Conclusiones CONCLUSIONES Conclusiones Las mujeres inmigrantes magrebíes y latinoamericanas analizadas forman colectivos análogos, desde el punto de vista de la edad, y en las mismas condiciones laborales y reproductivas. Pero diferentes en cuanto a las circunstancias previas de llegada a España. Las latinoamericanas parten de una situación educativa superior, independientemente de la edad de las mujeres. Esto, junto a la ventaja que supone compartir el mismo idioma con el país de acogida, puede hacer que la inserción de este colectivo se vea favorecida frente a las magrebíes. No obstante, ni el nivel de estudios, ni la situación legal son determinantes para el acceso laboral tras la migración, aunque ambas condiciones van a permitir un mejor nivel de empleo y una mejor integración en la sociedad receptora. En cuanto a la situación profesional, se observa, en los datos tomados en 2003, un empeoramiento de las condiciones laborales en España, tanto en el acceso al trabajo como en la calidad de éste. Esta situación se ha puesto de manifiesto en los dos grupos de mujeres, pero las magrebíes siempre están en desventaja frente a las latinoamericanas tanto en el acceso al trabajo como en el nivel de ingresos. Por el contrario, tras la migración las latinoamericanas sufren una mayor pérdida de estatus laboral con respecto a su país de origen. La integración, además, se ve afectada por la situación civil y familiar. En ambos colectivos, hay un alto porcentaje de mujeres casadas y la mayoría de éstas residen en España con sus parejas, que son, en su mayor parte, del mismo origen de procedencia que la mujer. Estos dos últimos factores han permitido comprobar que existe un acceso diferencial por género, y por colectivo, al mercado de trabajo. Por género, se favorece la inserción laboral de los inmigrantes masculinos. En función del lugar de procedencia, diversos factores hacen que las latinoamericanas consigan más fácilmente trabajo que las magrebíes. Desde el punto de vista de la pérdida de categoría profesional, igual que en el caso de las mujeres, el impacto es más negativo entre los cónyuges latinoamericanos. Aunque éste siempre es más marcado entre las mujeres. En definitiva, las mujeres de las poblaciones analizadas, no sólo sufren mayor pérdida de estatus laboral que los hombres tras la migración, sino que, tanto entre las magrebíes como en las latinoamericanas, hay mayores porcentajes de mujeres en situación de inactividad que en los hombres de esos colectivos. Esto es más destacado en las mujeres magrebíes analizadas. De esta forma se comprueba que existen diferencias relevantes en función del lugar de procedencia para las variables de tipo socioeconómico, con mayores dificultades de integración laboral entre las magrebíes, que era la primera de las hipótesis específicas de las que partía este trabajo. Sin embargo, el tipo y las condiciones de alojamiento son similares entre magrebíes y latinoamericanas, en contra de la hipótesis inicial acerca del acceso a la vivienda. El régimen de alquiler es el tipo de alojamiento mayoritario para las mujeres de ambos colectivos, y las condiciones de habitabilidad son comparables a las del resto 434 Conclusiones de la población española, tanto desde el punto de vista del hacinamiento, como de las comodidades del hogar. En cuanto a los hábitos higiénicos y el patrón nutricional, se ha comprobado que existe una variación con respecto al país de origen, en función del tiempo de estancia en España. Además, hay diferentes pautas de comportamiento según el lugar de procedencia de las mujeres. En general, las magrebíes apenas modifican el consumo de tabaco y alcohol tras la migración, y se caracterizan por un uso saludable de estos dos factores de riesgo. Si bien, el consumo de tabaco puede modificarse si el cónyuge es español, de manera que estaría revelándose como un factor de asimilación de las costumbres y la cultura española. Para las latinoamericanas, la tendencia tras la migración es a adquirir el hábito de consumo, y, para las que consumían estos productos antes de llegar a España, a aumentarlo. Así, se pone de manifiesto una adaptación a las costumbres españolas y, desde el punto de vista de la salud, un aspecto negativo ligado al nuevo hábitat. Junto a esto, hay que añadir la perdida de la práctica de ejercicio físico en España, en los dos grupos de mujeres. Lo que es un factor de riesgo adicional en el colectivo latinoamericano. En cuanto al patrón de alimentación, las magrebíes tienen mayor tendencia a mantener sus costumbres que las latinoamericanas, por la accesibilidad de los alimentos, por la semejanza entre los dos entornos o como reafirmaron cultural. Pero, en ambas poblaciones, se producen modificaciones asociadas al tiempo de permanencia en España, al nivel de ingresos, el trabajo de la mujer fuera del hogar, el nivel de estudios, los gustos y costumbres de las mujeres analizadas y, para ciertos alimentos, la presencia del cónyuge. Es importante tener en cuenta que estas modificaciones pueden tener repercusiones en la salud de las mujeres y, que algunos de los factores que están influyendo en los cambios son modificables. El consumo de lácteos aumenta independientemente del origen de las mujeres, por el contrario, para las legumbres hay una tendencia al declive, a semejanza de los modelos seguidos en España, lo que puede poner de manifiesto un cambio hacia los modos de alimentación del país de acogida. En cuanto a las frutas y verduras, los dos colectivos mantienen el consumo en ambos entornos. Para los productos ricos en hidratos de carbono, se produce un aumento del consumo de pasta y una disminución de consumo de cereales. Desde el punto de vista nutritivo, esto se traduce en un descenso cuantitativo del consumo de hidratos de carbono, con respecto a sus países de origen, en ambas poblaciones. Entre las conclusiones más relevantes en referencia a los alimentos proteicos, está la disminución del consumo de pescado, asociada al nivel de ingresos de las inmigrantes. Además, entre las latinoamericanas se ha puesto de manifiesto una menor ingesta proteica tras la migración, y una disminución del consumo de la carne de vacuno. 