LA PARIDAD DEL PODER ADQUISITIVO Y LAS ELASTICIDADES DE IMPORTACIÓN Y EXPORTACIÓN EN MÉXICO Gerardo Bueno Z. (México) INTRODUCCIóN Recientemente, en la discusión de los problemas económicos de México, se ha comenzado a fijar la atención en el tipo de cambio como resultado tanto de razones de orden externo provocadas por las crisis en los pagos internacionales como de razones de orden interno y, en especial, ]>or los posibles conflictos entre la evolución deseada de la economía y las limitaciones que puede imponer el mantenimiento de un equilibrio en el sector externo. Como consecuencia, se han creado dos corrientes de opinión. Una de ellas va en el sentido de que el tipo de cambio actual de 12.50 pesos por dólar sobrevalúa el precio de la divisa mexicana frente a la estadounidense, lo cual provoca restricciones al margen de maniobra de la política económica en México y, en especial, obliga a seguir políticas deflacionarias; la otra opinión es aquella :^egún la cual la paridad indicada es realista, permite el equilibrio en la balanza de pagos y no entraña restricciones importantes ni a la política económica ni al logro de los objetivos que se le han asignado. Ademíís, según esta última, la modificación del tipo de cambio traería aparejados más problemas de los que resolvería por el surgimiento de presiones inflacionarias y movimientos especulativos. Sin embargo, parece válido señalar que, hasta el momento, ninguna de esas posiciones ha sido justificada exjdícitamente. Así, en los razonamientos a favor de la primera se citan, por ejemplo, las magnitudes absolutas del déficit en cuenta corriente de balanza de pagos en los últimos años, la creciente inflexibilidad de ese déficit por el aumento en la importancia relativa de los pagos a los factores del exterior en los egresos en cuenta corriente, y los montos de los endeudamientos con el exterior tanto a corto como a largo plazo. En la segunda alternativa, los razonamientos a favor del sostenimiento de la paridad del tipo de cambio frente al dólar, señalan la cuestión de que. de hecho, ya se ha registrado una devaluación frente a otras divisas, el favorable crecimiento reciente de las exportaciones de mercancías y servicios, que no sería posible con una divisa marcadamente sobrevaluada, que los coeficientes de servicio al capi313 314 EL TRIMESTRE ECONÓMICO tal extranjero por deuda e inversiones se encuentran dentro de límites manejables en términos de su participación en los ingresos en cuenta corriente y, los incrementos registrados en las reservas internacionales. En ambas de esas posiciones existen, sin embargo, dos elementos comunes. El primero es que en ninguna de ellas se ha producido suficiente evidencia empírica acerca del grado de sobrevaluación, o no sobrevaluación, del tipo de cambio con respecto al dólar. Lo segundo es que no se ha hecho explícito suficientemente el concepto de equilibrio o de desequilibrio de balanza de pagos a que se está haciendo referencia en una y otra alternativa. Por ejemplo, en la que se sostiene como conveniente la modificación de la paridad de la divisa mexicana al hacerse mención de las magnitudes de déficit en cuenta corriente, de egresos por pagos a factores y de montos de endeudamiento en forma aislada no se los relaciona con otras variables de la economía que contribuiría a colocarlos en una perspectiva más justa y equilibrada. En la segunda, que sostiene como conveniente el sostenimiento del actual nivel del tipo de cambio es también obvio que se requiere de mayor justificación, dado que en el comportamiento favorable de las tasas de aumento de los ingresos en cuenta corriente incide el efecto de distintas medidas que se han adoptado, pero cuyo efecto no puede ser permanente, como la devolución de los impuestos en el caso de los productos exportados y de la contribución de las industrias maquiladoras y no se