Capítulo 74 Cómo se publica un artículo en una revista científica Dr. Fernando Alfonso Médico especialista en Cardiología Intervencionista. Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid Las revistas biomédicas Las revistas biomédicas constituyen el vehículo natural de difusión de los nuevos avances producidos en la investigación científica en medicina. Pueden centrarse en aspectos fundamentalmente básicos (investigación de laboratorio o experimentación animal), o bien tener una vocación eminentemente clínica, que ayude en sus decisiones a los médicos que están en contacto directo con los pacientes. Hay revistas de medicina general, que abordan todos los aspectos de la medicina moderna, y otras especializadas, centradas específicamente en el ámbito de cada una de las ramas de la medicina. Finalmente, hay revistas que publican de forma prioritaria artículos originales de investigación, mientras que otras publicaciones se nutren de artículos de revisión. La misión fundamental de las revistas biomédicas es seleccionar para su publicación los mejores artículos originales de investigación que reciben. De entre todos ellos, los editores de estas revistas tienen la responsabilidad de elegir sólo aquellos que serán de mayor interés para sus lectores. De esta forma, las revistas médicas permiten avanzar en el conocimiento científico y constituyen el medio natural de comunicación entre los investigadores. Así, un artículo científico publicado en una revista médica será leído críticamente por numerosos profesionales y sus conclusiones pueden hacer que cambie la forma de enfocar algunos problemas de salud o incluso la atención que reciben los pacientes. Además, ese artículo científico también será leído ávidamente por otros investigadores que se esfuerzan en profundizar en el conocimiento de problemas relacionados o muy similares. Estos investigadores contrastarán los resultados del artículo con sus propios datos e intentarán explicar los motivos de las posibles diferencias. Finalmente, si la información novedosa publicada es aceptada por la comunidad científica, ese artículo será citado ampliamente en posteriores trabajos de investigación o de revisión. En otras palabras, la información transmitida habrá sido aceptada y se habrá consolidado como válida y útil y, por tanto, podrá ser utilizada como base para seguir respondiendo a nuevas preguntas. De esta forma, en medicina la investigación se concibe como un lento progresar en el conocimiento con movimientos pequeños y cautelosos, que permiten avanzar un poco sobre lo ya conocido y que proporcionan una base firme desde la que poder dar nuevos pasos. Todo lo anterior indica que las revistas biomédicas deben tener herramientas para valorar y elegir los mejores estudios originales que reciben y, una vez aceptados, ser capaces de publicarlos con la máxima rapidez. Finalmente, deben garantizar a los autores la máxima difusión de sus contenidos, lo que, a su vez, permitirá optimizar la difusión de los nuevos trabajos de investigación. Para conseguir este objetivo, la mayoría de las revistas de prestigio tienen 643 libro de la salud cardiovascular Las revistas biomédicas constituyen el vehículo natural de difusión de los nuevos avances producidos en la investigación científica en medicina. ediciones electrónicas completas y están disponibles desde muchos buscadores y bases de datos médicas y bibliométricas. Este dinamismo es consustancial a las revistas científicas y las diferencia de los libros de texto clásicos. Los libros de texto son rigurosos y exhaustivos y proporcionan una visión completa y sistemática de conocimientos ya bien asentados. Sin embargo, por características inherentes a su proceso de edición, siempre están alejados de los últimos avances científicos. Los libros son la base del aprendizaje y del estudio, permiten consultas rápidas o repasan toda la información existente de manera general. Las revistas publican los últimos avances médicos con celeridad, los critican en profundidad, los cuestionan, los rebaten y proporcionan el foro de discusión ideal entre los expertos (cartas al editor, editoriales) sobre los temas científicos más candentes. Aunque las revistas biomédicas son claves para difundir los últimos avances entre los clínicos y los grupos de investigadores, también deben cumplir una función de formación continuada. Para ello publican artículos de revisión, puestas al día y números