FUERA DE PROTOCOLO DESPIDO DEL TRABAJADOR QUE SE ENCUENTRA EN SITUACIÓN DE BAJA MÉDICA LUCÍA PARAJUÁ NAVARRETE Consultora – Licenciada en Derecho Madrid Actualmente los trabajadores acuden menos al médico ante el miedo a perder su empleo como consecuencia de una baja laboral. Y, ante determinadas patologías originadas en el puesto de trabajo, los trabajadores no acuden al médico o rechazan una baja laboral por miedo a que la empresa les despida, aprovechando, entre otras circunstancias, la crisis económica. trabajador (una disminución continuada del rendimiento laboral) no se correspondía con el verdadero motivo real: reiteradas bajas por enfermedad del empleado. Esta sentencia avala que una empresa pueda despedir a trabajadores en situación de incapacidad temporal, abonando la indemnización por despido improcedente sin que esto suponga un acto de discriminación por motivos de enfermedad. Esta situación se sustenta en varias sentencias en las que se indica que el despido que se basa en la baja por enfermedad del trabajador no es discriminatorio ni atenta contra la dignidad de la persona. En los dos casos anteriores se excluye la nulidad del despido porque no opera un móvil de segregación (la enfermedad no se considera con carácter general como una causa o motivo de segregación a efectos del artículo 14 de la Constitución Española). Y, además, existe un interés empresarial que excluye el mantenimiento del contrato de trabajo en razón a que las bajas afectan al rendimiento del trabajo contratado. Por ejemplo, en el año 2006, la Sala Social de Cataluña reconoce el despido improcedente, no nulo, como consecuencia de una situación de incapacidad temporal y por falta de productividad del trabajador. En esta sentencia se decide un supuesto en el que el trabajador despedido, a consecuencia de la utilización de unas botas de seguridad que le había proporcionado la empresa, sufrió una rozadura en el pié que le deriva en la necesidad de cortar un dedo. Esta circunstancia generaba una situación de incapacidad temporal del trabajador. Y la empresa, antes de que finalizara el periodo de baja, llamó al trabajador para que se reincorpore de forma inmediata a su puesto de trabajo y, en caso contrario, sería despedido porque no pueden tener trabajadores que no producían. Por tanto, se puede despedir a un trabajador estando de baja tanto por enfermedad como por accidente laboral. En el año 2008, una sentencia de la Sala de lo Social del Tribunal Supremo declaró improcedente (que no nulo) el despido disciplinario de un trabajador que se encontraba en situación de incapacidad temporal en el momento de su despido. La causa formal aducida por la empresa para proceder al despido del 43 FUERA DE PROTOCOLO Ahora bien, ¿que ocurre cuándo un trabajador en situación de baja médica, es coaccionado por la empresa para que abandone el tratamiento médico (tratamiento avalado por un profesional de la sanidad pública)? En el año 2011, el Tribunal Supremo declaró nulo el despido de un empleado que fue coaccionado para que se reincorporara al puesto de trabajo durante su baja. Esta sentencia del Tribunal Supremo estudia el caso de un trabajador que fue coaccionado para que solicitase el alta. La empresa en cuestión se sirvió para ello de unas pruebas médicas de la mutua de la empresa, en las que consideraban que el estado del trabajador era normal. No obstante, había un parte del médico de la Seguridad Social en el que se indicaba que el trabajador no estaba en condiciones de reincorporarse al trabajo. A pesar de existir el mencionado parte, finalmente, el trabajador fue despedido. tegridad personal. Esta doctrina considera que los actos que realiza la empresa inciden en tal derecho “cuando exista un riesgo constatado de producción cierta o potencial de un perjuicio para la salud”. Con apoyo en tal doctrina, el Supremo afirma que, “en principio, la presión bajo amenaza de despido para que el trabajador abandone el tratamiento médico que, con baja en el trabajo, le ha sido prescrito, constituye una conducta que pone en riesgo la salud y, por ello, una actuación de este tipo ha de considerarse como lesiva para el derecho a la integridad física”. Cabe destacar que resulta irrelevante el hecho que el despido se produzca como consecuencia de la negativa del trabajador a solicitar el alta médica y la incorporación a su puesto de trabajo; lo decisivo es la existencia de la amenaza de despido para forzar al trabajador a que se incorpore al trabajo: la empresa amenaza al trabajador con el despido si no se produce la reincorporación al puesto de trabajo y cuando esta situación no se produce, la