hace mención de las restricciones que impone el sector externo al crecimiento de la economía mexicana vía limitaciones a los márgenes de operación de las políticas monetaria y fiscal. En este trabajo no se abordan todas estas cuestiones que son por sí mismas bastante complejas. Se limita exclusivamente a presentar algunas consideraciones acerca de la sobrevaluación del tipo de cambio, con lo que se espera proporcionar un elemento de análisis sustanciado empíricamente que pueda servir para orientar la discusión. Con este propósito, en las secciones que siguen se examina la evolución de la paridad relativa del poder adquisitivo, la magnitud de la devaluación que sería necesaria para corregir el desequilibrio en cuenta corriente o reducirlo en forma significativa y, finalmente, se hace una evaluación de distintas alternativas de política que pueden adoptarse en sustitución de una modificación en la paridad del peso frente al dólar (a febrero de 1973). En el documento no se abordan, en consecuencia, los importantes problemas de carácter político que acompañarían una posiple modificación del tipo de cambio, y que son, por supuesto, fundamentales. ELASTICIDADES DE IMPORTACIÓN Y EXPORTACIÓN EN MÉXICO I. 315 LA EVOLUCIóN DE LA PARIDAD DEL PODER ADQUISITIVO Haremos referencia solamente a lo que se ha denominado como paridad relativa de poder adquisitivo, dado que, como se ha demostrado, la denominada paridad absoluta, basada en canastas de bienes, tiende a arrojar resultados permanentemente sesgados subvaluando los tipos de cambio ajustados/ De esta manera, con el propósito de obtener una idea aproximada en un primer término acerca del grado de sobrevaluación o subvaluación del tipo de cambio en México con respecto al dólar, se realizaron comparaciones entre los movimientos de diferentes índices de precios en México y en los Estaflos Unidos, en diversos años, a partir de 1954. La selección de los Estados Unidos como base de comparación parece justificada en virtud de que con este país se registra entre el 70 y el 75 % de las transacciones en cuenta corriente de México, si bien hubiera sido deseable introducir algunos ajustes para considerar las relaciones con otros países." La selección del año base es un asunto algo más complejo. Por ello, arbitrariamente, para los cálculos que aparecen en el cuadro 1, se eligió 1956 tomando en cuenta que se trató de un año de relativo equilibrio en la balanza de pagos y en la cuenta corriente de mercancías y servicios; que no hubo alteraciones significativas en los valores de las divisas europeas y que, para esa época, ya se habían dejado sentir plenamente bis efectos de la devaluación. A pesar de esto, posteriormente se presentaron los resultados al modificar el año base tanto hacia atrás como hacia adelante. En cualquier caso se trata de periodos suficientemente amjjlios que cubren entre 19 años en el límite superior (1954) y 15 en el inferior (1958). Para la comparación de los movimientos de precios, en el cuadro 1 se tomaron dos índices: los de bienes de todo tipo al mayo reo y los implícitos del producto bruto interno. De éstos, los de mayor relevancia son los de precios al mayoreo; pero no fue posible desagregar entre los de las jnanufacturas y los de los productos agrícolas (que están sujetos a mayor grado de intervención gubernamental), como hubiera sido deseable. Sin embargo, no se piensa que esto pudiera dar lugar a modificaciones sustanciales. ■> Véa=p Bela Bala<:sa. "The Piircli^-ing-Powcr Parity Doctrine: A Reiipprai-al". Journal nf Political Economy (1964), y G. Habrrler, A Suriey of International Trade Theory, Sperial Paper? in International Economics, Prlnceton. 1961. 2 Puf^de suponerse, también, que el tipo de camliio con eí^op países ce ha ajustado en =u mayor parte, en función de las modificarione- en la fiariiiad del dólar frente a su- divida-;. 