Capítulo 74 Cómo se publica un artículo en una revista científica

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Capítulo 74
Cómo se publica un artículo
en una revista científica
Dr. Fernando Alfonso
Médico especialista en Cardiología Intervencionista. Instituto Cardiovascular del Hospital Clínico San Carlos, Madrid
Las revistas biomédicas
Las revistas biomédicas constituyen el vehículo natural de difusión de los nuevos avances producidos en la
investigación científica en medicina. Pueden centrarse en
aspectos fundamentalmente básicos (investigación de
laboratorio o experimentación animal), o bien tener una
vocación eminentemente clínica, que ayude en sus decisiones a los médicos que están en contacto directo con
los pacientes. Hay revistas de medicina general, que abordan todos los aspectos de la medicina moderna, y otras
especializadas, centradas específicamente en el ámbito
de cada una de las ramas de la medicina. Finalmente, hay
revistas que publican de forma prioritaria artículos originales de investigación, mientras que otras publicaciones
se nutren de artículos de revisión.
La misión fundamental de las revistas biomédicas
es seleccionar para su publicación los mejores artículos originales de investigación que reciben. De entre todos ellos,
los editores de estas revistas tienen la responsabilidad de
elegir sólo aquellos que serán de mayor interés para sus lectores. De esta forma, las revistas médicas permiten avanzar
en el conocimiento científico y constituyen el medio natural de comunicación entre los investigadores.
Así, un artículo científico publicado en una revista
médica será leído críticamente por numerosos profesionales y sus conclusiones pueden hacer que cambie la forma de
enfocar algunos problemas de salud o incluso la atención
que reciben los pacientes. Además, ese artículo científico
también será leído ávidamente por otros investigadores
que se esfuerzan en profundizar en el conocimiento de
problemas relacionados o muy similares. Estos investigadores contrastarán los resultados del artículo con sus propios datos e intentarán explicar los motivos de las posibles
diferencias.
Finalmente, si la información novedosa publicada
es aceptada por la comunidad científica, ese artículo será
citado ampliamente en posteriores trabajos de investigación o de revisión. En otras palabras, la información transmitida habrá sido aceptada y se habrá consolidado como
válida y útil y, por tanto, podrá ser utilizada como base para
seguir respondiendo a nuevas preguntas. De esta forma,
en medicina la investigación se concibe como un lento
progresar en el conocimiento con movimientos pequeños
y cautelosos, que permiten avanzar un poco sobre lo ya
conocido y que proporcionan una base firme desde la que
poder dar nuevos pasos.
Todo lo anterior indica que las revistas biomédicas
deben tener herramientas para valorar y elegir los mejores
estudios originales que reciben y, una vez aceptados, ser
capaces de publicarlos con la máxima rapidez. Finalmente,
deben garantizar a los autores la máxima difusión de sus
contenidos, lo que, a su vez, permitirá optimizar la difusión
de los nuevos trabajos de investigación. Para conseguir
este objetivo, la mayoría de las revistas de prestigio tienen
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libro de la salud cardiovascular
Las revistas biomédicas constituyen el vehículo natural de difusión
de los nuevos avances producidos en la investigación científica en
medicina.
ediciones electrónicas completas y están disponibles desde
muchos buscadores y bases de datos médicas y bibliométricas. Este dinamismo es consustancial a las revistas científicas y las diferencia de los libros de texto clásicos.
Los libros de texto son rigurosos y exhaustivos y
proporcionan una visión completa y sistemática de conocimientos ya bien asentados. Sin embargo, por características inherentes a su proceso de edición, siempre están
alejados de los últimos avances científicos. Los libros son
la base del aprendizaje y del estudio, permiten consultas rápidas o repasan toda la información existente de
manera general.
Las revistas publican los últimos avances médicos
con celeridad, los critican en profundidad, los cuestionan,
los rebaten y proporcionan el foro de discusión ideal entre
los expertos (cartas al editor, editoriales) sobre los temas
científicos más candentes. Aunque las revistas biomédicas
son claves para difundir los últimos avances entre los clínicos y los grupos de investigadores, también deben cumplir
una función de formación continuada. Para ello publican
artículos de revisión, puestas al día y números monográficos que, en general, también son muy apreciados por los
lectores.
