CAPITANES DE UN CAMBIO Producción de: Cristian Grosso, Andrés Prestileo y Gastón Sáiz . Son exitosos, respetuosos, discretos y trabajadores; Carlos Getzelevich, Rubén Magnano y Sergio Vigil, los entrenadores de los seleccionados de voleibol, basquetbol y hockey sobre césped femenino, respectivamente, representan un nuevo estilo de conducción Ellos reivindican valores caídos en desuso. Son exitosos, pero no perdieron los atributos que les permitieron serlo: rigor, honestidad, compromiso, discreción y respeto por los demás. Son tres directores técnicos del deporte argentino que ostentan virtudes que la sociedad hoy desearía encontrar en sus dirigentes políticos. Sergio Vigil, el conductor del seleccionado femenino de hockey sobre césped campeón del mundo en Perth; Rubén Magnano, entrenador de la selección de basquetbol subcampeona en Indianápolis, y Carlos Getzelevich, DT del conjunto albiceleste que obtuvo el 6o lugar en el Mundial que se disputó en nuestro país. Son ellos y sus triunfos sin vedetismo. A contramano de esa tendencia que tantas veces valora más a los exhibicionistas del ascenso meteórico. .Lejos de la alta exposición pública, aferrados a un sentimiento de perfeccionismo y a una capacidad de trabajo que roza los límites obsesivos, sus obras se ganaron el respeto y la consideración. Posiblemente porque los tres basan su función sobre la percepción de que nadie se salva solo. Sus dirigidos, que provienen de la desarticulada sociedad argentina, también son ejemplo de lealtad, esfuerzo y buena conducta. Vigil (37 años), Magnano (48) y Getzelevich (40) han logrado establecer una sana convivencia, sin mezclar prioridades profesionales con amiguismos que supongan tratos diferenciados. Y así eliminaron histerias y petulancias. .–¿Qué aspectos son fundamentales para el manejo del grupo? .Getzelevich : –Primero, el orgullo de pertenecer a la selección argentina. Es un lugar de pertenencia fundamental. Ese sentimiento motiva, hace que no se renuncie a ninguna pelota y que se trabaje siempre al máximo. Ponerse esa camiseta implica muchas responsabilidades. .Magnano : –El sentimiento de pertenencia, el querer estar, es uno de los detalles que más valoro en un jugador. Puede haber un gran talento, pero si duda entre estar o no, no nos sirve. .–Y si aquel que no quería estar, después de un éxito sí se acerca, ¿cómo reacciona usted? .Magnano : –En mi estructura no tiene lugar. .–¿Qué importancia le atribuyen al liderazgo del grupo? .Getzelevich : –Es importante el liderazgo del cuerpo técnico hacia sus jugadores. Cuando los jugadores ven que el cuerpo técnico está unido en una forma de pensar y que todos trabajan con el mismo objetivo, se sienten más comprometidos. El DT es el que marca las pautas de trabajo, de convivencia, de organización, de solidaridad, de humildad... Son cualidades que, primero, el técnico tiene que demostrar para después poder exigir a sus jugadores. .–Y si dirigir es el arte de convencer, ¿de qué se valen para conseguirlo? .Magnano : –De la credibilidad. Hay que alimentar la convicción diaria del jugador tratando de que mejore, no sólo como jugador, sino también como persona a través de mensajes, de actitudes y normas. En el plano del juego esto es ejercitar las cosas que no le salen del todo. A veces se dice que tal jugador sólo sirve para esto. A mí no me gusta pensar así porque es coartar la posibilidad de crecimiento del individuo. . –¿Qué cosas necesita ver el jugador en el técnico para otorgarle autoridad? .Magnano : –El jugador se fija mucho en la honestidad del entrenador. También en sus conocimientos y al mismo tiempo se detiene para ver si su entrenador es una persona capaz de escuchar. Pero fundamentalmente en la honestidad, en el respeto que tenga para con sus dirigidos. Y en el trato igualitario, que no haga distinciones. .Getzelevich : –Primero, que maneje los conceptos en lo táctico y técnico con solidez. Pero con eso sólo no basta. Hay que demostrar cómo es uno realmente; no venderse de una manera y ser de otra. Ir siempre con la verdad, más allá de que algo le duela a algún jugador. Ese jugador va a valorar que se sea honesto con él. Hay conducciones unipersonales, y otras no. En el basquetbol, el hockey o el voleibol, más allá de los técnicos, hay mucha gente detrás que está compenetrada con ese trabajo. .