monográficos que, en general, también son muy apreciados por los lectores. Cuándo publicar un artículo médico y qué se necesita previamente Para escribir un artículo científico hace falta estar convencido de que se tiene algo interesante que decir a la comunidad científica. En medicina es muy difícil descubrir algo trascendental que suponga un cambio en los paradigmas ya existentes. También resulta complejo describir enfermedades originales y demostrar la eficacia de nuevos tratamientos farmacológicos o de intervenciones novedosas. Crear siempre ha sido muy difícil. Sin embargo, no es tan complicado intentar dar respuesta a las preguntas 644 cercanas e inmediatas que cotidianamente se le plantean al médico al analizar de forma crítica la práctica clínica habitual, el proceso de toma de decisiones y el trabajo en el laboratorio. Hay que tener una idea, aunque sea modesta, y creer en ella. Una idea o una pregunta que apasionen. A partir de ahí siempre se podrá intentar responder, cada uno desde su óptica particular, a todas esas preguntas próximas que intelectualmente preocupan y condicionan el trabajo diario. De hecho, los médicos, en el ejercicio de su profesión, se enfrentan con procesos patológicos concretos y reales, que, a pesar de todos los avances científicos producidos en el campo de la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades, siguen afectando (a veces de forma grave e irreversible) a la salud de los pacientes. Por tanto, hay que reconocer con humildad que casi todo está por hacer. Sólo la falta de conocimientos o, peor aún, de interés puede explicar la ausencia de preguntas. Para investigar sobre un tema es importante conocer bien la literatura científica reciente. Es necesario saber cuáles son los conocimientos disponibles y dónde está la zona de penumbra que separa lo conocido de la incertidumbre. Así se podrá evitar intentar contestar a cuestiones ya resueltas. Además, es importante saber identificar y centrarse en aquellas preguntas que pueden tener más interés o más trascendencia práctica o clínica. No vale abordar siempre la pregunta más fácil, la oportunista o aquella cuya contestación está disponible en el ordenador gracias a la base de datos. A veces también hay que intentar responder a la pregunta difícil, aquella que hace plantearse si las herramientas para la obtención de los datos necesarios o la metodología que rutinariamente se emplea son las adecuadas; aquella por la que merece la pena aprender nuevos métodos y nuevas técnicas; aquella que puede merecer todo el esfuerzo, incluso a sabiendas de que va a ser muy difícil de resolver. Antes de empezar, también hay que reflexionar mucho sobre el diseño del estudio. Se debe definir bien el tipo de estudio que se va a realizar (prospectivo, retrospectivo, registro, estudio aleatorizado), que dependerá, fundamentalmente, de la clase de pregunta que se quiera responder y del grado de evidencia del que se desee dotar a las conclusiones. Por otro lado, es importante conocer la metodología que debe utilizarse para atender las diferentes preguntas científicas. Los métodos y las técnicas en investigación Cómo se publica un artículo en una revista científica son meras herramientas que es preciso manejar muy bien y, sobre todo, conocer perfectamente sus limitaciones. No se puede pretender realizar investigación si se empieza de novo con una patología o con una técnica que otros grupos ya conocen desde hace muchos años, o que han desarrollado, y con la que tienen una amplia experiencia. Primero, hay que conocer la enfermedad o el tratamiento muy bien, adquirir experiencia propia y sólo entonces vislumbrar cuáles son las preguntas que es necesario plantear. Eso no quiere decir que no se puedan describir los resultados iniciales de una nueva medida farmacológica o de una técnica quirúrgica en el medio o entorno habituales de trabajo, pero es necesario reconocer los límites de cada aportación y conocer bien el foro en el que la presentación de nuevos hallazgos puede resultar de interés para evitar el síndrome del me too (‘yo, también’). A veces, a raíz de una investigación importante (generalmente, grandes ensayos clínicos multicéntricos), pueden publicarse muchos artículos diferentes. Es necesario que primero se publique el objetivo de valoración principal. Luego pueden publicarse otros artículos independientes con objetivos de valoración secundarios y con análisis de