316 EL TRIMESTRE ECONÓ^UCO CUADRO 1. Evolución de los precios relativos entre México y los Estados Unidos y tipos de cambio ajustados enlre 1956 y 1972 EVOLUCIÓN DE LOS ÍNDICES Año Tipo de cambio nominal 1 Margen DE PRECIOS { 1956 = 100) México México 2 Tipo de cambio ajustado ^,,-^ EE. UU. 3 4 = % 5 de sobreraluación (%) = (I) (4) 6 12.50 12.62 12.97 13.10 13.69 13.81 14.16 14.29 14.87 14.84 14.53 14.86 14.70 14.61 14.84 15.08 14.75 1.0 3.8 4.8 9.5 10.5 13.3 14.3 19.0 18.7 16.2 18.9 17.6 16.9 18.7 20.6 18.0 A. Con í ndices de precios al mayoreo 1956 1957 1958 1939 1960 1961 1962 1963 1964. 1965 1966 1967 1968 1969 1970 1971 191-2^ 12.50 12.50 12.50 12.50 12.50 12.50 12.50 12.50 12.50 12.50 12.50 12.50 12.50 12.50 12.50 12.50 12.50 100 104 109 110 115 116 119 120 125 127 129 132 134 138 146 152 157 100 103 105 105 105 105 105 105 105 107 111 111 114 118 123 126 133 1.000 1.010 1.038 1.048 1.095 1.105 1.133 1.143 1.190 1.187 1.162 1.189 1.176 1.169 1.187 1.206 1.180 B. Con índices de precios implícitos en el producto nacional bruto 1936 1960 1963 1970 1972 12.50 12.50 12.50 12.50 12.50 100 122 145 174 ISS»» 100 110 118 144 156 1.000 1.109 1.229 1.208 1.186 12.50 13.86 15.36 15.10 14.83 10.9 22.9 20.8 18.6 l'ci.NTEs: Para Estados Unido?=: Survey oj Current Business y Statistical Abstracts. U. S. Department oí Commerce. Para ^léxico: Informes Anuales del Banro de México, S. A. 1 Cifras preliminares. '' Se supuso la misma variación entre 1970 y 1972 que en los índices al mayoreo. La comparación de los movimientos de precios en México y en los Estados Unidos arroja varios resultados de interés: a) Si se toman los índices de precios al mayoreo, en 1972 los precios relativos eran superiores en México a los de los Estados Unidos en un ELASTICIDADES DE IIVIPORTACIÓN Y EXPORTACIÓN EN MÉXICO 317 18 /O. Si se utiliza este factor para ajustar el tipo de cambio prevaleciente se llegaría a un nivel de 14.75 pesos mexicanos por dólar. Resultados similares se obtienen si se ajusta el tipo de cambio con los índices implícitos del producto nacional bruto. En este caso los precios relativos son superiores en México en 18.6 % y el tipo de cambio ajustado sería de 14.83 pesos por dólar. b) Los excedentes de aumento en los precios relativos de México respecto de los Estados Unidos, no se presentan en forma gradual y así se tiene que prácticamente desde 1964 está presente una diferencia entre unos y otros de alrededor del 18 % en los índices de precios al mayoreo. O sea, que los precios relativos de México respecto de los Estados Unidos aumentaron entre 1956 y 1964, pero a partir de ese año evolucionaron aproximadamente de la misma manera. La modificación del año base, desde luego, no altera la tendencia ni la conclusión señalada en b) ; tampoco el grado de sobrevaluación en forma apreciable, tal como puede verse en el cuadro 2. El excedente de precios relativos entre México y los Estados Unidos variaría entre 19 y 14 % según se tome como año base de las comparaciones 1955 o 1958, para los índices de precios relativos al mayoreo. Un fenómeno similar se registra cuando la comparación se hace con los índices de precios implícitos del producto bruto interno. 2. Cálculo del tipo de paridad del poder adquisitivo entre México y los Estados Unidos con diferentes años base CUADRO índice de precios al mayoreo E\OLUClÓN DE LOS PRECIOS {.\ÑO Año hízsc 1937 1949 1954 1955 1956 1957 1958 Tipo de cambio 3.60 7.94^ 11.53 12.50 12.50 12.50 12.50 R.^SE = 100) México EE. ll\. M¿xiro/EE. IV. 840 282 187 163 157 150 144 275 153 137 137 133 129 127 3.054 1-843 1.365 1.190 1.180 1.162 1.141 Tipo de cambio ajustado '7c de sobrevaluación'- 10.99 14.63 15.74 14.87 14.75 14.52 14.26 — 12.1 17.0 26.0 19.0 18.0 16.2 14.1 «■ Con respecto al tipo de cambio actual de 12.50 pesos por dólar. *> Se calculó suponiendo que durante los últimos meses de 1949 el tipo de mfrcado libre continuaría comportándose, en su relación con los movimientos de precios relativos entre México y los Estados Unidos, en la misma forma en que lo hizo durante el periodo de junio de 1948 a jimio de 1949. 