Cuándo publicar un artículo médico y qué
se necesita previamente
Para escribir un artículo científico hace falta estar convencido de que se tiene algo interesante que decir a la comunidad científica. En medicina es muy difícil descubrir algo
trascendental que suponga un cambio en los paradigmas
ya existentes. También resulta complejo describir enfermedades originales y demostrar la eficacia de nuevos tratamientos farmacológicos o de intervenciones novedosas.
Crear siempre ha sido muy difícil. Sin embargo, no
es tan complicado intentar dar respuesta a las preguntas
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cercanas e inmediatas que cotidianamente se le plantean
al médico al analizar de forma crítica la práctica clínica
habitual, el proceso de toma de decisiones y el trabajo
en el laboratorio. Hay que tener una idea, aunque sea
modesta, y creer en ella. Una idea o una pregunta que
apasionen. A partir de ahí siempre se podrá intentar responder, cada uno desde su óptica particular, a todas esas
preguntas próximas que intelectualmente preocupan y
condicionan el trabajo diario. De hecho, los médicos, en
el ejercicio de su profesión, se enfrentan con procesos
patológicos concretos y reales, que, a pesar de todos los
avances científicos producidos en el campo de la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades,
siguen afectando (a veces de forma grave e irreversible)
a la salud de los pacientes. Por tanto, hay que reconocer
con humildad que casi todo está por hacer. Sólo la falta
de conocimientos o, peor aún, de interés puede explicar
la ausencia de preguntas.
Para investigar sobre un tema es importante conocer bien la literatura científica reciente. Es necesario saber
cuáles son los conocimientos disponibles y dónde está la
zona de penumbra que separa lo conocido de la incertidumbre. Así se podrá evitar intentar contestar a cuestiones ya resueltas. Además, es importante saber identificar
y centrarse en aquellas preguntas que pueden tener más
interés o más trascendencia práctica o clínica.
No vale abordar siempre la pregunta más fácil, la
oportunista o aquella cuya contestación está disponible en el ordenador gracias a la base de datos. A veces
también hay que intentar responder a la pregunta difícil, aquella que hace plantearse si las herramientas para
la obtención de los datos necesarios o la metodología
que rutinariamente se emplea son las adecuadas; aquella por la que merece la pena aprender nuevos métodos
y nuevas técnicas; aquella que puede merecer todo el
esfuerzo, incluso a sabiendas de que va a ser muy difícil
de resolver.
Antes de empezar, también hay que reflexionar
mucho sobre el diseño del estudio. Se debe definir bien
el tipo de estudio que se va a realizar (prospectivo, retrospectivo, registro, estudio aleatorizado), que dependerá,
fundamentalmente, de la clase de pregunta que se quiera
responder y del grado de evidencia del que se desee dotar
a las conclusiones.
Por otro lado, es importante conocer la metodología que debe utilizarse para atender las diferentes preguntas científicas. Los métodos y las técnicas en investigación
Cómo se publica un artículo en una revista científica
son meras herramientas que es preciso manejar muy bien
y, sobre todo, conocer perfectamente sus limitaciones.
No se puede pretender realizar investigación si
se empieza de novo con una patología o con una técnica
que otros grupos ya conocen desde hace muchos años,
o que han desarrollado, y con la que tienen una amplia
experiencia. Primero, hay que conocer la enfermedad o
el tratamiento muy bien, adquirir experiencia propia y
sólo entonces vislumbrar cuáles son las preguntas que es
necesario plantear. Eso no quiere decir que no se puedan
describir los resultados iniciales de una nueva medida
farmacológica o de una técnica quirúrgica en el medio o
entorno habituales de trabajo, pero es necesario reconocer los límites de cada aportación y conocer bien el foro
en el que la presentación de nuevos hallazgos puede
resultar de interés para evitar el síndrome del me too (‘yo,
también’).
A veces, a raíz de una investigación importante
(generalmente, grandes ensayos clínicos multicéntricos),
pueden publicarse muchos artículos diferentes. Es necesario que primero se publique el objetivo de valoración
principal. Luego pueden publicarse otros artículos independientes con objetivos de valoración secundarios y con
análisis de subgrupos. Respecto a estos últimos, hay que
aclarar si fueron preespecificados durante el diseño del
estudio o si simplemente representan hallazgos inesperados de análisis ulteriores (post hoc).