subgrupos. Respecto a estos últimos, hay que aclarar si fueron preespecificados durante el diseño del estudio o si simplemente representan hallazgos inesperados de análisis ulteriores (post hoc). Lo ideal para los lectores es disponer de toda la información relevante de un estudio en un único artículo. Cuando se publica información parcial en diferentes artículos debe justificarse y explicarse. De otra forma, se puede llegar a situaciones absurdas en donde se puede discutir sobre cuál es la mínima unidad de información publicable (salami slicing) que a nadie beneficia. Por último, deben evitarse las publicaciones redundantes. Cuando es necesario repetir parte de la información en otro artículo, deben explicarse claramente los motivos a los editores y a los lectores, resaltando la cita de la publicación previa. El proceso del manejo de datos y el análisis estadístico también han de ser escrupulosos. En ocasiones, tras incluir un incontable número de variables en una base de datos (a veces sin fines de investigación), uno se da cuenta de que dispone de un pequeño tesoro (data-basing o manejo de la base de datos). Es correcto analizar los resultados retrospectivamente, pero siempre que la metodología sea adecuadamente reconocida. Además, también es importante especificar si la pregunta realizada es original, atendiendo a los intereses antes mencionados, o si se trata de una pregunta ficticia formulada retrospectivamente tras comprobar que aparece una significación estadística inesperada («nos sale la p»). Los problemas de las preguntas múltiples, de masajear o reinterrogar a los datos (que siempre terminan por confesar ante un interrogador experto y persistente), y otras cuestiones de índole similar deben ser declarados. Muchos investigadores intentan ser expertos en estadística y algunos incluso lo consiguen. Sin embargo, probablemente sea razonable reconocer que no se puede ser expertos en todo y, en este sentido, será prudente buscar ayuda experta, profesional e independiente durante el análisis estadístico de los datos. Lo fundamental es estar convencido de la validez y del interés de los resultados propios. El conocido aforismo de los investigadores ingleses First think you need is to convince yourself sigue siendo válido. Esto es, nadie mejor que uno mismo para saber realmente la calidad de los datos, el rigor de la metodología y la validez de los resultados. Lo ideal es que el investigador principal (primer firmante) analice personalmente la variable más importante del estudio. ¿Cómo podemos estar convencidos de algo si no lo hemos analizado (y medido) nosotros mismos, si no lo hemos visto con nuestros propios ojos? ¿Cómo podemos estar seguros de la validez y calidad de nuestros datos si no hemos diseñado y supervisado estrechamente la metodología utilizada para obtenerlos? Finalmente, ¿cómo podemos estar convencidos de lo que decimos si no hemos confirmado un manejo adecuado informático de los datos y un adecuado análisis estadístico? Si se conocen bien el tema sobre el que se quiere investigar y la literatura reciente relacionada, si se sabe que los datos son correctos y se está convencido del interés de los propios resultados, y si, además, se está entusiasmado por comunicar esos hallazgos a los demás, entonces (y sólo entonces) es el momento de escribir ese artículo científico. Cómo se escribe un artículo científico Es importante utilizar un lenguaje científico, sobrio y muy preciso. Para los autores no muy experimentados, antes de empezar a escribir puede ser de gran ayuda leer con atención otros artículos científicos previos sobre el 645 libro de la salud cardiovascular tema. La lectura de éstos suele ser fácil y muy fluida. Sin embargo, cuando se escribe y luego se lee lo escrito, nada parece sencillo y mucho menos fluido. Hay que corregir y reescribir hasta que las frases se vayan encadenando y se acerquen a esa fluidez que se apreciaba en los artículos de los demás (que puede parecer tan espontánea y natural) y que ahora se valora más. Hay que trabajar, ser meticuloso y perfeccionista, leer, corregir y releer. Si se aspira a publicar el artículo en una revista internacional en lengua inglesa, deben repetirse todos los pasos anteriores con revistas en esa lengua y puede ser conveniente la revisión de la redacción final por un traductor médico nativo y experto. Es importante recordar que la mayoría de los artículos científicos tiene una extensión