318 EL TRIMESTRE ECONÓMICO Si se toma como año base 1954, el excedente de precios resulta mayor: 26 %. Sin embargo, no es un año adecuado para tomarlo como inicio de las comparaciones, dado que no corresponde de ninguna manera a lo que pudiera considerarse como un año "normal", lo cual es también requisito de importancia en las comparaciones de paridad de poder adquisitivo. Como es sabido, fue el año en que se produjo la devaluación del peso al pasar de 8.65 pesos por dólar a la nueva paridad de 12.50 creándose, al mismo tiempo, un margen de seguridad entre lo que sería el tipo de equilibrio y el tipo adoptado, y en que estaban presentes presiones inflacionarias bastante serias. Las comparaciones con 1949 y 1937 se juzgan de interés también, aunque por razones diferentes. La de 1937 porque fue el año tomado como base por la CEPAL en 1957 en su estudio sobre el desequilibrio externo de México y en el que se argüía que, no obstante las presiones inflacionarias de esos años, el peso no se encontraba sobrevaluado, sino subvaluado.^ Es un indicio de las dificultades de selección del año base, y aun sin tomar en consideración los problemas asociados a la construcción de números índices que, aun en 1972, habría una subvaluación del tipo de cambio de un 12.1 %, con lo que la paridad ajustada resultaría de 10.90 pesos por dólar. El año de 1949 es de mayor interés porque entre julio de 1948 y junio de 1949, al decidir el Banco de México no intervenir en el mercado de cambios, excepto para prevenir movimientos especulativos agudos, se dejó "flotar" el peso. En consecuencia, puede argüirse, durante prácticamente doce meses la paridad del peso frente al dólar fue la de *'^equilibrio", pues quedaba determinada por el libre juego de la oferta y la demanda de cambios. Tomando esto en cuenta, el cálculo de la paridad de ese año se realizó relacionando los movimientos mensuales de los índices de precios relativos al mayoreo entre México y los Estados Llnidos entre Julio de 1948 y junio de 1949 con los tipos de cambio en cada uno de esos meses, proyectando con base en esa relación los tipos "teóricos" para los restantes meses, y tomando el promedio (7.94). De acuerdo con los resultados que se presentan en el cuadro 2, el tipo de cambio ajustado en 1972 sería de 14.42 pesos por dólar, que implica una sobrevaluación con respecto al tipo de cambio actual de 15.4 %. Es, en consecuencia, muv similar a las que se obtienen cuando se toman como años base 1956 (18 %), 1957 (16 %) y 1958 (14 %). 2 CEFAT,, El desequilibrio externo en el desarrollo latinoamericano: el caso de Méxiro. México, 1957 (mimeografiado), pp. 72-78. ELASTICIDADES DE IMPORTACIÓN Y EXPORTACIÓN EN MÉXICO II. LA SOBREVALUACIÓN DEL TIPO DE CAMBIO Y LA OFERTA Y LA 319 DEMANDA DE EXPORTACIONES E IMPORTACIONES Los cálculos de paridad de poder adquisitivo proporcionan una idea del margen de sobrevaluación en un momento dado; pero suponen ciertas condiciones, la más importante de las cuales es que no existen cambios significativos en los niveles y estructura de la protección nominal y efectiva. Si la protección aumenta en forma significativa, el grado de sobrevaluación neta de paridad de poder adquisitivo se reduce —y lo contrario ocurre cuando disminuye la protección— por los efectos de elasticidadesprecio de la oferta y demanda de importaciones y exportaciones. En el caso de México es probable que la consideración de este factor no introduzca modificaciones muy importantes, dado que probablemente podría considerarse que, en promedio, la protección implícita parece haberse mantenido relativamente constante, compensando las alzas en ciertos sectores