La Iliada como cumbre de la epopeya griega

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Universidad de Ciencias Pedagógicas
“Enrique José Varona”
Facultad de Humanidades
Autor: Profesora: Año: 1ro CPE
Carrera: Español Literatura La Habana, 2013
Introducción:
La Ilíada no tiene un solo tema. Cada capítulo representa valores y antivalores de nuestra cultura occidental.
Temas como la infidelidad (Helena de Troya) el abuso del poder (Agamenón) la amistad (Aquiles y Patroclo) el
amor (Héctor y Andrómaca) las pasiones (los dioses toman partido) el honor (Aquiles) la fuerza (mirmidones y
troyanos) la sabiduría (Ulises) venganza (Menelao) la lujuria (Paris) la fuerza del destino (Oráculo), el amor a la
patria, la guerra, la paz. Son temas que la han hecho universal, el objetivo de este trabajo es ejemplificar como
ha influido la Ilíada en la literatura contemporánea, y la vigencia de sus temas.
Género literario
El género literario es un sistema que permite la clasificación de obras literarias de acuerdo a criterios
semánticos, sintácticos, fonológicos, discursivos, formales, contextuales, situacionales y afines. En la historia,
ha habido varias clasificaciones de los géneros literarios, por lo que no se puede determinar una categorización
de todas las obras siguiendo un criterio común. Los géneros literarios son modelos de estructuración formal y
temática de la obra literaria que se ofrecen al autor como esquema previo a la creación de su obra. Los géneros
literarios son los distintos grupos o categorías en que podemos clasificar las obras literarias atendiendo a su
contenido. La retórica clásica los ha clasificado en tres grupos importantes: lírico, épico y dramático.
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Dentro de cada género surgen subgéneros o géneros menores, algunos de ellos sólo válidos en ciertos momentos
históricos. Existen, por otra parte, novelas líricas (Gabriel Miró), poemas narrativos (desde los romances
noticieros a la poesía coloquial contemporánea o la misma recuperación contemporánea de la épica en Ómeros
de Derek Walcott), poesía que recurre al ingrediente de la teatralidad (y así lo ha estudiado Jenaro Talens en el
Libro de Buen Amor), intersección entre los géneros (del Ulises de James Joyce a Larva de Julián Ríos). La
clasificación aristotélica, por otra parte, no toma en cuenta el ensayo, en el que se desarrollan y argumentan
ideas: para algunos, en él se da un contacto directo entre autor y lector; para otros, puede analizarse como un
relato (histórico, médico, psicológico u otros) en el que el autor se traslada a un yo (observador u omnisciente)
que demuestra una hipótesis determinada.
Épica:
La épica (del adjetivo en griego antiguo ἐπικός (epikos); de ἔπος (epos), "palabra, historia, poema" es un
género literario en el cual el autor presenta hechos legendarios, elementos imaginarios y que generalmente
quiere hacerse pasar por verdaderos o basados en la verdad o lo cierto, o ligados en todo caso a un elemento de
la realidad, o ficticios desarrollados en un tiempo y espacio determinados. El autor usa como forma de
expresión habitual la narración, aunque pueden darse también la descripción y el diálogo. En algunos casos, la
épica no es escrita, sino contada oralmente por los rapsodas.
Características:
Discursos que tiene como origen la observación aristotélica de la diferencia entre mímesis y diégesis, es decir,
entre narración y descripción.
1. Pueden basarse en hechos verdaderos o inventados.
2. La narración se realiza en pasado.
3. El narrador puede aparecer en la obra o no. No está siempre presente, como en el género lírico, pero
tampoco desaparece por completo, como ocurre en el género dramático.
4. La forma que se utiliza preferentemente en la obra literaria épica o narrativa, es la prosa o el verso largo
(hexámetro, verso alejandrino...)
5. Tiende a incluir los demás géneros (lírico, dramático, didáctico), razón por la cual suele ser de mayor
extensión.
6. Puede presentar divisiones en su estructura externa tales como capítulos, epígrafes...
7. Posee las siguientes variantes o subgéneros: epopeya, cantar de gesta, romance, cuento tradicional,
mito, leyenda, relato, novela. Cada uno, a su vez, cuenta con diferentes tipologías o clases de textos,
especialmente el mito, el cuento tradicional, y la novela.
8. Puede ser de dos formas: directa e indirecta.
9. También puede ser de carácter ideológico.
10. Mezcla lo real con lo fantástico.
11. Magnificación de la figura del héroe, a través de las hazañas que realiza.
Subgéneros:
El género épico se encuentra en todas las literaturas, pues es un género esencial, y se puede dar y se ha dado
históricamente en formas muy diferentes.
Los sumerios (Epopeya de Gilgamesh), griegos (Ilíada, Odisea), romanos (Eneida) e hindúes (Mahabarata,
Ramayana) compusieron epopeyas en torno a las hazañas de un héroe arquetípico, que representaba los valores
tradicionales colectivos de una nación, y otros personajes como dioses y hombres, incluyendo además
elementos fantásticos.
En la Edad Media la epopeya se denominó cantar de gesta, y en ella empezaron a escasear los elementos
divinos y fantásticos. En Francia se compusieron la mayoría de ellas, y la más influyente fue la Chanson de
Roland o Cantar de Roldán. En España se compuso el Cantar de Mío Cid, entre otros. Los alemanes
compusieron el Cantar de los Nibelungos, y los sajones el Beowulf. En Inglaterra, no llegaron a reunirse
leyendas dispersas en torno a Robin Hood, pero se escribieron en prosa historias sobre un hipotético rey
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llamado Artus o Arturo. En Islandia, las sagas, aunque tienen un marcado carácter histórico, se emparentan con
esta tradición narrativa, sobre todo en las sagas arcaicas como la Volsunga Saga.
Con el paso a los tiempos modernos, la epopeya empezó a estar protagonizada no por héroes y dioses, sino
únicamente por personas vulgares y corrientes, cuya única hazaña era la supervivencia o conseguir una mejor
condición social; de igual manera, las hazañas fantásticas fueron sustituidas por una tendencia realista. Ésa fue
la gran contribución de novelas como la anónima novela picaresca española El lazarillo de Tormes y, sobre
todo, las dos partes del El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha de Cervantes, que desacreditaron por
completo los restos de epopeya que venían de la Edad Media, encarnados por los llamados libros de
caballerías. El Quijote supone, pues, el nacimiento de la novela moderna realista y polifónica, escrita en prosa,
y cuyos protagonistas son personas vulgares y corrientes que se mueven en ambiente realista, sin hechos
sobrenaturales y sin que intervengan los dioses. Este tipo de novela se desarrolló extraordinariamente en el siglo
XIX, cuando la burguesía lo tomó como modelo para exponer sus inquietudes y como espejo de su nueva
ideología materialista. La novela realista del siglo XIX es la epopeya de la clase media o burguesía.
Componentes básicos del género:
La intriga
La intriga es la trama o argumento, lo que pasa, lo que se cuenta. La forman los sucesos, expuestos en orden
artificial o artístico.
La intriga se puede mostrar en el discurso de dos modos:
1. Desde el comienzo: la sucesión de los acontecimientos parte de un embrión de historia que se desarrolla
en una sucesión lineal.
2. En su transcurso: en pleno nudo argumental, con posteriores retrocesos; el argumento no se desarrolla
linealmente.