muy limitada, que en general es parecida en todas las revistas. Actualmente se requiere a los autores que indiquen el número total de palabras empleado; en general, 12-14 páginas de texto (antes de las referencias) a doble espacio o, de manera más precisa, menos de 4.000-5.000 palabras, que deben ser suficientes para poder presentar toda la información de un trabajo original. Los autores siempre piensan que tienen mucho más que decir y no quieren renunciar a presentar todos sus datos o a discutirlos de forma exhaustiva. ¡Después de tanto trabajo! Sin embargo, los editores siempre se ponen de parte de los lectores, que agradecen generalmente la concisión. Hay que reconocer que, con una extensión similar, otros autores han sido capaces de publicar sus mejores trabajos de investigación en revistas de máximo prestigio, consiguiendo revolucionar muchos aspectos de la medicina. Por tanto, es preciso escribir de forma concisa, saber muy bien lo que se quiere decir y condensar lo más importante. Los artículos científicos se basan en resultados, en datos, y suelen seguir, por tanto, la estructura propia de la investigación cuantitativa. Todos los datos son información y deben precisarse de forma clara, bien en el apartado de resultados o en las tablas o figuras necesarias. Hay que evitar ambigüedades. Cada frase debe estar refrendada por una referencia bibliográfica. No puede decirse nada que no se base en información previa o que no se derive directamente de los datos presentados. Es importante explicar de forma clara por qué ha sido necesario realizar el estudio, qué se ha encontrado, cuáles son las aportaciones más importantes y qué implicaciones se cree que tendrá. En definitiva, hay que saber vender el interés del estudio y hacerlo atractivo. 646 Actualmente, la mayoría de las revistas científicas dispone de un sistema de gestión electrónica de manuscritos que permite el envío de artículos directamente por Internet. Partes más importantes de un artículo Título El título es fundamental. Debe ser atractivo y captar la atención del lector; asimismo, es necesario que sea muy preciso y que transmita cuál es la pregunta que se investiga o, más raramente, cuáles son los resultados encontrados. Debe invitar a la lectura del artículo. Página frontal Incluye el título, los autores, el centro donde se ha realizado la investigación y la dirección para correspondencia. Todos los autores deben haber contribuido de forma sustancial en el desarrollo del estudio, así como haber realizado una aportación intelectual a él, revisando críticamente el manuscrito y aceptando su versión final. Resumen (abstract) El resumen es muy importante y debe ser capaz de sintetizar todo el artículo. Hay que recordar que muchos lectores sólo leerán este apartado. Habitualmente, no debe superar las 250 palabras. Muchas revistas exigen resúmenes estructurados (antecedentes, objetivos, métodos, resultados y conclusión), y siempre debe publicarse un abstract o resumen en inglés. Introducción Debe resumir de forma breve los antecedentes y el estado previo de los conocimientos sobre el tema. Debe resaltar qué aspectos quedan por desvelar y explicar claramente la razón de ser y el objetivo preciso del estudio. Si se utilizan abreviaturas, es importante definirlas. Cómo se publica un artículo en una revista científica Material y métodos La claridad y la precisión en la descripción de la metodología son fundamentales para valorar el rigor científico de un artículo. Ésta debe ser lo suficientemente detallada para que los investigadores y expertos en el mismo tema puedan conocer exactamente qué se ha estudiado, cómo se han realizado las mediciones y de qué manera se han analizado los datos. La descripción debe permitir que un grupo independiente reproduzca el estudio. Análisis estadístico Debe describir los métodos estadísticos empleados en la valoración de la distribución de las variables cualitativas y cuantitativas, mencionar las pruebas empleadas en la comparación de las variables entre grupos, los ajustes efectuados y el nivel de significación estadística. Siempre que sea posible, deben incluirse estimaciones o razones de riesgo y sus intervalos de confianza. Resultados Los resultados deben presentarse de forma clara y ordenada. Muchas veces los datos se resumen mejor en tablas que el lector puede revisar con facilidad. Los resultados más importantes del estudio también pueden presentarse de