Lo ideal para los lectores es disponer de toda la
información relevante de un estudio en un único artículo.
Cuando se publica información parcial en diferentes artículos debe justificarse y explicarse. De otra forma, se puede
llegar a situaciones absurdas en donde se puede discutir
sobre cuál es la mínima unidad de información publicable
(salami slicing) que a nadie beneficia.
Por último, deben evitarse las publicaciones redundantes. Cuando es necesario repetir parte de la información en otro artículo, deben explicarse claramente los
motivos a los editores y a los lectores, resaltando la cita de
la publicación previa.
El proceso del manejo de datos y el análisis estadístico también han de ser escrupulosos. En ocasiones, tras
incluir un incontable número de variables en una base de
datos (a veces sin fines de investigación), uno se da cuenta
de que dispone de un pequeño tesoro (data-basing o
manejo de la base de datos). Es correcto analizar los resultados retrospectivamente, pero siempre que la metodología sea adecuadamente reconocida.
Además, también es importante especificar si la
pregunta realizada es original, atendiendo a los intereses
antes mencionados, o si se trata de una pregunta ficticia
formulada retrospectivamente tras comprobar que aparece
una significación estadística inesperada («nos sale la p»).
Los problemas de las preguntas múltiples, de masajear o
reinterrogar a los datos (que siempre terminan por confesar ante un interrogador experto y persistente), y otras
cuestiones de índole similar deben ser declarados. Muchos
investigadores intentan ser expertos en estadística y algunos incluso lo consiguen. Sin embargo, probablemente sea
razonable reconocer que no se puede ser expertos en todo
y, en este sentido, será prudente buscar ayuda experta,
profesional e independiente durante el análisis estadístico
de los datos.
Lo fundamental es estar convencido de la validez
y del interés de los resultados propios. El conocido aforismo de los investigadores ingleses First think you need
is to convince yourself sigue siendo válido. Esto es, nadie
mejor que uno mismo para saber realmente la calidad de
los datos, el rigor de la metodología y la validez de los
resultados.
Lo ideal es que el investigador principal (primer
firmante) analice personalmente la variable más importante del estudio. ¿Cómo podemos estar convencidos
de algo si no lo hemos analizado (y medido) nosotros
mismos, si no lo hemos visto con nuestros propios ojos?
¿Cómo podemos estar seguros de la validez y calidad
de nuestros datos si no hemos diseñado y supervisado
estrechamente la metodología utilizada para obtenerlos? Finalmente, ¿cómo podemos estar convencidos de
lo que decimos si no hemos confirmado un manejo adecuado informático de los datos y un adecuado análisis
estadístico?
Si se conocen bien el tema sobre el que se quiere
investigar y la literatura reciente relacionada, si se sabe
que los datos son correctos y se está convencido del interés de los propios resultados, y si, además, se está entusiasmado por comunicar esos hallazgos a los demás, entonces
(y sólo entonces) es el momento de escribir ese artículo
científico.
Cómo se escribe un artículo científico
Es importante utilizar un lenguaje científico, sobrio y
muy preciso. Para los autores no muy experimentados,
antes de empezar a escribir puede ser de gran ayuda leer
con atención otros artículos científicos previos sobre el
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libro de la salud cardiovascular
tema. La lectura de éstos suele ser fácil y muy fluida. Sin
embargo, cuando se escribe y luego se lee lo escrito, nada
parece sencillo y mucho menos fluido. Hay que corregir y
reescribir hasta que las frases se vayan encadenando y se
acerquen a esa fluidez que se apreciaba en los artículos de
los demás (que puede parecer tan espontánea y natural) y
que ahora se valora más. Hay que trabajar, ser meticuloso y
perfeccionista, leer, corregir y releer. Si se aspira a publicar
el artículo en una revista internacional en lengua inglesa,
deben repetirse todos los pasos anteriores con revistas en
esa lengua y puede ser conveniente la revisión de la redacción final por un traductor médico nativo y experto.