Si el discurso sigue un orden regido por una cronología o temporalidad objetiva, la intriga tiene una estructura
lineal. Cuando se altera el orden de los sucesos, la intriga linealmente, es decir, cuando la relación de los
sucesos es acorde con la sucesión lógica de la temporalidad objetiva, la estructura de la intriga progresa hasta
alcanzar un momento culminante, llamado clímax argumental. En las novelas de intriga lineal, el clímax es el
momento de resolución definitiva y estable del proyecto emprendido.
El personaje
El héroe épico tiene un objetivo o ideal concreto y ha de superar una serie de obstáculos para alcanzarlo. Puede
tener contactos con una divinidad (misión), especialmente en la épica grecolatina. Mantiene actividad guerrera
y, a menudo, se da el peregrinaje meramente funcional, pero también puede aportar una significación. El
nombre de los personajes es un primer rasgo caracterizador, esta caracterización puede ser muy elemental
cuando es sólo designativa. Pero el nombre puede caracterizar también de un modo expansivo (y no sólo
designativo).
La caracterización
Caracterizar a un personaje es dotarlo de atributos materiales, temperamentales, morales, ideológicos, etc.
Ésta puede ser de dos modos: directa e indirecta. Es directa cuando explícitamente se dice cómo es el personaje
y así suele ocurrir en la épica, donde hay abundancia de epítetos referidos al personaje, tanto en la épica clásica
como en la medieval.
El espacio
El relato evoca un complejo de experiencias humanas determinadas en el tiempo y en el espacio. El espacio
colabora decisivamente en la configuración positiva o negativa del personaje. En la épica se puede dar el
espacio único, pero es más común un relato itinerante. Se dice que el espacio es muy importante ya que este
puede influir en las acciones del personaje.
El tiempo
La literatura es un arte temporal. Los distintos estratos de temporalidad se podrían resumir así:
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Temporalidad externa o extratextual. Como su nombre indica, es la que se refiere al momento de
producción y de consumo de la obra. Habrá, por lo tanto, un tiempo del escritor y un tiempo del lector,
que pueden ser o no contemporáneos.
• Temporalidad interna o textual. Ésta, por su parte, está íntimamente relacionada con el contenido de la
obra. Así, distinguiremos un tiempo de la aventura (El tiempo de la historia, de lo contado), un tiempo
de la escritura (Orden en que se narran los sucesos. Si este orden coincide con el tiempo de la aventura,
estaremos ante un discurso lineal; si no, ante un discurso discontinuo) y un tiempo de la lectura; es decir,
tiempo necesario para que la obra sea leída....
El punto de vista
Se trata de analizar el punto de vista del autor con respecto a lo que nos está contando. Atendiendo a la persona
que cuenta la historia y al grado de intervención y conocimiento de la acción, puede establecerse el siguiente
esquema:
• Tercera persona limitada: El autor se refiere a todos los personajes en tercera persona, pero describe
sólo lo que puede ser visto, oído o pensado por un solo personaje.
• Tercera persona omnisciente: El autor presenta a los personajes en tercera persona y describe todo lo
que los personajes ven, oyen, sienten e incluso hechos en los que no hay presente ningún personaje.
• Tercera persona observadora: El autor narra como si contemplara los hechos, pero sin poder adentrarse
en el interior de los personajes.
• Primera persona central (narrador protagonista o autobiográfico): El personaje principal, en primera
persona, cuenta su propia historia.
• Primera persona periférica: Un personaje secundario narra en primera persona la historia del
protagonista, la cual conoce por estar igualmente involucrado.
• Primera persona testigo: Un testigo de la acción que no participa en ella directamente, narra en primera
persona los hechos.
• Segunda persona narrativa: Recurso utilizado por la novela moderna. El autor narra en segunda
persona, generalmente para introducir al lector en la mente del personaje o crear una sensación de falso
diálogo del protagonista consigo mismo.
Épica clásica
El primer gran épico occidental es, sin duda, Homero (probablemente siglo VIII a. C.), autor de poemas
narrativos donde la leyenda (forma usual de transmisión de las hazañas históricas) se mezcla con un núcleo de
verdad histórica.
• La Ilíada basa su argumento en la guerra de Troya.
• La Odisea, basa su argumento en el retorno de Odiseo a Ítaca.
Ambas destacan por su unidad y coherencia, resaltando la inteligencia y la astucia, el riesgo y la aventura.
Homero pone de relieve sentimientos humanos primordiales. No son literatura religiosa, pero no le andan lejos.
La épica griega no nos ha llegado, Homero aparte, sino en muy breves fragmentos. Sabemos que acabó por
degenerar en parodia.
Epopeya:
La epopeya es un subgénero épico, escrito la mayor parte de las veces en verso largo (hexámetro), o prosa,
consiste en la narración extensa de acciones trascendentales o dignas de memoria para un pueblo en torno a la
figura de un héroe que representa sus virtudes de más estima; en ella intervienen muchas veces los dioses y
existen elementos fantásticos. Casi siempre estas acciones son guerras o viajes y suelen ser muy extensas, cada
vez más escasos en los cantares de gesta o epopeyas medievales y, ya en el siglo XIX, absolutamente
eliminados en la novela realista o epopeya del héroe vulgar o de la clase media que por entonces conquistó el
poder político y el prestigio social y reveló en ella los valores de la burguesía: el individualismo y el
materialismo. Entre sus subgéneros figuran el epilio, epilion o canto épico; el cantar de gesta; la saga islandesa;
el poema heroico o poema épico culto; la epopeya burlesca y la novela.
•
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Los primeros esbozos épicos fueron producto de sociedades preliterarias y tradiciones poéticas orales. En esas
tradiciones, la poesía se transmitía a la audiencia y era reproducida por medios puramente orales. Los clásicos
estudios sobre la epopeya popular de los Balcanes realizados por Milman Parry y Albert Lord demostraron el
modelo paratáctico usado en la composición de este tipo de poemas y la importancia de las fórmulas
mnemotécnicas en su repentización. Las largas epopeyas se construían en forma de cortos episodios de igual
interés e importancia, y usaba determinados pasajes de tránsito para darse tiempo a ir recordando cada uno de
los pasajes que debía engarzar, pasajes de tránsito que por tal motivo eran muy repetidos constituyendo las
llamadas fórmulas y el estilo formular. Parry y Lord sugirieron también que las obras de Homero podían haber
sido compuestas de un modo semejante, a partir del dictado de un texto oral.
Las epopeyas deben poseer al menos nueve características:
1. Comienzo In medias res.
2. El espacio de acción es vasto, cubre muchas naciones o el universo.
3. Invocación preliminar a la Musa.
4. Formulación inicial del tema.
5. Uso de epítetos.
6. Inclusión de largas enumeraciones.
7. Presencia destacada de discursos largos y formales.
8. Intervención en los asuntos humanos de los dioses.
9. Presencia de héroes que encarnan valores de una nación, civilización o cultura.
Principales epopeyas griegas
Se atribuyen a Homero, un aedo o cantor de poemas, dos largas epopeyas en hexámetros, la Ilíada y la Odisea,
que constituyen el fundamento de la cultura común de los pueblos griegos. Apenas quedan restos de la
Destrucción de Troya, de la Tebaida y de la Edipodia. Es burlesca la Batracomiomaquia, o guerra entre las
ranas y los ratones. Posteriores son las Posthoméricas de Quinto de Esmirna y la Argonáutica de Apolonio de
Rodas y se presentan como relatos reales de soldados que asistieron a la Guerra de Troya, y por tanto como
obras históricas, las novelas de Dictis Cretense desde el lado griego y Dares Frigio desde el lado troyano, muy
populares en la Edad Media
Desarrollo:
Homero (en griego antiguo Ὅμηρος Hómēros; c. siglo VIII a. C.) es el nombre dado al aedo griego antiguo al
que tradicionalmente se le atribuye la autoría de las principales poesías épicas griegas — la Ilíada y la Odisea.