amenaza se convierte en realidad. Por tanto, la amenaza del despido pone en juego la eventual lesión del derecho a la integridad física. La empresa argumentó que había basado su decisión en que el empleado no había colaborado con el servicio médico ni con el resto del departamento, añadiendo que siempre La doctrina del Tribunal Constitucional ha que se le había ofrecido ayuda, bajo la superseñalado que el derecho a que no se dañe o visión y control del servicio médico propio de perjudique la salud personal queda comprenla empresa, ésta había sido rechazada. dido en el derecho a la integridad personal y También alegó que la productividad del emsi bien no todo supuesto pleado había disminuide riesgo o daño para la do. Además, la empresa Una empresa que despide salud implica una vulnetenía la práctica habitual de coaccionar a los a trabajadores en situación ración del derecho fundamental, sino tan sólo trabajadores para que de baja médica cuando aquel que genere un pese reincorporasen a su éstos no aceptan las ligro grave y cierto para puesto de trabajo. En el la misma. La presión bajo caso de que el trabajarecomendaciones del amenaza de despido dor no aceptase la sugeservicio médico de empresa para que el trabajador rencia, esta presión iba abandone el tratamiento encaminadas a una seguida del despido. médico que, con baja en reincorporación del el trabajo, le ha sido Para el Supremo, trabajador produce una prescrito constituye una esta coacción enlaza conducta que pone en lesión del derecho a la con la doctrina del riesgo la salud y, por ello, Tribunal Constitucional integridad física. una actuación de este sobre el derecho a la in- 44 FUERA DE PROTOCOLO tipo ha de considerarse como lesiva para el derecho a la integridad física. Según el artículo 15 de la Constitución Española (Capítulo II Derechos y Libertades; Sección Primera): “todos tienen derecho a la vida y a la integridad física y moral, sin que, en ningún caso, pueden ser sometidos a tortura ni a penas o tratos inhumanos o degradantes. Queda abolida la pena de muerte, salvo lo que puedan disponer las leyes penales militares para tiempos de guerra”. Leyendo este artículo, a nadie se le ocurre pensar que en las relaciones laborales este derecho fundamental pueda ser vulnerado mediante actuaciones manifiestamente ilegales de las empresas y que cualquier práctica empresarial ilegal no implica la vulneración del artículo 15: la vida y la integridad física y moral no se protegen constitucionalmente frente a todo agente o cualquier situación que las pueda poner en peligro. En los últimos años estamos asistiendo a una expansión desmesurada de los derechos fundamentales en el campo de las relaciones de trabajo, encontrando sentencias que declaran la nulidad de determinadas decisiones empresariales por la vulneración de derechos fundamentales. En este tipo de situaciones, por tanto, hay que fijarse, no en el despido mientras que el trabajador está de baja sino en la presión que éste recibe por parte de la empresa, para que abandone el tratamiento médico. Una empresa que de forma habitual, despide a trabajadores en situación de baja médica cuando éstos no aceptan las recomendaciones del servicio médico de empresa encaminadas a una reincorporación del trabajador produce una lesión del derecho a la integridad física. En definitiva, la presión bajo amenaza de despido para que un trabajador abandone el tratamiento médico, que con baja en el traba- jo le ha sido prescrito constituye una conducta que pone en riesgo la salud por lo que constituye una conducta lesiva, por parte de la empresa, para el derecho a la integridad física del trabajador. En las últimas décadas las empresas han sufrido una serie de cambios que afectan a su estructura, al concepto del trabajo y sobre todo, al significado que tiene el trabajador dentro de la misma. Hay que tener en cuenta que las empresas son un instrumento muy valioso para el desarrollo del individuo y de la sociedad pero, a su vez, pueden llegar a ser un instrumento de dominación, de frustración y de explotación, sobre todo, en el ámbito de la salud laboral. La lógica de las organizaciones, cuyo soporte esencial es la eficiencia, a veces no coincide con la lógica de la seguridad y del bienestar Fuentes: • STS de 31 de enero de 2011 (Rec. 1532/2010). • STC Sala Social de Cataluña del 22 de marzo de 2006. • Constitución Española. • Tribunal Constitucional Sala Primera. Sentencia 62/2007, de 27 de marzo. • Directiva 2000/78/CE del Consejo, de 27 de noviembre de 2000, relativa al establecimiento de un marco general para la igualdad de trato en el empleo y la ocupación. 45