435 Conclusiones Asimismo, entre las latinoamericanas, se constata un aumento, con respecto a sus países de origen, de alimentos “innecesarios” como es el caso de los dulces. Al mismo tiempo, se ha observado una tendencia al aumento de la ingesta de lípidos. En cuanto a los aspectos somáticos, es importante tener en cuenta la influencia de los cambios y las situaciones que conlleva la migración en estas patologías, aunque las condiciones socioculturales previas a la migración tienen una gran influencia en el desarrollo del sobrepeso y la obesidad. Las latinoamericanas son el colectivo más afectado por los cambios tras la migración, hacia una adquisición de hábitos negativos, como un mayor consumo de tabaco, alcohol y mayores cambios de hábitos nutricionales. Las magrebíes presentan mayores acúmulos grasos, y una distribución de la grasa corporal troncal, de tipo mórbido. El sedentarismo, el cambio de costumbres alimenticias y el consumo de determinados alimentos, aparecen asociados a los valores de sobrepeso y obesidad en las mujeres analizadas, lo que indica la influencia de la migración sobre estas variables. Se ha observado que el tiempo de estancia en España tiene una cierta influencia en las variables relacionadas con la distribución de la grasa corporal. Por el contrario, en los factores fisiológicos de riesgo la tendencia es a mayores niveles entre las latinoamericanas. Pero, en ambos colectivos, se ha puesto de manifiesto que la prevalencia de hipertensión e hipercolesterolemia aumenta tras la migración. Se puede concluir que la migración tiene una influencia negativa sobre los factores de riesgo de las enfermedades cardiovasculares, lo que corrobora la hipótesis referida para a estos aspectos. En contraposición a esa hipótesis, no se puede decir que a mayor tiempo de asentamiento se produzcan mayores situaciones de riesgo. Los cambios en los hábitos saludables asociados a la migración también tienen influencia en las disfunciones menstruales de las mujeres analizadas. Aumenta el número de mujeres que tienen ciclos irregulares, amenorreas y algunos de los síntomas asociados a la menstruación, especialmente entre las mujeres hispanoamericanas. Asimismo, en España, se transforman los patrones de fecundidad. La situación laboral y el nivel de ingresos, en paralelo al tiempo de asentamiento son los factores fundamentales de ese cambio. Esto se pone de manifiesto, en primer lugar, por el cambio en el uso de los métodos anticonceptivos. Evidentemente el uso de esos métodos va a depender de la presencia de la pareja. Los cambios socioeconómicos y culturales, no favorecen la imitación del patrón de fertilidad tradicional de los países de origen. Sin embargo, la estrategia reproductiva de las mujeres migrantes difiere de la del país de acogida, debido, en parte, a que cuando las mujeres iniciaron su proceso migratorio ya habían iniciado su ciclo reproductivo. Desde otro punto de vista, se ha comprobado que existe un acceso diferencial al sistema de salud español en función del lugar de procedencia. Hay una mayor asistencia entre las magrebíes (excepto para la atención ginecológica), lo que 436 Conclusiones contradice una de las hipótesis iniciales en referencia a este aspecto. El horario laboral y el tiempo de estancia en España son factores con influencia importante en la asistencia a las consultas médicas, lo que explica la situación encontrada. El perfil epidemiológico, que es diferente en función del país de origen antes de la migración, se va a modificar en ambos colectivos. En España, se produce una cierta semejanza de perfil mórbido en ambos grupos de mujeres. Aumentan las enfermedades de tipo nervioso, las nutricionales, como la anemia, las ginecológicas, las de adaptación a un nuevo ambiente, como las reacciones alérgicas o los problemas respiratorios, y los factores de riesgo cardiovascular. No obstante, los resultados deben ser matizados, puesto que puede existir una falta de diagnóstico en el país de origen. Se ha puesto de manifiesto que hay patologías que no son reconocidas como tales por las mujeres, por ejemplo el sobrepeso y obesidad. Pero, también hay que destacar que tienen un mayor conocimiento de los valores de tensión arterial y colesterol, quizá a consecuencia de las campañas mediáticas, habituales para la población general sobre estos factores de riesgo. Como conclusión final y en línea con la hipótesis general, las condiciones sociales, laborales, económicas, y el tiempo de permanencia en España transforman los hábitos, las prácticas y las pautas de comportamiento de las poblaciones migrantes analizadas. Esto va a tener repercusiones sobre su fertilidad y comportamiento reproductivo, así como en su bienestar y salud. En este sentido, es importante tener en cuenta el tipo de modificaciones a consecuencia de la migración, tanto de hábitos como dietéticas y otras, a la hora de diseñar programas y actuaciones en el campo de la salud dirigidos a estas poblaciones. Para esto se hace necesario profundizar en mayor medida en la influencia de las ingestas nutritivas sobre los niveles de sobrepeso y obesidad. Por ejemplo, en referencia al consumo de lácteos (que aumenta en ambos colectivos) sería interesante incluir el tipo de lácteos y si son enteros o desnatados. Además, se hace necesario llevar a cabo estudios longitudinales para una valoración más precisa de la influencia del tiempo de asentamiento, ya que éste, indudablemente, tiene que estar actuando de alguna manera. La elevada proporción de población extranjera justifica la existencia de campañas enfocas en los problemas concretos de salud de las poblaciones inmigrantes, que pueden ir dirigidas a la población foránea y autóctona al mismo tiempo. 437