Desde el periodo helenístico se ha cuestionado si el autor de ambas obras épicas fue la misma persona; sin
embargo, anteriormente no sólo no existían estas dudas sino que la Ilíada y la Odisea eran considerados relatos
históricos reales.
No cabe duda que es el pilar sobre el que se apoya la épica grecolatina y, por ende, la literatura occidental.
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El nombre de Hómēros es una variante jónica del eólico Homaros. Su significado es rehén, prenda o garantía.
Hay una teoría que sostiene que su nombre proviene de una sociedad de poetas llamados los Homēridai, que
literalmente significa ‘hijos de rehenes’, es decir, descendientes de prisioneros de guerra. Dado que estos
hombres no eran enviados a la guerra al dudarse de su lealtad en el campo de batalla, no morían en éste. Por
tanto se les confiaba el trabajo de recordar la poesía épica local, para recordar los sucesos pasados, en los
tiempos anteriores a la llegada de la literatura escrita.
También se ha sugerido que lo que podría contener el nombre Hómeros es un juego de palabras derivado de la
expresión ho me horón, que significa el que no ve.
En la figura de Homero confluyen realidad y leyenda. La tradición sostenía que Homero era ciego y varios
lugares reclamaban ser su lugar de nacimiento: Quíos, Esmirna, Colofón, Atenas, Argos, Rodas, Salamina,
Pilos, Cumas e Ítaca.
Acerca del lugar donde murió, existe una tradición atestiguada al menos desde el siglo V a. C. de que se produjo
en la isla de Íos.
Aunque ya en la época de la Grecia Clásica no se conocía nada concreto y seguro acerca de Homero, a partir del
periodo helenístico empezaron a surgir una serie de biografías acerca de él que recogían tradiciones muy
diversas y a menudo datos de contenido fabuloso. En estos relatos se mencionaba que antes de llamarse Homero
se había llamado Meles, Melesígenes, Altes o Meón, así como datos muy diversos y con numerosas variantes
acerca de su ascendencia.
Existe una tradición en la que se dice que la Pitia dio una respuesta al emperador Adriano acerca de la
procedencia de Homero y su ascendencia:
Me preguntas por la ascendencia y la tierra patria de una inmortal sirena. Por su residencia es itacense;
Telémaco es su padre y la nestórea Epicasta su madre, la que le alumbró con mucho al varón más sabio de los
mortales.
Investigación moderna
Se considera que la mayor parte de las biografías de Homero que circularon en la antigüedad no contienen
ningún dato seguro sobre el poeta. Sin embargo, suele admitirse que su lugar de procedencia debió ser la zona
colonial jónica de Asia Menor, basándose en los rasgos lingüísticos de sus obras y en la fuerte tradición que lo
hacía proceder de la zona. El investigador Joachim Latacz sostiene que Homero pertenecía o estaba en
permanente contacto con el entorno de la nobleza. También persiste el debate sobre si Homero fue una persona
real o bien el nombre dado a uno o más poetas orales que cantaban obras épicas tradicionales.
Obras que le fueron atribuidas
Además de la Ilíada y la Odisea, a Homero se le atribuyeron otros poemas, como la épica menor cómica
Batracomiomaquia (‘La guerra de las ranas y los ratones’), el corpus de los himnos homéricos, y varias otras
obras perdidas o fragmentarias tales como Margites. Algunos autores antiguos le atribuían el Ciclo épico
completo, que incluía más poemas sobre la Guerra de Troya así como epopeyas que narraban la vida de Edipo y
guerras entre argivos y tebanos.
Los historiadores modernos, sin embargo, suelen estar de acuerdo en que la Batracomiomaquia, el Margites, los
himnos homéricos y los poemas cíclicos son posteriores a la Ilíada y la Odisea.
Testimonios antiguos
La mayor parte de la tradición expresaba que Homero había sido el primer poeta de la Antigua Grecia.
Heródoto, que cita varios pasajes de la Ilíada y la Odisea, dice que Homero vivió cuatrocientos años antes que
él, por lo que se situaría en torno al siglo IX a. C. Por otra parte, Helánico de Lesbos dijo que Homero había
sido contemporáneo de la guerra de Troya; Tucídides lo situaba unos 60 años después de ella y Eratóstenes
sostenía que debió vivir un siglo después. Otros autores antiguos consideraban que Homero era contemporáneo
de Licurgo o de Arquíloco.
También en la antigüedad se discutía acerca de la relación cronológica entre Homero y Hesíodo. Jenófanes,
Filócoro y Eratóstenes pertenecían al grupo de los autores que situaban a Homero con anterioridad a Hesíodo.
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El Certamen, una obra muy tardía, suponía que eran contemporáneos entre sí. En cambio, la Crónica de Paros y
Filóstrato decían que Hesíodo había sido anterior.
Con anterioridad a Heródoto, hubo otros autores que citaron a Homero: Heráclito, Teágenes de Regio, Píndaro,
Simónides y Jenófanes. Además, Heródoto recoge la noticia de que el tirano Clístenes había prohibido a los
rápsodos competir en Sición a causa de los poemas homéricos, pues estos celebraban continuamente a Argos y a
los argivos. Sin embargo, esta última alusión es posible que se refiriera al ciclo tebano y no a la Ilíada ni a la
Odisea.
Modo en que fueron elaborados los poemas
Es objeto de debate el modo en el que los poemas homéricos fueron elaborados y cuándo podrían haber tomado
una forma escrita fija.
La mayoría de los clasicistas están de acuerdo en que independientemente de que hubiera un Homero individual
o no, los poemas homéricos son el producto de una tradición oral transmitida a través de varias generaciones,
que era la herencia colectiva de muchos cantantes-poetas, aoidoi. Un análisis de la estructura y el vocabulario
de ambas obras muestra que los poemas contienen frases repetidas regularmente, incluyendo la repetición de
versos completos. Milman Parry y Albert Lord señalaron que una tradición oral tan elaborada, ajena a las
culturas literarias actuales, es típica de la poesía épica en una cultura exclusivamente oral. Parry afirmó que los
trozos de lenguaje repetitivo fueron heredados por el cantante-poeta de sus predecesores y eran útiles para el
poeta al componer. Parry llamó «fórmulas» a estos trozos de lenguaje repetitivo.
Sin embargo existe una serie de investigadores (Wolfgang Schadewaldt, Vicenzo di Benedetto, Keith Stanley,
Wolfgang Kullmann) que defiende que los poemas homéricos fueron originalmente redactados por escrito.
Como argumentos a favor de esta postura señalan la complejidad de la estructura de estos poemas, los reenvíos
internos a pasajes que se encuentran situados a considerable distancia o la creatividad en el uso de las fórmulas.
La solución propuesta por algunos autores como Albert Lord y posteriormente por Minna Skafte Jensen es la
«hipótesis de la transcripción», en la que un «Homero» iletrado dicta su poema a un escriba en el siglo VI a. C.
o antes. Homeristas más radicales, como Gregory Nagy, objetan que un texto canónico de los poemas
homéricos como «escritura» no existió hasta el período helenístico.
Geografía homérica
Homero concebía un mundo que estaba completamente rodeado por Océano, el cual era considerado padre de
todos los ríos, mares, fuentes y pozos.