–¿Hace falta tener alguien dentro del grupo en quien delegar esa autoridad? .Getzelevich : –Depende del grupo de que se trate, pero si se tiene esa posibilidad, es muy importante. Nosotros, con Hugo (Conte), Marcos (Milinkovic) o Javier (Weber) charlábamos siempre sobre las cosas que necesitábamos del equipo. Se me ocurre que ellos son tan referentes como lo pueden ser Rognoni, Aicega, Sconochini, Oberto o Ginóbili. Son gente con experiencia, que si son positivos es bueno que el entrenador la aproveche. .–¿Cómo se dan cuenta de que un grupo está convencido de la propuesta? .Vigil : –Antes del debut en el Mundial, con Nueva Zelanda, tuvimos una charla muy especial que, como siempre, se guarda en la intimidad. Pero habló cada una de las jugadoras y cada uno en el cuerpo técnico. Y cada uno dio su corazón al equipo: cada individuo le habló al grupo, le dijo lo que tenía para ofrecerle y lo que le gustaría recibir. Ahí me di cuenta de que era un grupo convencido de lo que quería y cómo lo quería. El qué hacemos es importante, pero el cómo es determinante. Y vi que el cómo estaba mejor que nunca. Fue lindo; no hubo una persona que no se expresó o no le dio su corazón al grupo. .–¿Y hay algún método puntual para optimizar el convencimiento? . Getzelevich : –Es una sumatoria de todo. Si vos sos fuerte en técnica y táctica, pero personalmente no generás confianza en el jugador, siempre habrá algo que no funcione. Abrirse y ser sincero ayuda a unir al grupo. .–¿Qué pasaría si alguien no se amoldara a sus formas de trabajo? ¿Contemplan algún sistema de premios y castigos? .Vigil : –Nunca fue necesario. El camino lo vamos eligiendo entre todos, con criterio y sentido común. Y escuchando, porque no creemos que el cuerpo técnico, cuando llega a un seleccionado, tiene que decir ésta es mi forma de trabajar y todos se tienen que amoldar. Sí hay una filosofía y una ética de trabajo, pero flexible, que se adapta a cada grupo. Nosotros no tenemos una táctica como para decir los equipos de Vigil juegan de esta manera. Los equipos donde está Vigil juegan según las jugadoras y las personas que tienen. Hay cosas que no se cambian: el esfuerzo, la solidaridad, la humildad y el espíritu de grupo. Eso tiene que ver con los valores y es una exigencia. Pero en verdad es una bendición. .Getzelevich : –El tema de los premios y castigos se da en ejercicios puntuales de trabajo. Por ejemplo, el equipo que llega primero a una meta tiene un premio, o el que no lo hace tiene que pagarlo trabajando un poco más. Pero tiene que ver con los objetivos: hasta que no se alcanza una consigna, no se deja de trabajar. . –¿Existe una nueva forma de conducción que se está extendiendo? .Getzelevich : –Sí, puede ser que haya una similitud en lo de anteponer lo grupal a lo individual. Primero están los jugadores, el grupo; después, el esfuerzo del cuerpo técnico. Esto de ser solidarios es una constante, no sólo del voleibol, sino del basquetbol y del hockey, por ejemplo. Se deja lo que es fuertemente individualista para enfatizar la importancia de lo grupal. .Vigil : –Advierto un gesto: las chicas siempre tienen al grupo por encima de cada individuo. Las chicas siempre hablan del grupo, no del individuo. Eso es reconfortante. Y también la madurez que tuvieron para afrontar lo que para la mayoría de la gente era una presión –ser candidatos–, para disfrutar de un Mundial y tomarlo como un desafío y no como una presión. .–¿Es difícil romper la barrera entre la jerarquía del cuerpo técnico y el papel de los jugadores? .Vigil : –No existe una barrera impuesta; los papeles se dan naturalmente. Nunca necesitamos expresarles a las chicas algo así como ustedes son las jugadoras, nosotros somos el cuerpo técnico; hasta acá pueden llegar. Jamás. Son un grupo de personas tan profesional como respetuoso. Es más: pudimos disfrutar del vínculo jugador-cuerpo técnico e interactuar. Ellas saben que su aporte es valorado y escuchado. Y eso enriqueció a todos, porque las ideas que se generan son mucho más sorprendentes y creativas. .