Red Nacional de Centros Académicos dedicados al Estudio de la Gestión en Gobiernos Locales. Segundo Seminario Nacional, Bernal 11 y 12 de mayo de 2000. Una metodología para la sistematización de proyectos innovadores de gestión local. Alejandro Villar y Sergio Raúl Ilari Introducción Las últimas décadas han sido ricas en experiencias innovadoras de la gestión tradicional municipal. Producto de la reforma del Estado, en Argentina los gobiernos locales han afrontado, explícita o implícitamente, la responsabilidad de gestionar nuevas funciones en marcos organizacionales generalmente poco acostumbrados y capacitados para la gestión del cambio y la inclusión de nuevas actividades de acción. Sin embargo, la innovación local no debe ser acotada a la mera inclusión de nuevas funciones, sino que también van desarrollándose, aunque a veces muy lentamente y de ninguna manera mayoritaria, nuevas formas de administrar la ciudad, lo que generaría nuevos modelos de gestión, a veces considerado como “empresarial” (OSBORNE,D, 1997), otras “gerencial” o “de desarrollo humano” (GARCÍA DELGADO, D.,1997; ARGENTINA, Informe de Desarrollo Humano, 1997.) Limitando nuestro universo de análisis a las experiencias recientes de los municipios de la provincia de Buenos Aires, presentamos en esta ponencia una propuesta metodológica para la clasificación de las heterogéneas prácticas innovadoras existentes que vinculan al gobierno local con actores externos en función de objetivos sociales, económicos, de mejora urbana o de desarrollo institucional. Cabe aclarar que este trabajo constituye uno de los subproductos de la investigación que desarrollamos actualmente en la Universidad Nacional de Quilmes, junto a Marcela Fernández y Daniel Cravacuore, denominada “Las nuevas técnicas de gestión local. Fundamentos teóricos y análisis de experiencias”. 2. Nuevas funciones y nuevas formas de administrar la ciudad: de la administración tradicional de los recursos a la perspectiva del desarrollo. El municipio ha tenido tradicionalmente las funciones de regular y controlar la construcción de la ciudad y las actividades económicas que allí se realizan; asimismo ha tenido la responsabilidad de ocuparse de los pobres. A esto es necesario sumarle la función administrativa del municipio, que si bien es la de menor efecto sobre la sociedad, para la lógica institucional suele ser tan o más importante que las anteriores. Estas funciones fueron generando áreas de trabajo que, a su vez han demandado la creación de organismos particulares para atender cada problemática en particular, generando áreas de trabajo y, finalmente, las reparticiones1 que forman el organigrama municipal. Ahora bien, en los últimos años han surgido nuevas demandas a los municipios lo que ha generado, entonces, nuevas funciones que éste debe atender. En efecto, las nuevas demandas sociales, sumadas a presiones externas de otros niveles de gobierno materializadas fundamentalmente a través de los procesos de descentralización, están reclamando encarar nuevas funciones, entre las que sobresalen las del desarrollo económico local, el empleo, la ecología y la promoción social. Pero simultáneamente a la adquisición de nuevas funciones, aparecen experiencias puntuales novedosas en el modo de gestión caracterizadas, a veces por constituir una perspectiva empresarial (por ejemplo, al terciarizar funciones o al priorizar la eficiencia como criterio de evaluación de los resultados), como así también por el desarrollo de mecanismos de participación ciudadana en la gestión o por tener como base la planificación y la proyección de la acción al mediano y largo plazo (modos de acción no necesariamente presentes en el modelo de gestión empresarial). Estas nuevas formas de gestión se van desarrollando generalmente en forma esporádica dentro de las administraciones locales, limitándose a determinados sectores e incluso superponiéndose con las formas tradicionales de gestión. Además, es de destacar que estas nuevas formas de gestión aparecen tanto en las áreas generadas para la gestión de las nuevas funciones asumidas formal e informalmente por estas instancias de gobierno, como en las tradicionales áreas de gobierno, tal como Obras Públicas o Acción Social. En este marco, se consolidaría una perspectiva participativa del desarrollo por sobre la de la administración operativa, “de apagar incendios” o de corto plazo. 