FRANCISCO ¡OSE DE CALDAS SEMANARIO DEL NUEVO REINO DE GRANADA BIBLIOTECA POPULAR DE CULTURA COLOMBIANA BOGOTA Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia FRANCISCO JOSE DE CALD/IS Francisco [ose de Caldas nacio en Popay.in blemente eI de octubre de 1768 y fusilado got!, el 29 de octubre de 1816. 4. Los probnen Bo- dos auot que precedieron a la revolucion de en el Virreinato de Nueva Granada de intensa agitacion espir itual. EI cultivo de las ciencias hall en los hombres de la independencia obreros dilige'ntes. Caldas fue l a figura central de aquclla epoca. EI 3 de enero de 1808 fundo cl sabio ilustre "1It se:nanario del Nuevo Reino de Granada", en 61 cual se publica ron monografias y estudios de gran originalidad y de sol ida erudicion sobre distintos aspectos del pais. Alii publico Caldas producciones como: "Estado de la geografia del Virreinato, con rel acion a la economia y al cornercio", "El influjo del clima sabre los scres organizados" y muchosotros. Los p.rincipales co laboradores de. estc periodico cientifico fueron, entre otros: 1810 fueron a Joaquin Camacho, ilustre abogado de Tunj a, escriio" una "Relaci6nterritorial de la provincia de Pam pIon a" ; Mariano del Campo Larraondo, natural de Popay in, humanista y erudite, es'cri'bi6 las observaciones meteoro16gicas del Semanario algunos poemas de relativo merito literario; Jose Manuel Campo y Cote, cura del Prado el)..-e'"'Folima, escribi» en el per iodico de Caldas una "Memoria sobre el rio Prado"; Beneditf(j'~'Do~linguez, santafereno, colaborador de Caldas y notable por sus traba] os astronomicos , los hermanos Gutierrez Caviedes, literate de apreciable cultura uno, y otro, fogoso orad or ; .Jarge Tadeo Lozano -pr"cer y martir de Santa Fepublic« en el "Sernanario" una "Memoria sabre las serpientes", una traduccion de la "Geografia de las plantas" de Humboldt y algunos fragmentos de la "Fauna Cundinamarquesa", Tarnbien se cuentan entre -Ios colaboradores del "Semanario": Francisco MOsquera, cura de l a Catedral de Popayan , Nicolas ():"!aiia, cura de Ia catedral de Bogota; Miguel de Pombo , Francisco Antonio Ul loa, Elay de Valenzuela ')i'l11uchas otros varones ilustres. EI ultima numero ~et II$emanaria" aparecio a mediados de 181 L bi6 en el "Semanar r $'1~un Menendez y Pelayo, en 'PI'J>:81l,cjentifi,ca aparece adultada y v~!;ll,einol casi por instinto en !¢'\\l!.\~8'y de ,'us col aboradores de el sig lo XVIII "Ia perfecta en el N u'~algunas paginas de lEI Sernar 'a'." Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia {Biblioteca 'Popular Franciaco SEMANARIO HISTORIA DEL J. ]oaé NUEVO Cultura J. Colombiana CalJa. REINO DE GRANADA VOLUMEN 11 Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 'Publicaciones del Mlnlo/erlo de Educación de Imp,,,. en la Edlt.rlal Mlneroa, S. A. - Colombia 1942 Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia fJrancisco flosé de ealdas SEMANARIO DEL, NUEVO REINO DE GRANADA BIBLIOTECA POPULAR DE CULTURA COLOMBIANA Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CALDAS Y EL «SEMANARIO» En diciembre de 1805 llegaba a' la caPital del Nuevo Reino de Granada un hombre aún joven, que se presentó ante las puertas de la casa que habitaba el doctor José Celestina Mutis, «como un. viajero de muestras»,-según s,us proPias palabras-, con diez y seis cargas de colecciones botánicas, mapas, manuscritos y una infinidad más de pruebas de su labor incansable. Solamente por correspondencia conocía a aquel patriarca, quien, por otra parte, habíase declarado protector decidido del viajero. Este supo granjearse su amistad, en~ viándole desde las regiones del sur una muestra de los profundos conocimientos que había adquirido en sus estudios de autodidacta. Mutis, al leer la Memoria sobre la nivelación de las plantas que se cultivan en la vecindad del Ecuador, -que era el título de dicho trabaJo-, incorporó a su autor entre los miembros de la Expedición DcJtánica, 'Y además· le !!t!xi-Ifó cnn el dinero nece- sario para que hiciera los gastos de una excursión científica a través del territorio ecuatorianq. ,En ella había empleado dos años, y ahora venía a entregar los frutos de su ingente'laboriosidad. Ese joven de treinta y siete años se llamaba Francisco José de Caldas, y era hi;o de una de las jamilias' payanesas de mejor abolengo Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia en la colonia. De todos los su;americanos de su tiempo, Caldas era el primero que había hecho viajes netamente cientíjicos de tal importancia. E.staba poseído de una verdadera pasi6n por las ciencias naturales. Su familia, dando pruebas de muy poca sagacidad, le había obligado a graduarse de doctor en jurisprudencia, Y contrari6 así el coraz6n y las aptitudes de quien estaba destinado a ilustrar el nombre de los suyos y el de la patria con la triple aureola del saber, de la virtud y del martirio. Empero, convencido de que la profesi6n de abogado no era para él, revelóse contra la imposici6n paterna, y resolvi6 dedicarse.a la astronomía y a las ciencias físicas y matemáticas en general, que habían cautivado su esPíritu desde los diez y seis años, cuando por primera vez vio unas figuras de geometría y unos globos. Las condiciones con que la Casa Botánica recibi6 al viajero no eran desfavorables para quien hasta la fecha había llevado una 7Jidaambulante, y ningún provecho directo había obtepido de su laboriosidad. Se acababa de construir un edificio alto para observatorio astron6mico, en el jardín de dicha casa, y se esperaban instrumentos pedi-' dos a Europa para el mismo fin. El doctor Mutis tenía, desde diez años atrás, f(l título de Astr6nomo Real, pero ya su edad no le permitía ejercer personalmente el empleo. Entonces se nombr6 a Caldas director del observatorio, de cuyas junciones él se encarg6 sin esperar los instrumentos nuevos, ateniéndose, por el momento, a los pocos proPios que poseía. En más de un ramo, sobre todo en el de ciencias naturales, soplaba una brisa fresca por los círculos intelectuales de la capital. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CALDAS Y. EL "SEMANARIO" 7 Jorge Tadeo Lozano, con estudios europeos muy bien aprovechados, había fundado en la Casa Botánica una sección de zoología, que él mismo no sólo dirigió con gran acierto y celo, 'sino que costeabade su peculio. Bajo la dirección de Enrique . de Umaña-criollo que también había regresado no mucho antes de España-, se comenzó a instalar un laboratorio químico y una escuela de, minería. Asimismo :Se hallaba en Santajé, recién llegado de Europa, Sinjoroso Mutis, cuya prisión por sospechas políticas habíase cambiado en la península por f;.studios en los jardines botánicos de Madrid y París, y a quien su tío encontró ahora digno de sucederle. Todo esto preparó a Caldas una atmósfera grata y muy favorable a sus trabajos proPios. Mientras se pudieron estableCercon regularidad las observacianes astronómicas, ocupó~ se en ordenar sus herbarios, que abarcaban unas seis mil plantas, con sus descriPciones en dos volúmenes, y trataba de ayudar también en. el arreglo de los tesoros de igual naturaleza que acumulara Mutis, muy numerosos pero impreparados para la publicación. En enero de 1808 fundó Caldas el Semanario del Nuevo Reino de Granada, que alcanzó dos años de vida, y que fue seguido en 1810 por once memorias o monografías que se dieron a la circulación, no en la forma regular de un periódico, sino tan pronto como se terminaban de imprimir. En esa publicación-llamada por un historiador extranjero «el monumento literario más importante, creado por un hijo del país en la América española, durante el tiempo colonial»-, reunía su editor .todos los trabajos éientíficos y literarios Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 8 CALDAS Y EL "SEMANARIO" producidos por los escritores de su patria. Como objeto principal proponíase dar impulso al adelanto de la colonia en mejoras materiales, como caminos, puentes y puertos, del mismo modo que levantar la agricultura, la industria y el comercio. Para tales fines recomendaba la construcción de un mapa del país, levantar el censo de los habitantes y productos de cada provincia, la propaganda de conocimientos sobre plantas útiles, animales aproPiados para el servicio de las diversas regiones, etc. El Semanario, dirigido y en gran parte redactado por Caldas, extendía su influencia con cada uno de sus números sobre la gente entendida y estudiosa de la colonia, a medida que iba dedicando su interés a un círculo cada vez más dilatado de asuntos públicos. Para la iniciación de esta alta tribuna científica contó Caldas con el apoyo material de dos neogranadinos eminentes: don José Ignacio de Pombo y don Miguel Cabal. El primero, natural de Popayán y domiciliado desde hacía mucho tiempo en Cartagena, protegió con generosidad al sabio payanés desde el princiPio de .su carrera, regalá.ndole instrumentos, costeando parte de sus viajes y siendo luégo uno de los más asiduos cooperadores del Semanario. «Cada escrito de Caldas-dice un historiador colombiano-, resonaba en el noble corazón de Pombo: cada idea que botaba al mundo, la recogía él como un diamante. Propuso Caldas la introducción de las vicuñas del Perú, y contestó Pamba ofreciendo $ 500 al que las introdujera. Exploraba Caldas las quina&-;y contestaba Pombo con una serie de datos sobre el mismo artículo. Necesitaba un ins- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CALDAS Y EL "SEMANARIO" 9 trumento, y contestaba remitiéndoselo. As,í es que Caldas cada vez que lo nombra canta un himno en su honor. Nunca se volverá a ver un certamen igual de agradecimiento y beneficios, de ilustración y. patriotismo, de nobleza y virtud». Y en cuanto al ingeniero caucano Miguel Cabal, debe recordarse que Caldas terminó el Semanario con un elogio histórico a la buena memoria de aquél, que fue «uno de los jóvenes que más contribuyeron a su establecimiento en 1807». La labor científica de Mutis, Caldas, Lozano, Pamba, Cabal y tántos más que escribieron en el Semanario, aunque era formalmente en servicio de España y del rey, preparó el terreno-con mayor ejicacia que muchas otras causas superficiales--', para la evolución política del 20 de julio de 1810. Sabido es que Caldas figuró entre los primeros iniciadores de dicho movimiento, y que lo secundó hasta conducirlo a sus últimas consecuencias. Su participación personal y activísima en los comienzos de la revolución, quedó cristalizada en las páginas admirables del Diario Político de Santafé de Bogotá,-órgano del primer gobierno autónomo que se llamó Junta Suprema-" y luégo en las luchas entre centralistas 'y jederalistas. Ella es muy conocida por la historia patria, y la. brevedad de esta noticia no permite que entremos en sus detalles. Mas, para dar un retrato psicológico del sabio, sí es preciso hacer mención de la manera tan origInal como resolvió casarse, tanto por la éPoca en que adoptó esa idea cuanto por su modo de verificarla, ya que ambos datos no pueden . faltar en una reseña característica de Caldas. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 10 CALDAS Y EL "SEMANARIO" Fue en 1810, en medio de los afanes y tumultos de una primera organización de la república. Meses antes había escrito a un amigo suyo, avecindado en Popayán! que le buscara una esposa y se la mandara. Agustín Baraona recomendóle a su sobrina María Manuela, y para ello la describió al presunto novio muy detalladamente. Caldas aceptó y mandó instrucciones a su pariente Antonio Arboleda para casarse por poder, a su nombre. Entretanto mantuvo apasionada correspondencia con la elegida para compañera, no por su corazón sino por su cerebro, a la cual no llegó a conocer en persona sino en septiembre de aquel año, en los alrededores de la capital, a donde salió a encontrarla Caldas, cuando el cúmulo' de sus ocupaciones le permitió hacerlo. Entre política, astronomía, botánica, luna de miel y otros tantos intereses, le quedó tiempo para calcular el almanaque de 1811, cuyo texto, entre muchas varias indicaciones, trae la siguiente: «Para levantar el mapa de nuestro país, iésperaremos que de Europa vengan a hacerla, y de este modo nos conquisten de nuevo?» Llamado al servicio militar en 1812 por don Antonio Nariño, Presidente de Cundinamarca, con el nombramiento de capitán de ingenieros cosmógrafos, marchó en el mes de marzo en dirección al norte, bajo las órdenes de Antonio Baraya, en el cuerpo de tropa que se declaró luégo en favor del Congreso y en contra de Naríño. La disolución de las fuerzas federales, 'después de la derrota sufrida en un ataque a la caPital, hizo buscar a Caldas el camino de Antioquia, por la vía de lbagué. En aquella provincia montaña- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CALDAS Y EL "SEMANARIO" 11 sa se había podido conservar aislado el movimiento patriótico, sostenido con energía por Juan del Corral y dos antiguos amigos de Caldas: José Manuel Restrepo y Francisco Antonio Ulloa. Entre estos elementos cordiales, halló el incansable Caldas un campo gratísimo de acción. Entretanto, ya se adelantaba de nuevo, desde el sur, el enemigo más implacable: la juerza española. Corral nombró a Caldas en el acto coronel de ingenieros, con la misión de fortificar las entradas a la provincia, por el sur. Las fortificacio- . nes levantadas entonces por nuestro sabio correspondieron en un todo a su objeto, demostrando en ellas sus talentos .bara la estrategia y la arquitectura. Levantó, además. un mapa de aquellos terrenos, para servir a las operaciones militares. En Medellín organiz6 una fábrica de pólvora y otra de nitro, que fueron instaladas ambas en j&brero de 1814; en seguida construyó máquinas para hacer armas de tiro y fundir cañones, como también otra para acuñar moneda .. En abril del mismo año inauguró una escuela de ingeniería militar, con un personal de doce cadetes. Llenos de sorpresa y de admiración oyeron los jóvenes estudiantes las materias que les enseñaba el antes modesto y tímido naturalista: disciplina militar, arte de fortificación, táctica y estrategia, teoría y práctica de artillería, hidrostática con la construcción de canales y puentes. geografía militar con dibujo de planos y mapas, y, por último, hasta arquitectura civil. Mientras pasaba esto en Antioquia, Simón Bolívar había' venido de Venezuela para ponerse a órdenes del Congreso neogranadino, y se abrió Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 12 CALDAS '''';l EL "SEMANARIO" paso con las fuerzas de éste, puestas bajo su mando, hacia Santafé. En su entrada d la caPital, tomada a viva fuerza el 10 de diciembre de 1814, la casa botánica y la torre astronómica experimentaron pérdidas notables en sus tesoros científicos, aunque siempre se conservó lo principal bajo la custodia de Sinforoso Mutis y Salvador Rizo. El gobierno centro-federal establecido entonces, llamó pronto a Caldas para organizar una escuela nacional de cadetes. El coronel payanés ocurrió en el acto y se puso a trgbajar en la inStalación indicada, sin descuidar por ello sus interrumPidos trabajos de astronomía y botánica. Llegó el año lúgubre de 1816, y con él el mariscal español Pablo Morilla. Entre los proscritos fugitivos de Santajé, se halló también el coronel Caldas, quien conocía la suerte que le esperaba, al no lograr la fuga. En las faldas de uno de los nevados del Tolima vivía desde años atrás, solitario y casi ignorado por todos, José Ruiz, el antiguo minerálogo, que había sido uno de los primeros discíPulos de Mutis, poco menos de medio siglo antes. Con una cría de ganado habíase retirado del mundo, para situarse en la línea de la nieve perpetua, y sólo era recordado por algunos santajereños, para quienes existía como un ermitaño misterioso. Allí esperó Caldas hallar su refugio; pero ya no encontró a Ruiz. El rebaño andaba disperso y silvestre por las montañas. Entonces emigró al Cauca en busca de salvación. Se ocultó en la hacienda de Paispamba, en donde había vivido su familia y había dado el sabio sus primeros pasos en la ciencia; allí fue aprehendido, en ,compañía de Ulloa, su íntimo Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia CALDAS Y EL "SEMANARIO" 13 amigo, y de otros compañeros, por el jefe patiano Simón Muñoz. Este le propuso que huyera a Quito, gobernado entonces por el español Toribio Montes, quien se mostraba interesado por salvar a Caldas del patíbulo; mas el discípulo predilecto de Mutis rechazó la oferta, si no se hacía extensiva a los compatriotas que con él iban presos. Trasladado a Bogotá, se le juzgó militarmente, y no hubo Piedad para con quien pedía la vida mientras acababa los trabajos de la Expedición Botánica, aunque fuera en Un· calabozo y con una cadena en el pie. Enrile, el segundo de Morilla, negó esta solicitud, y el 29 de octubre de 1816 fue pasado por las armas, en la plazuela de San Francisco. El orgulloso militar español, cuando negó la solicitud con las palabras históricas «España tiene bastante gente ilustrada», o como otros aseguran, «España no necesita de sabios», ignoraba que el mundo español no había prodUcido sino un Caldas, con derecho a figurar entre los genios universales, y que de éstos ·no nace más de uno en cada siglo. Para borrar la fea mancha de crueldad y barbarie que cayó sobre el nombre de la Madre Patria, con el inútil derramamiento de la sangre de Caldas, España, siguiendo el consejo del gran Menéndez y Pelayo, tributó un perpetuo desagravio a la memoria del sabio ilustre, en 1925, por iniciativa de la eminente escritora doña Blanca de los Ríos. G. O. M. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO DEL NUEVO REINO DE fiRANAOA de la Geografía del Virreinato de Santafé de Bogotá, con relación á la economía y al comercio, por don Francisco] osé de Caldas, individuo meritorio de la Expedición. Botánica del Reino, y encargado del Observatorio Astronómico ~e esta capital . ESTADO ... .La Geografia.: ..••.... tan necesaria al Estado. como lo puede ser. a un propietario el conocimiento perfecto de sus heredades. ARRIQUIBAR. Carl. 4. n. 15. pág. 90. L Semanario del Nuevo Reino de Granada va a comenzar por el estado en que se halla su Geografía. Los conocimientos ~ geográficos son el termómetro con que se mide la ilustración, el comercio, la agricultura y la prosperidad de un pueblo. Su estupidez y su barbarie 'siempre es proporcionada a su ignorancia en este punto. La Geograíía es la base fundamental de toda especulación política; ella da la extensión del país sobre que se quiere obrar, enseña las relaciones que tiene con los demás pueblos de la tierra, la bondad de sus costas, los ríos navegables, las montañas que le atraviesan, los valles que éstos forman, las distancias recíprocas de las poblaciones, los caminos establecidos, los que se pueden establecer, el clima, la temperatura, la elevación sobre el mar de todos los puntos, el genio y las costumbres de sus habi- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 16 SEMANARIO tantes, las producciones espontáneas y las que pueden domiciliarse con el arte. Este es el grane.de..Dbje.1;Q ..JlE,LJageografía..económ1Q.ª~ tan an tigua como nuestras necesidades; y el Semanario, consagrado principalmente a la felicidad de esta Colonia, no puede abrirse de una manera más digna, que presentando el cuadro de nuestros conocimientos geográfiCOS. Aquí veremos los pasos que hemos dado, lo que sabemos, lo que ignoramos, y mediremos la distancia a que nos hallamos de la prosperidad: aquí aprenderemos a dirigir nuestros esfuerzos hacia aquel punto que más nos interesa, y nos desnudaremos de las preocupaciones que nos oprimen y que retardan la felicidad del Reino. Si alguna vez se censuran los usos establecidos, no es la maledicencia, no eS la crítica amarga la que nos mueve; es, sí, el amor que profesamos al paíS en que hemos visto la luz. Para evitar confusiÓn y simplificar nuestras ideas, llamo Nuevl!- Granada a todos los pl:'tíses sujetos·¡¡:rVirreinato d.e Santa Fé, y, bajo de esta denominación, comprendo el N.uevD~Reíno, la Tierra Firme y la provincia de Quito. Este bello y rico país está situado en el cóiazo:n de la zona tórrida en la América Meridional. Se extiende, de Norte a Sur, desde los 129 de latitud boreal, hasta 59 30' de latit. austral, y de .oriente a Poniente, desde los 609 hasta los 76Q 50' al Occidente del Observatorio Real de CádiiY Sobre el mar del Sur tiene cerca de 500 leguas de costa, desde el Golfo Dulce hasta la ensenada de Tumbez: aquél lo separa de la Costa Rica en Guatemala, y ésta del Virreinato del Perú. Desde Tumbez, por un arco no bien determinado, va al Amazonas, más arriba de Jaen de Bracamoros, sigue por la orilla meridional de este río hasta Loreto; aquí se cambia a la del Norte, y en la embocadura de Yza, separándose del Marañón, se interna en el continente hasta el Orinoco por países desconocidos hasta la embocadura del Apure. Subiendo éste y el Sarare, toca en la cordillera de Cúcuta, busca las cabeceras del Táchira, sigue su curso hasta Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 17 su embocadura .en San Faustino, atraviesa hasta las montañas de los Motilones y Guajiros, y, siguiendo éstas, va a terminar en el Cabo de la Vela. En el mar Atlántico, posee 350 leguas, desde este punto hasta el río de las Culebras, que lo separa de Guatemala. Este ínmenso recinto de figura irregular ocupa sobre la superficie del globo 67.200 leguas cuadradas de a 6.610 varas castellanas cada una. Un plano horizontal y dilatado al Oriente (los Llanos de San Juan, Casan are, etc.) , otro a Occidente, aunque menor (Chocó, costa propiamente tal, Barbacoas, Esmeraldas y Guaya· quil), terminan el territorio de la Nueva Granada. El primero continúa hasta la Guayana, y el segundo hasta el Pacífico: éste, poblado de bosques elevados tan antiguos como la tierra que los produce, aquél tiene espacios inmensos cubiertos de gramíneas; y ambos cortados en sentidos diferentes por ríos caudalosos que llevan sus aguas, los unos al Este, y los otros al Poniente del Nuevo Mundo. En medio de estas llanuras se eleva la famosa cadena de montañas llamada!,>.<le.los Andes, que~después de mar' "su"-oÚgen en las tierras Magallánicas, atraviesa el Chile, el Perú, la. Nueva Granada, el Méjico, y va a terminar al Norte de la América. La parte que nos toca de esta inmensa cordillera comienza en Laja. A esta latitud (4i> 30' S.) su elevación es mediana, y forma un so.10 cuerpo. Así continúa hasta el Asuay por 2i> 23' de latitud austral. Tiene este nombre un grupo de rocas cuyas cimas ·casi tocan el término de la nieve permanente (2.480 toesas, ó 5.786 varas). Aquí se divide en dos ramos bien caracterizados, paralelos entre sí en la dirección del meridiano, 'y dejan en medio un valle angosto, muy elevado (1.460 toesas) y largo, en que eStán las poblaciones de Riobamba (1.424 toesas), Hambato (1.334 toesas), Latacunga (1.425 toesas) y Quito (1.440). A la derecha se levantan hlS cimas majestuosas de Capacurcu (2.730 toesas), Tunguragua (2.620 toesas), Cotopaxi (2.950 Wesas), y Cayambur (3.030 toesas); a la izquier- ~º-.. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 18 SEMANARIO da el Chimborazo (3.220 toesas), Ylinisa (2.717), Pichincha (2.430), Y otras, todas cubiertas de una nieve eterna, y de cuyo sena se ha elevado muchas veces la lIama desoladora. En este trozo los Andes lIegan al máximum de su altura (3.220 toesas): Mojanda (1.916 toesas), Ymbabura (2.333) volcanes apagados, Cotacache (2.567 toesas), Yana-urcu (2.000 toesas) y las montañas de Guaca presentan un recinto desigual, cortado por muchos ríos que reunidos forman el Mira. Aquí están los carregimientos de Otábala y de Ybarra. En Tulcán (por 09 48' latit. boreal) vuelven a renacer los dos ramas paralelos de los Andes con dirección al Narte, y abrazan el valle· de los Pastos, quizá el más elevada del universo. Tres cimas ardiendo (el Azufral, Cumbal y Pasto) y 'Otra tranquila (Chiles) terminan su horizonte. Un corte profundo, lecho del caudaloso Guáytara, los separa de la ciudad de Pasto. Esta ocupa el centro de un pequeño valIe circular coronada al Occidente por su volcán (2.300 toesas): mil arrayas forman dos ríos que se reúnen dentra de la misma población, y unos hombres tan sencillos cama laboriosos habitan la parte más belIa de los Andes. Desde este paralelo (19 15' lato boreal) la cordillera pierde un tercio de su altura, sus ramos se reúnen y na presenta sina un país montañoso y desigual. De repente se precipita hacia el media en Mercaderes (19 50' lato bar.) y forma en su centro un valle profunda, angasto, abrasador, y regado de tres ríos principales (Quilcasé, Guachicono y S. Jorge) que van a formar el Patías. Desde este bajo nivel (349 toesas), que tiene apariencias de abisma, se descubren las cimas de las montañas vecinas, y aun los velas eternos de las Andes, a una diStancia prodigiosa. Aquí se separan 'Otra vez los dos ramos para na volver a can fundirse jamás. El fando de las Patías se levanta a 29 10' de latitud bareal, y queda establecido el valle eSpacioso y desigual de Papayán a una elevación (900 toesas) y a una temperatura (de 10 a 189 y casi siempre 159 de Reaumur) 9,ue parece in- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 19 ventada por los poetas. La cadéna Oriental recobra toda su altura y presenta las puntas nevadas de Zotará (2.300 toesas), Coconuco (2.500 toesas), Huila (2.800 toesas) y Tolima (2.819 toesas), y, exactamente en la dirección del meridiano, va a terminar en las cercanías de Mompox. La Occidental, siempre paralela a la primera y a 8 Ó 10 leguas de distancia, pasa al Oeste de Cali, Cartago, Antioquia; arroja un .ramo al Norte, y vuelve al Noroeste a formar el Istmo de Panamá. Cerca de Popayán (19 50' lato bar.) se desprende un ramo principal con dirección al Nordeste (1), pasa por Santa Fé de Bogotá y Mérida, y va a terminar hacia Caracas. Al Norte de Pamplona se ramifica de diversos modos en la Goajira, -1 termina en la soberbia sierra de Santa Marta. Todas las aguas de Laja, Cuenca, Quito, Ybarra, Pastos, Pasto y Patías, en una palabra, todos los ríos de la parte Meridional del Virreinato rompen la cordillera, y se abren paso los unos al Este (las Juntas en Loja, Paute en Cuenca, y Patate cerca .de Hambato),y los otros al Oeste (Catamayo, .León, Mira y Patías), En Popayán a los 29 20' de la línea, las cosas mudan de aspecto. Los tres ramos de la cordillera, semejantes a un muro impenetrable, no presentan ya ninguna brecha, y los ríos toman su curso hacia el Norte. Tales son el Atrato, CauCa y Magdalena. El primero baña un país bajo y cubierto de selvas interminables; el segundo, el valle nivelado y fecundo de Buga, y el suelo desigual de la provincia de Antioquia; en fin, el tercera riega e! Tima.ná, N~iva, Honda, Mompox, y descarga en el Océano entre Cartagena y Santa Marta. Un calor abrasador y constante (de 279 a 309 Reaumur) reina, en las llamiras que hacen basa a esta soberbia cadena de montañas. El hombre (1) Este ramo es conocido hoy con el nombre de cordillera Oriental; y el que divide la hoya del Mágdalena de la del Cau<~a, con el de· cordillera Cen-· tral.-A. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 20 SEMANARIO que habita estas regiones se desarrolla con velocidad, y adquiere una estatura gigantesca; pero sus movimientos son lentos, y una voz lánguida y pausada, unida a un rostro descarnado Y pálido, anuncian que estas regiones no son las más ventajosas para el aumento de la especie humana. Palmeras colosales, maderas preciosas, resinas, bálsamos, frutos deliciosos, son los productos de los bosques interminables que cubren estos países ardientes. Aquí habita el tigre (Felis onza L.), el mono, el perezoso; aquí se arrastran serpientes venenosas; Y aquí el crótalo horroroso (la Cascabel), amenaza a todo viviente en estas soledades. Esta es la patria del mosquito insoportable, Y de esos ejércitos numerosos de insectos, entre los cuales unos S011 molestos, otros inocentes, éstos brillantes, aquéllos temibles. Las aguas cálidas de los ríos anchurosos están pobladas de peces, Y en sus orillas vive la rana, la tortuga, mil lagartos de escalas diferentes; y el enorme cocodrilo (Caimán) ejerce sin rival un imperio tan ilimitado como cruel. La región media de los Andes (desde 900hasta 1.500 toesas), con un clima dulce y moderado (de 109 a 199 Reaumur), produce árboles de alguna elevación, legumbres, hortalizas saludables, mieses, todos los dones de Céres; hombres robustos, mujeres hermosas de bellos colores, son el patrimonio de este suelo feliz. Lejos del veneno mortal de las serpientes, libres del molesto aguijón de los insectos, pasean sus moradores los campos y las selvas con entera libertad. El buey, la cabra, la oveja, le ofrecen sus despojos y le acompañan en sus fatigas. El ciervo, la danta (Tapirus LJ, el oso, el conejo, etc., pueblan los lugares a donde no ha llegado el imperio del hombre. La parte superior (desqe 1.500 hasta 2.300 toesas), bajo de un cielo nebuloso y frío, no produce sino matas, pequeños arbustos y gramíneas. Los musgos, las algas y demás criptógamos ponen término a toda vegetacíón a 2.280 toesas sobre el mar. Los seres vivientes huyen Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 21 de estos .climas rigorosos, y muy pocos se atreven a escalar estas montañas espantosas. De este nivel hacia arriba ya no se descubren sino arenas estériles, rocas desnudas, hielos eternos, soledad y nieblas. , Esta pintura de los Andes ecuatoriales nos manifiesta que basta descender 2.400 toesas para pasar rápidamente de las nieves polares a los calores del Senegal; que aquí se acercan las extremidades de nuestro globo, y se tocan y confunden la zona tórrida y la glacial. Nosotros vemos encerradas en el pequeño espacio de 10 a 14 leguas todas las temperaturas de la tierra, y todas las presiones atmosféricas bajo de que puede respirar el hombre. Mientras que en los países situados fuéra de los trópicos, el calor' y el frío, la verdura y los frutos se suceden con relación al lugar que ocupa el sol en la eclíptica, en nuestros Andes todo es permanente. Nieves tan antiguas como el mundo siempre han cubierto la frente majestuosa de nuestras montañas; las selvas nunca han depuesto su 10llaje; las flores y los frutos jamás han faltado en nuestros campos, y los calores del estío siempre han abrasado nuestras costas y nuestros valles. Cuando unas noches dilatadas siguen a unos días rápídos, cuando días largos preceden a noches momentáneas en los países septentrtonales y antárticos, aquí un equinoccio eterno, una igualdad inalterable ha existido desde ·la creación. Los astros siempre han su-;:"', bido perpendiculares al horizonte, y el sol siempre nos ha vivificado 12 horas con su presencia, y otras tantas nos ha dejado para el descanso y para el sueñ{). Esta asombrosa variedad de producciones, de temperaturas y de presión, en lugares tan poco distantes, eg preciso que haya influido sobre el carácter y las costumbres de los pueblos que habitan la basa de la cordillera, o sobre ella. En efecto, ¡qué .rasgos tan diferentes y decisivos no se advierten entre el hombre de la costa y el de la cima de los Andes! El ojo menos penetrante y observador distingue al Mompoxi- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 22 SEMANARIO no del Pamplonés, al que respira el aire abrasador de Guayaquil del que vive en la dulce temperatura de Cuenca; y el salvaje del Orinoca en nada se parece al rústico de Quito. Hay pocos puntos sobre la superfiCie del globo más ventajoso para observar, y se puede decir para tocar, el influjo del clima y de los alimentos sobre la constitución física del hombre, sobre su carácter, sus virtudes y sus vicios. Todos los habitantes (cerca de tres millones, incluso. los bárbaros) de esta bella porción de la América, se pueden dividir en salvajes y en hombres civilizados. Los primeros son aquellas tribus errantes sin más artes que la caza y la pesca, sin otras leyes que sus usos, que mantienen su independencia con su barbarie, y en quienes no se hallan otras virtudes que carecer de algunos vicios de los pueblos civilizados. Tales son las hordas del Darién, Chocó, Mainas, Sucumbías, Orinoco, Andaquíes y Guajira. Los segundos son los que unidos en sociedad viven bajo las leyes suaves y humanas del Monarca español. Entre éstos se distinguen tres razas de origen diferente: el Indio indígena del país, el Europeo su conquistador, y el Africano introducido después del descubrimiento del Nuevo Mundo. Entiendo por europeos, no sólo los que han nacido en esa parte de la tierra, sino tampién sus hijos, que, conservando la pureza de su origen, jamás se han mezclado con las demás castas. A éstos se conoce en la América con el nombre de Criollos, y constituyen la nobleza del nuevo continente cuando sus padres ¡a han tenido en su país natal. De la mezcla del indio, del europeo y del negro, cruzados de todos modos y en proporciones diferentes, proviene el mestizo, el cuarterón, el mulato, etc., y forman el pueblo bajo de esta colonia. La posición geográfica de la Nueva Granada parece que la destina al comercio del universo. Situada bajo de la línea a iguales distancias de Méjico y California por el Norte, como de Chile y Patagonia por el Sur, ocupa el centro del nuevo continente. A la derecha tiene todas Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 23 las riquezas septentrionales, a la izquierda todas las producciones del Mediodía de la América. Con puertos sobre el Pacífico y puertos .sobre el Atlántico, en medio de la inmensa extensión de los mares, lejos de los huracanes y de los carámbanos de las extremidades polares de los continentes, puede llevar sus especu-" laciones mercantiles desde donde nace el sol hasta el ocaso. Mejor situada que Tiro y que Alejandría, puede acumular en su seno los perfumes del Asia, el marfil africano, la industria europea, las pieles del Norte, la ballena del Me:diodía, y cuanto produce la superficie de nuestro globo. Ya me parece que esta colonia afortunada recoge con una mano las producciones del hemisferio en que domina la Osa, y con la otra la del opuesto; me parece que se liga con todas las naciones, y que lleva al polo los frutos de la línea, y a la línea las producciones del polo. Convengamos: nada hay mejor situado en el viejo ni el nuevo Mundo que la Nueva Granada. No nos deslumbremos con las riquezas de Méjico, ni con la plata del Potosí. Nada tenemos que envidiar a estas regiones tan ponderadas. Nuestros Andes son tan ricos como aquellos, y el lugar que ocupamos es el primero. El Perú arrinconado allá sobre una z¡onaestéril en las costas del Pacífico; Méjico con una situación más feliz en los confines de la zona tórrida y templada' ¿pueden contar como nosotros con el número prodigioso de ríos, de estos canales cavados por las manos de la naturaleza por donde algún día deben correr nuestras riquezas desde el centro hasta las extremidades? Buenos .l\...ircs, el Brasil, la Guayana, C~.:rRCfl:S¡ las provincias independientes del Norte, el Canadá, etc., no pueden venir al Sur sin correr los peligros de Magallanes, y no pueden pasar al Oriente sin visitar el cabo más meridional del Africa tan temido de los navegantes. La Nueva Granada tiene en su arbitrio mandar sus buques a la China y a la Europa, a la Groenlandia y a Kamtschatka, sin tocar con aquellas puntas borrascosas que tanto retar- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 24 SEMANARIO dan el comercio de las naciones. Esta es nuestra situación, y estas son las relaciones que tenemos con todos los pueblos de la tierra. Volvamos ahora nuestros ojos sobre nosotros mismos, registremos los departamentos de nuestra propia casa, y veamos si la disposición interna de esta colonia correspond~ al lugar afortllnado que ocupa sobre el globo. La extremidad septentrional del V.irreinato, la parte más estrecha del nuevo continente, la que constituye el istmo de Panamá, el más cé" lebre del universo, debió llamar la atención de todos los políticos desde la época de su descubrimiento. Una lengua de tierra de 15 leguas de ancho, cortada en todos sentidos por rios que van a desembocar directamente a los dos mares, cuyas montañas apenas merecen este nombre, llamaba a su reconocimiento a todos los geógrafos y a todos los estadistas. No Se puede oír sin humillación que hayan corrido 300 años desde aquella época, y que hasta hoy no tengamos un plano que nos dé idea del interior del país, de las proporciones o de las dificultades de la navegación de esos ríos, e su origen, y de la posibilidad de unirlos. Há mucho tiempo que se habla del Atrato, de su inmediación a San Juan, del Arrastradera de San Pablo, y que se ha mirado como fácil la unión del Pacífico con el Atlántico. Pero ¿qué hemos hecho con estas esperanzas lisonjeras? No hemos dado un solo paso en esta materia importante y capaz de hacer mudar de aspecto las ideas mercantiles de la América (1). La inmensa extensión de terreno que ocupan nuestras costas en el Pacífico (500 leguas) des(1) Es de des,ear que se publique la excelente Representación que don José Ignacio Pombo dirigió al consulado de Cartagena en 14 de mayo de 1807 sobre el reconocimiento del Atrato, Sinú y San Juan. AqUÍ ~e hallan noticias interesantes y miras vastas sobre un canal de comunicación entre el Océano Atlántico y el Pacífico,. con otras relativas a nuestra navegación interna. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 25 de .Veraguas hasta Tumbez, los ríos caudalosos que bajan de los Andes Occidentales, y la forma de esta cadena de montañas apenas nos son conocidos. Cartas miserables, cartas sin detalles, cartas contradictorias, más propias para inspirar dudas que para dar luces, son la que forman el Atlas marítimo y terrestre de la parte Occidental de esta colonia. Los académicos del ecuador levantaron una pequeña parte de esta costa en 1736, y hasta 1790 nada habíamos adelantado sobre este objeto interesante. Las corbetas de S. M. Descubierta y Atrevida derramaron algunas luces sobre estas regiones tenebrosas; pero han dejado mucho que desear a los sabios, y creo que la mies está todavia intacta y reservada a la Expedición de costas que actualmente trabaja en el Sur. Aun cuando estos marinos nos hagan conocer la hidrografía de nuestras costas, el interior del país nos será por mucho tiempo desconocido. Las pocas noticias que tenemos de estas regiones nos hacen desear vivamente que se acerque el tiempo de su reconocimiento. En efecto, el Chocó, Barbacoas, y todo lo comprendido dentro de la cordillera y las costas, tienen caracteres que deben interesar al botánico, al geologista, al político, al litólago, al geógrafo y al físíco. La parte baja y marítima de estos países la constituye una zona horizontal de 12 a 15 leguas de anchura, baja, anegadiza en gran parte, cruzada por mil ríos caudalosos, que ya se separan, ya se reúnen, que ferman un archipiélago continuo en sus embocaduras, y que lentos y perezosos se dejan balancear de Oriente :J. Occidente P01~lal:! iuerzas de la luna a muchas leguas dentro del continente. Después el terreno va elevándose por grados insensibles, se comienzan ver pequeñas colinas, y las aguas corren con alguna velocidad. Más adentro el país se escarpa, y levantan su frente soberbia los 'Andes. Diez mil arroyos se precipitan de su cima: aquí forman cascadas vistosas, allá torrentes acelerados; reunidos a grupos, forman ríos enormes, en qUiene,s vórtices terri- a Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 26 SEMANARIO b1es, pasos peligrosos detienen al navegante, y en fin, en un plano menos inclinado, se acercan al Océano con paso m.ajestuoso y tranquilo. Todo este país está enteramente cubierto de selvas colosales, en donde una vegetación vigorosa no deja otros vacíos que los que les dispu.tan las ondas. Aromas, bálsamos, maderas preciosas, palmeras diferentes, yerbas medicinales, flores desconocidas, aves vistosas, bandadas de zahinos (Sus tajassu. L.), familias numerosas de monos, anfibios diferentes, insectos útiles, reptiles venenosos llaman a los naturalistas. Pocas poblaciones, algunos grupos de chozas pajizas sembradas a largas distancias, y siempre en las orillas de los ríos, es lo único habitado de este inmenso país. Algunos indios a medio civilizar, pocas castas, muchos negros (25.000) constituyen su población. Este, robusto, sano, bien constituído y desnudo, unas veces recorre con alegría y con intrepidez los peligros de sus ríos, o atraviesa los bosques despreciando el veneno mortal de las serpientes, contra quienes tiene remedios victoriosos, que oculta, como el Bracman los dogmas de su religión; otras, cubierto de, sudor, sumergido hasta la rodilla en el agua, y armado de una robusta barra, agota todas sus fuerzas para arrancar de las entrañas de la tierra el oro y la platina. El maíz, la yuca y el plátano, unidos a la pesca abundante de sus ríos anchurosos, forman su subsistencia. Acostumbrados a la servidumbre, se sujetan con facilidad a la voz imperiosa de un solo hombre, a quien pudieran despreciar impunemente. Confipados en un rincón de estos bosques inmensos, entregados sin reserva a enriquecer a su dueño, separados del resto de los hombres, ignoran como el trapista todas las vicisitudes y todas las revoluciones del género humano. Todos los días de su vida son iguales, y a sus ojos parece que el tiempo ha perdido su imperio, y que todas las cosas se han fijado para siempre. Su ambición se limita a merecer el mando de su tribu, y su codicia a recoger el valor de su persona y de sus hijos. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia -SEMANARIO 27 Sin ideas, sin otros conocimientos que los de sus bosques y de sus ríos, nada desea, y vive contento en e,l centro de una barraéa miserable. Con un póco más de humanidad en sus señores, con más cuidado en su parte moral, estos hombres serían, en el seno mismo de la ignorancia y. de la esclavitud, unos seres dichosos. Los animales domésticos, que hacen las riquezas verdaderas y las comodidades de la vida, son desconocidos de estos moradores: el buey, la oveja, la cabra, no pueden existir en medio de bosques elevados y sombríos en donde faltan las gramas y los alegres pastos; y el caballo,el asno y el mulo les son -absolutamente inútiles. En efecto, en un suelo cortado por todas partes de ríos navegables no puede hacer papel el más beno y el más noblede los cuadrúpedos. De aquí la falta de los productos de estos seres vívientes y la necesidad de mendigarlos de sus vecinos (Antioquia, Úalí,Pastos, Quito,etc,) Aquí no existe ni aun la sombra de la industria, y las pocas telas que consumen nuestras costas occidentales van de Quito o de Europa por diferentes puntos. Llueve la mayor parte del año. Ejércitos inmensos de nubes se lanzan en la atmósfera del seno del Océano Pacífico: el viento Oeste, que reina constantemente en estos mares, las arroja dentro del continente; los Andes las detienen en la mitad de la carre-, ra; aquí se acumulan y dan a esas montañas un aspecto sombrío y amenazador; el cielo desaparece; por todas partes no se ven sino nu-' bes pesadas y negras que amenazan a todo viviente; una calma sofocante sobreviene; este 1>.8 el momento terrible: ráf!l.e;HSde viento dislocadas arrancan árboles enormes; explosiones eléctricas, truenos espantosos; los ríos salen de ,su lecho, el mar se enfurece, olas inmensas vienen a estrellarse sobre las costas; el cielo se confunde con la tierra, y todo parece que anuncia la ruina del universo. En medio de este conflicto el viajero empalidece cuando el habitante del Chocó duerme tranquilo en el seno de su familia. Una larga experiencia le ha enseñado Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 28 SEMANARIO que las resultas de estas convulsiones de la naturaleza son pocas veces funestas, que todo se reduce a luz, agua, ruido, y que dentro de pocas horas se restablece el eqUilibrioy la serenidad. En medio de este país hay una zona o capa de cascajo, de arenas, de piedras, de arcillas diferentes, paralela al horizonte, y encerrada entre límites bien estrechos. El término inferior comienza a 80 o cuando más a 100 varas, y el superior acaba a 800 u 820 sobre el nivel del Océano, y su grueso, como se ve, es de unas 720 varas poco más o menos. Dentro de estos límites se halla la región del oro, y ellos constituyen, por decirlo así los confines de la patria de este precioso metal; mezclado siempre con la platina indomable por tantos años. Encima o bajo del nivel de esta famosa capa nunca se ha hallado un grano de oro, y jamás se ha visto un átomo de platina. De ella es de donde han salido las masas asombrosas de estos metales; aquí en donde se han formado fortunas extraordinarias; y aquí es que están encerradas las esperanzas y la codicia del propietario del Chocó. La zona del oro, paralela al horizonte~ corre sobre toda la arca de estos países, y sobre ellas descansan los Andes occidentales. Por consiguiente, a proporción que se retira del mar, se hunde más y más en la masa de la cordillera, y se hace más difícil la extracción del oro y la platina. El terreno está de tal modo dispuesto, que esta capa se presenta a la superficie en un espacio de 10 a 12 leguas de ancho. Los esfuerzos de muchos millares de negros no han bastado para agotar esta parte desde el descubrimiento de este rico país. La riqueza de esta zona no es constante: en unas partes se acumula el oro, en otras está diseminado: aquello se llama tope, y esto pobreza de la mina. Pero lo más singular, y lo que debe fijar la atención del filósofo, es que, en el Chocó, en la costa propiamente tal, y en Barbacoas, los prOdUCtoscorresponden a las esperanzas. Desde este paralelo (19 30' latitud boreal)~ Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 29 comienza a disminuir poco a poco l~ bondad de la mina: a un grado, apenas recompensa los gastos y las fatigas. del minero, y desaparece enteramente bajo del ecuador. Al otro lado de la línea todo muda de aspecto. No se oyen ya los nombres de venero, mina, oro, platina.: la industria, el cacao, el algodón, sales, maderas, cambio, comercio, son las riquezas, a la verdad más sólidas, de la parte meridional de nuestras costas. Numerosas vacadas y los más bellos caballos son los frutos de las pampas dilatadas- de Guayaquil. ¡Cuántas miras, cuántos proyectos importantes haría nacer en la cabeza de un político una buena corografía del Chocó, Costa, Barbacoas, Esmeraldas y Guayaquill Minas excelentes, animales raros, medicamentos desconocidos, caminos fáciles, ramos nuevos de comercio y de industria serían los frutos de una expedición que se mandase a los países Occidentales de esta colonia. El trozo del Virreinato encerrado entre los dos ramos de la cordillera que hemos descrito, desde 49 30' de latitud austral, hasta 29 30' de latitud boreal, es decir, desde Laja hasta Popa,.. yán, es un país alto, volcánico, erizado de montañas las más elevadas del universo: precipicios, canales profundos por donde corren con velocidad las aguas de los ríos, valles pequeños, algunos ardientes y malsanos, otros altos y d·eliciosos, caracterizan esta·, porción de la Nueva Granada. Los pueblos que la habitan son agri:cultores, industriosos y sagaces. Apenas tienen idea del arte de explotar las minas, a pesar de tenerlas tan ricas como el Perú; pero en recompensa tienen países cultivados, mieses, frutos, artes, rebaños y todo cuanto puede hacer cómoda la vida. Los productos de su agricultura y de su industria arrastran a estos .países elevados, con el oro del Chocó y la plata del Perú, el lUjo y la voluptuosidad. Aquí el hombre, bao jo de un cUma sereno y con ocupaciones más análogas a su constitucíón, se ha multiplicado maravlllosamente. Cuando en otros puntal! de Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia Sl'i:MANAtuO esta colonia apenas quedan algunos indios, tristes reliquias de una nación que agoniza, aqul el grueso de la población lo constituyen los indígenas de estos países. Su azote son los volcanes. Estas montañas temibles arden tranquilamente 100 ó más años, y se borraría hasta la memoria de sus desastres, si de cuando en cuando no amenazasen a estos moradores con bramidos sordos y con temblores. Cuando se hallan más tranquilos, cuando su industria se ha multiplicado, cuando se juzgan más felices, de repente se inflama el Tunguragua, el Cotopaxi u otro. Columnas, vórtices de humo negro y espeso mezclado con las llamas oscurecen la atmósfera. Nubes de arena, piedras enormes se lanzan en los aires; ruidos subterráneos, bramidos, sacudimientos terribles, avenidas de agua y de lodo llevan a todas partes la desolación y la muerte. Aquí se abre la tierra, allí se hunde una montaña, más allá perece una población. Los ríos mudan de curso, los edificios se desploman, Y una gran parte de su población desaparece en un momento. Tales han sido las catástrofes horrorosas que ha padecido esta preciosa porción del Virreinato, y tal fue la famosa de febrero de 1797.Yo he visto con asombro los vestigios de esta erupción para siempre memorable; pero la calma y la serenidad ha sucedido en los ánimos de esos moradores. Olvidados de las calamidades pasadas, reedifican con alegría sus poblaciones, yel hijo erige su casa sobre el sepulcro de sus padres. El hombre se acostumbra a todo, este sér miserable Y mortal se familiariza con todos lJS horrores. Estos pueblos, separadOSdel resto de los hombres por los Andes, no tienen otro recurso para llevar con velocidad y con ventajas su industria y los productos de sus campos a las provincias marítimas, que atrav'esarla cordillera. Por fortuna para estos pueblos industriosos todos sus ríos rompen esta formidable cadena de montañas. Los unos van a desembocar en el Pacífico. y los otros a engrosar el Amazonas. AquéllOS abrén paso cómodo a las costas del Sur y evi- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 31 tan la subida y la bajada de la cordillera, empresa difícil y capaz por sí sola de hacer encallar los proyectos más lisonjeros; y éstos los ligan con lo interior del continente. Si estos pueblos ,quieren prosperar, si desean que su agricultura no se limite a su consumo, y que su industria dé ocupación a muchas manos, es preciso que comiencen esta grande obra con conocer bien sus ríos y su cordillera. Es verdad que esta es la parte más conocida y la única que puede gloriarse de tener una carta geográfica que merezca este nombre. Los académicos del ecuador y sus compañeros hicieron muchas observaciones, y nos dejaron trabajos inmortales, tan útiles al sistema del universo como a la economía de estas' provincias. Maldonado, este ilustre quiteño, después de abrirse, un paso por los Andes al Océano, después de haber puesto los fundamentos al gobierno de Esmeraldas, de haber recorrido los Canelos, Bombonaza, Pastaza y Marañón, levantó la carta de la provincia de Quito, y el más bello monumento de su ilustración y patriotismo. La muerte le detuvo en la mitad de su carrera. Ah! jamás lloraremos dignamente la pérdida de este hombre grande que proyectaba nuestra felicidad. Si conocemos una parte de sus acciones, la debemos a una pluma extranjera (de la Condamine). ¡Ingratos, casi hemos olvidado su memoria! Las más célebres academias de la Europa han pronunciado sus, elogios, y sus compatriotas apenas le conocen. El quiteño se afana por pasar a la posteridad el nombre de un Juez que le compuso una calle. y ha olvidado erigir un monumento al hombre más grande que ha producido ese suelo. El elogio histórico de este geógrafo debía muy bien ocupar los talentos de sus conciudadanos. A pesar de los esfuerzos de estos astrónomos experimentados, nuestras necesidades no están satisfechas todavía. Si nada nos dejaron que desear en lo interior' de la cordillera, si sus rasgos en esta parte son pinceladas maestras; la exterior, aquella que más nos interesa. para. el Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 32 SEMANARIO comercio, apenas se halla bosquejada. Necesitamos una escrupulosa carta de los Andes ecuatoriales, y principalmente de aquellos puntos por donde se han abierto paso las aguas de los ríos. Echemos una mirada rápida sobre estos lugares. Loja, para salir de la miseria que hoy la oprime, debe llevar sus miras sobre el Catamayo, que va a desembocar cerca de Payta, y sobre el río de Zamora, que entra en el Marañón un poco más arriba del estrecho de Manseriche: aquél le facilita la extracción de sus frutos para el Perú, Chile, etc., y éste le proporciona un comercio lucroso con las naciones bárbaras, y con la provincia de Mainas. Pocos lugares hay más ricos en producciones, ni con más ventajas para el tráfico, que la provincia de Loja. Yo me alejaría demasiado de mi objeto si entrase en pormenores sobre este bello y fecundo país. Cuenca debe llevar sus indagaciones sobre el río de Girón, abajo de los Jubones, y principalmente sobre el del Naranjal, que nace al Sur de Asuay, pasa por Cañar y desemboca en el golfo de Guayaquil. Todas las aguas de los alrededores de esta ciudad (Cuenca) se reúnen en Paute y forman el río de Mayo, que desemboca en el de Zamora, de que poco ha hemos hablado. Por esta vía debe esperar la provincia de Cuenca el comercio con el interior. El distrito de Alausí debe hacer sus inquisiciones sobre el Yaguache, que se une al río de Guayaquil; y por Bayopongo y.Zuñac, su comunicación con Macas. Riobamba, Hambato y Latacunga no tienen un río que rompa la cordillera hacia el Poniente; pero en este espacio hay lugares en que las montañas no se elevan demasiado, y dan origen a muchos ríos (Chimbo, Ogiba, Mapan y Baba) que todos van a Guayaquil, y por el Este tienen la célebre garganta del Tunguragua. Por aquí salen el Achambo y el Para te, que forman con otros el Pastaza, y van al Amazonas después de haber regado las llanuras de los Canelos. Quito ha hecho muchas tentativas en di- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 33 ferentes épocas para vencer la cordillera. El ilustre Maldonado abrió el camino conocido con el nombre de Esmeraldas, que el tiempo, la desidia, y sobre todo la muerte temprana en Londres de este celoso y sabio americano han inutilizado. El obispo Calama en 1791 acaloró el de Malbucho, que no tuvo efecto hasta 1803. En esta época mandaba la provincia de Quito el barón de Carondelet. Convencido este jefe ilustrado de la necesidad de unir el interior con las costas del Pacífico, hizo vigorosas representaciones a S. M., y consiguió de la piedad del Rey cuarenta mil pesos para llevar a efecto esta obra interesante. En aquel año se midieron los países, se recorrieron los ríos de Bogotá y Santiago, y se levantó una carta corográfica bien circunstanciada. Hasta su muerte (en 1807) siguió con un celo y una constancia sin ejemplo el mejoramiento y perfección de este camino. ¡Quién sabe si tendrá la misma suerte que el de Maldonado! Por el Oriente tiene Quito dos malas veredas que conducen al Napa· y al Coca, que derraman .en Amazonas. Los Pastos tienen el pésimo camino de Barbacoas, y no se ha pensado en mejorarloen 300 años de existencia. Se cree que el terreno no permite otro mejor; pero ¿se ha buscado por algún inteligente? ¿Sobre qué hechos se funda esta aserción voluntaria? Del valle de Pasto y sus cercanías descienden ríos considerables (Guáytara, Juanambú y Mayo) que se reúnen al Patias de que vamos a tratar inmediatamente, y dudo que hasta hoy se haya hecho alguna tentativa para reconocerlos. Al Este tiene la ciudad de Pasto una senda 2. Sibundoy, cabeCel'll. del Putumayo, que va al Orinoco y al Marañón igualmente. En fin, Popayán, que parece el país más encerrado de la Nueva Granada, tiene el recurso del Patias, río caudaloso, yel más bien situado de toda la cordillera para establecer una pronta comunicación con todas las provincias marítimas d",l Sur. Los habitantes de esta ciudad hasta.. hoy no han fijado su atención sino sobre la cordillera. Todos sus esfuerzos se han dirigido a Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 34 SEMANARIO montar este soberbio muro, a dirigir sus rutas al acaso, sin principios y sin luces. Si en lugar de vaguear sobre las cimas de sus Andes hubieran reconocido el curso del Patías, tal vez se hallarían hoy en posesión de un camino expedito y cómodo, que llevase sus. frutos a Barbacoas, a Tumaco, y a todos los puntos de la costa. El valle de los Patías es de los más bajos, Y en él se reúnen las aguas de más de cuarenta leguas de la cordillera. Los ríos de Timbío y Quilcacé lo bañan por el Norte y lo atraviesan de Norte a Sur: por aquí se descargan en sU fondo Guachicono Y San Jorge, y van a unirse con los primeros en la parte más austral de este valle abrasador. Pocas leguas más abajo recibe por el Sudeste a Mayo, Juanambú y Guáytara, ríos caudalosos y que no se vadean en ningún tiempo del año. Hasta hoy ignoramos los que recibe por el Poniente, que bajan de las montañas de Sindagua. Cuando vi en 1801 el caudal de todos estos ríos, cuando el barómetro me enseñó su nivel, cuando he reflexionado sobre todo el curso del Patías, no he podidO dejar de concebir fundadas esperanzas de que algún día los moradores-de Popayán, y principalmente los propietarios de este fecundo valle, hagan esfuerzos para salir de la cordillera que los mantiene confinados. La navegación del Patías es muy interesante, no sólo a Popayán, sino también a Pasto, a los Pastos, a Barbacoas y a la costa, y merece que entremos en algunos pormenores. En la embocadura del Guáytara (por 19 28' latitud boreal) ha recogido el Patías las aguas de 75 leguas de Norte a Sur, y 25 de Oriente a Poniente, es decir, las aguas de una área de 1.875 leguas cuadradas. Este es justamente el punto en que comienza a cortar la cordillera para salir a bañar las llanuras de Barbacoas. ¡Qué caudal de aguas tan asombroso no se habrá reunido en este lugar! pregunto: ¿será navegable en esta latitud el Patías? El barómetro se suspendió en las orillas de Guachicono, cinco leguas antes de su embocadura en QUilcacé, en 313,3 lin. cuando el termómetro Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 35 indicaba 209 de Reaumur. Esta presión atmosfé~ rica con esta temperatura nos dic~ que el valle de los Patias y las aguas del Guachicono están sobre el nivel del Océano Pacifico 816 varas castellanas solamente. ¿Cuánto habrán bajadO de este nivel hasta la reunión de todos los ríos del valle? El curso del Patías, contado desde el lugar de mi observación hasta su embocadura en el Océano, tiene 65 leguas de 20 al grado. De aquí se infiere legítimamente que las aguas de este río caudaloso ruedan sobre un plano inclinado que tiene 429,650 varas de largo, y sólo 816 de altura. Las más sencillas nociones de la hidr¡iulica bastan para conocer que el Patías no puede correr con una velocidad que se oponga a la navegación, ni puede presentar ya saltos ni cataratas que la interrumpan sin recurso. Puede ser que tenga algunos lugares estrechos y que allí acelere su velocidad; puede ser que algunas piedras en su lecho, y que el arte puede remover, dificulten el paso en algunos puntos (1). Yo termino este particular ya demasiado largo aconsejando a los moradores de Popayán que reunidos formen una· expedición (1) Don Gregorio Angulo, vecino distinguido de Popayán, que ha navegado la mayor parte del Patías, me ha comunicado con fecha 6 de diciembre de 1807 las noticias siguientes: «El río de los Patías es navegable desde las juntas de Quilcacé y Timbío hasta el sitio de Cumbitará: en 14 horas se navega en balsa este trozo, y se haría más pronto en barca. Por tierra se gastan cuatro días para hacerel mismo camino. Desde Cumbitará comienza a estrecharse el río entre las rocas de la cordillera y presenta ango·sturas y raudales hasta el sitio del Guadual. Desde aquí es navegable hasta el Océano». Por esta relación se viene en conocimiento que el Patías es navegabl,e en toda la exteÍlsíón de su curso, excepto las pocas leguas en que atraviesa la cordillera, y también que carece de cataratas. Todo esto confirma lo que hemos dicho sobre la posibilidad de una navegación expedita por el Patías, y debe animar a los habitantes de Popayán y Pasto para verificar su reconocimiento. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO para reconocer el curso del patías desde la confluencia de Guachicono y Quilcacé, hasta Barbacoas; que esta empresa debe confiarse a unas manos inteligentes; que se ha de temer mucho de los charlatanes que la harían abortar en su cuna; que cierren los oídos a las declamaciones de los que prefieren sus intereses a los del públicQ; y en fin, que, animados con las grandes esperanzas de hacer variar el aspecto y los intereses de su patria, sostengan el proyecto con la firmeza y la constancia que hacen el fondo de su carácter. El Cauca nace al Mediodía del volcán de los Coconucos por 2Q de latitud boreal, serpentea oobre las llanuras heladas de Paletará, se precipita en medio de rocas escarpadas, y sale majestuoso a regar las campiñas pintorescas de las cercanías de Popayán: después vuelve su curso al Norte, riega el valle espacioso de Cali, pasa por Arma, Antioquia, y se une al Magdalena en Tacaloa por 90Q 26' latitud bor. En Gelima, por 3Q de latitud, marcha ya con paso mesuradQ y comienza ser navegable. Se dice que cerca de Cartago y en Antioquia hay dos cataratas (1) que interrumpen la navegación ª (1) Acabo de recibir una carta de Medellin de 14 de noviembre de 1807, en que don José Manuel de Restrepo, joven ilustrado y laborioso, me comunica noticias bien interesantes sobre la navegación del Cauca en las provincias de Antioquia, su patria, y creo las recibirá el público con agrado. El Cauca, dice, aunque lleno de peligros, se navega hasta las terribles angosturas de Caramanta cerca de Supía: pequeñas barcas hacen esta navegación rio arriba ,en cinco dias; pero es tal su rapidez, que cuando crece se baja en ocho horas, cuando sus aguas son medias en doce, y cuando muy bajo en diez y ocho. Su cauce ,es muy estrecho (de 100 a 200 varas) porque siempre corre sin hacer vegas entre dos altas cordilleras cuya dirección es de Sur a Norte. De estas mismas cordilleras Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 37 de este río caudaloso, y que arruinan las esperanzas de los pueblos que habitan sus 'orillas. ' En 1805 describí el curso de la parte alta de eSte río, y le consideré con la más atenta reflexión. Sólo llegué a las cercanías de Cali, y aquí por 39 11' de lato boreal se sostuvo mi ba- caen grandes piedras que llenan su cauce de tal modo, que, a pesar de ser pocos los navegantes, casi todos los años hay nau:fra~ios, especialmente en las piedras que llaman la Mama. Esta navegación sirve para proveer la provincia de Antioquia de vível'es, y para bajar el cacao de Cartago, cte. Ninguno navega la Angostura de Caramanta, y no sé si se podrá hacer navegable. En este espacio sólo tiene la población de Anzá a Oe'ste, y a ;alguna distancia de la de Titiribi al Este del río. Al Poniente le entra el río caudaloso de San Juan Dor los 52 56' de latítud b'oreal; pero su curso es desconocido hasta hoy, y sus orillas están habitadas. de indios bárbaros. Desde Antioquia se puede navegar como una media legua: a esta dístancia se' 'encuentra el salto de ,Juan García. No es una catarata, como algunos se han figurado; ,es sí el cOnjunto de una infinidad de piedras 'enOrmes,en medio y a orillas del río, contra las que se ,estrella; haee espantosos remolinos y saltos de poca elevación. pero de tremendo ruido por el inmenso cúmulo de aguas que lleva. El origen de este salto son 10.5 gÍ-andes piedras {lue 'caen de la cordillera cerca de la embocadura de la quehrada de Juan Gar('Ía. Aunque se quiten las que hayal presente, dentro de poco tiemllo se volverá a llenar de iguales o mayores peñascos. Este mal paso tiene como seis cuadra,q iJ,p 'extensié'n. «Después sigue el Cauca navegable otra legua y media, en donde se encuentra la angostar a del Tesorero: aquí corre el río dentro de peñones 001' el espacio de doce cuadras con estupenda rapidez. A la ,entrada de ,este mal paso se hallan las tres' grandes pi'edras llamadas de la Fortuna. Después continúa navegable hasta el pueblo de Sabana-larga, donde hay doce cuadras de pedreros. remolinos y corrientes precipitadas. Tiene otra legua navegable hasta el chorro y remolino de Xague de doce Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 38 SEMANARIO rómetro en 304,0 líneas, y el termómetro de Reaum. en 22Q, es decir, que las aguas del Cauca a 170 leguas de su embocadura están 480,6 toesas (1121,4 varas castellanas) sobre el Atlántico, cuando las del Magdalena a la misma distancia del mar sólo se hallan a 285 toesas (665 varas de largo. Se navega sin difcuItad hasta la embocadura de Remartin, en donde hay gruesas piedras. A una y media legua más abajo está el Ubital, en donde toda la masa del río se estrella contra un gran peñasco y forma terribles remolinos. A poca distancia está la angostura de Oro bajo, la más peligrosa del Cauca. Aquí su cauce se estrecha de modo que se reduce a di,ez varas de ancho: forma inmensas olas, un ruido espantoso y' unas corrientes precipitadas por ,el espacio de legua y media, y se termina con el remolino de Remango. De aquí nada sale de cuanto cae, todos los ahogados y todos los árboles que arrastra el Cauca se encuentran en 'este vórtice terrible. En la boca del río de S. Andrés hay otra angostura de doce varas de ancho. Dos leguas más abajo se halla el estrecho de Ticuita, semejante al de Oro-bajo, en que las aguas se reducen a diez varas de ancho, e igual al del Espíritu Santo. Desde este punto a los 7º 28' de latitud boreal es navegable el Cauca hasta Tacaloa, donde desemboca en Magdalena. Según los inteligentes sólo el arrojo ha podido navegar la angostura que hay desde las bodegas del Espíritu Santo hasta la ciudad' de Cáceres a los 7º 58' 30" de latitud boreal. El Cauca corre todavía oprimido entre dos cordilleras en donde están los riesgos del YracaI. el Raudal, donde ha habido tántos naufragios, el chorro de Santa Bárbara. el de Maldonado. y las Tres piedras. De Cáceres hacia abajo hasta la boca del río Nechi por 8º 10' de latitud corre todavía muy 'precipitado y tiene algunos peligros; pero finalizando aquí la cordillera comi,enzan las hermosas vegas que continúan hasta su confluencia con el Magdalena, pierde gran parte de su velocidad, y se deja nave· gar con seguridad. Desde las bodegas del Espíritu Santo hasta Tacaloa se baja en dos días y medio y se sube en quince o di'ez y 'seis». Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 39 varas), sobre el mismo nivel (1). De aquí se infiere que el Cauca tiene que descender 456 varas más que el Magdalena para llegar al Océano, que sus saltos y sus cataratas deben ser mayores, y en fin, que su navegación debe ser más interrumpida y más difícil. Pero ¿serán inven- , cibles estos obstáculos? ¿El arte no tendrá medios para superarlos? Esto es lo que ignoramos, y esto lo que nos interésa saber. Hasta hoy carecemos de una carta circunstanciada del curso de este río, y ninguno ha medido los chorros y angosturas que tánto se ponderan (2). Quién sabe si el aspecto de un hombre sabio y experimentado desaparecen enteramente, y se da la actividad y la vida a unos países feraces y arrinconados. Cali, Buga, Cartago, Supía y toda la provincia de Antioquia deben reunir sus fuerzas y agotar sus recursos para poner corr.iente la navegación del Cauca, que deben mirar como la fuente de su felicidad. Que sus (1) Las observaciones hechas en la provincia de Antioquia por don Manuel José de Restrepo confirman mis conjeturas sobre el Cauca. La capital de esta provincia situada a 6 grados 36 mino 20 seg. de latitud boreal, y ,en que el barómetro se sostuvo en 317,4 cuando el termómetro indicaba 20º de Reaum., hace ver lo poco que ha bajado este río en el largo curso de 70 leguas que median entre Celima y Antioquia. Por otra parte esta ciudad, que dista solamente de la embocadura común en 'el mar 50 leguas. está ca,si a la misma ,elevación que Neiva que se halla a 165 del mismo punto. Por consiguiente es preciso que t;1 Cauc& .se precipite, y. qu'e p!"'e''' sente raudales y pasos peligrosos desde los 6 y 'medio grados .en adelante. Por una desgracia para todos los pueblos que habitan sus orilLas desciende por grados insensibles desde Celima hasta Carainanta arrastrando perezosamente sus aguas por todo el valle de Buga, cuando el Magdalena baja, regularmente y siempre proporcionado a su distancia del mar Atlántico. (2) Se hablaba antes de recibir la carta de la 'nota antecedente. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 40 SEMANARIO campos sean fecundos, que sus ganados sean numerosos, que todas sus producciones sean preciosas, si no las pueden trasportar con velocidad, si no pueden recibir lo que les falta, verán que su labranza se disminuye, que la población no se aum~nta y que las familiasempobrecen en el seno mismo de la abundancia. Todo el comercio de estas provincias con las costas se ha hecho hasta hoy cortando el ramo más occidental de la cordillera por diferentes puntos. En Chisquio (1), en Anchicayá (2), (1) Existen por aquí dos senderos que conducen a las minas de las oríllas del río San Juan de Micay que han establecído las casas de ArholerJ" y Torres de Popayán; pero ignoramos el estado en que se hallan. (2) "He recibido noticias más circuJ1JStanciadas sobre este camino. Don Manuel Caycedo y Tenorio, alférez real de la ciudad de Cali lo proyectó al Sur del de las Juntas. Comunica, con mucha brevedad (3 días) y libre de los peligros del Dagua, el valle de Cali con la bahía de S. Buenaventura. Se abrieron dos senderos que presentaban grandes dificultades y se consnmió en ellos infructuosamente mucho dinero. Esto habria bastado para desanimar al empresario ; Dero,' constante en sus resoluciones y animado por 'el espíritu de beneficencia pública que le caracteriza. hizo romper nn tercer camino por encima de uno de aquellos cordones de montañas siempre perpendiculares al cuerpn principaL y lle~ó como era natural, con felicidad a las costas del Pacífico. Este hombre generoso y benéfico mere<'e tod" nuestro reconocimiento por haber sostenido y llevado a efecto unaetnpresa costosa y difícil sin pensionar al núblico y haciendo todo", los gastos de su propio fondo. Jamás se ha ,emnleádo con más utilidad el dinero. Las provincias del Ranoso. y en general todas las costas Occidentales del Reino, el valle 'entero de Cali y Popayán tienen Que reconocer a la mano benéfica que lo", va a libertar para siempre de los vórtices y raudales del Da¡rlta en quP. han perecido tántas fortunas. Hé aquí el más bello ejemplo de patriotismo que podemos presentar a nuestros compatriotas. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 41 en las Juntas cerca de Cali, en San Agustín frente a Cartago, en Chamí y en Urrao existen caminos que ha abierto la· nec~sidad o el acaso. Son los niás malos de, toda la colonia: no pueden entrar caballerías, excepto por Urrao, y todq se trasporta en las espaldas de los hombres. Convengo en que los Andes son escarpados; pero la ¡aspereza de los . caminos más se debe a la ignorancia y a la preocupación que a la desigualdad del terreno. Un negro estúpido, pero atrevido, se hunde en los bosques; sigue .primero el curso de los ríos; cuando éstos ya no permiten barca, camina a sus orillas hasta su' origen, que está bien cerca de la cima de la cordillera; le abandona entonces, y escala con trabajo este gran muro; busca otro arroyo que corre en sentido contrarjo; baja, y ya tenemos un nuevo camino que ha formado la ignorancia y el arrojo sin elección ni conocimientos. Estoy persuadido que si, en lugar de confiar las ,empresas a estos miserables aventureros, se encargase de ella un hombre que tuviese algunas nociones del país, que supiese las latitudes de los puntos de las costas del Sur y del .Jugar de partida; que, en vez de buscar el lecho de los ríos, tomase uno de aquellos cordones de montañas perpendiculares al cuerpo de la cordillera, que la sostienen y estriban; que lo siguiese hasta el fin, o a lo menos hasta que el barómetro se sostuviese dentro de 313 y 325 líneas; que en este nivel buscase a la derecha o a la izquierda uno de los ríos innumerables que atraviesan estOs países; en fin, que examinas~ su cursu ha:sLa :su t:mbocadura, tendríamos caminos más cómodos, y más comunicaciones con los países marítimos. El Magdalena es el río más ventajosamente situado en toda la extensión del Virreinato. Nace de un pequeño lago llamado del Buey, al Norte del páramo de las Papas a 19 58' de latitud boreal, corre por los desiertos de Labqyos, riega el Timaná, atraviesa las espaciosas 11anuras de Neiva, las selvas de Nare, Opón, y reunido con el Cauca entra en el Atlántico a 200 Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 42 SEMANARIO leguas de su origen. En toda la extensión de su curso jamás deja la dirección del meridiano. Cuando el Cauca nace sobre las nieves del 00conuco a 2.300 toesas sobre el Océano, éste tiene su cuna a 900 toesas solamente, bajo de un clima dulce y moderado; aquél se precipita de la cima de los Andes, y éste corre con tranquilidad: el primero sobre planos caprichosamente inclinados, unas veces se acelera y otras se arrastra con lentitud, y el segundo, más uniforme en su curso, se presta con facilidad a todas nuestras necesidades mercantiles. El Magdalena es navegable desde la Honda en la jurisdicción del Timaná, por 29 24' de latitud en pequeñas balsas y con algún trabajo. Desde Neiva loes sin interrupción en buques mayores hasta Honda en donde tiene un pequeño chorro que llaman Salto. Desde esta villa hacia abajo .es demasiado conocido para que nos detengamos en su descripción. RecIbe por ambos lados un número prodigioso de ríos caudalosos, navegables muchas leguas sobre su embocadura, y que facilitan la comunicación y el comercio con los países interiores. San Agustín, el primer pueblo que baña, está ha ..• bitado de pocas familias de indios, y en sus cercanías se hallan vestigios de una nación artista y laboriosa que ya no existe. Estatuas, columnas, adoratorios, mesas, animales, y una imagen del sol desmesurada, todo de piedra, en número prodigioso, nos indican el carácter y las fuerzas del gran pueb10 que habitó las cabeceras del Magdalena. En 1797 visité estos lugares, y vi con admiración los produc., tos de las artes de esta nación sedentaria, de que nuestros historiadores no nos han trasmitido la menor noticia. Sería bien interesante recoger y diseñar todas las piezas que se hallan esparcidas en los alrededores de S. Agustino Ellas nos harían conocer el punto a que llevaron la escultura los habitantes de estas regiones, y nos manifestarían algunos rasgos de su culto y de su policía. En los bosque de Laboyos y de Timaná no se puede dar paso sin Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 43 hallar reliquias de otra inmensa población que ha desaparecido (1). Todavía se ven las acequias y socavones de las minas de Plata que trabajaron sus moradores. Hasta los 2Q 30' de latitud todas las vegas del Magdalena están llenas de plantaciones de cacao, de coca, y de algunos ganados. La cría es el fuerte desde los 2Q 30' hasta los 5Qde latitud, y parece que aquí el hombre cede el lugar a las vacadas. A esta elevación se extrae de las orillas del Magdalena alguna cantidad de oro que es de la mejor calidad (de 23 y medio quilates poco más o menos). El hombre, en estas regiones, bajo de un clima abrasador, casi se desnuda: una 'red, una hamaca, algunas plataneras, que no exigen cultivo, forman sus riquezas. Sus ideas son tan limitadas como sus bienes. El reposo y el sueño hacen sus delicias. Su moral, .. bien se deja veI que no puede ser la más pura. Desde Honda e~ Magdalena no riega sino bosques. Algunas po-. blaciones cortas hay en sus orillas, y sus moradores son más viciosos que ~os de la parte media. Parece que la inmoralidad y la desidia se aumentan con las aguas del Magdalena. De todos los ríos de esta colonia este es el más conocido y merecía serio. Los trabajos de Bouguer, que lo bajó en 1742, los de Humboldt que lo subió en 1801, los de nuestros españoles Talledo y Alvarez, y los de la Expedición de costas del Norte, han dado mucha luz sobre la parte baja del Magdalena. En 1797 levanté la carta desde su origen hasta Neiva, y en 1805 desde Neiva hasta la embocadura del Bogotá. Las cartas que se lían fúr111ado sobre estas observaciones no llenan todavía nuestros deseos: necesitamos de mayores detalles sobre la velocidad, crecientes, bajas, estrechos, chorros, vueltas; etc., de este canal interesante. Apenas conocemOs los ríos que descargan en él, y no tenemos idea de su curso, dificultades, y punto hasta donde son navegables. Una carta juicio-' (1) La Plata antigua. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 44 SEMANARIO sa que entrase en todos los pormenores que he-' mos indicado, una topografía de los pasos difíciles sería un servicio señalado y un tesoro inestimable para la Nueva Granada. La comunicación y comercio de los pueblos que baña el Magdalena con los que habitan las orillas del Cauca, se hace por algunos senderos que cortan el ramo medio de los Andes. De los ardores de Neiva y de Tocaima es preciso subir a los fríos rigorosos de Guanacas y de Quindía para volver a descender a Cartago y a Popayán. Este ramo prodigiosamente elevado separa las provincias de Neiva, Santa. Fé, Mariquita, Socorro, etc., de las de Popayán, Quito y Antioquia: en una palabra, todo el comercio de la parte septentrional del Virreinato con la del Sur se hace montando esta cadena erizada y formidable. Merece, pues, toda nuestra atención desde 19 de latitud boreal hasta los 99. Registrémosla rápidamente. Es tradición constante, y aún nos quedan vestigios, que existió un camino en las cabeceras del Magdalena, que comunicaba directamente a Timan~ con Almaguer, Pasto y provincia de Quito, sin tocar con Popayán. La brevedad y existencia de este camino que se llama de las Papas, por tener que montar el páramo de este nombre, se demostró en 1795. En esta época visitaba la jurisdicción de Timaná el Ilustrísimo señor don Angel Ve1arde y Bustamante, digno prelado de Popayán, y necesitando pasar a la de Almaguer con el mismo objeto, no quiso volver a su capital, y se abrió un paso acelerado por las Papas venciendo todos los obstáculos y todas las contradicciones. Por 29 de latitud boreal existe otro sendero que se llama de los Laboyos: comienza en Timaná, y termina en Popayán. Es admirable la brevedad de este camino (3 dias). Un vecino generoso y de las primeras familias de aquella ciudad (Don Jerónimo de Torres) gastó sumas considerables en años pasados para ponerlo corriente; pero los fangos dilatados de las faldas orientales del Coco- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 45 nuco hicieron encallar el proyecto. Por los 29 30' de latitud boreal está el de Guanacas, el único que permite caballerías en todas las estaciones del año: comienza en la ciudad de la Plata; su dirección es al Oeste; tiene solamente 18 leguas y Se gastan 7 días en atravesarlas: hay que pasar ríos caudalosos y rápidos (la Plata, Río-negro, y Ullúcos); se suben y bajan montañas escarpadas, y se toca casi con el término de la vegetación hacia el medio. En 1805, acababa de salir de los desiertos de esta cordillera un vecino de la Plata (don N. Triana) que se había internado en. solicitud de un camino más cómodo que el que acabamos de describir. Las noticias que me dió combinadas con las nociones que me han proporcionado las siete veces que he atravesado el Guanacas, y mis largas residencias en Timaná, Netva y la Plata, me hacen creer la posibilidad de un tránsito más breve y más cómodo que el erizado de Guanacas. Este sería el lugar propio para indicar las razones sobre que fundo mis conjeturas; pero esto me arrastraría a pormenores dilatados que no pel'l11ite la brevedad de este papel. Al Norte del de Guanacas hay otro por la provincia de los Paezes y páramo de Huila que va a salir a Guambía o a, Caloto; pero lleno de peligros y poco frecuentado. Por los 49 de latitud se halla otro sendero que comienza en el Chaparral y termina en Tuluá, conocido con el nombre de· Barragán. A los 49 30' está el de Quindío: es malo, y el hombre necesita hacer el oficio de las bestias: tiene 20 leguas desde Ibagué hasta Cartago (1): su cOlIlposición se ha acolorado en diferentes épocas, y ahora trabaja en su mejoramiento el doctor don Ignacio Durán. j Ojalá que los amigos de la felicidad pública siguiesen este bello ejemplo, o contribUyesen a sostener las miras patrióticas de este (1) En 1778 don Ignacio Buenaventura midió a cordel desde la plaza de Ibagué hasta la de Cartago, y halló 20 leguas y 1.531 varas. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 46 SEMANARIO hombre benéfico! (1). La cordillera pierde rápidamente su elevación desde los 59 30' de latitud boreal, y sólo hay en este espacio dilatado el camino de Nare que comunica con la provincia de Antioquia (2). Es de desear que se reconozca este ramo de los Andes desde 19 hasta 89 de latitud, y no dudo que se hallarían muchos caminos más cómodos que los en que hoy traficamos. Como los valles de Cali y de Neiva sólo se hallan separados por la cordillera; como ésta corre de Norte a Sur con la más grande exactitud, basta determinar astronómicamente las latitudes de todos los puntos principales de ambos valles para poder compararlos entre sí, y dirigir rutas seguras y breves de comunicación. En 1805, por ejemplo, determiné a Neiva y Quilichao, y hallé que estos dos lugares tenían la misma latitud. Si se internase desde aquélla, con dirección al Oeste; si se conservase en lo posible la misma latitud; si en los desvios inevitables se cuidase de llevar mucha cuenta con el rumbo para reponer la altura de polo siempre que se presentase ocasión oportuna, en pocos días se tocaría infaliblemente con Quilichao (3). La dirección de los tres ramos o (1) Don Sebastián de Marizancena, vecino de Cartago ha impendido muchos miles, y hecho grandes esfuerzos para el mejoramiento del camino de Quindio. Tiene abierta una parte de él, y sobre todo ha establecido la población de la Balza en que hay más de 50 casas, una buena capilla, y un párroco a quien ha dado una cóngrua de 400 pesos para queadministre a 11)5 vecinos. Este hombre activo y generoso merece todo nuestro reconocimiento, y que se apoyen sus intenciones benéficas por todos aquellos que se hallen en ,estado de hacerla. (2) Los caminos de Hervé y de Sansón no eran todavía frecuentados en aquella época.-A. (3) Esta indicación de Caldas es tanto más importante, cuanto que todo 'el espacio que aqui ocupa la cordíllera no es despoblado, existe el valle longitudinalen que están situados los pueblos de Jambaló, S. Francisco y Toribio.-A. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 47 principales de los Andes es, como hemos visto, de Norte a Sur: su grueso no es ni menos de 18, ni más de 20 leguas; ellos separan las llanuras del Orinoco y Caquetá, las del Magdalena, las del Cauca y las del Chocó. Todos nuestros caminos de comunicación interna cortan perpendicularmente estas grandes cadenas de ,montañas, y su dirección jamás se separa considerablemente de su paralelo. Yo probaría esta observación general numerando todos los caminos que tenemos dentro del Virreinato, pero basta indicarla para que los que tienen nociones de nuestra geografía sientan esta verdad importante. Podemos sacar grandes ventajas de este principio, que yo llamaría fundamental, en la apertura de los nuevos caminos que atraviesen la cordillera. Las latitudes de los lugares consideradas bajo de este aspecto son unos elementos precisos que debemos recoger con el mayor cuidado; y debemos procurarnos las que nos faltan por todos los modos posibles. Este género de observaciones es fácil de ejecutar y no necesita instrumentos preciosos ni grandes conocimientos. Los países situados al Norte de la capital (Tunja, Pamplona, Socorro) son feraces, y varios en temperaturas y producciones. La población es numerosa, y su industria, aunque más grosera, puede compararse a la de Quito. Los ríos de Sogamoso, Suárez, Opón y Carare les facilitan el trasporte de sus frutos al río de la Magdalena; y el Meta, Sara re y Apure les abren las puertas del Oriente, y les convidan a llevar sus miras y su comercio al Orinoco, Guayana y Trinidad. En manos de los curiosos se hallan muchas cartas manuscritas de estos países; pero, si exceptuamos la que en 1779 formó don Francisco Javier Caro, y la que acaba de levantar don Vicente Talledo, todas las demás no Se han erigido sino según el antojo y el capricho de los ignorante que se han arrogado el título de geógrafos .. Há muchos años que se habla de las navegaciones del Opón, Carare, y Sogamoso: en dife- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO rentes épocas se ha acalorado este asunto interesante; se han consumido caudales, se han arruinado muchos particulares, y el problema aún no ha tenido solución. De la navegación de S. Faustino y camino de Urú y al Apure sólo podemos decir que nada sabemos. Nuestras tinieblas se condensan a proporción que nos acercamos a Maracaibo. Si nuestras costas occidentales no son en r gran parte desconocidas, si nuestros buques no pueden acercarse a ella sin zozobra, las del Atlántico, aquéllas que más nos interesan para la comunicación con la metrópOli y con los demás pueblos marítimos y comerciantes, las vamos a recibir de manos de Fid.algo (1). Este sabio marino y sus celosos compañeros (don 1<:lanuel del Castillo y don Fernando l\1:arÍa No- guera, capitanes de fragata) y otros han hecho trabajos inmortales sobre las costas de la Nueva Granada; trabajos que han asegurado para siempre la fortuna y la vida de todos los que surquen nuestros mares; trabajos que los cubren de gloria, y que les van a merecer la gratitud y los elogios de todas las naciones. Las presentes y todas las generaCionesse acordarán con reconocimiento del augusto monarca que sostuvo la Expedición de costas septentrionales y de los astrónomos que la ejecutaron. Se ha dicho (2) que el Atlas marítimo de España, levantado por el célebre Tofiño, es una respuesta sin réplica a la infame pregunta de Masson ¿qué ha hecho España por la humanidad? Nosotros podemos añadir, que las Cartas hidrográficas de Fidalgo humillarán el orgullo de este geógrafo atrevido que ha insultado a una nación ilustrada y generosa; y la patria de (1) Don Joaquín Francisco Fidalgo, capitán de navío, y jefe de la Expedición de CQstas en el Océano Atlántico. (2) Diario de Francia. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia &EMANARIO 49 Juan, Ulloa-, Mazarredo, Tofíño, Mendoza, Doz, Chaix, Galeano, Churruca, Ciscar, y de un ejército numeroso de hombres ilustres en las ciencias, los opondrá como una prueba sin réplica de sus progresos y. de su ilustración (1). Volvamos ahora nuestra atención hacia las llanuras que terminan al Este el Virreinato, y echemos una ojeada rápida sobre este inmenso país. Desde la línea hasta los 119 de latitud, vemos que parten de la cordillera más Oriental de los Andes un número incalculable de ríos enormes, que, después de haber corrido espacios dilatados, se unen al Orinoco o al Caquetá; que algunos sueltan un ramo al Amazonas; que este coloso de los ríos atraviesa todo el continente; que en él descargan las aguas del alto Perú por el Guallaga y Ucayali; que de las eXtremidades antárticas de la América Meridional vienen el Purús, Madera, Topayos, Jinjú, y otros; y en fin, que el Orinoco recibe por el Este otros muchos, todos navegables. Cuando se considera la carta de estos países dilatados, cuando se siguen las ramificaciones y los laberintos que forman los ríos por todas partes, se presentan al espíritu grandes ideas y miras dilatadas. Nuestros frutos pueden ir al Perú, a l~ Guayana, al Pará, y a las regiones más remotas de la América Meridional: nosotros podemos reunir en un punto los intereses, y las riquezas dé -cuantos habitan este vasto conti- (1) El barón de Humboldt, buen juez en esta matcriu, ha escrito ~ii ca:rta de ~,,1€:jic:u de n d-e iiOviembre de 1803 lo siguiente: «Diga Mr. Fleurieu y la envidia de \otras naciones lo que quieran, la posteridad más remota agradecerá a los marinos españoles los inmensos e importantes trabajos que han sabido acopiar en los últimos veinte años: yo a lo menos no cónozco otra nación que haya adelantado más la astronomía-náutica, publicando más mapas exactos, en tan corto tiempo». Geog. moderno del C. Lacroix, trad. por de Clemente y Miro, pág. 4 de la prefac. Madrid, 1805. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 50 SEMANARIO nente (1). Convengo en que nuestra población, nuestras artes, nuestra agricultura y nuestro comercio no se hallan en estado de llevar sus especulaciones tan lejos; pero tal vez vendrá un día en que más poderosa y bien poblada esta colonia tenga necesidad de recorrer desde el centro hasta las extremidades, y que se vea precisada a levantar la carta de unos países que hoy mira distantes y con indiferencia. Lo que más nos interesa en el día es el conocimiento del ramo oriental de nuestra cordillera y de los ríos a que da nacimiento. Apenas conocemos estas montañas en los pocos puntos por donde las hemos atravesado: en todo lo demás nos son desconocidas absolutamente. ¿Quién creyera que todavía no tenemos ni aún una carta miserable de los paises que están al Este de la capital? ¿Quién p:::;d:; d:;:;!;;- :;0:': p:-ecisión el ancho, altura, proporciones u obstáculos que presentan los montes cuyo principio tenemos a la vista en Guadalupe y Monserrate? ¿Qué ríos los atraviesan? ¿Cuál es su curso? Pero, qué! cuando todavía no tenemos un plan corográfico de esta esplanada encan+. .•..•...:1 .•..• _ ••.••..••..... 1.-.._ •..•. OVJJJ.C l.¡a.\AV~Q¡ _ •••...••.• \iuc : •.•. :-... •..•.•.••.•. V.LYJ.UJ,uo·;, ...::1•.•. U,t; _ .•.••..•.•.••...• ..-. ••.•• •.• \:f. •••. c OQi'-'Q,J..1.1V;\) lno .1,(." mejor parte de nuestra subsistencia! Una vergonzosa ignorancIa nos cubre por todas partes (1) Uno de nuestros compatriotas, que ha recorrido el Orinoco y hecho excelentes observaciones económicas y políticas Isobre el comercio y agricultura de las regiones que baña este río caudaloso, piensa del mismo modo: «Este canal (el Orinoco), dice, será con el trascurso de los tiempos el que unirá las partes más remotas de nuestra América con la capital de este Reino, y sus orillas se verán seguramentealgún día pobladas de ricas factorias y ciudades comerciantes, en donde las producciones del Asia y de la Europa se reunirán con las que de todo este Reino pueden ir por el Mamo, el Apure, el Meta y el GuaviarÍ al Orinoco; y las del Perú, Brasil y Paraguay por las distintas ramas que forman el Amazonas. Quizás aquí se saludarán por la primera vez los habitantes del Darién con los Pulches, Araucanos y Patagones». Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 51 en las cosas que más nos interesan y que nos tocan más de cerca. Que llevemos nuestras miradas al Norte, que las llevemos al Mediodía, que· registremos lo más poblado,·o los desiertos de esta colonia, en todas partes no hallamos sino el sello de la desidia y de la ignorancia. Nuestros ríos y nuestras montañas nos son desconocidos, no sabemos la éxtensión del país en que hemos 'nacido, y nuestra geografía está en la cuna. Esta ver-o dad capital que nos humilla débe sacarnos del letargo en que vívimos; ella debe hacernos más atentos sobre nuestros intereses; llevarnos a todos los ángulos de la Nueva Granada para medirlos, considerarlos y describirlos; ésta es la que, grabada en el corazón de todos los buenos ciudadanos, los reunirá para recoger 1u{les, hacer fondos, llamar inteligentes, y no perdonar trabajos ni gastos para el escrupuloso reconocimiento de nuestras provincias. No· se trata ya de una carta común: escalas reduddas y todo lo que tenga apariencias de pequeñez y economía debe desaparecer del espíritu de nuestros compatriotas. 'Dos pulgadas cuadradas por lo menos deben representar una legua de terreno. Aquí se han de notar las colinas, las montañas, los pastos, las selvas, los rastrojos, lagos, pantanos, valles, ríos, sus vueltas y velocidad, estrechos, cataratas, pesca, todas las poblaciones, todos los establecimientos de agricultura, minerales, canteras, en fin, cuanto presenta la superficie de nuestro suelo. Reunidos estos cuadrados producirán una carta s?b.erbi~ y ~~~na de la N';1evaGranad~ ..Aquí venaran el pou~lCO, el maglstrado, el fllosofQ; el negociante a beber luces para el desempe-' ño de sus oficios; aquí el viajero, el botánico, el mineralogi:sta, el que se ocupa con los seres vivientes, el militar y el agricultor verán con rasgos majestuosos píntados sus íntereses. To<las las clases del estado vendrán a tomar aquí la parte que les toca. Este es un cuadro mágico que toma todas las formas, y se acomoda .a todos los caracteres. Cada provincia copiará su Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 52 .sEMANARIO departamento y le guardará religiosamente, En estos trozos se formará la juventud, y. a la vuelta de· pocos años tendremos hombres capaces de concebir y de ejecutar grandes cosas, Por todas partes no se oirán sino proyecto~ caminos, navegaciones, canales, nuevos ramos de industria, plantas exóticas connaturalizadas; la llama patriótica se encenderá en 00.., dos los corazones, y el último resultado será la gloria del Monarca y la prosperidad de esta colonia. Si se formase una expedición geográfica•. económica destinada a recorrer el Virreinato; si ésta se compusiese de un astrónomo, de un botánico, de un mineralogista, de un encargado de la parte zoológica y de un economista. con dos o más diseñadores; si t-odas las nrovinClas contribuy~sen '?0!! U!1 feudo formado pur los pUdientes y principalmente por los propie~ tarios; .si el comercio hiciese lo mismo por el grande interés que le resulta; si el consulado de Cartagena animase esta empresa con el celo y la actividad con que promueve otras de la misma naturaleza; si los jefes de concierto la apoyª~u~n(I~On. toda. SU2.utcrid~d, U" hay duda. qué dentro de poces años tendríaiiios la glQria de poseer una obra maestra en la geografía y en la política, y de haber puesto los fundamentos de nuestra prosperidad. Si este proyecto presenta dificultades, no nos queda otro recurso para conocer nuestra patria que mejorar nuestros estudios. Si en lugar de enseñar a nuestros jóvenes tántas bagatelas; si mientras se les acalora la imaginación con la divisibilidad de la materia, se les diese noticia de los elementos de astronomía y de geografía, se les enseñase el uso de algunos instrumentos fáciles de manejar; sí la geometría práctica y la geodesia ocupasen el lugar de ciertas cuestiones tan metafísicas como inútiles; si al concluír sus cursos supiesen medir el terreno, levantar un plano, determinar una latitud, usar bien de la aguja; entonces tendríamos esperanzas de que, repartidos por las pro- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 53 vincias, se dedicasen a poner en ejecución los principios que habrían recibido en los colegios y a formar la carta de su patria. Seis meses consagrados a unos estudios tan interesantes bastarían para poner a un joven en estado de trabajar en la grande obra de la geografía de esta colonia. Yo ruego a los encargados de la educación pública mediten y pesen si es más ventajoso al Estado y a la Religión gastar muchas semanas en sostener sistemas aéreos, y ese montón de materias fútiles o meramente curiosas, que dedicar' este tiempo a conocer nuestro globo y el país que habitamos. ¿Qué nos importan los habitantes' de la luna? ¿No nos estaría mejor conocer los moradores de las fértiles orillas del Magdalena? ' Los cuerpos religiosos que tienen a su cargo las misiones del Orinoco, Caquetá, Andaquíes, Mocoa y Maynas, debían educar a los jóvenes misioneros en estos importantes objetos. Estos hombres apostólICOS llevarían a las naciones bárbaras con la luz del Evangelio la de las ciencias útiles. Imitadores celosos de los PP. Fritz, Coleti, Magnio y Gumilla, nos dejarían monumentos preciosos de su actividad e ilustración. Cartas exactas, determinaciones geográficas, descripciones de plantas y de animales, noticias importantes sobre los usos y costumbres de los salvajes que van a civilizar, serían los frutos de estos estudios. Ellos les servirían de recurso contra el tedio y las fatigas inseparables de su alto ministerio. Los rudimentos de aritmética, geometría y trigonometría plana. de Que tenemos buenos compendios, el conocimiento de los círculos de la esfera y de las constelaciones más notables; el uso del grafómetro, del gnómon, o de un cuarto de círculo, con pocas más nociones sobre los métodos de tirar una meridiana, y el del barómetro y termómetro, bastan para que un joven puda concurrir con utilidad a ilustrar nuestra geografía. Tenemos dos cátedras de matemáticas, y en la de filosofía se dan también nociones de es- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia Sl!:MANARiO tas ciencias; tenemos ya, gracias al sabio y generoso Mutis, un observatorio astronómico, en donde se pueden tomar nociones prácticas sobre el uso de algunos instrumentos; tenemos libros, y nada nos falta para pOder trabajar en utilidad de la patria. El amor de ésta me ha dictado estos pensamientos. Si ellos son útiles a mis compatriotas, ya estoy recompensado de los trabajos que me han costado; si no, ellos me perdonarán atendiendo a la pureza de mis intenciones (1). Santa Fé, diciembre 8 de 1807. Francisco José de Caldas (1) Aunque la ma~'or parte de las noticias que contiene este papel hayan pasado por mis propios ojos en los diferentes viajes que he verificado dentro del Virreinato, no obstante, como no lo he recorrido todo, hay muchas de que no soy testigo y qne se me han comunicado por diferentes 5ujeto-s. -Pn"r -- t~nt{'\ ------ :Qnnlit>('\ --r---- - .-.---- - ----r-----~-- '"],---nm. _ fI in1l,p-Q""'OQt"'('\mnRt"1"lnt~lQ, OllA .•.• pAren lo que ahora pÚblico con lQ qu~ ti~ne!l pre .• senteen los lugares de su residencia, y me adviertan por cartas los errores y equivocaciones en qn-e he incurrido. De este modo pódém06 reco.ger dentro de poco tiempo los materiales necesarios para un cuadro acabado de nuestra geografía, y pensar en una segunda edición 'cxacta y corregida. En ésta haremos mención honrosa de los patriotas que se hayan tomado el trabajo de comunicarnos luces, y a ninguno defraudaremos del honor que debe resultarle por haber concurrido a perfeccionar este objeto importante. Si no hacemos mención de algunos empresarios acreedores a nuestra gratitud, si hablamos con rapidez de sus caminos, no se debe atribuír a parcialidad, o a desafecto a sus personas, sino a las pocas noticias que hemos podid() conseguir a pesal' de todos nuestl.'osesfuerzos. Esperamos que se nos comuniquen para llenar las lagunas que se descubren en este papel, y para perpetuar la memoria de unos hombres que merecen ser conocidos por su celo y por su amor a lá felicidad pública. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia DescriPción del Observatorio astronómico de Santa¡é de Bogotá, situado en el jardín de la real Expedición botánica: por D. Francisco José de Caldas. El Observatorio astronómico de esta capital, debido a la generosidad y patriotismo del doctor don José Celestino Mutis, se comenzó el 24 de mayo de 1802.y se acabó en 20 de agosto de 1803 (1). Su figura es la de una torre octágona de 13 pies de rey de lado, y 56 de altura. El diámetro, quitado el grueso de los muros, es de 27 pies. Tiene tres cuerpos: el primero de 14,5 pies de elevación, se compone de pilastrones toscanos pareados en los ángulos sobre un zócalo que corre por todo el edificio. En los columnarios hay ventanas rectangulares, y en el que mira al Oriente está la puerta. La bóveda, sostenida por este cuerpo, forma el piso del salón principal. El segundo, de 26,5 pies, es un orden dórico en pilastras angulares comÓ el 'primero. Dentro de ellas están las ventanas muy rasgadas, circulares por arriba, con recuadros;Y guarda-lluvias que las adornan. La bóveda superior es hemisférica, perforada en el centro, y sostiene el último piso al descubierto. Un "',' a~lCO ••••.••• ungluu _ u __ CUl'una , _'" •• ~UUU el _".!,,.!_! eUlllC1U, y !_. i:SUVt:: 1 l:l,¿ mismo tiempo de ante-pecho. El agujero de la segunda bóveda da paso a un rayo de luz que . (1) El arquitecto a quien confió el señor Mutis la formación de los planos y la ejecución de la obra fue el Hermano Fr. Domingo Petrez, capuchino. También merece una honrosa mención don Salvador Rizo, mayordomo de la Expedición, cuya actividad y célo contribuyó tánto a la pronta conclusión de este bello y sólido edificio. ' Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 56 va a pintar la imagen del sol sobre el pavimento del salón en que se ha tirado una línea meridiana, y forma un gnómon de 37 pies y 7 pulgadas de elevación. En el lado del octágono que mira al Sudoeste está la escalera en espiral, que da ascenso a la sala principal, y a la azotea superior. A la escalera la cubre una bóveda que forma el piso de otra sala a 60,5 pies de altura, la más elevada del Observatorio, y cerrada por otra de 72,5 pies de elevación, con una ranura de Norte a Sur. Aquí se ha colocado el cuadrante astronómico para alturas meridianas. Los instrumentos donados por S. M. son: un cuarto de círculo de Sisson, dos teodolitos de Adams. dos cronómetros de Emery, dos termómetros de Nª.!•.n~., d08 2.p:ui2S Dnrt.átH.p~ v ,~ei~ docenas de tuboS'para b-ar6metros.PUl:iiéramos ahora añadir a esta lista un péndulo, un instrumento de pasajes, dos acromáticos cort retícula romboidal, y aparato astronómico de Herschel para las estrellas, que el Excmo. señor Marqués de Sonora destinaba para esta Expedición; pePO ••. ..., nfl-r U'c; 11no Z:""' .••••••••..•. - ,.1•.•. 1" .La n"' Ñ.oC'O'r~::.,·.;.o - fnn.oC't." -:1 lncr nrnvr,,(!J'\C' .••••••••• r- ..... o- .•.. -- •••.uO .•.•••••••.. .•••..•.•.•.••• ""'••••.••• - ••.. ""nY\"''S'Y'O'" "'~V.l.V.l,.LV.U."''''''' n't"'l .•••••• J"Io 'V'tonc:o.n+"n.C1 "",¡,.LULw ••..•• v~u .•. vu, roIft .,\; _nPt':Ii,ol'"nn .1-' •.....•.""''''' ••...•. .., .•..•. en Cádiz los tres cajones que los contenían. Los que el celo del señor Director ha adquiri- do son: cuatro acromáticos de Dollond de diferentes longitudes, tres telescopios de reflexión del mismo artista, un grafómetro, octantes, horizonte artificial, muchas agujas, termómetros de Dollond, barómetros, globos, muchos anteojos menores, etc., y sobre todo un péndulo astronómico de Graham, obra maestra de este arti:sta célebre, que sirvió a los SS. académicos del viaje al ecuador para la determinación de la figura de la tierra (1). (1) Mr. de la Condamine vendió este péndulo al R. P. Terol. dominicano de Quito. v nrofundo en el arte de lá velojeria. A su iilUerte-lo' compró esa Audiencia para arreglar sus horas; pero poco propio para este dest\uo, pasó a manos de don N. Proaño, hábil relojero y de cuyo poder lo saqué para este Observatorio •. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 57 A todos éstos debe agregarse un cuarto de círculo de John Bird de 18 pulgadas de radio con micrómetro exterior, que sirvió a Humboldt en su viaje al Orinoco, y que don José Ignacio Pamba del consulado y comercio de Cartagena compró a este sabio para mis expediciones a la provincia de Quito, y que a mi regreso a esta capital deposité en el Observatorio. No es esto lo que únicamente tiene que reconocer este establecimi~nto .a este ilustrado particular. Las excelentes tablas astronómicas de Delambre sobre las opservaciones de Maskelyne, las de nuestro oficial de marina Mendoza, las efemérides para muchos años, son debidas a su generosidad (1), También posee este Observatorio una alhaja preciosa para los astrónomos. Una lápida, despojo del viaje más célebre de que puede gloriarse el siglo XVIII, y formada por los académicos del ecuador, cayó entre mis manos en Cuenca, y resolví trasladarla a nuestro Obs~rvatorio, como lo verifiqué en 1805. Tiene 20 pulgadas del pie de rey de largo, 19 de ancho, pesa 5 arrobas 10 libras, es de mármol blanco medio trasparente, está escrita en latín, en caracteres mayúsculos romanos, y contiene la distancia al cenit de Tarqui de la estrella Tbita de Antinoo, y las demás indicaciones relativas al lugar en que la colocaron, esos astrónomos. Bouguer, de La Condamine y Ulloa no hacen mención de ella en las obras que publicaron sobre este viaje. La descubrió en 1793el doctor don Pedro Antonio Fernández de Córdoba, arcediano ,;r •••. u\." 1 ••• .L"" f""I •.•• .f-,."rI .•..••••l 1"1 •••• '"''"'''''v''''''''''''''' •...•.\,.0 i""l"n.,.·"li •...• "'"'1.4.'-'.1. .•.••....•.""',." TT ~n "",,'hHn';.o.nal ~,,.. .••_ .0,;) •••.•. 1:J ••.•.,." .•. ",.••..•••..•••....•.••..•..•..•. 1'.JL~ ••. - curio Peruano del mismo año, aunque .con algunos errores. Este canónigo ilustrado, a quien tánto deben mis trabajos astronómicos' y botánicos en esa provincia, me informó del paradero y del destino que pensaba darle su poseedor, (1) Ultimamente he recibido de mano del mismo don Jose Ignacio Pombo una grande aguja azimutal, un teodolite, y un excelente sextante con limbo de platina y de la mejor construcción. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 58 SEMANARIO y contribuyó a sacar esta preciosa lápida de unas manos que no la merecían (1). En diciembre de 1805 puso el señor Mutis el Observatorio a mi cuidado. En esta época monté los instrumentos y comencé una serie de observaciones astronómicas y metereólogicas que no he interrumpido. Este sería el lugar más propio para publicar la posición geográfica de este Observatorio; pero las 'nubes que ocultaron al sol en el solsticio de diciembre de 1805, y en los de 1806, y uno de 1807 no han permitido concluír de un modo invariable e independiente de toda suposicíón la latitud de este edificio. No obstante, por numerosas alturas meridianas del sol •.•......... +_ ....11•..••.• 3 t;,i:) •••• .a. C.L.1(Li:t, o,. ~ __ .. ~_ ~A._ •.•M.•..•...• ,..l 1JV .•..uQ,\.4.Q¡O a.l. ",..".."" '" '. - " .. ',"" ""T".••#-". .•.'tv.&. 1I'V', ceru L, ne n¡Uli:t(.¡u q ne el> ~i:t (!, .~,_, ~~ •..• 1 a .•. ~ •••.~ ~,~ .:lO U Q',., .••. ~LA.4 ••.•••••• ~~., "'. 1'11 J _,! MI'" • __ i,ít: "t;~- minación que no puede incluír 5" de error, atendido el cuidado que hemos puesto en este elemento capital para un Observatorio. Por lo que mira a su longitud, aunque se han observado muchas emersiones e inmersiones del primero y segundo satélite de JÚP1ter en el discurso de 18U6y 11107,no hemos recibido correspondiente ninguna de los Observatorios de la Europa, pero nuestros primeros ensayos, usando del d,lculo, sitúan el meridiano del nuéstro a 4 hor. 32' 14" al Occidente del Observatorio real de la Isla de León. Su altura sobre el nivel del Océano, deducida de una larga serie de observaciones del barómetro lleno con todas las precauciones que (1) El péndulo que sirvió a La Condamine, el cuarto de círculo de Bird del uso del barón de Humboldt y la lápida¡ a que alude Caldas ,existían todavía en 1840 'en el Museo de Bogotá. j Ojalá que estos preciosos objetos sean conservados con el cuidado necesario como recuerdos científicos, que cada día adquieren mayor valor! La lápida había desaparecido del local del Observatorio hacía muchos años y fue hallada y restituida al estahlecimiento, siendo director del Museo el autor de esta nota.-A. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 59 SEMANARIO hemos indicado en las notas precedentes, es de 1352,7 toesas (3156,3 varas de Burgos) (1). Si los Observatorios de la Europa hacen ventajas a este naciente por la colección de instrumentos, y por lo suntuoso del edificio, el de Santa Fé de Bogotá no cede a ninguno por la situación importante que ocupa sobre el globo. Dueño de ambos hemisferios, todos los días se le presenta el cielo con todas sus riquezas. 00-:locado en el centro de la zona tórrida, ve dos veces en un año al sol en su cenit, y los trópicos casi a la misma elevación. Establecido sobre los Andes ecuatoriales a una prodigiosa elevación sobre el Océano, tiene poco que temer de la inconstancia de las refracciones, ve brillar.a las estrellas con una claridad y sobre un azul subido (2) de que no tiene idea el astrónomo .europeo. De aquí ¡cuántas ventajas para el progreso de la astronomía! Si el célebre Lalande anuncia con entusiasmo la erección del Observatorio de Malta por hallarse a 369 de latitud y ser" el más meridional de cuantos existen en Europa ¿qué habría dicho del de Santa Fé a 49<30'de la línea? Lejos de las nieblas del Norte y de las vicisitudes de las estaciones, puede en todos los meses registrar el cielo. Hasta hoy suspiran los astrónomos por un catálogo (1) Hemos adoptado para el cálculo de la altura de nuestro Obs'ervatorio los datos siguientes: El barómetro en 248,25 lino yel termómetro de R. a 11,25. (2) pur las bellas oDsel'vacioHc5 de Sauosurc ~G.rr el cianómetro sabemos que el azul del cielo 'es más oscuro a proporción que el observador está más elevado; que en las cimas muy altas parece casi negra la bóveda celeste, y que se ven las estrellas en pleno dia sin el auxilio del telescopio. Como nuestro Observatorio -está sobre la cima de los Andes, y más elevado sobre el Océano que todos los de Europa, se sigue que debemos ver las estrellas con un brillo y sobre un azul tan subido, que de él no tiene idea el astrónomo ·europeo. Véa 5e a Saussure, Voyage daDs ,les Alpes, t. 4, pág. 197 y ,siguientes. l Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 60 SEMANARIO completo de las estrellas boreales, y. apenas conocen las australes. ¿Qué no se debe esperar de nuestro Observatorio si llega a montar un círculo como el de Piazzi? Con un Herschel a esta latitud, ¡cuántas estrellas nuevas!, ¡cuántas dobles, triples! ¡cuántas nebulosas! ¡cuántas planetarias! ¡Cuántos cometas que se acercan a nuestro planeta por el Sur, y vuelven a hundirse por esta parte en el espacio, escapan a las indagaciones de los observadores europeos! La gloria de conquistar las regiones antárticas del cielo le está reservada, así COmo hoy posee la de ser el primer templo que se ha erigido a Urania en el Nuevo Continente, y la posteridad colocará al sabio y generoso Mutis como fundador al lado del Lan4g!'2ve GuillermI) (1) Y d~ F~d~!'!~~ !! ~e nif!ffmn.rcc., 'J,' come astrónomo al de Tyco-Brahé, de Kepler y de Hevelio. (1) El primer Observatorio ql.le se erigió en Europa fue el de GuilIermo IV Landgra\'c de Hesse Cassel, príncipe astrónomo, y distinguido r'estauradar de esta ciencia. El segundo fue el que Federico 11 de Dinamarca hízo construír en la ísla Hwen cerca del estrecho Sund para el inmortal TycoBrahé, quien le impuso el nombre de Uranicnburgo (ciudad del Cielo) y que arruinaron sus enemigos y el minisíro \Vaichcndorp. Su nombre debe ser citado, dice Lalande, para cubrido de infamia, y entregado a la execración de los sabios de todas las edades como a opresor de la astronomía y del genio más grande que jamás tuvo esta ciencia. , Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia Señor D. Francisco José de Caldas La verdad se descubre 'por medio de la lucha de las opiniones entre si. Sin embargo de que no seré yo el menor apreciador de su bello discurso-geográfico, ni el que menos lo haya elogiado, leyendp en él una opinión opuesta o contradictoria a la que sigo en la materia de que usted como por incidente tocó en el segundo número del Semanario; he creído interesante al público (al menos al filosófico) la discusión sobre ella, porque entiendo que las consecuencias que pueden deducirse de la de usted pOdrían tal vez inducir un error moral en aquellOS que, sin embargo de la rapidez con que usted se explica, se detengan a inculcar o examinar el sentido de su expresión. Este es el único agente que ha movido mi pluma, 'y el objeto sobre que me he propuesto tratar en esta· carta: entro, pues, en materia. En el segunda párrafo de aquel Semanario y a la conclusión de él, sienta usted esta proposición: "Hay pocos puntos sobre la superfiCie del globo más ventajosos para observar, y se pup.de r1p.c.irparfl, tocar Al inflnjo dp.I climfl. y de los alimentos sobre la constitución física del hombre, sobre su carácter, sus' virtudes y sus vicios".. Parece que no queda duda que por esta aserción cree usted que el clima y los alimentos influyen directamente sobre las virtudes y sobre los vicios de los hombres; y esta opinión es la que pienso combatir, porque la mía no conoce otro principio para obrar el hombre el bien o el mal; que su misma constitución, los buenos' o Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 62 SEMANARIO malos ejemplos que se le presenten, y la buena o mala educación que reciba; siendo por consecuencia indiferente para lo uno y para lo otro la influencia del clima y de los alimentos. Bien sé que usted en su opinión sigue la de muchos escritores reputados por buenos filósofos; y como la mía tampoco es tan singular que no tenga en su séquito otros muchos de igual reputación, la expondré fundándola en la experiencia y en la historia, que son las bases sobre que pretendo persuadir al lector imparcial, y las únicas que deben decidir en la materia. El clima no puede alterar la moral de los hombres que es la razón por esencia. Yo convengo que el calor y el frío en sumo grado tienen influencia sobre las paSiones del hombre. Sp nota :por pX!lpripn~i~ P'Yl !,~j~e~ de El!r0"" pa, que así en los días más ardientes de la canícula, como en los más fríos del invierno, son en los que se cometen por los hombres los mayores y más frecuentes delitos: y tal vez por esta observación los legisladores antiguos griegos y romanos, dispusieron que en los días de aquellas crisis se celebrasen unas fiestas capaces de disipar la melancolía y el mal humor, como fueron las de los Reyes entre los primeros, y las Saturnales entre los segundos. Pero también se advierte que aquellos mismos tiempos son fecundos en acciones grandes; porque la efervescencia de las estaciones obra sobre nuestros sentidos, del mismo modo que obra la del vino, nos da un grande impulso, pero indiferente hacia el bien o hacia el mal. La naturaleza ha puesto en nuestra alma dos potencias, que se balancean siempre en una misma proporción: cuando el sentido físico nos abate por la fuerza del amor, el sentimiento moral de la ambición nos eleva. Este eqUilibrio tan necesario al imperio de la virtud, subsiste siempre y no se altera, sino en aquellos en quienes ha sido destruído por los malos hábitos de la sociedad, y más frecuentemente por los de la educación. Entonces, no teniendo ya la pasión dominante aquel contrapeso, se hace dueña de 1()~ Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 63 todas nuestras facultades; pero esta falta !llás debe atribuírse, como se ve, a la sociedad, que a la naturaleza; y si la educación es la principal causa de aquel desorden,' por ella puede corregirse, sin recurrir al inútil remedio del temperamento. Sin embargo de esto, una observación bastante notable me hace opinar que aquellas mismas estaciones de calor y frío no influyen sobre las pasiones del hombre, sino obrando más sobre su moral que sobre su físico. Confieso que esta reflexión tiene el aire de paradoja; pero la apoyaré con una experiencia que es constante y notoria a todos. Si el calor y el frío de un clima obra, como se ha dicho, sobre el cuerpo humano, nunca lo haría con más fuerza que cuando está en el seno materno, del mismo modo que lo ejecuta con los animales y las plantas. En un país constantemente ardiente, como Cartagena o las islas de Barlovento, los animales y las plantas traídas de Europa, aceleran sus partos y desenrollas, comparados los dos climas; y lo mismo han observado algunos que sucede con los huevos de gallina, sacados en el estío o en el invierno en Europa. Pero, como dijo un sabio a este propósito, y como lo vemos todos, en Cartagena, en las Antillas, y en cualquier otro país del mundo, sean blancas o negras las mujeres, todas llevan sus hijos nueve meses en su seno: de que se deduce que el cuerpo del hombre no está sujeto a las mismas leyes que el resto de los animales. intención moral por la cual conserva el equilibrio de la población entre las naciones; y ella sería desordenada si las mujeres tuviesen más frecuentes sus partos en los países cálidos que en los fríos. Esta intención moral se manifiesta aún más en la admirable proporción con la cual nacen los dos sexos, en casi igual número, con la misma diferencia en unos países que en otros, compensándose aquella corta desigualdad con que si hay un poco de más número de Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 64 SEMANARIO mujeres que de hombres, v. gr., en los del Me~ diodía de Europa, hay también más hombres que mujeres al Norte; como si por este medio quisiese la naturaleza convidar a los pueblos más retirados a reunirse o acercarse a los otros por los matrimonios. De este modo se prueba que el clima influye sobre la moral del hombre; pero jamás creeré que le determine a obrar el bién o el mál: y aunque esta supuesta determinación sea reputada en algunos libros por basa de la legislación de los pueblos, no hay, en mi concepto, opinión filosófica más bien rebatida que ésta por todos los testimonios de la historia. Muchos de estos filósofos han decidido con la mayor satisfacción, siguiendo sus juicios: "Que en ¡as altas montañas es donde la libertad ha escogido su asilo; que del Norte es de donde han salido los feroces conquistadores del mundo"; y al contrario: "que en el Asia reina el despotismo, la esclavitud y todos los vicios políticos y morales, que se derivan de la pérdida de la libertad". Yo les preguntaré: con qué según eso ¿es necesario que reglemos por los barómetros y termómetros las virtudes y las felicidades de las naciones? Pues a la verdad que sin salir de Europa vemos una multitud de montañas monárquicas (en el concepto de aquellos filósofos con un gobierno opuesto a la libertad) tales como las de Saboya, una parte de los Alpes, el Apenino y los Pirineos; cuando al contrario en sus llanuras vemos muchas repúblicas, como la de Holanda, la de Polonia, Venecia y la Inglaterra. Obsérvese por otra parte que estos mismos territorios han experimentado alternativamente diversas suertes de gobiernos. Ni el frío ni el calor dan a los hombres la energía por la libertad, y todavía menos la injusta ambición de arrebatar la de los otros. Los paisanos de la Rusia, de la Polonia, y de las frías montañas de Bohemia, esos países tan decantados como "la patria de los feroces conquistadores del mundo", son esclavos de muchos años, entre tanto que los Agraes Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 65 y los Maratas son libres y tiranos en medio del Asia. En las costas mismas del Africa, a su parte septentrional, se encuentran muchas repúblicas, a pesar de ser ardentísimas. Los Turcos, que han invadido la más bella porción de la Europa, salieron del más dulce clima del Asia. Pero todavía los partidarios de la opinión opuesta quieren sostenerla con ejemplos y deducciones. Citan con énfasis la timidez de los Siameses, y la de la mayor parte. del Asia; pero lo cierto eS que aquélla viene a ser entre aquellOSpueblos más bien hija de la multitud de sus tiranos,,_que del calor del clima. Én oposición les citaré yo los Macasares, que habitan la isla Célebes,situada casi bajo de la línea: éstos tienen un valor tan intrépido, que el valiente conde de Forbin refiere que un pequeño número. de estos insulares puso en fuga con unos simples puñales a todos los Siameses y Franceses que tenía bajo sus órdenes en Bancok, a pesar de que los primeros eran en gran número, y que los segundos estaban armados con fusiles y bayonetas. Si de la paSión del valor pasamos a la del amor, veremos igualmente que el clima no determina tampoco las acciones de los hombres. Sobre los excesos de esta pasión me referiré al testimonio de los viajeros, Y ellos nos dirán si los pueblOSdel Norte o los del Sur se llevan ventajas. Lo cierto es que en todos los países el amor es una zona tórrida para el corazón del hombre. Pero observemos, como de paso, que l(ls rcpurticicnes que han hecho los filóSQfos-cli- mistas, poniendO el amor entre los pueblos del Mediodía, Y el valor en los del Norte, han salido de su pura imaginación; Y es bastante sabido que esta repartición la hagan en los países extranjeros para ellos, pues, por lo que mira a los suyos, saben reunir en ellos aquellas dos cualidades. Por esto, según sus juicios, un Francés es tan grande hombre para el amor, como para la guerra; lo que no aplican a las demás naciones. En una palabra, según ellos, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMA:NAlUO un Musulmán con su serrallo es un afeminado, y un Ruso o cualquiera habitante del Norte es un Dios Marte; pero estas distinciones se destruyen por esta simple cuestión: las tórtolas de Rusia ¿son menos amorosas que las del Asia? y los tigres del Asia ¿son menos feroces que los osos blancos de la Nueva Zembla? Esta misma cuestión podría yo hacer a usted señor don Francisco, sobre los diversos climas que ha corrido y observado: pues en su florido y bello discurso pasa con tánta rapidez sobre el fundamento de su opinión, que no nos define siquiera por un rasgo qué efectos observó en lo físico y moral del hombre, en tánta variedad de temperamentos, que le determinasen a decir "que se tocaba como con la mano la influencia del clima y de los aliment.os, sobrp su carácter, sus virtudes y sus vicios". Entretanto, pues, que se sirva ilustrarnos con sus observaciones, continuaré yo rebatiendo la opinión de los filósofos climistas. Sin salir fuéra de unos mismos lugares a buscar entre los hombres los objetos de comparación, encontraremos sin disputa más diversidad de costumbres, de opiniones, de vesti- dos, y aun de fisonomía entre un actor de ópera y un ermitaño, de la que hay entre un Sueco y un Chino. ¡Qué diferencia tan enorme no Se toca entre los Griegos del día, charlatanes, aduladores, engañosos, tan amantes de la vida, y los Turcos, sus amos, tan silenciosos, altaneros, sinceros y siempre prontos a consagrarse a la muerte! Pues, a pesar de esto, aquellos hombres tan opuestos, há muchos siglas que están naciendo en unas mismas ciudades, respiran el mismo aire, y viven de los mismos alimentos. A este argumento, parece que oigo responder a los filósofos (y responden en efecto) "que aquellos hombres no son de una misma raza" (porque el vano orgullo atribuye un gran poder a los efectos de la sangre); pero yo les replicaré que la mayor parte de aquellos genízaros tan formidables a los tímidos Griegos, son Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANAR1Ó 67 comúnmente sus propios hijos, aquellos que entregan forzados como tributo a sus amos, y pasan después a ser de aquel primér cuerpo de la milicia otomana. Busquemos otro ejemplo que no admita aquella respuesta: las bayaderas de la India tan entregadas a los deleites, y sus penitentes tan austeros, ¿no son de una misma nación, y frecuentemente de una misma familia? y pregunto más: ¿Dónde se ha visto jamás que el vicio o la virtud se comunique por la sangre? Pompeyo, tan generoso, era hijo de Strabón, notado de infamia por el pueblo romano a causa de su avaricia ..El cruel Domiciano era hermano del bondadoso Tito. Caligula y Agripina, madre de Nerón, eran a la verdad hermanos, pero fueron hijos de Germánico, la esperanza de los Romanos. El bárbaro Cómodo, era hijo del filósofo Marco Aurelio. ¡Qué distancia no se nota frecuentemente en un hombre mismo, entre su juventud y su edad madura! ¡De Nerón, llamado el padre de la patria cuando sube al trono, a Nerón que fue declarado el enemigo de ella antes de morir! ¡Cuál de Tito apellidado en su juventud' un segundo Nerón, a Tito muriendo honrado con las lágrimas del senado, del pueblo, de los extranjeros, y llamado a una voz común las delicias del género humano! Concluyo, pues, asegurando mi opinión: "que no es el clima el que forma la moral de los hombres, sino la opinión y la educ;:1ción";y es tal su poder, que ellas triunfarán siempre en l1U) latitudes, y aun del temperamp.nt.ode cada !rrdividuo. César, tan ambicioso, tan corrompido, Catón, tan virtuoso, eran ambos de una salud débiL En una palabra: el clima, los alimentos, la nación, la familia, el temperamento, no determinan absolutamente al hombre a abrazar el vicio o la virtud; todos y en todas partes son libres en hacer la elección. Esta es mi opinión. y la de aquellos a quienes sigo: mi razón me persuade que la contraria es inductiva de un error moral; porque dándole Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 68 al clima y a los alimentos, una influencia tan absoluta como poderosa, ni el vicio ni la virtud serían en el hombre unas acciones por las cuales merecería castigo ni premio. Queda por lo demás siendo su apreciador mejor amigo: y De Vmd. Diego Martín Tanco Santa Fé, febrero 10 de 1808. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia DISCURSO SOBRE LA EDUCAClON (1) ¿Quid leges sine moribus? No hay cosa más común que oír declamar en los escritos políticos modernos y en las conversaciones de los novelistas -del día, sobre las varias formas de los gobiernos Y el atribuír a ellas las felicidades o desgracias pÚblicas de los estados. Sin pretender yo ent~ar en esta disputa, que sólo pertenece a la filosofía política, me atrevo a afirmar que (sean aquéllas las que fueren, y denomínense éstos como quieran, monárquicos, democráticos, 'aristocráticos o despóticos) en todos es necesario que tengan los jóvenes de ambos sexos, para el logro de los fines que se proponen los gobiernos, una educación pública, gratuita, igual, sabia y sostenida. En ella está el origen de' casi todos los bienes; así como en la defectuosa o nula, todos los males. Recórranse las historias y se hallará que a proporción que la educación primera entre las naciones ha sido más o menos cuidada, más o menos ilustrada, más o menos bien dirigida, según la religión y los intereses de la patria, que son inseparables, así han florecido las virtudes, o descollado los vicios que al fin o han trastornado les imperios D ma.ntenido la barb~_,rie; pues si la religión arregla las costumbres, la patria impone obligaciones que no pueden desempeñarse sino por medio de éstas. (1) Aunque la mayor parte de los preceptos que encierra ,este discurso se practican hoy, y que se han corregido los abusos que él denuncia, ha parecido 9.ue no debía omítirse un escrito que prueba que ningún género de trabajo que tendiera al mejoramiento de su patria era extraño a Caldas.-A. - Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia '10 SEMANARIO Como, separado de aquel interés natural que tiene un padre en que sus hijos sean buenos para la familia, hay otro general y más importante que mira al bién común de la sociedad en que viven; de aquí viene la obligación de los mismos padres a imprimirles, desde la menor edad, ideas análogas conducentes a la felicidad de sus conciudadanos, y el justísimo derechó que tienen los gobiernos para presidir a toda la educación de la juventud de ambos sexos, a fin de cuidar de que ésta sea conforme a los objetos que se propone. El nuéstro, tan ilustrado, no pOdía haber olvidado, en su sabia legislación, un punto tan importante; así es que tiene dispuesto que los maestros de primeras letras que qUieran abl'il' escuelas púbilcas sean antes examinados sobre lo que deben enseñar, visitados anualmeme por las autOrIdades públicas, para indagar si observan la buena enseñanza, y si procuran conservar puras las costumbres de los njño~. Consecuente a esta vigilancia mantiene la ilustrada piedad de nuestro soberano en esta capital una escuela gratuita de primeras letras; pero habiéndose multiplicado tanto la pobla".in" rit30 l1Ai1"lt.ip;1'lpn ~ñnQ -- ..•.••-, - .....••.... - .•..•.•••..••.-- •. "".••.••..••.•..•. .., •..• -t.J octa •.•.•..•,.,- n~1"i-Q 1:' •...••.•.•.• ..." 't"'In .•..•.'" nn,:lo_ 1;"'-- de alcanzar aquélla a repartir a todos los pobres el beneficio de la educación, ni dejar de estar demasiado recargada para un solo maestro, con los muchos que concurren (aún de los pUdientes), para que no pueda ser bien dirigida la enseñanza. De aquí resulta que teniendo Santa Fé una poblaCión de treinta mil habitantes, puede decirse con verdad que la educación primera es nula para la mayor parte, y defectuosa para la restante; esto es, para aquélla menor que dependeúnicame¡nte del cuidado de los padres pudientes; porque siendo ésta privada, voluntaria y arbitraria, a poco que se reflexione se encuentran los muchos y fundados motivos para que sea defectuosa. En efecto, las distintas condiciones de los padres, sus diversas ocupaciones, la variedad de sus genios, de sus talentos, de sus costumbres, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 71 de sus posibilidades, todas estas circunstancias presentan a la idea de un filósofo el resultado más desagradable, porque ve, como en un cua· dro, la diversidad monstruosa de los efectos que ha de producir una educación tan caprichosa como desigual. Penetrado de estas verdades, no puede un buen patriota mirar con indiferencia aquella que observa en los muchos que pudieran contribuir al establecimiento de las tres escuelas gratuitas que como de justicia están pidiendo la multitud de pobres de que están llenos los tres barrios, de Santa Bárbara, Nieves y San Victorino de esta ciudad. Si el celo y la caridad de los vecinos ricos no se emplea en semejantes generosos establecimientos, es preciso que, a excepción de muy pocos niños, que pueden ser educados por sus padres, y de otros pocos que pueden pagar las escuelas pensionarias que casualmente suelen abrir uno u otro menesteroso vecino, queden ~odos los demás sin ninguna, y sean por toda su vida unos ignorantes de sus Obligaciones: y entonces, qué costumbres se verán en donde reina la ignorancia? ¿de qué servirán las leyes que tan sabiamente nos gobiernan, sino únicamente para castigar los delitos que precisamente han de resultar de aquélla, como el origen de todos los vicios? En las tristes meditaciones que devoraban mi ánimo al contemplar el exceso de pobres que advertía en las calles y plazas de Santa Fé, y aun de 10 demás del reino, recorría la cadena que liga a los hombres que viven en sociedad, por si encontraba en sus eslabones la causa que motivaba aquella tan not~ble desproporción, Y decía: Si la mucha pobreza de esta ciudad no tiene 'su origen en aquella virtud que désprecia lo terreno para correr más libre a la perfección, sin dúda proviene la de tantos ,infelices de la inacción perezosa, del fastidio al trabajo, de una insensibilidad extravagante por las comodidades de la vida; en una palabra, de la ignorancia criminal de aquella ley divina que condenó al hombre a mantenerse de su trabajo y Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 72 SEMANARIO a costa del sudor de su rostro. Es verdad (continuaba) que en el hombre, por su desobediencia al primero y único precepto que le impuso su Creador, quedaron desordenadas sus pasiones y su ciencia convertida en una grandisima ignorancia; pero acaso ¿no lo es también que la bondad del mismo Sér supremo, proveyó a la necesidad que tenía el hombre en semejante estado, de un auxilio extraño que le ayudase a dirigir y rectificar sus ideas, ilustrar su razón oscurecida, y buscar por medio de ella alguna parte de la felicidad que había perdido? Para I esto ¿no le crió con una tendencia decidida a vivir en sociedad con sus semejantes, para que de esta mutua reunión resultase la comunicaCiÓi1. de luces; de consejos, de enseña.nza; en una palabra, lo que llamamos educación? Esto no tiene duda, y ya es un axioma en la moral que la educación bien dirigida en los niños, viene a ser una segunda naturaleza, que puede enmendar y corregir los defectos de la primera en que nacen. De estos antecedentes deducía yo las consecuencias precisas: luego esta multitud de pueblo que veo.entregada a la holgazanería y enYne!t~~en los horrores de la ignOl~anciano tiene ni ha tenido educación ni pública ni privada; luego es forzoso que, faltándole ésta, carezca de costumbres; luego es preciso que sea perjudicial al Estado y a sí misma por sus vicios y malos ejemplos. ¡Ahí tenéis pues (exclamaba en el transporte de mis reflexiones), ahí tenéis, poderosos y ricos de Santa Fé, en qué emplear con usura vuestros caudales y vuestro patriotismo en bién de esa porción desdichada, que son sin embargo vuestros hermanos! Supuesta pues la verdadera escasez de escuelas en esta ciudad, y aun en la mayor parte del Reino; y supuesta también la importancia de su establecimiento, permítase a mi celo y a la recta intención de mis reflexiones una observación. Es bastante reparable que entre los centenares y aun millares de sujetos que han fallecido en esta capital dejandO caudales de bas- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 73 tante consideración, no haya habido 'uno que se acordase de la primera obra de misericordia espiritual que nos recomienda tánto nuestra Santa Madre la Iglesia de enseñar al que no sabe. Se oyen sí, se ven otras muchas disposiciones testamentarias que aunque muy buenas y cristianas en sí mísmas; sí se examinan a la luz de una buena crítica, más parece que lle~ van la señal y marca del egoísmo, que la' de aquella virtud que encierra en su seno el amor a sus semejantes, y que viene a ser un precepto divino que tánto recomendó Jesucristo, llamándolo suyo (1). ¡Oh compatriotas míos! reflexionad un poco sobre los incalculables bienes que resultan en lo espiritual y temporal de tántos infelices que por falta de enseñanza se quedan en los horrores de la oscuridad, con toda la corrupción de la naturaleza; y graduad después, si es posible, las consecuencias funestas que deben resultar a la sociedad en general. ¿Puede haber una limosna, ni una obra más grata a Dios, que el establecimiento de una escuela bien cimentada y bien dirigida, donde continuamente y por la sucesión de siglos, se estén' enseñando a un sinnúmero de hombres todas las obligaciones que deben desempeñar en el discurso de su vida, ya respecto a su Creador, ya a la sociedad en que viven, y ya a sí mismos? Aun mirando sólo al provecho espiritual que resulta a todo el que I (1) Algunos añ('5 d,,:;pués el virtuoso patriota Santiago Umaña fundó la Escuela de Las Nieves; Este ciudadano ilustrado promovió también el cultivo de la linaza en sus haciendas, y logró hacer tejidos de lino muy regulares. Acopió también unaescogidil biblioteca de obras de ciencias y artes. Carecemos de una noticia biográfica del señor Umaña y sería de desear que uno de sus parientes, que los tiene ilustrados, se encargase de este tributo de justicia, antes que el tiempo "borre enteramente las noticias vagas que hoy tenemos de tan benemérito GranadinO.-k Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 74 SEMANARIO hace una buena obra, puede haber otra que abrace más mérito que la de que trato, pues por ella socorre a tántos millares de sus pobres hermanos que de otro modo quedarían en la miseria, sumergidos en el mayor de los males, cual es la ignorancia? Cuando me propuse extender estas reflexiones para el público, aunque no tienen otro objeto que promover el bién de la patria, no se me ocultaba que era necesario decir verdades, y verdades que habían de amargar a muchos, que, contentos con las cosas de su país tal cual se encuentran, o persuadidos que no pueden estar mejores, oyen con desagrado y tienen por sátira todo lo que no sea elogiarlas. Para éstos no he reflexionado, sino para los que, penetrados como yo del deseo del bién común, pueden tal vez contribuir con sus caudales o celo patriótico a formar los establecimientos de escuelas gratuitas de que tánta necesidad hay en esta capital y Reino, particularmente en los tres enunciados barrios de Santa Bárbara, las Nieves y San Victorino. Perú, como el beneficio que resultaría a esa porción desgraciaóa de jóvenes al recibir una educación cristiana y patriótica, qu.edltría defectuoso, si las tales escuelas no se estableciesen sobre bases ilustradas, firmes y dirigidas por maestros filósofos, continuaré mis reflexiones sobre tan importantoo objetos, sacándolas de la experiencia, de la historia y de la opinión de aquellos que han observado el corazón del hombre, el carácter de los niños, y los más comunes defectos con que hasta aquí se ha dirigido su educación, ya privada, ya pública. ¡Oh! quiera la Providencia que yo sepa inspirar en aquellos que pueden concurrir a tan laudable obra, los deseos de que está penetrado el corazón de.-EI Amigo de los niños. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO REFLEXIONES 75 SOBRE LA EDUCACION PUBLICA I Demostrado a mi entender en el anterior discurso el grande beneficio que recibe el hombre de la educación, la necesidad urgente que hay en Santa Fé y sus provincias de este ~eneficio, para comunicarlo a una multitud de pobres; que aquella sea gratuita por medio de establecimientos piadosos de escuelas; y últimamente que sea pública para que pueda vigilar sobre ella el gobierno por el justo derecho que tiene al bién común, se sigue probar ahora las utilidades que resultarán a la patria y a las buenas costumbres de que el método de enseñanza en la primera edad sea igual y uniforme en. todas las escuelas. Porque, así como viene a ser defectuosa respecto.al interés común la particular que dan los padres a sus hijos en lo interior de sus casas, por las razones que inmediatamente ocurren al entendimiento y que expresé en mi discurso; del mismo modo lo será, aunque sin tantos inconvenientes, la de las escuelas, si se deja su dirección y método al voluntario capricho de cada maestro, por más cuidado que se ponga en escoger a éstos por exámenes y oposiciones. Esta utilidad la conocieron desde luego los .sabios de la más remota antigiiedad. Plt¡tarco ~n ía comparación que hace entre Licurgo y Numa, en su preciosa obra de las vidas de los hombres ilustres, reflexiona de este modo: "Qué . cuidado hubiera sido más digno de la sabiduría de Numa, que aquel que debió poner en que ~l mantenimiento de los niños fuese bueno y la ~ducación de la juventud igual, a fin de que no fuesen lii turbulentos en sus modales, ni diferentes en las costumbres; sino que, estando todos vaciados y formados desde el principio en un mismo molde de virtud, conviniesen y acor- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 76 SEMANARIO dasen también los unos con los otros, que resultase como si fuera uno solo, y un todo perfectamente acabado en sus partes?" Consiguiente a este convencimiento, las leyes romanas vigilaban sobre la educación igual de los jóvenes a fin de inspirarles a todos unos mismos sentimientos de amor a la patria y de respeto a la religión. Su historia está llena de ejemplos los más singulares, que prueban que no de otro modo sinó por principios de una educación igual, uniforme y pública, pudieron repetirse en Roma, en los felices tiempos de la república, las acciones heroicas, que son todavía la admirac{ióndel ill1uI1\do y el modelode patriotismo que deberían imitar las naciones cultas de nuestro siglo, y de que están muy distante, a pesar de su ilustración cristiana: lo que prueba, a mi entender, que puede darse un verdadero patriotismo con todos aquellos bienes que de él resultan al común, sin ser necesario (como lo ha dicho alguno) que el hombre se ponga en la perfección moral del Evangelio; pues lo vemos en los gentiles guiados por la sola ley natural. Si éste fuera su lugar, se probaría esta verdfl,d con SÓ1Q poner a la Yist.a del lector los ejemplos de Griegos y Romanos, pero no siéndolo continuaré mi asunto. La sabia Grecia, más entusiasta aún que los Romanos en este punto, llevó a tan alto grado el cuidado de la educación pública de los niños para que fuese igual y estuviese bajo la inspección del gobierno, que en Lacedemonia disponía la ley, que todo ciudadano era obligado a avisar al magistrado público luégo que advertía que estaba encinta su esposa; porque desde aquel momento disponía que la patria empezase a ejercer su derecho sobre el ciudadano. Y en efecto el magistrado pasaba a la casa y prescribía el método de alimento y ejercicio que había de seguir la madre en el resto del embara00, a fin de que no se malograse el feto y naciese sano y robusto. Consiguiente a este principio, se le había de avisar del parto; y luégo se hacía cargo la patria del niño o niña, se lo Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia S:EMANARíÓ 7.7 quitaban a los padres, y no volvían a ver a su hijo hasta que estaba instruído en todos los deberes de un ciudadano, y capaz de serIe útil algún día por su sabiduría y valor (1). Bajo de tales disposiciones, ¿qué extraño fue que un país tan corto como la Grecia produjese una cadena no interrumpida de hombres ilustres en valor y ciencia que han llegado hasta nosotros, no sólo en sus nombres célebres, sino en los elementos de todas las ciencias y artes? ¿Ni qUién Se admirará después de esto que una nación tan reducida y al mismo tiempo tan dividida en pequeñas repúblicas, llegase a dominar en toda el Asia, ni de que trescientos espartanos se opusiesen con la mayor firmeza y resolución hasta morir todos, al innumerable ejérCito de Jerjes en las Termópilas? Sí, conciudadanos de Santa Fé, cuando el patriotismo está acompañado de la sabiduría, es invencible, y uno y otro será síempre el fruto de una educación pública, gratuita, igual y bien dirigida en todos los jóvenes. Ir Probada esta verdad con la experiencia de los siglos, pasaré a reflexionar sobre los métodos comunes que se han seguido hasta aquí en nuestras escuelas, tanto de Europa como de América; métodos que en mi concepto se han opuesto a la perfección de la enseñanza tanto civil como cristiana. Parecerá tal vez una paradoja esta proposición, hR.blándo8een medio de una nación tan católica como la España; pero el' filósofo que haya estudiado y observado' el corazón del hombre decidirá si yo me he engañado o no. Notorio es a todos que uno de estos métodos ha sido inspirarles a los niños, en las escuélas y aun en los colegios, el. espíritu de ambición a los puestos elevados y preeminentes, a (1) Barthélemy en su Viaje de Anacarsis.. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 78 $EMAtiAIUO las distinciones de clases con su nomenclatura de Emperadores, Cónsules,Capitanes, y a la superioridad de los unos sobre los otros: ideas que se amalgaman tan bien con la inclinación del corazón humano, que suelen conservarse después en los jóvenes por todo el resto de su vida; y, como ha dicho un filósofo moderno, al que bebe en esta copa le queda una sed, que a veces degenera en fiebre que dura y se lleva hasta al pie de los altares. Bien sé que si se les pide a los maestros la razón de aquellos métodos, responden que es la de promover la aplicación en sus niños estimulándolos al estudio y al trabajo por aquel camino tan conforme a nuestra inclinación. Tampoco ignoro que no han faltado escritores que en papeles públicos l1un prQ- puesto como útil y conveniente promover la emulación de los niños por los mismos medios de las distinciones dentro de las escuelas, pero yo estoy distante de pensar del modo de los unos ni de los otros. No de los primeros, porque, no tratándose allí del ejercicio de la virtud, sino de aprender de memoria los elemen4-.neo ...lo 01100 ","vu \rI.v ,-,¿.l.""" "[7 J Ñ.c. _'"" "',...0. "1-'-", nn ..•• n.+..•.. n nn .•...•.. .o. .t"V.L ""VJ."'" .1::" •..•.•.•.. " •••.• , .o.;Ol"'7Q,.... ••••••••••.••..• _ .•..••.••. C!n_ _ bre los demás las funciones analogas a sus distinguidos empleos, lo que resulta verdaderamente no es una emulación sencilla que termina en el estudio, sino una refinada vanidad y ambición que viene a ser muchas veces y en muchos niños el carácter decidido y público del hombre. No de los segundos, porque, concurriendo en una misma escuela jóvenes que fuera de ella gozan de distintas consideraciones por sus padres y familias, será natural se llenen más de envidia 'que de emulación los de aquellos que, sabiendo que en la calle son superiores, se ven mandados en las escuelas por otros de inferior clase. En una palabra, yo convengo que los premios son los resortes que mueven el corazón del hombre para obrar la virtud, pero estos premios no han de ser como hasta aquí de tal naturaleza, que le llenen de una ambición incompatible con la. buena moral. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO '79 Es necesario pues distinguir la emulación de la ambición: aquélla se siembra en los niños por los premios de un interés proporcionado a la edad y al estado de cada uno; y ésta se introduce hasta echar raíces en el corazón como la oficina de las pasiones. Comparemos ahora los métodos comunes que dejo reprobados, con la doctrina de Jesucristo en su Evangelio. Este divino y sapientísimo maestro combatió la ambición a los puestos de un modo bien singular y bastante ajeno de su carácter tierno y amoroso. Si encuentra a la Samaritana, tiene piedad de su flaqueza y la convierte: si le presentan una adúltera, la perdona mandándole por única reprensión que no peque más; si la pecadora se echa a sus pies llorando sus debilidades: Remituntur tibi peccata. ¿Y cómo se mostró la mansedumbre de este señor con los ambiciosos? "¡Ay! desdichados de vosotros! (les dice) escribas y fariseos, que anheláis por los primeros asientos en los festines y por las primeras sillas en las sinagogas, que deseáis que se os salude en las plazas públicas y que los hombres os llamen maestros! Uno sólo es vuestro maestro y vosotros todos ,sois hermanos" (1). Yo entiendo que la conducta de Jesucristo, en aquellos casos, se fundó en que este pecado viene a ser a un mismo tiempo, por sus efectos, contrario a la sociedad y a la naturaleza, cuando el otro, que perdonó tan benignamente, sólo causa la desgracia de dos culpables. Según esta reflexión, parece que debe desterrarse de nuestras escuelas toda práctica que pueda introducir en el corazón de los niños la semilla de la ambición; porque sería fomentar en ellos el orgullo, que es el patrimonio que heredamos de nuestros padres. Allí sólo se les debe inspirar el amor recíproco; instruírles en las esenciales obligaciones del hombre respecto a Dios, respecto a la patria y al Soberano, y res(1) San MateQ¡ cap. 23. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 80 SEMANARIO pecto a si mismos; pues, saliendo todos iguales en estos principios, la Providencia cuidará de que cada uno ocupe en la república el puesto o empleo que le corresponda. Porque seria cosa bien ridícula el que un niño a quien la naturaleza dotó de una feliz memoria, o de una gran facilidad para escribir bien, pasase en un instante de los empleos de emperador, rey, cónsul o capitán de escuela, a ejercer tal vez un arte mecánico en su casa, llevando grabadas en su idea las pomposas ocupaciones del mando y predominio de su aparente grandeza. Sería un milagro que este niño se quisiera humillar con conformidad al trabajo de su arte, y muy común el que parase en holgazán y en un hombre incómodo a los demás. La naturaleza de un periódico no pemlÍ~e toda la demostración que puede hacerse de un cúmulo de consecuencias funestas para la patria que se siguen de aquéllas. Basta lo expuesto para el convencimiento de los que pueden poner remedio al mal. III Combatir€ ahora otro error mu:;."común u ge- neral de nuestras escuelas, y del cual no son menores los perniciosos efectos, al paso que incluye muchas veces una injusticia de parte de los maestros. Voy a hablar de la corrección y castigos que se aplican a las faltas que cometen los niños, ya en sus acciones, ya en su aplicación y adelanto; entendiéndose, que lo que diga para las escuelas, lo dirijo también a los padres, tutores, y a cualesquiera otros que estén encargados de cultivar aquellas tiernas plantas. Quien sepa la dulZura, el tierno amor con que Jesucristo trataba y llamaba a los niños, mandando que los dejasen acercar hacia su sagrada persona, asegurando a sus discípulos que el que no fuera como uno de aquellos no entraría en el reino de los cielos, y pase después a examinar los modos de .corregirlos y enseñarlos, en Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 81 nuestras escuelas y aun por el común de los padres, ¿podrá creer que unos y otros siguen las sendas del Evangelio, ni que están penetrados del amor a sus hijos y discípulos? Difícil será el persuadirlo a quien no esté preocupado al ver prácticas tan opuestas. En efecto, si se va a observar una escuela por 24 horas, no se oirá allí sino el azote (o el rejo, según la frase provincial), la palmeta y las ásperas amenazas, que producen lágrimas, suspiros y sollozos, o la vergtienza, que engendra el sonrojo o la desesperación. Estos son los instrumentos con que se corrigen no sólo las pueriles faltas de unos niños de seis a ocho años, sino también aquellos con que se les quíere introducir en sus potencías la comprensión y la memoria que ha negado o escaseado a muchos la naturaleza. ¿Quién creería que en el siglo XIX Se aplicase la pena infamante del azote, impuesta por las leyes criminales a 10'8 malvados, a la corrección y castigo de unos niños todavía inocentes? ¡Oh filosofía! joh santa razón! venid a iluminar los entendimientos de nuestros maestros y padres, para que acaben de aprender que, si, como ellos dicen, la naturaleza humana está corrompida, lejos de reformarIa en los niños por el azote y la palmeta, según pretenden, ellos 'le añaden una nueva corrupción con que acaban de 'pervertirla. Un autor filósofo y muy observador decía que la depravación de los más famosos malvados que se conocían en la historia, había tenido principio en la misma crueidad de su educaCión. Ya es casi un, axioma que ,semejantes rudos castigos que aplican el común de los padres y maestros, corrompen lo físico y mo;ral de los niños; así como opinan muchos de los políticos sensatos que deben abolirse de la legislación de ,toda nación civilizada las penas y castigos que causen infamia a los delincuentes, dando por razón (en mi concepto bastante juiciosa)' que las leyes deben dirigir sus conatos, no sólo a castigar los delitos, sino a evitarlos, y corregir al malo para que Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 82 SEMANARIO venga a ser bueno; y que la infamia vuelve tan inútil al que afrentó, que priva a la patria de un miembro, le corrompe para que sea tal vez peor, y, lo que es aún más doloroso, que envuelve en su desgracia a su misma inocente generación. Supuestas estas y otras muchas reflexiones que pudiera exponer en este punto si lo permitiera la naturaleza de este papel, quedan o deben quedar excluídos de nuestras escuelas gratuitas, el azote, la palmeta, la vergiienza, yesos semblante airados y zañudos de los maestros, como medios que han producido hasta aquí efectos tan contrarios al benéfico fin que se propone la educación, La ignorancia. el poco estudie del hombre, y la imitación que tomaron los Europeos de la Grecia en su decadencia, son el origen de este error; y no falta autor que asegure que el carácter feroz y duro que se nota en la nación inglesa, proviene precisamente de ser ella la que más practica en la educación pública y privada aquellos géneros de castigos. Si de las escuelas pasamos a las casas de los padres. cuando no hallemos una entera coniormidad en los modos de corregir y enseñar a sus hijos, siempre se encuentran los peores, que son el azote, los puntapiés, las terribles amenazas, los adustos semblantes con que los padres, oprimiendo aquella festiva alegría y viveza tan natural en los niños, como hijas de su inocencia, qUieren que sean unos Catones circunspectos. ¿Y qué resulta por lo común de semejantes métodos? El menor mal será que se hagan los niños unos hipócritas y unos embusteros, pues es evidente que el demasiado temor producirá siempre en el hombre estos efectos. Es una observación de los que han viajado por las partes del mundo, que la Europa, a pesar de su ilustración, y de que casi toda ella sigue la religión cristiana, es la más corrompida en sus costumbres, la que da los espectáculos de los más horrorosos y frecuentes delitos, y la en que los hijos aman menos a sus padres. Si esta observa- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 83 ción es justa, no pueden venir aquellas dife.., rencias sino de la dura y rígida educación. IV Consiguiente a las tres reforma,s principales que deben prescribirse a nuestra escuela gratuita, veamos ahora qué maestro nombramas· para dirigirIa. Este debe ser escogido con el mayor tino, porque de su elección penden precisamente los buenos efectos que haya de producir el establecimiento. No se pondrá la mira con preferencia, ni a la edad, ni a las conexiones, ni a los empeños: en la primera no está vinculada la virtud ni la ciencia, y en los segundos puede intervenir la intriga, y perderse el acierto que tánto importa en esta materia. La opinión pública sobre sus costumbres y carácter y un examen también público y rigoroso de sus talentos sobre las materias que ha de enseñar, como leer bien, escribir con pureza castellana, aritmética, y doctrina cristiana por principios, decidirá la elección. Pero aún yo· quisiera que además se indagase mucho sobre la sensibilidad de su corazón, esto es, sobre si ama a los niños, si es compasivo con los miserables y si tiene el discernimiento suficiente para saber que, siendo natural a los niños la inclinación al juego y a la frivolidad, sepa también cómo ha de graduar sus faltas, para que, según el grado de su malicia, aplique el género de corrección más conforme. En una palabra, ti",n", .,,"',. l1n V",.nRn"rn filñMfo nnl'! conozca el ~~;~zÓ~-h~-~~~~:-'-~i-~st~d~- de nuestra naturaleza, y aquél en que se hallan los niños, tan fácil a imprimírseles.1o bueno como lo malo; y de este modo sabrá también que los ejemplOS prácticos enseñan más que los preceptos. Aun qUisiera que en mi reforma entrase también la de los nombres de maestro, preceptor o docto, con que suelen denominarse; porque éstos a mi entender encierran una significación algo fastuosa, poco modesta, y que no puede Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 84 SEMANARIO inspirar en los niños aquella confianza con la cual conviene en su edad que traten a sus directores, para que éstos conozcan también la condición y carácter de sus alumnos. Los de director, padre de la patria,amigo de los niños, o algún nombre griego que abrace el sentido de éstos, son más propios que los otros. En la educación de los jóvenes, y aun en el gobierno de los hombres, hay muchas prácticas que, aunque pequeñas al parecer, contribuyen sin embl1rgoal logro de los grandes fines que se propone un gobierno ilustrado. Estas cuatro reflexiones son las principales que he creído deber manifestar al público, Con el fin que me he propuesto de fundar sobre ellas el plan de una escuela patriótica, con el que concluirá para acreditar por ahora sus sinceros deseos por el bién común de este reino. El Amigo de los niños PLAN DE UNA ESCUELA PATRIOTICA Supuesto que he probado en mis reflexiones sobre la educación, por el testimonio de la historia de las dos naciones más sabias e ilustradas de la antigiiedad, la griega y la romana, que la de los niños y jóvenes, sea de un reino, provincia o ciudad, no puede ser útil y perfecta si no tiene las circunstancias de pública, gratuita, ser y estar bajo de la inspección y vigilancia del gobierno; discurriré ahora, hasta donde alcance, sobre el plan que uniforme y constantemente debe observarse en las escuelas que se establecieren en gste reino, para que los niños aprendan los elementos de las virtudes cristianas y civiles que los conduzcan después a ser unos hombres útiles a la patria, benéficos a sus semejantes, provechosos para si mismos, y en fin, que honren con sus acciones la santa religión que profesan. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 85 . Sobre estos principios, digo que el gobierno es el primer agente que debe ordenar y poner en movimiento esta máquina, formando una constitución con toda la fuerza de una ley, á. fin de que sea observada religiosamente por los directores de escuela·: de suerte que los buenos, caritativos y celosos patriotas que quieran manifestarlo por medio de la formación de los establecimientos piadosos de que tánta necesidad hay en esta capital y reino, sólo deberán pensar en los medios de verificarlos, sin introducirse, ni a dar las reglas para la enseñanza, ni al nombramiento de directores, ni menos a adjudicarse el titulo de patronos, para si ni ninguno de sus parientes. Ea superior gobierno, como un verdadero representante de padre de la patria, será el patrono y el único que cuidará del cumplimiento de las intenciones de los establecedores y donatarios: a éstos les bastará la recompensa que hallarán en el seno de Dios, por quien hacen la obra, y el reconocimiento público de sus conciudadanos, el cual permanecerá indeleble en su memoria y corazones, por medio de las demostraciones religiosas que anualmente harán las escuelas en recuerdo f~liz de sus benefactores, de las que se tratará en su lugar. La real constitución, pues, que debe gobernar en las escuelas de la patria, tendrá por preámbulo ya su frente aquel bellísimo rasgo que el inmortal Fenelón, arzobispo de Cambrai, en su obra el Telémaco, pone en boca de Mentor, dirig-idc al rey Idomcncc: "Por lo que hace a los niños (le decía), ellos pertenecen menos a sus padres que a la república: ellos son hijos del pueblo, hacen sus esperanzas y sú fuerza, y es muy tarde para corregirlos cuando han llegado a corromperse. Poco importa para el caso el excluírlos de los empleos que ocupan después que se han hecho indignos de ellos; porque vale mucho más prevenir el daño que verse obligado a castigarlo. El rey, que es el padre de todo su pueblo, lo es co~ particulari-. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 86 SEMANARIO dad de la juventud, que es como la flor de la nación y cuyos frutos deben cuidarse con el mayor esmero. Dígnese, pues, el rey velar sobre la educacíón que se da a los niños; haga que se observen religiosamente las leyes de Mínos; fórmeseles un punto de honor de huír las delicias y las riquezas, y que la injusticia, la mentira, la ingratitud y la afeminación, se miren entre ellos como vicios infames; enséñeseles a los niños, desde la tierna infancia, a cantar de memoria las alabanzas de los héroes qUe han sido amados de Dios, que han hecho acciones generosas por su patria y manÍfestado su valor en los combates; que aprendan a ser tiernos con sus amigos, fieles a sus aliados y equitati- vos con todos los hombres, aun con sus maycres enemigos; que teman menos a la muerte y a los tormentos que a la menor reprensión de su conciencia. Si desde temprano se les enseña a los niños estas grandes máximas, y se les imprimen en la memoria por medio de la dulzura del canto, pocos habrá que no se inflamen de amor a la gloria y a la virtud". Yo no he hallado u.n rasgo más tierno y expresivo que éste para manliestar Un soberano a su pueblo la legítima autoridad con que pone bajo de su mando e inspección la educación de todos los niños, el amor y cuidado que le merece la nación que gobierna, y que sirva al mismo tiempo de enseñanza a los directores de escu~las para dirigir la que deben dar a sus niños. Empecemos, pues, nuestro plan. Material del edificio El edificio que haya de servir para una escuela debe estar, no precisamente en el centro de la ciudad o barrio, sino en lo más retirado de él, lejos del bullicio que pueda llamar la atención de los niños y distraerlos de sus obligaciones. Si puede ser alto, se preferirá al bajo, por más saludable, mejor ventilado y de más agradables vistas. Sobre la puerta princi- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 87 pal de la calle, se colocará, en una tarjeta con hermosas letras de oro: ESCUELA DE LA PATRIA, para que sea conocida y respetada del público. La pieza para la enseñanza de los niños debe ser grande y muy clara; y en ella tendrá también el director su asiento, para que de una ojeada vea lo que cada uno hace, y nada se le oculte, sin necesidad de valerse del cuidado dE)otros. Correspondiente a esta pieza, tendrá la casa aquellas que proporcione a los niños el esparcimiento en los días que se señalarán, como patio y jardín de regular capacidad. Si fuere baja y estuviese sobre la calle la sala grande, se cuidará de que nt los niños puedan asomarse fácilmente a las ventanas, ni que los que pasan por la calle la registren. Todo debe respirar allí el aseo y el· buen orden, porque es una parte principal de la educación de los niños el enseñarles la propiedad en todas las cosas, para formar les el buen gusto y acostumbrarlos a 'la decencia. Dios es orden: y el hombre en sociedad debe imitarle en lo moral y en lo físico: y así el director de una escuela enseñará a sus niños, no sólo aquellas máximas que se dirigen· a las buenas acciones, sino también aquellas que tienen por objeto el aseo, la limpieza, la proporción y el buen gusto. Por esto convendrá que en la pieza grande de enseñanza haya adornos de pinturas esCogidas, esto es, historias que instruyan y enseñen, CuillOlos pasajes 111ásnotables de la vida. de Jesucristo en el tiempo de su predicación; ya aquel en que, rodeado de gentes y en actitud propia, decía: Sinite parvulos venire ad me (1): dejad que se' acerquen a mí los niños; o ya aquellos en que manifestaba a los hombres su amor, su ardiente caridad sobre sus males y trabajos,' y les explicaba el grande cuida- (1) S. Marc. cap. 10, v. 14. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 88 do que tenía su padre para proveerles del sustento y del vestido. Tambíén Se colocarán en tablas bíen píntadas y con hermosas letras algunas inscripCiones sacadas del Evangelio, para que se acostumbren a leerlas los niños, como aquellas: Amáos los unos a los otros. Venid a mí vosotros que estáis cansados, que yo os aliviaré. Igualmente convendrá inscribir algunas máximas morales, como: La virtud consiste en preferir el bién público al nuéstro. Para ser virtuoso, es necesatilo resistir a sus inclinaciones, a sus deseos, a sus gustos, y combatir sin cesar contra úno propio. No convendrá menos representar a los niños en pinturas algunos actos de la justiéia divina, para hacerles comprender que Dios, al mismo tiempo que está lleno de misericordia, para los que le imploran, también lo está de justicia para los que no dan frutos de buenas obras; pero no se les pondrán a la vista aquellos que causan terror y espanto, como el juicio, el infierno, ni otros semejantes, sino como aquel cuando Jesucristo maldijo la higuera "''''10. 'i."""V ,...,." ¿.¡,v 11.o.'nnh,." ~.•."",.u,¡u"" .p .•• '1'1"''''' "'LU."'V, ,." v ,.""""'1'1,,,1 Ot'-:l ••.•."".I. ft_ ~I..I. ""'1"'" 'iu,ct, "" .•.•--..,."A ...• Qr.L .•..•. .I.Q¡uu con el azote, arrojaba del atrio del templo a los tratantes que le profanaban; teniendo cuidado el director de explicar a los niños el sentido genuino dé todas estas cosas. Nombramiento de los directores Aunque pertenece a la autoridad suprema del gobierno el derecho de nombrar los directores de las escuelas, y deberá verificarse así, las muchas y graves atenciones de que comunmente está rodeado piden de justicia que haya un cuerpo intermedio por cuyo conducto lleguen a su conocimiento todas aquellas noticias que han de preceder al nombramiento para que sea acertado y fundado en toda justicia. Ningún cuerpo más a propósito para llenar tan delicadas funciones, como el del ilustre cabildo civil de esta capital, tanto para las escuelas que se Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 89 funden. en ella, como para las de aquellos pueblos del reinó que no dependan de las cabezas de provincia donde hay cabildos completos. Por sus constituciones estos cuerpos se componen de vecinos ilustrados, y patriotas llenos del mayor celo por el bien público; exentos por las leyes de conexiones y parentescos entre si, por consiguiente imparciales para los exámenes y propuestas que deberán preceder al nombramiento. El método para desempeñar estas funciones será el más sencillo y ordenado por las leyes en otros semejantes establecimientos. Llegado el caso de hacerse el de alguna escuela, o que haya vacante, previo el permiso del superior gobierno, se fijarán carteles en nombre del ilustre cabildo, convocando a los pretendientes que quieran oponerse; se señalará el término dentro del cual se han de presentar; se explicarán las circunstancias que han de concurrir en los candidatos, y materias de que deben estar impuestos, a las cuales debe reducirse el examen; últimamente se les advertirá de los documentos con que han de legitimar sus personas, y justificar su conducta pública en los lugares donde han residido. Como también seria embarazoso para los Cabildos el hacer por si mismos los exámenes sobre las tres primeras materias de que deben estar bien instruidos los pretendieptes, podrá nombrar el cabildo tres sujetos de la' ciudad, conocidos por su probidad y talentos, qne concurrirán a prc:>eiíGiar y ejecutar por sí el examen de leer, escribir y contar, y darán por escrito el juicio que hagan de la aptitud de cada opositor. Fundado sobre estos dictámenes, formará el cabildo pleno su propuesta al superior gobierno, guardando la imparcialidad que pide la justicia y la importancia del acierto. Pero, ,como,además del examen de aquellas tres materias, debe hacerse de la cuarta y más principal, cual es la de la religión, sus dogmll,s,preceptos y prácticas, por principios claros y bien Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 90 SEMANARIO entendidos, esta parte será encargada y ejecutada a presencia del cabildo por uno de los señores eclesiásticos a quien se cometerá, el cual hará sus preguntas sobre los principales puntos de nuestra santa r~ligión, ceñidas a lo histórico, moral y misterios de ella, sin comprometer al examinado con cuestiones teológicas, metafísicas ni controvertibles, que ni deba saberlas ni correspondan a la enseñanza de unos niños. Este método se observará interin que no haya tres directores de escuelas ya en ejercicio y aprobados; porque habiéndolos, ellos serán examinadores natos, y los únicos de quienes se valdrá el cabildo para estas funciones en todas las materias. Concluídos los exámenes, hecha la propuesta al gobierno y nombrado el director que se considere más benemérito, se le extenderá a éste su correspondiente título en toda forma, bajo la calidad de gratuito, y lo presentará el interesado al cabildo, para que, tomada la razón, se le pague al director la renta que tenga asignada la escuela. En aquel diploma se deberán conferir a los directores todas las honras y distinciones que corresponden al importante encargo que van a desempeñar; y no debe parecer exagerado el que se les confieran iguales que a la clase de los catedráticos de universidad o colegio, pues no son menos honrosas sus ocupaciones, ni menos importantes al Estado y al servicio del soberano. Este será un medio para que, honrando la profesión, se presenten a obtenerla los sujetos de más probidad, de mejores talentos y de una representación tal en el público, que vengan a ser respetadas las escuelas y no se desdeñen de enviar a ellas sus hijos los padres de la más alta consideración jOh! quiera la Providencia que vengan a ser las de Santa Fé el principio de aquellas reuniones en que se engendra la fraternidad cristiana, la tierna y perpetua amistad (única que puede consolar al hombre en sus adversidades), y que la patria coja el Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIÓ 91 fruto precioso de ver en su seno unos ciudadanos y unos hijos dignos de los mejores siglos! Obligaciones de los directores la enseñanza y métodos para Esta es la parte que por su naturaleza pide en este plan una explicación más prolija, clara y metódica; así como en su práctica es la más importante y difícil de desempeñar para los directores de la escuela.. Yo quisiera, por tanto, para llenar la que m,e ·toca, estar penetrado de los sentimientos filosóficos más profundos, y de los conocimientos más exactos del corazón humano, para no omitir ninguno de aquellos puntos más esenciales, y expresarlos con tal unción y energía, que se grabasen en los corazones de los directores, y resultase el más bien ordenado movimiento a toda la máquina. Mibuen deseo y la indulgencia del público sensato suplirán lo que falte. La primera disposición del director en su escuela será la de formar un libro en que vaya sentando los nombres de los niños que presenten sus padres, parientes o tutores, que sean vecinos del barrio en que esté fundada la escuela, como los únicos que tendrán derecho a ser admitidos, si fuere ésta la voluntad de los fundadores, y como lo pide el buen orden, para que no estén unas más recargadas que otras de niños: la partida expresará el día, la edad, patria, padres, y estado de enseñanza que tienen. Des!més fo!'ma!'~, ot.nts t.9,rrt.a.slista.s eO!no e1fl,- ses en que estarán divididos; las que para el debido orden y más fácil método, serán cuatro: la de leer, la de escribir, la de elementos de cuentas, y últimamente la de contar y doctrina por principios. La división de estas clases será bien sensible, y éstas discretament~ dispuestas en asiento de gradas numerados, para que cada niño sepa dónde debe sentarse siempre, como que la gra:- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 92 SE:MANAR!O duación de asientos es la única que denotará la antigiiedad y adelantamiento de cada uno. Así como queda abolida toda distinción de empleo, cargo, dignidad, o cualquiera otra que denote superioridad de un niño sobre otro, así también se prohibe que la escuela se divida en bandas o bandos. Allí todo debe respirar igualdad y fraternidad: no se conocerá otra autoridad que la del director para mandar y corregir; y lejos de dividir la escuela en contrarios unos de otros, la estrechará más a la unidad nombrando a cada niño un compañero de escuela y reuniéndolos en público bajo de los signos de la amistad. La discreción del director hará estas uniones, cuidando que sean de distintas clases. edades, genios, aplicación y talento: al pequeño con el grande, al inquieto con el juicioso, al rudo con el hábil, al perezoso con el aplicado. Los efectos de estos enlaces serán como los que se ven en la guerra entre los que se llaman compañeros de armas: se estiman, se sirven, se buscan, se defienden, se enardecen en la batalla, se exponen a los peHgros, y, si es necesario. da el une la vida por salvar la de su compañe- ro. Así los compañeros de escuela se auxiliarán mutuamente dentro de ella, en sus repasos y lecciones: en la calle serán unos amigos que se acompañarán· hasta sus casas, se buscarán para el paseo, se aconsejarán; y últimamente el niño pudiente, si le tocó un compañero pobre, le socorrerá, con anuencia de sus padres, con los libros, papel o alguna otra cosa que necesite. ¡Qué de amistades tiernas, sinceras y útiles no resultarán de estos pequeños enlaces que dictó la casualidad y confirmó después la naturaleza! Uno de los cuidados del director será el de recibir y despedir a sus niños con semblante risueño y palabras tan cariñosas, que no Sólo les inspire confianza, sino que llegue hasta persuadirlos que los ama a todos tiernamente como si fueran sus propios hijos. ¡QUé amable y Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 93 gustosa no se les hará la concurrencia diaria a sus escuelas, sabiendo que son recibidos allí con agrado, y que no han de ver ni oír jamás llorar por castigos a sus compañeros y amigos! Yo no dudo que cuantos lean este punto, si cursaron las escuelas actuales, dejen de acordarse al instante· de su pequeña edad, y de lo que pasaba y sentían en sus corazones cuando llegaban los momentos de ir o salir de la escuela: ¡qué contraste de tristeza y alegría! Pues: no debe buscarse la causa de este encontrado efecto, sino en el desagrado con que por lo común son recibidos, el severo semblante que ven siempre en el maestro, y los frecuentes castigos que experimentan y ven ejecutar en los otros por faltas tan fáciles de cometer como naturales a sus inclinaciones y cortos alcances. Como, en la escuela de la patria, será uno de los prinCipales deberes de su director el de imprimir en los niños, desde los principios, el espíritu de honor, de vergiienza y de probidad, vendrá a ser más eficaz, para promover en ellos la aplicación al trabajo, aquella corrección o castigo que señale entre los otros como ignorante, incapaz, e indigno de pasar de una clase a otra, que no los azotes, la palmeta, ni algún otro que cause dolor o infamia. Lo mismo que pasa en el corazón del hombre ya formado, sucede por lo común en el del niño: el rigor más le exaspera que le corrige; y así como n.o se ha visto hasta ahora (o será mu¡yraro) que un 110illbre infan1ado por 105 azotes, vergucnza pública o destierro a galeras; se haya convertido en un hombre de bién y útil a la patria, .tampoco se logrará que un niño se aventaje o haga progreso en el estudio por el mismo camino de rigor, y menos si su poco adelanto proviene de una natural rudeza, como sucede en muchos. En una palabra, lo que no consiga la persuasión, el buen ejemplo y el agrado, no lo conseguirá el excesivo castigo: este es un axio~a de la experiencia, del cual ha salido aquel Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 94 SEMANARIO proloquio; Más moscas cazará una gota de miel, que .UD barril de vinagre. Consiguiente a lo dicho, no se oirán jamás en la escuela de la patria, llantos, sollozos, ni voces destempladas. La melodía del canto y la armonía, serán lo que aIli resuene; pues otro de los cuidados del director será el de enseñar a cantar a sus niños, en la última media hora de escuela, algunos himnos compuestos a propósito en alabanza del sér supremo, de las virtudes, de los héroes de la nación, y en reconocimiento al fundador o benefactor de la escuela, si ya no existieren o están ausentes, siguiendo el consejo de la Escritura Santa. Deseoso de poner aquí algunos modelos de est.os cantos patrióticos, y no teniendo ~yola. gracia de poseer el lenguaje de las Musas, me valí de un amigo bien conocido en esta capital por su talento poético, y éste lo ha desempeñado del modo siguiente: CANPIONES DE EDUCACION Eterno Númen, fuente de la ciencia y de todos los bienes apreciables, Védnos aquí, Señor, en tu presencia, Confesando tus glorias inefables: A tí debemos todos la existencia, y deseamos con actos agradables Aprender a servirte generosos, Pues sin tí no podemos ser dichosos. A la amistad Santa Amistad graciosa, Que con estrecho lazo Sabes unir las almas y obrar dulces encantos, Extiénde en hora buena Tus amorosos brazos Sobre nosotros todos, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SE~ARIO lt5 Que unidos te invocamos; Enciénde en nuestros pechos Tu fuego sacrosanto, Para que cada día Más finos te sigamos. A la virtud Desciénde, Virtud bella, Vén presto, bája gel empíreo cielo Do te acogiste, abandonando el suelo De vicios anegado, Vén, reluciente estrella, Alúmbra al engañado, Siendo siempre su norte y clara guía; y al niño que te busca con agrado Inspírale alegría: Alma Virtud, desciénde que ya anhela Tus preceptos seguir toda la escuela. A los padres y patria Nuestros padres y patria en grande aprecio Tengamos cada día, Pues se declara torpe, vil y necio Quien una acción tan pía No practica ferviente y obsequioso, Fundando en ella su blasón glorioso. ¡Qué ideas no desenvolverá en los niños la memoria de estas alabanzas, cuando a ellas se añada la explicación, que cuidará de hacerles el .director, de los motivos en qu.~ Se f1J.:nd9~n y de los objetos a que se dirigen! De este modo se irán ilustrando sus entendimientos con especies útiles y verdaderas, en lugar d.e las fútiles, frívolas y aun nocivas con que se alimentan en la ociosidad y en la ignorancia. Para las correcciones por falta de aplicación, poco adelanto en su 'clase, y otras que nazcan del fondo de la misma enseñanza, bastarán las serias razones del director, y que lóS culpables observen que distingue' a aquellos que cumplen Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 9.6 SEMANARIO mejor con sus deberes, con las expresione/>que denoten cariño y agrado, ya ocupándolos en funciones de alguna autoridad, como tomar lecciones Y corregir planas: bien que aquélla no pasará de lo material, ciñéndose a avisar al director de lo bien o mal que las hayan hecho. También distinguirá el director a los más aprovechados, esmerándose con alguna particular atención sobre ellos, dándoles algunos libros, y, si fueren pobres, alguna prenda de vestir, y sobre todo proponiéndolos por ejemplo a los demás, cuando no estén presentes. Las pequeñas faltas de inquietud en la escuela, con las que pueden causar distracción o ruido, las corregirá el director componiendo el semblante y alzando la voz; pero sin emplear jamás palabras denigrativas, ni apodos, que muchas veces suelerl ser causa de los extraños nombres que se ponen unos a otros; y si esto lo supiere el director lo corregirá también, manifestando desagrado y haciendo ver que éste es un abuso indigno de la buena educación. En Santa Fé es muy común esto, en escuelas, en colegios, y aun entre familias particulares; Y su origen no puede ser otro (fUé-ola malevolencia o el mal ejemplo ya introducido. La distribución de horas y días para la enseñanza será uniforme y constante en todas las escuelas: cuatro horas por la mañana y dos Y media por la tarde parecen las suficientes; las cuales variarán en su principio y fin según los temperamentos. En los fríos y templados, las cuatro horas de la mañana, serán desde las ocho hasta las doce; y por la tarde, desde las dos y media hasta las cinco. En los cálidos, por la mañana desde las síete hasta las doce; y por la tarde, desde las tres hasta las cuatro y media, por deberse aprovechar más tiempo de la mañana, Cl>IDO menos cálida que la tarde. Los jueves o cualquiera otro día que se señale en la semana, serán destinados a la parte recreativa, tan necesaria a la pequeña edad de los niños como conveniente al estado en que se ha- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 97 llan sus potencias de apetecer con vehemencia y no conocer otro recreo que el juego. En él conducirá el director a toda su escuela a las nueve de la mañana, a la iglesia más inmediata y capaz, para asistir al inefable sacrificio de la misa, poniéndolos a todos delante de sí, y disponiendo que, tanto en la calle como en el Templo, vayan juntos los compañeros de escuela, y.guarden silencio y compostura, sin permitirse a ningún director que, bajo el pretexto de devoción o edificación, introduzca prácticas singulares de hacer novenas en las iglesias, ni de rezar en voces altas :por la calle ni en el templo en el tiempo que se celebra el SacrHicio. Allí todo será meditación, silencio, compostura; y aun las oraciones vocales que les enseñará a los niños análogas a los misterios que se representan en él, las dirá cada uno de modo que no interrumpa ni perturbe al que puede estar meditando. En esto no habrá el menor disimulo ni tolerancia de parte de los que deban celar el cumplimento de la constitución. Concluido el Sacrificio, el director llevará su escuela al campo, si lo permite el tiempo, si no a la casa, y allí dará libertad para que los niños corran, salten y jueguen a lo que quieran, .y como quieran, con tal que no puedan lastimarse; y este recreo durará hasta las once, en cuya hora volverá la escuela, y la entretendrá el director hasta las doce para que descansen los niños, y los mantendrá en conversación familiar, como haría un padre con sus hijos. Si el día señalado para el recreo cayere en fiesta de precepto, observará el director por la tarde el mismo género de paseo y juego que por la mañana, estimulando a los niños de familias pudientes a que lleven de sus casas algún género de merienda, como pan, frutas u otras cosas, y cuidará que, reunidas todas las porciones, concluya el paseo con una ~erienda general, en la que todos participen por iguales partes, sin guardar distinciones' ni preferencia. De este Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 98 SEMANARIO modo vendrán a ser estas meriendas como los ágapes de la primitiva Iglesia: pero cuidando el director de que no se introduzca en éstas el espíritu de vanidad y de distinciones, como sucedió en aquel tiempo, por lo cual se vio el apóstol San Pablo en la necesidad de reprender a los fieles en la Carta primera a los Corintios. Pero si el dia de recreo fuere de trabajo, será destinada la tarde para otro género de diversión dentro de la casa de la escuela. Después de permitirles a los niños media hora de ejercicio por medio del juego en el patio o en la huerta, presente siempre el director, los reunirá .en el orden de sus clases y asientos, y por otra media los entretendrá leyéndoles por si mismo alguna obra divertida, como la del Nuevo Robinson de Iriarte, El Hombre feliz del padre Almeida, o las fábulas morales, examinando sobre algunos pasajes de ellas el discurso de algunos de los niños más adelantados, para ver cómo los entienden y explican. Por este medio se irán acostumbrando a formar en sus entendimientos los raciocinios, las deducciones y el hllpn O'l1_lt;!t.n .- -.•_- .•. o _ .•• w •••• ~ lQc! - a_o.,¡ f'tr\Q1r:l1C,' .•••..••• 'V_"-' C"a,...i~cr ...,.••..•.•.•.••• u. n.•.•..•... ~I\,.;,.; •..• 'h" .•.•n '-'U.LCoo\r .1..1..1.,",,""""'''' .•..l.v.•.'" será destinada a la enseñanza de la parte civil y política, en la que procurará el director hacerles comprender lo mal visto que es el que los niños jueguen y corran por la calle y plazas, ni armen pendencias con otros; del respeto con que deben saludar y ceder el lugar preferente en la calle, en las casas y en el templo, a los mayores, principalmente a los sujetos que reconozcan constituidos en la dignidad del sacerdacio o del gobierno público. En estas ceremonias exteriores se conocerán y distinguirán los niños que se educan en las escuelas de la patria, y ellas servirán también para justificar el cuidado y esmero de sus directores. Ultimamente, la otra media hora será destinada para los cantos patrióticos. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 99 SEMANARIO Libros para aprender ,a l~r. escribir. y muestras para. El termómetro para conocer si un director de escuela está dotado de aquella sensibilidad por los niños que se señaló como parte de sus buenas disposicionespara este empleo. será la paciencia y dulzura que empleará para enseñar a los niños los primeros pasos de su educación: aquí es donde debe manifestar su talento filosófico para saber· modelarse, por la edad. del niño y sus alcances, al método que ha de adoptar para irles enseñando, primero a conocer los caracteres, después a unirlos por palabras, y al fin a leer con sentido y buena pronunciación: este principio es el que pide más agrado, más dulzura, y del que debe estar más distante la reprensión áspera y los modales severos, por más que alguna vez parezca que la rudeza del niño es maliciosa e· intencional, cuando no es ~n realidad otra cosa que la debilidad de su organización. Primera clase de l~r Para las primeras lecciones de leer podrá adaptarse el método. económico de ·entrar de.eorando desde luego que el niño conozca bien los caracteres, pues la experiencia ha enseñado que ahorra el tiempo que ahora se emplea en deletrear. Estas lecciones se darán en el Catc)n .eristiano extractado, esto es, quitada· aquella illultitud de oraciones y preceptos moralcs de que nada comprende todavía el tierno niño. Después de estar diestro en aquellas decoraciones, se le pondrá a leer en las fábulas de Iriarte y Samaniego, si pudiere ser en la última edición con láminas, porque el niño, lleva:do de la· curiosidad, de la armonía del verso, Y gustandO tanto en aquella edad de cuentos e historias, se aplicará con más celo y voluntanedad a este género de lectura amena, que al árido y seco del Catón; y por consiguiente Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 100 SEMANARIO aprenderá con más brevedad, y leerá can el mejor sentido que proporciona el verso, que es el principal objeto de esta primera enseñanza. La cadencia de la rima servirá también para que se le fije mejor en la memoria al niño lo que lee, y el director cuidará de que accione con la mano y mude los tonos de la voz en los pasajes que pida uno y otro; así empezará a saber el niño estos primeros elementos de la retórica. En esta clase se les ehseñará a los niños la doctrina cristiana de memoria, por preceptos cortos, conforme a uno de los Catecismos que explica el dogma y demás puntos esenciales de la religión, con la sencillez que pide la edad tierna del niño; cuidándose de que en todas las escuelas sea uno mismo ei CateciSJ:í1o. Como para la cabal enseñanza de estas partes, bastarán seis meses de ejercicio, al fin de ellos se destinará un día para el examen general de ellas; y éste se hará por el mismo director de la escuela, a presencia de uno de los regidores diputados por el cabildo; y, según el es'" tado de adelanto en que Se encuentre cada uno, pasarán a la clase de escribir en el orden de asientos que :mer~zcan; y si alguno estuviere notablemente atrasado por haber entrado en la escuela poco tiempo antes, o por falta de aplicación, se le castigará a éste dejándolo en la misma clase, pero se le dirá, para estimularlo, que pasará a la otra antes de los otros seis meses, si da señales de adelanto por una constante aplicación. Este mismo género de corrección se ejecutará en las demás clases. Segunda clase de escribir En la segunda clase, que será de escribir, empezará el niño por la formación de letras grandes, uniformes entre sí, y con pluma de corte grueso, según la muestra que le pondrá el director, y de que estará provista la escuela, ya propias de su mano si supiere, o ya de las que se venden impresas. De este modo bien puede Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 101 enseñar con perfección un director, aunque no tenga por sí una hermosa letra. Bastará que sepa la /buena ortografía y puntuación castellana, y discernir entre los niños los que aprovechanmás y se acercan mejor a la imitación de las muestras, para irlos Ínudando a otras de letras más pequeñas y de diversos caracteres, hasta que lleguen a saber bien los 26 de que se compone nuestro alfabeto. Entonces pasarán a otras muestras en que estén ya formadas or,a~ ciones, procurando que éstas expliquen por sen": tencias cortas las obligaciones principales del . hombre en sociedad; yel mismo objeto deberán tener desde este tiempo todas las muestras que copien los niños, hasta la conclusión de la enseñanza; pues por la continua repetición de ellas, se les quedarán en la memoria, y formarán al fin en ella una colección de principios políticos y morales, que procurará el director conservárselos por medio de hacérselos repetir, y ésta será una parte del examen que sufrirán en cada paso de una a otra clase. En esta segunda estarán otros seis meSes que bastan para los rudimentos de la escritura, y en ellos habrán continuado la misma lectura de libros y doctrina que en la primera. Tercera clase de ~scribir Precedido el examen y aprobados los niños que han adelantado lo suficiente, pasarán a la tercera clase en el orden de asientos que corrF~!'lpondaa su antigiiedad y aprovechamiento. En ella empezarán a escribir en otras formas de letras más pequeñas, y a leer en otra clase de libros. Los más a propósito, por la buena instrucción que producirán, serán los de la historia de la nación, y entre las muchas que están escritas se preferirá la del Padre Duchesne. traducida por el Padre Isla, con las notas críticas y los extractos de cada libro en versos: se les hará aprender éstos a los niños de memoria, y los cantarán el sábado por la tarde, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 102 SEMANARto reunidas las lecciones cortas que hayan aprendido en toda la semana, y reunidas también las dos clases que estén en esta lectura, porque el canto a coro es más armonioso y agradable. También en esta clase dará principio la instrucción de la doctrina cristiana historiada bajo de un método claro y sencillo, para que los niños, después que ya saben lo que han de creer, y lo que han de obrar, sepan también por qué creen y por qué obran. El Catecismo de Fleuri es uno de los más a propósito para los niños, por la concisión con que enseña desde la creación del mundo hasta el establecimento de nuestra santa Iglesia católica y los rápidos progresos que hizo el Evangelio hasta el presente. En él leerán los niños por la mañana, y por la tarde estudiarán de memoria lo que puedan de las mismas lecciones: pues uno de los cuidados del director será el ejercitar la memoria de los niños sobre materias útiles y agradables, para acostumbrarlos a pensar. Para esto, dirán también el sábado, de memoria, todo lo que hayan aprendido en la seinaJ:la; y esto será antes del canto, con el que debe terminar siempre la escuela. También aprenderán en esta. clasl:' 1ft t.abla de multiplicar; y como se aumenta ya el trabajo y varían las materias, estarán en esta clase los niños un año a lo menos. Cuarta clase y última Como que en esta clase quedará perfeccionada la educación que pide la primera edad de los niños, estarán en ella otro año. Continuará la escritura en la forma y tamaño de letra cursiva y regular de cartas, sin regla, y teniendo a su vista la muestra, la cual contendrá alguno de aquellos puntos políticos y morales que suelen comunicarse los amigos por medio de la conversación epistolar: por esto convendrá que en el discurso del año varíen lo menos de tres o cuatro muestras. Como ya tiene sabida el niño la tabla de mul- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO o 103 tiplicar desde la anterior clase, empezará a aprender en ésta las cuatro reglas de la aritmética, sumar, restar, multiplicar y partir. En ellas les explicará el director, no sólo la parte material de cada operación, sino la razón de su resultado, y las de las pruebas que hay para quedar asegurado el niño de estar bien hecha la cuenta. En la escuela de la patria no puede pasarse de los primeros elementos de esta ciencia matemática: sus varios ramos y perfección toca a las academias o colegios, y pide una edad más adulta. Continuará el niño en esta clase la lectura útil y agradable así de la historia nacional como de algunos poemas morales y críticos, como el Hombre feliz, del Padre Almeida, la Conquis-· ta de Méjico, por Salís, u otros, en los que el niño aprenderá, no sólo buenos preceptos morales, sino a hablar con pureza nuestra lengua española: a este fin contribuirán mucho las lecciones de memoria de la ortografía de la real academia. Del mismo modo continuará aprendiendo la doctrina por principos, hasta concluir todo el tratado histórico de Fleuri, y de retener en la memoria las principaJes lecciones pue pertenezcan al dogma y a la historia santa. Parece que, por este medio, un niño, al salir de la escuela de la patria, se hallará, no sólo afirmado en la fe que profesa y capaz de dar razón de los fundamentos en que se apoya, sino también llerio de respeto por los altos misterios que contiene nuestra santa religión, y por consiguiente iniciado ya en las principales obligaciones del hombre en sociedad. Funciones religiosas de la escuela , o Después de señaladas las principales funciones de un director, en todo lo que hace relación a la enseñanza de sus niños, sólo resta que hablar de los ejercicios sagrados que practicarán constantemente las escuelas 'todos los años. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 104 SEMANARIO Dos serán las fiestas religiosas que celebrarán, en unos mismos dias y en un solo templo, todas las escuelas reunidas. La primera, solemne, para rogar a Dios por la salud, vida y acierto en el gobierno de nuestros soberanos, y se señalará en el día de sus nombres o nacimientos; la segunda, fúnebre, para suplicar a Dios por el descanso de las almas de los fundadores de las escuelas y de las de aquellos que con sus limosnas han contribuído al sostenimiento y conservación de eUas; y ésta se celebrará en el día de los difuntos, u otro que se señale. Estas son unos deberes sagrados que imponen la religión y el reconocimiento: así las costearán los padres o tutores de los niños pudientes, reuniéndose en ellas todas la~ escuelas de la ciudad para que sean unos mismos los votos, asi como son unos mismos los beneficios que reciben, y para que se conserve entre ellas un mismo espiritu de fraternidad; cuidando mucho el gobierno de que este vínculo no se rompa por la división que suele introducir el espíritu de partido, que tan perjudicial ha sido siempre en nuestros colegios y escuelas. A la cúnclusiún del Saedficiú impetratúriú, que se celebrará con una solemnidad prudente y moderada, se pronunciará una oración dirigida al objeto de la fiesta, y una exhortación a los directores y niños que los aliente en la carrera y les recuerde sus prinCipales obligaciones. Fuéra de estas dos festividades, se prohibirá severamente a los directores que, dentro ni fuéra de las escuelas, promuevan devociones particulares bajo de ningún pretexto: a cuyo fin ninguna adoptará el nombre de algún santo por patrono, porque todas deben titularse únicamente: Escuela de la Patria; y por consiguiente no habrá en la pieza de la enseñanza ni altar ni imagen que denote dedicación peCUliar de la escuela. En este punto y en todo lo relativo al cumplimiento uniforme de la Constitución, debe ser escrupuloso el cuidado que pondrá el ilus- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 105 tre cabildo bajo de cuya inmediata vigilancia estarán todas las escuelas, teniendo siempre presente que el menor disimulo en la exactitud de su cumplimiento es una brecha' por donde Se introducen los abusos, y viene a co'nvertirse en puerta por donde entran como por su casa los desórdenes que arruinan al fin los mejores establecimientos, o los inutilizan para los aItos fines para que se formaron. Por esto se hará una visita anual a cada eScuela, compuesta de una diputación del cabildo,' la cual no tendrá otro objeto que examinar si se han cumplido puntualmente por los directores todos los estatutos reales mandados observar. Se formará asiento de la visita en un libro, y en él se expresará si hubo o n6 que advertirles: de este modo constará en adelante, o el cumplimiento exacto y constante de cada uno, o si se repitieron las faltas y advertencias. Conclusión Así como los buenos ejemplos de los directores enseñarán más a. los niños, que todos los preceptos de los libros, del mismo modo los malos los corromperán a pesar de los mejores pre'ceptos. Por esta razón el procurador general del cabildo estará autorizado para fiscalizar y velar sobre la conducta pública de los directores, y para hacer, como censor, las denunciaciones que crea necesarias ante el cabildo, a fin de que éste, en vista de ellas, pueda hacer loco o't'O-riO'l1t;1,...inl"'loCl C!o,...,.O:f-'!'.lCl'l7 c:oiO'ilnooC'O 1"11".0 ,.1.00_ .•.•..••••.••...•••• ...., .•..•0' ••.•.•..••.•....•• ...,.•..•..•...•..••..•••..•....•.•....•.••..•••..• " •..•.•. 0 .•.•. ""••••..•••..• ":1- ••..•._ ••••••• cubran la verdad y justifiquen las providencias que sea' preciso tomar para cortar el mal. Y si los directores están persuadidos de aquellas verdades, teman mucho oír también aquella terribilisima sentencia: ¡Ay de aquellos que escandalizaren a uno de .estos pequeñuelos! mejor 'les estuviera no haber nacido! Anatema que no deberán olvidar, ya sea para arreglar sus acciones y palabras delante de los niños a la razón divina, y ya para no introducirse' a este Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 106 SEMANARIO importante y delicado empleo sino después de bien meditadas sus obligaciones, la estrechísima responsabilidad en que se constituyen para con Dios y para con la patria, que los distingue y mantiene con el único fin de que le den en sus niños buenos hijos, buenos padres, buenos esposos, buenos amigos y buenos defensores contra sus enemigos. Hasta aquí ha alcanzado a discurrir la buena voluntad del que quisiera ver realizados cuanto antes estos establecimientos en esta capital y reino; y que desea también el que otro mejor talento que el suyo llene tgdo lo que falta en este plan para su perfección. Estos serán siempre los votos de... El Amigo de los niños Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia MEMORIA SOBRE LAS SERPIENTES y plan de observaciones para aclarar la historia natural de las que habitan el Nuevo Reino de Granada, y para cerciorarse de los verdaderos remedios capaces de favorecer a los qÚe han sido mordidos por las venenosas; por don Jorge Tadeo Lozano Maldonado de Mendoza, individuo de la real Expedición Botánica de Santa Fé de Bogotá, y encargado, con real aprobación, de su parte zoólógica. Entre las :vari¡¡.sy amenas partes de que se compone la, zoologíar-ñó hay quizás otra más 'bella-"e' importante que la erpetología, o estudio (de los reptiles, y entre éstos, el de las serpientes; pues en tal orden de animales, que el vulgo no contempla sino con el mayor espanto y horror, el naturalista admira la profusión con que la naturaleza acumuló portentos sobre portentos, y reunió las cosas más contradictorias en la apariencia. Aquí es donde se ve up. cuerpo al parecer inerte, y privado en realidad de miembros motores, que goza de la ligere·za del rayo, y con igual facilidad corre por la super.ficie de la tierra, atraviesa los más anchos lagos y caudalosos ríos, y se eleva a la cima de los más encumbrados árboles; aquí es donde bajo el aspecto de un animal ip.defenso y que parece entregado a la merced de sus enemigos, se halla el gigantesco buío (Boa constrictor), que sin más armas que su desmesurada longitud (hasta de 40 pies) y su fuerza, libra combate a nuestros más atrevidos y grandes animales, el Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 108 SEMANARIO tigre (felis onza), el león (felis concolor) y la corpulenta danta (tapirus), y no sólo los vence, sino que enteros se los traga para su sustento; aquí es donde, en varias espeCies del género coluber y en todas las del crotalus, se halla escondido el dardo venenoso cuya herida es mortal aunque tan pequeña, y que por el lugar que ocupa en la boca se llama colmillo, y Por ser movible y retráctil y por su figura puede COmpararse a la uña de un gato; aqui es que, sin órganos propios para la masticación, se halla la más activa virtud digestiva; aquí se ven como confundidas y mezcladas la generación ovípara y la vivípara; y finalmente, aquí es donde el arte reconoce su impotencia para imitar los brillantes y fugitivos matices que engalanan a las serpientes y que de algún modo disminuyen el horror que inspira su vista y la consideración de los funestos efectos que causa el veneno de aquellas especies que están prOVistas de arma tan mortal y terrible. Pero, si por este veneno se hacen acreedoras alodio del hombre, ta111bién merecen su estimación por el objeto a que parece las destinó la naturaleza. En efecto, estos reptiles se alimentan principalmente de insectos y sabandijas perjUdiciales, cuya numerosa y pronta propagaCión haria quizás inhabitables los climas templados y calientes de la América meridional, si el portentoso consumo que de ellos hacen las serpientes no les sirviera de estorbo invencible para señorearse de estos territorios, y por su número y voracidad destruir los medios de subsistencia que necesita el hombre, y de este modo impedirle el goce de las tierras más fértiles que componen el Nuevo Reino de Granada. ¿Cómo nos defenderíamos de los ejércitos de diversísimas langostas que el vulgo conoce con los nombres de Saltagatos, Caballitos del diablo, etc., si no fuera por las serpientes que las destruyen? ¿Qué mejor dique pudiéramos poner para contrarrestar la portentosa fe- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 109 cundidad de los ratones? (1). ¿Qué medio más oportuno para destruir los hormigueros y comejenes (termes) que tánto perjudican a nuestras labranzas, y a nuestros edificios y muebles? Y últimamente, ¿qué arbitrio para agotar infinitas larvas tanto de los coleópteros como de los lepidópteros que devoran nuestras mieses? Es, pues, evidente .que si, para asegurar nuestras vidas, debemos hacer cruda guerra a las serpientes venenosas, también la j usticia y nuestro propio interés exigen que perdonemos a las que carecen de veneno y nos sirven para los útues fines arriba indicados, haciendo el debido discernimiento entre los culpados y -los inocentes. Pero por lo .general nadie procura ponerse en estado de hacer tal discernimiento, y en oyendo decir culebra, nombre que en estas provincias se da a todo género de serpientes, sin más examen la condenan a muerte, y acaso se privan de mil ventajas que pudieran sacar de aquel reptil. Esta reflexión, junto con el deseo de averiguar los efectos, modo de obrar y actividad de los venenos, para deducir con c·erteza los remedios que deben aplicarse a fin de precaver las funestas resultas que amenazan a los picados por las culebras venenosas que abundan en nuestro territorio, aunque no en tánta cantidad como algunos ponderan, me han movido a tomar todas las noticias posibles sobre estos puntos. Pero el éxito de mis indagaCiOnes no ha correspondido a lo que de ellas me prometia, tanto por la dificultad casi insuperable de aclarar muchos hechos relativos a la historia de nuestras serpientes, y hacer por mi mismo una infinidad de observaciones en cada especie,cuanto porque, como es natural, los (1) Una !Sola cazadora (especie de 'boa que Lacepede equivoca sin razón con ,el buio) que entró en una casa que poseo 'en el Valle de Fusagasugá la limpió en !Seis dias de infinitos ratones. que la infesta· ban y hacían casi inhabitable. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 110 SEMANARIO campesinos zafios que ignoran el modo de explicarse y carecen de criterio para despreciar patrañas y preocupaciones en que quedan como anegadas sus noticias, saben más y tienen más experiencia en esta materia que los hombres instruidos que pudieran hablar con facilidad y discernimiento. El presente papel se dirige a excitar la curiosidad de éstos sobre un punto tan interesante de nuestra historia natural, para que cada uno, en la respectiva provincia de su residencia, haga un cúmulo de observaciones sobre las serpientes, sus venenos y contras, con lo cual logre la doble ventaja de proporcionarse un honesto recreo, y de contribuir al beneficio e ilustración de la patria, bien sea publicándolas por si mismos, o bien dirigiéndolas a mi poder para el efecto: y en este caso, desde luego protesto que no quedarán sus autores defraudados del justo tributo de elogios que merezcan, ni yo tendré la osadía de publicar trabajos ajenos sin indicar la benéfica mano que los ha suministrado. y para que por todas partes haya alguna uniformidad en el orden de observar, después de compendiar le que he podido averiguar acerca de los venenos y de decir algo de las contras que comúnmente se usan a las inmediaciones de Santa Fé de Bogotá, expondré mis conjeturas sobre esta materia, formalizaré el plan de observaciones que creo deben hacerse y yo pienso practicar, y últimamente, a favor de los curiosos que deseen instruírse en esta parte de la erpetologia y determinar por sí mismos el género de cualquiera serpiente y arreglar metódicamente sus descripciones, daré un extracto sucinto del mejor sistema que siguen los naturalistas para aquel efecto y de los caracteres que han adoptado para distinguir las especies. No parece posible que, corriendo este papel por tántas manos, deje de caer. en las de muchos que se interesen en ilustrar esta importante materia, y que por sus talentos no sólo desempeñen bien el plan Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 111 propuesto, sino que acaso lo adelanten y le den el grado de perfección. a que yo no he podido llegar; y tan ventajosos efectos serán la más halagiieña recompensa de este pequeño trabajo mío. He tenido particular cuidado de preguntar, tanto· a los que han sido picados de culebras y ·tuvieron la fortuna de escapar, como a los que asistieron y cuidaron a aquellos que fueron víctimas de tan desgraciado accidente (1), y por unánime deposición de los muchos que he examinado, resul~an comprobados los hechos siguientes: 19 Cuando pica la culebra, sea cual fuere su especie, sólo Se siente un dolor poco intenso en la parte herida como si la hubiera atravesado un alfiler gordo; 29 Poco tiempo después, que varía según la complexión del paciente y actividad del veneno, se siente hormigueo o adormecimiento en la herida,el cual se va extendiendo hasta subir a la lengua, que se pone gruesa como cuando se masca una cosa acerba; 39 En este caso principia un fuerte dolor de cabeza con notable angustia del paciente, y cada vez arrecia más hasta privarlo de sentido; 49 Se hincha con prontitud la herida, y sigue corriendo la hinchazón hasta ocupar todo el cuerpo; 59 En este estado, varían los síntomas según la especie de culebra que ha hecho el daño: la cascabel común (crotalus horridus) produce un verdadero dolor de costado, las Corales venenosas (2) excitan la ictericia, (1) Pasan de 200 las personas que he examinado. (2) Bajo el nombre de Corales se comprenden vulgarmente todas las especies de serpientes que tienen ,en su colorido manchas notables de color de coral. De cuatro especies que he examinado y descrito en mi Fauna Cundinamarquesa, sólo una he hallado con colmillos venenosos, sin embargo de asegurarme los campesinos que las vieron que todas mataban con la picadura. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 112 SEMANARIO las tayas rabonas (1) ponen el cuerpo lleno de ampollas, como si hubieran sUfrido muchas quemaduras: las Tayas equis (especie no bien determinada) causan flUjo de sangre por boca y narices; y últimamente cada especie produce ,efectos más o menos horribles, que me ha sido difícil averiguar porque no se saben explicar los que los han padecido o visto, y porque es .tanto el terror que les infunden las culebras, que, ni aún después de muertas, se atreven a tocarlas, y muchas veces ignoran de qué especie fue la que hizo el daño; 69 Si no se puede vencer la actividad del veneno perece el paciente, y su cuerpo se corrompe con mucha prontitud; pero si se le aplican buenos remedios, o lo que es más cierto, si el veneno no tuvo suficiente actividaq. para matar le, escapa a costa de sufrir una grave enfermedad que le dura 15, 20 o más días, y que, en algunos casos, por períodos de tres a cuatro meses, le repite con más o menos violencia, hasta que logra la naturaleza sacudir enteramente el veneno, el cual mantiene débil y extenuado al paCiente por largo tiempo, algunas veces hasta dos años (2); 79 Si se moja la herida luégo que se recibe, o si el paciente en el tiempo de su curación no se ,preserva de la humedad, Crecen formidablemente los síntomas, y en poco tiempo manifiesta el veneno toda su actividad; 89 Está com(1) No he logrado ver un individuo para determinar suespede, por el terror que infunde la actividad de su veneno, que mata en pocas horas con acerbísimos dolores. (2) F. Barragán, vecino del pueblo de Pandi, fue mordido por una culebra taya equis, y después de haber sufrido una prolija enfermedad, cada dos meses le reverdecía la mordedura, disminuyéndose sucesivamente los síntomas. Cuando yo le visité, hacía cerca de dos años que le había picado la culebra y todavía no estaba bien cicatrizada la herida; el paciente tenía el rostro muy descolorido y se quejaba de desvanecimi,entos de cabeza. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 113 probado que esta actividad, sea cual fuere la especie de serpiente, crece en los terrenoscálidos (de 209 a 309 de Reaumur), se disminuye en los templados (de 129a 209), yes casi ninguno en los fríos (de O' a 129), en los cuales, quizás por esta razón, rara vez se encuentra una sierpe venenosa, mientras que de las inocentes se hallan con abundancia muchas especies; '99 También se nota que, en igualdad de temperaturas, hay terrenos en que abundan más las culebras y son más temibles, como sucede en las inmediaciones de esta capital, en los valles de Cáqueza, en la mesa de Juan Díaz, y en el terr.itorio de Cunday; siendo digno de advertir que en estos mismos terrenos son más abundantes y frecuentes los fenómenos eléctricos de truenos, relámpagos, rayos, etc., hecho que en cierto modo comprueba la opinión del célebre Lacepede, que las serpientes por su naturaleza se ponen más activas y viven mejor en una atmósfera cargada de fluído eléctrico; 109 Las culebras venenosas no matan a los cerdos; si al .picarlos están algo gordos; pero produce su veneno el efecto singularísimo de rajarles los ángulos del lagrimal, de modo que algunas veces llega a tocarse y confundirse la apertura de entrambos ojos, y el de mudar les el color del iris de éstos, poniéndolo casi blanco. La preservación que experimentan estos animales por medio de su grasa ¿anunciará que ésta es buena contra el veneno y lo neutraliza, o que ella de por sí, como insensible, no padece y sólo preserva mecánicamente, impidiendo que el colmillo penetre a las partes sensibles y que alcance a derramar el licor mortal en la masa de la sangre, cuyo contacto parece indispensable para que obren sus funestos efectos? Tales son los pocos hechos que he podido averiguar con certeza, entresacándolos de mil fábulas, patrañas y preocupaciones que los disfrazaban en las relaciones de todos aquellos que he examinado sobre la materia; pero a pesar de su corto número pueden deducirse de ellos al- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 114 SEMANARlO gunas consecuencias muy importantes, tanto para descubrir la naturaleza de los venenos de cada especie de serpientes, como para discernir los remedios más adecuados para curar sus efectos. Son muchos los que se preconizan como antídoto poderoso contra las mordeduras de las culebras, pero por desgracia no siempre obran con igual eficacia, y es muy frecuente ver morir de su mal al que los tomó creyendo que se lo habían de curar. La primera diligencia que se hace por lo regular cuando uno es picado de culebra, se reduce a echar una ligadura poco más arriba de la parte ofendida (que generalmente es el pie o la mano). Si el colmillo no ha penetrado hasta alguna vena gruesa., y sí el veneno no es muy activo, parece buena y aun suficiente esta medida para evitar sus funestos efectos: pues, impidiendo la circulación de la sangre en los vasos menores, estorba que este fluido, que sirve de vehículo de la ponzoña, la trasmita a las entrañas y partes principales del cuerpo, y de este modo cause la muerte. Pero la ligadura no impide con la misma facilidad el curso de la sangre en los vasos gruesos, y si el veneno tiene mucha fortaleza, suele suceder que, aunque escape el enfermo, pierda la parte ligada, pudriéndosele poco a poco y cayéndosele a pedazos hasta los huesos, como lo vi en un mozo que fue picado en el valle de Anolaima por una taya equis, y aunque sanó, fue con pérdida de la pierna herida, la cual se le cayó hasta el lugar en que se le hizo la ligadura. Del mismo modo perdió el dedo pulgar de una mano don José Ignacio Henriquez, vecino de Pandi, mordido por una coral venenosa. En algunas partes, en lugar de ligadura, sepultan en un hoyo que hacen en la tierra, el miembro lastimado; y un sujeto fidedigno me aseguró que en el paso de Fusagasugá había visto curar de este modo a una mujer herida por una taya, y que había escapado felizmente con sólo la mo- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMAN"ARIO ilS lestia de tener el brazo sepultado por espacio de siete u ocho horas. LOs negros bozales practican la pronta amputación de la parte dañada, y este remedio, aunque bárbaro es el más seguro para evitar todo accidente, cuando los primeros síntomas anuncian una desmesurada actividad del veneno, y por 10 mismo un peligro inmínente de la vida del paciente; pero, para ocurrir sin temeridad a este último recurso, sería preciso, no sólo saber graduar la fuerza de cada veneno, sino también que la operación fuese dirigida por una mano diestra, lo cual es poco menos que imposible en nuestros campos, en donde por lo general se carece, no digo de un cirujano' regular, pero hasta de un simple sangrador. Después de la ligadura, que en todas partes miran como una disposición previa para aplicar los ulteriores remedios, hacen la operación de sajar la herida, de modo que quede abierto el intervalo atravesado por el colmilIó de la serpiente, y si la parte lo permite ponen encima una ventosa, que, repetida tres o cuatro veces, aseguran extrae el veneno; pero, si no hay capacidad bastante para aplicar la tal ventosa, la suplen poniendo encima de la rajadura, o bien un pedazo de .cuerno de ciervo calcinado, o bien una cosa que llaman piedra de contra, la que, por la fIgura constante de todas las que he visto, aunque de diferentes tamaños, creo yo que es una vértebra de algún reptil que abunda en íos Andaquíes, de donde nos la traen. Cualquiera de estas dos cosas afirman que inmediatamente que toca a' la herida, se agarra fuertemente a ella, y no se suelta hasta haber extraído toda la ponzoña. Cuando no se hallan a la mano estos remedios, los suple con su propia boca el curandero. Con este nombre se conocen algunos charlatanes que, sin la menor instrucción y por puro capricho, se dedican a médicosde esta especiede accidentes, y se creen en posesión de los verdaderos antídotos de la Ponzoña. Lo en que más Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 116 SEMANARIO brilla su temeridad es la operación asquerosa de chupar el veneno, para la cual se preparan mascando algunas yerbas que suponen sirven de auxilio para esta operación, en que no preven el riesgo que corren de ser ellos mismos envenenados, bien sea porque, sangrándoles los dientes con los esfuerzos de chupar, halle el veneno este conducto para introducirse en la masa de la sangre (1), o bien porque, tragándose inadvertidamente una porción, se envenenen de este modo, pues, según el abate Fontana en su obra de los venenos, los de las serpientes producen funestos efectos si se toman' interiormente (2). Todos los remedios hasta aquí indicados son puramente mecánicos, como que sólo se dirigen a impedir el curso de la sangre envenenada, o a evitar que el veneno se introduzca en el cuerpo; y por lo mismo, sea cual fuere la especie de serpiente que ha hecho el daño, es constante que siempre producirán su efecto, y que, cuando no curan perfectamente, al menos aliviar::m algo al paciente y darán tiempo para que se le administren otros capeces de triunfar del mal, como que obran químicamente, bien sea combinándose con la ponzoña y neutralizándola,bien uniéndose a la sangre y haciéndola incapaz de diluir y transmitir el veneno, o bien finalmente corrigiendo por medio de sus (1) Está experimentado que el veneno de la culebra es tanto más peligroso, cuanto se ha introducido más inmediato a la cabeza o al corazón. (2) Esta opinión, acreditada entonces, está hoy considerada como errónea :el veneno de las serpientes no obra sino introducido en la circulación. La ligadura, el sajar la herida y cauterizarla inmediatamente, sea con un cuerpo incandescente o con el amoníaco líquido (álcali volátil), tomando también algunas gotas de este líquido en agua común, son todavía hoy los remedios más eficaces que se conocen contra la mordedura de las serpientes; pero es preciso que la aplicación sea pronta.-A. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 117 virtudes medicinales los estragos causados por aquél. Es evidente que el modo de obrar de estos remedios debe ser enteramente diverso en las picaduras de distintas serpientes, supuesta la variedad de efectos que cada una produce, y que puede suceder que lo que en un caso es antídoto, en otro exalte más su actividad dañosa: por cuya razón parece que esta clase de auxilios debería administrarse por un hombre inteligente y capaz de discernir la naturaleza de cada veneno, su modo de obrar y el remedio que le corresponde. Pero esta importante parte de la medicina está entregada al capricho e ignoran"cÍa de los charlatanes curanderos que se gobiernan por una simple rutina, y que en cualquier caso echan mano de un ejército de remedios que aplican en poción, o en apósito o de entrambos modos. De la primera clase son el aceite, el aguardiente de caña con pólvora, la polygala senega, que vulgarmente se llama ruchica, y es ba::ltante eficaz contra el veneno de la Cascabel, la fruta del burro (especie de ubal'ia), muchas aristoloquias, algunas solaneas, entre las cuales es muy celebrado el tabaco (nicotiana), que se aplica sobre la herida, y .otras varias plantas que tienen crédito distinto en cada provincia. En apósito se administra, como ya dijimos, el tabaco, los remedios mecánicos arriba referidos, y el limón con pólvora. Ultimamente se aplican como apósito y poción otra caterva de plantas, cuyo crédito está circunscrito a cada territorio, y entre ellas con generalidad el Guaco (especie de cacalia) (1). Este antídoto celebrado es el único de que se afirma que, no sólo cura la mordedura actual, sino que a los que diariamente beben o su zumo o su cocimiento los preserva· de la picadura, o en caso de recibirla no les hace el menor daño. Sin embar- (1) Parece que el ilustre Cavanilles construyó un género nuevo a que redujo el Guaco. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 118 SEMANARIO go de esta aserción que dicen está fundadá en repetidas observaciones, y sin embargo de que se asegura que hay personas curadas que manejan impunemente las culebras, sé de cierto que a una negra que fue picada por una taya en la hacienda de Bajamón se le aplicó el Guaco por dentro y por fuera en porciones muy considerables, y que, a pesar de las decantadas virtudes de este específico, murió miserablemente a las treinta horas de haberle sucedido aquella desgracia. Sean cuales fueren los remedios que se apliquen, para que produzcan buenos efectos es indispensable que d;esempeñen las indicaciones de la curación. Los que obran mecánicamente han de tener por objeto impedir que se introduzca el veneno y que circule por las partes principales del cuerpo, o, una vez introducido, extraerlo, si es posible, antes de que se combine con la sangre. Los que obran químicamente deben ser de tal naturaleza, que, o combinándose con la ponzoña la desorganicen y neutralicen su actividad, o que sean capaces de reponer la irritabilidad del· sistema nervioso, que es la que principalmente parece ofendida; que tengan bastante astringencia ,para dificultar el curso del veneno en los vasos internos, que combatan valerosamente la inflamación que parece sobreviene, que resistan con la mayor vehemencia a la putrefacción que amenaza, que por cualquiera vía evacuen el humor viroso, y últimamente que tengan virtudes opuestas a los diferentes efectos que produce el veneno de diversas especies de serpientes. El abate Fontana, en su excelente obra sobre el veneno de la víbora europea, anuncia, fundado en experimentos directos, que la potasa cáustica, conocida en las boticas con el nombre de piedra de cauterio, es un poderoso antídoto que obra desorganizando aquel veneno. Si pudiéramos asegurar que este mortal licor, fuese de cualquier serpiente que fuese, tenía la misma afinidad química con aquel alcalí, podríamos Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 111 mirarlo como un remedio universal, y el primero que debía aplicarse en tales accidentes, pe· ro la oscuridad que nos rodea acerca de la na· turaleza del veneno de diversas sierpes impide generalizar su aplicación. Otro motivo que también se opone al uso de este remedio es la dificultad de conseguirlo de pronto en los montes. y aldeas casi desiertas de las tierras calientes, donde son más frecuentes las mordeduras de culebra y sus funestos efectos (l). No se halla este inconveniente en la quina roja (cinchona oblonguifolia. MutJ que nace espontáneamente en aquellos montes, y que, según me parece, podría aplicarse para ocurrir a muchas de las indicaciones arriba apuntadas. En efecto, no sé en qué consiste que, entre tánto millar de plantas como se usan para curar el veneno de las serpientes, no se emplee la quina roja, la cual, según observaciones del inmortal Mutis (2), posee en supremo grado la virtud antipútrida, es un poderoso tónico, astringente y febrífugo; de suerte que, tanto interior como exteriormente administrada, parece debería producir los más felices efectos. Pero todavía la experiencia, único oráculo que en estas materias debe creerse, no ha confirmado esta conjetura mía, y así merece menos (1) La lejía concentrada que se extrae de la ceníza, y es común en las casas de campo, sobre todo en las tierras calientes en que sui>len presentarse los casos de mordeduras de serpientes, 'es un sustituto r1", h p0ta5~ c{:;¡;;tica, pue:;Lo que es el carbonato de -potasa más o menos acuoso, y debería aplicarse a falta de amoniaco.-A. (2) Este célebre naturalista, honor y lustre del suelo bogotano, no contento con haber descubierto en las inmediaciones de esta capital de Santa Fé de Bogotá el celebrado específico de la quina, distinguió y determinó cuatro especies de cinch()na, todas ()ficinales, y asignó a ·cada una, en Sll Quinología, SllS virtudes características y sobresalientes, con la madurez y acierto que brillan en todas sus obras. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 120 SEMANARIO confianza que los otros remedios poulares que en algún modo están sancionados por aquella gran maestra, y sólo falta que se aclaren los casos y circunstancias en que son convenientes. De la falta de este discernimiento, y de la cuasi total ignorancia de los efectos que causa el veneno de cada especie de culebras, resulta la multitud de antídotos con frecuencia impotentes, y sin embargo tan celebrados en diversas poblaciones; y también se deduce la necesidad que hay de que muchas personas inteligentes tomen a su cargo esta materia, la examinen con escrupulosa imparcialidad, y fijen la opinión pública sobre el modo de ocurrir a los accidentes que ocasionan estos venenos, para que así se disminuya el número de víctimas que perecen por falta de verdadero auxilio. Deseando contribuir a tan laudable objeto, aunque con la desconfianza de mis propias luces y talento, me he determinado a trabajar en la solución de este importante problema; y para que las personas que quieran cooperar al mismo fin encuentren a lo menos trazado el camino que han de seguir, daré, después de algunas reflexiones propias, el plan de observaciones que me propongo hacer en este asunto, siempre que las circunstancias me permitan trabajar en un proyecto tan filantrópico. Para salir de tánta duda, y poder dar un socorro seguro a los desgraciados que sean mordidos de culebra, parece que, a lo menos en cada una de las especies más 'conocidas y comunes. deben hacerse las observaciones siguientes: l. Examinar la estructura de su boca, para cerciorarse si la cualidad venenosa se manifiesta Siempre en los colmillos huecos y bolsas adyacentes. Todos los naturalistas convienen en que las serpientes que carecen de estos órganos no son venenosas. Sin embargo, entre las corales que he observado, hay una que, por la belleza y variedad de su colorido, he llamado coluber nitidissimus, la cual está privada de tales colmillos, tiene en la quijada superior dos Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 121 órdenes de dientes fijos, y su cabeza está C\Ibierta de nueve escamas colocadas en cuatro filas y de figura distinta que las del cuerpo; y no obstante todo esto, cuantos campesinos la vieron me aseguraron que daba una pronta muerte su mordedura; pero yo no he logrado confirmar esta aserción con observaciones propias. 2. En las serpientes que resulten venenosas, experimentar la actividad y efectos de su veneno sobre varios animales de distintos tamaños y clases; anotando con escrupulosidad todos los fenómenos que presenten, y observando si éstos son análogos con la digestión del animal envenenador. 3. Conocidos los efectos de cada veneno, ensayar si podrían introducirse en la medicina, bien sea para destruir -algunas enfermedades, o bien para combatir el veneno de una serpiente con el de otra. 4. Cerciorados del veneno por las anteriores observaciones, privar a la culebra sucesivamente de los colmillos huecos y de las bolsitas adyacentes, y variar esta operación en distintos individuos, anotando los efectos que en todos estos casos produce la mordedura de varios animales. 5. Examinar con mucho cuidado distintas culebras de una mismaespecie, procurando que sean de diversas edades y sexos, y practicándolo _en épocas, estaciones y demás circunstancias variables, para reconocer si siempre están provistas del mismo veneno, y si en alguna 'circunstancia, tal como la de estar hambrientas, varía su cantidad o su intensidad. 6. Hacer un análisis químico del licor venenoso, y procurar por su medio reconocer su na.turaleza, composición y d.ifp.rencia~ pn distintas especies. 7. Recoger porción considerable de los contravenenos que vulgarmente se aplican, y ensayar su eficacia, bien sea curando con ellos a los animales mordidos, o bien mezclándolos con el veneno, y observando si lo descomponen o desorganizan, o lo privan de su virtud deletérea. 8. Como entre los contravenenos el que más se ,preconiza es el Guaco, se deben hacer con él todos los experimentos posibles, y Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 122 SEMANARIO averiguar el modo como obra, y si es cierto que llega a tánto su virtud, que preserva de mordeduras y cura a priori. En caso de tener algún fundamento estas aserciones, se debe examinar si se pierde o disminuye la virtud de esta plantacuando está seca, y si se podrá administrar su extracto sólido con igual éxito que su decocción fresca o su zumo. 9. Descubrir qué cantidad de veneno es suficiente para matar a un animal de cada orden, si de un solo mordizco puede introducirlo la serpiente, y si guarda su actividad alguna proporción con el tamaño del sujeto que lo recibe, y del que lo da. 10. Observar si es cierta la opinión vulgar que hay culebras que de tal modo aturden a los animales que quieren devorar, que los hacen venir a su boca; y si este fenómeno debe atribuírse a su aliento pestilencial, a la brillantez de. sus ojos o a algún artificio que para ello empleen; o si más bien puede pensarse que los anime.!esque así se entregan al enemigo que los aguarda estaban ya mordidos, y que su aturdimiento viene del veneno que circula en sus venas. 11. Calcular la cantidad del veneno que cada especie de serpiente tiene en los receptáculos de aquel licor, y la variación que se note según la edad, sexo o tamaño del reptil, y las influencias atmosféricas. 12. Observar con mucha atención si las culebras venenosas presentan algún carácter externo que manifieste esta propiedad. Para tal discernimiento dan por señales los naturalistas el número, disposición y figura de las escamas capitales (que cubren la cabeza), y el de las maxilares (que cubren las quijadas), el doble o simple orden de dientes en la quijada superior, y últimamente la presencia o ausencia de los colmillos huecos y movedizos. Las primeras de estas señales está visto que son equívocas en algunos casos, y por lo mismo que están sujetas a error; y contra las segundas está la opinión de nuestros campesinos, que en materia tan importante no debe despreciarse sin un maduro examen. 13. Averiguar si la natu- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 123 xaleza dio a las culebras el veneno únicamente para defenderse y matar a su enemigo, o si, co':mo yo lo sospecho, es un suplemento para ayudarles a digerir los alimentos en lugar de la masticación, que no pueden practicar por la eStructura de sus dientes, la cual se la impide. Tres medios me, ocurren para hacer esta averiguación: el primero es el de examinar si el .hambre da más actividad al veneno y la sacie- , dad se la destruye, y si el furor produce los mismos efectos; el segundo es facilitar a una culebra hambrienta el que se engulla un pájaro u otro animal, y después darle muerte, para ver si el animal engullido da muestras de haber .sido envenenado; y el tercero, por analogía, es ensayar la baba y suco gástrico de las culebras -que no son venenosas, para ver si manifiesta .la cualidad deletérea del licor venenoso,de las otras. Si se pudiera conservar la vida de una .serpiente venenosa, después de haberla privado de, sus colmillos huecos y bolsas adyacentes, el estado de su digestión pOdría dar mucha luz .sobre la materia. Bien conozcola mucha dificultad que hay, no .sólo para completar este cúmulo de observaciones en todas las especies de serpientes, sino también en una única que cualquiera se proj)Onga por objeto de sus indagaciones; pero esta dificultad no debe servir de obstáculo para que los curiosos emprendan en sus respectivas :provincias esta especie de trabajo, pues, aun 'Cuando solamente logren distinguir con alguna .seguridad las serpientes venenosas de las que no.le son,' 1) cl)n,~igan determinar con certeza -el mejor antídoto para la mordedura de la que .más abunde, bastará esto para que cualquier hombre sensato se crea recompensado de sus tareas, por haber hecho este distinguido servicio a la patria. Pero aún hay más; guardando 'cierta uniformidad' en el orden de observar, es ,probable que 1!toS indagaciones de unos comple~ "ten los descubrimientos de otros, y por, tanto ~ue, las tareas reunidas de todos aclaren la his~ Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 124 SEMANARIO toria natural de nuestras serpientes. Por ejemplo, puede muy bien suceder que mientras uno se ocupe en determinar la composiciónquímica del veneno de la Taya rabona, otro tenga la fortuna de descubrir su verdadero antídoto, y comprobarlo con repetidos experimentos. Pero de nada servirían todos estos trabajos reunidos, si nos contentáramos con denominar los objetos con aquellos nombres que se les dan en cada provincia, y no indicáramos los caracteres distintivos de cada especie de serpiente. Este sería el modo de confundir y embrollar todas nuestras observaciones, y que sucediera con ellas lo que ha sucedido con las de los historiadores que nos han precedido, tales como Gumilla, Acosta, etc., en los cuales se hallan noticias muy curiosas sobre varios objetos de nuestra historia natural, pero en muchos casos es poco menos qne imposible adivinar los objetos de que trataron, porque en lugar de dar señas capaces de distinguirlos, se contentaron con indicarlos con el nombre provincial, el cual unas veces representa diversas cosas en distintos lugares, y otras sirve de expresión genérica que abraza muchas cosas diversísimas, y últimamente otras vemos que se dan muchos nombres distintos a una misma cosa. Para evitar este escollo y lograr que en todo tiempo se pueda conocer cuáles fueron los objetos sometidos a nuestro examen, no nos queda recurso más seguro que el de clasificarlos y coordinarlos conforme al método inventado por los naturalistas. Este, según se expresa Linéo, es el hilo de Ariadna que nos guía en el laberinto del inmenso número de producciones na.,. turales, y repartiéndolas en grupos bien determinados por caracteres sobresalientes, nos evita el fastidioso trabajo de pasar a todas revista, cuando queremos ocuparnos en algunas por separado. Así es que, al contemplar ~os animales, se hace una gran separación de ellos, poniendO a un lado los que tienen columna.vertebral, y a otro los que carecen de ella. Los primeros se Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SE:MÁNARIO i25 subdividen por la propiedad de tener la' sangre caliente, o fría, y estos últimos se distinguen por los órganos de la respiración, que en unos son pulmones, y en otros bronquios. Las serpientes son de aquellos animales que, provistos de una columna vertebral, tienen la sangre fría, y respiran por pulmones, y se distinguen de todos los de su clase por el notabilísimo carácter de carecer de miembros motores, de suerte que, para trasladarse de un lugar a otro, no tienen más recurso que el de arrastrar su cuerpo, y de aquí les ha venido el nombre dé serpientes, del verbo latino serpere. Este orden, o familia, que Cuvier distingue dando a sus individuos el nombre de ofid~nos; se distribuye en ocho géneros bien caracterizados por la figura de las escamas que cubren la parte inferior del cuerpo. 19 Los unos (coluber) lo tienen cubierto con una fila de láminas, o chapetas escamosas (1) que ocupan todo el ancho del 'cuerpo, y comenzando desde el cuello van a terminar en el ano. Desde aquí donde principia la cola se notan dos filas de chapetas más pequeñas que van hasta la extremidad posterior. Por el número de unas y otras chapetas distinguen los naturalistas las especies de este género, atendiendo a que sus otros atributos son muy variables. Pero como también lo es este número, el célebre Lacepede aconseja que, para evitar eqUiVOCaciones, se junten varios, tales como son el número de aquellas chapetas, la longitud total del cuerpo y la de la cola. la presencil'l, o Hu,<:enl?ia d,e los dardos venenosos, la figura y disposición de las escamas de la cabeza y de la espalda, el color y particulariqades de la conformación externa; y que de la reunión de todos ellos se forme el carácter específico. Muchas especies de este género están provistas de veneno, y se les da el nombre de vívoras, porque. casi todas ellas son (1) Líneo llama a las' grandes Escudos y a las chicas, Escuditos. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 126 SEMANAníO vivíparas a causa de que sus huevos se empo~ llan antes de salir del vientre de la madre. 29 En otras serpientes (boa) se nota que tanto la parte inferior del cuerpo como la de la cola están cubiertas de una sola fila de chapetas semicirculares. Por lo general las especies de este género carecen de veneno; pero hay algunas de tan desmesurado tamaño Y fuerza, que son capaces de combatir cuerpo a cuerpo con el hombre, vencerlo y sepultarlo en su espacioso vientre. Los mismos caracteres que se adoptan para distinguir las especies del género coluber, sirven también para las del boa. 39 Hay otras serpientes (crotalus) que como los boas tienen cubierto de una sola fila de chapetas el cuerpo y la cola; pero ésta se termina por una serie de piezas cónicas de sustancia escamosa, ensartadas unas en otras, conservando su movilidad, de suerte que al moverse la serpiente hacen cierto ruido, que se ha comparado al de un cascabel, y por eso se les ha dado ese nombre. Todas las especies de este género, por desgracia muy comunes en nuestros territorios, están provistas de un veneno atroz que en pocas horas da muerte, y se determinan del mismo modo que las de los géneros anteriores. 49 Otras (anguis) tienen tanto la parte superior como la inferior del cuerpo cubiertas de escamas chicas dispuestas como las tej as en un tejado. Frecuentemente tienen la cola tan gruesa como la cabeza, y la falta de chapetas anchas en el vientre les permite moverse casi con igual facilidad para atrás y para adelante. Por lo general sus especies son inocentes y se distinguen del mismo modo que las de los géneros anteriores, a excepción de que, a falta de las grandes chapetas, se cuentan las filas de escamas chicas que cubren la parte inferior del cuerpo y de la cola. 59 Se conocen con el nombre de amfisbena aquellas cuyo cuerpo es de un mismo grueso por todas partes y está cubierto de anillos es- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 127 camosos completos. Como la cola es del mismo grueso que la cabeza, y por otra parte las serpientes de este género se mueven con la misma facilidad hacia adelante y hacia atrás, muchos ha creído que tienen dos cabezas, una en cada extremo, y las han llamado culebras de dos cabezas, llenando su historia de otras mil patrañas semejantes, tales como la que, cortadas en dos partes, se buscan mutuamente las dos cabezas, y juntándose por la cortadura se suelda ésta inmediatamente, y queda la serpiente en un instante restituída a su antigua integridad. Las pocas especies de este género, descritas por los naturalistas, carecen de veneno, y se distinguen por el número de anillos escamosos que las cubren, y por los demás caracteres de que se hizo mención en el género coluber. 69 Después de estas serpientes siguen otras (cecilia) bien distintas de todas las demás por el carácter sobresaliente de tener todo el cuerpo .desnudo de escamas, a falta de las cuales se cuentan, para distinguir las especies, ciertos dobleces, o arrugas laterales que forman su piel, tanto en el cuerpo como en la cola. Las pocas especies que Se conocen de este género no son venenosas, sino, antes bien, a una que hay con abundancia en nuestro territorio, y vulgarmente llaman tatacua, se le atribuyen muchas virtudes medicinales, de cuya certeza no puedo hablar, por no haberse' presentado la ocasión de experimentarlas. ,79 Una especie de serpiente que se halla en Java y ha sido descrita por Hornstedt, forma el séptimo género (acrocordon), cuyo carácter distintivo es tener todo el cuerpo y cola cubiertos de pequeños tubérculos, o verrugas. Esta espeCieno es venenosa, y a falta de otras, todavía no han construido los naturalistas el carácter específico que ha de diferenciarlas. ¿La verrugosa de la provincia del Chocó,de cuyoveneno me han contado cosas prodigiosas, y de Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 128 SEMANARIO que todavía no he logrado ver un individuo, corresponderá a este género? 89 Brugniere, de la Sociedad Real de Monpeller, publicó la descripción de una serpiente (angaha) que descubrió en Madagascar, y que forma el octavo y último género de este orden de reptiles, por tener el vientre cubierto de chapetas escamosas, las que, alargándose a medide que se alejan de la cabeza, terminan por formar anillos completos, y la punta de la cola está cubierta, por encima y por debajo, de escamas chicas como las que se notan en el género anguis. La única especie que se conoce de este género, está provista de colmillos venenosos. Tales son los géneros en que se divide el orden de los ofidianos, y tales los caracteres que se han adoptado para distinguirlos y separar las especies que comprenden, cuya sencillez y uniformidad facilitan en extremo la observación y el discernimiento de cualquier serpiente que se examine. Aquellos que quieran trabajar con fruto en el estudio de estos animales, deben, en cada individuo que se les presente, después de expresar el nombre vulgar que se le da en la provincia de su residencia, anotar escrupulosamente el número y figura de las cubiertas escamosas que tiene debajo del cuerpo y cola; el tamaño de la cabeza, cuerpo y cola, cada uno por separado; la presencia o ausencia de los colmillos venenosos, y la figura y disposición de las escamas capitales, maxilares y dorsales; y el colorido y demás particularidades de la conformación externa, para que, por estos caracteres, se pueda venir en conocimiento del género y especie de aquel individuo. Si resulta que era venenoso y se han logrado hacer algunas observaciones sobre su ponzoña, debe explicarse su cantidad y actividad, los efectos que produce en varios animales de distintas clases, la diferencia que induzca la edad, sexo y demás circunstancias variables del ani- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 129 mal envenenador; y últimamente los remedios más poderosos que se emplean para combatir al veneno, y el modo como obran (1). En este punto debe procederse con mucho tiento, para no incurrir en la falta de dar como verdaderos antídot;<>s muchas drogas que no tienen más mérito que haberlas adoptadO sin el menor discernimiento los charlatanes. Para completar la historia de cada especie de serpiente, deben indagarse las particularidades siguientes: Hasta qué grado de calor o frío resiste cada una voluntariamente; su modo de unirse para el coito; su multiplicación por huevos que se empollan dentro o fuéra del cuerpo de la madre; cuántos huevos en cada postura, unidos o separados, y qué consecuencias pueden deducirse de este carácter; el tiempo de la muda del pellejO; si ésta inflUye en la actividad del veneno, en el número de las escamas inferiores, o en la intensidad y disposición de los colores; arbitrios para estorbar o a lo menos disminuir la multiplicación de las serpientes venenosas; si es verdad que el glúten que lubrica sus escamas inferiores es remedio eficaz para curar los cotos; y por último las costumbres y modo de vivir de cada especie. Nada dejará que desear sobre la máteria el que a todas las noticias que acabamos de expresar, agregue un fiel dibujo, que manifieste la figura y colorido de la sierpe, o que más bien diseque un individuo para que su esqueleto acompañe a la descripción. Para hacer esta oneración no 8e nece8itll.n .ni gll$t.l)F¡ ni mll~ha destreza, pues no consiste en otra cosa más que en volver al revés la piel de la culebra, hacien(1) Don José Quintana Navarro, vecino de Ocaña, me ha comunicado una re<Jeta con la cual asegura que Casimiro TélIez ha curado 250 personas mordidas por div,ersas especies de serpientes. Luégo que se :verifique su utilidad, y se determinen Científicamente las plantas de que se compone, procuraré que se publique. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 130 do salir el cuerpo por la apertura de la boca. Para este efecto, se hace con la punta de una navaja bien afilada una incisión circular dentro de la boca del reptil, de modo que corresponda a la articulación de la columna vertebral, o espinazo, con la cabeza, y luégo que se ha logrado separar todas las carnes que adhieren a la piel, se empuja el cuerpo hacia fuera, volviendo la cabeza hacia atrás. Pero, en las sierpes venenosas, se ha de evitar con mucho cuidado el hincarse en la mano alguno de sus colmillos al practicar esta operación; pues tal accidente puede producir los mismos efectos que la mordedura de aquella culebra. Luego que en virtud de esta manipulación sale fuera 1"1•.• '-t.t;; ln .6" 'l"'\i0.1 ,tI,U ••• .&. .01 '-'.L +.•.. ,.",....,..'" .('I""IInn .•.•i""' .•.•. v.&. v.&..&.'"'v .;Ju.,tJ ••.....•. .Lv.&. ,:¡ •..•1 ,.., .•.•..•.•.•. _,.. \..I.VJ. ""u.V'.&.!-,V, " •..••..• n- •..• Clt; 0160.- rra éste con la mano izquierda, y se tira hacia sí, mientras que la derecha, aferrada de la cabeza, hace esfuerzo para volver al revés el pellejo, a manera del que se saca una calceta. De este modo se logra desollar enteramente al animal, sacando todo el cuerpo por la boca. Algunas veces se dificulta esta operación a causa de que el vientre, repleto de alimentos o cargado de huevos, tiene demasiado volumen para caber por la boca sin despedazarla. En este caso es preciso romper las membranas que contienen aquéllas, y sacarlas separadamente con unas pinzas o con los dedos, y al instante desaparece el obstáculo que impedía la disección. Pero si la dificultad proviene de ser realmente el cuerpo demasiado grueso para caber por la boca, entonces se varía la operación, haciendo encima del espinazo una pequeña incisión, bastante para introducir por ella los dedos, y, separando las carnes de la piel, tirar hacia fuera el cuerpo, cortarlo en dos partes, y seguir tirando de cada una por separado, hasta dejar limpio y vuelto al revés el pellejo. Cortado el cuerpo, se vuelve al derecho la piel y se le hace una costura curiosa en la incisión. Luégo que de cualquiera de estos dos modos se ha despojado al ani- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 131 mal, se extiende bien la piel y se suspende en el aire, sujetándola con un gancho que agarre la mandíbula, de modo que quede la boca hacia arriba y abierta, para rellenarIa de arena muy fina y seca, que ocupe exactamente el lugar del cuerpo, y, sin desfigurar su forma, estorbe el encogimiento al tiempo de la desecación. Después de estar bien rellena, se le cierra y tapa la boca con una cinta que se le ata, y quitándola de la anterior situación, se· pone a secar sobre una mesa con la precaución de dar al animal la actitud que se quiera, mientras que la piel está todavía flexiblé. Una vez endurecida ésta y seca, se extrae la arena, y en su lugar se meten algodones empapados en aguardiente alcanforado o en espíritu de trementina, para preservarla de que la corroan los insectos; y a fin de que el aire no amortiCe enteramente su colorido, se le da por encima una capa de barniz transparente, que puede hacerse de la resina que nos viene de los llanos de Casanare con el nombre de algarrobo, disuelta en aceite de trementina, o más bien en el canime. Un poco de práctica en estas manipulaciones dará la mayor destreza, y a poca costa facilitará a los curiosos muchos objetos raros con que adornar sus gabinetes. Este es el método que practican los naturalistas para la disección de las serpientes, y con él concluye esta memoria, en que, sin extenderme demasiado, he procurado recoger todo lo concierniente al estudio de aquellos reptiles. y he propuesto el plan de observaciones que deben seguirse para examinar sus venenos, asegurarse de sus verdaderos antídotos, yaclarar su historia natural. En todo ello he tenido por guía los autores de más nota que escribieron sobre la materia, y lo poco que doy de mi propio caudal, o está apoyadO en la experiencia, o autorizado con la deposiCiónunánime de muchos hombres veraces, o últimamente anunciado como simple conjetura. Pero no dejaré la pluma de la mano sin hacer una sa- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 132 SEMANARIO ludable advertencia a nuestros campesinos, y es, que está experimentado que las serpientes rarisima vez acometen al hombre, si no han sido provocadas por alguna voluntaria o impensada injuria, y por otro lado, que naturalmente escogen para su residencia los lugares fangosos, cubiertos y sombríos. Así pues seria muy fácil disminuir las tres cuartas partes de accidentes desgraciados que ocasiona su veneno, con sola la precaución de tener las casas o chozas aseadas y limpias, tanto en lo interior como en lo exterior, en donde se deben quitar los' arbustos, yerbas y piedras que puedan servir de guarida a las serpientes, y, dando corriente a las aguas, evitar que se hagan lodazales. Cuando se trate de mantear en parajes en que abundan aquellos reptiles, el cuidado de envolverse los pies y piernas con unos trapos gruesos que abulten, y ponerse el ordinario calzado que llamamos quimbas, impedirá que, aun pisando a una serpiente, alcance ésta a introducir su mortal colmillo. ¿Quién creerá que, siendo tan inminente el tan sencillas las precauciones, sean poquísimos los que las practícan? La mayor parte de las desgraoias oc~sionadas por las culebras son justo castigo del desaseo y abandono. Quaeso, ne harec, legentes, qu~niam ex his spernunt multa, etiam relata fastidio damnent, cum in contemplatione naturae nihil possit videri supervacuum. Plin. lib. XI, cap. 2. Señores redactores del Semanario. Muy señores míos: Convencido como lo estoy de que es una obligación peculiar al hombre propender por los medios que le sean posibles a la ilustración de sus semejantes, resolví en el momento que leí la nota puesta en el Papel número 1 que Vms. publican con el título de Semanarío, cumplir con ella. En su Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 133 virtud, remito a Vms. la adjunta libranza pagadera a la vista, de cien pesos, a fin de que ellos sirvan a completar el número de suscripciones que faltasen para la continuación del expresado Papel. Y si cuando ésta llege a manos de Vms. se hubiese logrado, siempre quiero .que se dedique a premiar al autor de alguna composición útil, para lo cual por Vms. mismos se señalará el asunto sobre que debe recaer, siendo igualmente los jueces de su adjudicación .. ¡Ojalá que mis luces fuesen capaces, asi como son grandes mis deseos, de ayudar a Vms. ,al trabajo utilísimo que han propuesto sostener en bién del reino entero, y cuyo primer rasgo promete la obra más completa en su clase y que honrará sus autores! Conténtome pues con ser uno de sus. elogiadores y el más afectísimo servidor de Vms. Q. B. S. M., José Casamayor Cartagena, 30 de enero de 1808. Por la carta antecedente queda impuesto el público de las intenciones generosas y patrióticas de su autor don José Casamayor. Deseosos nosotros de llenar la benéfica disposición de su oferta (sin embargo de no estar cuoierta la suscripción), destinamos los cien pesos de ella para premiar la mejor memoria que ilustre la cuestión siguiente: ¿CUál es la producción propia de nuestro' cli. ma que se deba cultivar con preferencia a las demás, y cuál la producción extranjera que nos interesa connaturalizar en nuestro suelo? Las Memorias deberán estar en nuestro poder el 1Q de enero de 1809. Las que llegaren después de aquella época no tendrán lugar en Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 134 SEMANARIO el concurso; aunque sí en nuestra estimacíón, para pUblicarlas si lo mereciesen. Deben venir a estilo académico, es decir, en un pliego cerrado la Memoria anónima, y en otro el nombre de su autor, teniendo éste por sobre escrito el mote o epigrafe que se haya elegido para la Memoria. Se dirigirán francas de porte a don I;>iegoMartín Tanco. El resultado de nuestro juicio, que formaremos con la mayor circunspección, se publIcará en nuestro Sem~nado. La Memoria premiada se imprimirá entera, previo su examen por el señor censor en la parte que le corresponde; y las demás que contengan noticias o pensamientos interesantes, las extractaremos para que el público no care7.ca de su utilidad. Santa Fé, 13 de mayo de 1808. Diego Martín Tanco.-Francisco José de Caldas. Observación del Eclipse total de luna del 9 de mayo de 1808, hecha en el Observatorio astronómico de Santa Fé de Bogotá, por don Francisco José de Caldas. Las nubes no permitieron observar el principio de la inmersión, ni la entrada en la sombra de los lugares de la luna. Casi al concluírse ésta se descubrió el cielo, y determinamos el momento de la inmersión total. El color de la luna era en partes naranjado, en otras rojizo, y en otras más profunda la oscuridad. El barómetro se sostuvo a 248,5; el termómetro interior a 11,59;el exterior a 8,69; y el higrómetro de Saussure a 89,09, Se mantuvo descubierto todo el tiempo de la oscuridad, y se pudo· determinar el principio de la emersión y pocos puntos más. Después se cubrió y no se volvió a ver la luna. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO Tiempo verdadero Inmersión total .... _ .... Pqncipío de la emer ....•• Grimaldus, sale .•.. " Príncip. Mare. humor Galileus, sale .•.•...•....• 13 58 15 31 15 34 15 38 15 42 40 36 06 32 31 135 Almanaque común 14 07 15 40 Error del Almanaque 00 00 8 8 20 24 El día 10 de mayo de 1808,estando la región de Júpiter descubierta, con un velo ligero que no impedía ver las bandas ni los satélites con la mayor claridad, manteniéndose el barómetro a 248,29, el termómetro, interior a 10,59, el exterior 8,49, y el higrómetro a 879, se verificó la inmersión del primer satélite a 15,109, 50,979, de tiempo verdadero para el meridiano de nuestro Obs~rvatorio. Observación de confianza. Todas las observaciones se han hecho con el mayor cuidado, y se han revisto los cálculos. Se ha usado de un acromático de Dollond de 3 pies, de un cuarto de círculo de Bird de 14 pulgadas de radio, y de un péndulo astronómico de Graham. Señor don Diego Martín Tanco: La Memoria adjunta impondrá a Vm. de los fundamentos que tuve para decir en mi discurso sobre el estado de la geografía. etc., que se pOdía observar, y aun tocar. el influjo del clima y de los alimentos sobre la constitución física del hombre, sobre su carácter, sus virtudes y sus vicios. Queda como siempre su mejor amigo, Francisco José de Caldas Santa Fé, Y mayo 10 de 1808. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia DEL INFLUJO DEL CLIMA SOBRE SERES ORGANIZADOS POR DON FRANCISCO JOSE LOS DE CALDAS individuo meritorio de la Expedición Botánica de Santa Fé de Bogotá, y encargado del Observatorio Astronómico de esta capital. Cuando escribí el rasgo que se ha censura"" do en el número 8 de nuestro Semanario, tenía bien presentes las razones en que se fundan Saint Pierre (1) y los filósofos que no quieren reconocer el influjo del clima sobre el hombre. Había también reflexionado maduramente los fundamentos sobre que se apoya el sentimiento contrario. El resultado de estas meditaciones fue que en ésta, como en todas las disputas, los partidarios han tocado en los extremos. Los unos nada conceden al clima; los otros le dan un imperio ilimitado. El··hombre para los primeros es un sér invariable, un animal que no cede J:t los arftores de la Libia, ni a los hielos eternos del Norte, que, siempre el mismo, triunfa de la latitud y de los elementos. Para los segundos es el juguete del calor y del fria: su posición geográfica decide de su suerte; diez grados más en termómetro alteran su moral, le hacen virtuoso o le cubren de delitos. Nosotros, huyendo de estas extremidades que ,condena la razón, nos guardaremos bien de decir con los primeros: que son indiferentes el clima y los alimentos para el hombre: que el (1) Etudes de la nature, tomo 2, páginas 335 y si~uientes. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 137 amor en todos los pa~s es una zona tórrida para el corazón humano (1); que el calor y. el frío, que un cielo nebuloso y melancólico, como uno bello, despejado y sereno, obran del mismo modo sobre nuestro sér; y con los segundos, que el primero de todos los imperios es el imperio del clima; que la embriaguez, la sensibilidad, y el amor están en razón iilversa de la' latitud; que en el norte está confinado el valor; que acercándonos al mediodia parece que nos alejamos de la moral misma; que hay climas ~n que lo físico tiene tal fuerza, qu~ la moral casi nada puede; que el clima es el que ha prescrito los limites de la religión de Jesucristo y de Mahoma, etc. (2). Deponiendo todo espíritu de partido y toda autoridad, examinaremos con la sonda en la mano, y Siempre guiados por la antorcha de la .observación, cuál es el poder del clima, y hasta dónde llega su imperia sobre las seres .organizados. La autaridad, la simple autoridad, desnuda de apayas, n.o tiene ninguna fuerza en esta materia. Mis rodillas no se doblan delante de ningún filósofa. Que hable Newton a el Caribe; que Saint Pierre halle armanías en todas las praduccianes de la naturaleza; -que Buffon saque a la tierra de la masa del sol; que Montesquieu n.o vea sina el clima en las virtudes, en las leyes, en la religión y en el gobierno; poca importa si la razón y la experiencia no lo can firman. Estas son mi luz, éstas mi apoyo en materias naturales, coma el Código sagrado lo es de mi fe y de mis esperanzas. Fijemos nuestras ideas por definicianes exactas antes de internarnos en materia tan -importante. Evitemas de este mada dudas, confusión, interpretacianes voluntarias o adversas. Explicar el sentida en que se toman las 'palabras, determinar bien su significada, es ir (1) Saint Pierre, 'en el lugar citado. (2) Montesquieu,espiritu de las ley,es. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 138 SEMANARIO por el atajo a la verdad, es suprimir obstáculos y disputas interminables, tan perjudiciales como inútiles. Por clima (1) entiendo, no solamente el grado de calor y fria de cada región, sino también la carga eléctrica,. la cantidad de oxígeno, la presión atmosférica, la abundancia de ríos y de lagos, la disposición de las montañas, las selvas y los pastos, el grado de población o los desiertos, los vientos, las lluvias, el trueno, las nieblas, la humedad, etc. La fuerza de todos estos agentes poderosos de la naturaleza sobre los seres vivientes combinados de todos modos y en proporciones diferentes, es lo que Hamo iniiujo del cUma. Las ~aterias que el hombre saca del reino animal y vegetal, unidas a las bebidas ardientes o deliciosas, la facilidad o lentitud de asimilarlas por la digestión, los buenos o malos humores que producen, en fin, todo lo que puede perfeccionar o degradar, disminuir o aumentar al animal, es lo que llamo influjo de los alimentos. La robustez o la debilidad de los órganos, el diferente grado de irritabilidad del sistema muscular, y de sensibilidad en el nervioso, el estado de los sólidos y de los flúidos, la abundancia, escasez y consistencia de éstos, la más o menos libre circulación, en fin, el estado de las funciones animales, llamo constitución física del hombre. El hombre es un compuesto de dos sustancias esencialmente diferentes: de un puñado de polvo que le arrastra sobre la tierra y le confunde con los brutos, y de aquel soplo divino que le eleva y le pone al frente de la crea(1) No ignoro que esta palabra en geografía tiene un sentido bien diferente del que le damos aquí. El geógrafo entiende por clima una zona de nuestro globo encerrada entre dos paralelos ,en que la duración del día se aumenta 30' COl! relaciÓ'n a la del ecua. dor: hay también climas de meses. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARlb 1~9 ción. Estas dos partes están íntimamente unidas, y no puede padecer la una sin envolver en su desgracia a la otra. Una fiebre, un exceso de debilidad en su cuerpo, pone en delirio a su espíritu: un golpe de fortuna adversa, una contención violenta de sus potencias extin"gue el apetito, agría el alimento, y altera todas las funciones de la máquina. El cuerpo del hombre, como el de todos los animales, está sujeto a todas las leyes de la materia: pesa, se mueve y se divide; el calor lo dilata, el frío lo contrae; se humedece, se seca, en una palabra, recibe las impresiones de todos los cuerpos que lo rodean. Cuando su parte material sufre alguna alteración, su espíritu participa de ella. Si es evidente que el calor, el frío, la electricidad, la presión atmosférica y todo lo que constituye el clima, hace impresiones profundas sobre el cuerpo del hombre, es también evidente que las hace sobre su espíritu: obrando sobre su espiritu, obra sobre sus potencias; obrando sobre sus potencias, obra sobre sus inclinaciones, y por consiguiente, sobre sus virtudes y sobre sus vicios. Hé aquí cómo el clima influye sobre la constitución fisica del hombre, sobre su carácter y sobre su moral: h'é aquí cómo contribuye a sus virtudes y a sus crímenes. Reconocer la influencia del clima, tocarla en todos los seres organizados que pueblan nuestro globo, decir que la Nueva Granada presenta puntos ventajosos para observarla, que aquí basta recorrer diez a catorce leguas para ver los hielos de los países septentrionales y los ardores del Senegal, ¿es afirmar que la moral, que las nociones de lo justo y de lo injusto, grabadas profundamente por una mano invisible" en nuestros corazones, pueden ser trastornadas por el"clima? ¿En qué lugar de mi discurso he dicho que el clima tiene tánto influjo sobre el hombre, que le quite la libertad de sus acciones? El clima influye, es verdad; pero aumentando o disminuyendo solamente los estímulos Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 140 SEMANARIO de la máquina, quedando siempre nuestra voluntad libre para abrazar el bién o el mál. La virtud o el vicio siempre serán ~l resultado de nuestra elección en todas las temperaturas y en todas las latitudes. Demasiado sé que los principios de la justicia son eternos, que ninguna convención, ningún ejemplo, ningún influjo los pueden alterar. Sé también que para justificarnos no bastan la educación y los ejemplos; es necesaria la Gracia. Pero un profano no puede entrar en el Santuario, y esta materia, digna de Bossuet y de Paseal, es demasiado sublime, y está fuéra de mi alcance. Si el clima hace impresiones sobre los seres vivientes, los alimentos las hacen más profundas. Estas materias destinadas a reparar las pérdidas y para aumentar el volumen del cuerpo en el tiempo de su desarrollo, que, por medio de la digestión, quilificación, etc., vienen a constituir una parte de nuestro sér, ¿qué influjo tan inmediato y poderoso no deben tener sobre nuestros órganos y sobre todas las funciones,anL.'11ales? La sangre, el flúido nervioso y todos los humores se renuevan y se forman de los alimentos. Los crasos y aceitosos deben dar productos bien diferentes de los ligeros y poco sustanciosos. ¿Qué efectos tan decisivos, qué trastornos tan .palpables no ocasionan el vino y las bebidas fermentadas, no sólo sobre la parte material, sino también sobre la razón misma? (1). Pregunto: ¿se puede (1) En la carta que se inserta en la página 61, hay dos párrafos queenÓerran contradicciones, y ,el último es contra producenlem. En el primero dice su autor que ,es indiferente para lo uno (el biéIl) y para lo otro (el mal) la influencia del clima y de los alimentos. Al párrafo siguiente, y sin completarse diez líneas, dice: yo convengo que el calor y el frío en sumo grado tienen influencia sobre las pa. siones del hombre. Luego la influencia del clima no es indiferente, y obra sobre las pasiones. Las pasiones no son otra cosa que los estímulos violentos que sentimos por la posesión de un objeto: si éste es ha. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 141 tocar el influjo de los alimentos? Esto es lo que nos dicta la razón en general: analicemos por separado todos los agentes que constituyen el clima. nesto, la pasión ,es noble; si por el contrario se opone a la razon, es un vicio. Luego, si el calor yel frío influyen sobre nuestras 'pasiones, influyen también sobre nuestros vicios y sobre nuestras virtudes. ¿ He dicho yo otra cosa en la cláusula que se me ha censurado? En los días más ardientes de la canícula, dice el autor de 'esta carta, como en los más fríos del invierno, son los en que se cometen por los hombres los maY,ores y más frecuentes delitos. Yo saco solamente ,estas consecuencias: luego ,el calor y el frío, nos hacen cometer grandes delitos j luego el clima no es indiferente para el bien y para el mál. Se acaba de decir que 'el calor y el frio nos hacen cometer grandes delitos, y ,en la página 63 se afirma que el calor no obra sobre nosotros, porque las mujeres de Cartagena no paren antes de los nueve meses. Yo respondería que el calor de la sangre, el calor interno del cuerpo, y por consiguiente el flúido en que nada el feto, tiene en todos los paises, en todas las latitudes y en todas las circunstancias posibles, 32Q del termómetro de Reaumur. «Así es que se establece (dioe MI'. de Lavoisier) aquella temperatura casi constante de 32Q (termómetro de Reaumur), que muchos cuadrúpedos y que el hombre principalmente conservan en cualquiera circunstancia en que se hallen. Elem. de química, t. 2, p. 209, edic. franc.»: por consiguiente no hay razón para acelerar el parto. Es necesario distinguir el calor animal del atmosférico: si no, se incurre en eQuivocaciones y se sacan consecuencias erroneas. Por otra parte, ¿ estamos seguros que no se ácelera, cl parto en nuestros climas ardientes? ¿ Se han hecho observaciones exactas sobre este punto interesante? Yo quisiera que no se admitiese este hecho como incoritestable, y que se sujetase a un 'examen ri~uroso. Por ahora sólo pregunto: ¿ los niños de los lugares calientes no hablan, no caminan antes que los siños de los lugares frios? Pero el influjo del clima sobre la educación se va a tratar por uno de nuestros compañeros (don Francisco Antonio de Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 142 SEMANARIO Calor y frío Cuando recorremos la superficie del globo admiramos la variedad y los extremos a que llega la temperatura en sus diferentes puntos. Olloa) con la extensión y profundidad que exige la materia, Yo me había contentado con decir que el clima influye \Sobre nuestra constitución, sobre nuestros vícios y sobre nuestras virtudes. El autor de la carta da un paso más adelante, asegura que aque. Ilas mismas estaciOilles de calor y de frío no influyen sobre las pasiones del hombre sino obrando más so. bre su moral que sobre su físico; Y confiesa que esta proposición tiene eL aire de paradoja; lo es en efecto. vuallLOSC aSl::gura 5001'1:: la lllllUtmcla Ul::l cuma con relación al gobierno no creo que se dirija contra mí, porque en mi Discurso no he dicho que el clima ha formado las monarquias ni las repúblicas. Este punto lo debe contestar ei autor del Espíritu de las leyes. Yo sólo advierto que en la época 'en que se escrib~ó esta carta (10 de febrero) ya no existían las repúblicas de Holanda, Polonia y "enecia. Sobre la inglesa no faltaría qué decir. La isla Célebes está situada bajo del ecuador mismo; sus habítantes no tienen por carácter ese valor intrépido que se pondera; lo reciben por poco tiempo del opio. Hé aquí lo que dice de Mta isla y de sus moradores 'el autor de los Establecimientos ultramarinos. «Esta isla, cuyo diámetro tiene cerca de 130 leguas, es muy habitable, aunque situada en medio de la zona tórrida, porque templan sus calores abundantes lluvias y vientos frescos. Son sus habitantes los más valientes del Asia meridional: es furioso el primer choque, pero una resistencia de dos horas hace suceder un total abatimiento a su extraño ímpetu. Sin duda que entonces la embriaguez del opio, única causa de aquel terrible espíritu, se disípa después de haber fatigado sus fuerzas con aquel ardor, que más parece tiene algo de frenesí. Malo de Luque, t. 1. pág. 247". Con preguntar si las tórtolas de Rusia son menos amorosas que las del Asia, ¿ se satisface a los hechos que nos conserva la historia, hechos Que trastornaron todos los imperíos e hicieron mudar " •. ' .. -- __ .1 . __ '1 _ • 1P1 __ ', _. _ .'1 .. 1 _1. _ Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 143 Aquí reina una primavera que nada puede alterar; allí, fríos rigurosos, o hielos eternos; más allá, ardores insoportables: en unas partes domina la inconstancia y el capricho: golde faz al universo? ¿ De dónde eran esos Godos, esos Hunos, etc., que se tragaron al mayor de todos los imperios, al imperio romano, 'estos Romanos tan guerreros que habian sujetado la tierra? ¿ Las tórtolas de Rusia han confiado el secreto de que son tan amorosas como las del Asia? Por lo que mira al oso blanco yo responderé en su lugar. Los Griegos han mudado de carácter bajo del mismo clima: luego el "clima no infulye sobre el hombre: este es 'el argumento de la página 66, Después 'haremos ver, 'en el articulo Selvas, la poca solidez de este raciocinio. En lo restante de ,esta carta se habla mucho del influjo de la sangre. Bi,en pudiera decir mil cosas sobre este punto: por ejemplo, ¿por qué vemos familias eñ quienes el observador menos atento nota rasgos característicos que las distinguen de un pueblo? ¿ Por qué én unas es larga La nariz, en otras son los ojos garzos, en éstas las cejas pobladas y unidas, yen aquéllos la barba demasiado pobre o abundante? Mas, hay familias en quienes domina una misma enfermedad: familias de sordos, familias de míopes, familias en quienes a cierta edad flaquea el juicio. Pero lo que debe admirar más. es que conocemos familias en que reina la lascivia, la embriaguez, la glotonería, el juego, etc. Como yo no he dicho nada sobre este punto en mi discurso, creo que no estoy en la obligación de responder. Se aglomeran 'ejemplos de la' historia 'romana para hacer ver que hay hijos generosos de padres avaros, y padres virtuosos con hijos c:ri.:nir:.~!cs. 'La consecuencia es que la sangre no influye. La poca solidez de este modo de raciocinar se puede hacer ver con argumentos a la inversa. Por ejemplo: Domingo Cassini fue uno de los mayores astrónomos; su hijo Juan Jacobo Cassini, un célebre astrónomo; su nieto César Francisco Cassini de Thury, fue un astrónomo acreditado; su biznieto Juan Domingo, conde de Cassini, fue un buen astrónomo: luego la sangre de los Cassinis era una sangre que influía astronomía, o más bien, era una sangre ag'_ tronómica .. Lo mismo podría decir de la sangre bo- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 144 SEMANARIO pes de un sol sofocante son seguidos de las esoarchas (1); en otras, siempre mesuradas, siempre regladas las estaciones, se suceden sin alteración el verdor, las llamas, los frutos y las nieves. Si comparamos las extremidades, veremos con aoombro que es preciso recorrer casi toda la escala del termómetro para indicar la temperatura de la zona tórrida y de la zona glacial. No se puede oír sin horror que en Yeniseik (2) desciende este instrumento a 709 bajo de la congelación, y que en Africa, cerca de la equinoccial, sube a 709 sobre el mismo término. Distan más entre sí estas dos temperaturas que el hielo yel calor del agua hirviendo, que constituyen los extremos del termómetro de Reaumur. Una barra de hierro que se trasportase del ecuador a Yeniseik sufriría una oontracción sensible en todas sus dimensiones. ¿Cuánto debe haber sufrido el (1) «Tenemos, dice Mr. Rush, caracterizando el clima de la Pensilvania, la humedad de la Gran Bretaña en primavera, el calor del Airica en estío, la temperatura de Italia en junio, el cielo de Egipto en otoño, el frío y las nieves 1'._ ~;. ~;.:;:::-~:;;;::.;;2.::::~carchas de Holanda durante el invierno; las tempestades, en cierto grado, de las Indias occidentales, y los vientos variabLes de la Gran Bretaña en todos los meses del año... El clima de la Pensilvania no tiene más que un solo rasgo característico, ,esto es la inconstancia; y se le puede aplicar el verso de Ovidio: et tantum constans in levitate sua. Brissol,. t. 2, carta 29». (2) Lugar de la Siberia, por 582 de latitud boreal. Aquí vio Mr. de lisIe el termómetro a 70º bajo la congelación. tánica de la familia de Jussieu, de la sangre analítica de los Bernoullis, y sin salir de casa, de la sangre jurispcrita de los Covarrubias. En fin, se concluye de todo que el clima no nos determina a obrar el bien o el mal: es decir, que se persuade una cosa bien diferente de lo que he dicho en mi discurso. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 145 hombre, este sér delicado y flexible, en temperaturas tan diferentes? Los hombres de la Nubia, del Senegal y de Guinea, en nada se parecen al Lapon, al Groenlando,. al Samoyedo y al Tongus. Los primeros, bajo de un clima abrasador, cercados de desiertos de arena caldeada, respirando un aire inflamado por los rayos solareS, han sufrido tales alteraciones en la piel, en el pelo, en la estatura, en la nariz, en los labios, y hasta en el olor de sus cuerpos, que cuesta dificultad persuad~se que menen un mismo origen con los habitantes de las extremidades árcticas de los continentes. En estas regiones hiperbóreas, el hombre, oprimido bajo el imperio destructor de un frío extremado, sobre montañas de hielo en que se apoya la bruma silenciosa y melancólica, tiene disminuída la nariz, dilatados los párpados y la boca: las proporciones y la belleza han huído lejos de estos lugares horrorosos; en fin, la armazón huesosa (1), estas partes centrales y só(1) El instinto, la docilidad y, en una palabra, el carácter de todos los animales depende de las dimensiones y de la capacidad de su cráneo y de su', cerebro. El hombre mismo está sujeto a esta ley general de la naturaleza. La inteligencia, la profundidad, las miras vastas y las ciencias, como la estupidez, y la barbarie: el amor, la humanidad, la paz, las virtudes todas, como el odio, la venganza y todos los vicios, tienen relaciones constantes con el cráneo y con 'el rostro. Una bóveda espaciosa, un cerebro dilatado bajo de ella, una frente elevada y prominente, y un ángulo facial que se acerque a íos íJíJQ, anuncian grandes taientos, ei. calor de Hornero y la profundidad de Newton. Por el contrario, una frente angosta y comprimida hacia atrás, un cerebro pequeño, un· cráneo estI'echo, y un ángulo facial agudo son los indicios más seguros de la pequeñez de las ideas y de Ia limitación. El ángulo facial, el ángulo de Camper, tan Célebre entre los naturalistas, reúne casi todas l'as cualidades morales e intelectuales del individuo. Se forma de una linea que corta longitudinalmente en dos partes el plano que pasa por los agujeros' auditivosexter- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 146 SEMANARIO lid as del cuerpo, han dlsminuído su longitud Y variado en sus proporciones. Estas enormes diferencias, estos caracteres distintivos de los pueblos que habitan las extremidades de nuestro globo, no son sino los productos del calor y del frío, productos reconocidos por los filósofos de todas las edades, y confirmados por la experiencia; productos que, variando enteramente la constitución física del hombre, han variado sus gustos, sus deseos, sus usos, sus costumbres y sus pasiones. ¡Qué diferentes son la vida y las inclinaciones del Lapon de las del negro del Senegal! Aquél, bajo de tiendas formadas de pieles, vegeta las noches dilatadas de su invierno, alumbrado a la triste luz de una lámpara. Su bebida es el aceite de ballena y el agua; el pesc~do, la C9~rne cruda de sus renos y de sus osos, las cortezas de abedul y de pino, son sus alimentos. Cubierto de los despojos de los animales del norte, atraviesa sobre patines grandes' espacios, con una intrepidez y con una velocidad asombrosas. Nacido para las fatigas, no conoce otra ocupación que la caza de las zorras, de las martas, de los nos, y por el borde inferior de las narices; y de otra que corre desde los dientes incisivos superiores, hasta lo más prominente de la frente. Cuando este ángulo crece, crecen todos los órganos destinados a poner en eJercicio la inteligencia y la razón; cuan. do disminuye, disminuyen también estas facultades. El Europeo tiene 852 y el Africano 702. iQué diferencia entre estas dos razas del género humano! Las artes, las ciencias, la humanidad, el imperio de la tierra es el patrimonio de la primera; la estolidez, la barbarie, y la ignorancia son las dotes de la segunda. El clima que ha formado este ángulo importante, el clima que ha dilatado o comprimido el cráneo, ha también dilatado y comprimido las facultades del alma y la moral. Véase a Cuvier (Lec;ons d'Anatomie comparée), y no se dudará del imperio del clima sobre la armazón huesosa de nuestro cuerpo, y de los asombrosos efectos de sus dimensiones sobre la constitución física del hombre, sobre sus virtudes y sus vicios. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 147 armmos y de los linces. Sin religión, sin principios, sin moral, es supersticioso, grosero y sin pudor. Ofrece al extranjero su mujer, y se cree feliz si usa de ella. "Pueblo abyecto, sin mas costumbres que las suficientes para hacerle" digno del menosprecio" (1); raza infame, degenerada, y circunscrita en los· hielos polares. El Africano de la vecindad del ecuador, sano, bien proporcionado, vive desnudo bajo de chozas miserables. Simple, sin talentos, sólo se ocupa con los objetos presentes. Las imperiosas necesidades de la naturaleza son seguidas sin moderación y sin freno. Lascivo hastala brutalidad, se entrega sin reserva al comercio de las mujeres. Estas, tal vez más licenció. sas, hacen de rameras sin rubor y sin remordimentos. Ocioso,'apenas conoce las comodidades de la vida, a pesar de poseer un país fértil, apacible, cubierto de árboles y cortado de ríos por todas partes. Bajo de un cielo inflamado, agota la sustancia de su cuerpo por el sudor y por la transpiración. Sus días son cortos; alos cuarenta o cincuenta años ha tocado con la senectud. Aquí idólatra, allí con una mezcla confusa de prácticas supersticiosas, paganas, del Alcor:an, y algunas veces también del Evangelio, pasa sus días en el seno de la pereza y de la ignorancia. Veng¡ativo,cruel, celoso con sus compatriotas, permite al Europeo el uso de su mujer y de sus hijas. Rame, plátano, maíz, hé aquí el obJeto de sus trabajos y el producto de su miserable agricultura. Unas veces mañoso, otras feliz, vence al tigi'e, al león y al eleflu!tc mismo. Después de estos cuadros demasiado imperfectos, pero verdaderos, yo haría al autor de la Carta estas preguntas: ¿Por qué el Africano del ecuador es perezoso, y el hombre del norte infatigable en la carrera y en la caza? ¿Por qué éste, fecundo sin' ser ardiente, no conoce los celos, cuando aquél, voluptuoso, las(1) -BuffaD, t. 5, pág. traduc. casto Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 148 SEMANARIO civo, apenas queda saciado con la sangre de su rival? ¿Por qué el uno, pequeño, deforme, aceitunado, vestido; y el otro, regular en sus facciones, con un talle hermoso, desafía al ébano en negrura? ¿Por qué ninguna señal de la religión en el norte, y algunas semillas en el ecuador? Pero no es tiempo de sacar consecuencias: volvamos a tomar nuestro objeto. Cuando en los desiertos ardientes del ecuador, en las selvas del Africa y del Asia, en el fango periódico del Nilo y al pie de las orgullosas pirámides, no respiran y se mueven sino el cocodrilo, el tígre, el león, la pantera, esas enormes masas de materia viviente, el rinoceronte, el elefante; en las Laponias y más allá del circulo polar, sólo se ven pequeños animales: el reno, el lince, la zorra y los armiños son los pobladores de las extremidades borealas. El hipopótamo del Niger jamás habitó las orillas del Oby; la marta de Siberia no se ha visto en el Senegal; y el dromedario nunca ha hollado la nieva (l). ¿Quién ha confinado las (1) Los despojos de los animales que hallamos sepultados en todas las zonas de nuestro globo no tienen ninguna relación con el clima, ni con la latitud. En la Siberia se encuentran frecuentemente huesos y cráneos de elefantes, y tal vez de ese desmesurado Mamhut que ha desaparecido de la superficie de la tierra. Bien sabidos son los esfuerzos que hizo Pedro el Grande para recoger los huesos de esle animal esparcidos en la¡; provincias de su imperio. En Provenza, en Francia, se ha encontrado el esqueleto de nuestra danta (Tapirus) que se creia por los naturalistas propio del Nuevo Continente. Petersberg en Flandes está lleno de despojos de caimanes, que sólo habitan en la zona tórrida, o en las cercanías del trópico. Las cuevas de Gailenteuthen el Margraviado de Bareuth, ahundanen huesos de tigre. En Buenos Aires se ha desenterrado el esqueleto de un perezoso colosal. En Méjico, y en ,el norte de la América se hallan también estos despojos. En la vecindad de esta capítal,en la explanada de Bogotá, cerca de Soacha, tenemos huesos de elefantes carnívoros, según Humboldt. Yo he visto y ,sacado rou- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 149 grandes especies dentro de los Trópicos? ¿Quién ha puesto barreras al tigre siempre intrépido y siempre sediento de sangre, para no avanzar sus conquistas sobre los vivientes de la zona glacial? Yo veo que el calor y el frío son los que han repartido a todos los animales sobre la tierra; que los grados del termómetro cho~ desmedidos de la jurisdicción de Timaná, en las cabeceras del Magdalena. Don Manuel María Arboleda, amigo de las ciencias y de los sabios, remitió a Quito al mismo Humboldt una caja llena de estos huesos. Yo he poseído muelas prodigiosamente grandes, y actualmente se puede ver una monstruosa ,en poder de don Manuel del Socorro, bibliotecario de esta capital. También se han encon.trado cerca de Ibarra. Pero ninguno más curioso que un colmillo de verdadero marfil, de figura cónica y de un pie de largo, que don Juan de Larrea, vecino de Quito, y celoso por el progreso de las ciencias, remitió a Humboldt a Guayaquil. Se halló en la Concepción, hacienda del corregimiento de Ibarra, a orillas del río Mira, por OQ 38' 10" de latitud boreal, y ·a 1.493 varas sobre el nivel del mar, según mis observaciones. ¿ Qué d,ebemos pensar de estos despojos arrojados a la casualidad, . sin atención al nivel, a la latitud yal clima? ¿ Habrá variado la temperatura de nlle.stro planeta en la serie de los siglos? ¿ Habrá existido una época en que la Siberia haya tenido el calor del Indostán? ¿ El eje de ,este inmenso globo habrá variado hasta producir estos fenómenos asombrosos? ¿ Alguna revolución general habrá arrojado los cadáveres de los elefantes, de la danta y del tigre desde el corazón del Asia y del Africa hasta lasextremidaclw del glvhv? ¿ La iiii5illa catástrufe hal)1~árau~ituu del seno de las llanuras ardientes del Orinoco y Amazonas los esqueletos 'enormes de elefantes carnívoros a la cima de los Andes? ¿ Estas reliquias serán como 10 ha pensado un sabio y piadoso naturalista (MI'. Pluche), las medallas que atestigiien, en todas las edades, ;a todaJSlas generaciones y en todos los lugares, la célebre revolución que nos ha descrito ,el legislador de los Hebreos, como un efecto de la diestra vengadora del Creador contra los crimenesespantosos de los hombres? Esta es mi opinión. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 150 SEMANARIO deciden de su destino y de su patria, y haciendo perecer a unos y vivificando a otros, han señalado límites que nadie puede alterar. Bien puede el lujo de los reyes juntar en sus vivares los animales de todas las regiones; bien pueden agotar todos los recursos del arte y del poder: el elefante no dará jamás combates sangrientos en Rusia, ni el reno prestará sus servicios en Ceylán. Es verdad que hay animales privilegiados, que, más flexibles que los otros, pueden sobrellevar los grandes fríos de la Siberia y los calores de la v~cindad del trópico. Tales son el lobo, el oso y la !1:orra. Pero, sujetos a las leyes del clima, varían en el color y en el tamaño~ como v~u"í!i-,la altura del termómetro. El lobo, por ejemplo, unas veces negro, otras blanco, aquí pajizo, allá pardo. ¡Qué diversidad de colores en las pieles de la zorra y en las del oso terrestre! Mas lo que debe fijar nuestra atención no son las impresiones exteriores,. no los matices de los colores en su pelo, son sí los hábitos internos que constituyen el carácter esencial y distintivo de su especie. La fuerza, el valor, la rabia, la sangre y la carnicería, parece que son las dotes de los que viven en la zona ardiente. Estas terribles calidades se disminuyen con el calor, se templan y se equilibran con el clima. En aquellos países afortunados, que, igualmente distante de los hielos y de las llamas, gozan de la más dulce temperatura, los animales que allí habitan han suavizado su carácter, y han cedido a las benignas impresiones del clima. ¿Qué es la ferocidad del lobo europeo comparada con la índole sanguinaria del tigre de Bengala? (1) ¿Qué es la onza y el león ameri(1) «El lobo, que, en nuestra zona templada, es quizá el animal más It:roz, no es, ni con mucho, tan cruel como el tigre, la pantera y el león de la zona tórrida, ni como el oso blanco, el lobo cerval (Lince) y la hiena de la zona helada». Buffón, t. 9, pág. 123, traduc. casto Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 151 cano a la frente de los animales que llevan el mismo nombre en el antiguo continente? No por esto se imagine que, la crueldad disminuye en razón inversa de la latitud. En el norte, como en el ecuador, hay guerras, desolación y muertes. El oso blanco, la hiena y el lince devastan sobre la nieve, como la pantera y el tigre sobre las arenas abrasadoras de la Libia. En la naturaleza los extremos se acercan y se tocan en muchos puntos (1), y los terribles (1) Si el autor de la carta hubiera tenido presentes éstos principios, no habria preguntado si los tigres del Asia son menos feroces que los osos blancos de la Nueva Zembla. Buffón, que seguramente sabia más Historia Natural que Saint Pierre, asegura que el oso blanco del Norte es feroz; pero no saca la consecuencia de que el clima no influye. Por el contrario hace ver que la naturaleza ha hecho el clima para las especies, y las especies para el clima, como también el clima para las propiedades y las propiedades para el clima. Este modo sólido, filosófico y profundo de ver y de apreciar las producciones de la naturaleza es digno del Plinio de la Francia, y bien diferente del de Saint Pierre. ¿ Quién le ha dicho a este literato que el frio extingue el furor? ¿ Qué relación hay entre las nieves polares yel carácter cruel de los animales, para concluír que el clima no influye porque el oso blanco es feroz? Este modo de pensar jamás hará honor al sensible y virtuoso autor de Virginia. j Ojalá que, contenido entre los límites que le prescribían sus luces y su profesión, no hubiera llevado su hoz a devastar el fer-l!ndQ ~~m~ de !~~ ci~iic:iñS! D'Alembert quiso geometrizaren el Parnaso, y ahora Saint Pierre quiere hacer poemas, hallar armonías, crear sistemas y trastornar los principios de las severas ciencias. Siempre singular, siempre seduetor por los encantos del estilo, siempre amigo de lo raro, asienta proposiciones' falsas, extravagantes y atrevidas. Que el influjo del élima es desconocido, que el nOrte tiene densos bosques, que las efusiones polares forman las corrientes y las mareas, que la tierra no es esférica, no eIipsoíde levantada al ecuador, sino oblonga y elevada hacia los polos: tales SOn las extravagancias que he Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 152 SEMANARIO efectos de un frío riguroso tienen mucha analogía con los que produce el fuego. Nosotros ------ -----------------~ncontrado en lo poco que he leído de este literato amigo de la singularidad. ¡Con qué firmeza, con qué aire de convencimiento y de razón asegura; 'y 'á'su parecer demuestra, la prolongación de nuestro planeta hacia los polos! Sin entrar en discusio,nes profundas sobre este objeto interesante y sublime, discusiones juera del alcance del común de nuestros lectores, del plan del Semanario, y propias para una memoria sobre la figura de la tierra, nos contentaremos con hacer ver la ignorancia, no digo de los primeros elementos de geometría, sino de la histeria !i.teTaria de .su nación v de su sigio. Sobre la fe, dice, de Maupertuis y de La Conaamine se declararon las Hcanemias y ia Europa entera, pOlO; la figura de la tierra elevada al ,ecuador y depresa a los polos. Todos los que han saludado las ciencias saben que Newton y Huygens, así que supieron que el péndulo, ajustado al tiempo medio en París, retardaba su movimiento en la vecindad del ecuador y lo aceleraba en el polo, decidierQn que nuestro planeta era elevado al ,ecuador. Cassini, el gran Cassini, suscitó dudas sobre esta determinación hecha por los genios más grandes que jamás tuvieron las ciencias. La Francia, la primera, la Inglaterra, España, Alemania, la cabeza de la Iglesia y todo ,el mundo sabio se puso en movimiento para decidir el gran problema. Los héroes de la astronomía se derramaron sobre la superficie del globo: en las nieves del Norte, en el ,ecuador, ,en el nuevo y en el antiguo mundo se midió, y se observaron las estrellas. El l'esultado de tántas fatigas fue coronar de gloria a Newton, y olvidar para siempre los principios de Cassini. La tierra fue reconOcida por unesferóide depreso a los polas y elevado al ecuador. Entonces vio la Europa las obras sublimes e inmortales de Cassini de Thury, Bonguer, Boscovich, Juan, de La Condamine, Maupertuis, la Caille, etc. Pregunto: ¿ las autoridades de estos grandes hombres, unida a la de los primeros 'geómetras de la Europa es la fe 'Sola de M.aupertuis y de la Condamine? Este Saint Pierre que ha hallado tántas armonías, ¿ cómo no vio la que existe entre la figura de la tierra y la de los demás pIanetas? Cuando se busca lo raro y lo maravilloso sólo se ve su pasión. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 153 volveremos bien presto a recordar este principio luminoso. Si parece cierto que los animales se han hecho para el clima y el clima para los animales, -las plantas están igualmente sujetas a las leyes imperiosas del calor y del frío. La Arabia, Ceylán, Mogol, China, Amboyna, Sumatra, Borneo, todas las regiones tórridas del antiguo mundo, producen aromas, bálsamos, venenos, todas las calidades excesivas del imperio de Flora. Aquí, al lado del oro, del topacio y del diamante, nace la canela, el clavo, la nuez moscada, el alcanfor; aquí, al lado del áspid (1) y del dragón, nace el acíbar, el opio y la mandrágora. Las producciones de los ,bosques del oriente participan de las calidades del clima. Aquí todo es excesivo, porque el calor de estas regiones tiene también esta misma calidad. En el norte el reno, el alce, estos pacíficos habitadores de los hielos, no pacen, no ven nacer bajo de sus pies, sino la zarza, los musgos y el enebro. Las selvas sombrías, los árboles enormes, esa riqueza, esa profusión de materia vegetante, los festones, las bóvedas suspensas en el aire por los troncos colosales de las palmas, ese verdor, esa variedad, esa frescura están reservados para climas más afortunados y dichosos. Que el globo ruede bajo p'e nuestros pies; que nos' presente sucesivamente su superficie unas veces cubierta de ciudades soberbias, y otras de vastas soledades; aquí arenas estériles ,en donde nada respira y en donde se han extinguido el verti.or y la. vida; alH selvas espesas habitadas de fieras; prados risueños y bosques olorosos, seguidos de fangos, de lagu(1) No hablo aqui del aspid de Europa sino del aspid de los Antiguos que Líneo llama coouber vipeJ:a, y Lacepede víbora de Egipto. Esta es la serpiente que sirvió a Cleopatra para darse la muerte y evitar la vergii'enzade servir en el triunfo de su vencedor. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 154 SEMANARIO nas y de tierras anegadizas; hombres negros, hombres blancos, hombres aceitunados, y todos los tintes de la piel; hombres gigantescos, hombres enanos Y todas las escalas; pueblos cultos, familias salvajes, dispersas, sin moral, sin religión, sin princiPios; pueblos sedentarios, pueblos errantes; hombres vestidos, y todos los caprichos de una imaginaciÓn extravagante; pueblos desnudos, aquí feroces, crueles, lascivos, allí humanos y hospitalarios; grandes masas organizadas en el ecuador, unos animales afectando los hielos y las cimas de las montañas, otros los valles y las aguas: en esta sucesión rápida de objetos tan numerosos Y tan vl'l,rio~; vp.o que unos animales y unas plantas ocupan esta regiÓn y desaparecen en aquella, y que ninguno de los seres vivientes ha extendido su existencia a todos los puntos del globo. Sólo el hombre, esta criatura afortunada, se ha multiplicado maravillosamente y ha llevado su imperio a todos los ángulos de la tierra. En el ecuador y en el polo, en la zona inflamada y en la glacial, en el antiguo como en el nuevo mundo, ha hecho sentir la superioridad de su ser a todos los vivientes. Libre, señor, independiente, todo lo ha subyugado, todo lo ha hecho servir a la propagación de su especi.e. Luchando siempre con los rigores del calor y del frío, ha puesto barreras, que, si han disminuído sus furores, no los han podido extinguir, y el hombre, dominador de cuanto lo rodea, no ha podido sustraerse 'del imperio del clima. Negro bajo de la línea, aceitunado en Mauritania Y en Egipto, moreno en Italia, blanco en Alemania, en Dinamarca, en Prusia, vuelve a ver oscurecer su piel en la Laponia, en la Nueva Zembla y en todos los paises septentrionales de los continentes. El color de su tez tiene relaciones constantes con la latitud. Si no aumenta en blancura más allá del círculo polar, ya sabemos que los extremos se tocan; sabemos que los productos del gran frío se parecen a los del gran calor. Si se hallan excepciones a esta ley gene- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 155 ral, conocemoslas causas locales que las producen (1). Para juzgar de las obras de la natura,leza es preciso elevarse, es necesario reunir las (1) Por ejemplo: en el Nuevo Continente no se a hallado bajo de la línea un hombre negro. TodOlS os Indios de Amazonas, todos los de Quito y de meraldas son bronceados. Pero hay más. Que esén en .la zona tórrida, que vivan en el trópico o n el círculo polar, en todas partes afecta el Nue~o Continente el color rojizo, o de cobre. ¿ Por qué el calor que hace negros en la Nubia, no los forma en la Guayana y en el Brasil? ¿ Por qué en Méjico ¡-noson aceitunados 'como en Egipto, y en ,el Canadá, ,blancos como en Prusia? Cuando. sólo se atiende a la latitud, cuando se mira a la naturaleza por partes y en pequeño, cuando no se cuenta. con todos sus recursos y con todos sus agentes, entonces 'escapa la ley, no se ven sino contradicciones, se la calumnia y se sacan consecuencias monstruosas. En lugar de pintarla, se la degrada, y en lugar de conocerla rnejor,se dederraman tinieblas sobre su frente augusta. Que se cuente co.nel diámetro estrecho de la América, qUe se cuente con la inmensidad de nuestros Andes, con los bosques interminables, con esa vegetación vigorosa, con los ríos enormes que la atraviesan por todas partes, con los lagos, con los mares que la circundan, con las lluvias copiosas, con las nubes que las producen; que se cuente con nuestros meteoros eléctricos, con los vientos, etc.:. entonces se verá que la piel del hombre debe tomar el color que ha tomado; ,entonces se reconocerá la ley general. y no se formarán censuras inmaturas que no pueden producir sino el arrepentimiento. Que se lea la sabia Memoria del abate Nauton (Diario de 6ica~,seto 1781}, que 'se !ea 2 B!.!!f6n (H!'5;t. ~!!~t;t. 5); Que se consulte a su· ilustre continuador MI'. de Lacepede (en todas sus obras y 'en 'especial el Discurso sobre las diferentes razas), que se profundicen estos escritos, y que después se pronunci~. Estoy bien seguro Que entonces no se me preguntará por Qué las tórtolas de Rusia son menos amorosas que· las del Asia.' Es verdad que el color del indígena de la Nueva Granada es el del cobre; pero sube y baja, se oscurece Y se aclara con relación al nivel, al calor, ¡ Fr- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 156 SEMANARIO relaciones más distantes, es indispensable ge~ neralizar los hechos y mirarla de una oi ead~ toda entera. ! Entonces desaparecen los obstáculos y l~ al clima, a las ocupaciones y al m()do de vivir. Los Indios de las costas del Sur son mucho más oscuros que los de los flancos de la cordillera. Los Noána-i mas, por ejemplo, son de un rojo tostado, y los dell Chilcal son casi blancos. Mr. Bouguer observó lo, mismo: hé aquí lo que dice ,este astrónomo: «Hay' apariencia que ellos (los Indios de lacordiIlera de Quito) no son diferentes de nosotros sino porque viven en un clima muy diferente del nuéstro. Esto es lo que a la larga ha producido excesos tan señalados ....~ le menos :c.stG"',.~cierto Gu-e ·,su c.-.lur_ {IU:~ ~e acerca al del cobre, no es sino 'una dife~~n~ia:'pasajera inde~ndiente de la pintura (seguramente del achiote), y que no obstante se cree comúnmente que les es propio. 'He tenido ocasión de observar que los que viven inmediatamente al pie de la cordillera, al lado de Occidente, o al lado del mar del Sur, son casi tan blancos como nosotros. Estos no están expuestos como los otroS a un viento violento y continuo; 31 contrario, pasan sus días en un país en donde reina una calma perfecta, que el menor soplo jamás ha interrumpido. La cordillera los pone al abrigo del viento continuo del Oriente, que debe pasar sobre sus cabezas a una legua de distancia. Si nos apartamos de la cordillera avanzando hacia la costa, ya no observamos lo mismo: el viento comienza a sentirse en estos lugares, y los Indios toman el color del cobre. Es verdad que si elenearne de los primeros no los distingue de nosotros la falta de bal'ba, de pelo en 'el pecho y en los otros lugares del cuerpo, y sobre todo su larga cabellera los caracteriza bien. Siempre tienen el pelo largo, lacio y muy fuerte. Pero si se admite que su color, que es tan diferente de la tinta del nuéstr~, proviene de la temperatura del clima, ó de la grande acción del aire, a la que favorece la falta del vestido, parece que se puede sospechar que los otros flccidenteG dependen, poco más o menos, de las mismas causas» (Voyage au Pérou, págs. 101 y 102). Hay un pueblo de mediana extensión en la vecindad de Otavalo, al pie de la montaña nevada Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 157 contradicciones, se ve la ley general y se le arranca el secreto a la naturaleza. ¡Qué pocos son los genios capaces' de esta sublimidad! Buffon, Lacepede, Daubenton ... hé aqui los hombres privilegiados a quienes se han abierto las puertas del santuario. Estos genios extraordinarios nos dicen que el color de la piel en el hombre es efecto del calor y del frío, y que sigue las leyes invariables de la latitud y del clÍma. Nauton, que ha seguido de cerca los pasos de estos héroes, consigna una memoria sa-' bia en los Anales de las Ciencias (1). Allí hace ver la verdad y la extensión de las leyes queacabamos de anunciar. No entraré en pormenores, ni disolveré las dificultades que pueden oponer la obstinación y la ignorancia; no me acordaré de los sistemas ni de los delirios de esos físicos que, no pudíendo salir del estrecho círculo de sus ideas ni sobrellevar el peso inmenso de la naturaleza, sólo la han visto por un tubo muy estrecho. Yo convido a los enemigos del clima a que consulten los monumentos inmortales que acabo de citar; a que desnudándose de las ideas estrechas de esos físicos que han degradado a la naturaleza, la vean en grande, en toda su plenitud y en toda su augusta majestad. Tal vez reconciliados con ella, confesarán que el clima tiene un imperio más grande de lo que se habían imaginado. Si un monarca poderoso reuniese en su corte un Negro, un Lapon, un Quimio, un f'ersa, un Chino, un Parisiense, un Hotentote, un Patagón y un Cal(1) ma~h de F!!!l'2!!, !!lO't. 17131. A'1ui hallará el filósofo cuanto necesite sobre el color de las diferentes razas esparcidas sobre -la tierra; y hechos que riada .le dejarán qué desear. de Cotacache, cuyo nombre tiene. Todos los Indios de este lugar pasan sus días en ocupaciones bien diferentes de las de sus vecinos. l\1ientras que éstos aran, siembran y conducen sus rebaños, los de Cotacache hilan, tejen y bordan a la sornhra y en el reposo. La piel de éstos es blanca, y la de aquéllos rojiza .. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 158 SEMANARIO ,.muko, y que todos obrasen con la libertad de .sus países originarios, ¡qué variedad en el talle, en la estatura y en el color! ¡qué diferentes los gustos, las inclinaciones, las virtudes y los vicios! Yo tomaría por la mano a estos espíritus rebeldes, les mostraría estos hombres, y les diría; Aquí tenéis la obra del calor y del frío; ved los productos de la temperatura y de la latitud. Pero no nos parezcamos al viajero que, después de haber recorrido al mundo entero, no conocía los departamentos Q.e su propia casa: volvamos nuestros ojos sobre la Nueva Granada. Los países más ardientes de esta preciosa porción de la monarquía, son las costas sobre el Atl&nLit:G;/ sobre el Océano del Sur, las dilatadas llanuras de San Juan y Casanare, los valles espaciosos y paralelos del Cauca y Magdalena, etc. Estas regiones 'bajas, muchas de .ellas anegadizas, tienen constantemente el termómetro de Reaumur de 289 a 309 en su mayor elevación, y de 18l? a 199 en su menor. No apreciaré el frío de esta colonia por los hielos eternos que cubren la cima de nuestras montañas: a estas prodigiosas elevaciones todavía no ha subido el hombre a establecerse: el físico, el geómetra intrépido son los únicos que han escalado estas alturas. El hombre en sociedad, pacífico y cultivador de los Andes, sólo .se ha elevado a 4.900 varas castellanas sobre el mar. A esta línea llamo ténnino superior a donde ha llevado rel hombre la cultura y los ganados (1). Tal vez vendrá un día en que, po(1) Este nivel ,está sólidamente establecido por las observaciones de HumbQldt y por las mias. Cuando escalé las más célebres montañas de los Andes de Quito en solicitud de la vegetaciÓ'nextrema de nuestro globo, lo hice siempre con el barómetro en la mano. Los hatos, las cabañas de los pastores llamaron mi atención, y después de muchas observaciones, me fijé en el númerO expresado. Es, pues, un hecho seguro que el hombre no ha subido de este nivel sobre los Andes de la vecindad del ecuador. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 159 1>ladas las llanuras y las faldas de esta inmensa Cordillera, el hombre se vea pr.ecisado a su:' bir más,' y a colocar sus cabañas sobre la nieve 'misma; tal vez adquirirá la fortal~za necesaria para resistir los rigores de esos frias que hoy hacen perecer a muchos desgraciados; ~correrá como el Lapon sobre los hielos, tendrá su fecundidad, sus facciones, su robustez, su .estatura y sus costumbres; tal vez vivirán so-bre nosotros hombres estúpidos, supersticiosos y miserables; tal vez reducirán a servidumbre al ciervo y a la danta, que hoy recorren las aletas soledades de los Andes con independencia y en plena libertad, y que, esclavos de estos hombres degenerados, los arrastrarán sobre 'las nieves del ecuador como hacen los renos a los del Norte. Entonces ¡qué espectáculo para <un observador filósofo! ¡qué contraste entre la basa y la cima de los Andes! Pero dejemos un objeto que está bien distante de nosotros. Los movimientos del líquido en el termómetro en estas regiones elevadas son muy irregu'lares. Aquí varía desde 49 bajo de la congelación, hasta 109 y algunas veces 129 sobre la misma. Por consiguiente, en nuestras regiones, Jos extremos distan entre sí solamente 349 de la escala de Reaumur, cuando en el antiguo mundo va esta diferencia a 1149. No queremos inferir de aquí con Paw, con este obstinado enemigo de cuanto bueno tiene la América, que el frío de este vasto continente es extraor,dinario, que él ha extinguido las grandes especies de los animales, que ha debilitado al hom"bre hasta perder la barba y Ludos los estillJ.ulos por su propagación, que la lactación dura ,diez años, y en fin, que el indígena de esas 'regiones, siempre estúpido, en' todas partes insensible, no derrama una lágrima, no exhala un suspiro en medio de los más crueles tor·'mentos. Nosotros no suscribiremos jamás a esos delirios del filósofo de Prusia. El calor de la Nueva Granada, es verdad, no es, ni con mu.cho, comparable con el de las costas ecuato- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 160 SEMANARIO riales del Africa; pero es muy superior al de las zonas templadas, y en especial al de la Europa. Aquí no sube el termómetro sino a 32l? en estío, es decir, que sólo tres meses tiene el Europeo esta fuerte temperatura. En los demás, ya en primavera, ya en otoño, ya en medio de los hielos del invierno, queda muy inferior al calor que experimentamos en nuestra patria. Sobre las costas y en los valles de la Nueva Granada, la temperatura (189 a 309) es constante, y no varía en ningún tiempo del año. Que -calcule Paw la masa total de un calor constante de 30l?, y la del variable de la Europa en el espacio de un año, y que nos diga si la Nueva Granada es más fría que Prusia, Ale111Eulia y tOd08 t::SO~P~!::H~~en donde el hombre se ha perfeccionado; si aquí puede el frío producir las imaginaciones y los sueños que ha forjado, sin garante y sin conocimiento, del más bello y fecundo país del universo. Es necesario que este grado de calor inmutable haya hecho profundas impresiones sobre los habitantes de estas regiones abrasadas; es preciso que se distingan demasiado de los que habitan las cimas y los puntos elevados de nuestros Andes. Un calor frecuentemente de 8l?, algunas veces de 12l? muchas de cero, y aun q.e 4l? bajo de la congelación, ha de haber producido efectos análogos a los de la zona helada, y diferenciado a los hombres de estas enormes alturas, de los que habitan los valles y lascostaso Sabemos que en nuestra patria no tiene ningún imperio la latitud. Nada influye sobre la Nueva Granada este elemento tan esencial en las zonas distantes de la línea. Que un lugar se halle bajo del ecuador, que ocupe cualquiera paralelo, sus días (1), sus estaciones, su temperatura, en nada dependen de su latitud. La altura sobre el océano, la columna mercurial en el barómetro decide de su vegetación, de sus animales, de su calor, de su aÚicultura (1, No hablamos del rigor matemático. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 161 y de sus hombres. El barómetro, este importante instrumento, es el que principalmente debe consultar el físico en nuestros países, si quiere tener ideas exactas de nuestras cosas, y ~e lo más interesante en la agricultura, en el comercio, en los meteoros, en la medicina, y en la moral misma. Registremos baj o de este aspecto a nuestra· patria. Este sería .el lugar más propio para pintar los usos, las costumbres, las virtudes y los vicios de todos los que habitan los diversos puntos de este inmenso país. Pero este objeto, vasto, difícil y espinoso, nos atraería el odio y la IndignaCión de nuestros compatriotas. Todos gustan de oír las buenas calidades de su país y de sus moradores; pero ninguno oye con paciencia la manifestación de sus preocupaciones, sus debilidades y sus vicios. Dejamos a otra pluma más atrevida esta empresa verdaderamente arriesgada. El objeto que nos proponemos en esta memoria no necesita de estas pinturas. Si hacemos notar la diferencia que hay, en el carácter, en los gustos, en las pasiones,entre el habitante de los climas ardientes, y el que vive sobre los Andes; si formamos en general el cuadro de estas diferentes temperaturas y del hombre que las habita, habremos llenado nuestro objeto. Fijemos primero nuestras ,miradas sobre el morador de nuestras costas: demos la preferencia a las del sur. ¿Cuáles son las pasiones, cuáles las virtudes, cuál el carácter del hombre que rlabitct estas region.es? I-Ié aquí Iv que he recogido en mis viajes. El Indio de las costas del Océano Pacífico es de estatura media·na, rehecho, membrudo; sus facciones, aunque no bellas, nada tienen de desagradable: el pela negro, grueso, algún tanto ondeado, poca o ninguna barba; la piel bronceada y mucho más morena que la de los demás habitantes de la cordillera. Sus mujeres en poco se distinguen de los hombres. La belleza, los rasgos delicados que distinguen su sexo en los de- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 162 SEMANARIO más pueblos de la tierra, aquí parece que faltan. Los pechos, la voz y un trozo de lienzo envuelto a la cintura son los únicos caracteres exteriores que las distinguen. Si los rasgos varoniles de su fisonomía las acercan a los hombres, sus ejercicios las confunden con ellos. Carga, recorre, nada, navega con la misma intrepidez y valentía: va a la pesca y sigue al marido a la caza. Es verdad que no se arma ni ataca a las fieras con valor; pero ve los combates con un semblante sereno y sin estremecerse. Es verdad que hila, lava, teje, adereza el alimento, asea la casa y su familia; pero con un aire de nobleza y dignidad, con no sé qué de feroz que parece indicar que ubra por necesidad más bien que por inclinación. Tiene los pechos cortos, llenos, más bien piramidales que esféricos, y nunca lacios, a pesar de traerios sie'mpre desnudos; el pelo suelto o llamado hacia la espalda con un ligero trenzado; las orejas perforadas, de donde penden pequeña& arracadas. Los amores en ellos son tranquilos y manifiestan la dureza de su constitución y de sus ejercicios. Apenas conocen los celos, esta pasión terrible que envenena todos los momentos. Tan taciturnos, tan graves, tan serios en el tiempo de sus trabajos y tan pacientes en la caza, como locuaces, bulliciosos e inquietos en sus festines. En éstos beben, comen y danzan sin moderación y sin freno. Durante tres, cuatro o más días, oyen con igual placer el sonido monótono de un tambor y de otros instrumentos tan rústicos como el país. Cuando el Indio rema largo tiempo, cuando derriba los árboles enormes de sus selvas, cuando está cubierto de sudor bajo de ese cielo ardiente, entonces se arroja al agua y se baña con el mayor placer (1). Si los olores gratos (1) Cuando en 1803 se limpiaba el sitio en que se fundaron las bodegas de Carondelet, cerca de la confluencia de los ríos Bogotá y Tululbi, me admiraba al ver a los Indios agitados y cubiertos de Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO son tan' mortales a sus mujeres como a las" nuéstras cuando acaban de parir, la dieta, el recogimiento, el abrigo, les son absolutamente desconocidos. El baño, el' remo, los trabajos do-' ,mésticos, en una palabra, todos los ejercicios. de su vida en nada se alteran con el parto. Es tan generoso y pródigo' de lo que produce su país como avaro de lo que le entra de la cordillera o viene de regiones distantes. El maíz,. 'la yuca, el plátano, y la carne de los animales, silvestres son los únícos alimentos de que usa. Nada desea: contento con su destino y con su. país, mira con índiferencia al resto de la tierra. Vive sin inquietudes y sin remordimientos: la muerte misma no le turba; la ve acercarse con ojos serenos, y expira con tranquilidad. Este es el Indio de las costas del sur. El lllUlato se distingue del indígena sin mezcla P()f muchos rasgos característicos. Es alto, bien proporcionado, su paso firme, su posición derecha y erguida; su semblante serio, el misudor arrojarse al Bogotá, bai'í.arse un cuarto de hora, :i volver a continuar el trabajo con el mayor vigor. Mi termómetro, expuesto al aire libre y de modo que tomase la temperatura del en que se hallaban estos Indios, se mantenia a cerca de 40ª Reaumur: el agua del Bogotá hacia bajar este instrumento a 19ª. Pasaban, pues, estos hombres rápidamente de 402 a 192 de calor, es decir, que repentinamente disminuían la mitad de su temperatura sin ninguna consecuencia. A los 402 de la temperatura del bosque inflamado por los rayos solares, debe añadirse el calor excitado por la violenta agitación en que se hallaban. Aqui se bebe sin peligro agua fresca en medio del mayor calor. No se diga que esto depende del uso, que, acostumbrados desde su niñez a estos excesos, su máquina ya no siente los terribles efectos que ocasiona sobre la cordillera 'esta repentina mudanza de temperatura. Los advenedizos, los que acaban de entrar en ·estas regiones ardientes hacen lo mismo que el Indio de las costas, y los resultados son los mismos. Pregunto: ¿se toca el influjo del clima sobre nuestro sér? Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 164 SEMANARIO rar oblicuo y feroz; casi desnudo, apenas cubre las partes que dicta la decencia. Ceñido de una fuerte cuchilla, el remo en una mano, coloca con majestad la otra en la cintura. Intrépido arrostra todos los peligros, y se arroja con alegría sobre un leño en medio de un mar tempestuoso. Acompañado de sus perros, con una lanza en la mano, recorre los bosques interminables; allí declara la guerra al tigre, al león, al sahino y al tatabro (1): triunfa, y cargado de los d'espojos de estas fieras, vuelve orgulloso a ponerlos con desdén y dureza a los pies de la que hace el objeto de sus amores. Sus bosques, estos bosques amados de que saca la mejor parte de su subsistencia: hacen, SUR delicias, y los mira como el asilo de su libertad. Aquí respira un aire embalsamado y libre, se halla independiente, y todo lo tiene bajo su imperio. Las mismas fieras son para él un patrimonio .inagotable: éstas son sus vacadas y sus rebaños. Sin los cuidados queexijen la oveja, la cabra y el cerdo, le prestan ocasiones de hacer brillar su ligereza y su valor. Las serpientes, estos reptiles que inspiran el wnul' en todos los corazones, apenas conmueven el suyo. Mil veces ha triunfado de sus dardos venenosos con las yerbas (2) que tiene a la mano, (1) En los bosques de Santiago vi dos especies diferentes de puercos silvestres. El uno pequeño, con una zona blanca en el cuello: a éste llaman los moradores tatabro. El otro mayor, enteramente negro, se conoce con el nombre de zahino. Ambos andan en manadas numerosas, ambos tienen la glándula sobre las ancas, yen ambos falta una uña en los pies posteriores. Jamás se mezclan, siempre se evitan. El conde de Buffón ha descrito al tatabro bajo del nombre de pecari o tayazu: es el sus tajassu de Lineo. (2} En 1803 recorrí las selvas dilatadas de Mira, Bogotá, Santiago, Oayapas, ete., por colectar las plantas de estos paises feraces y ardientes. Me acompañaba un Indio Noánama, Célebre en el arte de curar a los mordidos de serpientes, de que abun- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 165 y cuyas virtudes conoce. Cuando la sociedad en que vive quiere poner freno a sus deseos, cuando el jefe quiere corregir los desórdenes, entonces vuelve sus ojos a los bosques tutelares de su independencia. Cuatro tiestos, una red, una hacha, su cuchilla y su lanza se colocan con velocidad sobre la barca, a donde le siguen su esposa y su familia: rema, atraviesa el laberinto de canales que forman los ríos hacia su embocadura, se hunde después en las selvas, y se arranca para siempre de una sociedad que coartaba sus deseos, o que castigaba sus delitos.· El carácter duro que le distingue lo conserva hasta en sus amores. No son los halagos, no los servicios los que leaseguran las conquistas. Un mono, un sahino, un armadillo, un pescado ofrecido c~m f.i.ereza, unas miradas menos duras, alguna vez promesas y aun amenazas son los resortes que pone en movimiento. Apenas se ha hecho dueño de dan estos lugares. Cuando yo meextremecía a la vista de alguna y manifestaba mis temores, el Noánama me sosegaba, y me decía: No temas, blan· co, yo te curaré si te pica. Procuré de todos mo· dos merecerme Sll amistad, y halagaba su pasión por la bebida, le hacía presentes; y cuando creí que poseía su confianza, le pedí \ me manifestase sus secretos y sus yerbas. Convino, pero con reservas, y siempre ocultándose de los demás compañeros de nuestras expediciones botánicas. De repent~ se desviaba, cogía un ramo, y a solas me decía: Esta es buena contra. Yo observaba, fijaba el género, diseñaba y describía la especie. Varias veces repitió esta operación, y yo conocí muchas contras, usando del lenguaie de mi compañero. Pero lo que me admiró y llamó toda mi atencíón, fue que todas las plantas que me presentó leomo eficaces en la mordedura de las serpientes eran de un solo género: todas eran Heslerías. ¿ Cómo este rústico jamás equivocaba el género, este género tan vario y caprichoso? La experiencia, un uso dilatado, una casualidad feliz han enseñado seguramente a los moradores de los países en que abundan las serpientes que tal planta es un remedio poderoso. La Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 166 SEMANARIO un corazón, dicta leyes severas cuya transgresión castiga con la muerte o con las más duras penas. Este es un tirano, aquélla una infeliz. Si comparamos a éstos con el Indio y las demás castas que viven sobre la cordillera, veremos que aquél es menos bronceado, sus facciones se parecen a las de los que viven en las costas: el pelo cerdo y absolutamente lacio. Estos son más blancos y de carácter más dulce. Las mujeres tienen belleza, y se vuelven a ver los rasgos y los perfiles delicados de este sexo. El pudor, el recato, el vestido, las ocupaciones domésticas recobran todos sus derechos. Aqui no hay intrepidez, no se lucha con las ond~~sy con las fieras. Los campes, las miese"s, los rebaños, la dulce paz, los frutos de la tierra, los bienes de una vida sedentaria y laboriosa están derramados sobre los Andes. Un cult.o regladu, unos principios de moral y de justicia, una sociedad bien formada y cuyo yunecesidad; fa más imperiosa de todas las leyes, habrá oblillado a bus cal' m~ "m~e'H~!!.~!)en c~c de faltar la yerba conocida. Las formas, el hábito, algunos caracteres más notables, los habrán guiado en la comparación de laS especies; el suceso habrá correspondido a sus esperanzas, y la ciencia médica de los salvajes ha admirado a los filósofoS. Un hombre que no ha oído jamás los nombres de Lineo, de familias, de géneros, de especies; un hombre que no ha oído otras lecciones que las de la necesidad y el suceso, no podia reunir nueve o diez especies bajo de un género, que él llama COIIltra y los 'botánicos Besleria, sin que tuviese un fondo de conocimientos y de experiencias felices en la curación de hs desgraciados a quienes habían mordido las serpientes. No pretendo que se crea sobre su palabra; pero estos hechos deben llamar nuestra atención yestimularnos a que hagamos experiencias con todas las beslerias. Por fortuna el género está abundantemente esparcido en los países ardíentes y templados, y no faltan en los frios. Si corresponde el suceso, ¡qué conquista para la hllmanidadt Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 167 go no se puede sacudir impunemente: un cielo despejado y sereno, un aire suave, una temperatura benigna, han proctu0ido costumbres moderadas y ocupaciones trangullas. El amor, esta rona tórrida del corazón humano, no tiene esos furores, esas crueldades, ese carácter sanguinario y feroz del mulato de la costa. Aqui se ha puesto en equilibrio con el clima, aquí las perfidias se lloran, se cantan, y toman el idioma sublime y patético de la poesía. Los halagos, las ternuras, los obsequios, las humillaciones, los sacrificios son los que hacen los ataques. Los celos, tan terribles en otra parte & que más de una vez han empapado en sangre la basa de los Andes, aquí han producido odas, canciones, lágrimas y desengaños. Pocas veces' se ha honrado la belleza con la espada, con la carnicería y con la muerte (1). Las castas todas han cedido a la benigna influencia del clima, y el morador de nuestra cordillera se distingue del que está a sus pies por caracteres brillantes y decididos. Después de esto, ¿se dirá que no tiene ninguna influencia sobre nuestro sér el clima y la temperatura? ¿Se me preguntará qué diferencias he notado en los diversos cli(1) No quiero decir que no' haya en todos los climas hombres justos, bellezas modestas y virtuosas; no quiero decir que no haya vicios aqui, y' alli delitos. En todos los niveles, en todas las temperaturas, en todas las latitudes hay modelos de justicia y de probidad. Pero, para juzgar de las cosas, es preciso no confundir los pequeños movimientos con el mo\'imiento de la masa total, es precisc ~G d:esl~.:nbr~:rs~ ~G:r:.. 1~3 ir:"cgcl~::-id~dc3'Y no caer en el ,error de tomar por ley las anomalías que provienen de causas aisladas y parciales: es preciso elevarse, abrazar el todo, y considerar el curso del sistema general. Asi como se engañaría el hombre que a las orillas de un gran río .quisiese juzgar de su curso por las corrientes parcIales de los bordes,. ocasionadas por los ángulos .entrantes,. salientes y por las rocas: bajo de este punto de VIsta que se deben mirar todos los rasgos generales de este papel. es Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 168 SEMANARIO mas que he recorrido, para obligarme a decir que se puede tocar su influencia sobre nuestra constitución, sobre nuestras virtudes y sobre nuestros vicios? ¡Ah! si me fuera permitido levantar el velo, si pudiera indicar en un escrito público, con caracteres sencillos, los usos, las costumbres, las preocupaciones, las virtudes y los vicios de los diferentes pueblos que he visitado en mis excursiones, entonces vería el autor de la carta que he tenido razones para decir que en la Nueva Granada se observa, y se puede decir se toca, el influjo del clima sobre el hombre. Si los hombres son diferentes, la vegetación de nuestros Andes parece que toca en los extremos. En el corto espacio de 20 leguas halla el botánico observador plantas análogas a las de la Siberia, plantas semejantes a las de los Alpes, la vegetación de Bengala y la de la Tartaria septentrional. Basta descender 5 mil varas para pasar de los musgos del polo a las selvas del ecuador. Dos pulgadas de más en el barómetro hacen mudar de faz al imperio de Flora. Los bálsamos, las recinas, los aromas, los venenos, los antidotos, todas las cualidades enérgicas están en la basa de nuestra soberbia cordillera. Los cereales, las hortalizas, los pastos, las propiedades benignas están sobre sus faldas. En las cimas se han refugiado las gramíneas, los musgos y la mayor parte de las criptogamias. Aquí se vuelven a hallar calidades enérgicas en algunas plantas. Los extremos, ya lo hemos dicho, se tocan. ¡Qué diferentes son las selvas de Santiago de las de las cercanías de Quito! La altura de los árboles crece en razón inversa de la elevación del suelo en que nacen. En las costas son colosales, y los diámetros enormes; los troncos derechos, perpendiculares, y dejando entre sí grandes espacios vacíos. Las volubles abundan en extremo. Maromas, cables semejantes a los de un grueso navío, ba- . jan y suben, unas veces perpendiculares, otras envolviéndose espiralmente al rededor de los Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 169 troncos. Aquí forman bóvedas, allí techos que no pueden penetrar los rayos ardientes del sol. Las palmeras, estos orgullosos individuos de las selVas inflamadas, levantan a los aires sus frondes majestuosas, y descuellan sobre cuanto las rodea. Pocos musgos revisten los troncos. Las raíces someras se extienden horizontalmente a distancias prodigiosas. Un huracán, una ráfaga de viento arranca con facilidad estas masas inmensas que parecía desafiaban a todas las convulsiones y a la duración misma de los Siglos. En su ruina envuelven a todo cuanto existe en su vecindad. Hombres, animales, plantas, todo queda oprimido bajo de su mole. El 'silencio augusto que reina en estas soledades en medio de la noche, se interrumpe con frecuencia con el ruido espántoso que causa su caída. No es el diente, no las garras del tigre, no el veneno mortal de las serpientes lo que más se teme en el fondo de estas selvas. Los vientos, las dislocaciones del aire ponen pálido al viajero y le sacan de su lecho. ¡Cuántas veces turbó mi reposo una aura ligera seguida de un crujido! A cada paso hemos hallado espacios de ciento, de doscientas varas, cubiertos. de palizadas provenidas de la ruina de un árbol que desplomaron los años y los vientos. . Los árboles de la parte alta de la cordillera son unos pigmeos comparados con los de la basa. Estos suben a 40, a 50 y frecuentemente a 60 varas de altura: aquéllos no se elevan sino a 10, a 15 y .cuando más a 20. Sus raíces profunUj~IUl,y h:.:¡j,:¡Len a ia impetuosidad de los vientos que reinan en estos lugares elevados. Sus troncos son aproximados, tortuosos y vestidos enteramente de musgos. Las plantas volubles son infinitamente en menor número. Aquí abundan los pothos, las titilancias y demás parasíticas. Una sola palmera elevada, otras enanas conservan en las alturas la forma de estos vegetales que parecen prodigados en las llanuras calurosas. En fin, si pierden de majestad Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 1'70 SEMANARIO las selvas elevadas de los Andes, adquieren en recompensa contraste, belleza, y no sé qué de tocante que nos arrebata. Cuando atravesamos un bosque, hallamos al lado del roble (1) colosal el musgo humilde: la palmera erguida, que ha sustentado muchas generaciones, tiene cerca de sí al lirio efimero: unas se arrastran sobre la tierra, otras se elevan a los cielos. Sobre el cuerpo inmenso del robusto caracoli (2), dan cien giros espirales la banlsterla Y el convólvulo, que, entrelazándose de todos modos, forman festones y caprichos en que brllla el oro al lado de la púrpura. El toluifera aromático se halla asociado al venenoso manzanlIlo, y la quina, el árbol de la vida, la más preciosa producción del reino vegetal, i11ezclada confusamente con la. apacua (3) Y con la ortiga. l'.1. :ás allá aparece el lisianto enorme, de cuyos ramos pende y flota en el aire el salvaje, ramos que, imitando la forma de una cabellera encanecida, imprime en el gigante de los bosques el carácter de la venerable ancianidad. El loral1to y las orquídeas} desdeñándose de touíar su jugo de 10, tierra, han fijado su residencia sobre la copa de los grandes árboles. Por todas partes vemos el junco al lado de la rosa, la grama con la encina, el cardo Y el tomillo; los aromas mezclados con las exhalaciones mortales, el antidoto con el veneno, lo grande y lo pequeño, lo bello y lo horroroso, lo estéril y lo fecundo, la dilatada duración y los momentos. Concluimos que las plantas se han esparcido sobre la superficie de los Andes sin designio, Y que la confusión y el desorden reinan por todas partes. Pero no juzguemos de la naturaleza por las primeras impresiones: desconfiemos de las apariencias; no la calumniemos antes de penetrar más en su santuario augusto; acerquémonos, observemos, midamos (1) Quercus granaiensis. (2) Anacardium caracolf. (3) Hura crepitana. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 171 antes de decidir sobre materia tan importante. Observo que el anacardio, la rizófora, la cesalpinia, la heliconia, las plumerías, desaparecen a las '"2.000 varas sobre el océano; veo que a' estas formas suceden las 'grandes melástomas, los robles, las clusias, las quinas; que a éstas siguen la barnadecia, la valea. las gencianas, la mutisia, la alstonia, las gramíneas. laespelecia y los musgos. Las primeras no se conocen sobre los Andes, y las últimas no se han v.¡sto en nuestras costas. ¿En qué punto dejan de' existir las unas para ceder el lugar a las otras? ¿Hay un nivel, existe algún limite de donde no puede pasar la vegetación de tal 'especie? Este es el secreto que es preCiso arrancar a la naturaleza. Para esto he observado los Andes de las cercanías del ecuador, desde su basa hasta la mansión de los hielos eternos; he visitado las plantas bañadas por las ondás del océano, y subido con el mismo objeto, y siempre con el barómetro ·en la mano, a las cimas de Pichincha, del Corazón, de Imbabura, de Cotacache, del Asuay, del Coconuco, y del Guanacas; he recorrido 99 en latitud, y 5Q 30' en longitud, siempre subiendo y bajando, en todos sentidos, esta inmensa y soberbia cordillera. He hallado que existe una línea, a 5.320varas castellanas (1), páralela al horizonte, sobre la cual no puede viv,ir ninguna planta, en donde no se ven sino rocas desnudas, hielos, arenas y nieblas. He visto que los musgos, las gramíneas. un lupino dan principio a la vegetación; que estas plantas no' bajan de un término constante, de una línea paralela a ia prllnera en todas las circunstancias y en todas las latitudes bajo de que he observado. He visto que las cua·(1) En 1804, cesaron las lluvias, y los calores fueron considerables en Quito. Entonces desapareció la nieve en Pichincha, y la nieve permanente subió a 5.786 varas castellanas. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 172 SEMANARIO tro (1) especies de quinas oficinales del célebre Mutis, las cuatro especies únicas que hasta hoy conocemos, tienen igualmente límites de que nunca pasa su vegetación; he visto los espacios que ocupan el cacao, la cebada, la papa, la caña de azúcar Y todos los frutos que nos alimentan; he visto los límites del bombax, de los cocos, del espendias y de un número prodigioso de plantas: he concluido que cada región, cada temperatura, cada capa de aire, cada pulgada del barómetro presenta diferente vegetación; que ésta, fuéra de los trópicos, depende de la latitud, y casi sólo consulta a este elemento para mudar de propiedades, de estatura de formas; cuando, en la zona calurosa, en la Nueva, Granada, en nuestro!'! Andes ecuatoriales, olvida la latitud y parece que no atiende sino a la elevación sobre el océano. lié aquí un orden que no sospechábamos; hé aquí un plan vasto y profundo, una n1ano sa ... bia y omnipotente que todo lo ha distribuido conforme a las leyes de la presión y del calor, y en fin, que este desorden aparente no produce sino el contraste, la belleza y la alegría. Que nos digan ahora que el clima no influye, que las producciones de la naturaleza no de(1) Bien sabemos que este número alarmará a tos botánicos que se lisonjean de poseer ya 60 'especies en el género chinchona. Pero cuando la Europa vea las observaciones profundas y detenidas del ilustre Mutis, cuando sienta la confusión y el desorden en la nomenclatura, cuando los sabios se vean precisados a implorar con Vhal la ciencia de Edipo para distinguir las especies, estas especies formadas, no por la naturaleza, sino por la temperatura y por el nivel, entonces confesará que no existen sino cuatro primitivas, que los pelos, el tamaño y aun las formas de las hojas, las tintas, la escala, etc., etc., que han deslumbrado a botánicos poco experimentados, no constituyen especie, y que esos 60 individuos son la obra del calor, de la presión atmosférica, de la altura, y, en una palabra, del clima. Trabajamos una memoria sobre estas materias, que el público verá bien presto. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 173 penden de la temperatura, y que ésta es indiferente en todos los seres organizados. Yo les responderé con el liivel y con las plantas; yo les preguntaré: ¿por qué en esta llanura de Bogotá no se elevan palmeras a los aires? ¿Por qué nuestros rebaños jamás han descansado a la sombra del espacioso bombax? ¿Por ,qué la rosa, la adormidera y el clavel no esmaltan los jardines de nuestras costas? ¿Por qué nuestras campiñas no producen al lado del durazno el melón y la zandia? ¿Por qué la papa, la cabada y el trigo (1) no cubren los te. rrenos feraces de Cartagena? Es preciso haber renunciado al buen sentido, es preciso cerrar los ojos a los torrentes de luz que presentan la observación y la experiencia, para sostener que es indiferente el calor y el frío sobre los seres organizados. Nuestros animales están también distribuidos por el calor y por el frío. ¡Qué diferentes son los moradores de las selvas del Orinoco y de Chocó, comparados con los que habitan las faldas, y los de la cima de nuestra cordillera! El cocodrilo, los lagartos, la tortuga, el tigre, las serpientes, el mosquito, y mil otros insectos diferentes, viven, se complacen y multiplican en las orillas del océano y en las soleda(1) En 1802 formé una memoria sobre la nivelación de los frutos que cultivamos en la vecindad del ecuador. En ,ella· fijé los límites a que 'está reducido el cultivo de la papa, caña de azúcar, yuca, plátano, cebada, cacao, maíz, trigo, etc. Este, que por excelencia es ,eiaÍImento dei hombre, mereció una preferencia decidida. Yo he hecho ver que existe una zona en que únicamente prospera este grano precioso; que, pasando sus limites,· se deteriora y pierde todas sus buenas calidades; y que el centro de esta zona ,es el centro del mejor trigo. En fin, he resuelto 'este problema agricultor: «Dado el terreno ·dentro de la zona del trigo, señalar ,el lugar 'en que se da más blanco, más gustoso y más propio para nuestro alimento». Puede ser que esta memoria tenga un lugar en nuestro Se- manario. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 1'14 SEMANARIO des ardientes. Aqui se oyen los gritos lamentables del perezoso, aquí devasta el jaguar, pueblan los aires el guacamayo, el loro, el paletón. Más arriba el oso, la danta y el ciervo, corren y atraviesan grandes espacios sobre la nieve y sobre la cima casi desnuda de los Andes. Todos están circunscritos, todos tienen límites que no pueden pasar. El tigre jamás ha empapado en sangre las orillas del Bogotá; la cascabel jamás ha inspirado el terror en el corazón del Quiteño, y el que habita nuestras costas no conoce a nuestros ciervos. Que se recorra el globo, que se suba a las cimas o se baje a los valles, que se examinen los bosques y se pase revista a todos los animales; que el hombre mismo se sujete a este -examen: en todas partes, en todos los seres, se halla profundamente grabada el sello del calor y del frío; no hay especie, no hay individuo, en toda la extensión de la tierra, que pueda sustraerse al imper,io ilimitado de estos elementos: ellos los alteran, los modifican, los circunscriben;- ellos varían sus gustos, sus inciinaciones sus vírtuC1es y sus vicios. Se puede pues, decir que se observa Y se toca el influjo del clima sobre la constitución y sobre la moral del hombre. Presión atmosférica Un flúido elástico, comprensible y d~áfQno rodea nuestro globo. A esta capa ambiente llamamos atmósfera, y al flftido que la constituye, aire. El hombre y todos los animales nacen, viven, envejecen Y mueren en medio de este flúido: no pueden salir de él sin expirar prontamente. La circulación de la sangre, los movimientos alternativos del tórax y las funciones más esenciales de la vida, se hacen por su medio. Consideremos sus propiedades y sus efectos sobre la economia de los animales y de las plantas. La gravedad del aire, unida a su elasticidad, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 175 lo comprime y lo hace más o menos denso, siempre en razón del peso que lo oprime. En las costas sostiene todo el peso de la atmósfera, y por consiguiente su densidad aquí es la mayor que puede tener. Disminuye en razón directa de la altura, y la columna mercurial en el barómetro es siempre proporcionada a ella. El Cartaginés está según esto más oprimido por el aire que el Hondano, más el Hondan o que el Popayanejo, más éste que el habitante de Quito, Santa Fé, Pamplona, etc. Para que se forme una idea justa de los efectos de la presión atmosférica, calculemos el peso que sostiene el hombre en los diversos puntos de los Andes. La piel humana, en un individuo de estatura regular, presenta una superficie de 15 (1) pies cuadrados; el barómetro se sostiene al 'nivel del mar a 338,9 líneas: luego un hombre de la costa sufre un peso igual al de un sólido de mercurio de 15 pies cuadrados de base, y de 338,9 líneas de elevación. Por cálculos que seguramente fastidiarían aqui, hemos hallado que este sólido pesa 35.604 lib. cast.: este el peso que gravita sobre un individuo de las costas. Bajo de los mismos principios hemos calculado la presión, en libras, para todos los pueblos principales del Virreinato, la que manifiesta la tabla que se halla al fin de esta . memoria. A su simple aspecto, admira la enormidad del peso que cargamos sobre nuestro sér y las diferencias que existen en los. diversos niveles de los Andes. El que vive en la extremidad. es decir, en la línea a donde el hombre ha subido el cultivo y. los ganados, carga 13.857 libras menos que el Guayaquileño, Cartaginés, etc. ¡Qué efectos tan señalados debe producir esta disminución sobre nuestro cuerpol Sabemos que en nuestros países el barómetro tiene pocas variaciones; que son regladas y que guardan cierto período; que por la mañana se eleva y que baja por la tarde; en fin, (1) Sauvages, DisertaiC. sobre el aire. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 176 SEMANARIO que en los lugares bajos la variación diurna va desde 2 hasta 3 líneas, y en los elevados desde 1 a 1 y media, cuando más, en un mismo día. En Santa Fé, se puede fijar a 1 línea sin error sensible. Nosotros pasamos con el barómetro de una mayor a una menor presión dos veces en 24 horas: por la mañana tenemos sobre nosotros 105 libras más que por la tarde, Y a prima noche tenemos 105 libras más que en la aurora. Esta variación de peso diurno crece a proporción que se baja de la cordillera, y en la costa llega a 315 libras. Este balance periódico debe producir efectos bien considerables sobre nuestra economía. La respiración es una de las funciones animales más importantes: ella depende absolutamente del aire atmosférico. Sabemos que este fluído está compuesto de dos gases diferentes, de ázoe y de oxígeno. El primero, inútil para la respiración, en el que no pueden arder los cuerpos inflamables ni oxidarse los metales, entra en el pulmón y sale sin alteración. El Qxígl'no; p.stl' principio de la vida. entra. se descompone Y forma dos combinaciones diferentes. Uniéndose al carbono de la sangre, forma el gas ácido carbónico; y uniéndose al hidrógeno, forma el agua. En estas combinaciones, hay un desprendimiento de calórico, que, depuesto en la sangre, lleva el calor y la vida a las extremidades del cuerpo. El hombre y todos los animales son unos verdaderos hornillos, ardemos como la lámpara y perecemos como ella. De estos principios, sólidamente establecidos por M. de Lavoisier, deducimos que, en los lugares en que el aire es más denso, hay más descomposición de oxígeno, más carbono, más hidrógeno arrebatado a la sangre, y en fin, más calórico depuesto en ella. Por el contrario, en las regiones elevadas, en donde el aire es más ligero, deben disminuir todas las pérdidas y todas las adquisiciones de la sangre. En Cartagena, en Portobello y en todos los lu- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 177 gares de nuestras costas, se respira un aire más denso que en Santa Fé y en todos los punt,os elevados de la cordillera. Inferimos que en los primeros se consume mucho más oxígeno en cada inspiración, se desprende mucho más calórico, se gasta más hidrógeno y más carbono .de la sangre que en los segundos. Estos gastos y estas reparaciones son siempre proporcionales a la densidad del aire. ~ Consideremos lo que sucede en un individuo de Cartagena. Dos son' los agentes exteriores que obran poderosamente sobre él: el mayor calor y la mayor densidad del aire. Uno de estos agentes compensa lbs efectos del otro. El calor, enrareciendo al aire, disminuye los efectos de la respiración; pero los. deja siempre bien superiores . a los que se observan en los lugares elevados. Cuando el aire no se condensase por el peso que le oprime, cuando Cartagena tuviese la misma presión atmosférica que Santa Fé, su temperatura sola debe obrar poderosamente sobre el hombre. Si a este calor ambiente se añade el que suministra la respiración, tendremos la suma de calor que obra sobre el cuerpo de un cartaginés. Los efectos deben ser prodigiosos y proporcionados a las causas. Dilatación de los sólidos, dilatación de los líquidos, sudor copioso, transpiración abundante, consumos y reparaciones frecuentes, serán las funciones que ejerza continuamente. Por el contrario, en Santa Fé, en Quito y en todos los pueblos elevados de la cordillera, el aire se enrarece y el calor disminuye. De aauí menos transpiración, menores las pérdidas y menores las reparaciones que necesita el indi.., viduo. ¡Qué efectos, qué variaciones en las fuerzas, en los humores, en las inclinaciones, en el ingenio, en los gustos, en las virtudes y en los vicios! Yo lo dejo a la consideración de los físicos. No por esto se crea que la sangre del cartaginés es más caliente que la del que vive sobre la cordillera. La naturaleza, siempre sabia, siem- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 178 SEMANARIO pre profunda en sus obras, ha provisto los medios para mantener a una misma temperatura el calor animal en todos los climas, en todos los paises y en todas las latitudes. En los lugares elevados hay menos transpiración, Y por consiguiente menos calórico abSorbido, y nienos frescura producida por ella. En los lugares bajos se aumenta prodigiosamente la transpiración, hay más calórico absorbido y más frescura producida por la transpiración. En aquéllos las inspiraciones son más aceleradas (1) y las pulsa(1) «De todos nuestros órganos, dice Saussure, :rtinguno padece más por la ra:ridad del aire que el de la respiración. Se sabe que para mantener la vida, principalmente en los animales de sangre caliente, es preciso que una cantidad de aire atraviese sus pulmones en un tiempo dado. Luego, si el aire que respiran es dQ'blen~!lte -raro, ,es necesario que sus inspiraciones sean al doble más :frecuentes, con el fin de que la raridad seacompensada con el volumen. Esta aceleración forzada de la respiración es la que causa las fatigas y las agonias que se experimentan en las grandes alturas. Al mismo tiempo que la respiración se acelera, se acelera la circulación también. Ya lo había experimentado en las cimas elevadas, y deseaba hacer una pruebá ,exacta sobre el Monte Blanco. y para que la fatiga de la subida no se confundiese con los efectos de la raridad del aire, no hice la experiencia sino después de estar cuatro horas en tranquilidad sobre la cima. Entonces el pulso de Pedro Balmat daba 98 pulsaciones por minuto; el de mi criado Tenu, 112, yel mío 100 en el mismo tiempo, cuando en Chamuní, después de un largo reposo, los mismos y en el mismo orden, dieron 49, 60, 72 pulsaciones por minuto. «Estábamos, pues, en un estado de fiebre, que explica, así la sed que nos atormentaba, como la aversión al vino, a todos los licores fuertes, y aun a toda especie de alimento. Sólo el agua era apetecida y causaba placer. Daba mncho trabajo encender carbón para derretir la nieve, único medio que teníamos para procurarnosesta bebida. Si se comía nieve, se aumentaba en lugar de apaciguarla ... Cada individuo tiene límites perfectamente señalados en Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 179 ciones más frecuentes; en éstos se hacen con más lentitud estas .funciones: se compensa maravillosamente el desprendimiento del calórico y se establece el equiIibrio. El calor de la sangre, el calor animal, el de los flúidos interiores, tienen, ya lo hemos dicho, 329 en todos los· países. El feto en el seno de una Cartaginesa nada en un flúido igualmente caliente, que el feto encerrado en el seno de una mujer de Santa donde la raridad del aire le es absolutameente insoportable. Muchas veces me he acompañado con paisanos bien robustos que a cierta altura se hallaban tan incomodados, que les era imposib1e subir más. Ni el reposo, ni los cordiales, ni el ardiente deseo de llegar a la cima les ·podía hacer pasar de este nivel. Los unos eran atacados de palpitaciones, otros de vómitos, otros de desmayos, y en fín, otros de una fiebre ardiente. Todos estos accidentes desaparecían en el momento en que comenzaban a .respirar un aire más denso. He visto que estas indisposiciones detenían a unos a 800 toesas sobre el mar, otros a 1.200, muchos a 1.600, y yo comenzaba a sentir estos efectos a las 1.900 toesas ... pero de este término hacia arriba los hombres más ejercitados comienzan a padecer ... Voyage dans les Alpes, t. 4, p. 207 Y siguientes». Nuestros Andes exceden con mucho a los Alpes: tenemos pueblos, cabañas, ciudades populosas a unas elevaciones prodigiosas; muchas familias viven a 4.900 varas sobre el mar con la más perfecta salud; recorren, suben, bajan sin convulsiones, ni agonía; se multiplican, y son dichosos cuando tienen al géner,ft humano 'baio sus pies. Tal vez un largo intervalo de tiempo ha confortado sus pulmones, y los ha acostumbrado a respirar un aire sumamente ratificado. Los que han nacido en la basa de la cordillera padecen cuando suben rápidamente a las faldas. Cuando un habitante, por ejemplo, de las orillas del Magdalena sube a la , explanada de Bogotá, siente que sus orinas se aumentan y que necesita evacuarIas con frecuencia; los labios se le secan hasta el punto de mudar la piel de estas partes delicadas; los ojos se le encienden; la nariz destila abundantemente, y una sed ardiente le obliga a beber las aguas heladas de estas regiones. Si como se detiene a 3.156 varas! Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 180 SEMANARIO F~. ¿Por qué ha de acelerar su desarrollo y su salida? Sabemos que las plantas respiran, y que el aire atmosférico les es tan necesario para conservar la vida como a los animales. Sus hOjas son sus pulmones. En este órgano se verifican las absorciones y emanaciones del aire que las rodea y las alimenta. Sabemos que todas las plantas tienen límites prescritos sobre los Andes, que sus pulmones destinados por el Creador a respirar un aire de determinada densisubiese repentinamente a Guadalupe (3.937 varas) o a Chingaza, los sintomas serian violentos, ocasion"ri"n "rancles males v [" muerte misma. --l'-~--¡~~m~~~¡~to -qu~--e~ Suiz~-h~y -hombres que no pueden pasar de cierto nivel sobre los Alpes. ¿ CuáuLotol t~lltl!'ell!OSi HUSOLl"Ob y,ue uu pu~den vivir en Santa Fé, en Popayán o en Quito? ¿No habrá Pllimone" delicados que no resistan la raridad del aire de estos lugares i' ¿ Quién sabe si una buena parte de las afecciones de pecho que padecen nuestros compatriotas provienen de la poca presión a que están sujetos sus pulmones? Sobre los Andes,en d.onde con mayor rapidez mudamos de presión y de nivel, deben los médIcos estar atentos para no dar consejos precipitados; deben conocer los efectos de un aire más denso o más rarificado sobre la respiración; deben saber qué grado de densidad tiene la atmósfera de todos los lugares de su provincia; deben conoc,er el barómetro. j Qué importantes, qué preciosas aparecen a mis ojos las observaciones barométricas consideradas bajo de este punto de vista! Este instrumento capital en la meteorología, agricultura, botánica, es de la última importancia en la medicina. Por fortuna somos ricos en observaciones del barómetro, y hacemos ventajas en este punto a los pueblos los más cuItas de la Europa. Unidas las observaciones de los sabios del viaje al ecuador, las del infatigable Mutis, las de Humboldt, las de Restrepo en la provincia de Antioquia, las de Wiesner ,en Pamplona, Socono, t:tc., y las miast:n Neiva, Timaná, Popayán, Pasto, Ibarra, Quito, Ríobamba, Cuenca, Laja, etc., formarían una colección respetable y digna de que la ojeasen los que tienen el cuidado de reparar nuestra salud. la Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 181 dad no pueden vivir ni más arriba ni más abajo. Entonces sus órganos se obstruyen o dilaceran; bajo de otra presión atmosférica se marchitan y perecen. Tal vez este principio, más bien que la. temperatura, impide subir a la cima de la cordillera los frutos de los valles, y bajar a los valles los frutos de las alturas (1). Carga eléctrica La electricidad, este agente poderoso de la naturaleza, este flúido que en las manos de Plinio era un juguete, y en las de Franklin el rayo, obra poderosamente sobre nuetro ser, sobre los animales y sobre las plantas. Sabemos que acelera la circulación, la secreción de los humores, y también la transpiración. Sabemos que está generalmente esparcido en toda la naturaleza, que es más vigoroso en los lugares aislados y distantes de otros cuerpos; sabemos que' no guarda ninguna .ley con el nivel: cuando aqui se condensa, allí apenas es sensible; en fin, sabemos que hay una circulación continua de este flúido de la tierra a la atmósfera y de la atmósfera a la tierra. Todos los seres organizados están en la mitad de su curso y le sirven de conductores para subir y para bajar. Los árboles, las torres, los animales todos la absorben o la dan a la atmósfera (2). Es verdad que los vapores son su prin(1) Después de esto, ¿ querrá don Hipólito Ruiz connaturalizar la quina en España? ¿ Esta quina que nace en las alturas de los Andes? (2) La cantidad prodigiosa de 'este flúido (eléctrico), dice Mr. de Saussure, que continuamente desciende de lo alto de la atmósfera filtrándose al través del aire para pasar a lo interior de la tierra, debe necesariamente volver a salir de aqui. Sin esto el aire se despojaría absolutamente y la tierra llegaria a saturarse. La circulación perpetua de este flúido, verificada por los vapores es un fenómeno tan importante como admirable. Sube invísíbIe, inactivo, oculto en ,el seno de los vapores; desplega después su energia cuando estos vapores Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 182 SEMANARIO cipal vehículo; pero nosotros también tenemos una parte de esta función importante de la naturaleza. Si un hombre habitase la cima de una colina separada de toda otra masa, haría las funhan mudado de forma, y baja activo, animado de su fu!"rza penetrante y expansiva. Las cimas de los árboles, las puntas de las hojas, las barbas de las espigas le salen al encuentro, te atraen y le obligan a pasar al través de los vegetales, que sin duda anima, y en que, descomponiéndose, viene a formar la parte más sabrosa y más activa. ¿ Por qué las plantas que crecen sobre las rocas desnudas y escarpadas aventajan mucho en sabor y en virtudes medicinales a las que crecen en los países llanos? La causa es porque la cantidad y 'energía de este flúido es mucho ffi!lyor en las cimas aisladas. «¿ y 1~'l animales no gozan de la influencia inJ¡J.ediatade este flÚido? Ya lo he dicho en mi carta en el Diario de París. Después que las ,experiencias hechas con mi conductor portátil han probado que la electricidad atmosférica se hace sentir tan cerca de la superficie de la tierra, no se puede dudar que la dulce y continua ,electrización que experimenta un hombre qu~ .:;c pa~t;i:1. a.l ai¡:'~ Iibi"é .en un lugar elevado y descubierto, no influya sobre sus órganos, sobre la circulación de la sangre, sobre la secreción de los bumores y sObre la transpiración. Esta electricidad ¿ no será una razón por 1a cual el ejercicio al aire libre contribuye más a la conservación y al restablecimiento de la salud, que el que se hace a cubierto y ,en lugares abrigados? Los que se persuaden de esta ventaja, pueden llevar unos de mis pequeños electrómetros, que les indicará la intensidad y los lugares más ventajosos. Se aumentarían los efectos llevando sobre la cabeza un pequeño conductor de metal del cual se podría formar una gorra airosa y elegante. «Si M. Mesier hubiera tratado a sus enfermoS al aire libre, no dudo que habría atraído sobre enos este flúido activo y universa}". Voyage dans les Al· pes, t. II, p. 252. Un simple alambre de metal colocado sobre la copa del sombrer. y revestido en forma de turbante seria bello, y ventajoso a los enfermos: a caballo tendría mayores efectos. Entonces el conduc- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 183 ciones animales mejor que otro que VIVIeseen el fondo de un valle. Así, la electricidad modificará la constitución y mudará las inclinaciones. El flúido eléctrico pone en movimiento y causa agitaciones terribles a las serpientes (1). (1) «Los tigres y los demás animales del Africa, dice el conde de Lacepede, más sedientos de sangre que de agua, vienen a las orillas de los ríos más bien para sorprender sus' víctimas, que para apagar su sed. Atacados por las enormes serpientes, ellos las atacan también. En el momento principalmenteen que el calor de estos países ha venido a ser más sofocante por la aproximación de una be>rrasca que dispara rayos y hace oír espantosos truenos, y en que la acción del flúido eléctrico derramado en la atmósfera da una nueva vida a estos reptiles,es cuando, atormentados de una hambre extrema, animados por ,el ardor de una arena abrasadora y de un cielo que parece inflamarse, rodeados de fuego, y lanzándolo ellos mismos de sus ojos centelleantes, se disputan la serpiente yel tigre el imperio de estas riberas tan frecuentemente ensangrentadas. Los viajeros dicen haber visto este espectáculo terrible. Un. tigre furioso, cuyos rugidos llevaban el espanto y el terror a todos los lugares, entierra sus uñas, desgarra con sus dientes, hace correr la sangre de una serpiente desmesurada, que, arrastrando su cuerpo gigantesco y silbando de dolor y de rabia. envuelve al tigre en medio de espirales multiplicadas, lo cubre con su espuma ensangrentada, lo oprime bajo del peso de su cuerpo enorme, y hace t1'3f1Uearsus huesos en medio de todos los reSOl'tes violentos de sus anillos: los esfuerzos del tigre son vanos, sus armas impotentes, y muere en medio de las espiras del enorme reptil Clue le tiene ,encadenado». Histoire Na;,ui-eH" ~"'" &rpents, p. 50. tor más elevado absorbería más electricidad. Se debe cuidar de apartal'se de los árboles, colinas, edificios, y de caminar por la mitad de nuestra bella explanada. En fin. no se debe usar de este turbante eléctrico cuando amenace alguna tronada: seria la mayor imprudencia pasearse ,en estos momentos con un conductor en la cabeza. Un golpe eléctrico, un rayo, serían las consecuencias. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 184 SEMANARIO ¿Por qué no ha de obrar también sobre nosotros y sobre todos los animales? Las plantas de los lugares aislados tienen virtudes y sabor más fuerte que las mismas que nacen en las regiones hUlIlildes. De todo concluímos que este flúido activo, sutil y poderoso, las más veces invisible, que agita y conmueve la bóveda azulada, que forma el rayo, que incendia y destruye nuestros edificios, que amenaza nuestras cabezas y hace temblar a los reyes sobre el trono, tiene una acción poderosa sobre nuestros órganos, y por consiguiente sobre nuestras potencias. Montañas Las montañas, estas eminencias de nuestro globo, que, variando nuestra morada, nos llenan de presentes preciosos y de todas las comodidades de la vida., varían nuestra temperatura y nuestro clima. Ellas son la causa y dan origen a las fuentes y a los ríos; ellas acumulan las nieblas, dan dirección a los vientos y aumentan o di..sminuycn las lluvias. Si las rnoTItañEi.s son necesarias para la -existencia del hombre sobre la tierra, en ninguna parte son más necesarias que en nuestra patria. Suprimamos por un momento nuestra soberbia cordillera, una llanura melancólica y eterna, un oalor sofocante en todos los puntos, unas aguas estancadas y corrompidas, una vegetación moribunda, la multiplicación de los reptiles, df3 los insectos, la muerte y la extinción de muchas especies serían las consecuencias. El verdor, la frescura, los torrentes, las cataratas, los prados deliciosos, los frutos, las mieses, las nieves, el hombre mismo, desaparecieran enteramente. Nuestros Andes son el origen de bienes incalculables, nuestros Andes nos proporcionan todas las delicias, nuestros Andes nos templan, nos varían, y presentan el espectáculo majestuoso de reunir las extremidades del globo, de mantener en su frente los hielos boreales, y en la basa las llamas del ecuador. Estas Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 185 montañas, las más célebres del universo, sostienen pueblos numerosos a niveles extremadamente diferentes. La temperatura, la densidad del aire, los meteoros, los frutos, los animales, los usos, el ingenio, las costumbres, las facciones, el color, las virtudes, los. vicios, todo varía con el nivel. Basta correr ocho a diez leguas para pasar de los hielos del Norte a los calores de la línea, para visitar al que vive en la vecindad de la nieve y al que respira un aire abrasador. He tenido razón, pues, para decir: Hay pocos puntos sobre la superficie del globo más ventajosos para observar, y puedo decir para tocar, el influjo del dinia y de los alimentos sobre la constitución física del hombre, sobre su carácter, sus virtudes y sus vicios.. Vientos Sin pensar en las causas que ocasionan los vientos, sin entrar en sistemas espinosos e inútiles, aseguramos que entre todos los meteoros ninguno tiene más influencia sobre nuestro sér. Ellos desecan o humedecen nuestra piel, ellos purifican la atmósfera, ellos traen de las extremidades de la tierra exhalaciones venenosas que derraman sobre la tierra la desolación y la muerte; ellos producen los huracanes espantosos, arrancan los árboles y los edificios; ellos enfurecen el océano, estrellan sobre las rocas o sepultan en los abismos las escuadras; ellos llevan nuestras producciones al polo, y nos ligan con todas las naciones; ellos sacuden nuestras selvas y, nuestras mieses, ellos consuel~p o arvojan en la desesperación al labrador; ellos nos traen las lluvias, las nieblas, . las negras tempestades y también la desolación. En los países que he recorrido del Virreinato, he observado que en los valles profundos y en las llanuras los vientos no son constant_~s, y que la calma y el calor sofocante reinan mucho más tiempo. Esta tranquilidad Se recom- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 186 SEMA~ARIO pensa con los furores de los huracanes que de cuándo en cuándo vienen a turbar el reposo de estos países. Siempre vienen acompañados de las tempestades, del trueno y del rayo. Para hacerla más horroroso, casi siempre se lan~ za en el seno de las tinieblas de la noche. En las faldas de los Andes, la atmósfera es más quieta y los vientos más reglados; en la cima, casi no existe Un momento de perfecto reposp. En toda la extensión de la Nueva Granada, los vientos del sur y del este traen la serenidad, son secos, y forman dias claros, despejados y bellos. Los del norte y occidente cubren los cielos y las montañas de nubes. Húmedos, tristes, malsanos, nos obligan a dejar la campaña y a encerrarnos en nuestras habitaciones. ¿QUién puede calcular la incor4itancia. y los efectos de este meteoro? Si nuestros conocimientos son limitados en esta parte, si nada podemos predecir con fundamento, sabemos que los vientos son el origen de muchos bienes y de muchas calamidades, sabemos que tienen un imperio extraordinario sobre nosotros y que al~r::1n~ varían o modifican nuestra constitución. Ríos Los rios que llevan la fecundidad y la abundancia a todos los puntos, alteran también nuestra temperatura. Los pueblos que habitan en las orillas de los grandes rios es preciso que respiren y estén en contacto con un aire saturado de humedad, y es necesario que las funciones del pulmón, que la transpiración, la circulación no se hagan con la energia necesaria. Nada disminuye tánto el resorte del aire, y nada se opone tánto a una transpiración libre y abundante, como la excesiva humedad. ¿Cómo una atmósfera saturada, un aire que ya no puede recibir nuevas materias sin precipitar parte de las que contiene, puede favorecer a la transpiración insensible? ¿Cómo un aire casi sin resorte puede desempeñar, con toda Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 187 la exactitud necesaria, las grandes e importantes funciones de la respiración? Pero no son estas las principales impresiones que hacen los ríos sobre nuestro sér. Otro influjo más directo y más íntimo tienen sobre nuestra constitución. Ellos nos suministran la bebida más natural y la base de todas las que el arte ha sabido inventar. Sabemos que las aguas de los ríos se arrastran sobre materias prodigiosamente diferentes, y que las disuelven indistintamente en más o en menos cantidad. Unas cargadas de cal, otras de selenita, de arcillas, de azufre, de hierro, de los despojos de los animales y de las plantas podridas, nos suministran una bebida saludable o dañosa. ¡Cuántos ejemplos pudiér8:mos citar en confirmación de esta verdad! Despreciándolos todos, vaya fijar la atención de nuestros físicos y de nuestros médicos sobre un hecho importante, en que se halla interesada la salud y los talentos de la prellente y de las futuras generaciones. El coto, la más terrible de las enfermedades, que, atacando la garganta, ataca también el cerebro y las potencias, cuyqs efectos destructores llegan hasta los prOdUCtosde la generación, que hace que el padre no se reproduce $ino en un estúpido o en un insensato que va a perpetuar una raza d¡egenerada y miserable en quién casi se ha extinguido la razón: esta espantosa enfermedad se ha propagado maravillosamente en el Reino. En los países ardientes, en los templados y en los fríos hace progresos rápidos todos los días. Nosotros vemos con el mayor dolor que los jóvenes en quienes la patria había puesto sus esperanzas, que la belleza misma se carga más y más de esta mole que la deforma y la degrada, y que los frutos de sus matrimonios son unos seres desgraciados, unos seres inútiles y una carga para el estado. ¡Tal vez dentro de diez o veinte años un tercio o la mitad de la población es de insensatos! Un corazón bien formado, un amigo de la patria se Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 188 estremece al oír estas palabras. Yo voy a comunicar mis observaciones y las ajenas, yo voy a excitar ideas que, si no remedian nuestros males, si no enjugan las lágrimas del los desgraciados, a lo menos llamarán la atención de nuestros médicos y los obligarán a trabajar en este objeto de la última importancia. Todos los países que riega el Magdalena des.de su origen, Tacaloa, el Timaná, Neiva, Honda, Mariquita y Mompox están infestados de cotos y abundan de mudos y de insensatos. Desde la embocadura del Cauca hacia abajo desaparece esta en:fjermedad: observación interesante que debo a un médico sabio y observador que en 1761 visitó esas regiones ardientes. El ilustre Mutis le ha dado a este hecho la más grande autoridad. Partiendo de Taca= loa y subiendo el impetuoso Cauc,a, en Cáceres, en Antioquia y en Supía, países bajos, montuosos, húmedos, ardientes, y en todo semejantes a los que baña el Magdalena, no se conoce esta enfermedad de la garganta. Lo mismo sucede en el espacioso valle de Buga (1) con todos los nnp -;¡ h!:lhit.~TI ~.-_~~ l~Q ,()l~illQQ no c.C'fc. '1'"1,." ••.•••••• ..,_ .•••••.••••.•••••• _ •.••.••.•••••••••.••.••..•. ..., ...,...,u. no:JonÑnlnco.r\ .•. •••••••••••••• __ En Popayán no se tendría idea de los cotos si no frecuentasen esas regiones los que viven en la vecindad del Magdalena, en el valle de los Patías y en los lugares distantes de las aguas del Cauca. De aquí resulta esta verdad: En las orillas del Cauca no hay cotos. ¿Cuál es la causa de esta singularidad tal vez única en el Reino? ¿Serán los países ·que baña este famoso río? Son iguales a los que riega el Magdalena. ¿Serán los alimentos, (1) Antes de oponerse a estos hechos, 'es necesario observar bien. No hay que confundir las aguas saludables del Cauca con los arroyos y fuentes subalternas que le tributan. Puede suceder que una familia, que un pueblo diste muy poco del Cauc'a, y que sus moradores se hallen oprimidos con los cotos. Si no usan de sus aguas, si éstas las toman de otro río, nada se podrá concluir contra nuestras observaciones. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 189 las· costumbres, los aires, los ejercicios de los moradores del Cauca? Son demasiado semejap.tes a los primeros. ¿Serán sus aguas? Si esto es así, ¿qué principios benéficos envuelven para no producir los mismos efectos que las del Magdalena, aun después de hallarse mezcladas con éstas? Yo recorro toda la extensión de su curso, yo examino todos, los ríos que vienen a enriquecerlas, observo las producciones, la temperatura, el clima, y no hallo sino esta sola diferencia. Por 29 10' de latitud boreal corre un río de mediano caudal, que los moradores de Popayán llaman del vinagre. Nace al norte del volcán de los Coconucos a seis leguas al sudeste de esa ciudad. Con un origen prodigiosamente elevado, corre al occidente, se precipita en tres' vistosas cascadas, y deposita sus aguas en el Cauca. El Vinagre recibe por el sur un arroyo termal que lleva el nombre de Vinagre caliente. Las aguas de ambos son en efecto muy ácidas, y el vulgo las ha creído vinagres. Dpn Tomás Antonio Quijano, hombre de grandes luces en la química, en la mineralogía y en la medicina, y cuya pérdida todavía lloramos, fue el primero que analizó estas aguas. En enero de 1800 visité el volcán de los Coconucos en compañía de don Antonio Arboleda: subimos muchos reactivos, y analizámos las aguas del Vinagre. En fin, el célebre Humboldt hizo lo mismo en 1801.Los resultados se acuerdan en demostrar son unas aguas saturadas de Hierro disuelto por el ácido sulfúrico. ¿No es bien probable que las aguas del Vinagre den al Cauca la virtud preciosa de no cargamos de esta masa que nos agobia? ¿ Y que, formada ,en otros puntos, la desbarate cuando Se va a residir a sus orillas? ¿No es cierto que el coto es una de las enfermedades que provienen de una debilidad producida por las aguas, que alteran la digestión y todas las Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 190 SEMANARIO funciones que dependen de ella? (1). ¿No es también cierto que el hierro es tónico, y restablece las fuerzas y la energía del sistema? iQui~ sabe si el hierro es el verdadero remedio de los cotos! Yo no soy médico, Y no he saludado esta difícil e interesante facultad. Puede ser que yo me engañe; pero a lo menos me consuelo con presentar al pÚblico estos hechos y estas observaciones. ¡Si acierto, si la desgraciada humanidad se alivia, ah! no envidio la suerte de ningún mortal! Estoy firmemente persuadido que las aguas son la causa de los cotos, que mudar de clima para curarlos no es otra cosa que mudar las aguas que se beben. ¿Por qué no mudamos de óebida, por qué no mejoramos las aguas sin sujetarnos a dejar nuestro suelo y a las penalidades de un viaje dilatado? ¡Cuántos expiran primero antes que abandonar sus hogares! El ejemplo de Cartagen.a, en. donde no se conocen los cotos, nos autoriza para aconsejar el agua de los aljibes, y a exhortar a que se pongan en (1) No ignoro que se ha escrito y se ha pensado rnucho sobre los cotos. Sé que Foderé les asigna por causa la humedad del aire; pero ¿ hay país más húmedo que Popayán, en donde no se conocen? ¿ Cáceres, Antioquia, etc., son acaso países extremadamente secos? Al norte de Quito hay un fenómeno bien singular. Los hombres que viven en las faldas y al pie del Corazón, que beben las aguas minerales o volcánicas que manan de sus pendientes, tienen cotos, y abundan allí los insensatos, los estúpidos y los mudos. Tales son los pueblos de Aloae y Aloas. tales las haciendas de Chisinchi, Ayehapichu, etc. En las inmediaciones, en todos los lugares que toman otras aguas o que beben del río San Pedro, no padecen esta enfermedad. El países el mismo tiene la misma elevación sobre el océano, la mis: ma temperatura, los mismos alimentos, las mismas costumbres, y sólo dHieren en las aguas. Yo ruego se reflexione sobre este punto interesante. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO' 191 uso en todos los lugares que se hallan infestados de esta enfermedad terrible .. Volviendo a mi objeto, quiero preguntar al autor de la carta: ¿Con que las aguas producen indigestiones, debilidades y cotos? ¿Con que los cotos atacan. la razón y los talentos? ¿Con que la estupidez, el embrutecImIento, la degradación del hombre hasta confundirle con los brutos, son obra de las aguas? Influye, pues, el clima,· no sólo sobre nuestro cuerpo. sino también sobre la parte más noble de nuestro ser? ¿Y se dirá en adelante que el hombre triunfa de la latitud y de los elementos? Selvas Nada varía. tánto la bemperatura, la sequedad las cualidades de un país, como las selvas. Los paises que se hallan cubiertos de árboles coposos que no dejan penetrar los rayos del sol hasta la tierra, conservan una humedad eterna, que también se comunica al aire que los rodea. Este aire, cargado de humedad, se carga también de las exhalacIones de las plantas vivas y de las que Se corrompen a sus pies. Estos vapores y exhalaciones producen el trueno, los huracanes y las lluvias abundantes. Ellas empapan, aniegan la tierra y la hacen excesivamente enferma. De aquí las fiebres intermitentes, las pútridas, y las exaltaciones de la más vergonzosa de las enfermedades. De aquí la prodigiosa propagación de los insectos, y de tántos males que afligen a los desgraciados que habitan esos paises. Que !le corten estos árboles enormes. que se despejen estos lugares sombi'Iú5, que los rayos del sol vayan a moderar esa humedad excesiva, entonces, como por encanto, todo se varía. Las lluvias, el trueno, las tempestades disminuyen, las fiebres, los insectos, y los males huyen de estos lugares, y un país inhabitable Se convierte en otro sereno, sano, y feliz. La Francia, en otros tiempos' cubierta de y Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 192 SEMANARIO bosques y de pantanos, era fria y alimentaba en su seno los renos y los animales del Norte. Hoy, poblada, libre de una vegetación excesiva, ha mudado de clima, de usos, de costumbres y de hombres. Lo mismo podemos decir de Grecia (1), de los Estados Unidos de la América y de otros muchos. (1) «Necesitamos de una buena disertación, dice M. Le Clerc, sobre las causas que hacen mudar los temperamentos nacionales: porque ¿ cómo ha suce· dido que el de los que habitan en los alrededores de la Grecia haya pasado a la Francia? ¿ Por qué casualidad se halla este mismo entre los Suecos, quienes por esta razón se llaman los Franceses del Norte? ¿ Por qué antes de 50 años vendrá a ser este mismo temperamento ,el de los Ruso/:,? «¿ Vendrán estas metamórfosis de que se hayan secado las lagunas, y que se haya descubierto un país por la destrucción de los bosques? ¿ Será porque ,el pueh10 deja los campos para encerrarse en las ciudades y mezclarse con los otros pueblos? ¿ Será porque de agricultor que antes ,era vino a ser marítimo, soldado y comerciante? ¿ Será, en fin, porque muda de costumhres y de alimentos? Las deHcias de Capua mudaron la <'onstit:¡dóii .1" los soldadu,; de Aníbal: él había traído consigo hombres robustos, héroes, y no llevó de aquí sino unos militares afeminados y abyectos. Cuando las comarcas que habita el Parisiense estaban cubiertas de bosques, decía el emperador Juliano: Yo amo al Parisiense, porque es serio y grave como yo. En el día de hoy no se podría decir esto ¿y por qué? Yo lo ignoro, si las costumbres, los usos, los gustos, la galantería, la sensibilidad, el lujo, los vicios, los licores habituales, el cielo, el aire y las aguas no son las causas». Hist. Natur. de I'Homme malade, t. 1, p. 149. «Aunque la ciudad de Atenas corresponde por su situación geográfica a la parte más meridional de España, en d invierno se experimentaba un frío riguroso, y Un calor sofocante en el estío. Esta desigualdad de estaciones tuvo grande influencia sobre las costumbres de los Griegos. Ocurriendo a su historia, los veremos, ya en los estadios y gimnasios, desnudos como los habitant~ del Se-o Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 193 Lluvias Sabemos que en América llueve mucho más que ,en Europa. En nuestra cordillera es más abundante este meteoro en la basa, y disminuye a proporción que se sube. Sufre muchas variaciones, y ninguna cosa contribuye más a aumentarlas que las selvas. No quiero entrar en pormenores sobre los efectos de la escasez y de la abundancia de las lluvias: todos las conocen, y no se necesita ser físico para numerarIas. Alimentos Los alimentos que, por la trituración y digestión, asimilamos y convertimos en parte de nuestro propio ser; que reparan las pérdidas y contribuyen tánto a nuestro incremento y desarrollo, deben hacer impresiones, variar, o modificar nuestra constitución. Los demás agentes del climl!- sólo nos tocan, por decirlo así, en la corteza; los alimentos llevan sus efectos a lo más íntimo de nuestro cuerpo. Las yerbas nos ex,tenúan y debilitan, las carnes nos alimentan y vigorizan. Los alimentos, renovando nuestros humores, encíenden o apagan el fuego de las pasiones. ¿Quién ha dudado que la frugalidad y el ayuno moderan los ímpetus terribles de la lascivia? ¿Quién no conoce la extrema dificultad de ser casto en el seno de la abundancia, de la molicie y del regalo? La Rie1igión santa que tenemos la dicha de profesar, la Religión, que conoce bien nuesnegal, ya envueltos en largos mantos de lana. Pa· ra convencerse de esta asombrosa desigualdad de es. taciones, basta leer a Hesíodo, el más antiguo de los escritores griegos. Muchos viajeros que han recorrido estas regiones en nuestros días, aseguran haber hallado un clima sumamente dulce y templado. Esta variación puede atribuírse a la destrucción de aquellas selvas espaciosas que cubrían ese suelo, y por las cuales tenían sus antiguos habitadores una especie de veneración». Paw. Recherches sur les Grees. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 194 SEMANARIO tras pasiones y sus remedios, nos ordena la abstinencia, el ayuno y la mortificación. Una constitución sanguínea y biliosa es fuerte, irritable y colérica: necesita temperarse con alimentos análogos para disminuir los estimulos enérgicos de su máquina. Los animales domésticos, aquellOS que, reducidos a esclavitud, han entrado en sociedad con nosotros, han corrompido su indole natural, y los hemos sujetado a nuestros vicios y a nuestras enfermedades. ¿ A cuántas de éstas están sujetos el asno, el caballo y el buey que no conocen el ciervo, el tigre ni la danta? Los colores de su piel se han variado maravillosamente, y han depuesto el vestido sencillo y uniforme que les había dado la naturaleza. El lujo, esa abundancia de la casa del hombre, ha obrado todos estos efectos prOdigiosos. Los animales silvestres, los que han sabido mantener su libertad y su independencia, tienen una -€stación en que se despierta el amor y se propaga la especie. Pasada ésta, se tranquilizan las selv.as, y todas las 'cosas vuelven a +,•...•. """"',... ••• .•.• t.;;JLo& ", .• '-'" "",...("11 •..•. ..., "",...M~""n,...;,.. vv ••..I.••.c.Ar ••. ..,\01 .•._ .•...,..•.•..••.•..•.v •• 'Ctco+nl't L.U."""V~ nconln'l'7ru ,",UV"_l'V,", .• ron v •••• rrompidos, no guardan orden y han olvidado el plan sabio de la naturaleza. En todos tiempos se hallan en calor, en todos tiempos se buscan, y en todos tiempos abusan. No hay paz, no hay tranquilidad entre los individuos de la especie. El hombre no sólo ha corrompido al hombre, sino a todos los seres que le rodean, a los animales y a las plantas mismas. Las plantas de nuestros j:ardines, podadas, a cubierto de las inclemencias, y con jugos abundantes y sustanciosos también han corrompido su carácter. La estatura, los colores y las formas, todo se ha variado por la prosperidad y la abundancia. Nuestros claveles, nuestras adormideras. etc .. no son a los ojos de un botánico sino monstruos, productos degradados y siervos corrompidos. ¿Se dudará todavía de la influencia de los alimentos sobre los seres organizados? Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 195 Conclusión . Que se reúnan los efectos del calor y del frío, de la presión atmosférica, de la electricidad, de las montañas, de los vientos, de los ríos, de las selvas, de las lluvias y- de los alimentos; que se acumulen sobre los individuos en diferentes proporciones, y combinadas de todos los modos posibles; en fin, que su imperio se perpetúe y pase de generación en generación: los productos variarán como las causas: el hombre adquirirá el color negro, blanco, aceitunado y todas las tintas; su estatura irá desde la gigantesca hasta la pigmea; sus facciones, desde la deformidad hasta la belleza; su moral, desde las virtudes hasta los vicios; y, en una palabra, el hombre se modificará en todas sus partes, y cederá a la potenda activa y enérgica del clima. Los animales, con menos recursos que el hombre, no lo podrán seguir a todas las latitudes: el clima los repartirá sobre la superficie del globo, y les señalará límites que no podrán alterar. Las plantas, más expuestas a sus rigores que los animales, tendrán barreras más fijas, y los espacios asignadas a cada eSpecie se conocerán mejor. La superficie de la tierra se hallará variada maravillosamente: en todas partes reinará el contraste, la belleza y la alegría. Las necesidades de las naciones, sus riquezas, sus sobrantes, su lujo, sus miserias, sus vicios, sus virtudes, variarán con la latitud y con el clima. De aqui, la. armonía, el comercio, la industria, la rivalidad, las guerras, las artes, y cuanto existe en la sociedad. Hé aquí una materia inmensa desflorada: hé aquí un objeto que merecía. un grueso tomo, reducido a una memoria. ¿Lo habré ejecutado con elección y con acierto? ¿Habré manifestado dignamente los efectos' poderosos del clima sobre los seres organizados? Mi pluma poco ejercitada en las disputas, mi genio siempre amigo de la paz, no se pueden prometer o o o Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 196 SEMANARIO un feliz éxito. Pero aun cuando mi amor propio me deslumbrase hasta prometerme una victoria, yo me acordaría del consejo que M. Daubenton dio al primero de los naturalistas: Ninguna victoria. puede valer la paz que se ha perdido. Esta es la primera contestación que doy a mis censores, y seguramente será la última, porque No hay victoria que pueda valer la paz que se ha perdido. Santa Fé, 10 de mayo de 1808. Francisco José de Caldas Tabla para el artículo presión atmosférica LUGARES El Mar •..••..•..... Presión atmosíérÍl;a en libras 35604 lib. Altura sobre el n'H!!'~ v~r9.S castell anas 0000.0 Temperatut& media 25,5 gr. R. Honda ..........•.•• 34638 178,8 24,0 Antíoquia ..........• Medellln ..••... , ..•• Malbasá ......••.•.. Pastos ••••.........• Pasto .....•.•••••.• Popay{in ....•••••••. J3JJj 609 9 20,0 17,0 lbarra ••.••••.•...•• QUItO ••••••••••••••• Latacunga .......••.. Ambato ..•••.••••••• Riobamba ........•.• Alausl. •.•...•..•.•.. Cuenca .•.......••.. Laja • _ ...•....•..• Santa Ff ••......... Mesa ........•.••••• Tocaima .••....••••• Neiva ..••. , ••... i,. Bolsa •. ' •.•..... , •... Plata ••.....• , ..•..• Tunja ..•..••••.••.•• Pamplona ....•...••• Altura a donde han llegado los hombres. 1 26307 27683 26081 30582 33629 33482 31948 31454 25266 2óó74 1785,9 3637,0 3684,1 3018,4 2083,1 2637,3 3387,2 3332,0 3114,3 3324,0 2831,7 3030,3 2542,0 3253 ,6 1540,7 578,2 ó22,'l 1222 ,O 1251,8 3475,0 1926,0 11747 4900,0 23564 24584 26433 28870 27473 25561 25645 26212 25739 26926 10,0 10,0 11 ,5 15,0. 14,5 12,0 12,0 11,8 13,0 12,6 12,5 15,7 11,5 18,0 22,0, 21,5 19,0 19,0 11,t} 13 ,O> 4,0< Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO Noticia del número de personas que se han vacunado en esta caPital desde 1 de Marzo de 1805, en que por efecto de la bondad del Soberano se dio principio a las primeras vacunaciones, hasta 29 de Mayo de 1808, en que se continúan, observándose en el flúido la misma frescura, vigor y actividad que manifestó entonces. La publica el D. D. Miguel de Pamba, abogado de esta Real Audiencia y secretario de la Junta princiPal de Vacuna, con un breve elogio del Dr. Eduardo Jenner. A ~ oS 1 de Marzo de 1805 hasta 1 de Marzo de 1806 hasta 5 de Marzo de 1807 hasta Suma total Vacunados 1 de Marzo de 1806 5 de Marzo de 1807.•....•• 29 de Mayo de 1808 •.....• en 3 años •............... 390 542 600 1532 Hé aquí una nueva generación de hombres que dentro de pocos años ofrecerán a la patria y al Estado unos brazos robustos y útiles, y que sin el socorro de la vacuna habrían sido tristes objetos de terror y compasión, y comprendidos tal vez en los 40 millones de víctimas que sacrificaba en cada siglo el furor de las viruelas. Hé aq1,lí el mayor descubrimiento que pueden contar los anales de la medicina, debido al celo filantróPico y a las inflltigl'l.bJes obs~rvaciones del inmortal Jenner; y al mismo tiempo un establecimiento el más digno de un rey sabía que reconoce como primera ley del Estado la de conservar sus pueblos, y que, como Trajano, aborrece su propia salud si no está unida a la de la república. sf los Incas en el Perú, y Ciro en la Persia, cultivaban en sus jardines las plantas medicinales· que· debían curar las enfermedades de sus vasallos; Si"-Artajerjes multiplicaba sus ruegos, y ofrecía su Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia i98 a:reMANA:RI0 oro y sus riquezas a Hipócrates para proporcionar a los suyos los socorros que presta la medicina cuando está acompañada de la virtud y de la filosofía: estos rasgos de bondad, y este celo de aquellos príncipes por la salud pública jamás pOdrán compararse al espíritu heroico y a la ternura paternal con que el piadoso Carlos IV, conmovido de los estragos que causaban en sus colonias las viruelas, a pesar de las escaceses de su erario, de los apuros Y cuidados de una larga guerra, medita y ejecuta una costosa expedición, cuyo destino ha sido fijar entre nosotros la vacuna, Y extenderla después hasta los últimos confines del Asia. Los Chinos disfrutan ya como nosotros los saludables efectos de la munificencia de nuestro Soberano, "l como nosotros admiran su grandeza, aplauden su generosidad, y aclaman la gloria de su august.o nombre. Pero, si el padre de familias, al ver segura su posteridad, si el hombre sensible a los males que afligen a la humanidad, al considerar la importancia de la vacuna Y la grandeza de un bellc.ficio que táilto influY13 en la pcrfcc ción de la especie humana, se atreven a mirar como un Dios entre los mortales al Soberano que la propaga, sin olvidarse en sus transporte6 del filósofo que la descubre, no pueden menos que exclamar: ¡Sabio ilustre! ¡genio superior! recíbe desde ahora los homenajes de amor y de admiración que se deben al mérito y a la virtud. Tu grande alma nació y se formó en Inglaterra para ser algún día el alivio de la humanidad afligida, y para comunicar a la Europa un descubrimiento que ha podido consolarla en medio de las guerras, las pestes y otros males que la han consternado a fines del siglo XVIII. Tu nombre y tu gloria crecerán con las generaciones futuras, y llegarán hasta la última cargados de las aclamaciones de todos los siglos. Mientras los hombres sepan apreciar la vida, y mientras la miren como el primero de todos los bienes, no se acorc . Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 199 darán de Jenner sin bendecir su memoria, recomendándola a sus últimos nietos. Sea en buena hora Colón descubridor de un nuevo mundo, Galileo el primero que mide el tiempo por los péndulos, Harvey el primero que conoce la circulación de la sangre, y Newton el primero que desenvuelve y explica las leyes de la naturaleza: respetamos unos nombres tan ilustres, capaz cada uno de ellos de honrar a un siglo entero, y reconocemos las grandes ventajas que de estos descubrimientos han resultado a las artes y a las ciencias. Pero para ti, ilustre Jenner, para ti estaba reservada la gloria incomparable de haber descubierto el primero y comunicado de la vaca al hombre un flúido que le preserva de la enfermedad más terrible, de una enfermedad que ha desolado los campos, arruinado las ciudades y despoblado la tierra. Esta. va a cubrirse de nuevos habitantes, y tú serás el restaurador y el conservador de la especie humana. Si hubieras nacido en los tiempos felices de los Griegos, éstos habrian consagrado templos y establecido fiestas para celebrar tu memoria; y como objeto de la v,eneración públ¡ca, Fidias, Trasímedes y Policleto se habrían disputado el honor de formar tu estatua para colocarla al lado de la de Esculapio. Pero, j qué digo! tu corazón desinteresado, tu alma virtuosa y modesta consideran la grande obra que salió de tus manos, el beneficio inestimable que has hecho al género humano; y esta dulce satisfacción hace tu más preciosa recompensa. Las estatuas y las pirámides, que después de un siglo desaparecen de sobre la faz de la tierra, son monumentos que la humilde preocupación consagra a los héroes homicidas: el médic6 filósofo, el sabio pacífico. que en el centro de su. retiro medita, trabaja y agota su existencia para hacer descubrimientos que han de conservar la salud y prolongar la vida de sus semejantes, vive con la especle humana, dura con el mundo, y, llegando hasta la eternidad, dice con HoraC¡o; Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 200 Erexi monumentum aere perennius, R.egalique situ piram'idum altius, Quod non imber edax, non Aquilo impotens Possit diruere, aut innumerabilis Annorum series, et fuga temporum. Para llenar este suplemento, publica el autor del elogio antecedente algunas observaciones particulares sobre la vacuna, que, por su importancia. y las ventajas que ofrecen a la medicina merecen fijar la atención de sus profesores. Ellas son extractadas de la Instrucción que en septiembre de 805 formó la Junta de Sanidad ·de Madrid, y dirigió a los médicos encargados de conservar la vacuna, para que adelantasen este nuevo ramo de higiene pública: y con el lnismo objeto la ha remitido el Excelentísimo señor Virrey del Reino a la Junta de Vacuna de esta capital. "Ya está universalmente recibido este nuevo aforismo médico: La vacuna precave las viruelas. "La inoculación del flúido vacuno puede ha,-a,...•.•nn. ••.•'-".••~\.; "' .•..• '-'.l.'&' 1-•••...:1"",.. UU\.A."'" 1 •..•••• .a."'..;J J:._,.. •..•. _ •.•. \i !-'u •••.Q~ ...3•..•. 1 •..•..•. ...:..::1•...• u.'V' .La. V"'\.I.o.., __ ea .•. •. -....3_ ..• I,¡U\A.a.') las estaciones del año, y no exige preparaciones preliminares. "A los recién nacidos puede hacerse la vacunación en las primeras semanas de la vida. "Es sLempre preferible la comunicación del flúido vacuno de brazo a brazo. "Cuando no haya flúido fresco, y sea necesario hacerse la inoculación con el que suele remitirse en cristales, es necesario disolverle con una gotita de agua fría meneándole con la punta de la lanceta hasta que se haya disuelto, y entonces se toma de este flúido, y se hace la operación como cuando se ejecuta de brazo a brazo". Después de describir la instrucción, el orden sucesivo de síntomas que se advierten en el grano vacuno desde el tercero o cuarto día en que comienza a desenvolverse, hasta el décimo en que llega a su mayor magnitud, dice: "El Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 201 día diez no se observa novedad sensible, sólo aparece mayor el rodete, y se ensancha más la areola ... el once se mantiene el grano en el mismo estado, y este dia termina el periodo inflamatorio. Durante éste, el flúido vacuno está contenido en las celdillas del tejido celular; y si se pica el grano, se ve salir una gota de una materia muy limpia, que es luégo reemplazada por otra, y en este estado es cuando debe hac·erse la inoculación de brazo a bra- zo (1). "Alguna vez, en lugar de la verdadera vacuna precautoria, suele presentarse otra erupción que no tiene esta propiedad y que se ha conocido con el nombre de vacuna falsa; y esto sucede cuando el vacunado ha pasado la viruela anteriormente, o cuando se ha empleado para la vacunación una materia seca, y que ha tomado un aspecto y una consistencia vidriosa, o bien cuando se ha oxidado en la punta de la lanceta. "Se ha visto alguna vez que sujetos débiles y enfermos se han curado, se ha fortalecido y mejorado su constitución después de la inoculación de la vacuna. Se han visto vicios herpéticos (sarnas, granos, etc.) y otros de la piel curados por medio de la vacunación (2). Lo mismo se ha visto en algunas oftalmias rebeldes (inflamación en los ojos). Puede atribuirse este fenómeno a que el flúido vacuno obra de un (1) A todas las personas que se han vacunado en esta capital, se les ha inoculado el flúido, tomándolo del grano en el di~ décimo de su periodo, y siempre ha sido con buen suceso, (2) Esta observación se ha verificado también en los niños que se han vacunado en esta capital en los meses de enero y febrero del presente año. Ju'lián -Londoño,edad un año; María Francisca Balaguera, edad cinco meses; y María Encarnación Cabezas, 'edad once meses; tenían' la cabeza y parte del cuerpo cubierto' de sarna, y después de vacunados se limpiaron perfectamente, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 202 SEMANARIO modo análogo a las cantáridas, sinapismos, y otros estímulos de que la medicina hace uso con tánta utilidad en los afectos cróniGos. "Conviene, pues, reunir observaciones: conviene examinar con el mayor cuidado todos los fenómenos que se presenten durante los progresos de la vacuna, como las anomalías que puedan observarse en los diferentes puntos de nuestra Península (y en los del Nuevo Reino de Granada), para que en esta reunión de hechos tengamos un cuerpo de doctrina capaz de fijar las ideas, y de dar toda la extensión posible a la utilidad de este descubrimiento, que hará siempre una época gloriosa en la his-4- ••••.•.• ;1'\ lJV.L.&.Q¡ r:ln """ 10 .a.u. 'n"'lQ,.H,...,l"'lO" .1.••..•.\.;""' •••...,•••••.••• "'" • Hasta aquí las observaciones más importantes de la instrucción formada por la Junta de Sanidad de Madrid. En ella, lo mismo que en las obras de Moreau de la Sarthe y en la de Aiken sobre la vacuna,· que son las más modernas que tenemos, nada se dice sobre el método de comunicar y propagar el flúido por medio de la costra del grano vacuno; sin duda porque se ignoraba que dicha costra tiene la virtud de reprodUCir otro grano legítimo, y ésta era una de las diferencias que se creía estableCer entre la viruela y la vacuna. Pero un cirujano de Edimburgo, llamado Bryce, ha repetido gran número de experimentos que prueban que la costra del grano vacuno pulveriza": da y humedecida con agua, produce la vacuna con tánta facilidad como el flúido más cristalino. Uberlachex y el doctor de Carro, médicos de Viena, han repetido estos experimentos en 1804 con el mejor suceso. En 1806, habiéndose perdido la vacuna en Cartagena, don José Ignacio de Pombo logró restablecerla, usando del mismo método, por lo que mereció las gracias del gobernador de aquella plaza. Estos hechos parece que son de la mayor importancia por la facilidad que presenta este método para conservar por mucho tiempo el virus va- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 203 cunoen las costas, y para enviarlo a largas distancias, como lo ha verificado varias veces el señor oidor don Francisco Cortázar, presidente de la Junta, remitiendo las costras a. Mompox y Antioquia, en donde ellas han producido el mismo efecto. Finis vita: ejus nobis luctuosos, patrill: tristis, extraneis etiam ignotisque non sine cura fuit. TACIT., in Vil. Agrlcol. c. 34. El· día 2 de septiembre de 1808 murió en asta capital el doctor don José Celestina Mutis. ¡Qué pérdida para las ciencias; pa;ra la patria y para la virtud! Su familia, en el seno de la desolación y del dolor, ha recogido rápidamente algunos hechos de su vida, que va a presentar al público, reservándose el derecho de formar su elogio histórico para cuando hayan calmado el sentimiento y las lágrimas. Este hombre grande nació en Cádiz el 6 de abril de 1732 de unos padres honrados y virtuosos. Apena,s salió de la infancia manifestó su inclinación por el retiro y por los libros. Sus progresos .fueron rápidos en el estudio de las humanidades, de la filosofía, -y aun de la sagrada teología. Su gusto por .la medicina le hizo tomar la beca en el real colegio de 'San Fernando de aquella ciudad. Aquí cursó la anatomía, ia ciru~~ia y la medicina prictica., ~, P9.:SÓ a Sevilla a complew.r sus conocimientos, y allí recibió los grados correspondientes. En 1757 se estableció en Madrid, y regentó la cátedra de anatomía por Araújo. En esta época la corte meditaba mandar a París, a Leyden y a Bolonia algunos jóvenes con el objeto de que se perfeccionasen en diferentes ramos de las ciencias naturales. Uno de ellos era Mutis. A este Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 204 SEMANARIO tiempo el Excelentísimo señor don Pedro Mesia de la Cerda buscaba en Madrid un médico acreditado a quien confiar su salud en el dilatado viaje que iba a emprender para la América. Después de largas meditaciones y consultas, recayó la elección sobre el joven Mutis. Por una parte se le presentaban una carrera brillante y gloriosa, por la otra una serie de trabajos, un país oscuro y colonial. Muchos días balanceó en medio de la incertidumbre, y muchas semanas pasaron antes de resolverse. ¡Con qué complacencia hemos oído de su boca las razones que le obligaron a tomar el último partido! El sHen0io, la paz, los bosques de la América tuvieron más atracttvos sobre su corazón que la grandeza y la pompa de ias COftes de Europa. Un plan atrevido y sabio se presenta a sus ojos. Las selvas de la América, la soberbia vegetación de los trópicos y dlel ecuadm, la oscuridad y la ignorancia de las ricas producciones del Nuevo Continente le resolvieron a recorrer y a examinar esta preciosa porción de la monarquía. Aquel mundo, se decía, visitado rápidamente por Feuille, Plumier, Loefling y otros pocos botánicos, yace hasta hoy desconocido: sus riquezas son inmensas. ¡Qué campo tan vasto para inundar de conocimientos a la Europa, y para coronarme de gloria! En 1760, desembarcó en Cartagena de Indias, año para sIempre memorable en los fastos de nuestros conocimientos, y año en que comenzaron a rayar las ciencIas útiles sobre nuestro horizonte. Apenas pisó las costas de la Nueva Granada, comenzó a colectar y a describir sus amadas plantas. EstablecIdo en esta capital, se consagró con todas sus fuerzas al reconocimIento de la vegetación de la cima de los Andes, y al consuelo de los en:termos. Entonces estableció su correspondencia con el inmortal Lineo y con otros sabios de la Europa; entonces remitió colecciones y diseños que le merecieron los elogios más li- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 205 sonjeros (1); entonces se le asoció a la academia de Estockolmo y a otras sociedades de aquella parte del mundo. Deseoso de difundir sus conocimientos, tomó a su cargo la ense'ñanza de las matemáticas en el cOlegiomayor de Nuestra Señora del Rosario, de que obtuvo real aprobación. En aquella época se comenzó a oír en el Reino que la tierra giraba sobre su eje y al rededor del sol, y que se debía poner en el número de los planetas. ¡Cuántos disgustos le costó persuadirnos esta verdad capital en la astronomía! A pesar de la obstinación de nuestros padres, se formaron muchos jóvenes, y se difundieron los conocimientos astronómicos. Pero este sabio aguardaba ocasión más favorable para desplegar su celo por la ciencia de Tyco y de Casini. Provocado por el virrey Cerda a regresar a la Península, se denegó, y resolvió morir entre nosotros: ¡tánto amaba a la América, a sus selvas y a su profunda tranquilidad! Contemplando la naturaleza elevaba su espíritu a su Autor, le adoraba y se desprendía enteramente de la tierra. Para unirse más a él, recibió los órdenes sagrados en 1772. Desde aquella época fue un verdadero sacerdote de Dios y de la naturaleza. Divididos todos sus momentos entre la religión y las ciencias, fue un modelo de virtudes en la primera, y un sabio en las segundas. Las fuerzas de .un particular no eran suficientes para sostener sus grandes miras; era (1) In memoriam Josephi Crelestini Mutis, Americes summi botaniei, qui historiam plantarum amerieanarum, imprimís plllmarum puleherrimam parat, et plurima nova huie opuseul0 eommunieavit. Lin., suppl. pág. 57. Nomen inmortale quod nulla retas unquam delebit. Lin. , In honorem sapientissimi viri (J. C. Mutis) qui jure merito bot.anieorum in Ameriea prinoeps sal utatur, debetque etiam inter primates Europres collocari. Cavanilles. oo. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 206 SEMANARIO necesario el brazo del Soberano. Imploró la protección del augusto Carlos 111, y halló en su seno paternal cuanto podí1a apetecer. Le creó director de la Expedición Botánica del Reino en 1782, cargo que desempeñó y conservó hasta su muerte. ¡Qué campo tan glorioso y tan vasto se presentó a su celo infatigable! Reanimado con las liberalidades del Soberano, proyectó el grande y soberbio edificio de la Flora de Bogotá, obra inmensa, para cuya ejecución no alcanza la vida de un hombre solo. Comenzó por elegir un centro oportuno para sus operaciones científicas. Mariquita le pareció que reunía todas las proporciones que buscaba. En efecto, situada esta ciudad al pie de los Andes de Quindío, en un valle fecundo y en las cercanías del Magdalena, le presentaba los vegetales de todas las temperaturas y ue todos 105 iiiveles. Aquí formó los pintores, aquí colectó innumerables plantas, aquí se hizo una parte de las grandiosas láminas que no se pueden ver sin admiración, y que los sabios de la Europa han comparado a las d-el célebre Smith; aquí escribió, y aquí de.sernveúú tántas comisiones del Gobierno, y tántos otros objetos. Son muy estrechos los límites de este papel para decir lo que este sabio infatigable ejecutó ~m los siete años de su residencia en Mariquita. El temperamento de aquella ciudad unido a las tareas literarias comenzaron a arruinar una salud tan preciosa, y resolvió trasladarse a la capital. En 1790 lo ejecutó, más por reconocer de nuevo y diseñar la vegetación elevada, que por restablecerse. En la espaciosa casa que le dio el Rey, estableció su expedición, y comenzó a colectar otra vez las plantas altas del Reino. Aquí se dedicó a dar la última mano a los trabajos comenzados en Mariquita, trabajos inmensos, para cuya conclusión no bastó el resto de sus días. Aquí perfeccionó su obra favorita, la Historia de los árboles de Quina; aquí comenzó otras muchas de Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 207 que daremos cuenta al público en ocasión más favorable. Podemos afirmar que ningún mortal ha conocido mejor el género Cinchona y sus especies. En 1772 descubrió una de estas plantas preciosas enl el monte de Tena, a seis leguas de esta, capital. La envidia, la rivalidad podrán fascinar a los incautos y al público sobre el verdadero autor de este importante descubrimiento; pero su familia, los que hemos tenido la dicha de oírle y de ver las pruebas irrefragables en que apoya la verdad de este hecho, no podemos dejar de admirar la modestia y, el sufrimiento de este hombre virtuoso. Pero ya llegó el tiempo de que su familia desengañe al público, de que presente las pruebas victoriosas de su hallazgo, que responda a las injurias y haga callar a sus enemigos. El respeto que debíamos a nuestro Director, el precepto que teníamos de callar, nos ha mantenido en un silencio forzado y doloroso. En un escrito que preparamos ·se desengañarán los envidiosos de su gloria, y los rivales del nombre de Mutis se arrepentirán más de una vez de haber lanzado tántas injurias contra este sabio pacífico y cristiano. Apenas se aseguró de la legitimidad de la especie que había hall:;¡,do, comenzó a solicitar otras. No paró aquí: las virtudes de cada una le llamaron toda su atención. Como médico las aplicó, y nos ha dejado los más preciosos descubrimientos para restablecer n;uestra salud. Poco co!!t.e!!t-o eo!! !':er 1m botánico adocenaro y nomenclador, llevó sus miras hacia la parte filosófica de esta ciencia. El formó algunas familias, él halló secretos preciosos sobre la poligamia, y él ha introducido en la botánica, por caracteres invariables, la distinción de sus Apote1ogammas. No se crea que Mutis sólo puede figurar al lado de Lineo y de Jussieu: su alma grande abrazó también el cálculo, la astronomía y la física. Esta ciencia le debe un descubrimiento Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 208 SEMANARIO precioso. Algunos sabios europeos habían sospechado que la luna debía tener una influencia directa sobre las variaciones del barómetro como la tiene sobre las aguas del océano; pero mal situados no pudieron decidir satisfactoriamente sobre este punto. Mutis en el corazón de la zona ardiente, y a 49 30' de latitud, ha llevado esta materia a tal punto de certidumbre, que ya no se puede dudar sin obstinación. Este sabio recibió, .en el ministerio del Excelentísimo señor Marqués de Sonora, instrumentos astronómicos, y en 1802 erigió el Observatorio que hoy decora la capital, y en que há tres años se verifican todas las observaciones de que son capaces los instrumentos que El nos ha dejado MS. sobre las plantas, sobre la meteorología, sobre Ii:tinas, un herbario que asciende a 20.000 plantas, más de 5.000 láminas de nuestras plantas, un semillero, una colección de maderas, de conchas, de minerales, de pieles, y una serie de cuadros al óleo en que están representados los animales del Nuevo Reino al natural y con sus propios colores. Si se realiza su última voluntad, si se llevan a efecto sus deseos, verá el Reino un Museo en que renazcan las ciencias y los conocimientos útiles. Hé aquí un bosquejo de lo fue Mutis como botánico, como naturalista, como físico y como astrónomo. Su corazón, sus sentimientos y sus virtudes son demasiado notorias. El Supo reunír la ciencia de Lineo a la de los Santos. Nosotros apelamos al testimonio de los enfermos, de 10Sl pobres y de las personas virtuosas que le trataron de cerca. Su muerte fue preciosa a los ojos del Señor. Descansando sobr<e el testimonio de su conciencia, y sobre 77 años de virtud, vio llegar su fin con tranquilidad. Sus últimos días se emplearon en organizar sus cosas temporales, y en dar lecciones de virtud a su fami- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 209 Ha. Himnos, oraciones llenas de caridad y de unción fueron sus últimas acciones. ¡Alma gmnde de nuestro director, recíbe este primer testimonio de respeto y de amor que te consagra tu familia en el seno de las lágrimas y del dolor! El proyecto de publicar un papel periódico con el título de Semanario del Nuevo Reino de Granada concebido y ejecutado por muchos individuos ilustrados de esta capital, ha hecho ver que necesita de una mano que colecte, ordene y corrija las producciones que deben publicarse. Sin esto, cada uno escribe se.., gún su gusto y sus inclinaciones, y el Semanario, consagrado principalmente a la utilidad del Reino y a manifestar el estado de nuestro territorio, se convierte insensiblemente en una perfecta miscelánea. Las circunstancias en que nos hallamos piden que dirijamos nuestras miras hac.ia aquellos objetos d,e primera necesidad antes de pensar en los de lujo. Un pueblo que no tiene caminos, cuya agricultura, industria, comercio casi agonizan, ¿cómo puede ocuparse en proyectos brillantes, y las más de las veces imaginarios? El cultivo de una planta, un camino cómodo y más pronto, el plano de un departamento, la latitud y temperatura de un lugar, el reconocimi.ento de un río, etc., etc., son asuntos más importantes qne tAJda8 ~.gl1e1l8.,s cuestiones ruidosas en que pueden lucir el genio, la erudición y la elocuencia. Después de haber impreso y publicado muchos centenares de páginas sobre estos objetos brillantes, ¿no quedamos tan pobres y tan miserables como antes? Que otros agiten con calor el origen de los pueblos del Nuevo Continente, que los anticuarios se desvelen por saber quién inventó la brújula, nosotros, más cuerdos, indaguemos las causas de los cotos que nos afligen, y estimulemos a nuestros pro-' Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 210 SEMANARIO fesores a que busquen el remedio de esta enfermedad terrible. D.emos a conocer nuestras provincias, calculemos su extensión, sus tierras de labor, sus selvas, sus pastos y sus peñascos. Describamos sus plantas y sus minerales; distingamos las producciones útiles de las que no lo son hasta el día; comparemos lo que tenemos con lo que nos falta; perfeccionemos aquellos objetos, y hagamos esfuerzos para adquirir éstos; apreciemos los productos de nuestra agricultura y de nuestra industria; meditemos detenidamente nuestras costas, nuestros puertos, los rios navegabl,es que atraviesan esta inmensa colonia, la dirección de nuestras montañas, la temperatura, la elevación sobre ,el océano, las ventajas, los obstáculos que cada departamento tiene para hacer su comercio con sus vecinos o con los demás puebles; calculemos con la mayor frecuencia y con toda la exactitud posible el número de habitantes de cada provincia y de cada pueblo; estudiemos la constitución física, el carácter, las virtudes, los vicios, las ocupacion·es u-el 110i11bi18 que 11abita uaju ue climas tan diferentes y aun opuestQs; la educación física y moral que se da actualmente, y la que más convenga a cada punto; las enfermedades más frecuentes, las epidemias, las tablas necrológicas y cuanto puede mejorar y hacer feliz al hombre. Estos son los grandes asuntos que deben llenar las páginas de nuestro S'emanario en el año próximo de 1809. Confesamos que es ardua la empresa, y que un hombre solo no la puede desempeñar dignamente. Pero contamos con un fondo bien rico, contamos con el celo patriótico de todos los individuos que habitan en el Reino. Los hombres de luces, aquellos geniOS privilegiados que sin viajes y sin maestros, y sólo por una obstinada aplicación, se han elevado sobre el común de sus paisanos; los jefes de las provincias que por necesidad las visitan y conocen; los curas, estos pasto· Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 211 res respetados de sus pueblos, y que penetran hasta lo· más profundo de nuestros corazones; en fin, todo ciudadano aplicado y reflexivo debe concurrir con sus luces y con sus observaciones a perfeccionar la grande obra de manifestar lo que es el Virreínato de Santa Fé de Bogotá en todas sus partes. Sí, nosotros esperamos que todos hagan esfuerzos generosos para ponernosen estado de hablar con exactitud y verdad de cada provincia, de cada curato, de cada río, de cada montaña, de cada planta, etc. A ninguno se le privará del honor que debe resultarle por sus trabajos y por su aplicación. En el Semanario se perpetuarán los nombres de todos los que contribuyan a sostenerlo, y merezcan nuestros elogios y nuestro reconocimiento. Todos deberán dirigirse a don Francisco José de Caldas, con sus cartas, memorias, descripciones o noticias que quieran pUblicar en el Semanario. Este es el encargado de rever, ordenar y corregir los papeles, así de los señores comprometidos, como de los que voluntariamente quieran concurrir a un objeto tan interesante. La parte tipográfica queda ·como hasta aquí, en manos de don Bruno Espinosa de los Monteras. Se cuidará de corregir cada número con el mayor esmero, y de mejorar en cuanto sea posible todo lo pertenecilente a la impresión. Si algunos papeles remitidos al encargado no saliesen a luz en el Semanario, sus autores no deberán formar queja alguna, porque deben suponer que hay motivos poderosos para suprimirlos. Si no Uenaq el plan del Semanario, si no respetan las leyes, el culto, el gobterno; si en lugar' de enseñarnos alguna cosa del Reino se divierten en bagatelas de ingenio, etc., entonces quedarán sepultados sus escritos en el olvido. El Semanal1ioes un papel serio; y está consagrado a memorias sólidas sobre los puntos que más nos interesan. Todo asunto frívolo' no tiene lugar en su plan, y no lo ex- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 212 SEMANARIO trañarán los espíritus ligeros que sólo leen por divertir algunos momentos de tedio. No obstante, se pUblicarán por suplementos separados algunos rasgos de elocuencia y poésía que sean originales y muy buenos. Santa Fé, 8 de agosto de 1808. No podemos dar mejor prinClplO al segundo año del Semanario del Nuevo Reino de Granada, que presentando tres rasgos que nos ha dirigido el doctor don Eloy de Valenzuela, cura de Bucaramanga. Este eclesiástico, recomendable por sus virtudes, y célebre por sus conocimientos, ha dirigido sus indagaciones hacia aquellos objetos económicos que tánto interesan al bien de los hombres y de la sociedad. Una grama que suministra pastos sustanciosos y abundantes, observaciones sobre la caña de azúcar conocida con el nombre de Otaiti, que ya se haila generalmente esparcida en touu el Reino, y una excelente descripción de ella (1); experimentos sobre el modo de conservar las carnes, el pescado, los huevos y los frutos, son seguramente objetos más importantes que aquellos descubrimientos brillantes que sólo nos proporcionan conocimientos estériles. Yo diré siempre con un filósifo piadoso, que más me gusta Reaumur observando las polillas y dándonos remedios para poner a cu(1) Es de desear que el árbol del Pan (artocapús incisus Lin.), connaturalizado ya en Caracas, se propague ,en el Reino como se ha hecho con,Ia caña de Otaiti. Por carta del R. P. Fr. Francisco Andujar, misionero capuchino del Apure, sé que lo hay en Barinas, y espero semilla de este religioso ilustrado y activo. También tengo noticia que se ha sembrado en muchas partes de la provincia de Popayán, y que sólo han prosperado tres pies en manos del 'doctor don Mariano del Campo y Larraondo, en el sitio de Alegría en las inmediaciones de Caloto. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 213 bierto nuestras telas de la voracidad de estos insectos, que. Leibnitz creando mundos. Merece seguramente el cura de Bucaramanga todo nuestro reconocimiento, y que la patria le ruegue continúe en indagaciones tan útiles. Noticia de 'una especie de la grama útil para !potreros, o prados artificiales La carne, que casi es de primera necesidad en el Nuevo Reino de Granada, cada día va escaseando y encareciendo más. De 20 años a esta parte se ha duplicado su precio, y pocas poblaCiones hay en que no falte enteramente por algunas temporadas. Los grandes hatos de Casanare es de creer que se disminuyen mucho, porque ya no son solamente novillos los que en numerosas partidas se sacan por esta banda occidental de la cordillera: las hembras salen con la misma libertad, pues hasta esta parroquia de Bucaramanga han llegado en un año poco más de ciento, la mayor parte de primera preñez: lo que es seña evidente de la aniquilación del ganado. Es, pues, de temer que de aquí a otros 20 años .ya sea tan caro este alimento, que de ningún modo lo pueda conseguir el pueblo. Si no salimos del camino ordinario de tener grandes rebaños a costa de grandes terrenos, es evidente que la labranza se ha de minorar, y con ella las subsistencias y la poblacion. Si para cebar novillos y reses viejas, no arbitramos otro recurso que acotar o cerrar los terrenos más pingues y arrancar algunos mato:s, que· es el único que han ade- lantado en Vélez, Charalá y otros lugares en que está muy válido este género de granjería, es palpable que aún todavía padece más la agricultura, pues ésta queda reducida a los parajes más secos, pedregosos e inútiles en que no prueba el maiz, el algodón, ni casi alguna otra de las plantas usuales. Los pobres se entrampan, dan en ladrones, tienen pocos hijos y mal sanos, y los solteros huyen del matrimo- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 214 SEMANARIO nio como de un presidio; y no por otra razón, sino porque la tierra buena de sembrar está destinada a los brutos y entredicha a los hombres. Desean trabarar; pero los cortos pedazos que se les conceden son a un arrendamiento tan caro y condiciones tan gravosas, que en los años favorables en que cogen diez por uno no les quedan ni aun tres libres para su manutención, así es que las tales poblaciones, lejos de aquel aumento progresivo con que crecían, se han parado y como amortecido de diez años para acá. Es pues tiempo que un ramo tan importante de la economía rural y de la pública comodidad no prosiga ab!tndonadp a las solas fuerzas d,e la naturaleza: es preciso que la ayudemos con industria, ahorro y esfuerzo, para que sin perjuicio de los hombres se mUltipliquen y rindan más los animales de su manutención: es decir que ya eS tiempo de que pensemos en prados artificiales, con cuyo auxilio los rebaños se multiplican a proporción de la mayor y más bien cultivada tierra; uso que e's antiquísimo en las mejores provincias de Europa, y que es el cimiento de su poder y riqueza. Entre, las muchas plantas que nos franquea el Reino en todos sus temperamentos, y que por ser espontáneas, o silvestres no exigen otro trabajo que el de aumentar su número, coordinarlas y cuidarlas, he fijado la consideraciónen una de las cordilleras y tierras frescas que 'he cultivado por mí mismo para imponerme y dar noticia de su carácter, del beneficio que exige, y de la utilidad que rinde. En los distritos de Pamplona y Tequia, se nombra Sibalá, y es un pasto que crece y envicia mucho en los maizales y otras sementeras, tal vez será una ligera corrupción de sílaba, porque la espiga con sus flósculos como que remeda una dicción impresa de caracteres góticos o alemanes. La he criado en tierra negra no muy buena, con alguna sombra, y a la temperatura de Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 215 diez grados de Reaumur una hora antes del sol. A mayor calor y al descubierto, se ha paloteado: esto es, mucho vástago, casi ninguna hoja, y punteros de flores que no crian grano. Su raíz: césped de muchas fibras, ramosas, cortas. otras capilares, más tupidas, y cruzadas al haz de la tierra.-Tallos: tendidos, coincidentes, del grueso de una pluma, largos hasta dos y más varas, y de jugo algo dulce, tienen tajos de a 3 y 4 pulgadas; los inferiores, desnudos, radicantes, casi cilíndricos y de lustre rojizo; los siguientes, medio vestidos y con ramitos alternas axilares y parecidos; los superiores, cubiertos y rematados entres hojas cuya intermedia es algo encartuchada.-Hojas: larguchas, agudas alternas, de vello fino y borde poco áspero, largas de 6 a 8 pulgadas sobre media de ancho, tiernas y de verde muy claro como las del alpiste y avena; su vaina, un poco menor y pestañosa en el margen.-Flores: en ramillete terminal, solitario, derecho, poco poblado de espigas, 8 a 12, alternas horizontales de más de pulgada, y cuyo rachis o puntero puede servir de divisa o carácter obvio, por ser foliácéo, del verde, consistencia y figura de una hojuela linear, obtusa desnuda por encima, y de bordes agachados para cubrir la serie de flósculos.-Estos forman hilera doble, alternos, tendidos y casi sesiles, cuyo número no pasa de 16 a 20.-Fructificación, como en el paspalum con muy corta diferencia~ a saber: Cáliz: es la primera cubierta de figura ovada, llana por delante, convexa por la espalda, y partida en dos ventallas, valvas o glumas.-corola: debajo de la dicha, otra igual en figura y número de hojuelas; pero son tiesas, hollejudas y lustrosas; una llana abrasada por la trasera que es cópcava y poco mayor.-Estambres: constan de tres filamentos capilares, duplos de la flor,.y de anteras moráditas, ambifidas, o de horquilla y hendedura en ambas puntas.-Pistilo: contiene el germen como punto, y dos estilos lampiños que asoman por los lados, y cuya Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 216 SEMANARIO mitad superior, que es barbada, detiene y agarra el polvo despedido de las anteras, por esto se tienen por estigmas.-Fruto: es el mismo flósculo y con el mismo tamaño: el cáliz marchito cubre la corola rellena y masuada por el grano, y así caen al suelo. Se ha puesto con alguna difusión en gracia de los curiosos que no han cursado botánica. Para aquellos se podía reducir a menos renglones, yen su estilo favorito. "Radix: fibrosa, caules procumbentes, confertissimi; geniculis inferioribus seminudis, radicantibus, rubescentibus; ramulis axillaribus consimílibus.-Folia: exalbida, obtusiuscula, levissime pubescentia; margIne scabrIusculo; vagina clausa, subciliata.-Flores, in racemo terminali stricto: spicae alternae... horizontales distantes~ ;rllchiñp folillceo, obtuso? flosculis ab una tantum pagina, alterne decussatis, subsessílibus, ovatis. antrorsum planis.-Calix: gluma tribus bivalvis, nervis, marcescens.-CoroHa: duabus valvis aequalibus, membranacea, connascens.-Filamenta: tría capiilaria; antheme bifurcae.-Germen: minimum: stillit duo patentes; stigmll.tll 8ubreflexa, barbata.- Pericarpium: coroHa immutata, semine feta, calice vestita, artículo discedens". Esta especie de paspalum se acerca mucho al scrobiculatum de Lineo, pero no lo es; y añadiré para los que tengan lente, que el pie de cada espiguita tiene un mechón de pelo parado: el borde del rachis eS raspa muy fina y lo mismo los pelos del estigma; el cáliz, a más de los tres nervios, es rayado y salpicado de púrpura. Por mayo de este año, advertí en mi huerta un césped de esta grama, que se me hizo notable por lo blanco y tierno de la hoja. Cuidé que no lo maltratasen, y de arrancarle tal cual yerba: esto bastó para que dentro de poco tiempo extendiese sus ramos, los cruzara, multiplicara con tanto vicio, que llegó a ocupar un espacio como de tres varas cuadradas, cuyo espesor era Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 217 por lo menos de dos tercias. La parte que caía fuéra del alar se desmedró mucho, y lo mismo sucedió con los pies qu~ hice rasponer al descampado: sin embargo, por septiembre, en que ya estaba muy espigada y con alguna hoja amarilla, la mandé segar, y me hallé con 24 libras de buen pasto que consumió en dos días un caballo. Tenemos pues con sola una mata, ración para dos reses en un día, debiéndose notar que éstas comen menos que las bestias, y que ninguna déjará de quedar satisfecha con 12 libras diarias. Supongamos que, aprovechando los céspedes que retoñan y el almácigo de la mucha semilla que riega, se quiera hacer· una pradería para mantener o cebar algún ganado, el modelo que se formare en pequeño podrá aplicarse a una o más cabuyas de tierra, y nos instruirá del coste Y' de las utilidades con que a proporción debemos contar. En un terreno de cien varas por cada lado caben 30 surcos de manzanos, olivos, duraznos, etc., apartados el uno del otro casi tres varas, y son en todo 900 frutales, que algún día nos han de rendir mucho. Por los intermedios se trasplantan igualo mayor número de céspedes o pies nuevos de esta grama. Es evidente, según lo observado en mi huerta, que aún no llega al temperamento favorable a esta planta, que dentro de pocos meses toda la cuadra estará cubierta de pasto, y que por lo menos ha de dar 900 arrobas, con las que se pueden racionar 1.800 reses en un día, 60 en un mes, 30 en dos, "i 20 en ~!