Es importante recordar que la mayoría de los artículos científicos tiene una extensión muy limitada, que
en general es parecida en todas las revistas. Actualmente
se requiere a los autores que indiquen el número total de
palabras empleado; en general, 12-14 páginas de texto
(antes de las referencias) a doble espacio o, de manera más
precisa, menos de 4.000-5.000 palabras, que deben ser
suficientes para poder presentar toda la información de un
trabajo original.
Los autores siempre piensan que tienen mucho
más que decir y no quieren renunciar a presentar todos
sus datos o a discutirlos de forma exhaustiva. ¡Después de
tanto trabajo! Sin embargo, los editores siempre se ponen
de parte de los lectores, que agradecen generalmente
la concisión. Hay que reconocer que, con una extensión
similar, otros autores han sido capaces de publicar sus
mejores trabajos de investigación en revistas de máximo
prestigio, consiguiendo revolucionar muchos aspectos de
la medicina. Por tanto, es preciso escribir de forma concisa,
saber muy bien lo que se quiere decir y condensar lo más
importante.
Los artículos científicos se basan en resultados, en
datos, y suelen seguir, por tanto, la estructura propia de la
investigación cuantitativa. Todos los datos son información
y deben precisarse de forma clara, bien en el apartado de
resultados o en las tablas o figuras necesarias. Hay que evitar ambigüedades. Cada frase debe estar refrendada por
una referencia bibliográfica. No puede decirse nada que no
se base en información previa o que no se derive directamente de los datos presentados.
Es importante explicar de forma clara por qué ha
sido necesario realizar el estudio, qué se ha encontrado,
cuáles son las aportaciones más importantes y qué implicaciones se cree que tendrá. En definitiva, hay que saber
vender el interés del estudio y hacerlo atractivo.
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Actualmente, la mayoría de las revistas científicas dispone de un
sistema de gestión electrónica de manuscritos que permite el envío
de artículos directamente por Internet.
Partes más importantes de un artículo
Título
El título es fundamental. Debe ser atractivo y captar la atención del lector; asimismo, es necesario que sea muy preciso
y que transmita cuál es la pregunta que se investiga o, más
raramente, cuáles son los resultados encontrados. Debe
invitar a la lectura del artículo.
Página frontal
Incluye el título, los autores, el centro donde se ha realizado
la investigación y la dirección para correspondencia. Todos
los autores deben haber contribuido de forma sustancial en el desarrollo del estudio, así como haber realizado
una aportación intelectual a él, revisando críticamente el
manuscrito y aceptando su versión final.
Resumen (abstract)
El resumen es muy importante y debe ser capaz de sintetizar
todo el artículo. Hay que recordar que muchos lectores sólo
leerán este apartado. Habitualmente, no debe superar las 250
palabras. Muchas revistas exigen resúmenes estructurados
(antecedentes, objetivos, métodos, resultados y conclusión),
y siempre debe publicarse un abstract o resumen en inglés.
Introducción
Debe resumir de forma breve los antecedentes y el estado
previo de los conocimientos sobre el tema. Debe resaltar
qué aspectos quedan por desvelar y explicar claramente la
razón de ser y el objetivo preciso del estudio. Si se utilizan
abreviaturas, es importante definirlas.
Cómo se publica un artículo en una revista científica
Material y métodos
La claridad y la precisión en la descripción de la metodología son fundamentales para valorar el rigor científico
de un artículo. Ésta debe ser lo suficientemente detallada
para que los investigadores y expertos en el mismo tema
puedan conocer exactamente qué se ha estudiado, cómo
se han realizado las mediciones y de qué manera se han
analizado los datos. La descripción debe permitir que un
grupo independiente reproduzca el estudio.
Análisis estadístico
Debe describir los métodos estadísticos empleados en la
valoración de la distribución de las variables cualitativas y
cuantitativas, mencionar las pruebas empleadas en la comparación de las variables entre grupos, los ajustes efectuados y el nivel de significación estadística. Siempre que sea
posible, deben incluirse estimaciones o razones de riesgo
y sus intervalos de confianza.
Resultados
Los resultados deben presentarse de forma clara y ordenada. Muchas veces los datos se resumen mejor en tablas
que el lector puede revisar con facilidad. Los resultados
más importantes del estudio también pueden presentarse
de forma didáctica o ilustrativa en figuras. Es importante
elegir el formato de figura que mejor se adapte al tipo
de resultados que se pretende comunicar. Incluso en los
artículos científicos, una imagen puede valer más que mil
palabras y, si es posible, conviene ilustrar con imágenes en
color los hallazgos más relevantes.