El estudio de las menciones geográficas en la Ilíada desvela que el autor conocía detalles muy precisos de la
actual costa turca y, en particular, Samotracia y el río Caístro, cerca de Éfeso. En cambio las referencias a la
península griega, con excepción de la pormenorizada enumeración de lugares del Catálogo de naves, son
escasas y ambiguas. Todo esto indicaría que, de haber sido Homero una persona concreta, se trataría de un autor
griego natural de la zona occidental de Asia Menor o de alguna de las islas próximas a ella.
Rasgos de la sociedad descritos por Homero
Homero describe una sociedad basada en el caudillaje; se trata de una sociedad guerrera en la que cada región
tenía una autoridad suprema que habitualmente es hereditaria. Cada caudillo tenía un séquito personal formado
por personas que guardaban un alto grado de lealtad. Disfrutaban de una serie de privilegios: las mejores partes
en la distribución de botines y la propiedad de un dominio. Tenían una única esposa, pero podían tener
numerosas concubinas, aunque hay un caso en el que Homero menciona una situación de poligamia: la del rey
troyano Príamo. Las decisiones políticas eran discutidas en un consejo formado por el caudillo y los jefes
locales y luego eran explicadas en la asamblea del pueblo. Los caudillos también tenían la función de presidir
los sacrificios ofrecidos a los dioses.
Homero describe un tribunal de justicia que juzgaba los delitos, aunque a veces las familias de los implicados
podían llegar a un acuerdo privado que sirviera como compensación por el delito cometido, incluso en caso de
asesinato.
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En las relaciones exteriores era importante la hospitalidad, que era una relación en la que los caudillos o
embajadores estaban obligados a ofrecerse mutuamente alojamiento y ayuda cuando uno viajara al territorio del
otro.
Entre los hombres libres citados se encuentran los thètes o siervos, que eran trabajadores libres cuya
supervivencia dependía de un escaso salario. También se mencionan los demiurgos, que eran profesionales que
tenían una función pública, tales como artesanos, heraldos, adivinos o aedos.
La esclavitud también era práctica aceptada en la sociedad descrita por Homero. Los esclavos solían tomarse
entre prisioneros de guerra, o bien en expediciones de pillaje. Se citan ejemplos de compraventa de esclavos y
de personas que ya habían nacido siendo esclavos. Los amos a veces recompensaban a sus esclavos
concediéndoles tierras o una casa. Se cita la posibilidad de que una esclava pueda acabar convirtiéndose en la
legítima esposa de su señor.
En cuanto a los valores éticos descritos, se incluyen el honrar debidamente a los dioses; respetar a mujeres,
ancianos, mendigos y suplicantes extranjeros y no deshonrar el cadáver de un enemigo muerto. La incineración
es el uso funerario que aparece en los poemas homéricos.
La religión era politeísta. Los dioses tenían características antropomórficas y decidían el destino de los
mortales. Se realizaban numerosos ritos tales como sacrificios y plegarias para tratar de conseguir su ayuda y
protección.
Aunque se conocía el hierro, la mayor parte de las armas eran de bronce. Homero describe también el uso del
carro de guerra como medio de transporte empleado por los caudillos durante las batallas.
La Ilíada
La Ilíada (en griego antiguo Ἰλιάς: Iliás; en griego moderno Ιλιάδα: Iliáda) es una epopeya griega y el poema
más antiguo escrito de la literatura occidental. Se atribuye tradicionalmente a Homero. Compuesta en
hexámetros dactílicos, consta de 15.693 versos (divididos por los editores, ya en la antigüedad, en 24 cantos o
rapsodias) y su trama radica en la cólera de Aquiles (μῆνις, mênis). Narra los acontecimientos ocurridos durante
51 días en el décimo y último año de la guerra de Troya. El título de la obra deriva del nombre griego de Troya,
Ιlión.
Tanto la Ilíada como la Odisea fueron consideradas por los griegos de la época clásica y por las generaciones
posteriores como las composiciones más importantes en la literatura de la Antigua Grecia y fueron utilizadas
como fundamentos de la pedagogía griega. Ambas forman parte de una serie más amplia de poemas épicos de
diferentes autores y extensiones denominado ciclo troyano; sin embargo, de los otros poemas, únicamente han
sobrevivido fragmentos. Fue muy famosa en su época y es obligatorio estudiarla en Grecia.
La fecha de su composición es controvertida: la opinión mayoritaria la sitúa en la segunda mitad del siglo VIII
a. C., pero hay algunos estudiosos que pretenden situarla en el siglo VI a. C., mientras otros defienden que hay
algunas partes del poema que deben ser muy anteriores, como el catálogo de naves del canto II.
El poema narra la cólera de Aquiles, hijo del rey Peleo y de la nereida Tetis, su causa, su larga duración, sus
consecuencias y su posterior cambio de actitud. La ira del pelida Aquiles termina junto con el poema, cuando se
reconcilia con Príamo, padre de su enemigo Héctor, momento en que se celebran los funerales de éste.
Estilo
Los análisis del estilo de la Ilíada suelen destacar principalmente dos elementos: el carácter específico de su
habla ("Kunstsprache" o lenguaje poético), la cual sirve como base argumental para reconstruir la llamada
"poesía de improvisación oral" que, viniendo de la época micénica, culminaría en la Ilíada y la Odisea; así como
su modo de secuencia sintáctica y semántica, marcada por la yuxtaposición, la parataxis de elementos, y la
autonomía de las partes. Los análisis narratológicos se enfrentan a su vez a la tarea de describir el carácter del
narrador, que sería heterodiegético, distanciado y, como se ha dicho a menudo, objetivo, por muchas
matizaciones que este adjetivo requeriría.
Temas
Nostos
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Nostos ocurre siete veces en el poema. Temáticamente, el concepto de regreso es muy explorado en la literatura
griega antigua, especialmente en la suerte que tuvieron los Atridas, Agamenón y Ulises. Así, el regreso es
imposible sin haber saqueado Troya.
Kleos
Es el concepto de gloria ganada en el combate heroico. Para la mayoría de los invasores griegos de Troya,
notablemente Ulises, el kleos se gana a través de un nostos victorioso pero esto no es así para Aquiles, quien
tiene que elegir entre nostos o kleos.
Timê
Parecido al kleos es timê (respeto u honor), el concepto que denota el respeto que un hombre acumula a lo largo
de su vida. Los problemas griegos empiezan por el comportamiento poco honorable de Agamenón. El odio de
Aquiles ante tal comportamiento lleva a la ruina de la causa militar aquea.
Ira
El poema empieza con la palabra μῆνιν (ira, cólera, furia), que es el tema principal de la Ilíada: la ira de
Aquiles. Su ira personal y su vanidad herida impulsan la historia: los griegos pierden las batallas, Patroclo
muere a manos de Héctor y la caída de Troya. Enfadado por los actos de Agamenón, Aquiles pide a su madre
Tetis que persuada a Zeus para que ayude a los troyanos. Mientras, Héctor lidera a los troyanos atacando a los
griegos. Después de la muerte de Patroclo, vuelve Aquiles a la batalla.
Destino
El destino impulsa también la historia. No determina que ocurra una acción, sino su resultado.
Transmisión textual
Se conservan papiros con copias de la Ilíada del siglo II a. C., aunque se tiene constancia de la existencia de uno
anterior al año 520 a. C., que se utilizaba en Atenas para recitarlo en las fiestas en honor de Atenea (las
llamadas Panateneas).
Ya en la antigüedad clásica se consideraba este poema como historia real y a sus personajes como modelo de
comportamiento y heroísmo por imitar. Era práctica habitual su estudio y la memorización de extensos
episodios.