·es. Las reses engordad as por tanto tiempo y con tan buen pasto, como tengan agua y sombra suficientes, no dejan de dar una o dos arrobas de manteca, tres de sebo, y carne a proporción. Reduzcamos la ganancia líquida a las 5 arrobas de unto: a real la libra hacen un beneficio de 15 pesos por cabeza y de 300 en todo el balance, lo que parece increíble, atendida la cortedad del capital, del coste y del trabajo. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 218 SEMANARIO Para que se vea que esta cuenta no es excesiva, se ha de advertir que los novillos o vacas viejas al entrar en ceba no pasan de 7 pesos por cabeza. Si algunas llegan a 10, también dan más producto, o gastan menos yerba, porque se sacan más pronto; y como las de 20 libras de sebo se venden a 20 y 22 pesos, podemos regular que las de tres meses de potrero no bajan de 30 pesos unas con otras, tenemos por una parte el principal de 140,y por la otra el producto de 600, cuya diferencia de 460 sería la ganancia si no hubiera que descontar los costes que se van a resumir. Por el arrendamiento de la cuadra 5 pesos, y aún es mucho, porque a esa proporción sería el ~;l~~erb~U_'i,~~:~~ ~~ ~~~~v~~tf~~~¡; ~~~ o vallado 25 pesos, a medio real cada vara.Por 2 peses en bueyes; reja y aperos de ara.l\Por 50 en dos concertados que aran, desyerban y plantan, los cuales al cabo del mes dan otro desyerbo, mientras crece el pasto y ahoga toda otra mata, y después no les queda más trabajo qUt cortar yerba. y cuida.r el gft__ liR.d(\ por lo Que no se hace cuenta de la manutención, y muy bien se devenga con otros oficios para que tienen sobrado tiempo. Deducidos 82 de los 460, quedan, fuera de todo coste, 378 pesos, que se aproximan algo más a la verdadera ganancia. El segundo y tercer año es el coste un poco menos: de los cuatro en adelante ya las podas dan leña, a los 6 hay fruta, y siguen las grandes cosechas, que, a más de SUfragar a todo el gasto, han de dejar considerable utilidad. Si en lugar de frutales se plantaran cedros, nogales, pinos y otros árboles de tablazón, había que esperar diez años para que las pOdas diesen leña; pero a los 20 cada mástil se vendería por lo menos en diez pesos, y lós 600 que caben en la cuadra pagarían la tardanza con 6.000 al contado. No hay que creer que éstos sean sueños alegres y de níngún modo verificables: lo serán sí Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 219 para los haraganes, para los que no se apartan de las prácticas antiguas, y para los que nada saben de lo que pasa en otras partes. En Espa.,. ña se han hecho innumerables plantíos de toda suerte de árboles: en Francia se hacen y protegen con el mayor esmero. La Inglaterra, que no cuida menos de sus' bosques, mantiene en el corto recinto de dos islas, veinte y ocho millones de habitantes, más de 40. millones de ovejas, muchos caballos y cerdos, y grandes cosechas de trigo y otros granos: con todo no compra carne de fuera, y la de su -consumo y del Consumo de sus numerosas escuadras .sale de las dehesas y praderías a que son muy aplicados. La Holanda y Flandes con un puñado de tierra anegadiza, y, a más de un gentío inmen.so, tienen ganado hasta para proveernos, pues sus quesos y mantequillas son más comunes entre nosotros, que nuestros frutos en nuestros almacenes. Si allá hicieran como por acá, para cada mil reses un globo de tierra de muchas estancias, ¿cuántas cabezas podrían contar? Apenas criarían algunos conejos. Antes de volver a tomar el hilo, advertiré que para el caso, lo mismo es que el pasto se cultive -en una sola éra o en diferentes calles. Se puede poner debajo de las arboledas silvestres; a las úrillas de arroyos y barsales, y mucho mejor en bandas atravesadas contra el Oriente, ya de monte y ya de sabana:, o dehesa, pues así se consigue mayor humedad y fresco, que tanto .convienen. De cualquiera manera que se tengan 900 matas de sibalá, el pasto ha de ser el mismo, y la cuenta y la ganancia no puede discrepar, si no es que se les aplique al otro destino de esta especie de sementeras. Cuando el rebaño es de cría, y no se trata de -cebar, entonces, como hay chico y grande, y el ,alimento no ha de ser tan abundante, bien se puede suponer que' la cuadra alcanza para 80 -cabezas en un mes, que con doce de igual o semejante cultivo, hay para todo el año. La cría .sin labranza no sirve de nada. Demos Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 220 SEMANARIO que el hacendado ocupe otras doce cuadras en asiento de casas, corrales, ete., y en sementeras de turma o papa, maíz, trígo y otros granos. Es evidente, que la hoja verde, el heno, rastrojos y desperdicios, ayudan a la manutención del rebaño, y que el dueño, después de surtir abundantemente sus trojas y graneros, enviará muchas partidas al mercado: es decir, tenemos un vecino útdl, .y un labrador que si no fuere rico no estará desacomodado, y con todo no ocupa ni la mitad de un cuarto de estancia según las .medidas usadas. . La legua de última ordenanza se regula por la de una hora de camino, y de 8.000 varas de rastro o cuerda. Contiene pues 64 millones de varas cuadradas, y en ella caben 266 suertes o hcrcdQ.dc3 de le. extensión dich2S, ~7 sobran. 16.000varas para vallados y cercas, para caminos} arroyos y plan,es de vivicnda~ que nadie dudará ser más que suficiente. Menos se puede disputar que la llanura o sabana de Bogotá, abrazando desde Soacha y Tequendama, hasta Suesca y Guatavita, no contei1ga siquiera SO leguas cuadra.d.as. SegÚ.ncs- t.o, podía contar 21.280suertes, o haciendas, y dando a cada una no más que cinco hijos Y cinco sirvientes, sumaría la población 255.360 almas, y el ganado 1.702.400cabezas, de las que sin desmedro se sacarían anualmente las 170.240para el cuchíllo o la labor. En el considerable sobrante que no se calcula, y lo más se pondrían mantener algunos míllones de ovejas, y no pocas yeguadas. Cuando la sabana tenga este aumento de población y cultivo, ella sola valdrá tanto como la mitad del Reino en el estado actual. Revestida de copiosas mieses, variada con arboledas y praderías, animada de un gentío numeroso y acomodado, dejará de ser una pampa medio yerma, y se transformará en lo que exigen su temperamento, su feracidad y el espacioso canal que la baña, y ofrece infinitos recursos para la agricultura, tráfico y recreo: esto es, será. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO ,221 el cuadro más soberbio de belleza y abundancia a que en ninguna parte han llegado ni. la naturaleza ni el arte. Nada' digo del cacao, café y otros árboles en lugar de olivos y manzanos, porque la sibalá no pega en las tierras cálidas de aquellos. Para esas hay variedad de gramíneas, a cual mejor, como los gramalotes, que cr,ecen hasta un estado, y pertenecen al género paspalum: otras del panicum que se, conocen por chusques y carrizos y se acomodan bien debajo de arboledas y barsales; el coix, el cenecris, etc., sin que falten en la misma clase muchas que por las raspas y filos cortantes convLenen para resguardo de las cercas y vallados. Celebraré que algún aficioIlado y de mejores proporciones quiera tomarse este trabajo.~Noviemb~e 12 de 1808. Noticia de la caña solera La caña solera es una de aquellas plantas que de pocos años a esta parte han .entrado en el Reino por casualidad, y por la mano de quien menos se pudiera esperar; pero que se han recibido con anhelo, y se han propagado con pro-, digiosa rapidez. Su primer asiento fue en Puertocabello y cercanías de Coro, y es sin duda que allí la recibieron de los extranjeros de las Antillas, que la trasplantaron de Otaiti, isla del Mar del Sur muy frecuentada por los viajeros. Algunos trajinantes de 1i,enzo y manta la traspusieron tierra adentro, al mismo tiempo que también la asemilIaban en Cúcuta. Ultimamente la han conducido a San Gil, en donde ya se cultiva y se aplica a los trapiches. Los de mejor memoria han retenido el nombre con que la recibieron de caña de Otaiti; otros, y son los más, no alcanzando a distinguir entre los navegantes que la comunicaron, se atienen a conjeturas, y la nombran ya inglesa y ya francesa. Por aquí se le conoce con el nombre de solera, y esto significa algo más; porque ningún estanciero o labrador deja de distinguir, entre Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 222 las varas de su casa, las vigas y la armazón; con lo que ya se ve que se da idea del desmedi~ do tamaño Y largo que hace el principal mérito y distintivo de esta apreciable caña. A los ojos del trapichero y del que no es botánico, la caña solera no eS más que una variedad de la común Y conocida. En la nacencia, en el tajo (1), hojas y arisa, en la tiradera y el mismo penacho de flósculos no es fácil distinguir otra diferencia que la de un color más o menos subido, y aún se observa que la soca, o segundo corte, y aquellas que se enveranan, que están al rayo del sol o en terreno seco Y de poca miga, éstas se desmedran.en términos de quedar más ruines Y delgadas que las de casta común. El (;it.rá(;tei~ distiiiti'V·v qu.e tic~c c:;k:, ,caña entre los labradores únicamente nace del interés proviene de la corpulencia y estatura gigantesca que guarda en todas proporciones. Sus tajos llegan hasta una cuarta, y t1enen tres pulgadas de gru~so:. ~a~ c~ñas qu~ darl, cu~tro y cinco varas de ú.'t~.:. s::.ncnr:1, e algo. mas, !le que se 82.can 6 estacas para la siembra y casi una ración de pesebre, o potrero, pues llevan más de 20 hojas, que, sobre tres pulgadas de ancho, no dejan de tener seis cuartas de largo. La mata echa de una vez Y por sola una molienda de 8 a 12 cañas, sin otras que les van al alcance, Y algunas más chicas para el año siguiente; Y asi no es de admirar que de cada tres matas se benefice una arroba de azúcar Y triplicado número de miel, o panela, la que sale más blanca, más compacta y de mejor grano que en la caña común. La mayor parte de estos datos son tomados de la que he cultivado en esta parroquia de Bucaramanga, cuyo temperamento es de 149 a 229 de Reaumur en la sombra, y cuyo suelo como (1) Por tajo entiende el autor el cañón o distancia de nudo a nudo. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 223 de fogón es una greda sumamente contraria a la vegetación. Cuidé de abonarla con estiércol y yerba seca; que tuviese alguna sombra y riego casi continuo. A los 14 meses ya estuvo en sazón, con banderilla y renuevos, y con las cañas del número y tamaño dichos. En países más cálidos hijea más y con mayor vicio, y viene y -está para moler a los diez meses. De paso haré una observación por lo que pueda importar. Todas las plantas titmen su estación y período en que sus productos están más a propósito para los usos del hombre. ¿Por qué nuestros labrador-es muelen en todos tiempos sin más consideración que la de estar aperados o no? Porque nuestra agricultura está en manos de peones que no salen del paso que heredaron. La caña tiene efectivamente su tiempo favorable para rendir más género y' de mejor calidad, y éste no ,es otro que el junio o julio hasta agosto o septiembre. La que se muele antes de junio tiene el jugo crudo, cargado de linfa y -empobrecido de sales. La que se muele por octubre y en adelante, ya tiene las yemas, o botones retoñando, y aun algunos hijos bien crecidos; sus mostos se hallan en movimiento y trasmutación; el flúido más generoso se expende en la nueva cría, y solamente restan las heces y superfluidades. De cualquiera manera el resultado es uno mismo: se gasta más leña y más caña, se saca menos miel, y esa, requemada y defectuosa. El que tiene alguna tintura de botánica no. se atendrá ni al juicio ni a la nomenclatura de los campesinos, porque éstos confunden, con el mismo o con diferentes nombres, plantas que discrepan mucho o que. apenas difieren accidentalmente. Con un poco de atención se convencerá fácilmente que la caña soLera es especie diferente de la otra, y aun de la que dicen de Castilla, que igualmente da miel y azúcar y es tan oficinal como aquéllas. Para dar a conocer estas tres especies, es preciso fijar antes el carácter genérico, y por Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 224 SEMANARIO cuanto este capítulo solamente puede interesar a los inteligentes, lo pondré, aunque de mala gana, en el añejo lenguaje de que no se quiel'en desasir. "Sa'ccharum:-Cal. cum involucellum villosum, receptaculare flosculi longius; partialis, gluma bivalvis, ovato compl1essa, aequalis, glaberrima. merbranulacea.-Corol: bivalvis; altera tenuissima; exteriore concava, amplexante, apice oonvoluta.-Filamenta: tria capillaria; corolla longiora Uongitudine corollae); antherae lineares, arnbifidae, seu utrinque furcatae.-Germen: ovatum; stili duo recti, distantes longitudine corollae.-Stigmata, bilongiora, barbata, renexa.-Pel1icarpium: nullum.-Semen: minimum, tel'es, nudul11, glumis involutum, involucello expanso.-Radiato avolans.Quantum hoc distat a charactere Linnei! Sed illi siccum tantum exemplar videre licuit: inde styli cirroBi stigmata simplicia, defectus c·D.licis~ ¿Si yo no hubiera repetido las observaciones en plantas vivas cuyo jugo podía gustar, la debería haber reducido a la familia del saccharum? Claro está que no, ::¡i tomaba por autoridad irrcfragnblc la. del siste!n3. de las Yeget~les. No sería de extrañar que la hubiera emparen tado con alguna grama de las calles. Y a vista de esto y de muchos ejemplares que podía citar, ¿creeré yo que la botánica ya es ciencia? ¿Me preciaré de que con cuatro o cinco tomitos de Lineo ya puedO determinar a punto fijo cualquiera vegetal que se presente? Guárdense los jóvenes de semejante presunción. Los sistemas inventados más bien sirven para colocar, distribuir y haber a la mano un gran cúmulo de conocimientos, de láminas, descripciones y esqueletos, que para determinar los que se ignoran. Esto no es fácil ni seguro sin otros autores, sin diseños y sin herbarios: el trabajo es mucho, y siempre hay riesgo de equivocarse. En el carácter sobredicho con'vienen perfectamente las tres cañas. La inflorescencia es la misma: a saber, panoja, garzota, o penaCho alto, tupido, flotante, lustroso Y solitario en las Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 225 otras, ac,pmpañado de dos laterales en la solera. Tiradera, o astil rollizo en el pie, 'surcado, o acanalado para arriba, y velloso solamente en la de Castilla, con la que ya tenemos una segunda diferencia. Espigas palmares; abajo están agolpadas en rodajuela; las restantes dislocadas. Se componen de espiguillas dísticas, o que alternan en dos filas, y todas son lacias, o flojas, cabizbajas, articuladas con tallos y nudillos. En éstos se injertan las espiguillas secundarias, y tienen opuesto un mechón, o Como pincel de pelo blando. Aquí también se acomodan los flósculos, con la diferencia que en la común y de Castilla son de a cuatro y todos sesiles: en la solera están de a dos, y el, uno pedkelado, o con cavillo. Junto esto con el mucho pelo que tiene en su tajo la de Castilla, completamos tres caracteres específicos figurados en esta forma: Saccharum officinarum . 1 Solera: tajo lampii'lo; flóscu!os de a dos, e! uno pedicelado. Común: tajo lampiño;, fl6sculos de a cuatro, todos seslles. Castilla. tajo peludo; fósculos de a cuatro, todos sesiles. Los maestros sabrán cómo se avienen ahora , con el sobrenombre de oficinal, que ya viene a ser impropio, pues ha de servir a sola una, y hay tres a quienes corresponde. Observación El lQ de mayo de este año, introdUje en miel clara de trapiche, un pedazo de carne de novilla flaca que acababa de matarse en la carnicería. Fue preciso para que no flotara y se descubriera sobrepcinerle unas piedrecitas. El vaso era de vidrio, y cuando mermaba la m~el se añadía otro poco con el mismo tiu de evitar el contacto del aire. Al cabo de seis meses, es decir, el 6 de noviembre, se sacó esta carne, que apareCió dura, algo oscura por fuera, y roja en Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 226 SEMANARIO lo interior. Lavada con agua fría, se tuvo en remOJo esa noche, y guisada al día siguiente, se halló de un gusto algo ácido que participaba de vinoso, muy agradable al paladar y al olfato, y sin el menor indicio de corrupción ni de tanta edad . . ¿Cuántos habrá que se reirán de semejante artículo? Para que sean más cautos conviene advertirles que ojalá ¡hasta los botilleros y cocineros puedan comuni~ar sus observaciones, como tengan algo de interés para la salud, conveniencia o economía de los hombres! El talento, y mucho menos los descubrimientos fortuitos, no están vinculados a los que cursan facultades. En los ínfimos oficios puede haber una ocurrencia feliz (las hay en efecto entre la plebe, y ¿cuántas habrán abortado por falta de papeles públicos?) que, ilustrada y aplicada, terlga consecuencias muy útiles. Para que se vean las de esta observación, preguntaré: ¿qué carne habrá que a los seis meses de compuesta no hubiera sido preciso resecarla y resalarla muchas veces? Y aún así, conservaria el sabor indeleble a mono y i.iena de que no se libmil los mejores jamones, especialmente cuando son conducidos a temperamentos húmedos o muy cálidos. La sal en muchas partes del Reino es sumamente cara, pues nunca baja de 12 reales la arroba, y sube a 24, a 32 y hasta a 48. Para conservar un poco de carn~, eS necesario gastar la nona parte de su importe en sal, y ésta se desperdicia enteramente en las lavaduras, y por sí sola no resguarda de las queresas y gusanos. Al contrario, la miel es muy asequible y barata en los mismos lugares en que escasea la sal. Cada estancia tiene sus cañas y trapiche de mano en que diariamente se provee de este renglón. Uno de los grandes inconvenientes para las navegaciones largas, es la mucha sal con que es .preciso recargar las carnes, quesos, mantecas y p~scado, para que no se inutilicen. Esta dieta engendra el escorbuto, las toses y otras en- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 227 fermedades que acaban con las tripulaciones. La carne preparada con miel, no tiene el gusto austero y pajoso de la salada, y lejos de ocasionar el escorbuto, antes lo cura y lo evita. ¿Y qué cuesta esta preparación? menos que la de sal, porque no hay puerto en América en qu~ no sea muy común la miel. Con poca cantidad hay para rellenar los barriles o tinas en que sé ha .puesto la carne fresca, la que, para mayor seguridad, ha de ir en cecina, o tasajo delgado; se sujeta con una bala o rodete de hierro, y se ~apa con un paño par:a evitar la efusión, o con un poco del barro arcilloso con que cubren las hormas para cristalizar el azúcar; y en todo caso será conveniente llevar alguna miel embotijada para rellenar los barriles cuando Se advierta la merma. He aquí si será importante esta observación para uno<;ie los más grandes recursos d'e la riqueza y prosperidad de los pueblos como lo es la navegación. Segunda observación.-El 18 de junio introduje en un tarro medio vidriado una 'cabeza fresca del pescado que en otras partes nombran pataló, y por aquí hocicón, a causa de sus labios corpulentos y explayados: le rellené con miel, y sujeté con piedra. Todos saben la pron.;. ta y completa corrupción de estos acuátiles, si no se curan con sal o al humo, y que ésta debe ser mayor en la cabeza por la pequeñez, vadedad y delicadeza de las partes que la componen. El 5 de novi,embre fui a desengañarme: la cabeza estaba encogida y muy mermada, sin otro olor que el fuerte de la miel; se lavó con agua tibia, se tuvo esa noche en agua-sal, y, guisada al otro día, pareció muy bien y como adobada en vino a los de gusto más delicado. Los costados y lomos que se despreciaron para la observación, nos habrían sabido mejor. Este pescado, que es el más regalado de los ríos no muy' cálidos, casi no le logran sino los que habitan sus riberas. El salado se rancia, se empioja y pierde el mérito. El frito solamente sabe a manteca, y en rigor no es más que un Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 228 SEMANARIO chicharrón con espinas. Abiertos, embarrilados, y con un poco de miel, se podrán conducir a grandes distancias, y al cabo de un mes estarán casi lo mismo que recién sacados. Tercera observación.-Los huevos sumergidos en miel por tres o cuatro meses, no se corrompen, pero saben a dulce. Cuarta observación.-Brevas, uvas y pimientos, se enjutan, se resecan, pierden la carnosidad y el jugo. Quinta observación.-Una especie de guayabitas amarillas con hojas de arrayán, de que gusta mucho la gente, y son comunes en tierras secas y cálidas, también desmedran, pero a.claran y adelgazan la miel, le' comunican cierto austero aromático, y mezclada con agua y algo de clavo o canela. hace una cid;:a especialísima,; qu~ podrá .. seJ~ Útn en B..1gunOS periodos de la disenteria, escorbuto, inapetencia y debilidad. Reflexiones.-Es cosa bien particular que un líquido reputado por muy laxante, tenga la propi~dHd de fjj8.T, ronden.sal" y reu!lir. ¿No seria. muy útil para los aChaques en que hay debilidad de intestinos y otros canales? En efecto, no faltan algunas personas que, teniendo un vientre muy blando y fácil, se les arregla y endurece con el uso de la miel. Para las disenterías, o pujos, en que las vísceras inferiores están irritadas, ulceradas y casi gangrenadas, ¿no podria aprovechar, así en bebida como en lavativa? Hay experiencias que lo persuaden, y mucho más si se añade un puñado de carbón en polvo, 10 que es conforme a lo que enseña la química, y a las felices tentativas que se han repetido para desinficionar las carnes yaguas muy corrompidas, hirviéndolas con carbón molido. Si hay fiebre, entonces un poco de pólvora con la miel satisface todas las indicaciones. ¿Las célebres momias, o cadáveres curados de los Egipcios y Canarios, deberán a la miel su Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 229 dUfflción? De los últimos no se sabe que cultivasen las cañas. Los otros pOdían conseguir la miel de las regiones de la India, en donde es antiquísimo su beneficio. Añadiendo polvos aromáticos y desecantes, no hay duda se conseguiría el mejor éxito. ¿Y si' a la miel se junta polvo de alumbre o quina, qué tal uso tendría para curtir pieles fres~as y delicadas? Estas y otras muchas resoluciones nos debemos prometer de los jóvenes aplicados a los estudios físicos, y particularmente de los que con tanto empeño cultivan la medicina, y de quienes no espera menos la ilustración general que la salud pública. Bucaramanga, noviembre 10 de 1808. Resumen de las quinas que se han extraído del puerto de Cartagena para otros de América y Europa en el discurso de los seis últimos años. remitido por el Dr. D. Eloy Valenzuela. Años Arrobas 1802 .. 1803 .. 1804 .. 6,281 10,275 34,878 ~! J'1-:~1 L!bras 7 O 4 12 TOTAL ...•.... Año común ....• " Onzas Años Arrobas Libras 6 6 1805 .. 1806 .. 1807 .. 18,400 48,338 15,484 1'1 4 1.2 82,223 !1 6 6 133,657 23,276 arr. 24 lib. 6 onzas. 8 4 Nota del Sr. administrad'lr D. Ignacio Gavero: que las primeras quina'3 que llegaron a España se pagaron de cinco a seis pesos libra. y en el día y año se quieren por nada por la excesiva abundancia y mal estado en que mucha ha saliJo. Con que se hubiera observado mas prolij idad y a~eO en los acopios, la concurrencia habría sido menor. y se sostendría la estimación del género por su bondad. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 230 Balanza del comercio de Cartagena en los tres años útiles que antecedieron a esta guerra, a saber: Importaci6n Años lib. rs. 2 1 7 O 2,859,392 Frutos .•....••........• 7,105,783 2,353 ,551 2 Metal .........••...•.. Como tot. por c.uenta del Rey •.. 4,752,232 1 ,639 ,6'lO 983,885 971 ,863 903,644 Total. •• O O O Total. Año común. ., .. 6,391,622 metálico 2,130.640 año como 3,321,725. La. Eiií10nedaciúfl i:.ttlUi11 de Si;lni.a Fé no c.ubre ni aquella partida: ayuda Popayán con Or()oy Maracaybo Balanza del comercio de Veracruz en ins Ps. 1801 .. 1803 .. 1804 .. Impar. de Am~rica .•••.••• Imp .•... Exportación Importación de España Años Tot. a España p lib. rs. 3,082,811), 1 ,554,385 2,468,578 1802 .•.... 1803 ....•• 1804 ...•.. 4,246,391 Exportaci6n de España p mi.<l11n .• "P..< nñfl.<· Importación de América Ps. Fs. 33 ,866,21<) 12,017,072 18,033 ,371 1 ,607 ,72'l 1 ,373 ,428 1,619,682 53 ,7'lO ,208 63,916,662 4,600,839 4,600,83<) Exportaci6n Fs. 10,3<)0,85<) 18,4<)3,28'l 14,906,060 58,391,047 con mucho con duros. 4,581,148 2,465,846 3,424,511 10,471,505 Exp. de España. 63,916,662 Tot~ Exprt .... 74.388,107 RESUMEN 58 ,NI ,047 74,388,167 132,779,214 Exportación Comerc. tot. de un trien. para España en año común de los tres De Cartagena, id. id ••........ Casi como 10 8 1. 21 ,305,554 2,915,157 ps. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 231 Las noticias que publicamos sobre el curso y producciones del río de Prado, nos las ha comunicado el doctor -don Jose Manuel Campos y Coto, cura de Pr.ado. Acompaña a su relación una carta geográfica de todo su curato, levantada con inteligencia por el mismo autor. Sentimos no poderla publicar por falta de grabado, ella perfecciona nuestra geografía, y el público le debe estar reconocido. MEMORIA SOBRE EL RIO DE PRADO El río de este nombre baña una corta población que se encuentra en medio de 'las dos antiguas ciudades Neiva y Tocaima. Esta era una parroquia de poco más de veinte años de antigu'edad, que se trasladó en año de 1787a la banda meridional del río, y'lleva el nombre de Nuevo Prado. El río (que sin duda tomó su denominación de la belleza del país que dega, o fue del antiguo pueblo de los Prados, cuyos vestigios se reconocen a la parte septentrional de él, entre unas malezas que los naturales llaman Pueblo Vejo) , se compone de dos copiosos arroyos y varias quebradas. El uno viene del septentrión, y el otro del oriente y mediodía; aquel se llama Río-Cunday, porqqe nace cerCa de una parroquia de este nombre; éste se llama RíoNegro, porque sus aguas son oscuras, semejantes al color de la lejía. Se unen los dos en un paraje llamado Churumbel a, y bajando juntos r.inr.n lp.gllH~ dp.~H,gml;!1 en el Ril]-M~,ed~¡Je!!!'. por su costa oriental. Todas las aguas que acopian el uno y otro río pueden ser ensayadas y reconocidas por el viaj'ero curioso en ocho o diez días, si se resuelve a pernoctar en esas selvas desconocidas escuchando el bramido de los tigres; porque toda el área que baña, comprendidos los sitios a donde recoge sus aguas, hará un plano de 63 leguas cuadradas. No obstante no es tan pequeño su caudal que no se pueda navegar, aunque Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 232 SEMANARIO su extensión y profundidad es varia como es de recio el invierno o el verano. En medio del verano tiene su boca sobre el Magdalena 40 varas de superficie y dos de profundidad: disminúyense uno y otro 1uégo que sus aguas pasan el nivel del Magdalena hasta la convergencia de Cunday y Rio-Negro por espacio de cinco leguas, en todo el cual a doce de superficie tiene una y media de profundidad. Pero en tiempo de lluvias, principalmente en fines de octubre y todo el noviembre, es temible en el mismo espacio: su anchura llega a 100, sobre ocho de profundo, y en los sitios donde lo estrechan las rocas, forma remolinos por donde nadie se aventura a pasar: desde el paraje de reunión para arriba no se puede echar senda con seguridad. La sup'erficie de uno y otro riachón es en verano de doce a diez y ocho varas; la mayor parte de su suelo, pedregoso, sus corrientes precipitadas, y la naveg,ación peligrosa. Mas, para formar idea cabal del uno y del otro, comencemos a describirlos desde su origen. El Cunday comienza (según afirman) en )1nos parajes sabanosos en la inmediación de una parroquia de este nombre situada al nordeste de la embocadura del río de Magdalena a distancia de unas 8 leguas. Deja la población a su banda derecha, y torciendo algo su dirección al sudoeste acopia las aguas de dos quebradas que se precipitan de los montes occidentales. La primera se llama Revés, acaso porque corta la corriente del río en un sentido oblicuo contra su corriente. La segunda lleva el nombre de Derecho y entra poco más abajo a aumentar el caudal del principal arroyo. Andado un trecho corto, se aumenta notablemente con las aguas de la quebrada de Kuinde, que es copiosa y cristalina, y viene de las serranías orientales, llevándose los manantiales de los llanos de San Bernardo y de las mesas de Don Jerónimo Díaz. En este punto se oculta el río a los rayos del sol y se esconde en una oscura selva de robustos caracolíes chicalaes, palmas, entretejidos de Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 233 guaduas y maleza. Su curso es· apresurado y trabajoso para navegar por las muchas palizadas y árboles enredados en las enormes piedras de sli centro, despojos de grandes avenidas. No obstante este peligro, en Kuinde se debe fijar el supremo punto desde donde se navega nuestro río; esto es bajando en maderos de balzo, o barbacoas de guadua; porque subiendo en barquitas apenas al principio del verano puede subir barca pequeña hasta. Baja. Esta es la boca de una quebrada bastante copiosa que sale por detrás de los peñascos de los Corrales y está una legua más abajo de la Kuinde. Dije que a principios del verano se puede navegar hasta aqui subiendo, porque si el río crece, sus orillas están inmediatas hasta mitad de los árboles; y' si está demasiado seco, la barca se sienta sobr·e los pedregales y no anda. En Baja vuelve a tomar el río su rumbo al S. O. que había perdido desde Kuinde, inclinándose al oriente, y por espacio de 5 leg,uas hasta Yucupi no recibe aguas por su costa oriental; todo este terreno está des~erto y abandonado, allí no se oye la voz del hombre, no se hallan casas, ni ruinas, ni aun vestigios de que haya sido sojuzgado del racional: a lo más aparecen a distancias, fogones apagados, horquillas para secar redes y alguna barbacoa donde el pescador asó el fruto de su conquista y encendió hogueras para ahuyentar los tigres de noche. La .vegetación en todo este horrible y espantoso desierto, es muy verde y frondosa, pero no variada. Unas mismas especies de árboles, a saber ca.r¡tcoll, utro llamado p(¡ta de vaca, eleyado y recto, amesales, pequeños arbustos de una flor como flueco carmesí, chicalá, altísimo árbol y la madera de fibra más recia de estos contornos, muchos bejucos: algunas palmas, guaduas, madroño s y payacales inmensos; palmita que usan para cubrir las barracas, helecho menudo, y en una u otra parte casas silvestres de desconocida antigiiedad, todas las plantas están enroscadas unas con otras, y en- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 234 SEMANARIO tretejidas a veces hasta por encima del río. Aquí viven los tigres cuyas huellas encuentra el viajero impresas sobre las arenas de la costa. Aquí los cerdos bravos, o manaos, en sociedades de dos mil o más individuos, espantan con el gruñido semejante al trueno, o inficionan de intolerable hedor los vestidos y piel del pasajero. Aquí viven los micos y monos: aquél roba los huevos que encuentra de los nidos de las aves, e impide su multiplicación. A pesar de esta astucia se ven aquí los paujiles, los pavos, los cuervos pescadores, los yátaros y otros pajarillas de climas calientes. La costa occidental es espaciosa, y su plano se va elevando poco a poco hasta los nlontes que tenemos al oriente de Purificación elevados hasta la primera región de la quina. La costa oriental es más estrecha y remata al pie de unos peñascos altísL>no~ y desnudas de 500 varas sobre el nivel del río. Sus puntas imitan de lejos la perspectiva de grandes edificios, medias naranjas y muros con baluartes; todos ellos colocados en media luna, cuyos extremos miran al Oriente, encierran en su diámetro, que será de 3 leguas, un millón de peñas de figura cónica desnudos de plantas. Horrible paraje muy propio para abrigo de las fieras y animales carnívoros que allí abundan. Estos son los peñascos de los corrales, y es un prodigio que este avispero de aguas para la quebrada de Yucupi, que parte todos esos abismos y su impenetrable media luna, para juntar con el río sus aguas, que son copiosas, claras y bastante frescas. En la gran boca del Yucupi existen algunos vivientes, principalmente· los que por sus delitos huyen de la justicia, o por su egoísmo gustan de vivir independítent¡es colocados a largas distancias de poblado, y, defendidos por la aspereza de unas sendas incógnitas, viven para sí mismos, y como si ellos únicos fuesen los dueños del mundo. Después de Yucupi, el río vuelve un poco al Sur hasta hallar el término último de los co- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 235 rrales que están sobre el río, y en donde se mezclan los dos arroyos Cunday y Río-Negro. En este punto todo varía de semblante: ya se halla poblacíón en número CQnsiderable, frondosos plátanos, cacaos y arroz, maíz en abundancia, yuca, cañas de dulc·e, etc. Tal vez con un poco de más industria prosperara la cebada en algún paraje de estos, y el anís, si eSOScolonos quisieran apartarse de la estr·echa senda de sus mayores. Nota: entre Baja y Yucupi recibe el río por su orilla occidental algunas aguas. Aquí, cerca de Baja, la quebrada del Chaparro, y poco más abajo el Guaimal, abajo el Guayacán, y después Tomogó, bastante copiosa, diferente de otra del mismo nombre de que hablaremos después. No olvidemos este punto en que se mezclan los dos arroyos, y comencemos por la cabeza de Río-Negro. Al sudeste de este punto, como unas cinco leguas, pasadas tres faldas de la serranía y cordón principal de montes, se encuentra un valle todo vestido de árboles frondosos, extraordinariamente elevados y cubiertos de barba. En esta soledad no entran los hombres sino cuando la rápida carrera de un tigre a quien dan caza los hace llegar sin advertencia. Alguna vez el holgazán busca por allí la1miel y cera de las abejas en cuya miserable ocupación gasta diez o veinte días. Allí nace Río:'Negro, y hasta en su origen son sus aguas casi' negras, frescas y delgadas, de excelente calidad. Recoge cortas porciones de aguas por detrás de esa alta cordillera (que me parece ser la misma que .•••'- .•.•.•..••..•.; .•..•.••.••••.•.••.•.•..;1 QrlJ.LQ"V.Lt;¡;:,o.. ,;:)u.u. •••. a. _ .•.••.•.•+ __ •.•_ J.J.V.I. L/e }.IV.&. 1 ••• .La. 1... •..•..•.••••• ...1_1 ~__ •...••_ .•.•_ JJV\".a, \..lCJ. .L.11V.lJ.L/O ..:1_ \.u:;: la Mesa), ya de oriente, ya de occidente, según se percibe por 10 hendido de la serranía. Sigue al sur por espacio como de 2· leguas, en cuyo paso recibe las aguas de dos copiosas quebradas orientales que vienen de una región tan fría como Santa Fé: 19 La quebrada de la Lejía, llamada así por el color oscuro de sus aguas; 2Q del Carbón, más oscura que la otra. Con este caudal vuelve al S. O. y recoge una Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 236 SEMANARIO gran cantidad de aguas de la quebrada del Pescado, la cual viene del sur por unos llanos detrás del principal cordón de que hemos hablado. No se puede describir la belleza del campo que ella baña. ¡Qué tierras para el cultivo de los trigos! qué dehesas para los ganados! qué prados coranados de grupas de árboles que crecen cerca de clarísimas arroyos! qué cielo y qué aires tan sanos! Pero este país está casi desierto, apenas habitan algunas familias de Dolores. Para recibír esta quebrada, o al mismo tiempo que la recibe, parte el río la alta cordillera y baja a regar otro valle bastante espacioso de montañas y malezas llamado Potreros de Río-Negro. Atraviesa estos países, habitados de pocos vecinos de Prado, de sur a norte con un curso de tres leguas por un clima bastante cálida. Se ven en sus riberas algunos plátanos, cacaos, maíces, arroz y ajanjaií, en cortísimas porcianes aunque todo praspera Y abunda. Las ¡¡nantañas son claras, elevadas y de maderas finísimas: hay diversidad de palmas y de guaduas: entre aquéllas se halla una chonta negra, 'blanda para trabajar en fresco, y de extraÚa dureza cuando está seca. De ella hacía el Indio gentil su dardo para la flecha. Hay también un árbol colosal, de una madera fibrosa, recia y pesada casi como la palma, que aquí los naturales llaman coco, y en otros lugares Almendrón. Cría unas nueces dentro de una caja cónica de indecible dureza. Estando hecho el fruto y seca la caja, deja caer un tapón pareCido a la tapa de corcho de una botija, caen las frutas y después con el aire cae también aquel calabazo. Suele un árbol solo criar, esparcidos en sus ramas, 60, y cada una abriga diez a doce y a veces veinte almendras. Andado este valle, recibe el río le quebrada, pequeña del Caliche; un cuarto de legua más abajo la copiosa del Limón, y allí cerca, al volver el río al O., recibe la gran quebrada de Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 237 Aco; todas caen del oriente, pero la última es abundante, sus aguas son castañas o doradas, frescas, muy· delgadas; toma origen muy adentro de la espesa y solitaria selva, y después· de unos cuantos giros se precipita por una cascada de 60 varas que se alcanza con el anteojo desde la plaza del Nuevo Prado; se vuelve a ver después al sur, y en esta dirección entra en el río. Aquí parte esta otra cordillera de peñascos y sale al llano de Tafur, de poca extensión, en donde recibe la quebrada del Caymám por el norte; y siguiendo a N, O., se junta a Cunday. Es más dificultosa la navegación de Río-Negro que la de Cunday. Apenas desde algunos puntos del Potrero embarcan balzos y maderas. La corriente recia, las frecuentes cascadas, el lecho del río cubierto de grandes piedras, lo hacen horrible y peligroso. Estos naturales creen que por esta causa no suben los caimanes hasta muy arriba de Río-Negro; pero en mi sentir, no habitan aquí estas bestias porque las aguas son frías y muy claras. Ca. si lo mismo es el lecho de Cunday, y con todo eso se hallan hasta Baja. Desde las juntas de estos dos arroyos hasta el Magdalena, se navega con facilidad subiendo o bajando. El curso del río es más apacible; abundan los peces y cocodrilos en los charcos profundos: a una y otra banda deja puntas de montes que parece dividieron las corrientes: Llega por fin a correr la última basa de la cordillera para dejarse ver. en el llano, y aquí hace su corriente fuerza en todos sentidos contra las rocas que avanzan oblicuamente, y entra toda el agua por un canal de 16 varas de .ancho, y 200 de altura arriba del agua. En esta altura h8jY enormes piedras, y dentellones avanzados sobre el río. En este sitio he notado a diez o doce varas de altura sobre el nivel del agua, canales y hoyos lamidos de la corriente, semejantes a los que se ven hoy en su superficie. Ello es que hasta allí alcanzan Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 238 las avenidas fuertes; pero se me hace duro creer que seis o siete días cada año en que crece el río, hayan podido carcomer y alisar aquellas. rocas. ¿Acaso algún día corrió el río por un suelo diez varas más alto que hoy? ¿Cuántos siglos habrá trabajado contra el peñón del salto de Rojas para bajar éste su nivel? ¿Acaso bajará más y por fin se pondrá al nivel del Magdalena? ¿Hará entonces un lago desde su boca hasta este sitio? ¿Hará entonces . arriba de este sitio una cascada de 20 toesas que deje impedida la navegación? Yo no lo adivino. Pocas brazas antes de llegar aquí se hallan tres arroyos, a saber: por el N., una quebradita llamada el lVIadroñal; por el sur, la de Tomogó, algo copiosa que trae las aguas de Escudero, de Malta, de Aco (sitio diferente del .' .. , , ' . 01ro.i y Gei VaiieC1LO ai; "l"OmQgo:; :l Jl¡n¡,arrlen~e un arroyo de agua caliente, que recibe a 80 brazas antes de unirse al río, y más arriba la quebrada de Pena. En la angostura recibe aguas que 'está.n cayendo de las perJ.as corno ll11't1i~<:! --_._ •...•• .." 17 ,J 111'\ -- .•. t;l¡'rrn,ritn -- •••.•••• ., •..•••.•.••. ~t:I - ••.• -0-- 0CI0'111f)¡ ,-.r::.H,ontc. - . roAmn. a 459 de R. Esta agua depositada en frascos largo tiempo, precipita copos amarillos hebrosos, y queda potable y delgada. Yo no tengo re activos para analizarla y dar otra noticia. Media legua más abajo por el S., entra una quebrada llamada Sarabia, y allí cerca el AtilIo, que eS un arroyo que viene por la falda del cerro de S. a N., pasa al oriente de nuestro Prado, y se junta 1.000 varas adelante con el río. Aquí es el puesto y muelle de la nueva fundación; aquí se compran vituallas que traen por el río los vecinos que viven en sus orillas; aquí amontonan multitud de maderos de balzo para fabricar después una casa encima de las aguas y llenarla de carnes, dulces, cacao, cerdos, arroz, sebo y otras drogas que venden en Honda. Desde el Atillo se vuelve el río al N. E., Y después de un caracol de media legua, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 239 pasa por Prado Viejo que deja sobre la mano derecha. Desde aquí da innumerables vueltas, y después de recibir unas gotas de agua, a excepción del Papaya) que es considerable, baja del oriente y entra cerca de Viejo Prado; por fin, se une a un brazo del Magdalena, y juntos cortan al gran río de sur a norte, porque el Magdalena en aquel paraje va a N. E. Todo el trozo de rio desde Prado· hasta su embocadura está expuesto a variar de madre. Sus orillas de tierra y arena no oponen resistencia a las avenidas. Yo mismo he navegado por un sitio donde un año antes no había agua, y he visto cegados los caños· antiguos como si de intento se hubiesen llenado de palos y fajina. Esta experiencia me condujo a creer que el río corrió anteriormente a dos mil varas más al occidente. Se observan lagos angostos y dilatados que imitan lás torturas y vueltas del río. Acaso entonces corría derecho al paraje llamado Río-Viejo, que hoyes el .desague de esas lagunas. En fin, el declive de las corrientes desde Prado hasta Magadalena, puede estimarse de 4 toesas. NOTICIA METEREOLOGICA Desde el día 11 de diciembre del año último, se comenzó a observar el disco del sol desnudo de irradiación, y de aquella fuerza de luz que impide mirarlo con tranquilidad y sin dolor. El colul" U~ fuego que re es natural se ha. cambiado en el de plata, hasta el punto de equivocarlo muchos con la luna. Este fenómeno es muy notable al nacer, y principalmente al ponerse este astro. Cuando corre la mitad del cielo, su luz es más viva y no permite mirársele a ojo desnudo. En las cercanías del horizonte, se ha visto teñido de un color de rosa muy ligero, de un verde muy claro, o de un azulado gris que se acerca al del acero. Se Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 240 SEMANARIO ha sentido generalmente por las mañanas un frío pungente y m~y superior al que exigen la altura y poSición geográfica de esta capital. Muchos dias ha amanecido el campo cubierto de hielo, y todos hemos visto quemados los árboles y demás vegetales que por su organización son demasiado sensibles a este meteoro. Toda la bóveda del cielo se ha visto cubierta de una nube muy ligera igualmente extendida y transparente. El azul del cielo ha tocado en los primeros gradas del cianómetro, y algunos días se ha visto de un verdadero blanco. Han faltado las coronas enfáticas que se observan con tánta frecuencia al rededor del sol y de la luna cuando existen aquellas nubes que los meteorologistas conocen con el nombre de Velo. Las estrellas de primera, de segunda y aun de tercera magnitud, se han visto algo oscurecidas. y absolutamente han desaparecido las de cuarta y quinta, a la simple vista del observador. Este velo ha sido constante tanto de día como de noche, el tiempo ha sido seco, y han reinado los vientos del Sur por intervalos, sucediéndoles calmas muy considerabies. Este fenómeno se ha observado en Pasto, en Popayán, en Neiva, en Santa Marta, en Tunja, y seguramente en toda la extensión del Virreinato. Nada tendría de extraño a los ojos del físico que se observase igualmente en todos los países situados dentro de los trópicos. Algunos han creído que este fenómeno es único, extraordinario y casi fuéra de las leyes comunes de la naturaleza, y el vulgo sencillo lo ha tomado como indicio seguro de grandes calamidades. j Cuántos me han consultado, y a cuántos he tenido que serenar! La tranquilidad de todos sobre un objeto que nada tiene de extraordinario, y que en todas sus partes está conforme con los principios más sanos de la verdadera física, me han obligado a llenar dos páginas de nuestro Semanario, diciendo que todo el misterio consiste en una nube extendi- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 2.1 da igualmente en la región superior de nuestra atmósfera, en alg1:lDOSvapores del horizonte, y en las refracciones que sufre la luz al entrar en la masa del aire. De aquí el sol lánguido y de color de plata; de aquí el rojo, el azul, el verde; ·de aquí el frío, los hielos y todo lo que constituye el. fenómeno que ha alarmado a los espíritus débiles. Mil veces he observado la misma disposición en el cielo, y mil veces he tenido que desnudar los anteojos de los cuartos de círculo y el telescopio .mismo de los vidrios opacos o de color que templan la vivacidad de la luz, para poder observar el disco del sol con claridad. Por otra parte, la historia nos conserva la memoria de semejantes meteoros. En el reinado de Felipe IV, en todo el año de 1673, el sol se vio en Colonia, en Ulma, en Heidelberg y en toda Europa, oscurecido y de color de ceniza. Los astrólogos de aquella edad, es decir, los profetas fanáticos de la suerte del género humano, anunciaron grandes cosas; el vulgo y los ignorantes temier.on; los años pasaron; las cosas naturales y polítIcas se mantuvieron en el estado que exigían las circunstancias; el tiempo desengañó a los preocupados y manifestó que la oscuridad del sol no era otra. cosa que un meteoro que no tenía más de extraordinario que el ser raro. ¿Por qué pues hemos de temer? ¿Por qué nos hemos de afligir por unas apariencias producidas por vapores, por ilusiones de nuestros sentidos, por inflexiones de la luz y por otras mil circunstancias que se combinan, que varían, que suceden y desaparecen como el humo, sin que jamás hayan tenido funestas consecuencias? NOTA La historia de la 1'fsica está llena de fenómenos extraordinarios y que al primer aspecto llevan consigo todos los caracteres de asombrosos y casi S9brenaturales; pero, sujetos al examen detenido y pr.ofundo· del verdadero físico, no son otra cosa que fenómenos regu- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO lares y de causas conocidas. La aurora boreal, ese océano de fuego nadando sobre nuestras cabezas, barras, plumas, ziczaes, fuentes, ejércitos y todas las fantasmas que puede suministrar la imaginación más viva, ¿no tienen más de grande y de raro que una nube trasparen te que le quita sus resplandores al sol? ¿Las nubes especulares, las lluvia:s de san~re. de piedr.a, los parhelios y las paraselenas en quienes parece se ha obrado una nueva creación de los cuerpos más brillantes del universo, las coronas enfáticas, el ojo del buey que llena de espanto y de terror a los Hotentotes, el flujo y reflujo terrible de las embocaduras del Amazonas, la bomba marina, los vórtices, etc., no son más terribles, más extraordinarios, más seductores que el fenómeno que ha dos meses observamos? A proporción que hacen progresos nuestros conocimientos, al paso que la física y las otras ciencias dilatan sus limites, y a properción que los pueblos se ilustran, desaparece 10 maravilloso, y las apariencias que antes los llenaban de terror y de miedo. vienen a serIes familiares y comunes. Abramos los anales de la historia: en cada página leeremos que unos pueblos hacían penitencias extraordinarias y crueles, que otros se sumergían en el agua, que aquéllos lloraban, que éstos temían la ruina del astro del día, cuando su disco se ocultaba por el cuerpo opaco de la luna. Los Griegos mismos, este pueblo sabio y original, no estuvo exento de este temor pueril. Sabemos que el gran Pericles habría perdido una batalla naval, si no hubiera explicado al piloto de su nave, la causa natural y sencilla de la oscuridad del sol. Gracias a los astrónomos, el género humano ha sacudido esta preocupación y este temor. Cuando estemos tan ilustrados sobre los demás fenómenos como lo estamos sobre los eclipses, entonces miraremos las opacidades del sol y la pérdida de sus rayos con la misma tranquilidad que vemos el iris después de una tormenta. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia ENSAYO SOBRE LA GEOGRAFIA (1) Producciones, industria y población de la provincia' de Antioquia en el Nuevo Reino de Granada, por el Dr. D. José Manuel Restrepo, abogado de la real audiencia de Santa Fé de Bogotá. La provincia de Antioqui.a, una de las más fértiles y ricas del Nuevo Reino de Granada, ha (1) El autor de esta interesante memoria, que hasta hoyes la mejor descripción de Antioquia que tenemos, es también el único que sobrevive de los colaboradores de Caldas, que formaron una cons· telación tan brillante a principios de este siglo en la Nueva Granada. El joven ardiente e ilustrado patriota popayanés, don Miguel Pamba, que prometía ser uno de los más profundos estadistas de América, pereció por la bárbara cuchilla de don Pablo Morillo, y con él, el venerabLe jurisconsulto y botánico don Joaquín Camacho, a cuya memoria sobre Pamplona también hemos dado lugar en esta reimpresión del Semanario.-Bogotá estaba representada por el zoologista dístinguido y elocuente orador don Jorge Tadeo Lozano; el Cauca, por J. M. Cabal, el único químico Granadino que ha añadido un hecho ímportante a la ciencia; Cartagena, por el 'ilustrado prior del consulado, J. I. Pamba; y por el dulce y sensible poeta J. F. Madt'id.-La mem"ri~_ seb¡-e Bogotá es del dactor ,T. M. Saiazar, que logró escapar en los desiertos de la rabia bandálica de nuestro devastador. SUR restos reposan en Pa" rís, en el cementerio del P. Lachaise.-EI sepulcro de este benemérito patriota estaría enteramente borrado, si uno de sus compatriotas no hubieRe cr·eído que era de su deber consagrar a su restauración el cuidado y la pequeña suma necesarios, más bien que empleados en bailes de máscaras y otros pasatiempos de que poco provecho sacan de ordinario el entendimiento ni el cuerpo de los que visitan esta moderna Babilonia.-A. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 244 SEMANARIO sido hasta el presente desconocida de todos los geógrafos: su posición geográfica, sus principales ciudades, sus ríos navegables, sus bosques y montañas no existen en los mapas, o están situadas con mil equivocaciones. El célebre Humboldt, en su b€lla carta del Magdalena, aventuró algunas conjeturas sobre el curso -del Nare, sobre el Cauca y Nechí, pero le salieron falsas, sin dud¡¡.por la inexactitud· de las relaciones que le dieron. Antes de 1807,no se habían hecho en este país observaciones astronómicas, y si acaso algún viajero desconocido las había, realizado, quedaron sepultadas en el silencio y oscuridad. Viendo la ignorancia en que yacíamos sobre una provincia tan interesante, sabiendo que sin las noticias topográficas de un país, sin el curso de los ríos, dirección de las montañas, longitud y latitud de los lugares, encalla todo proyecto eC0110m1CO, y los pueblos dan pasos muy lentos hacia la prosperidad, viajé por la provincia de Antioquia con los instrumentos necesarios, levanté su carta (1), hice (1) La primera carta de la provinei •• de A!lH"o quia que se ha formado con observaciones astronómicas, ha sido la que yo levanté en 1807. Para observar las alturas meridianas del sol y de las estrellas, usaba de un grafómetro de anteojo, que sirve lo mismo que un cuadrante, y cuyo error me era conocido. También para el primero me valí de grandes gnomones de 15 a 20 pies de altura medida proli,jamente. De este modo he determinado con exactitud las latjtudes de los principales puntos de esta provincia, como lo manifestaré al fin dil este ensayo, donde en una tabla se presentarán las longitudes y latitudes dc todas sus poblaciones, cordilleras, nacimientos y embocaduras de sus mayores ríos. Las longitudes me han sido más difíciles. Tuve la felicidad de que el barón de Humboldt determinó astronómicamente la de Nare. Así, en esta población, comenzaron mis trahajos: desde aquí llevé con la brÚjula hasta Medellin una cadena de rumbos, compuesta de muchos triángulos, después la continué en todos mis viajes, cono. ciendo la declinación de la aguja por observado- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 245 cuidadosamente varias investigaciones sobre sus frutos, industria y población. Ahora me atrevo a ofrecerlas al público. ¡Ojalá ellas algún día puedan ser útiles a mis compatriotas! . La provincia de Antioquia fue descubierta en 1536. El capitán Francisco César, entró el primero en ella: habiendo partido de la ciudad de San Sebastián en la costa de Urabá, escaló con inmensos trabajos la formidable cadena de montañas que los\ conquistadores nombraron de Abibe, y llegó hasta el valle de Guaca. 20.000 Indios le acometieron en este lugar, los que derrotó con pérdida de casi todos los 100 hombres que había conducido consigo. Viéndose rodeado de enemigos, y muertos sus más ,valientes compañeros, tuvo que regresar al lugar de donde había salido, sin llevar más consuelo que treinta mil castellanos de oro que extrajo de un sepulcro. Las noticias de la numerosa población y riquezas que tenia la provincia de Antioquia, encendieron la ambición del licenciado Juan de Badillo, que gobernaba en Cartagena. Juntó un ejército lucido y numeroso en la ciudad de San Sebastián, tomó la misma ruta que Francisco Cesar, y montando, con grande pérdida, la cordillera de Abibe, entró en el valle de Buriticá: J nes del azimut del sol Los lados de los triángulos l.s hallaba por medio de operaciones geodésicas, donde el terreno lo permitía, o por observación del tiempo que tardaba 'en caminar uno de ellos, haciendo siempre la rebaja que exigía la desigualdad del país. Resolví esta multitud de pequeños triangulos, los cuales me dieron las longituu,",s casi toda la provincía de Antioquia. Habiéndose hecho tales operaciones con suma escrupulosidad, será muy pequeño el error que incluyan, el que no podremos conocer hasta que haya instrumentos con qué observar las inmersiones de los satélites de Júpiter. Tampoco se ha descuidado en el mapa lo físico del país. Se han puesto las minas, las canteras, los bosques, los prados, los ríos que son navegables y los peligros que retardan o impiden su navegación. u.., Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 246 SEMANARIO sus soldados sólo hallaron indios que los devorasen, los combates y la muerte, hasta que ca.nsados de sufrir se dirigieron al Sur, y llegaron a la ciudad de Cali sin haber conquistado un palmo. Semejantes obstáculos no hicieron más que incitar los deseos de gloria del mariscal Jorge Robledo: este valeroso español, que en compañía de Sebastián Benalcázar había sujetado la provincia de Popayán, salió de Anserma en 1541 con 130 hombres para la conquista de Antioquia. Sus habitantes tomaron las armas, pero el valor triunfó del número. Las naciones meridionales de Carrapa, de Picará, de Arma y de Pozo quedaron sujetas en breve tiempo. Pasada la cordillera, entró Robledo en el delicioso valle de Aburrá, hoy de Medellín, famoso en aquellos días .por los tesoros de sus sepulcros. De aquí se dirigió a la provincia de Hebéjico y de Arví, donde, fundada la capital de Antioquia en 1542, desamparó este país, dejando tenientes que lo gobernasen. Mas no pudo la naciente colonia lihertarse de las disenciones civiles que llaMa t:L!tn: los conquistadores. Sucesivamente se apoderaron de ella don Pedro Beredia, gobernador de San Sebastián, y Benalcázar, por medio de sus capitanes y fuerza de armas. De este modo fue gobernada, ya por unos, ya por otros, hasta que en 1546, habiendo vuelto Robledo de España, regresó a la provincia de Antioquia. Pero el deseo de la independencia y los envejecidos celos que tenía de Benalcázar, le arrastraron a su perdición. Entró con ejército en los límites del gObierno de este conquistador. Sebastián Benalcázar le opuso mayor fuerza y un prOfundo fingimiento; en fin, habiéndolo sorprendido en la loma de Pozo, cerca de la antigua ciudad de Arma, le quitó la vida en el mismo lugar que cinco años antes había sido testigo de sus triunfos. Este fin desgraciado tuvo el conquistador de Antioquia, el valeroso Jorge Robledo, digno de mejor suerte. Si hemos de creer a los historiadores de aque- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 247 llos ti.empos, esta provincia se hallaba muy poblada cuando entraron en ella los españoles. Sólo en el valle de Guaca pelearon con Francisco César 20.000 Indios: cada nación de las muchas que poblaban este país, opuso a Robledo seis u ocho mil hombres, tropas que de ningún modo pOdría levantar al presente con toda sú población. Sobre todo hay una prueba clara de la muchedumbre de Indios que habitaban la provincia de Antioquia. No existe mina alguna de oro, aun en las selvas más remotas, que los antiguos indígenas no hayan trabajado: teniendo instrumentos tan imperfectos, y no ahondando las minas, necesitaron muchos brazos para ejecutar los trabajos difíciles de que se encuentran vestigios. Todavía hay resto de los caminos dilatados por donde transitaban. Amaban el oro, no para moneda, sino para su adorno; de él hacían braceletes, collares, clnturones y argollaS, con todo lo cual los sepultaban después de su muerte. De aquí la riqueza de esos sepulcros, que en tanto número se hallan en las eminencias de los montes. Todos los antiguos moradores de Antioquia andaban desnudos, eran antropófagos,-- y sacrificaban hombres a sus dioses; tenían poca o ninguna agricultura, alimentándose de la caza, de la pesca, y de la guerra que mutuamente se hacían, y donde devoraban a sus mismos semejantes. Sin duda de aquí vino su total exterminio: de tantos Indios, como había en los primeros tiempos, sólo han quedado 4.769, tristes reliquias de unos padres crueles y sanguinarios. La provincia de Antioquia se halla al occidente de la capital del Virreinato de Santa Fé. Se extiende desde los 59 hasta los 89 y 34' de latitud boreal, y desde los 6' de longitud hasta los 29 18' (1). De norte a sur, desde la boca de Ne(1) Todas las latitudes de la provincia de Antioquia son boreales, y las longitudes las comienzo a contar del Observatorio .astronómico de Santa Fé de Bogotá. Este se halla al occidente del Observato- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 248 SEMANARIO chí hasta el paso de Guacaica en el Cauca, tiene 71 leguas, y 43 de oriente a poniente, desde San Bartolomé hasta el nuevo pueblo de Ocadó. Por el sur confina con la provincia de Popayán, de quien la divide una línea tirada de los nacimientos del Río San Juan, hasta la cascada de Caramanta en el Cauca. El curso de este río caudaloso, sigue al mediodía separando las dos provincias hasta el paso de Guacaica. De aquí la separa otra línea dirigida al oriente hacia la cima de la cordillera de los Andes de Quindía. Desde este punto, una línea tirada al N. E. Y que finaliza en la angostura del Río-Nare, la deslinda del corregimiento de Mariquita. Sus límites siguen la orilla septentrional del Nara, hasta que concluye con el Magdalena, y no dejan su margen occidental hasta San Bartolomé. En esta poblaCión comienza la provincia de Antioquia a C011finar por el norte con la de Cartagena. Al principio, caminando a occidente, las dividen los límites boreales de las ciudades de Remedios y Zaragoza hasta la boca del Río-Nechí en Cauca: éste sigue separando a Antioquia de lfl mi.<:ml'l provincia de Cartagena hasta los confines de la moribunda ciudad de Cáceres. Una línea tirada al S. O. desde esta ciudad hasta las fuentes del Río-Sinú, San Jorge y el de León, finaliza la separación de estas dos provincias por la parte del norte. Otra recta, en fin, dirigida al sur, y que principia en este punto siguiendo por los límites de Cañasgordas y de Ocaidó hasta los nacimientos del Río-Bebará, divide por el occidente las provincias de Antioquia y del Chocó. La extensión comprendida dentro de semejantes límites, de una figura oblonga muy irregular, tiene 2.200 leguas cuadradas de superficie. De ésta, si exceptuamos la parte plana y río real de la isla de León 4 horas 32' 10", que en en este 'ensayo de las leguas de 20 al grado, o de partes del círculo son 68n 2' 30". Usaré siempre 6620, 8 varas castellanas. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 249 despoblada del Magdalena, en lo interior de la provincia, contando el valle igual de Río-Negro, el de Medellín, las pequeñas vegas del Cauca, y el páramo de Cuibá en los nacimientos del Río-Grande y Nechí, apenas habrá 40 leguas de superficie igual: lo demás del terreno está cortado en sentidos diversos por torrentes, valles, colinas, mil montes, y hermosas cordilleras. Entre éstas son tres las principales que ocupan la extensión de la provincia de Antioquia, y que en todas direcciones arrojan infinitos ramos que llenan los intrmedios que las separan. La primera es la de Quindío, que, dividiendo las aguas del Cauca y Magdalena, sigue en esta provincia la dirección del N. E., dominando a Río-Negro, a Medellín, Copacabana y Barbosa, expira finalmente en los cerros de Barco, cerca de Mompóx. De ésta nacen el río de la Miel, el de Nare, el de San Bartolomé y otros muchos que corren al oriente y desembocan en el Magdalena fuéra de los límites de Antioquia. La segunda es un ramo de Quindío, que, separándose de la principal donde mwe el RíoParee, sigue al N. E. el curso del Cauca .. y desaparece (89 10') antes que éste reciba al Nechí. En sus heladas cimas nacen el Río-Grande, y el Guadalupe en el rico valle de Osos, con el Nechí, el de Espíritu Santo y otros riachuelos sin nombre. \ La última, sin contradicción la más elevada, corre al 'norte (19 55' de longitud) dividiendo la~ R·gURS de! Canca :/ del . .L~truto. De los inmensos depósitos que las lluvias colocan en sus cavernas, brotan, con dirección al E., el Río-SanJuan, y hacia poniente corren el Bebará, el Arquía, el Penderisco, o Murrí, uno de los mayor,es del Chocó, y el Río-Sucio, todos los cuales enriquecen al caudaloso Atrato; pero en el alto del viento (79 15' latitud y 29 de longitud), muda esta cordillera absolutamente de aspecto: aquí, en un pequeño espacio, nacen el RíoSan-Jorge, que desagua en Cauca, el Sínú y el Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 250 SEMANARIO de León, que se precipitan en el mar del Norte, éste en el golfa de Urabá (según algunos con el nombre de Río-Grande), Y aquél en Cispatá (199 23' de latitud). Dividida, pues, en cuatro ramos, el principal se dirige al N. O. y va a morir en la costa del Darién. Esta es la cordillera que los conquistadores nombraron de Abibe, en cuyo tránsito perecieron tantos desgraciados. Tal es la suerte infeliz del hombre: con ansía busca las riquezas en países desconocidos, Y las más veces no halla más que la muerte, desolación Y miseria. La cima de las cadenas de montañas que abrazan la provincia de Antioquia, la mayor parte es plana o hace una cresta igual: ellas carecen de esos soberbios conos, figura que la naturaleza tanto amó en la formación de los Andes. Dos o tres puntas que hay en esta provincia, apenas llegan a la región de la.s g~'arnineas (1.500 toesas). Por lo general, la elevación de estas montañas no pasa de las 1.400. toesas sobre el nivel del mar (1). Con poca reflexión se conoce que van a tocar a ;:¡u .i:iu, p;¡;:'o cuanto mas se avaIlLia.ii 0.:1 ~~~; ~z; =encr s!.! ~Jt.nra_ Toda su superficie, hasta donde se han hecho excavaciones, se compone de tierra arcilla, arenas Y muchas piedras sueltas. Los Andes de Antioquia no tienen grupos inmensos de rocas amontonadas sobre rocas, y de hielos tan antiguos como nuestro planeta.· Así el filósofo ca(1) Para calcular con el barómetro la elevación de las montañas de Antioquia sobre el nivel del mar, y también la de sus poblaciones, cuyos temperamentos y alturas presentaré al fin de este ensayo, he adoptado la fórmula de Mr.Bouguer, corregida por Trembley Y perfeccionada por Tralles. Supongo con Schucburg el barómetro al nivel del mar en 338,9 lín., y reducido a la temperatura de 11,5 de Reaumur. Mi barómetro era hervido, y está igual con el ex<--elentedel Observatorio de Santa Fé de Bogotá: el termómetro es del famoso artista Dollond. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 251 rece del formidable, pero sublime espectáculo, que presentan a su vista los volcanes del ecuador; pero en recompensa de estas profundas sensaciones observa tranquilamente la naturaleza, sin que turben su reposo los estremecimientos de nuestro globo. La misma dirección al N. E. que tienen las cordilleras que los separan, siguen los princi.J' pales ríos de la provincia de 4\,ntioquia. Por la parte oriental la baña el Magdalena: en éste Idesemboca el Nare, que corre al oriente dejando cuatro leguas navegables, aunque llenas de mil peligros. Después se halla el Porce: desde los 79 de latitud, reúne aguas suficientes para la navegación; con todo, ésta no se verifica sino es por el espacio de diez leguas, desde su boca hasta el puerto del Palo, por las muchas cataratas, raudales y angosturas que tiene en su curso. Acaso no sucedería 10 mismo con el Nechí, que por el poniente confluye con el Porce en la parte que es navegable. Las apacibles y profundas vegas que tiene desde la boca de la quebrada del Rosario cerca de Yarumal, la marcha lenta y sosegada que llevan las aguas de este río, todo indica que acaso podría navegarse hasta doce leguas más arriba de su confluencia' con el porce; mas, por desgracia, esta parte de su curso es desconocida. Un gobernador ilustrado de Antioquia debe hacerla reconocer, pues fáéilmente lo pueden ejecutar el capitán Aguerra y vecinos de Zaragoza. Y si se realizan mis conjeturas, si el Nechí es navegable hasta el mencionado lugar, lbs habitantes de las poblaciones septentrionales de AntiOQuia. descubrirán minas ricas y tierras fértiles y j:tbundantes. A más de esto, con un comercio fácil, y con una pronta navegación, caminarán rápidamente hacia la prosperidad. El río más caudaloso de la provincia de Antioquia es el Cauca, que baña su parte occidental. Desde que entra en sus límites, parece que la naturaleza empleó todo su poder para im- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 252 SEMANARIO pedir las inmensas ventajas que su navegación produciría a estos países. Dos cordilleras siguen constantemente su curso, no dejándole más que un angosto lecho (de 100 a 200 varas). De aquí las horribles cataratas, vórtices y angosturas que hay desde la boca del río Apía, cerca de Anserma hasta Caramanta, por el dilatado espacio de siete jornadas; de aquí los remolinos, las enormes piedras y el curso precipitado que tiene desde este puerto (59 48' de latitud) hasta Juan García (69 46'); de aquí en fin los naufragios 'y las pocas ventajas que proporciona esta breve y difícil navegación. Pero donde se redoblan los horrores del Cauca, es de este último paso hasta la boca de! Río-Espíritu-Santo (79 11'): aquí se encuentra la catarata de Juan García, formada por infinitas y enormes piedras esparcidas en medio de las aguas, contra cuyas moles se estrellan s~uscorrientes con un ruido que atruena a todos los contornos; ya las de Tesorero, Fortuna, Sabanalarga y Espíritu Santo; ya la espantosa angostura de Orobajo 00 a 20 varas de ancho); ya en fin el famoso remolino de Remango, donde subsiste en un vórtice contInuo todo cuanto cae. Estus peli.gros, y otros muchos que omitu por no hacer una fastidiosa nomenclatura, esparcidos acá y allá en el espacio de 60 leguas, oponen sin duda grandes obstáculos a la navegación del Cauca; pero no son insuperables. Son muchos los progresos que ha hecho la hidráulica, y los mílagros que diariamente obra con los ríos. Siendo de muy pequeña elevación las cataratas del Cauca (1), consistiendo casi todos sus peligros (1) Según las observaciones barométricas de don Juan del Corral, vecino de Antioquia, que con sólo su estudio privado ha adquirido buenos conocimientos de física y de geografía, desde el paso real de Cauca (214,7 toesas sobre el mar) hasta Tesorero, en el espacio de más de 4 leguas, baja este rio 34 toesas (79 varas): existiendo en este medio la catarata de Juan García, se infiere que no Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 253 en piedras sueltas esparcidas en 'medio de las aguas, no dudo que si hubiera fondos para los gastos, si se hallara un hombre sabio que dirigiese la obra, este rio se podría 'hacer navegable desde Tacaloa hasta Gelima. Entonces las provincias de Antioquia y de Popayán serían ricas, comerciantes, y en breve las más opulentas del Reino, pues dejaban de estar aisladas. Tales ideas son demasiado halagiieñas. No nos lisonjeemos de verlas realizadas en nuestros días. Aunque desde la confluencia del río EspírituSanto es navegable el Cauca hasta que desemboca en el Magdalena, con todo, aún tiene la formidable angostura de Cáceres, y por lo general una corriente precipitada muy opuesta a la navegación. Estos han sido los motivos porque los antioqueños abandonaron esta ruta más breve para su comercio, y han tomado la del Nare y Magdalena. Los demás ríos que nacen en la provincia de Antioquia, tales como Bebará, Murrí, el Sucio y el de León, corren a poniente a unirse con el Atrato; pero éstos no son navegables hasta que salen de sus confines, y entonces ya han atravesado muchas leguas (15 o 20) de los bosques impenetrables del Chocó. Las selvas cubren la mayor parte de la superficie de la provincia de Antioquia. De las 2.200 leguas cuadradas que tiene de área, apenas habrá 250 pobladas de gramíneas, y sesenta cultivadas perpetuamente. Lo demás está lleno de bosques antiguos, árboles corpulentos, pocas palmas y espesas matas. Por todas partes la más rica vegetación anuncia la fertilidad de un suélo digno de ser recorrido por algún sabío naturalista, En efecto, si la zoología, la botánica y mineralogía negasen a esos,lugares solitarios donde jamás han penetrado las ciencias, llega a 16 toesas de altura perpendicular. Lo mismo se hallarán los demás peligros, si se midiesen con exactitud, Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 254 SEMANARIO hallarían mil preciosos géneros y especies hasta el presente desconocidas (1). De las plantas que nacen espontáneamente en esta provincia, las más útiles son las quinas roja y amarilla que se han hallado excelentes, y el laurel, u olivo (mirica cerifera), del cual se extrae en las tierras frías una gran cantidad de cera todos los años (2). Hay también algunos tintes con que los naturales dan de color amarillo, verde, encarnado y negro (3). Se encuentra él ánime, el estoraque, el bálsamo, con algunas otras resinas y gomas olorosas. Las finas y bellas maderas de cedro, laurel amarillo, biomate, huesito y granadillo, pueblan los valles ardientes y templados, suministrando materiales para las obras más primorosas y exquisitas'. Finalmente, en las selvas hay con abundancia, la zarza, la raíz de china, la aristoloquia, el árbol nombrado fresno, cuyo acci(1) En 1807 y 1808, formé en Antioquia un herbario con sus correspondientes diseños y descripciones, selecto aunque poco numeroso: aún no se han clasificado todas las plantas de que se compone, pero hay algunos géneros que par-ecen nuevos, lo que anuncia que la vegetación de este país es muy rica, y diversa de la de otras provincias del Nuevo , Reino de Granada. (2) En Río-Negro se extraen cada año 2.000 arrobas que se venden por 12.000 pesos, y en los demás países fríos sacarán otras mil. Blanqueada al sol como lo ejecutan en Antioquia, es tan hermosa como la cera Manca, y podria ser un ramo útil de comercio externo. (3) Regularmente tiñen con el cocimiento de la planta: de este modo dan de color amarillo con la raíz de brujita (gaIlium); de encarnado lo que ya está amarillo, con la hoja de salvia amarga (eupatorium); de verde con las hojas de chilca (molina), y de negro con la corteza del noro (malpigia). Se encuentra el añil silvestre, pero ni lo saben cultivar, ni han podido extraer su almidón. Hay también ,el azafrán, que vulgarmente llaman rumf (carthamus tinctoreus). Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 255 te aplican últimamente para diversos remedios, con otras muchas plantas cuyas virtudes aún no están verificadas. Enumeradas las plantas, demos una ligera noticia de las fieras. De éstas, hay en los valles ardientes crueles tigres que devoran los ganados, osos feroces, leones tímidos y pequeños; se hallan dantas, venados, zainos y tatabros; osos hormigueros, zorras, perezosos, conejos, armadillos y erizos; hay muchas especies de monos y el perro de monte parecido a éstos; en fin, de los anfibios, existen el que nombran guagua, la nutria y el ratón de finas y manchadas pieles. De las' aves, se encuentran la paba, la guacharaca, el gurrí, la tórtola y el pato; garzas, yátaras, soledades y toches de hermosos plumajes; de las de rapiña, hay águilas con otras muchas aves cuyos nombres omito por no molestar a mis lectores. Los individuos raros de todas estas especies de aves y cuadrúpedos esparcidos en un vasto país, dejan sin ocupar dilatados espacios. Se caminan muchas leguas de montes sin encontrar un cuadrúpedo, sin hallar una avecilla, especialmente de esas que en la zona tórrida hermosean los bosques con lo vario y rico de sus plumajes. Sobre todo en las tierras frías no reina más que una soledad profunda: apenas de cuando en cuando, de entre las hojas melancólicas de los robles, se oye el triste canto de algún pájaro, el cual, unido al silencio de las selvas, introduce en el corazón el recogimiento y una dulce melancolía. Y ¿cuál será la 'causa de que haya en e:sLe país ta11 pocas aY'es ~icun.drúpedos? ¿Acaso el que en los terrenos generalmente secos y elevados de la provincia de Antioquia no se encuentran esas lagunas y ríos cenagosos que atraen tanta volatería? o más bien, el que no teniendo bosques a donde no penetren los moradores, las aves y los cuadrúpedos se han refugiado a las soledades donde el hombre jamás ha llevado su existencia, enemiga perpetua de todos los demás seres? Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 256 SEMANARIO En los climas cálidos existen muchas culebras, alacranes, cienpiés venenosos, lagartos y escuerzos; mosquitos de agudas picadas, con otra infinidad de insectos, entre los cuales brilla en las praderas la mariposa, ostentando sus matizados colores. Los principales peces son el capitán o anguila, la zabaleta, el pataló, bocachico, pocos bagres y algunos otros que se hallan en el Cauca, aunque en poco número, bien sea porque hay raros pescadores, bien sea porque los espantosos raudales del Cauca y de los otros ríos impiden que éntren a lo interior de Antioquia esos cardúmenes inmensos que pueblan el Magdalena; pero tampoco sube el caimán a ejercitar su despotismo en este país. Aunque la superficie de la provincia de Antioquia brota espontáneamente útiles y bellas producciones, son más preciosas las que oeulta en sus ent.raiias. <'roda Su extensión está llena de minas de oro corrido (l). La cordillera de Quindío, que forma la zona oriental, tiene muchos minerales. Las arenas del Porce, del Cauca y del Nechí, son verdaderamente de oro. Del los años grandes sumas. En una palabra, apenas hay arroyo, quebrada o río donde no se encuentre el más precioso de los metales. Mas no por esto se debe juzgar que serán muy ricos los mineros de Antioquia. Ya no existen, o jamás han existido aquellas minas que producían tan crecidas cantidades de oro. Las que ahora se trabajan son pobres; los mineros se alimentan (1) Las minas que hay al presente en labor, y todas las de la provincia de Antioquia, son muy diversas de las de la costa, que pinta Caldas (Semanario, pág. 12). Aquí se encuentran en los valles más ardientes y en las más altas cordilleras (1.450 tocsas). Existen en los montes y ~n las vegas de los rios, arroyos y quebradas. No son una línea paralela al horizonte y que llegando a la cordillera se introduce bajo de ellas. En el suelo de Antioquia están esparcidas acá y allá, en diferentes puntos. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 257 con halagiieñas esperanzas, y sacan algún fruto que les arrebata el cultivador (1). Las minas de oro corrido no son las únicas que existen en esta provincia: hay vetas de oro en las Cruces, en San Vicente y en el Guasimal. Hay la de Buriticá, que en otro tiempo dio muchos tesoros, pero en el día está perdida; sobre todas es rica la de Quiuná (cerca de Ansá) cuya piedra tiene por lo menos una tercera parte de oro finísimo (22 a 23 quilates), no obstante que en las demás vetas es de baja ley (17 a 18 quilates). Fuera de las dichas hay otras muchas que existen en los montes; pero nuestros conocimientos de minería, en dos siglos que hace las trabajamos, son ningunos; así ni sabemos distinguir las vetas de oro, ni seguir sus veneros, ni dar Tos zocabones, y al fin todas se pierden lastimosamente, siendo sepulcro de muchos infelices. Por la misma ignorancia no se aprovechan otros minerales. La plata se halla en este país: ya se han examinado algunas piedras en la vega de Supía (del Abejorral cerca de Arma), y se les ha extraído este bello metal. Del oro de Urráo, de Osos, de Porce y del peñol, se ha separado en la Casa de Moneda de Popayán alguna platina; pero no habiéndola hallado en Santa Fé, es dudoso si este duro metal existe en la provincia de Antioquia. Cerca del Guarzo se lava el cinabrio nativo en todas las arenas de la quebrada de la Guija y al pie del cerro de Penpenado, aunque hasta el presente no ha habido un minero que descubra la veta _ .•.•. .;"'n;...·"..'ll !-'.&.,6..I.. .•.".I,}"_ ti lH .•.•.•..••.•..•..•. i"""'I<'V'Iort;~+n "'.•..•..•..•..•. ,,_ •..""''"''''' ,.,. J no .•.• ,..,., ,.:rlOol 'D.oñnl .•.•.•.....•.•.••....•...•. "" .•..•. ...,.•.•. ""' ..., O'l_ ..... - (1) Las minas ricas dan todos los días cuatro tomines de jornal (8. reales) por cada esclavo, aunque son muy raras las de esta clase; las comunes producen uno o dos tomines. Los mineros dueños de esclavos son pocos, y el que más tiene cien negros; de modo que los esclavos no explotan la sexta parte del oro que sale de Antioquia; las otras cinco partes son extraídas por los individuos libres que nombran masamorreros. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 258 tán con igual abandono dos ricas minas de cobre finísimo mezclado con granos de oro, y cuyo color se equivoca con el de la tumbaga más hermosa; pero no hay un facultativo que la ponga en labor y verifique las grandes utilidades que promete: ella libertaría a esta provincia de la introducción del cobre de otros países del Virreinato, y aumentaría considerablemente sus riquezas. El hierro se encuentra con abundancia en Riochico, Claras y Río-Negro, donde existen copiosas vetas de este metal, el más útil de los conocidos. En varios lugares de la cordillera de las Palmas, y en el río de San Andrés, hay muchas minas de amianto. En las minas de oro se encuentran algunos hermosos granates, aunque raros y de poco valor. Los diamantes y d~más piedras preciosas que el señor Piedrahita extinguieron, o es una de las muchas fábulas que escriben los que hablan de países que no han recorrido. Hay cristal de roca, jaspe verde (en la Estrella) hermoso; pero de poca consistp.ncil'l.: pip.ol'l'I. 1'l.7:111vp.tp.adl'l. (p.n Mp.o p.1lin ): mi- nas de cal, de yeso y otras muchas canteras que no tienen alguna particularidad. En fin, las salinas de Guaca, Retiro y Puebloblanco (1); las de Sopetrán, Noque, Río-Grande y otras muchas menos copiosas, suministran a los antioqueños la sal que necesitan. Tales son las producciones espontáneas que cubren las entrañas y la faz de esta provincia. Hasta el presente las hemos considerado en su estado natural sin relación alguna con la sociedad civil. Veamos ahora lo que influyen en (1) La mejor de las salinas es la de Guaca; ella da anualmente 12.000 arrobas de buena sal. Mayor cantidad produciría la de Pueblohlanco si no estuviese en un clima tan mal sano. Según un cálculo prudente, las salinas de esta provincia dan 38 a 40.000 arrobas todos los años, que, vendidas. al precio de 10 reales, valen 45 a 50.000 pesos. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 259 el comercio, industria y prosperidad de la provincia de Antioquia; pero como sobre materia tan importante no podemos dar un paso sin conocer el' gobierno, la población y carácter de sus habitantes, lo bosquejaremos primero antes de. entrar en aquellOS pormenores .. La provincia de Antioquia, cuyo Jefe es el gobernador que reside en la ciudad de este nombre, con un teniente asesor, se halla dividida en ocho departamentos, que son los cuatro cabildos de Antioquia, Medellin, Río-Negro y Marinilla; y las cuatro capitanías Aguerra de Yolombó, Remedios, Cáceres y Zaragoza. En estos hay cinco c1udades, dos villas, veinte y siete parroquias, ocho pueblos de Indios y seis caseríos, o pequeñas poblaciones. Todas éstas se hallan habitadas por ciento y cuatro eclesiásticos seculares y regulares, 27.340 españoles criollos, 61.806 de diversas castas y colores, 12.931 esclavos descendientes de los africanos, y 4.769 indios civilizados, los que unidos componen el total de 106.950; de los cuales 53.110 son hombres, y 53.240, mujeres (1), Comparando este número con la extensión de la provincia, a primera vista se conoce que es muy corta la pOblación: 49 moradores son los que tocan a cada legua cuadrada de superficie. Aunque sea tan pequeño este número, con todo, si los moradores fueran industriosos, si calcularan sus verdaderos intereses, esta provincia caminaria rápidamente hacia la prosperidad. Pero el antioqueño, con un cuerpo sano y robusto, con un carácter bondadoso, con unas (1) En el departamento de Antioquia, sin el valle de Osos, hay 30.060 habitantes; en Osos, 10.799; en el de Medellin, 30.958; en el de Río-Negro, 22.171; el departamento de Marinilla tiene 6.655; la capitanía de Zaragoza, 2.051; la de Remedios, con San Bartolomé, 1.778; la de Cáceres, 766; finalmente, la de Yolombó, 1.708. Esta población, y el pormenor que presentaré en la última tabla,. está conforme a los estados remitidos al gobernador de Antioquia en 1806 y 1807. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 260 SEMANARIO costumbres sencillas, con una moral ajustada, con aptitud para las ciencias, para las artes y para la cultura, yace en la ignorancia y en la inacción. Sus modales, sus antiguos usos y su lenguaje poco limado, manifiestan a primera vista que es de una provincia interna: sus artes son muy imperfectas, la industria está en la cuna. Es cierto que ama el trabajo, pues ya rompe las duras piedras, corta las colinas, ahonda los ríos y saca el más precioso de los metales; ya con la ·cortante hacha, la azada y el arado,derriba los bosques, limpia las malezas y abre el seno feraz de la tierra que le brinda mil verdaderos tesoros y riquezas: pero, tenazmente asido a las costumbres de sus mayores poco ilustrados, y lleno de envejecidas preocupaciones, no atiende a los brillantes ejemplos que le dan otros pueblos más civilizados. Conozco que tales expresiones parecerán demasiado duras a los delicados espíritus de muchos antioqueños. Ellos hacen consistir el amor de su patria en hablar siempre de ella, y en la ridícula disputa de si Antioquia es mejor ciudad Que Medellín. v si esta villa P.S más hermosa que Río-Negro; pero yo sigo muy diversa ruta. El verdadero patriotismo no consiste en tributar a su país vanos y pomposos elogios, sino en inculcar verdades útiles, en manifestar a sus compatriotas las preocupaciones que los ciegan, la inacción de sus labradores, y todas las faltas de su industria y su agricultura. Estas fuentes de la prosperidad y riqueza de los pueblos piden hombres activos e inteligentes que las regeneren en la provincia de Antioquia: de otro modo caminan diariamente a su total exterminio. En efecto, una provinCia que hace consistir su princ~pal agricultura únicamente en el cultivo del maíz, la caña y el plátano; que sólo siembra de las legumbres el frísol y la alberja; de las raices la yuca, la papa y la arracacha; y de las hortalizas la col, cebolla y leChuga; una provincia que necesita introducir cerdos y mulas del valle de Buga, cuyas vaca- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 261 SEMANARIO das apenas bastan para su consumo (1), y que no ama la cría de ovejas y de cabras; una provincia, en fin, donde los campos se cultivan ahora dos siglos del mismo modo que al presente, y que carece de frutos para extraer a otros paises, no hay duda que exige muchas reformas en su industria y su agricultura: tal es la situación de Antioquia: es preciso introducir nuevos f¡:utos, mejorar ei cultivo y perfeccionar muchas obras de SU industria (2). Si a las mencionadas producciones de Antioquia añadimos los generosos y lindos caballos, los asnos, los cerdos, los pavos y gallinas que en ella se crían, tendremos los productos de los ganados y agricultura de este país. Para calcular su valor total, hay datos bien seguros. Los diezmos anualmente se rematan en 26 o 27.000 pesos (3), Si damos de ganancia a los asentistas un veinte por ciento, y aumentamos un cinco más por lo que deja de pagár'seles, resulta que todos sus frutos valen cada año de 325 a (1) Con el aumento de ,población, cada día se disminuyen los ganados, especialmente el vacuno. Jamás puede haber abundancia por las muchas selvas que tiene el suelo' de Antioquia. Apenas habrá en toda esta provincia (según un cálculo prudente) 15 a '18.000 vacas; las yeguas, caballos, asnos y mulas, ascenderán a 20.000; las cabras y ovejas, no negan a 2.000. (2) Sólo en MedelIín usan del arado, y son buenos labradores. En los demás lugares, la hacha, la azada (vulgo azadón) y el fuego lo hacen todo. Pocos terrenos •.hay perpetuamente cultivados: el _ 1__ ~ _~_. __ __ ~. 11 ",, '" 1 4.U~ HUY O.lrV1;;:para. O\:111U1-(1..1- ~ __ . 11lCll¿, yuoc UC:UUU.LJ. _ 1- u~a, mañana está cubierto de pastos y malezas, Si en todos los departamentos de esta provincia adoptasen el arado, siempre que lo permitiese la disposición del terreno, y si perfeccionasen los instrumentos campestres, en breve los frutos se duplicarían. (3) Para dar una idea exacta, pondremos lo que producen los diezmos de esta provincia en un quinquenio, sin incluír los diezmos de Yolombó, Can can, Remedios, San Bartolomé y Zaragoza, que pertenecen al Arzobispado de Santa Fé; ni los de Cá- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 262 358.000pesos. De aquí se infiere una consecuencia bien notable, aunque difícil de explicarse: teniendo como se ha visto la provincia de Antioquia poco más de 100.000habitantes, calculando unos con otros, los víveres que consume cada uno de ellos, a excepción de la sal y el cacao, valen menos de cuatro pesos: hé aquí una suma demasiado pequeña; sólo una vida frugal y el que los víveres sean de poco valor, pueden hacerla suficiente. otro de los ramos de su industria es 10 que producen las salinas: hay algunas de excelente sal; pero son poco abundantes. Con todo, este país no tiene que introducir este género de primera necesidad; pero tampoco le sobra para hacer algún comercio. Todas las dichas producciones se consumen dentro de la misma provincia de Antioquia: ella carece enteramente de comercio activo de írutos con los países limítrofes, pues su cultivo no produce género alguno que poder extraer (1). El nervio de su agricultura es el comercio interno. Las pobls,ciones cultivadoras, como son Antioquia, Medellín y Río-Negro, proveen a las mineras }.IV.L ca.rácter (Saiita Rosa, YOiÚIllUÓ, Cancán, ete,) con todos los víveres que consu(1) La quina de sus montes era la Única producción que se exportaba; pero la guerra destruyó este ramo de comercio lo mismo que en el resto del Virreinato. ceres y la Boca de Nechi, que son del obispado de Cartagena: Años 1800 1801 1802 1803 1804 Productos en pesos 31,064 3 28,412 6 24,250 1 } 26,463 med. 28,693 3 o' 25,954 7 138,375 4 Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 283 men. En, cambio reciben el oro con que-el labrador remedia sus nece&idades así de, lujo como de naturaleza. Mas. S¡Í¡ 'por. casualidad vienen tres o cuatro cosechas abuPdantes,; si el maíz, la caña y los, gan¡ldos, se enquentr;an en todas partes, entonces cesa, este c.o:tpercio, el mísero labrador pierde sus fr.ut.o::l.la hamb;r,e y la desnJldez se apoderan de. &u.fa~ma, y. el aiio siguiente car.ece de med,io~ Para cultivar sus campos: de aquí nlloc_e~tde.&fallE\cimien1;q de la agricultura; y lo PlloI: es qJle. en Antioquia, lo mismo que en tod~ p.l!í~.qu.e no pueda. extraer lo superfluo de sul!. P!~Jl!l~9nesJ cinco o seis años de a!mndanci;:t p}:;epar8,11una terrible escasez. En esta prov.in~il! se PQqt:.íansef!l:!-htrmucnos y tr,istes ejemplal:es qe una, vercti.t4.tan desconsoladora (1). (1) El año. de 18G~ sel'á pal'a siempre memorable en esta provincia. El. maíz, el plátano y la: panela, que son los frl!tq~ de mayor. consumo, faltaron en todos sus departame_l}tp~,y. IW. h~Qiendo q!le. sustítuírles, ni de dónde iI).!;!,oducirlos,-el hambre quitó la vida a ,muchos infelices. Sus cabildos, sin nóciones de la economía civil, juzgaron que el mejor remedio -en esta -escasez, era poner tasa al valor de los frutos; pero al instante desaparecieron éstos, cOimasiempre acontece: Algunos, viendo perecer al pueblo, ínfeliz, ]evantar.olj.expresa o tácitamente una tasa tan p,erjudicial; otros. encaprichados, aunque de b~~na fe, 'en sostener su/>, prohibi«ione.s, padecieron la hambre más t~rrible q!le habían conocido. Si subsistiera la tasa de' los frutqs, ~rael último golpe que se había dado a la agricultura de Antioquia. El labrador, viendo que jamás podrían va¡el' ¡as producciones de su cultivo, ni recompensar en un año las pérdidas de los anteriores, abandonaría una profesión que se procuraba oprimir con trabas tan odiosas. Pero no hay que temarIo: existe la famosa pragmátíca de 11 de julio de 1765, en que e] inmortal Carlos In prohibe poner tasa·, a los frutos, y fundado en ella el primer tribunal del Reino, ha improbado la que se fijó en 1,11, proVincia, de Antioquia-. El labrador industrioso no volverá a gemir con una tasa que, según los mejores políticos, es injusta y opresiva. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 264 Si la industria de Antioquia sólo consistiera en los frutos mencionados y careciese absolutamente de comercio activo, seria la más pobre del Virreinato de Santa l"é: ella no tendría con qué pagar las manufacturas europeas, ni las de Quito y del Socorro, ni los cacaos, harinas, tabaco, mulas y cerdos, importaciones que anualmente le cuestan grandes sumas. Pero aún tiene un ramo de industria que sufraga a todas sus necesidades, un género apetecido que contribuye infinito a la felicidad del Nuevo Reino. El oro de sus minas, he aqui la fuente de las riquezas y mediana prosperidad de la provincia de Antioquia. Por este precioso metal, las antiguas selvas se transforman en rIsueñas campiñas; bellas ciudades se levantan donde sólo había fieras y bosques melancólicos; alegres quinta.s, edificios costosos, nuevos eaniinos, 0.1 ••••..•• 1,,;n ~""'J"" "'[1 .,J 1~ ~ ~n".,nr:n,ñ!Jr1D.~ +_Q'!o.~c:'nn lnC! - ••.••••..•.••••••.•.••• _ ••...•••.• , " •••••••.••.•••.•• .•••••..•.••••.••.•••.••.••.•. o...J ••..••.••.••.••.••••••••• O'ronr!o.~ v ~ .••• _ .••.•• _ •••• resultados del trabajo de las minas de oro en este pais. El metal que de ellas se extrae circula rápidamente dando vida y movimiento a su comercio y agricultura. El minero lo vende al mp.rcadp.r. !l0r ma.yor ° por mp.nnr prf'cio ilp.gÍ1n los quilates que tenga (1); éste lo introduce en la casa de moneda, y aumenta la masa de nuestro numerario. Este ramo de industria, el único de exportación, y que se puede llamar comercio activo, asciende anualmente de quinientos a seiscientos mil castellanos (1.200.000 pesos), según los cálculos más exactos. Unida esta cantidad a los 388.500 pesos que valen sus cosechas, ganados y sales, tenemos la suma total de su industria y agricultura. Un millón quinientos ochenta y ocho mil quinientos pesos, es el va- (1) El oro de Antioquia generalmente es de baja mel10S de diez y siete quilates. y sólo el de Santa Rosa pasa algunas veces de 22. La ley más constante es d~ 18 a 21. En no bajando ni subiendo de ella, vale a 16 reales el castellano. 1\'y: tiene po('o Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 265 lor de las producciones y riquezas de esta bella porción del Nuevo Reino de Granada. Hay pocas provincias en el Virreinato de Santa Fé que sean más interesantes. Sus exporta.piones, como se ha visto, son cuantiosas, y en un género que contribuye infinito a -la prosperidad del Nuevo Reino. Si no fuera por el millón de pesos que anualmente sale de Antioquia para acrecentar la masa total de nuestra moneda, teniendo ésta tantos canales para desaparecer, el numerario escasearia considerablemente. Aún hay otra prueba de su importancia. De las provincias dependientes de Santa Fé, Antioquia es la que deja más utilidades al estado: todos los años quedan al erario más de doscientos cincuenta y seis mil pesos líquidos (1): la renta de tabacos producía a la real hacienda 100.00(}pesos libres. Con tales datos se podrían deducir consecuencias bien notables acerca de las riquezas de la provincia de Antioquia. Mas, para calcular con toda seguridad si las importaciones son mayores o menores que las exportaciones, y si la balanza de ¡¡U comercio es o no favorable, nos falta conocer la suma total de las mercaderias y frutos que introduce. Los aritioqueños verGl.aderamente patriotas debian adquirir estos números, y hacer a su patria tan impOltan(1) Estas cantidades son tomadas de datos bien seguros. En el tribunal mayor de cuentas, se me han franqueado los productos líquidos de un quinquenio, y son los siguientes: Años 1803 1804 1805 1806 1807 Produetosen pesos 261,23i 245,481 254,217 265,367 258,007 7 3 7 3 4 1,284,308 4 Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 266 S.EMANARIO te servicio. Entonces se podrían proponer con seguridad los medios para inclinar a su favor la balanza mercantil, y aumentar anualmente sus riquezas (1) •. Las que producen las minas no deslumbran al ciudadano juicioso. Ningún puebla ha conseguido con la explotación de los metales si no es una efímera prosperidad. Las ricas venas de plata de Méjico y del Perú, el oro y la platina del Nuevo Reino de Granada, de ningún modQ han hecho más opulenta a la España, cuando antes de que las poseyese estaba al frente de las potencias europeas. Por el contrario, la Inglaterra y la Holanda han sido las naciones más ricas de la Europa, sostenidas únicamente por su agricultura, sus artes y su comercio: éstos son los verdaderos manantiales de la prosperidad; y éstos los que deben cultivar las naciones que pretenden figurar en el sistema político del mundo. El mismo método que siguen las naciones sabias para ser felices y gozar inmensas ri':).uezas, deben adoptar proporcionalmente las provincias de este Reino que apetezcan engrandecerse. Cuitiveíi sus fértiles caillpiñas, exporten sus bellas producciones, perfeccionen sus artes, regeneren su comercio, y se les puede vaticinar que ellas serán ricas y poderosas. Aventuremos algunas reflexiones sobre los medios de mejorar estos ramos de industria en la provinc¡a de Antioquia. Aunque a primera vista parezca que su incremento viene de las minas, no ha sido así. (1) Ninguno lo puede hacer con tánta facilidad como los que administran las aduanas. Ellos saben, en los lugares de su distrito, la suma total de manufacturas europeas que se introducen, de las de Quito y de Santa Fé, de cacaos, harinas, etc. iOjalá! estos empleados, no sólo de Antioquia, sino de todo el Reino, formasen tales cálculos y los remitiesen al editor del Semanario t En breve conoceríamos perfectamente el comercio y las riq uezas del Nuevo Reino. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 267 Mejores y más ricas son .las del Chocó y Barbacoas, y con todo estas provincias no tienen población, y sus riquezas van a parar a manos de los cultivadores de Buga y de los Pastos. La prosperidad de Antioquia ha venido de la agricultura unida con las minas .. Estas han hecho las veces del comercio externo, y aquélla ha suministrado al minero viveres abundantes y a buen precIo. Sin embargo, si los moradores de este país conocen sus verdaderos intereses, diariamente irán abandonando el trabajo de las minas y entregándose al cultivo de los campos. Aquellas se han retirado ya mucho de las poblaciones; y las abundantes -de metal existen en las selvas más remotas, y en climas enemigos de la salud del hombre: el que se dedica a explotarlas tiene que abandonar a una esposa querida, a unos hijos que ama tiernamente, y retirarse a los bosques y a paises malsanos: al fin, cuando piensa enriquecerse, sus halgiieñas esperanzas salen fallidas, y el agricultor es el que saca utilidad de todos sus padecimientos. ¡Cuánto mejor es pasar una vida deliciosa entregado a la agricultura en el seno de su familia! Ya se sabe, y es principio indudable entre los economistas, que un pueblo es más rico cuanto más exceden sus exportaciones a las introducciones, y que es pobre cuando las entradas son mayores que las salidas. Este principio ha de ser la base sobre la cual ha de cimentar la provincia de Antioquia las reformas de su agricultura: aumentar las extracciones y disminuir las introducciones, tales deben ser los designios de todos los ciudadanos verdaderamente patriotas. Discurramos algunos medios para realizar este proyecto. Una de las causas que más empobrecían a la provincia de Antioquia ha cesado 'al presente. El excesivo precio a que se vendía el tabaco le quitaba todos los años crecidas sumas de su numerario, las que perdía para siempre. Cansada de sufrir, elevó sus quejas al trono, y en 5 de Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 268 SEMANARIO enero de 1808 consiguió una real orden para. que se uniformase con las demás provincias del Reino: ya goza de semejante beneficio, y este género se le vende a la mitad del precio anterior (1). Siempre bendecirá la memoria del augusto Soberano que expidió orden tan benéfica; por ella ha aumentado su circulación y riquezas con cincuenta mil pesos anuales; por ella ha dejado Antioquia de contarse en el miserable rango de tierra de oro, débil fundamento por que se le exigían más contribuciones que al indígena de las llanuras de Bogotá y de las abrasadas márgenes del Magdalena: por ella en fin su agricultura, sus artes y su comercio van a tomar un fuer,te impulso. Conseguida una reforma tan ventajosa, debe hacer otras muchas en su agricultura. Conforme a un cálculo prudente, los habitantes de esta provi:ncia COnSlli'"'l1.en todos los años 20200 car- gas de cacao: compradas éstas a los activos labradores de Buga, Neiva y Timaná, les cuestan 100.000pesos (2). He aquí una crecida cantidad capaz por sí sola de enriquecer la provincia de Al1t.i(lfJ.lIil'l; !)p.ro también es la prueba más sensible de la inacción y descuido con que sus moradores han mirado la agricultura. En las fértiles riberas del Cauca, del Nechí, del Porce, del Buey, y en otros climas ardientes, podían haber cultivado plantíos inmensos de cacao. En dos siglos descuidaron este manantial de la prosperidad de otros pueblos: al presente los vecinos de Antioquia han comenzado a practi(1) El tabaco se vendía a 8 reales cada libra, precio a que ninguna provincia del Virreinato lo compra ni ha comprado. Ahora se vende a 4 reales, uniformándose con los otros departamentos, que se proveen de la misma factoría de AmbaIema. El consumo de 'cste género es inmenso: cada año se venden 140 Ó 150.000pesos. (2) Las cargó a 45 pesos, que es Sll pl'ecio en las bodegas de Juntas: los demás costes es moneda que circula dentro de la misma provincia. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 269 car las primeras experiencias, y el cacao va prosperando rápidamente .en sus 'campos; pero siendo corta la población del Cauca, aunque todos sus habitantes se dedicasen al cultivo de este árbol precioso, no bastarían para proner- ae cacao a toda la provincia de Antioqulh.. Es necesario que otros departamentos sigan este ejemplo de verdadero patriotismo. Luego que no introduzcan el cacao de otros países, y les basten sus cosechas; cuando no pierdan todos los años mucha parte de su moneda para la importación de este género, y vean aumentada su circulación en más de 100.000pesos, entonces podrán decir: somos verdaderamente ricos. El trigo tampoco se cultiva en Antioquia. Esta grama preciosa que engrandeció a la Sicilia, hizo rico y poderoso al Egipto, y formidable a la Inglaterra, origen de nuestros mejores y más sanos alimentos, se ha descuidado enteramente. Es cierto que abundantes cosechas de maíz suplen su falta; pero este pan es insipido, y no tan agradable como el primero. Hay tierras muy a propósito para sembrar el trigo, y llená de sentimiento el que no se aprovechen; así todas las veces que mi acalorada fantasía recorre las fértiles llanuras de Río-Negro, las deliciosas campiñas de Medellín, y los fríos y ricos montes del valle de Osos, no puedo menos de exclamar: "Compatriotas, estos campos os 'convidan con su feracidad; salid de la inacción en que os halláis, y no cultivéis solamente los frutos que cultivaron vuestros ml:l,yun~:s puco ilustrados. Arad vuestros campos, sembrad el trigo en vuestro suelo, y bien pronto doradas mieses llenarán vuestros graneros de abundantes cosechas. Ya van a duplicarse vuestras riquezas. Sí: huya para siempre de vuestra patria la hambre Y la escasez que tántas veces han devastado vuestras pacíficas moradas". Tales son mis votos y los de todos los· ciudadanos verdaderamente patriotas: ellos se Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 270 SEMANARIO repiten Y se inculcan diariamente; mas, no obstante los motivos poderosos que manifiestan con evidencia al cultivador de Antioquia que debe sembrar el trigo, yo dudo mucho que salga del letargo en que se halla sumergido acerca de este grano. Los vecinos ricos deben tomar a su cargo tal empresa, poner molinos, y estimular al pobre: en vez de perder en este proyecto, aumentarán sus caudales vendiendo las harinas a peso de oro (1). Mejorar la agricultura y hacer opulento a su país, es lo que constituye al verdadero patriotismo: él no consiste en disputar sobre objetos que nada influyen en la prosperidad común. Con que se cultivase. el trigo y el cacao en la provincia de Antioquia, de modo que no se introdujese de otros países, se duplicarían sus riquezas; pero ella necesita de otras muchas producci-onesp.a.rª- cimentar su comercio ex.... terno. Deben dedicarse sus labradores a la fabricación de azúcares con las muchas y abundantes cañas que poseen; sobre todo al presente que han connaturalizado en sus campos la de Otaiti. Abandonen alguna vez la preocupación de que el azúcar no les deja utilidad alguna (2). Deben plantar y extraer el añil, (1) La carga de harina floreada vale cincuenta pesos. Por esta razón se consume poca, y acaso no pasarán de 500 cargas: éstas cuestan 12.000 pesos en las bodegas de Juntas. (2) Es muy poco el azúcar que se heneficia en Antioquia. Todas sus cañas se convierten en miel y panel a, dulce que generalmente se usa, y que es uno de los principales alimentos del pueblo. La miel se vende al Rey para la fábrica de aguardiente. En ninguna parte de este pais se hace la chicha, habida tan apetecida por el pueblo del N. R. Los habitantes de Aniioquia, a excepción del aguardiente de caña, de que no abusan, carecen de una habida fermentada que sea común: detestan la embriaguez, y por casualidad se encuentra un borracho. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 271 cuyo beneficio ignoran absolutamente. Deben cultivar el café, bebida tan usada en la Europa, que ha enriquecido a las Antillas, y que tan felizmente prospera en el valle de Medellín. Deben finalmente hacer innumerables plantíQs de algodón para comenzar a tejer las manufacturas ba'Stas que tánto necesitan. Uniendo a todos estos ramos de comercio externo el que las ovejas se multipliquen numerosamente en las llanuras y fértiles colinas, tendremos el complemento de la agricultura y felicidad de la provincia de Antioquia. Entonces podría disminuir en gran parte las crecidas sumas que emplea todos los años en comprar tejidos ordinarios de lana y algodón, con las que fomenta la industria de Quito, Santa Fé y el Socorro. Poseyendo las primeras materias, las fabricaria en Medellín y otros lugares de bastante población, donde haytántos miserables sin propiedades que cultivar (1), los que hallarían una ocupación útil y provechosa. Ya parece que me transporto a tan felices tiempos, y que veo realizados estos sueños lisonjeros. Entro en las ciudades populosas: el gusto de la arquitectura se ha introducido en ellas; por todas partes encuentro fábricas, copiosas manufacturas, y todas las producciones de las artes. Salgo a los campos: allá donde se termina un bello horizonte, veo los montes dorados con abundantes cosechas de trigo; en este valle a la par del café crece el algodón, y no muy distante se levanta con lozanía la caña junto al añil. Corro a los valles ardientes: las :márgene/S del Cauca están' cubiertas de cacao: allí el rico propietario, tendido en su hamaca, espera pacíficamente las riquezas (1) Las tierras en Antioquia 'están bien distribuidas: no hay esas grandes haciendas tan perjudiciales a la población. Por lo menos los dos tercios de sus moradores son propietarios, lo que hace' que no haya "ecinos muy ricos, pero tampoco muy miserables. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 272 SEMANARIO que producen sus numerosos plantíos. Rebaños inmensos cubren las colinas: aquí se preparan los frutos para conducidos a los puertos; allá se ven cubiertos hermosos caminos con infinitas caballerías; edificios públicos, vasto comercio, navegable el Cauca ... Pero mis deseos me arrebatan fuéra de mi asunto: sigámoslo. Me parece que ya oigo decir a esos espíritus melancólicos que miran siempre las cosas por el aspecto menos favorable: "La provincia de .Antioquia jamás tendrá comercio activo, ni frutos qué exportar. Colocada entre dos ríos caudalosos (Atrato y Magdalena), teniendo toda su población en el centro, se halla cercada por todas partes de 15 Ó 20 leguas de bosques antiguos e impenetrables: los grandes ríos, los caminos fragosos, las elevadas montañas se oponen a que sus moradores algÚn dia puedan contarse entre los pueblOS comerciantes del Nuevo Reino de Granada". Confieso que tales objeciones tienen sólidos fundamentos. Mientras que la provinCia de Antioquia no abra y cornpunga. p~rfc~tQ.mcL.tc S~~ pri~cipales caminos; mientras no multiplique los brazos y las bestias de carga; mientras los transportes sean tan caros como al presente, jamás podrán salir sus frutos, ni sufrir el concurso con los de otros países mejor situados. Pero hay medios bien sencillos para remediar tales inconvenientes: discurramos cómo se deben realizar. La primera operación de todo pueblo que pretenda comerciar con la mayor economía y dar fomento a su industria y a su agricultura, es perfeccionar sus caminos. Los de Antioquia se hallan enteramente abandonados. Es increíble: dos siglos han corrido y todavía no tiene un buen camino que lige sus poblaciones con el Magdalena. Los años y las generaciones se han amontonado unas sobre otras, unos gobernadores han sucedido a otros, y no Se ha pensadO más que en pleitos y riquezas, descuidando enteramente la felicidad de los Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 273 pueblos. Para conseguir la de este país, Se deben componer con la mayor perfección los dos caminos que de sus principales ciudades siguen al Este y llegan hasta el Nare: éstos son el de Juntas y el de Muñoz. Por el primero no se evitan los peligros de este río, y sí por el segundo; pero en ,recompensa, el de Juntas se halla más poblado, y el viajero encuentra mayores comodidades (1). Ambos son igualmente buenos y faciles para componerlos. Su fragosidad presente es obra de la inacción y del descuido. Los jefes de la provincia de Antioquia, y especialmente los cabildos que representan a los pueblos, deben reunirse y discurrir seriamente los medios para la completa apertura al menos del uno de estos caminos. Si no hay fondos, impongan con la autoridad del gobierno una módica contribución que no grave a· los pueblos, y en breve los tendrán (2). La (1) El camino de Juntas es corto, por un terreno muy firme y que no tiene despeñadero alguno. Abandonado como se halla, lo pasan los peones cargados con cinco arrobas o con un pasajero en cuatro pequeñas jornadas. Cuando lo pasé, llevé cuenta escrupulosa del verdadero tiempo que se gastó en 'Clcamino quitando las demoras, y sólo fueron 26 horas 40 minutos; y según mis cálculos, del monte al puerto de Juntas hay poco más de 15 leguas. El Río-Nare lo he bajado en 4 horas y media, y para subirlo en barcas ligeras se tarda un día. Por el camino de Muñoz se gastan 5 días para llegar al Nare, y presenta la misma facilidad para componerlo. (2) Ahora que se ha disminuido el precio del ta,haco, ¿ no sería muy útil imponer sobre esta producción de lujo un pequeño gravamen por determinado tiempo, para la composición de los caminos? En breve existirían fondos para los cuales no se habría vejado al miserable, ni tampoco al rico propietario: Insensiblemente todos los habitantes de Antioquia habrian contribuí do a perfeccionar sus comunicaciones y a poner las basas de su prosperidad. Esta empresa es digna de que se piense 'en ella profundamente. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 274 SEMANARIO composlClOn de estos caminos, dará vida y movimiento al comercio y a la agricultura de Antioquia. Sus frutos podrán extraerse con facilidad, y el labrador cambiará los suyos con los de otros países, ganando siempre en tales permutas. Entonces dejarán esa destructora ocupación tántos habitantes de Río-Negro y Marinilla: ellos pasan miserablemente y abrevian sus días conduciendo en sus espaldas por el camino de Juntas, al viajero, a los frutos y manufacturas del comercio. Todo hombre sensible no puede menos que enternecerse cuando se ve conducido por un pobre semejante suyo cubierto las más de las veces de sangre y de sudor, y esto por un corto prerrlÍo. Pónganse los medios para que estos desgraciados abandonen semejante profesión. Vuelvan a los Cai11posque los llaman para su cultivo, y abran el seno feraz de la tierra que los COTIllida. con más dulces y verdaderas riquezas. Digan otros lo que qUieran: la comunicación natural de las dos terceras partes de la provincia de Antioquia con las ciudades marítirrraz ;;7 pr~vi~~!2,~ a-r!e!lt9.!esd~! ~li!"rf?i.nRt.o~ debe ser por el Magdalena. Los caminos que conducen a este río caudaloso, son los que más se deben cuidar. Apenas se hallará medio más sólido para la perfección de los dos indicados, que el establec.'imiento de poblaciones. Un gobernador amante de la felicidad de Antoquia debía fundar una o dos colonias en el de Juntas, y otras en el de Muñoz. Las tierras fértiles del Nare, Guatapé y Samaná; las minas y fecundas selvas que riega el Nus convidan para ello. Del valle de Medellín y de otras grandes poblaciones se podrían extraer colonos: estos hombres inútiles y aún perjudiciales al presente, en breve serían útiles a la patria. Los beneficios que resultarían de la ejecución de tal proyecto son tan notorios, que no pasaré a detallarlos. Hay otroi dos caminos que se dirigen al sur de la provIncia de Antioquia: el primero es el Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 275 que sigue desde Río-Negro hasta Anserma y Popayán. Por aquí se introducen mulas, cacaos y cerdos del valle de Buga, con las manufacturas ordinarias de Quito. Ríos peligros<;>spara vadearse, altas cordilleras, desiertos y fangal es inmensos hacen a esta comunicación la peor y acaso la más dilatada que tiene la provincia de Antioquia. Entre tanto que pertenezca al obispado de Popayán siempre que sus moradores consuman las producciones de Buga y los tejidos ordinarios de Quito, es absolutamente necesario; pero no se piensa en mejorar este camino. Sus peligros subsistirán muchos años, hasta que una mano creadora regenere la industria y actividad de los Antioqueños. ~ El otro camino es la vereda que hay desde la nueva parroquia de Sansón por toda la cordillera occidental del Magdalena hasta la ciudad de Mariquita. Si se consigue su apertura, no hay duda que será ventajoso: en nueve días se transportará cualquiera desde Río-Negro hasta Mariquita, evitando los peligros del Nare y las incomodidades del Magdalena; se descubrirán muchas minas y las tierras fértiles que hay en la cordillera por donde debe gi_ rar (1). Por aquí se podría introducir del valle de Neiva, ganado vacuno de que tánto va careciendo la provincia de Antioquia, mulas y otras prodUCCiones de los países meridionales. Pero los muchos costes y desiertos impedirán el que por ahora sea útil para el comercio de los cacaos de Timaná, harinas y ranas de Santa Fé: siempre faltarán transportes. Desde la ciudad de Antioquia siguiendo al nordeste, hay otro camino llamado de Espíritu Santo. Este llega hasta las bOdegas de tal nombre en el Cauca, y fue por donde antigu~- I (1) Estando la parroquia de Sonsón a los 52 42', Y Mariquita por los 52 12', teniendo por otra parte la misma longitud, este camino apenas tiene 10 leguas de extensión verdadera, la que es muy pequeña y fácil de vencer. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 276 SEMANARIO . mente se hizo todo el comercio de aquella capital. Al presente se halla abandonado: la angostura de Cáceres y los demás peligros de su navegación, los despoblados, su· distancia (de 20 leguas) Y otras mil incomodidades, han obligado a los Antioqueños a dirigir todo su comercio por el de Juntas al Magdalena. Hace poco tiempo que por la parte de poniente se hallaba la provincia de Antioquia cercada por bosques impenetrables Y sin alguna comunicación para el Chocó. Repetidas veces se había pensado en abrir un camino desde Urrao, la población más occidental de Antioquia, hasta el caudaloso Atrato, pero siempre este gran proyecto h:11iía encanado. Finalmente, don Francisco de Ayala, actual e ilustrado gobernador, lo ha puesto en ejecución. Ya este camino se halla muy avanzado~ gracias a su infatigable celo, a su:s ,ardientes deseos del bién público, y a las gratuitas contribuciones de los moradores de su provincia. El viajero que sale de la ciudad de Antioquia se dirige al occidente, pasa por Urrao, atrael pequeño río Chaquenendo; de aquí sale al Bebará, y en pocas horas está en el manso Y delicioso Atrato. Dejándose arrastrar por la apaCible corriente de este rio, puede en breve tiempo ir a Cartagena, a Santa Marta y a otros puertos del mar del Norte. Pero, si ideas más grandes arrebatan su imaginación, si tiene atrevidas especulaciones, subiendo el Napipi (en 36 horas), que confluye con el Atrato, llega al pie de la cordillera que forma el istmo de Panamá, la pasa en cuatro horas, Y se halla en el puerto de cupica sobre el Océano Pacífico (1), el que le presenta las bellas producciones de sus costas para hacer un vasto comercio. (1) Según la hermosa carta de las costll5 del Océano Pacífico, levantada por orden de S. M., y publicada en 1800, la ensenada y pueblo de Cupica o Tupica, está a los 72 15' de latitud boreal y a Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 277 De esta sencilla narración se deducen las grandes utilidades que proporciona a los Antioqueños el camino para el Chocó y mar del Sur, siempre que se le dé la perfección de que es susceptible. En efecto, un camino breve por donde se pueden exportar y vender con mucha .ganancia en el Chocó los frutos de las poblaciones occidentales de Antioquia; un camino que le da nuevas y cómodas relaciones con la ciudad de Cartagena y los demás puertos del mar del Norte; un camino que al mismo tiempo liga a la provincia de Antioquia con el Océano Pacífico, y por donde fácilmente puede hacer un comercio directo con Quito por el puerto de Carondelet y el camino de Malbucho, sin necesitar de las manos intermedias del habitante de Popayán, es sin duda uno de los más ventajosos que jamás se han proyectado. Los moradores de Antioquia se deben reunir y llevar al cabo esta empresa. Al principio les servirá únicamente para el comercio del Chocó, de Cartagena, y acaso para el de Quito; pero su industria y su agricultura, van a recibir un golpe eléctrico de perfección. Veo que el Antioqueño no limita su comercio en el mar del Norte a sólo Cartagena: él penetra al .golfo Mejicano, corre las Antillas y los puertos de la Europa. En el Pacífico visita las costas del Perú recogiendo la plata de sus minas, y trae a su patria los frutos de la zona templada austral. Enriquecida con tales especulaciones, eleva su comercio un vueJo atrevido: atraviesa las vastas llanuras del Sur, y haee directamente el comercio oriental, origen de la riqueza de las naciones. La. especería de las los 712 29' al occidente de Cádiz, la ciudad de Antioquia está a los 692 52' de longitud contada del mismo meridiano: así Cupica sólo se halla 12 37' más occidental que dicha ciudad: hay pues de uno a otro punto 45 leguas por elevación. De éstas las '20 son camino de tierra, y el resto,. por ríos navegables. De Urrao al puerto, hay 9 leguas de verdadera distancia. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 278 SEMANARIO Molucas, los bellos tejidos del Indostán, las estofas de la China, todo viene al suelo de Antioquia. El comercio ha levantado del polvo soberbias ciudades, creado las artes ... Mas el amor de la patria me extravía. Yo deliro con proyectos deliciosos que acaso jamás se realizarán. Tales son los prinCipales caminos de la provincia de Antioquia, los prOdUCtos y reformas de su agricultura, el número y carácter de sus habitantes, sus producciones, sus rios navegables, su extensión y más altas cordilleras. Ahora para completar la descripción de este país, trazaremos un ligero bosquejo de sus poblaciones y del aspecto y fertilidad de los campos que las rodean. Las parroquias más occidentales de esta provincia, son las de Urrao, Cañasgordas jl la peQueña reducción de OC(ljdó~ Situadas allá en las faldas de la alta cordillera que separa las aguas del Cauca y del Atrato, están cercadas por todas partes las selvas antiguas. Urrao es la más bella e interesante: puesta en las deliciosas márgenes del Penderisco. rodeada de fértiles campos que ya se pueblan de ganados, y pasando por ella el camino para el Chocó, vendrá a ser con el tiempo el depósito de las riquezas de estas dos provincias. También contribuirán a su prosperidad el oro y la platina de sus ríos. De la agradable temperatura de este valle, se eleva el viaj ero poco a poco a la cima de la gran cordillera que domina al Cauca (1.500 toesas). j Qué espectáculo tan soberbio el que se presenta a su vista! Sentado sobre los Andes, él divisa al poniente cubiertos de niebla los valles por donde van a desembocar en el Atrato el Bebará, el Penderisco, el Sucio y otra multitud de ríos: de cuando en cuando la niebla se disipa, y aparecen las puntas de los montes que muestran sus frentes majestuosas elevadas hasta las nubes. La vista se cansa en vano para encontrar hacia esta parte campos extensos en donde la naturaleza haya sido cultivada por la Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 279 mano del hombre. Selvas tan antiguas como nuestro planeta, árboles corpulentos, ríos precipitados por entre rocas y peñascos, son los únícos objetos que la rodean. Es cierto que llevan consigo el sello de la maj estad sublime de la naturaleza; pero también lo es que producen mil sensaciones melancólicas. Todo varía de aspecto hacia el oriente: un corte profundo separa de repente las cordilleras, dejando por medio un pequeño espacio (6 a 8 leguas) que sirve de lecho al Cauca, y forma el ardiente valle (214 toesas) donde existe la capital de Antioquia. Este río caudaloso corre de sur a norte dominado en todos sus puntos por dos altas cordilleras. Cubren sus faldas algunas selvas, muchas gramíneas, precipicios, torrentes profundos y terrenos áridos y estériles. Las vegas del Cauca son muy pocas; pero de una admirable feracidad. Esta sin duda es la causa porque sus moradores son generalmente desidiosos:' ellos trabajan sólo para adquirir lo necesario, y no para gozar las comodidades. En el profundo valle del Cauca (214 toesas) y en sus alrededores, se encuentran al sur de Antioquia, las pequeñas poblaciones de Amagá, Titiribi y Ansá; pero si seguimos al norte el curso del río ,hallaremos la parroquia de Sacaojal, cerca de las formidables cataratas de Juan García; a Buriticá, pueblo inmediato a la colina de Hugumé, de donde se extrajeron tantos tesoros; en fin, a Sabanalarga y San Andrés, lugares pobres que tienen poca índustria y ningún comercio. .l:!:nmedio de taies pobiaciones y cerca de los pueblos de Sopetrán y de San Gerónimo, se halla la ciudad de Antioquia. Está situada en el antiguo valle de Nori, en un terreno igual, muy seco, a las márgenes del Tonuzco, y tres cuartos de legua distante de la orilla occidental del Cauca: aquí mora ei gobernador de la provincia, y están las caj as reales de toda ella; tiene dos buenos templos, varias capillas, muchas casas, algunas bien edificadas, y bastante pobla- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 280 Clon. Sus habitantes son festivos, obsequiosos y tienen talentos decididos para las artes (1). Antioquia está rodeada de fértiles campos cubiertos de maíz, de caña y de plátano, que son las producciones predilectas del valle del Caucaí pero en su lugar va sucediendo el cacao. Este fruto, el azúcar y el algodón, si los cultivan como deben, harán a esta ciudad la más opulenta de su provincia. El temperamento de Antioquia ·es cálido, pero muy seco y sano. No hay mosquitos, ni abundan los demás insectos y sabandijas, que tanto molestan al hombre en los países ardientes de la :rona tórrida. Cansado de sufrir este clima abrasador, me dirijo al este, y en seis horas de camino respiro el aire fresco y agradable del valle de Osos: mil colinas enlazadas unas con otras, de una misma altura (1.300 toesas) cortadas por varios ríos (Río-Chico, Río-Grande, Guadalupe) y por infinitos al'royos, fúrman este valle estéril. Su pobre y triste vegetación sólo se compone' de robles melancólicos, belillos (spermacoce spinosa), chites (brathis), canelos (drimis granatensis), carrumios (terstromia), mortiños (anñ'rI'U'V\iOño _ •. "AA,¡. •••• __ J' ¡ T1í) ••.•• J¡C!' ~v""_u O'T"'Oi'l"Y\lY\Or.if:l' ''(7 b .•. _ •.•.•..•..•.•. ""~ '" r.Tr9C:O ••.•. "•._u T"\iQnT::J,C:O _'V''"'' 911-.A ~ •._ .•..• "IAIU _ rradas. Su principal riqueza consiste en las minas de oro muy fino; por ellas han prosperado Santa Rosa, San Pedro, Don Matías y sus mejores poblaciones; por ellas también se han penetrado las selvas dilatadas que se extienden al norte de este valle desde los 69 55' de latitud boreal hasta el Cauca por los 8<>y 30'. En medio de tales bosques se levanta la parroquia de Yarumal, y en pocos días es lugar de muchos vecinos. Los árboles se han abatido, los campos se han cultivado, y 1M bellas producciones de la agricultura y la industria aparecen hoy donde sólo reinaba el silencio y la soledad. Claras, (1) No obstante que han carecido de maestros los Correas y Caballero, en la platería; Correa, Flórez y Zerna, en la carpinteria; Agudello, Lora y Zamora, en la herrería, pueden ponerse al lado de los mejores artesanos del Virreinato. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 281 o la Carolina, sigue también los mismos pasos, fomentada por los ricos minerales de Norí y las fecundas vegas del Porce. En este río desemboca el Guadalupe formando una cascada que sin duda es de las más prodigiosas que hay en el Virreinato de Santa Fé (1). Dejemos estos desiertos, avanzémonos un po:::' co hacia el oriente, y recorramos el valle de Medellín. Este se extiende de sur al' nordeste por espacio de 20 leguas. Lo más alto de sus cordilleras está cubierto de bosques, el medio de gramas, y en las vegas del Porce, liay fértiles campiñas, risueñas praderas, frutos y poblaciones. Este valle es el más lindo, 'el más poblado (2), acaso el más fértil y de temperatura (1) Aunque dos veces pretendí medir esta cascada, las lluvias me lo impidieron. Según las noticias adquiridas está dividida en tres, una en pos de otra. Aseguran que las dos primeras tendrán cada una cien varl\s de altura perpendicular, y la última una elevación asombrosa: si creyésemos a los que habitan sus alrededores, diríamos que pasa de seiscientas varas. Aunque no sea tan alta, es indudable que es una de las más elevadas del Reino. Yo estuve con el barómetro muy cerca del lugar en que la forma el Guadalupe: aquel instrumento, señaló 273 líneas: supongo que en d pequeño espacio que corre hasta que se precipita, baja 110 varas y que el barómetro se sostenga a las 280 líneas. Entonces, desde esta elevación cae al profundo valle del Porce, que lo menos está por las 300. Suponiéndolo a este nivel, tiene la cascada del Guadalupe 289,63 toesas (542 varas 5 -lín.). Pero el valle donde se finaliza, está más bajo de 10 que he supuesto. En Barbosa, 12 leguas más arriba, indicó el barómetro 292 líneas: después se precipita el Porce continuamente, así en tan dilatado espacio no sólo baja las 117 varas supuestas, sino más de 200. (2) La superficie de este departamento, no pasa de 30 leguas cuadradas, y tiene 30.258 moradores: así a cada legua corresponden 1.031. Si toda la provincia se hallara igualmente poblada, tendría 2.268.200 habitantes, los que puede sostener muy bien. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia 282 SEMANARIO más benigna (de 15Qa 19Qde Reaumur) de toda la provincia de Antioquia. Sus habitantes son laboriosos, ocupándose en el comercio, en la agricultura y en la cría de ganados: aquí es la única parte de este país donde se usa el arado y mejor se cultivan las tierras. Medellín ocupa el centro, y rivaliza a la capital de Antioquia en edificios y en moradores; pero le excede en una situación pintoresca y en la dulzura de su clima (1). La Estrella, Envigado y San Cristóbal ocupan los campos meridionales de este departamento; y Hatoviejo, Copacabana y Barbosa completan el número de sus poblaciones. E~ la parte oriental de esta provincia, existe el valle de Río-Negro. Sus lugares principales son esta ciudad y la villa de Marinilla, muy inmediata la una de la otra {tres cuartos de leguaL Tampoco están distRntes las parroquias del Carmen, San Vice,nte, Concepción y Santo Domingo, a las que se unen los pueblos de San Antonio y el Peño!. Las riquezas de ·estos moradores consisten en las minas, en la agricultura y en los ganados. Que ocupan la mayor parLe de las alegres y feraces campifias que baña el Nare. ¡Cuánto mejor fuera que estuviesen cubiertas de trigo y ·embellecídas por las doradas espigas de este grano preciooo! Muchos ricos propietarios vivirían entonces en el seno de la opuLencia, y ocupados únícamente en el dulce cultivo de sus campos. A excepción de los alrededores del valle de Rio-Negro, toda la zona oriental de la provincia de Antioquia, desde la cordillera de Quin- (1) La temperatura media de diez días de observaciones hechas en Medellín del 6 al 16 de junio, durante mi permanencia en aquella ciudad en 1341 es de 20!!centígrados, Ó 16!! Reaumur. MI'. Bous~ singault halló 30!!5' centígrados por la temperatura media de un pozo. Véase la memoria sobre la capa de temperatura invariable entre los trópicos. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 283 ,día (19 10' de longitud) hasta el Magdalena, se halla cubierta de bosques y malezas. Si ¡:ne transporto a los confines de la provincia de Popayán, hallo en medio de las selvas a la parroquia de Arma, las de Santa Bárbara, Sabaletas y Sansón, todas ellas aisladas, con poca agricultura y casi ningún comercio. Aquí se precipitan de la cordillera los ríos del Buey, de Arma, de Aubres y otros muchos, que, corriendo a poniente, van a enriquecer al Cauca, después de oponer en su curso mil dificultádes al viajero. Mas al este, si miro las inmediaciones del Magdalena, encuentro de igual modo a la de San Carlos y el caserío de Canoas. Estas montañas, que tienen más de 600 leguas cuadradas de superficie, convidan con su feracidad y feliz situación al establecimiento de colonias: colocadas en las inmediaciones de ríos navegables, en breve prosperarían, teniendo vecinos ricos' y facilitando el comercio de toda esta provincia. Mientras no haya en Antioquia un jefe pensador que funde nuevas poblaciones y llene de habitantes los caminos que giran al Magdalena no hay que pensar que este bello país tenga comercio y agricultura. Hecha la descripción de los cuatro primeros ,departamentos de Antioquia, ya no hay objetos interesantes sobre que fijar nuestras miradas . .Es cierto que nos resta describir la parte más septentrional donde existen las antiguas ciudades de Remedios, Zaragoza y Cáceres, con las parroquias de Cancán, Yolombó y San BartoJomé, y es cierto que esta faja de país encierra , __ ---.4.~~ .:~ -" L_~_L.':.!. l~~ l.u(l.~ L.1\,;(l.i::t .111UJi:a..::> U~ U.LU, }leLU' __ lIi:'l.u.uJl.uaJ. 1 __ ~u ..• c.:. ,el que sus moradores, alucinados con su engañoso atractivo, han descuidado la agricultura y entregádose únicamente a la explotación del .oro. De aquí sin duda viene la falta de población, la ninguna industria (1), y la miseria en (1) En una ,extensión de más de 50 leguas de área, .apenas hay 6.303 habitantes, que carecen de agricultura. Los diezmos de sus frutos sólo valen .2.100 pesos anuales, de donde se manifiesta claramente su pobreza. Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 284 que se hallan sumergidos los indígenas de tales ciudades. Esta es la prueba más convincente de la importancia del cultivo de los campos: todo pueblo que lo abandona vive ignorado en su abatimiento, cuando la agricultura levanta de la nada y mantiene en la prosperidad a todos aquellos que aman sus dulces ocupaciones. He aquí ya enumeradas las poblaciones de la provincia de Antioquia, el aspecto y fertilidad de sus campos. He procurado formar su nomenclatura con la mayor rapidez para evitar el fastidio que traen consigo tales materias. De este modo se ha completado el cuadro que me propuse trazar. Conozco que no es perfecto, y que alÍn tiene muchos vacíos que exigen mayores investigaciones; pero el campo queda abierto para otro aficiOliado que puede perfeccionar _mis primeros ensayos. Si aconteciera esto en Antioqu..ia, ¡¡r si otros individuos igualmente pa.- triotas destinasen en las demás provincias del Virreinato algunos momentos de ocio para formar semejantes apuntamientos, en breve conoceríamos profundamente cada uno de los países que encierran los vastos límites del Nuevo Reino de Granada. Santa Fé, 19 de febrero de 1809. JOSE MANUEL RESTREPO Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO 285- TABLA en que se manifiesta la población de la provincia de Antioquia, las longitudes y latitudes de sus princiPales puntos, su altura barométrica y elevación sobre el mar; finalmente, su calor, tomando un medio entre los extremos, y usando de la escala de Reaumur. Los lugares que tengan esta señal * han sido determinados por observaciones astronómicas de latitud, y los que tengan esta ** lo han sido por las mismas de longitud, hechas por el Barón de Humboldt, POBLACIOHfS Rabilanles Lallllitud G. M. *Antioquia (ciudad) .. 18680 Sopetran (pueblo) .• ~ 2059 *San Ger6nimo ...... 1262 Sacaojal. ., ......... 1228 Sabanalarga (pueblo). 1201 Buriticá (pueblo) ...• 1184 Valle de San Andrés. 897 Cañasgordas (pueblo). 309 U"rao .... , ..... , ... 620 Acaid6 (pueblo) ....• 99 Ansá •.............. 1120 *Amagá .••.. , ....... 1064 Titiribí (cas<río) ..... 336 *Santa Rosa., , ..••.• 3123 San Pedro ....••..•• 2847 Don Matlas ...•.... 1445 Carolina, o Claras ... 1572 *Yarumal." ... · ..... 1712 *Medcllín (villa) •.... 14182 *Envigado ....•...•.. 9556 *EstrcJla (pueblo) .... 628 San' Crist6bal. ...... 1165 *Hatoviejo ........... 1446 Copacabana ..•.. , ... 2468 Barbosa ....•.....•• 1493 *Rio-Negro (ciudad) .. 12144 *S"n Antonio (pueblo) 519 1,49 1,43 1,42 1,48 1,44 1,48 1,17 1,57 2,03 2,16 1,53 1,32 1,37 1,16 1,26 1,12 1,06 1,18 1,26 1,28 1,3[ 1,30 1,26 1,24 1,09 1,16 1,17 Latitud AlIara baramiIrilB tineas G, M. 6,36 318,4 6,32 6,28 311,5 6,43 6,50 6,48 6,31 6,42 6,24 6,20 6,16 . 6,04 289,3 6,05 294,5 6,36 249,8 6,28 258,6 6,29 263,3 6,45 273 ,7 7,03 261,7 ó,I6 284,9 6,10 281,5 6,11 276,7 6,16 273 ,4 6,22 285,9 6,24 286,8 6,29 290,3 6,13 264,6 264,6 6,12 Gradas da lalar media flami!. sobrlll mar •• IoI18S G. 20,0 279,6 19,5 374) 18,2 19,0 11 ,5 11 ,5 12,0 J3 ,6 12,0 16,0 15,5 14,5 14,0 17,0 17,2 18,3 12,0 12,0 694,2 617,7 1324,8 1174,4 1096,6 930,1 1123 .1 758.[ 809,8 883,7 926,2 744,2 730,5 679,2 1075,2 1075,2 Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia SEMANARIO Rabi· lantes POBLACIDIES Longi· !ud G. M. El Peñol (pueblo) .•. San Vicente Concepción Santo Domingo SabaJetas (pueblo) Santa Bárbara Arma ........•...... Sons6n *Marinilla (villa) ..•.. El Carmen San Carlos Ca..l1oas {caser!o) Ynlomh6 _ Cancán . . . . . . . . . . Remedios (ciudad) . **San rBartoiomé. ZarRgOz.a (ciudad)" Boca de Nechi ••..•• Cáceres (ciudad) .... o •••• 822 3153 786 922 499 597 905 1729 4915 1100 528 112988 720 1216 5ó2 I'iS2 499 766 1.09 1,07 1,01 0,56 1,20 1,16 1,16 1,05 1,14 1,12 1,00 0,48 0,56 0,54 0,42 ulOó O S2 0,50 1,07 lali· lud Grados Allura bll~mi· di lalur Irica mldlo lineas SOblll1 mlr ID 10llas G. G. M. 6,12 6,19 Elmeiin 271,4 13,0 966,0 265,6 12,2 10 58 ,8 6,29 6,32 5,56 5,46 5,32 5,41 6,15 6,12 6,13 6,15 6,43 6,54 7,10 ó,38 357,3 7S4 !S,n 7,48 Los puntos que siguen no son poblaciones j untas de Naré y Samaná ... •••. 0 ~UV"'d l~ uc "1~_<! l .••• tUC .. _ ••.• __ ._.~1_, __ c;lllvJ.a~uallClI.::l. "Boca del Cauca. en id ..... Boca de San Jorge en Cauca. Boca de Nechi en Cauca . Id. de Paree en Ncchi. . Nacimiento de Paree .....•.. Id. del Nechí ..••.•....•... Boca del Sebará en Atrato .. Id. de Arquia . Id. del Murrí o Penderisco .. Id. del Napipi. .: ...•...... Id. de Sucio .........••.... Nacimiento del Sinú . Cascada de Guadalupe .....• "'Angostura (hacienda) ...•.•.. 0,34 6,15 "1)'1 U,~J ? 117'1") V,IJ. JJ~,J~ 0,33 9,25 0,38 9,05 0.50 8,33 0,52 7,48 1,25 6,00 1,22 6,55 2,49 6,36 2,51 6,45 2,55 7,05 2,59 7,25 2,59 7,41 2,00 7,15 1,00 6,2 0,11 6,54 330,00 '1'" 21 ,O "1") c: ¿,k,J 125,0 ln7 I.V, ., " 243,00 11,0 1443 ,O 279,00 44,5 84,5 Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia INDICE Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia .., INDICE Págs. Caldas y el "SemanariO''' 5 EstadO' de la GeO'grafía del Virreinato de Santa Fé de Bogotá, con relación a la economía y al comércio, por don Francisca Jasé de Caldas, individuo meritorio de la Expasición Botánica del Reina, y encargado del Observatorio Astronómico de esta capital " 15 Descripción del ObservatoriO'AstronómicO' de Santa Fé de Bogatá, situada en el jardín de la Real Expedición BO'tánica, par don Francisco JO'sé de Caldas ... ; 55- Discurso sobre la EducacÍón. ¿Quid leges sine moribus? 69 MEMORIA SOBRE LAS SERPIENTES Y plan de observaciO'nes para aclarar la histO'ria natural de las que habitan el NuevO'ReinO' de Granada, y para cerciorarse de los verdaderos remedios capaces de favorecer a los que han sidO' mordidos por las venenosas; por don JO'rge Tadeo Lozano Maldonado de Mendoza, individuO' de la Real Expedición Botánica de Santa Fé de Bogotií, y encargada, con real aprabación, de su parte zaalógica 107 Observación del Eclipse total de luna del 9 de maya de 1808,hecha en el ObservatoriO' AstrO'hómico de Santa Fé de Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia lNDIOE 290 Págs. Bogotá, por don Francisco das o José de Cal134 ••••••••••••••• EL INFLUJO DEL CLIMA SOBRE LOS SERES ORGANIZADOS, por !ion Francisco José de Caldas, individuo meritorio de la Expedición Botánica de Santa Fé de Bogotá, y encargado del Observatorio Astronómico de esta capital .. 136 Noticia del número de personas que se han vacunado en esta capital desde el 19 de marzo de 1805, en que por efecto de la bondad del Soberano se dió prin- cipio a las primeras vacunaciones, hasta 29 de mayo de 1808. en que se continúan, observándose en el flúido la mis= roa frescura, vigor y actividad que manifestó entonces. La publica el D. D. Miguel de Pombo, abogado de esta Real Audiencia y secretario de la Junta principal de Vacuna, con un breve elogio del Di". Edu~u-du J~rl!ler .... o ••••••• l~:n Resumen de las quinas que se han extraído del puerto de Cartagena por otras de América y Europa eJ;.lel discurso de los seis últimos años, remitido por el Dr. D. Eloy Valenzuela 229 ENSAYO SOBRE LA GEOGRAFIA.-Producciones, industria y población de la provincia de Antioquia en el Nuevo Reino de Granada, por el Dr. D. José Manuel Restrepo, abogado de la Real Audiencia de Santa Fé de Bogotá 243 TABLA en que se manifiesta la población de la provincia de Antioquia, las longitudes y latitudes de sus principales puntos, su altura barométricl:t y ele- Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia · INDICE 291 Págs. vación sobre el mar; finalmente, su calor, tomando un medio entre los extremos, y usando de la Escala de Reaumur. Los lugares que tengan esta señal ~, han sido determinados por observaciones astronómicas ae latitud, y los que tengan esta ~,* lo han sido por las mismas de longitud, hechas por el Barón de Humboldt 285 Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia -~ BIBLIOTECA •..... LUIS ANGEL ARANGO - B OE LA R 11111l~11I1~~lllll~~~ 11111111¡1111~11111111I111111111 2 9004 00021089 7 Este libro fue Digitalizado por la Biblioteca virtual Luis Àngel Arango del Banco de la República, Colombia