1 Debido a la enorme heterogeneidad que existe entre la organización de los municipios denominaremos reparticiones tanto a las Secretarías, Subsecretarías, Direcciones o Departamentos que componen el organigrama municipal. Consideramos que pueden desagregarse los objetivos de gobierno vinculados a las nuevas modalidades de gestión de la siguiente manera: el desarrollo económico; el de carácter social; el urbano y el institucional. Podemos entender el Desarrollo Económico Local como el proceso de transformación de la economía y la sociedad que apunta a lograr la generación de capacidades del sector productivo con el fin de dotar a la economía local de las condiciones de competitividad necesarias en el marco de la creciente globalización de los procesos económicos. Tradicionalmente los gobiernos se vinculaban a esta cuestión a través del control formal de las actividades económicas desarrolladas en la ciudad. En las últimas décadas el gobierno local pasa además a constituirse en un activo promotor de la radicación de emprendimientos productivos y la generación de puestos de trabajo. Por otra parte, entendemos el Desarrollo Social como el proceso general de transformación que procura la integración de los distintos sectores sociales, la mejora de la calidad de vida y el crecimiento de las oportunidades de la población. Cabe aclarar que diferenciamos el desarrollo social del asistencialismo por sus objetivos y metodología. El primero se plantea una solución más integral al problema de la pobreza buscando la inserción de los sectores excluidos potenciando sus propias capacidades y, a su vez, la metodología de trabajo alienta la participación de los beneficiarios en los programas. Por su parte, el asistencialismo procura dar una solución temporal a un problema particular conservando la relación vertical entre el que otorga los recursos y el que recibe. El Desarrollo Urbano hace referencia al proceso de planificación y optimización de la gestión del hábitat en medios urbanos. En este sentido, en las últimas décadas asistimos a una revalorización de la planeación urbana y de la importancia de generar propuestas sustentables. En este marco se insertan los planes estratégicos locales y regionales y a nivel puntual las experiencias de utilización productiva de los residuos urbanos; la revalorización de los espacios de esparcimiento; la preservación del medio ambiente, etc. Es de destacar en este sentido, la aparición de nuevas técnicas de procesamiento y sistematización de la información que mejoran y simplifican el diagnóstico y la planificación urbana, tal como los sistemas de información geográficos (GIS). El abordaje desde el Desarrollo Institucional tiene varios años de presencia en el ámbito empresario, pero creemos que sigue siendo novedoso en nuestro campo de análisis y, a su vez, ha sido poco transformado académicamente en los últimos años. Lo entendemos “como una respuesta al cambio, una estrategia compleja que tiene por objeto modificar las creencias, actitudes, valores y estructuras de las organizaciones, de modo que puedan adaptarse mejor a nuevas tecnologías, mercados y estímulos y a la rapidez vertiginosa del cambio mismo” (BENNIS, W. en DESSLER, pág. 286). Desde nuestro punto de vista el desarrollo institucional implica tanto el desarrollo de articulaciones con organismos externos (por ejemplo, a través de la generación de planes estratégicos o presupuestos de participación indirecta), como la transformación de la manera tradicional de gestión interna (por ejemplo, a través de programas de calidad total; transparencia; coordinación interinstitucional o programas de participación del personal en la toma de decisiones. 