Posteriormente su transmisión se generalizó, sobre todo en Europa (a partir del siglo XIII) y en Bizancio (siglos
IX al XV).
Impacto cultural de la Ilíada
La repercusión de la Ilíada en la cultura occidental a través de adaptaciones y versiones en prosa, verso, teatro,
cine, televisión e historieta.
Cine y televisión
• Helena de Troya (Helen of Troy). Estados Unidos-Italia, 1955. Director: Robert Wise. Intérpretes:
Jacques Sernas, Rossana Podestá, Niall McGinnis, Robert Douglas, Stanley Baker, Torin Tatcher.
Recoge el episodio de Briseida, la despedida de Héctor y Andrómaca y la muerte de éste.
• La ira de Aquiles (L'ira di Achille/ Fury of Achilles). Italia, 1962. Director: Mario Girolami. Intérpretes:
Gordon Mitchell, Jacques Bergerac, Cristina Gajoni, Gloria Milland, Piero Lulli, Roberto Risso.
• Troya (Troy). Estados Unidos, 2004. Director: Wolfgang Petersen. Intérpretes: Brad Pitt, Eric Bana,
Orlando Bloom, Diane Kruger, Brian Cox, Peter O´Toole.
Contemporaneidad de la Ilíada:
La Ilíada es una obra de un gran temple poético que al analizar su contenido se puede entrever cómo a través
del desarrollo del tema de la guerra de Troya, se van creando categorías culturales, que han tomado un valor
inconmensurable en la vida del hombre. Por esto vale la pena detenerse a analizar el texto bajo diferentes puntos
de vista, a partir de los cuales se pueda ir adentrándose a conocer cómo se van originando esas categorías que
sin darse cuenta se manifiestan, de una u otra forma en la vida diaria, como lo es el amor por un hijo y la
amistad entrañable entre dos personas, como para mencionar algunas. Es interesante ver cómo el texto al ser
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analizado teniendo en cuenta el contenido histórico, puede colaborar en la reconstrucción del pensamiento y de
la vida griega de ese entonces. Así mismo, al tomar el texto y analizarlo bajo el punto de vista literario, se ve de
manera diáfana el estilo que ayuda a enfatizar la innovación en varios aspectos, tales como la configuración del
Olimpo y el sentido del héroe entre otros.
La contemporaneidad de la Ilíada, se puede apreciar, primeramente desde su estructura, en la que aparecen
técnicas literarias muy utilizadas por los autores actuales, tales como la retrospectiva, el vaticinio, la caja
china, que aportan riqueza, diversidad, imaginería, gran interés psicológico de parte del lector y dinamismo.
Aunque la construcción fue alrededor de veinticinco siglos atrás, aborda temas que tienen una vigencia muy
actual, y continuará de esa manera en épocas venideras.
De manera que estableceré una comparación entre los temas abordados en la Ilíada y su vigencia en las
sociedades y literatura contemporánea.
Tomando el tema de la guerra, que es el ambiente en que se desarrolla la historia, Agamenón toma por
pretexto el rapto de Helena para invadir Troya, su propósito verdadero es destruir la cuidad, apoderarse de todas
sus riquezas y someterla bajo el yugo de la dominación, esclavizando a sus mujeres y niños, asesinando a las
hombres. Lo mismo ocurre en la actualidad, donde potencias dominantes como Estados Unidos, utilizando el
pretexto de la lucha contra el terrorismo, invaden, bombardean y asesinan, en países como Afganistán e Irak,
cuando su verdadero propósito es apoderarse de las riquezas naturales que existen es estos territorios.
Paralelamente a este tema, encontramos la ambición y el abuso de poder, que se manifiesta en este mismo caso
entre el rey Agamenón y el Imperialismo yanqui.
Como contrapartida de este elemento, encontramos la paz, en la obra la encontramos en los momentos de
calma, como en el canto XXIV, cuando Aquiles le concede a Príamo una tregua de once días para celebrar los
funerales de Héctor; el propósito del acuerdo, que el vencedor entre Paris y Menelao se quedaría con Helena,
era terminar la guerra y encontrar la anhelada paz. Actualmente, nuestro mundo vive en una constante lucha por
el cese de la guerra y alcanzar la paz entre los pueblos.
Un elemento importante de la historia es el héroe homérico, que lucha por alcanzar la gloria, el arete, el botín, y
su único propósito es seguir su destino, que su nombre no sea olvidado. Hay dos tipos de héroes, Aquiles, cuyo
concepto de honor no le permite entrar al combate aunque los griegos lo necesites y estén muriendo, está
dominado por la cólera, la ira. Héctor, es el tipo de héroe altruista, entrega la vida por su ciudad y su familia.
La sociedad micénica es beligerante y la cúspide de su orden social es la clase guerrera. Son los guerreros, por
tanto, los que imponen su modelo de héroe. La sociedad occidental actual no tiene declaradas guerras abiertas
en su territorio. Por tanto, no son necesarios ya esos héroes guerreros, sin embargo cualquiera que lo merezca
será un héroe. En el ámbito militar: un soldado que realice un acto de valor guerrero. En el deporte: un atleta
que realiza una hazaña de muy alto rendimiento. En el ámbito de la vida civil: un bombero, un policía, un
voluntario de la Cruz Roja, un médico que salve vidas en su país o en misión internacionalista, un investigador
contra enfermedades como el cáncer, SIDA o degenerativas, cuidadores de personas incapacitadas, misioneros,
etc. En el día a día: cada persona en su ámbito.
El amor, es uno de los temas que más predomina en la epopeya homérica, aquí encontramos el fuerte amor
entre Héctor y Andrómaca. Tema que ha sido tomado por escritores y poetas de todos los tiempos, por lo que
hay muchísimos ejemplos, tomaremos una cita de José Martí referente a este tema:
“Se va por la tierra andando como extraño y como loco, buscando seno donde reclinar la cabeza, labios donde
poner los labios, hogar en que dar calor al corazón. Y se halla, y todo es bello de repente: abandonase el espíritu
a los placeres de la confianza: germen caliente reanima el perezoso jugo de las venas. No es amor la solicitud de
los presuntuosos, ni las vanidades de la mujer, ni los apetitos de la voluntad. Amor es que dos espíritus se
acaricien, se entrelacen, se ayuden a levantarse de la tierra en un solo y único ser: nace en dos con el regocijo de
mirarse: alienta con la necesidad de verse; crece con la imposibilidad de desunirse: no es torrente, es arroyo: no
es hoguera, es llama: no es ímpetu, es ternura, beso y paz”.
Pero también hay un gran amor por la patria, un profundo sentimiento que patriotismo, visible en el propio
Héctor, que se sacrifica por su ciudad y su familia, aun cuando sabe que dejará a su esposa viuda y su pequeño
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hijo huérfano. Aquí, el héroe se encuentra en una disyuntiva ama a la esposa y también a la patria por lo que
tiene que tomar una decisión.
“…Andrómaca, llorosa, se detuvo a su lado, y asiéndole de la mano le dijo: ¡Desgraciado! Tu valor te perderá.
No te apiadas del tierno infante ni de mí, infortunada, que pronto seré tu viuda; pues los aqueos te acometerán
todos a una y acabarán contigo. Preferible sería que, al perderte, la tierra me tragara, porque si mueres no habrá
consuelo para mí, sino pesares, que ya no tengo padre ni venerable madre. A mi padre matólo el divino Aquiles
(…) Héctor, tú eres ahora mi padre, mi venerable madre y mi hermano; tú, mi floreciente esposo. Pues, ea, sé
compasivo, quédate aquí en la torre -¡no hagas a un niño huérfano y a una mujer viuda!- y pon el ejército junto
al cabrahígo, que por allí la ciudad es accesible y el muro más fácil de escalar.