Discusión
En la discusión, los autores tienen la oportunidad de resumir los hallazgos principales de su investigación, compararlos con los encontrados en estudios previos y resaltar
sus aportaciones originales o el valor incremental de su
trabajo. Se debe ser cuidadoso en extremo para no sobreinterpretar los resultados del estudio y ceñirse de manera
escrupulosa a lo que realmente se ha podido demostrar
y concluir con la metodología empleada. Los autores
pueden realizar sugerencias o presentar hipótesis sobre
las que interpretan sus resultados, pero siempre distinguiendo entre las comprobaciones y las especulaciones.
Es particularmente importante no confundir la asociación
con la causalidad. Cada afirmación debe estar refrendada
por una cita bibliográfica o bien por los resultados del
estudio. Finalmente, es conveniente dedicar un breve
apartado a explicar las implicaciones clínicas del estudio,
proponer posibles nuevas líneas de investigación y detallar las limitaciones más importantes del trabajo.
Referencias
Deben ser correlativas y hay que seleccionar las más relevantes. Aunque parezca obvio, es importante haberlas
leído. Está justificado utilizar citas de uno mismo, bien de
los trabajos previos, para señalar una línea de trabajo, o
bien de la misma revista, para poner al lector en el contexto
de las aportaciones del estudio. Habitualmente, se utiliza el
estilo Vancouver, pero debe consultarse cada revista.
Dónde publicar el artículo y cómo adaptarlo
a la revista elegida
Antes de escribir un artículo para una revista biomédica, conviene leer con detenimiento las instrucciones
para los autores, que se publican en cada revista y suelen actualizarse periódicamente. Las instrucciones son
siempre bastante parecidas, pero cada revista hace las
consideraciones que cree oportunas. En estas normas
se abordan cuestiones formales y de estilo, otras que
permiten presentar los datos de la forma más clara y
concisa posible y, finalmente, cuestiones de autoría,
ética y conflictos de intereses. La mayoría de las revistas
acepta los requerimientos uniformados de la Asociación
Internacional de Editores de Revistas Médicas. Si no se
tiene experiencia previa en la publicación científica, esta
primera lectura deberá ser exhaustiva. En el caso de que
el autor ya tenga experiencia previa, leer las normas le
permitirá identificar los detalles que necesita preparar
antes del envío a una revista determinada.
Debe elegirse la revista adecuada según a quién
se desee hacer llegar los resultados. Hay revistas de gran
prestigio internacional, pero inaccesibles para la mayoría
de los investigadores. Sólo aportaciones científicas de gran
trascendencia logran superar los filtros y conseguir la prioridad necesaria para su publicación (¡sí, en estas revistas
también existen las cartas de aceptación!). Sin embargo,
sólo los audaces ganan y hay que saber apostar (play to
win, ‘jugar para ganar’). ¿Por qué no?
En otras ocasiones hay que reconocer a tiempo
las limitaciones de las aportaciones propias y buscar de
entrada revistas más modestas para evitar decepciones
continuas. Muchas veces los datos tienen especial interés
para los médicos e investigadores de un país y, en este
sentido, deben elegirse publicaciones locales. Otras veces
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libro de la salud cardiovascular
los datos son interesantes, pero tan especializados o técnicos que no interesarán a la mayoría de los lectores de una
revista de ámbito general.
En España existen multitud de revistas científicas
de alta calidad que han conseguido un importante factor
de impacto y que están incluidas en las más prestigiosas
bases de datos y buscadores internacionales. Muchas de
estas revistas se publican en español y también en inglés
a texto completo para facilitar la difusión internacional de
sus contenidos. Conseguir la máxima difusión de los resultados de cada trabajo o investigación es prioritario.
Cómo remitir el artículo a la revista y qué sucede
tras enviarlo
Actualmente, la mayoría de las revistas científicas dispone de
un sistema de gestión electrónica de manuscritos que permite el envío de artículos directamente por la web. En estos
sistemas, el autor debe rellenar la información de todo el
artículo en páginas sucesivas que ha de completar y aceptar
(metadatos). Existe una ventana para declarar y especificar
los posibles conflictos de intereses. Debe subirse al sistema
la carta dirigida al editor en la que se explique el interés
del artículo y, posteriormente, el propio autor generará un
documento en soporte informático PDF de su artículo, que
también subirá al sistema, revisará y aceptará.