forma didáctica o ilustrativa en figuras. Es importante elegir el formato de figura que mejor se adapte al tipo de resultados que se pretende comunicar. Incluso en los artículos científicos, una imagen puede valer más que mil palabras y, si es posible, conviene ilustrar con imágenes en color los hallazgos más relevantes. Discusión En la discusión, los autores tienen la oportunidad de resumir los hallazgos principales de su investigación, compararlos con los encontrados en estudios previos y resaltar sus aportaciones originales o el valor incremental de su trabajo. Se debe ser cuidadoso en extremo para no sobreinterpretar los resultados del estudio y ceñirse de manera escrupulosa a lo que realmente se ha podido demostrar y concluir con la metodología empleada. Los autores pueden realizar sugerencias o presentar hipótesis sobre las que interpretan sus resultados, pero siempre distinguiendo entre las comprobaciones y las especulaciones. Es particularmente importante no confundir la asociación con la causalidad. Cada afirmación debe estar refrendada por una cita bibliográfica o bien por los resultados del estudio. Finalmente, es conveniente dedicar un breve apartado a explicar las implicaciones clínicas del estudio, proponer posibles nuevas líneas de investigación y detallar las limitaciones más importantes del trabajo. Referencias Deben ser correlativas y hay que seleccionar las más relevantes. Aunque parezca obvio, es importante haberlas leído. Está justificado utilizar citas de uno mismo, bien de los trabajos previos, para señalar una línea de trabajo, o bien de la misma revista, para poner al lector en el contexto de las aportaciones del estudio. Habitualmente, se utiliza el estilo Vancouver, pero debe consultarse cada revista. Dónde publicar el artículo y cómo adaptarlo a la revista elegida Antes de escribir un artículo para una revista biomédica, conviene leer con detenimiento las instrucciones para los autores, que se publican en cada revista y suelen actualizarse periódicamente. Las instrucciones son siempre bastante parecidas, pero cada revista hace las consideraciones que cree oportunas. En estas normas se abordan cuestiones formales y de estilo, otras que permiten presentar los datos de la forma más clara y concisa posible y, finalmente, cuestiones de autoría, ética y conflictos de intereses. La mayoría de las revistas acepta los requerimientos uniformados de la Asociación Internacional de Editores de Revistas Médicas. Si no se tiene experiencia previa en la publicación científica, esta primera lectura deberá ser exhaustiva. En el caso de que el autor ya tenga experiencia previa, leer las normas le permitirá identificar los detalles que necesita preparar antes del envío a una revista determinada. Debe elegirse la revista adecuada según a quién se desee hacer llegar los resultados. Hay revistas de gran prestigio internacional, pero inaccesibles para la mayoría de los investigadores. Sólo aportaciones científicas de gran trascendencia logran superar los filtros y conseguir la prioridad necesaria para su publicación (¡sí, en estas revistas también existen las cartas de aceptación!). Sin embargo, sólo los audaces ganan y hay que saber apostar (play to win, ‘jugar para ganar’). ¿Por qué no? En otras ocasiones hay que reconocer a tiempo las limitaciones de las aportaciones propias y buscar de entrada revistas más modestas para evitar decepciones continuas. Muchas veces los datos tienen especial interés para los médicos e investigadores de un país y, en este sentido, deben elegirse publicaciones locales. Otras veces 647 libro de la salud cardiovascular los datos son interesantes, pero tan especializados o técnicos que no interesarán a la mayoría de los lectores de una revista de ámbito general. En España existen multitud de revistas científicas de alta calidad que han conseguido un importante factor de impacto y que están incluidas en las más prestigiosas bases de datos y buscadores internacionales. Muchas de estas revistas se publican en español y también en inglés a texto completo para facilitar la difusión internacional de sus contenidos. Conseguir la máxima difusión de los resultados de cada trabajo o investigación es prioritario. Cómo remitir el artículo a la revista y qué sucede tras enviarlo Actualmente, la mayoría de las revistas científicas dispone de un sistema de gestión electrónica de manuscritos que permite el envío de artículos directamente