“…Contestóle el gran Héctor: Todo esto me da cuidado, mujer, pero mucho me sonrojaría ante los troyanos y
las troyanas de rozagantes peplos, si como un cobarde huyera del combate; y tampoco mi corazón me incita a
ello, que siempre supe ser valiente y pelear en primera fila entre los troyanos, manteniendo la inmensa gloria de
mi padre y de mí mismo. Bien lo conoce mi inteligencia y lo presiente mi corazón: día vendrá en que perezcan
la sagrada Ilio, Príamo y el pueblo de Príamo, armad con lanzas de fresno. Pero la futura desgracia de los troyanos, de la misma Hécuba, del rey Príamo y de muchos de mis valientes hermanos que caerán en el polvo a
manos de los enemigos, no me importa tanto como la que padecerás tú cuando alguno de los aqueos, de
broncíneas corazas, se te lleve llorosa, privándote de libertad, y luego tejas tela en Argos, a las órdenes de otra
mujer, o vayas por agua a la fuente Meseide o Hiperea, muy contrariada porque la dura necesidad pesará sobre
ti. Y quizás alguien exclame, al verte derramar lágrimas: «Ésta fue la esposa de Héctor, el guerrero que más se
señalaba entre los troyanos, domadores de caballos, cuando en torno de Ilio peleaban.» Así dirán, y sentirás un
nuevo pesar al verte sin el hombre que pudiera librarte de la esclavitud. Pero ojalá un montón de tierra cubra mi
cadáver, antes que oiga tus clamores o presencie tu rapto.”
En esta misma situación se encontró Nuestro Héroe Nacional José Martí, cuando tuvo que alejarse de su
esposa e hijo para dedicarse a la lucha por la independencia de su patria y lo refleja en el siguiente poema:
“Patria y mujer”
¡Otra vez en mi vida el importuno
Suspiro del amor, cual si cupiera,
Triste la patria, pensamiento alguno
Que al patrio suelo en lágrimas no fuera!
(…)
Y ¿con que corazón, mujer sencilla,
Esperas tú que mi dolor te quiera?
Podrás encender tu beso en mi mejilla
Pero lejos de aquí mi alma me espera.
Dolor de patria este dolor se nombra;
Cuerpo soy yo que mi orfandad poseo:
Reflejo, cárcel, vestidura, sombra,
De un alma esquiva fatigado arreo.
(…)
La vida es inmortal: allí se acaba
El cuerpo que luchó por patria y gloria,
Y el vivo que se va, vivo se graba
De la adorada patria en la memoria.
(…)
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De imagen de mujer memorias pierda,
Que es poco un cuerpo cuando el alma es tanta:
Ni en alma ni en laúd hay más que cuerda,
Que la que el sueño de la patria canta.
(…)
Mas cuando con amor de patria lleno
Mi alma, que para amarla ensancharía,
¿Entre blonda sutil perlado seno,
Cárceles brinda al alma ansiosa mía?
No habla de amor mi corazón que late:
Cuando en mi corazón hay un latido,
Es que anuncia que en algún combate
Un héroe de la patria ha perecido.
(…)
Pero no en vano el polvo de la memoria
Imágenes de muerte me desliza:
Del fuego y del calor de aquella gloria,
No merezco yo más que la ceniza!
Y pues que pude, miserable reo
A tal voz de dolor callar contrito,
¡Ceniza sobre el débil fariseo!
¡Voces de compasión para el proscrito!
Los troyanos manifiestan un profundo sentimiento de liberación. Debido a que se encuentran rodeados por los
aqueos, (que han invadido su tierra, han matado a miles de ellos a lo largo de diez años y su objetivo es lograr
entrar en la ciudad para saquearla por completo, matar a todos los hombres y hacer esclavos a mujeres y niños.
Rescatar a Helena es solo un pretexto, las verdaderas intenciones de esta guerra es la colonización de Ilion).
Héctor ejemplifica vivamente este sentimiento, el cual es el motor impulsor de su valentía, lograr la victoria
para liberar a Troya.
La literatura más contemporánea también aborda el tema de la liberación de los pueblos, debido a que el
sentimiento de nacionalidad impulsa a los hombres a luchar por la independencia de su tierra y defenderla hasta
la muerte cuando esta sea colonia de alguna otra potencia que quiera someterla bajo un yugo opresor.
En nuestro país, se forjó este sentimiento, que se arraigó en todos los cubanos y muchos de nuestros escritores
demostraron su patriotismo y pensamiento independentista mediante sus obras que reflejaban el sentimiento de
todo un pueblo. Una muestra fiel de ello dejo nuestro Apóstol en su poema ¡10 de octubre! Cuando los cubanos
se lanzaron a la lucha por su independencia de España.
¡10 de octubre!
No es un sueño, es verdad: grito de guerra
Lanza el cubano pueblo, enfurecido,
El pueblo que tres siglos ha sufrido
Cuanto de negro la opresión encierra.
Del ancho Cauto a la Escambraica sierra,
Ruge el cañón, y al bélico estampido,
El bárbaro opresor, estremecido,
Gime, solloza, y tímido se aterra.
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De su fuerza y heroica valentía
Tumbas los campos son, y su grandeza
Degrada y mancha horrible cobardía.
Gracias a Dios que ¡al fin con entereza
Rompe Cuba el dogal que le oprimía
Y altiva y libre yergue su cabeza!
Otro ejemplo de la contemporaneidad de temas abordados en la Ilíada es el amor filial, que se mantiene muy
presente, las madres siempre hace lo que sea necesario para ayudar a sus hijos porque los quieren más que
ninguna otra persona en la tierra. En el canto I vemos el amor que siente Tetis, madre de Aquiles, que va al
Olimpo a pedirle a Zeus que intervenga en la guerra, para ayudar a su hijo. En el canto XVIII, Tetis va al
palacio del dios Hefesto a pedirle que le haga una fuerte y hermosa armadura para que su hijo regrese al campo
de batalla. Esta madre está llena de sufrimiento, porque sabe que el destino de su hijo es morir en Troya, que
tendrá una vida muy corta, por ello hace todo lo que esté en su poder para ayudarlo siempre. En el canto XXIV,
su dolor es tan grande que se cubre con el manto más negro que pueda existir, y va a aconsejar a su hijo que
haga lo correcto y devuelva el cuerpo sin vida de Héctor a su padre Príamo, para que le hagan los honores que
merece, y lo aconseja de esta forma para que no obre incorrectamente y ofenda a los dioses. Como Tetis, todas
las madres en la actualidad desean lo mejor para sus hijos, y hacen todo por mantenerlos a salvo.
“…Respondióle en seguida Tetis, derramando lágrimas: -¡Ay, hijo mío! ¿Por qué te he criado, si en hora aciaga
te di a luz? ¡Ojalá estuvieras en las naves sin llanto ni pena, ya que tu vida ha de ser corta, de no larga duración!
Ahora eres juntamente de breve vida y el más infortunado de todos. Con hado funesto te parí en el palacio. Yo
misma iré al nevado Olimpo y hablaré a Zeus, que se complace en lanzar rayos, por si se deja convencer….