con las reducciones en otros. Las elevaciones en la protección tuvieron lugar en actividades en las cuales se centró el proceso de sustitución de importaciones, en tanto que las reducciones en las actividades primarias, en energéticos y en algunas industrias manufactureras tradicionales. Otra forma de investigar el grado de sobrevaluación, tomando como un dato el nivel y la estructura de la protección en un momento dado es preguntarse cuál sería el margen de devaluación necesario para lograr el equilibrio en la balanza en cuenta corriente a través de aumentos en las exportaciones y reducciones en las importaciones. Para ello es necesaria información sobre las elasticidades-precio de la demanda y la oferta de exportaciones e importaciones, tanto a nivel mundial, como en forma derivada al nivel del propio país. Más que suponer elasticidades de oferta y demanda similares, pareció preferible distinguir entre unas y otras y, posteriormente, según tipos de bienes. Las elasticidades adoptadas se muestran en el cuadro 3, para los siguientes nueve grupos de bienes: Agricultura y pesca; alimentos, bebidas y tabaco; minería y energéticos; productos intermedios de industrias tradicionales; productos intermedios de industrias no tradicionales; bienes de consumo no duraderos; bienes de consumo duradero; maquinaria y equipo de transporte. Las elasticidades consignadas bajo las columnas 1, provienen de diferentes estudios que se han hecho a nivel mundial sobre su posible magnitud;* las consignadas en la columna II corresponden a estimaciones * G. H. Orcutt "Mea<:urempnt of Prire Ela^tirities in International Trade", reimpreso en Reading in International Economics (II) A. C. Harberger "Some Ex-idence on the International 320 EL TRIMESTRE ECONÓ\UCO CUADRO 3. Supuestos de elasticidad-precio en la oferta y la demanda mundiales DEMANDA Agricultura y pesca Alimentos, bebidas y tabaco Minería y energéticos Productos intermedios I Productos intermedios II Bienes de consumo no duraderos Bienes de consumo durable Maquinaria Equipo de transporte OFERTA i //a / //a 0,25 0.40 0.25 O.20 O.30 O.50 1.00 1.00 1.00 0.10 0.20 0.10 0.10 0.15 0.30 0.50 0.50 0.50 0.10 0.20 0.10 0.10 0.20 0.25 0.50 0.50 0.50 0 0.10 0 0.05 0.12 0.15 0.25 0.25 0.25 *• Los coeficientes de la hipótesis II corresponden a estimaciones arbitrarias más conservadoras. arbitrarias que sirven para hacer los cálculos más conservadores y, en general, representan como máximo un 50.9 %> de las de la columna I. Así, en tanto que los coeficientes de elasticidad de la demanda varían entre 0.20 (para productos intermedios de industrias tradicionales) y 1.00 (para bienes de consumo duradero, maquinaria y equipo de transporte) en la columna I, los coeficientes respectivos en la columna II son de 0.10 y 0.50. En la oferta, las elasticidades en el rango superior (I) varían entre 0.10 y 0.50 y en el inferior (II) entre O y 0.25. La elasticidad derivada de oferta de importaciones para México, tomando en cuenta la baja importancia relativa de México en el comercio mundial se supuso que sería inlinita (o bien, si se quiere, un número suficientemente grande). Las elasticidades precio de la demanda de importaciones para México se derivaron tomando en cuenta tanto la participación de los diferentes grupos en el valor de las importaciones como la relación entre la producción y las importaciones. Esta última, con el propósito de hacer más conservadores los cálculos, tomando en cuenta la diferenciación de productos, los costos de transporte y diferencias en gastos entre países arbitrariamente se dividieron entre 2. La racionalidad de ello descansa en que todos los factores señalados tienden a reducir el monto de la producción interna que compite con las importaciones Price Mechanism", Journal of PoUtlcal Economy n957>. Bela Balassa "Tariff Protection in Industrial Countrie>"'. Joiinxal of Pnliti'dl Eronnmy 0965^. M. Krrnin "Pi ¡re Elasticities in International Trade", Rerieiv nf Economics and Sl^tistirs C1967). ELASTICIDADES DE IMPORTACIÓN Y EXPORTACIÓN EN MÉXICO 321 requiriéndose en consecuencia de un ajuste hacia arriba en la proporción de las importaciones. La fórmula utilizada en consecuencia, fue la siguiente: ^r = i:fF, (|:)., + zr.