo en la idea de
Dios.
San Agustín tiene claro el rango de las ideas de acuerdo a su contribución
hacia la unidad. El saber de menor rango son las artes liberales (dialéctica, música,
física…) y de los conocimientos cotidianos. Éstos son una preparación para la filosofía,
la cual impulsa la razón, y las inquietudes del alma es un desarrollo continuo de la
razón y propedéutico a su vez para el verdadero conocimiento que es el de Dios, la fe,
con el cual las pasiones anímicas quedan colmadas. Es la verdad y la felicidad.
En su interior, el ser humano encuentra verdades universales intemporales y
suprapersonales. Según él, dichas verdades eternas han de tener su origen en un ser
eterno y necesario (Dios).
Dios: Ser necesariamente
exigido por las unidades eternas. San Agustín
propone así: el concepto de ideas ejemplares: son ideas eternas que se encuentran
en la mente de Dios. Son los modelos de las cosas. Debido a su amor, Dios irá
incrementando estas ideas en el mundo, el cual crea desde la nada, y en el que
implanta las llamadas ideas germinales. Son ideas en correspondencia con las
ejemplares pero que Dios introdujo en la materia. Son las raíces o semillas de las
cuales se originan las cosas.
Dios las contiene en los seres para que éstos puedan conocer a Dios.
El cambio es el resultado de la realización o desarrollo de ideas germinales en
la realidad sensible. Las ideas ejemplares se desarrollan en el mundo a partir de las
ideas germinales.
Autor: Carlos Martín de la Concha Renedo
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En todos los seres está impresa la huella de Dios, debido a que responden a
ideas ejemplares y se desarrollan a partir de ideas germinales.
PUNTO 2: ANTROPOLOGÍA DE SAN AGUSTÍN
El ser humano está construido por tres potencias: memoria, la cual hace
presente el pasado, el entendimiento con el cual vivimos el presente y buscamos la
verdad y voluntad con la que apuntamos hacia el futuro y tendemos a la felicidad.
Ejercitar dichas potencias supone un acercamiento a Dios.
El alma y el cuerpo son dos sustancias separadas. El alma prevalece sobre el cuerpo,
debido a que es autosuficiente, aunque son ambas inseparables y unidas
accidentalmente.
Pero sin embargo, esta filosofía no respalda la resurrección de la carne, puesto
que el alma es lo único que resucita y es autosuficiente. Sustancias distintas.
El ser humano imagen de Dios, puesto que todas las criaturas creadas por Él
nos dicen algo de Él. El alma es creada por Dios para cada uno y es inmortal. Tiene
dos funciones principales: es principio vital que infunde sensibilidad al cuerpo y es
además principio de conocimiento racional y espiritual.
Según San Agustín, el ser humano ha recibido de sus progenitores el pecado
original, junto con la totalidad de sus atributos. Como causa del pecado, en el mundo
se desencadenan todos los males, sobre todo aquellos originados en el corazón
humano. Según San Agustín, Dios no puede haber creado nada malo, por lo que
define el mal como la ausencia de bien.
Debido al pecado original, el hombre tiende a la realización del mal, sin
embargo encuentra en su interior ideas eternas provenientes de Dios, gracias a las
cuales su acción es impulsada hacia el bien. El hombre realiza el bien debido a la
Gracia de Dios, no como afirmaba entonces el pelagianismo, en el cual el hombre
realiza el bien impulsado por sus propias fuerzas, sin ayuda Divina.
PUNTO 3: EPISTEMOLOGÍA DE SAN AGUSTÍN
El alma para San Agustín es principio de conocimiento racional y espiritual. Las
miradas del alma a la realidad van atrayendo las cosas hacia su interior, donde se
encuentra la verdad.
La epistemología de San Agustín es el proceso de conocimiento platónico pero
cristianizado. Sin embargo, al ser el alma creada, ésta no puede haber vivido antes, y
por ello no habrá un proceso de reminiscencia, el cual será “sustituido” por el proceso
llamado iluminación.
Autor: Carlos Martín de la Concha Renedo
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Dios iluminó el alma al dotarla de esa potencia, que va penetrando cada vez
más en la verdad de las cosas. Mediante el conocimiento, el hombre calma sus
pasiones del alma de búsqueda de verdad y de felicidad.
Para el conocimiento, será necesario el cuerpo, aunque éste se centre en el alma.
Existirán pues cuatro miradas con las que se va profundizando en la verdad.