3. De la gestión tradicional a la cogestión Desde los 80 van acrecentándose las experiencias de articulaciones interinstitucionales. Estas iniciativas fundamentalmente se originan en el campo de la administración de empresas, materializado en la generación de alianzas estratégicas interempresarias con el fin de alcanzar algunos objetivos planificados. Al respecto, en The Economist se planteaba a principio de los 90, que las alianzas llegaron a ser “al menos tan importantes para las estrategias de las grandes compañias como las adquisiciones” (19/9/1992, en LEWIS, J., pág. 13). También estas experiencias se han desarrollado exitosamente en la gestión interestatal, como la alcanzada por los países europeos y en el campo de las organizaciones no gubernamentales, materializando proyectos comunes tal como los de cooperación norte - sur en los 80. Los gobiernos locales en América Latina tradicionalmente han tenido un estilo de gestión poco proclive a la cooperación o coordinación interganizacional. Por el contrario, la gestión local tradicionalmente es considerada un espacio cerrado y estructurado en forma de reinos independientes. Pero como es reconocido a nivel regional, en las últimas décadas, algunos gobiernos locales fueron progresivamente aceptando la necesidad de compartir la gestión, ganando espacios de consenso y articulación de políticas. Ahora bien, hasta qué punto son beneficiosas estas alianzas? En principio, se espera que al coordinar esfuerzos se logren resultados superiores a los conseguidos de manera independientemente. Jordan Lewis plantea que las empresas lograrán reducir riesgos y costos de producción; proporcionar mayor valor a los productos; ofrecer una más amplia línea de servicios o incluso realzar la imagen (pág. 57 a 67)2. Siguiendo a Richard Hall (1996), fuera de los beneficios que genera, cabe tener también en cuenta que el establecer relaciones interorganizacionales coordinadas constituye, en primer término, un gasto de recursos adicionales (para generar, mantener y desarrollar la relación). Teneindo en cuenta este aspecto, no toda articulación sería beneficiosa para el gobierno local, sino sólo aquellas en las que los resultados generados serán superiores a los recursos invertidos en la relación. Dejando de lado los costos ocasionados, también cabría analizar, antes de generar una relación, hasta qué punto los actores involucrados tienen objetivos, intereses y valores en común, o por lo menos no excluyentes entre sí. A modo de ejemplo, 2 En las organizaciones públicas esto implica ampliar los márgenes de credibilidad, o en otros términos, su grado de legitimidad. podríamos considerar poco conveniente que el gobierno local articule con Cáritas, la ejecución de un proyecto social de planificación familiar. Ahora bien, qué tipos de articulaciones posibles pueden desarrollar los gobiernos locales? Consideramos la existencia tres tipos de articulaciones, según el tipo de actor involucrado en la relación con el gobierno local: la sociedad civil (participando directa o indirectamente a través de sus organizaciones), las empresas privadas y otros actores estatales (nacionales, provinciales o municipales). Si combinamos estos tipos de articulaciones descriptos con los objetivos de desarrollo planteados en el apartado anterior podemos presentar el siguiente cuadro: OBJETIVOS DESARROLLO DESARROLLO DESARROLLO DESARROLLO URBANO ECONÓMICO SOCIAL INSTITUCIONAL Tipo de articulaciones Con la ciudadanía: directa o a través de O.N.Gs. Con las empresas y fundaciones privadas. Con otras jurisdicciones estatales. 4. Experiencias en la provincia de Buenos Aires En general es usual que se generen articulaciones del gobierno local con las organizaciones de la sociedad civil, fundamentalmente vinculadas al objetivo del desarrollo social. Fundamentalmente en los 80 es destacable el rol que fueron asumiendo las comúnmente denominadas O.N.G.s, en lo que hace a la gestión de proyectos puntuales de promoción social. También, en los 90, la Iglesia Católica pasa a ocupar espacios de gestión, impensables en el marco de las gerencias tradicionales. Por ejemplo, en Florencio Varela durante dos años, la Municipalidad acordó con el Obispado de Quilmes dejar en manos de ella el área de acción social. A su vez, en el Municipio de Quilmes, también a través de convenios se estableció que algunos programas