('^)e, en que "^^ es igual a la elasticidad demanda de las importacioneí:, W^i es la participación de cada grupo en el total de importaciones y ^Ij y ^i las elasticidades precio y demanda de los bienes producidos en cada grupo o sector. La elasticidad precio de la demanda de exportaciones (>lj.) se calculó en forma similar a como se hizo con las importaciones, excepto que W i adopta el valor de la participación en las exportaciones y Ki expresa la relación entre el consumo aparente y las exportaciones. Para el cálculo de la elasticidad de oferta de las exportaciones se hizo uso de la fórmula. en que ^^ representa la elasticidad oferta de exportaciones. Mi, la participación en las exportaciones y *i y "Hj, las elasticidades precio de oferta y demanda de los bienes producidos en cada sector. Las elasticidades derivadas de oferta y demanda para el caso de México, calculadas de esa manera resultaron para la oferta de exportaciones de 4.5 en el límite superior y de 2.1 en el inferior; para la demanda de exportaciones de 5.9 y 2.5 y específicamente, para la demanda de im])ortaciones de 2.0 y 0.8, respectivamente. Estos valores son en general menores que los obtenidos y utilizados en diversos estudios para países europeos, Estados Unidos y otros países en vías de desarrollo, así como en estudios anteriores para el caso de México, Por ejemplo, para Estados Unidos, J. Floyd calculó elasticidades de 4.5 para la oferta de exportaciones, de 9.9 para la elasticidad demanda de exportaciones y de 2.7 para la de importaciones; para los países europeos Balassa utilizó, en general, coeficientes de elasticidad aún mayores y, en los estudios sobre niveles de protección en países en vías de desarrollo los valores de las elasticidades de oferta de exportaciones se hacían variar entre 4 y 6. los de demanda de exportaciones entre 7 y 13 y los de demanda de importaciones entre 0.8 y 3.5.° Para México, cálculos anteriores adoptaban una ^ Véase J. E. FlnyrJ "The Over\aliiation of tlie Dolíar: A Note on tlie Tntemaiional Prii e Mechanisni", American Economic Revieír, marzo 1965. Bfla ríala>?a '"Tarifí Prntrrtion In In.iii-- 322 EL TRIMESTRE ECONÓMICO elasticidad demanda de las importaciones de 3, una elasticidad demanda fie las exportaciones de 10 y una elasticidad oferta de las exportaciones de 3.* Con base en los valores de las elasticidades señalados más arriba y iitilizando también valores intermedios, se calculó para distintas combinaciones el grado de devaluación que sería necesario para corregir un íléficit de 800 millones de dólares en cuenta corriente que es similar al registrado en 1972 con un nivel de importaciones de mercancías de 2 900 millones de dólares aproximadamente y uno de exportación de mercancías de 1 800 millones de dólares. Implícitamente se supone, en consecuencia, que las elasticidades precio de otros renglones de balanza de pagos, y en especial el turismo, son prácticamente cercanos a cero; que parece ser un supuesto relativamente válido por lo demás. También, y con base en lo anterior, como se observará, no se ha estimado el grado de devaluación que sería necesario para cerrar la brecha en mercancías, que es superior al déficit en cuenta corriente en cerca de 300 millones de dólares; es decir, se ha hecho una hipótesis en el sentido de que los restantes renglones de balanza de pagos no se modificarían. El grado de devaluación necesario para corregir el déficit en la cuenta corriente de balanza de pagos queda expresado como sigue, suponiendo una elasticidad infinita en la elasticidad oferta de importaciones \ ?