Entonces acudiré a la morada de Zeus, sustentada en bronce; le abrazaré las rodillas, y espero que lograré
persuadirlo…”
“…La veneranda madre se acercó al héroe, que suspiraba profundamente; y, rompiendo el aire con agudos
clamores, abrazóle la cabeza, y en tono lastimero pronunció estas aladas palabras: -¡Hijo! ¿Por qué lloras? ¿Qué
pesar te ha llegado al alma? Habla; no me lo ocultes. Zeus ha cumplido lo que tú, levantando las manos, le
pediste: que todos los aqueos, privados de ti, fueran acorralados junto a las naves y padecieran vergonzosos
desastres…
… Breve será tu existencia, a juzgar por lo que dices, pues la muerte te aguarda así que Héctor perezca…
… Tú no penetres en la contienda de Ares hasta que con tus ojos me veas volver; y mañana, al romper el alba,
vendré a traerte una hermosa armadura fabricada por Hefesto….
… -¡Hefesto! ¿Hay alguna entre las diosas del Olimpo que haya sufrido en su ánimo tantos y tan graves pesares
como a mí me ha enviado el Cronida Zeus?... Y yo vengo a abrazar tus rodillas por si quieres dar a mi hijo, cuya
vida ha de ser breve, escudo, casco, hermosas grebas ajustadas con broches, y coraza; pues las armas que tenía
las perdió su fiel amigo al morir a manos de los troyanos, y Aquiles yace en tierra con el corazón afligido….”
“…La veneranda madre se sentó muy cerca del héroe, le acarició con la mano y hablóle en estos términos: ¡Hijo mío! ¿Hasta cuándo dejarás que el llanto y la tristeza roan tu corazón, sin acordarte ni de la comida ni de
la cama? Bueno es que goces del amor con una mujer, pues ya no has de vivir mucho tiempo; la muerte y el
hado cruel se te avecinan. Y ahora préstame atención, pues vengo como mensajera de Zeus. Dice que los dioses
están muy irritados contra ti, y él más indignado que ninguno de los inmortales, porque enfureciéndote retienes
a Héctor en las corvas naves y no permites que lo rediman. Ea, entrega el cadáver y acepta su rescate…”
Por su parte los padres de Héctor, también manifiesta su amor y preocupación por este, y su dolor después de su
muerte.
“…La madre de éste, que en otro sitio se lamentaba llorosa, desnudó el seno, mostróle el pecho, y, derramando
lágrimas, dijo estas aladas palabras: -¡Héctor! ¡Hijo mío! Respeta este seno y apiádate de mí. Si en otro tiempo
te daba el pecho para acallar tu lloro, acuérdate de tu niñez, hijo amado; y penetrando en la muralla, rechaza
desde la misma a ese enemigo y no salgas a su encuentro. ¡Cruel! Si te mata, no podré llorarte en tu lecho,
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querido pimpollo a quien parí, y tampoco podrá hacerlo tu rica esposa, porque los veloces perros te devorarán
muy lejos de nosotras, junto a las naves argivas.”
“…Así toda la cabeza de Héctor se manchaba de polvo. La madre, al verlo, se arrancaba los cabellos; y,
arrojando de sí el blanco velo, prorrumpió en tristísimos sollozos. El padre suspiraba lastimeramente…”
“… ¡Oh hijo! ¡Ay de mí, desgraciada! ¿Por qué, después de haber padecido terribles penas, seguiré viviendo
ahora que has muerto tú? Día y noche eras en la ciudad motivo de orgullo para mí y el baluarte de todos, de los
troyanos y de las troyanas, que lo saludaban como a un dios. Vivo, constituías una excelsa gloria para ellos;
pero ya la muerte y la Parca lo alcanzaron…”
En la literatura contemporánea hay grandes muestras del amor entre padres e hijos, cito el ejemplo de José
Martí, en un poema dedicado a su madre y otro a su pequeño hijo.
“A mi madre”
“Sueño despierto”
Madre del alma, madre querida,
Yo sueño con los ojos
Son tus natales, quiero cantar;
Abiertos, y de día
Porque mi alma, de amor henchida,
Y de noche sueño.
Aunque muy joven nunca se olvida
Y sobre la espuma
De la que vida me hubo de dar.
Del ancho mar revuelto,
Pasan los años, vuelan las horas
Y por entre las crespas
Que yo a tu lado no siento ir,
Arenas del desierto,
Por tus caricias arrobadoras
Y del león pujante,
Y las miradas tan seductoras
Monarca de mi pecho,
Que hacen mi pecho fuerte latir.
Montado alegremente
A Dios yo pido constantemente
Sobre el sumiso cuello,
Para mis padres vida inmortal;
Un niño que me llama
Porque es muy grato, sobre la frente
Flotando siempre veo.
Sentir el roce de un beso ardiente
Que de otra boca nunca es igual.
Como reflejo de la sociedad griega de la época, la Ilíada evidencia el profundo respeto que se les profesaba a
los ancianos, como portadores de experiencias, sabias palabras y los mejores consejos. Aquí vemos a Néstor,
respetado entre los griegos por ser el más anciano entre ellos. Solo él era capaz de llamar la atención a los reyes
de más alto rango, como a Agamenón Rey de hombres, y a los héroes más temidos como Aquiles. Algunos
ejemplos de las sabias y oportunas intervenciones de este noble anciano, son las siguientes:
“…Así dijo el Pelida; y, tirando a tierra el cetro tachonado con clavos de oro, tomó asiento. El Atrida, en el
opuesto lado, iba enfureciéndose. Pero levantóse Néstor, suave en el hablar, elocuente orador de los pilios, de
cuya boca las palabras fluían más dulces que la miel -había visto perecer dos generaciones de hombres de voz
articulada que nacieron y se criaron con él en la divina Pilos y reinaba sobre la tercera-, y benévolo los arengó
diciendo: -¡Oh dioses! ¡Qué motivo de pesar tan grande le ha llegado a la tierra aquea! Alegraranse Príamo y
sus hijos, y regocijaríanse los demás troyanos en su corazón, si oyeran las palabras con que disputáis vosotros,
los primeros de los dánaos así en el consejo como en el combate. Pero dejaos convencer, ya que ambos sois más
jóvenes que yo. En otro tiempo traté con hombres aún más esforzados que vosotros, y jamás me desdeñaron…”
En el canto II, en el que Zeus le envía un sueño engañoso al rey Agamenón, envía el mensaje que quiere
transmitir a través de la figura de Néstor, sabiendo que por el respeto que se le tiene a esta figura el mensaje de
este sueño tendrá una mayor credibilidad.
“…Partió el Sueño al oír el mandato, llegó en un instante a las veleras naves aqueas, y, hallando dormido en su
tienda al Atrida Agamenón -alrededor del héroe había-se difundido el sueño inmortal-, púsose sobre su cabeza,
y tomó la figura de Néstor, hijo de Neleo, que era el anciano a quien aquél más honraba…”
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Esta figura, además de dar consejos, se mantiene en todo momento arengando a las tropas y dándoles ánimos
para la lucha.