estuvieran a cargo de la Iglesia, tal como el programa provincial denominado Plan Vida. Las Asociaciones de Fomento también son otras de las instituciones convocadas para la cogestión, aunque generalmente para ejecutar los programas ya implementados por el gobierno local, con menor poder de modificar las decisiones del gobierno local del que disponía la Iglesia en los casos anteriormente señalados. En una de las investigaciones que realizamos con anterioridad, pudo observarse que en el Programa de Descentralización de la actividad cultural en el municipio de Quilmes, las asociaciones civiles participantes, sólo tenían posibilidad de tomar decisiones marginales al desarrollo de los cursos y talleres (CRAVACUORE, D., FERNÁNDEZ, M., ILARI, S. Y VILLAR, A., 1999). Otra experiencia de este tipo se desarrolla en el municipio de Chacabuco desde 1996, donde estas organizaciones participan en un programa de distribución de bolsas de alimentos denominado Aporte Nutricional, cumpliendo el rol de controlar las acciones, codistribuir los alimentos y supervisar la transparencia del programa en lo que respecta al grupo de beneficiarios. En la actualidad, cabe destacar la experiencia del Plan de Salud desarrollado en el Municipio de Punta Indio, acordado inicialmente entre el gobierno local y la ciudadanía que en forma directa participó en los Consejos consultivos. Las articulaciones desarrolladas con las empresas, fundamentalmente están ligadas al desarrollo económico local. Una de estas experiencias, el Centro de Desarrollo Regional del Trabajo (CEDERT) estaba conformado en sus inicios por cuatro municipios, la CGT Regional, dos Uniones de Industriales, dos universidades y Cámaras de Comercio de la zona, con el objetivo de “atender las necesidades reales y concretas de empleo y formación profesional de la región” (BULCOURF, P. – ILARI, S., 1999). Otra de las experiencias innovadoras, pero también ya desestructuradas, fueron a través de los Encuentros de Vinculación Tecnológica en el Municipio de Ituzaingó, con una conformación similar en lo que respecta a actores involucrados, pero con productos con mayor nivel de heterogeneidad que en el caso anterior (capacitación, promoción de microemprendimientos, emprendimientos conjunto para un parque industrial, etc.). Es de destacar que en estas acciones no siempre participó el gobierno local (BULCOURF, P. – ILARI, S., 1999). Referido a este tipo de articulación, recientemente, en el Partido de Campana, se constituyó la primer experiencia en donde se generó el Plan Estratégico Local a partir de la conjunción inicial entre una Empresa (Siderca) y organizaciones de la sociedad civil (entre ellas, el Centro de Estudios Proyecto Campana). Sin embargo, excluyendo los casos de planes estratégicos y de las experiencias puntuales de donaciones de Fundaciones privadas, sigue siendo poco habitual en al provincia de Buenos Aires, el surgimiento de experiencias en donde se vinculen empresas privadas con el gobierno local con el objetivo del desarrollo social. Una excepción es el de la empresa Siderca en el marco de los Partidos de Campana y Zárate, acción formalizada incluso en propio organigrama empresario, al crear desde hace cuatro años una Secretaría de Desarrollo Social. Finalmente también se han desarrollado interesantes relaciones del municipio con otras instituciones estatales. Por ejemplo, en Florencio Varela el Programa contra la Mortalidad Infantil articula la acción de control y seguimiento de los niños nacidos en el Partido con mayor riesgo, entre la Secretaría de Salud del gobierno local y las trabajadoras voluntarias del Plan Vida (programa provincial). También se han desarrollado experiencias de articulación con universidades nacionales. En este sentido cabe volver a remitirnos a los casos anteriormente descriptos, CEDERT y Encuentros de Vinculación Tecnológica. En lo que respecta al desarrollo urbano, desde hace ocho años se realizan foros metropolitanos de urbanismo, integrados por los equipos técnicos de los municipios que conforman el área (Capital federal y partidos del Gran Buenos Aires). Sin embargo estas relaciones todavía no han llegado