Una vez remitido el artículo, éste es revisado por el
editor correspondiente (no necesariamente el editor-jefe)
y, si es de suficiente calidad, será enviado para su valoración por expertos. Ésta es una parte decisiva del proceso
editorial. Así, los artículos originales son evaluados muy
críticamente por expertos (revisión por pares, peer review)
en la misma área de interés. Estos expertos generalmente
(aunque no siempre) son elegidos de entre el comité editorial de la revista. Analizan las debilidades y fortalezas del
artículo, valoran su interés para la revista y, habitualmente,
solicitan múltiples aclaraciones o modificaciones a los autores. En una carta diferente, los revisores expresan su opinión
directamente a los editores, a veces de forma más agresiva.
Con estas valoraciones, habitualmente de dos revisores y en
ocasiones de más, los editores tomarán una decisión sobre
si el artículo es susceptible de publicación o debe ser rechazado por falta de prioridad. Los editores atenderán, además,
otras consideraciones editoriales (interés para sus lectores,
publicación previa de artículos similares, número y tipo de
artículos pendientes de publicar, etc.).
En caso de respuesta positiva, los autores deben
contestar a todas las consideraciones de los evaluadores
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con los cambios pertinentes en el manuscrito o, en su
defecto, explicar muy claramente por qué no se atienden
sus sugerencias. Habitualmente, el artículo modificado
vuelve a ser enviado a los mismos revisores que inicialmente lo valoraron para una nueva consideración. Por
tanto, es muy importante que los autores contesten, uno
por uno, a todos los comentarios y también que señalen
claramente dónde se han efectuado modificaciones en
el manuscrito para que sean fácilmente identificables. En
esta segunda valoración pueden pedirse nuevos cambios
o aclaraciones adicionales pero, generalmente, la suerte ya
está echada.
Muchas revistas solicitan en este momento una
valoración adicional por expertos en metodología y estadística. El proceso tiene una duración muy variable, pero
los autores deben esperar la carta (actualmente por correo
electrónico) con la primera decisión en el plazo de uno o
dos meses. El tiempo desde la remisión a la aceptación
definitiva también es muy variable y oscila entre tres y
seis meses. El tiempo entre la aceptación y la publicación
suele variar entre cuatro y nueve meses. Los autores tendrán la oportunidad de corregir sus pruebas, que recibirán,
no ya desde la revista, sino directamente desde la editorial correspondiente. Deben mantenerse los embargos de
tiempo acordados en la difusión de los datos antes de su
publicación.
Pero, ¿qué sucede si rechazan el artículo? Los
autores han puesto una gran ilusión y por eso suelen
sentirse incomprendidos o tratados injustamente. Sin
embargo, hay que resistirse a la frustración del rechazo.
Sólo quienes publican artículos científicos de forma habitual saben cuántas veces éstos son rechazados y cómo,
tras incorporar nuevos cambios, terminan encontrando
una revista que los acepte. Este proceso, sin embargo, es
muy laborioso y sólo conocido por los autores. Siempre es
importante intentar mejorar el artículo con los comentarios de los evaluadores. Sin embargo, el propio autor, que
por definición es también un experto en el tema, conoce
mejor que nadie el valor de sus aportaciones. Por eso, si
está convencido de su interés no debe desanimarse por
una carta de rechazo y tiene que probar suerte en otra
revista. Siguiendo el lema de algunos investigadores keep
fighting ('seguir luchando').
Por qué hay que publicar artículos científicos
La actividad médica se divide clásicamente en asistencia,
docencia e investigación. Ahora también se habla mucho
Cómo se publica un artículo en una revista científica
de gestión. Todas son facetas importantes. Sin embargo, al
referirse específicamente a la medicina académica, la investigación supone su elemento fundamental, y esto debe
ser reconocido, valorado y recompensado. En España, por
desgracia, la investigación cuenta muy poco en cualquier
baremo. Quizá ésa sea, lamentablemente, una de las características de este sistema: al menos en el mundo hospitalario y clínico, el estímulo (¿la presión?) para publicar no
existe prácticamente, lo que supone un grave error. Sólo
cuando los méritos de investigación sean adecuadamente
reconocidos en los ámbitos académicos, la investigación
biomédica española podrá aspirar a alcanzar la mayoría de
edad.