“…Néstor, en tanto, animaba a los argivos, dando grandes voces: -¡Oh queridos, héroes dánaos, servidores de
Ares! Nadie se quede atrás para recoger despojos y volver, llevando los más que pueda, a las naves; ahora
matemos hombres y luego con más tranquilidad despojaréis en la llanura los cadáveres de cuantos mueran…”
“…Entonces levantóse Néstor, y arengó a los argivos diciendo: -¡Oh dioses! ¡Qué motivo de pesar tan grande le
ha llegado a la tierra aquea! ¡Cuánto gemiría el anciano jinete Peleo, ilustre consejero y arengador de los
mirmidones, que en su palacio se gozaba con preguntarme por la prosapia y la descendencia de los argivos
todos! Si supiera que éstos tiemblan ante Héctor, alzaría las manos a los inmortales para que su alma,
separándose del cuerpo, bajara a la mansión de Hades…”
“…Terminada la faena y dispuesto el festín, comieron sin que nadie careciese de su respectiva porción; y el
poderoso héroe Agamenón Atrida obsequió a Ayante con el ancho lomo. Cuando hubieron satisfecho el deseo
de beber y de comer, el anciano Néstor, cuya opinión era considerada siempre como la mejor, comenzó a darles
un consejo. Y, arengándolos con benevolencia…”
“…Y especialmente Néstor, protector de los aqueos, dirigíase a todos los guerreros, y en nombre de sus padres
así les suplicaba: -¡Oh amigos! Sed hombres y mostrad que tenéis un corazón pundonoroso delante de los
demás varones. Acordaos de los hijos, de las esposas, de los bienes, y de los padres, vivan aún o hayan
fallecido. En nombre de estos ausentes os suplico que resistáis firmemente y no os entreguéis a la fuga.
En el canto XXIV, también se aprecia el respeto que se siente hacia los ancianos, cuando Aquiles accede a darle
a Príamo el cuerpo de su hijo Héctor, y lo trata con respeto porque además de ser un rey, le recuerda la imagen
de su padre, a quien le debe respeto.
“…Y Príamo suplicó a Aquiles, dirigiéndole estas palabras: Acuérdate de tu padre, Aquiles, semejante a los
dioses, que tiene la misma edad que yo y ha llegado al funesto umbral de la vejez…”
“…A Aquiles le vino deseo de llorar por su padre; y, asiendo de la mano a Príamo, apartóle suavemente.
Entregados uno y otro a los recuerdos…”
“…Acuéstate fuera de la tienda, anciano querido; no sea que alguno de los caudillos aqueos venga, como
suelen, a consultarme sobre sus proyectos; si alguno de ellos lo viera durante la veloz y obscura noche, podría
decirlo en seguida a Agamenón, pastor de pueblos, y quizás se difiera la entrega del cadáver. Mas, ea, habla y
dime con sinceridad durante cuántos días quieres hacer honras al divino Héctor, para, mientras tanto,
permanecer yo mismo quieto y contener el ejército…”
De esta forma vemos que siempre se mantuvo un alto grado de respeto y obediencia en cuanto a las palabras
que decían los ancianos, algo que se ha mantenido muy presente en las diferentes sociedades de la humanidad a
lo largo de su historia. El consejo, la aprobación, la bendición que pueden darnos los abuelos, las personas que
han vivido más, para la toma de decisiones en nuestras vidas, es siempre bien recibido porque sabemos que son
los que más experiencia tienen y los que nos desean lo mejor. Son ellos los que transmiten las tradiciones y
costumbres de las diferentes culturas, los que llevan los secretos más grandes, y hasta los más pequeños, los que
conocen todas las historias, por lo que se les respeta y quiere desde la Ilíada hasta la actualidad.
En citas de Martí, se ejemplificara el respeto a los ancianos desde la literatura y sociedad contemporánea.
“La voz de los ancianos tiene algo de otros mundos: tiene algo de religión, de paz no humana, algo de
revelación y profecía. Se tiene como una garantía de consuelo en las palabras de un honrado anciano”.
“Cuando habla un joven, el alma recuerda donde se enciende su vigor. Cuando habla un anciano, el alma
descansa, confía, espera, sonreiría si tuviera labios, y parece que se dilata en paz”.
“No hay cosa más bella que amar a los ancianos (…) los ancianos son los patriarcas”.
“…y enternece de veras, como todo hombre que defiende a los humildes, y toda cabeza blanca en la que no se
ha apagado el entusiasmo. ¡Cansa tanto la vida! En la calle nos deberíamos quitar el sombrero cuando pasan los
ancianos”.
“¡Ah! ¡qué culpa tan grande es la de no amar, y mimar a nuestros ancianos!”
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Conclusiones:
La sociedad de la antigua Grecia puso énfasis considerable en la literatura. Muchos autores consideran que la
tradición literaria occidental comenzó con los poemas épicos La Ilíada y La Odisea que siguen siendo grandes
figuras en el canon literario por sus descripciones y el manejo de temáticas como la guerra y paz, honra y
deshonra, amor y odio.
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En la Ilíada se tratan muchos otros temas, como el heroísmo, la camaradería o la amistad, implícitos dado el
hecho de que se nos narra una guerra, o el amor y las consecuencias que puede a que puede llevar. Y también el
respeto y admiración mutuos que en ocasiones surge entre los dos bandos contrarios en contraste con el odio y
rabia que también pueden sentir. Un contraste que en muchos aspectos queda reflejado en los personajes de
Héctor y Aquiles, que son sin duda dos de los principales pilares que sustentan la obra.
Homero es el ejemplo de un poeta que supo cómo hacer de esos relatos orales una majestuosa obra literaria, de
tal manera que el texto llegó a crear las categorías culturales de la Hélade. La Ilíada sigue conquistando, y sus
personajes parecen vivos después de casi 25 siglos. Porque siempre encontramos una puerta propia, nuestra, y a
la vez única, de resolver sus misterios; cada generación hace sus propias lecturas, haciendo nuevas
interpretaciones, por la vigencia de sus temas. La Ilíada habla de las pasiones y plantea dilemas imposibles de
resolver. No hay en ella auténticos villanos; Aquiles, Héctor, Agamenón, Príamo y los demás personajes son
víctimas de un universo trágico y de su destino.
El sistema de pensamiento de la obra, lo podemos asociar a las ideas que se dan en el período histórico, las
cuales son las ideas religiosas, pues la obra está muy ligada a los Dioses, que intervienen en la vida de los
mortales; y también filosóficas, pues también está la presencia de los adivinos.
Como contexto artístico, histórico y sistema socio-histórico, la obra ambientada en el siglo VI a. C, describe el
entorno del país de Troya y también la ciudad de Esparta, la relación de los héroes y reyes con los Dioses o
adivinos, pero en la obra se especifica más a fondo el lado alto de la sociedad; la cuál es la nobleza, la vida de
los reyes; y por otro lado tenemos a los soldados tanto griegos como troyanos que tenían que defender a sus
países sólo por "el conflicto de la realeza"; por así decirlo. También se habla de las riquezas, las cuáles eran
fundamentales, ya sea para obsequiar o como ofrecimiento para el rescate de personas.
El poeta describe magistralmente a los personajes con los adjetivos que se dedican entre sí. No sólo es un
impresionante narrador, sino que sus descripciones del paisaje, de los dioses, de los hombres cobran
profundidad a través de sus frases, debido a la utilización de recursos literarios como epítetos y símil.
Homero escribe una obra de gran longitud, densa, de lenguaje que hoy en día puede resultar recargado y
complicado, y en la que se alternan partes que hacen vibrar de emoción con otras en las que el tedio en la
lectura hace acto de presencia. Quizá esto se deba en cierto aspecto a que la obra jamás fue concebida para la
lectura sino para el canto y ser recitada en voz alta.
La lección más importante que se desprende de la Ilíada es la inutilidad de las guerras, en las que hasta los
vencedores pueden considerarse vencidos. También se refleja el valor de la amistad, del sacrificio hasta sus
últimos limites, que es dar la vida a cambio de un ideal.
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Enciclopedia Encarta 2012
Página Web: www.wikipedia.com
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