por la web. En estos sistemas, el autor debe rellenar la información de todo el artículo en páginas sucesivas que ha de completar y aceptar (metadatos). Existe una ventana para declarar y especificar los posibles conflictos de intereses. Debe subirse al sistema la carta dirigida al editor en la que se explique el interés del artículo y, posteriormente, el propio autor generará un documento en soporte informático PDF de su artículo, que también subirá al sistema, revisará y aceptará. Una vez remitido el artículo, éste es revisado por el editor correspondiente (no necesariamente el editor-jefe) y, si es de suficiente calidad, será enviado para su valoración por expertos. Ésta es una parte decisiva del proceso editorial. Así, los artículos originales son evaluados muy críticamente por expertos (revisión por pares, peer review) en la misma área de interés. Estos expertos generalmente (aunque no siempre) son elegidos de entre el comité editorial de la revista. Analizan las debilidades y fortalezas del artículo, valoran su interés para la revista y, habitualmente, solicitan múltiples aclaraciones o modificaciones a los autores. En una carta diferente, los revisores expresan su opinión directamente a los editores, a veces de forma más agresiva. Con estas valoraciones, habitualmente de dos revisores y en ocasiones de más, los editores tomarán una decisión sobre si el artículo es susceptible de publicación o debe ser rechazado por falta de prioridad. Los editores atenderán, además, otras consideraciones editoriales (interés para sus lectores, publicación previa de artículos similares, número y tipo de artículos pendientes de publicar, etc.). En caso de respuesta positiva, los autores deben contestar a todas las consideraciones de los evaluadores 648 con los cambios pertinentes en el manuscrito o, en su defecto, explicar muy claramente por qué no se atienden sus sugerencias. Habitualmente, el artículo modificado vuelve a ser enviado a los mismos revisores que inicialmente lo valoraron para una nueva consideración. Por tanto, es muy importante que los autores contesten, uno por uno, a todos los comentarios y también que señalen claramente dónde se han efectuado modificaciones en el manuscrito para que sean fácilmente identificables. En esta segunda valoración pueden pedirse nuevos cambios o aclaraciones adicionales pero, generalmente, la suerte ya está echada. Muchas revistas solicitan en este momento una valoración adicional por expertos en metodología y estadística. El proceso tiene una duración muy variable, pero los autores deben esperar la carta (actualmente por correo electrónico) con la primera decisión en el plazo de uno o dos meses. El tiempo desde la remisión a la aceptación definitiva también es muy variable y oscila entre tres y seis meses. El tiempo entre la aceptación y la publicación suele variar entre cuatro y nueve meses. Los autores tendrán la oportunidad de corregir sus pruebas, que recibirán, no ya desde la revista, sino directamente desde la editorial correspondiente. Deben mantenerse los embargos de tiempo acordados en la difusión de los datos antes de su publicación. Pero, ¿qué sucede si rechazan el artículo? Los autores han puesto una gran ilusión y por eso suelen sentirse incomprendidos o tratados injustamente. Sin embargo, hay que resistirse a la frustración del rechazo. Sólo quienes publican artículos científicos de forma habitual saben cuántas veces éstos son rechazados y cómo, tras incorporar nuevos cambios, terminan encontrando una revista que los acepte. Este proceso, sin embargo, es muy laborioso y sólo conocido por los autores. Siempre es importante intentar mejorar el artículo con los comentarios de los evaluadores. Sin embargo, el propio autor, que por definición es también un experto en el tema, conoce mejor que nadie el valor de sus aportaciones. Por eso, si está convencido de su interés no debe desanimarse por una carta de rechazo y tiene que probar suerte en otra revista. Siguiendo el lema de algunos investigadores keep fighting ('seguir luchando'). Por qué hay que publicar artículos científicos La actividad médica se divide clásicamente en asistencia, docencia e investigación. Ahora también se habla mucho Cómo se publica un artículo en una revista científica de gestión. Todas son facetas importantes. Sin embargo, al referirse específicamente a la medicina académica, la investigación supone su elemento fundamental, y