„ + 11, -^ en que r = al tipo de cambio prevaleciente en pesos por dólar. T = la paridad necesaria para alcanzar el equilibrio en la balanza en cuenta corriente (—^800 millones de dólares en 1972). Sj. = la relación entre las exportaciones y las importaciones (0.62 en 1972). M ^ valor de las importaciones (2 900 millones de dólares en 1972). ^r ^ elasticidad oferta de las exportaciones. '>]j, = elasticidad demanda de las exportaciones. trial Countries". "An Evalualion", Journal nj Political Economy. Díc. 1965 y Bela Balas.=a. ed. Tfip Structure of Protecdon in Developinp Countries. Johns TTojikins Press, 1971. ^ Gerardo M. Bueno, "La E'^tructiira de la Protección Efectiva en México". Demografía y Ecnnomía. Número 17, diciembre de 1972. ELASTICIDADES DE IMPORTACIÓN Y EXPORTACIÓN EN MÉXICO 323 '^^m ^= elasticidad demanda de las importaciones, ^B = cambio deseado en la cuenta de mercancías (+800 M. de Dis.). Los resultados de los cálculos se muestran en el cuadro 4. Como ahí puede verse, el grado de sobrevaluación del peso oscila entre un 24.8 % en el límite superior, con elasticidades relativamente bajas en las demandas de importaciones y exportaciones, hasta un 10.1 % cuando estas elasticidades así como los de oferta de exportaciones alcanzan niveles relativamente altos. CUADRO 4. Estimación del margen de deíaluación necesario para corregir el desequilibrio en cuenta corriente bajo distintas hipótesis de elasticidades precio de la oferta y la demanda de exportaciones e importaciones ^ l.asos EXI^ORTACIONES ~ — -ní.íiri j í(r\ \) Oferta (E ) Uemnnda IMPORTACIONES /^i i<t„, \) Uferta n j ,ir\ \• IJemanda ,, j Alarsen ac j , devaluación 1 2 3 2 3 4 a 0.8 l.S 2.0 24.8 16.5 14.4 4 5 6 2 3 4 a 0.8 1.5 2.0 21.3 14.4 12.5 7 8 9 2 3 4 a 0.8 1.5 2.0 19.4 13.2 11.4 10 0.8 a 12 2 3 4 2.0 18.6 12.4 ]0.5 13 14 iñ 2 3 4 a 0.8 1.5 2.0 17.1 11.8 10.1 1] 4 1..5 Los valores más relevantes desde un punto de vista de política de balanza de pagos serían probablemente aquellos en que el coeficiente de elasticidad precio de las importaciones son relativamente bajos (0.8) : es decir, entre 17.1 y 24.8 %. Sin embargo, también es de interés el promedio de todos los valores encontrados que arrojaría un margen de sobrevaluación del 15.2 %. 324 EL TRIMESTRE ECONÓAUCO Conviene, antes de pasar adelante, mencionar brevemente dos aspectos adicionales. El primero es que, como se habrá observado, en esta sección se ha tratado exclusivamente el efecto precio sobre las importaciones y las exportaciones y no se ha hecho mención de los efectos ingreso subsecuentes, que volverían a alterar desfavorablemente la situación de la balanza comercial a un plazo más largo, aun suponiendo una política monetaria restrictiva. El segundo, que en cierto sentido tendería a compensar parte de los efectos indirectos, es que no ha sido posible tomar en cuenta los efectos de la devaluación tanto del dólar como del peso frente a otras divisas, en especial las europeas y del Japón. Para ello hubiera sido necesario el cálculo de las elasticidades relevantes por países, lo cual encierra complejidades fuera de los límites de este trabajo. III. CONSIDERACIONES FINALES El análisis que se ha hecho en las secciones anteriores lleva necesariamente a la conclusión de que existe un margen de sobrevaluación del ]ieso, ya sea que se mire desde el punto de vista de la paridad del poder adquisitivo o desde el punto de vista más elaborado de la devaluación que sería necesaria para reducir sustancialmente el déficit en cuenta corriente. Más aún, existe bastante semejanza entre ambos grupos de cifras. Como se recordará, el margen de sobrevaluación en el tipo de cambio se estimó oscilaría entre 14 y 19 % dependiendo del año que se tomara como base en el periodo 1955 a 1958 (y también 1949) para los cálculos de paridad