a formalizarse por parte de los gobiernos locales. Existen experiencias recientes de asociación horizontal intermunicipal con o sin participación del gobierno provincial, como los diecisiete Corredores Productivos existentes en la actualidad. También es de destacar la experiencia que llevan a cabo un grupo de municipios del noroeste de la provincia al coordinar compras de insumos en conjunto, con el objeto de reducir los costos (entre ellos el de Junín). Es de destacar que estas articulaciones intermunicipales fundamentalmente se han desarrollado con el objetivo del desarrollo local y regional, no siendo habitual las interrelaciones con objetivos sociales. En el siguiente cuadro pueden observarse ejemplos de las variantes posibles del esquema anteriormente presentado. Tipo de DESARROLL DESARROLLO articulaciones O ECONÓMICO URBANO Con la Plan Plan ciudadanía: Estratégico Estratégico directa o a través de O.N.Gs. BAHÍA CAMPANA BLANCA Con las Remodelación Incubadora de empresas y Urbana Empresas fundaciones Integral privadas. OLAVARRÍA TIGRE Con otras CONINDELTA Consorcio jurisdiciones productivo del estatales Sudoeste. SAN ISIDRO G. LAMADRID DESARROLL DESARROLLO O SOCIAL INSTITUCIONAL Programa Indio Sano. Concejos para la Comunidad. PUNTA INDIO LOMAS ZAMORA DE Erradicación Terciarización de del Trabajo funciones Infantil administrativas. BALCARCE. CHACABUCO Programa Compras Contra la Conjuntas Mortalidad Infantil. F. VARELA JUNÍN Por una parte cabe aclarar que algunos de estos ejemplos pueden traspasar el lugar asignado en la clasificación. Por ejemplo, el programa contra la Mortalidad Infantil de Florencio Varela (clasificado como experiencia de desarrollo social y de articulación con otros organismos estatales dada la coordinación del gobierno provincial con el Plan Vida), también constituye un ejemplo de coordinación entre las áreas sociales del gobierno local, por lo que constituye también una experiencia de desarrollo institucional, (tema desarrollado en el apartado siguiente). Una mención especial merece darse al desarrollo de los presupuestos participativos o los planes estratégicos participativos. En la provincia de Buenos Aires no existen experiencias de participación directa del tipo de los presupuestos participativos originales, pero son varios los municipios que han desarrollado planes estratégicos participativos. Es de destacar que estos constituyen un mecanismo integral de acción, donde se posibilita la inusual situación en que las organizaciones sociales puedan a su vez participar en las decisiones vinculadas al desarrollo económico, mientras que las empresas lo puede hacer en el campo del desarrollo social. Además, dado su carácter integral, los planes estratégicos, pueden ser clasificados en la mayor parte de las opciones presentadas en el cuadro. Para poder determinar precisamente su alcance, en realidad se debería considerar cada caso en particular. 5. Referencias bibliográficas ARGENTINA, Informe sobre el Desarrollo Humano, Bs. As., 1997 BULCOURF, P – ILARI, S. “El caso del Centro de Desarrollo Regional de Trabajo (CEDERT) CAMPANA”, en www.alianzas.org. BULCOURF, P – ILARI, S. “El caso del Encuentro de Vinculación Tecnológica en Ituzaingó” en www.alianzas.org. CABRERA MENDOZA, E. (comp.), La nueva gestión municipal en México. Análisis de experiencias innovadoras en gobiernos locales, ed. CIDE, México, 1996. CRAVACUORE, D., FERNÁNDEZ, M., ILARI, S. Y VILLAR, A., Políticas sociales en el ámbito municipal. Estudio de casos, inédito, Bernal, 1999. DESSLER, G. Organización y administración. Enfoque situacional, Prentice Hall, México D. F., 1979. GARCÍA DELGADO, D. (comp.) Hacia un nuevo modelo de gestión local. Municipio y Sociedad Civil en Argentina, FLACSO - C.B.C. (UBA) – U.C.C., Buenos Aires, 1997. HALL, Richard, Organizaciones, Estructuras, Procesos y Resultados, Ed. PrenticeHall, México, 1996. LEWIS, J., Alianzas estratégicas. Cómo crearlas, desarrollarlas y administrarlas para beneficio mutuo, Vergara, Bs. As., 1990. OSBORNE, D. - GAEBLER, T., La reinvención del gobierno. La influencia del espíritu empresarial en el sector público, Paidós, Bs. As., 1997.