El elemento final de la investigación es la publicación de un artículo científico. Si el artículo finalmente
no llega a publicarse es como si la investigación nunca
se hubiera realizado. Es preciso publicar para difundir los
resultados y contrastarlos con los de otros investigadores y de ese modo, entre todos, seguir avanzando. Hace
no demasiado tiempo, algunos médicos hablaban de sus
investigaciones en abstracto, de sus proyectos, de
sus protocolos científicos, de sus becas. Todo eso está
muy bien, pero ya no basta. Actualmente, el mundo de la
investigación se ha hecho completamente transparente.
Todos los investigadores biomédicos están desnudos
ante PubMed. Cualquier persona puede ver el número de
publicaciones totales (y también de trabajos como primer autor) de cualquier investigador. La publicación de
un artículo científico no es vanidad. Es la única forma
de completar con éxito el proceso científico. Por eso es
necesario investigar y esforzarse por publicar artículos
científicos en revistas médicas. Porque es la mejor forma
de avanzar en el conocimiento médico. Porque los médicos e investigadores creemos en ello. No es fácil pero, sin
duda, merece la pena. Adelante.
Consultas más frecuentes
El siguiente cuestionario puede servir de orientación para la
elaboración de un artículo científico.
1) Las revistas biomédicas:
a) representan el vehículo natural de difusión de los avances
producidos en la investigación científica en medicina.
b) seleccionan los mejores trabajos para su publicación
tras ser revisados por evaluadores independientes.
c) tienen que ser capaces de conseguir la máxima difusión de sus contenidos.
d) todas las anteriores son correctas.
(respuesta correcta: d)
2) En la publicación de un estudio científico debemos tener en
cuenta que:
a) puede emplearse un estilo sencillo y libre para que sea
fácilmente entendible.
b) es correcto realizar múltiples publicaciones muy similares del mismo tema y con los mismos datos para que
la difusión sea máxima.
c) un estudio científico puede publicarse simultáneamente
en múltiples revistas para que todos los demás investigadores reconozcan nuestra aportación sobre el tema.
d) todas las anteriores son falsas.
(respuesta correcta: d)
3) Los artículos científicos:
a) deben utilizar un lenguaje científico, sobrio y muy preciso.
b) pueden ser bastante extensos (hasta 15.000 palabras)
para que todos nuestros hallazgos queden perfectamente reflejados en el manuscrito.
c) sólo pueden presentar resultados positivos ya que la
información negativa no aporta nada al conocimiento.
d) no deben citarse estudios relacionados ya que ello limitaría las posibilidades de publicación de nuestro trabajo.
(respuesta correcta: a)
4) Cuál de las siguientes afirmaciones sobre los artículos no es
correcta:
a) el resumen debe contener los datos más importantes
del estudio y cuando sea posible debe presentar un
formato estructurado.
b) análisis estadístico: no es necesario un apartado específico ya que a lo largo del apartado de resultados pueden realizarse las comparaciones y establecerse el nivel
de significación.
c) los resultados que se presenten en tablas o en figuras
no precisan ser repetidos de nuevo en el texto.
d) está justificado utilizar citas previas de los propios inves­
tigadores del estudio.
(respuesta correcta: b)
5) Tras enviar el artículo a una revista científica:
a) es revisado por los editores y expertos independientes.
b) en cuanto se acepte podemos enviarlo a otra revista para
mejorar la visibilidad de nuestro trabajo.
c) la carta de contestación con la decisión suele llegar en
una semana. Si no es así, debe llamarse a la secretaría
de la revista para determinar qué ha pasado con nuestro artículo.
d) debemos esperar que el artículo se acepte directamente y sólo aceptar cambios o sugerencias mínimos.
(respuesta correcta: a)
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libro de la salud cardiovascular
Glosario
Aleatorizado: la distribución del tratamiento asignado se establece por azar.
Base de datos: herramienta informática que permite almacenar
los datos para su análisis posterior.
