Importantes cambios en la organización de la Armada

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RENACIMIENTO DE LA ARMADA (1942-1970)
En la parte superior del ancla y sobre el arganeo se posa el cóndor andino con las alas desplegadas
y su cuello y cabeza hacia su derecha. Es el símbolo de la nacionalidad y de nuestra soberanía.
A los dos costados del ancla y circundando a ésta, están palmas de
laurel florido, tipo alejandrino, con hojas lanceoladas verdes, que
representan la gloria y el triunfo, unidas en su parte inferior como
dos cosas inseparables.
Todo el círculo interior tiene un fondo de esmalte azul,
representando el mar, el cielo y el horizonte ilimitado.
Escudo de la Armada, dispuesto por el Comando
Conjunto de las FF.AA. Foto archivo personal.
Por disposición del jefe del Comando Conjunto de las FF.AA. con el afán de unificar la
nominación a las tres ramas de las Fuerzas Armadas: Fuerza Terrestre, Fuerza Naval y Fuerza
Aérea, el año 2010, el escudo de la Armada del Ecuador sufre un cambio; básicamente en su
lema, se cambia “Armada del Ecuador” por “Fuerza Naval Ecuador”, como se observa en el
gráfico. Para la fecha de publicación del presente estudio, se anota que en el mes de junio de
2012 se regresa al escudo histórico de la Armada en consideración de que el nombre Fuerza
Naval, no engloba todo lo que significa el poder naval; no así la palabra Armada, que si lo
incluye.
Importantes cambios en la organización de la Armada
En 1954 se produce un virtual y trascendental cambio en la organización y en las ideas
conceptuales sobre la finalidad de la Armada, exteriorizadas con la adquisición de seis lanchas
patrulleras destinadas a ejercer el control de las actividades de los buques pesqueros en aguas
continentales e insulares ecuatorianas. Este fue el antecedente más lejano del actual Cuerpo de
Guardacostas
El llamado Acuerdo de Santiago suscrito por Chile, Ecuador y Perú, estaba vigente desde el
18 de agosto de 1952 relacionada sobre medidas de vigilancia y control de las zonas marítimas
de los países signatarios. La suscripción de la Declaración de Santiago repercutió fuertemente
en las obligaciones de la Armada; pues, al extenderse hasta las doscientas millas marítimas,
desde la costa y alrededor del archipiélago, el área bajo la jurisdicción del Estado ecuatoriano,
el control de los buques dedicados a la pesca se hizo muy difícil.
La sola adquisición de estos buques no era suficiente para forjar una Fuerza Naval, era necesario
preparar al personal mediante constantes ejercicios en la mar y así consolidar una doctrina
táctica a través de la experiencia obtenida en el transcurso de estos ejercicios.
Esta necesidad motivó así mismo la adquisición de los aviones Catalina, planeándose
inicialmente que éstos sean piloteados por aviadores navales, y con este fin la Armada envió
a dos oficiales recién graduados en la Escuela Naval de Annapolis al centro de entrenamiento
de Pensacola en EE.UU., pero lamentablemente el Ministerio de Defensa decidió que quien
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