esto debe ser reconocido, valorado y recompensado. En España, por desgracia, la investigación cuenta muy poco en cualquier baremo. Quizá ésa sea, lamentablemente, una de las características de este sistema: al menos en el mundo hospitalario y clínico, el estímulo (¿la presión?) para publicar no existe prácticamente, lo que supone un grave error. Sólo cuando los méritos de investigación sean adecuadamente reconocidos en los ámbitos académicos, la investigación biomédica española podrá aspirar a alcanzar la mayoría de edad. El elemento final de la investigación es la publicación de un artículo científico. Si el artículo finalmente no llega a publicarse es como si la investigación nunca se hubiera realizado. Es preciso publicar para difundir los resultados y contrastarlos con los de otros investigadores y de ese modo, entre todos, seguir avanzando. Hace no demasiado tiempo, algunos médicos hablaban de sus investigaciones en abstracto, de sus proyectos, de sus protocolos científicos, de sus becas. Todo eso está muy bien, pero ya no basta. Actualmente, el mundo de la investigación se ha hecho completamente transparente. Todos los investigadores biomédicos están desnudos ante PubMed. Cualquier persona puede ver el número de publicaciones totales (y también de trabajos como primer autor) de cualquier investigador. La publicación de un artículo científico no es vanidad. Es la única forma de completar con éxito el proceso científico. Por eso es necesario investigar y esforzarse por publicar artículos científicos en revistas médicas. Porque es la mejor forma de avanzar en el conocimiento médico. Porque los médicos e investigadores creemos en ello. No es fácil pero, sin duda, merece la pena. Adelante. Consultas más frecuentes El siguiente cuestionario puede servir de orientación para la elaboración de un artículo científico. 1) Las revistas biomédicas: a) representan el vehículo natural de difusión de los avances producidos en la investigación científica en medicina. b) seleccionan los mejores trabajos para su publicación tras ser revisados por evaluadores independientes. c) tienen que ser capaces de conseguir la máxima difusión de sus contenidos. d) todas las anteriores son correctas. (respuesta correcta: d) 2) En la publicación de un estudio científico debemos tener en cuenta que: a) puede emplearse un estilo sencillo y libre para que sea fácilmente entendible. b) es correcto realizar múltiples publicaciones muy similares del mismo tema y con los mismos datos para que la difusión sea máxima. c) un estudio científico puede publicarse simultáneamente en múltiples revistas para que todos los demás investigadores reconozcan nuestra aportación sobre el tema. d) todas las anteriores son falsas. (respuesta correcta: d) 3) Los artículos científicos: a) deben utilizar un lenguaje científico, sobrio y muy preciso. b) pueden ser bastante extensos (hasta 15.000 palabras) para que todos nuestros hallazgos queden perfectamente reflejados en el manuscrito. c) sólo pueden presentar resultados positivos ya que la información negativa no aporta nada al conocimiento. d) no deben citarse estudios relacionados ya que ello limitaría las posibilidades de publicación de nuestro trabajo. (respuesta correcta: a) 4) Cuál de las siguientes afirmaciones sobre los artículos no es correcta: a) el resumen debe contener los datos más importantes del estudio y cuando sea posible debe presentar un formato estructurado. b) análisis estadístico: no es necesario un apartado específico ya que a lo largo del apartado de resultados pueden realizarse las comparaciones y establecerse el nivel de significación. c) los resultados que se presenten en tablas o en figuras no precisan ser repetidos de nuevo en el texto. d) está justificado utilizar citas previas de los propios inves­ tigadores del estudio. (respuesta correcta: b) 5) Tras enviar el artículo a una revista científica: a) es revisado por los editores y expertos independientes. b) en cuanto se acepte podemos enviarlo a otra revista para mejorar la visibilidad de nuestro trabajo. c) la carta de contestación con la decisión suele llegar en una semana. Si no es así, debe llamarse a la secretaría de la revista para determinar qué ha pasado con nuestro artículo. d) debemos esperar que el artículo se acepte directamente y sólo aceptar cambios o sugerencias mínimos. (respuesta correcta: a) 649 libro de la salud cardiovascular Glosario Aleatorizado: la distribución del tratamiento asignado se establece por azar. Base de datos: herramienta informática que permite almacenar los datos para su análisis posterior. Estilo Vancouver: normas editoriales del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas (su reunión inicial tuvo lugar en Vancouver, Canadá). Son adoptadas por la mayoría de las revistas científicas. Factor de impacto: índice utilizado para medir la importancia de una publicación científica. Se basa en el número de veces que se citan los artículos publicados en relación con el número total de artículos. Es calculado normalmente con periodicidad anual por el Instituto de Información Científica para determinadas publicaciones científicas. Medline: base de datos americana de acceso libre que permite acceder a los resúmenes (y a veces al texto completo) de los artículos científicos médicos relevantes. Multicéntrico: estudio en cuya realización participan diversos centros hospitalarios. Retrospectivo: que busca a posteriori los datos que se necesitan (por ejemplo, las historias clínicas) para poder realizar el estudio. Como no se han identificado y recogido desde el principio del estudio, la calidad de los datos recogidos suele ser peor. Bibliografía Alfonso, F., J. Bermejo, M. Heras, y J. Segovia. «Revista Española de Cardiología 2007: impacto científico, gestión de manuscrito, actividad y difusión». Revista Española de Cardiología 60, núm. 12 (diciembre 2007): 1324-1330. Alfonso, F., J. Bermejo, y J. Segovia. «Impactología, impactitis, impactoterapia». Revista Española de Cardiología 58, núm. 10 (octubre 2005): 1239-1245. —. «Nuevas recomendaciones del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas. Cambiando el énfasis: desde la uniformidad de los requisitos técnicos a consideraciones bio­éticas». Revista Española de Cardiología 57, núm. 6 (junio 2004): 592-593. Prospectivo: que analiza todas las variables desde el momento en que se obtienen para el estudio. —. «Publicación duplicada o redundante: ¿podemos permitírnoslo?» Revista Española de Cardiología 58, núm. 5 (mayo 2005): 601-604. PubMed: servicio proporcionado por la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos que permite consultar directamente y realizar búsquedas de las citaciones (más de 18 millones de artículos) incluidas en la base de datos Medline y en otras revistas científicas. Bermejo, J., J. Segovia, M. Heras, y F. Alfonso. «Gestión electrónica de manuscritos en Revista Española de Cardiología: nuevas herramientas para viejos objetivos». Revista Española de Cardiología 60 (2007): 1206-1210. Resumen • Los resultados de los hallazgos de la investigación biomédica deben difundirse en la comunidad científica. Para ello están las revistas médicas, que pueden centrarse en aspectos fundamentalmente básicos (de investigación de laboratorio o experimentación animal) o bien tener una vocación fundamentalmente clínica. • La misión fundamental de las revistas biomédicas es seleccionar para su publicación los mejores artículos originales de investigación que reciben; por ello, los editores de las revistas tienen que decidir cuáles son los más interesantes para sus lectores. • Los artículos científicos se basan en resultados, en datos, y esta información debe precisarse de forma clara en tablas y figuras. Dichos artículos se dividen en varias secciones o partes: el título, la página frontal, un resumen, una introducción, los materiales y la metodología seguida (en la que se describe también el análisis estadístico utilizado), 650 los resultados y una discusión en la que se resumen los hallazgos descritos en el artículo y se comparan con los de estudios previos. Lo recomendable es terminar el artículo con uno o varios hallazgos. Al final aparece una sección de bibliografías en la que se referencian los artículos más importantes sobre el tema del trabajo. • Es importante, a la hora de escribir un artículo, elegir bien la revista en la que se intentará publicarlo. Para esta elección hay que pensar en el destinatario deseado de los resultados. • El elemento final de la investigación es la publicación de los resultados. Si el artículo finalmente no llega a publicarse, es como si la investigación nunca se hubiera realizado. Por ello, si un artículo no es aceptado para su publicación en una revista es importante mandarlo a otra, intentando mejorarlo con los comentarios de los evaluadores, y sobre todo, no desanimarse.