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La primera será la mirada sensitiva: necesidad de que mi cuerpo perciba los
objetos exteriores. La sensación de los objetos consiste en la visión interior de
los objetos, sentirlos en nosotros mismos. La sensación es pues una
adecuación de las cosas al alma.
-
La segunda será la mirada de la memoria: la memoria se pasa sobre las cosas
percibidas, comparándolas y relacionándolas con las pasadas que ella
recuerda. La memoria es además una capacidad de reconocerme a mí mismo
como un yo en diferentes situaciones. La memoria como conciencia de uno
mismo.
-
La tercera es la mirada del entendimiento: mediante la inteligencia se elaboran
ideas con una mayor universalidad que las primeras sensaciones. Mediante
estas ideas se elabora un conocimiento científico, guiándonos en la confianza
de la continuidad del mundo. Las ideas no cambian ni se destruyen. En este
conocimiento no son aún colmadas las ansias humanas, por ello éste solo será
una propedéutica (preparatorio) para el verdadero.
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La última mirada será la de la sabiduría: no satisfecha el alma se encuentra en
su propio interior verdades inmutables y eternas, anteriores y superiores a todo
lo aprendido. Estas ideas son la esencia misma del alma. Estas verdades sólo
pueden ser fundamentadas en un Ser eterno como es Dios. Por ello es objetivo
de esta sabiduría conocer a Dios, en el cual el ser humano ve colmadas sus
ansias de verdad y de felicidad.
PUNTO 4: POLÍTICA, ORGANIZACIÓN Y ORDEN DE SAN AGUSTÍN
Para comprender la organización política de San Agustín, debemos tener en
cuenta la jerarquización de los conocimientos que él realizaba escalonadamente:
partiendo de las artes liberales pasando por la filosofía para culminar en la fe y el
conocimiento de Dios. Según esa jerarquía de las ciencias la religión y la verdad
deben someter a todas.
Según San Agustín, la paz, la situación deseada por todo hombre, tiene una
condición indispensable, la cual es el orden. El orden por ello lleva a Dios. El orden
debe justificar y exigir, planificar y organizar y demandar a su vez, reflexionar y
analizar para dar a cada cosa el valor que le corresponde. La importancia de los
Autor: Carlos Martín de la Concha Renedo
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valores tiene repercusiones tanto individuales como sociales. Es decir, claridad en
una escala de valores. El orden debe tener como consecuencia: la concordia o
acuerdo de las cosas entre sí para la toma de decisiones que afecten al grupo.
Según los seres avancen en perfección, sus relaciones exigen cada vez más
respeto y esfuerzo. En la sociedad, el concepto de orden debe plasmarse
mediante el concepto de justicia. Para que dicha justicia sea real, deberá cumplir
con que tenga un respeto a la igualdad de dignidad, un respeto a los valores
subjetivos del sujeto y de su reflexión interior en la cual encuentra a Dios (respeto
a la propiedad privada y a su uso correcto). La justicia debe ser una exigencia
principal del Estado.
Política y organización social:
El ser humano encuentra a Dios en su interior, pero esta búsqueda interior
puede provocar la caída del ser humano en el autoengaño y la mentira, por ello es
necesaria la existencia de órganos externos al ser humano que le devuelvan al
camino correcto, como la Iglesia.
La vida social y comunitaria es fruto según San Agustín de la fuerza del amor,
que es causa eficiente y formal de la sociedad. La sociedad es para San Agustín
un conjunto de seres racionales asociados por la concorde comunidad de objetos
amados. Es legítima para él una causa social no divina ni espiritual.
A lo largo de la historia ha habido sociedades más y menos perfectas debido a
los amores que buscaron a la moral y la ética o a la guerra y la destrucción…
La humanidad en la historia se divide en aquellos con amores a las cosas
temporales o a las cosas divinas y espirituales. El tiempo es lineal para San
Agustín, y por ello la historia tiene un principio y un final (Dios) (concepción
judeocristiana). La ciudad también comienza y acaba, y debe llevarnos a la
conformación de una ciudad celestial de Dios.
Habrá dos ciudades (tipos):
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La ciudad terrenal (amores temporales), marcada por el pecado y el desorden
que busca bienes terrenales y una unidad en la autoridad para dominar
individuos (ismos inevitables si se parte del amor a uno mismo).
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La ciudad celestial: es el fin de cualquier sociedad, la cual se rige por el orden.
Pretende buscar a Dios, y en la que el vínculo ciudadano es gracias a la
caridad y la solidaridad, y no a la autoridad.
Autor: Carlos Martín de la Concha Renedo
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