de poder adquisitivo y un promedio de 15 %, con un rango relevante entre 17 y 24 % en los cálculos en que se hace uso de los coeficientes de elasticidades de oferta y demanda. Una cuestión diferente, sin embargo, sería derivar de lo anterior la necesidad o conveniencia de una devaluación. Como se ha visto, prácticamente desde 1964 está presente el mismo grado de sobrevaluación de la divisa mexicana frente al dólar, afectando los niveles de la balanza de pagos en cuenta corriente. La respuesta obviamente dependería de la consideración de otros factores. En forma breve, podría señalarse que sería función del análisis global de la balanza de pagos, sus perspectivas, los objetivos del desarrollo del país y, en general, del margen de maniobra que se tenga en la política económica para lograr, a través de otras medidas efectos equivalentes a los que produciría una devaluación. Y, en este último sentido, la experiencia de México no es radicalmente diferente de la de otros países subdesarroUados que viven también con cambios sobrevaluados no obstante los costos sociales que en un momento ELASTICIDADES DE IMPORTACIÓN Y EXPORTACIÓN EN MÉXICO 325 dado estén implicados. Descritos con brevedad, tales ajustes que sustituyen sólo en parte los ajustes de una devaluación son los siguientes: a) Una elevación general en el nivel de protección arancelario que, usualmente, a medida que aumentan las presiones sobre la balanza de pagos conlleva también al establecimiento de licencias de importación y controles cuantitativos con lo que el nivel de eficiencia de las actividades productivas queda por fuera del control de la política económica. El periodo 1950-1960 en el desarrollo de la economía mexicana es particularmente ilustrativo en este sentido. b) Un aumento en el endeudamiento externo primero a largo y después a corto plazo con un propósito doble; por un lado, compensar los déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y lograr aumentos en las reservas y, por el otro, proporcionarle flexibilidad al gasto público sin que el gobierno tenga que recurrir a medidas de más largo plazo y mayor alcance pero no necesariamente populares como las reformas fiscales y el ajuste en los precios de los insumos con los que proveen a la economía. También en este caso, es obvio, la experiencia mexicana es sumamente ilustrativa. c) La utilización de facilidades a la exportación en subsidios que se hacen necesarios para compensar tanto el margen de sobrevaluación coino la discriminación contra las exportaciones que resulta de los elevados niveles de protección en la actividad interna. Es ilustrativo también en este sentido el régimen de las industrias de maquila en que, para aprovechar las ventajas comparativas del país en términos de su dotación de recursos y localización de la nueva industria que se crea constituye un núcleo prácticamente independiente de la actividad económica interna. d) Finalmente, como la balanza de pagos es también en muy buena medida un fenómeno en esencia monetario, se hace también necesario seguir medidas restrictivas en este campo para reducir los incrementos en los niveles de precios y, a través de ello, reducir, o al menos mantener, el grado de sobrevaluación del tipo de cambio. Los principales limitantes para una política de esta naturaleza son, como es claro, los propios objetivos de la política de desarrollo en términos de tasa de crecimiento, creación de empleos, redistribución del ingreso; y e) La vuelta al círculo. Queda, pues, a los formuladores de la política económica la decisión de señalar cuál es el momento adecuado para la corrección del tipo de cambio y. también, la de si debe ser un instrumento de la política económica o, si más bien, las restantes variables son las que deben quedar subordinadas. Esta decisión, como es claro, no es sólo de naturaleza económica, sino también política.