Estilo Vancouver: normas editoriales del Comité Internacional
de Editores de Revistas Médicas (su reunión inicial tuvo lugar en
Vancouver, Canadá). Son adoptadas por la mayoría de las revistas
científicas.
Factor de impacto: índice utilizado para medir la importancia de
una publicación científica. Se basa en el número de veces que se
citan los artículos publicados en relación con el número total de
artículos. Es calculado normalmente con periodicidad anual por
el Instituto de Información Científica para determinadas publicaciones científicas.
Medline: base de datos americana de acceso libre que permite
acceder a los resúmenes (y a veces al texto completo) de los artículos científicos médicos relevantes.
Multicéntrico: estudio en cuya realización participan diversos
centros hospitalarios.
Retrospectivo: que busca a posteriori los datos que se necesitan
(por ejemplo, las historias clínicas) para poder realizar el estudio.
Como no se han identificado y recogido desde el principio del
estudio, la calidad de los datos recogidos suele ser peor.
Bibliografía
Alfonso, F., J. Bermejo, M. Heras, y J. Segovia. «Revista Española de
Cardiología 2007: impacto científico, gestión de manuscrito, actividad y difusión». Revista Española de Cardiología 60, núm. 12
(diciembre 2007): 1324-1330.
Alfonso, F., J. Bermejo, y J. Segovia. «Impactología, impactitis, impactoterapia». Revista Española de Cardiología 58, núm. 10 (octubre
2005): 1239-1245.
—. «Nuevas recomendaciones del Comité Internacional de Editores
de Revistas Médicas. Cambiando el énfasis: desde la uniformidad de
los requisitos técnicos a consideraciones bio­éticas». Revista Española
de Cardiología 57, núm. 6 (junio 2004): 592-593.
Prospectivo: que analiza todas las variables desde el momento
en que se obtienen para el estudio.
—. «Publicación duplicada o redundante: ¿podemos permitírnoslo?» Revista Española de Cardiología 58, núm. 5 (mayo 2005):
601-604.
PubMed: servicio proporcionado por la Biblioteca Nacional de
Medicina de Estados Unidos que permite consultar directamente y
realizar búsquedas de las citaciones (más de 18 millones de artículos)
incluidas en la base de datos Medline y en otras revistas científicas.
Bermejo, J., J. Segovia, M. Heras, y F. Alfonso. «Gestión electrónica de
manuscritos en Revista Española de Cardiología: nuevas herramientas para viejos objetivos». Revista Española de Cardiología 60
(2007): 1206-1210.
Resumen
• Los resultados de los hallazgos de la investigación
biomédica deben difundirse en la comunidad científica. Para ello están las revistas médicas, que pueden
centrarse en aspectos fundamentalmente básicos (de
investigación de laboratorio o experimentación animal)
o bien tener una vocación fundamentalmente clínica.
• La misión fundamental de las revistas biomédicas es
seleccionar para su publicación los mejores artículos originales de investigación que reciben; por ello, los editores de las revistas tienen que decidir cuáles son los más
interesantes para sus lectores.
• Los artículos científicos se basan en resultados, en datos, y
esta información debe precisarse de forma clara en tablas
y figuras. Dichos artículos se dividen en varias secciones o
partes: el título, la página frontal, un resumen, una introducción, los materiales y la metodología seguida (en la
que se describe también el análisis estadístico utilizado),
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los resultados y una discusión en la que se resumen los
hallazgos descritos en el artículo y se comparan con
los de estudios previos. Lo recomendable es terminar
el artículo con uno o varios hallazgos. Al final aparece
una sección de bibliografías en la que se referencian los
artículos más importantes sobre el tema del trabajo.
• Es importante, a la hora de escribir un artículo, elegir
bien la revista en la que se intentará publicarlo. Para esta
elección hay que pensar en el destinatario deseado de
los resultados.
• El elemento final de la investigación es la publicación
de los resultados. Si el artículo finalmente no llega a
publicarse, es como si la investigación nunca se hubiera
realizado. Por ello, si un artículo no es aceptado para su
publicación en una revista es importante mandarlo a
otra, intentando mejorarlo con los comentarios de los
evaluadores, y sobre todo, no desanimarse.
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