Dolor después de una lesión de médula espinal: características

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REVISIÓN
269
R e v. Soc. Esp. Dolor
8: 269-276, 2001
Dolor después de una lesión de médula espinal:
características clínicas, prevalencia y taxonomía
P. J. Siddall*, R. P. Yezierski** y J. D. Loeser***
Siddall PJ, Yezierski RP and Loeser JD. Pain follo wing spinal cord injury: clinical features, prevalence
and taxonomy. Rev Soc Esp Dolor 2001; 8: 269-276.
El dolor es un factor debilitante que acompaña a
las lesiones de médula espinal (LME) e impone una
pesada carga a los pacientes que ya han sufrido un
grave trauma emocional y físico. Pese a considerarse
que la pérdida funcional es la consecuencia más grave de una LME, el dolor tiene una influencia directa
en la capacidad de aquéllos que sufren este tipo de
lesiones para recuperar su nivel óptimo de actividad.
Los resultados de una encuesta por correo realizada
en Inglaterra indican que, para el 11% de los encuestados, era el dolor más que la pérdida funcional lo
que les impedía trabajar (1). El impacto del dolor
después de una lesión de médula espinal se demuestra también por el hecho de que el 37% de los pacientes con LME en la parte superior del tórax y las
cervicales y el 23% de los pacientes con LME en la
parte inferior del tórax y la zona lumbosacra estarían
dispuestos a cambiar el alivio del dolor por la pérdida de la función urinaria, intestinal o sexual (2).
Aunque el dolor asociado a una LME es un problema ampliamente reconocido, existe una gran disparidad en cuanto a la prevalencia declarada. A d e-
* Pain Management and Research Centre, Universidad de Sidney, Royal
North Shore Hospital. Sidney. Australia.
** The Miami Project. Universidad de Miami. Florida. EE.UU.
*** Departamento de Cirugía Neurológica. Universidad de Washington.
Seattle. Washington. EE.UU.
©IASP Newsletter 2000; 3: 3-7.
Traducción revisada por L. M. Torres.
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más, se utilizan muy diversos términos y sistemas
para clasificar los tipos de dolor asociado a una LME
(3). En el presente artículo se revisará la epidemiología y las características clínicas del dolor asociado a
una LME y se comentarán los diferentes sistemas de
clasificación que se han utilizado para definirlo. A s imismo, presentamos una taxonomía desarrollada por
el Grupo de Trabajo sobre el Dolor asociado a una
Lesión de Médula Espinal de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP).
EPIDEMIOLOGÍA
P revalencia/incidencia del dolor asociado a una
L M E. Muchos estudios han determinado la prevalencia del dolor en pacientes con LME. Según un resumen de los resultados de 10 de esos estudios, el 69%
de esos pacientes por término medio experimentan
dolor y casi la tercera parte de los que padecen dolor
lo califican de intenso (4). Otros estudios más recientes han confirmado esa estimación: un estudio de
901 pacientes demostró una prevalencia de dolor
crónico del 66% (5), una encuesta por correo documentó una prevalencia del 66% (6), y dos estudios
longitudinales revelaron una prevalencia del 64% a 6
meses (7) y del 63% a 12 meses tras recibir el alta de
una hospitalización aguda (8).
La cifra media publicada para la prevalencia del
dolor crónico gira en torno al 65% y cerca de la mitad de los afectados califican de intenso su dolor. No
obstante, los estudios individuales varían mucho. En
una revisión de Bonica (4), las cifras sobre prevalencia variaban entre un 34 y un 90% (9) y el porcentaje
de pacientes con dolor intenso oscilaba entre el 12
(2) y el 30% (9). En estudios recientes se ha obtenido
una variación similar y en un caso la incidencia del
dolor durante la rehabilitación hospitalaria después
de una LME llegó al 90% (10).
270
P. J. SIDDALL E T A L .
Relación del dolor con otras variables. Aunque el
dolor es un problema relativamente común en los pacientes con LME (4,11,12) los factores que contribuyen al mismo no están claros. Varios factores pueden
ser importantes, entre ellos el nivel de la lesión de la
médula espinal, la causa de la lesión, el hecho de que
sea una lesión completa o incompleta y los aspectos
psicosociales.
Las sugerencias de que las lesiones en algunos niveles de la médula espinal, como los niveles cervical
(13) y toracolumbar (14), la cauda medullaris y la
cauda equina (9,12,15) tienen una mayor probabilidad de asociarse a dolor, carecen de evidencias sólidas que las respalden. Se dice también que las lesiones de médula espinal por herida de bala tienen más
probabilidades de causar dolor (12,16). Las observaciones clínicas de que el dolor neuropático es más
frecuente en personas con lesiones incompletas
(17,18) se han visto respaldadas por las observaciones p o s t - m o rt e m ( 1 9 ) .
Algunos subtipos de dolor pueden ser más comunes con determinados tipos de lesiones. Varios informes de casos han documentado dolor neuropático
segmentario espontáneo y provocado después de lesiones cervicales de la médula espinal (20-22), declarando posteriormente los pacientes dolor ardiente
e hiperestesia en los brazos y las manos. La asociación entre lesiones medulares incompletas e hiperestesia se ve respaldada por un estudio longitudinal
prospectivo en el que la única asociación significativa entre factor físico y dolor fue la alodinia, más frecuente en pacientes con lesiones cervicales de la médula espinal (7). Pese a las indicaciones de una
relación entre factores físicos y dolor después de una
LME, otros estudios no han encontrado una relación
significativa entre la presencia o la intensidad del
dolor y el nivel o extensión de la LME (5,23,24) y
han hablado de factores psicosociales más que de
factores físicos. El dolor crónico se asocia a síntomas depresivos y mayor estrés percibido (25). Un detenido análisis de los datos obtenidos por medio de
cuestionarios reveló una relación entre dolor, espasticidad, “sensaciones anormales no dolorosas” y tristeza (26).
CLASIFICACIÓN DE LOS TIPOS DE DOLOR
La gran disparidad en la prevalencia declarada del
dolor asociado a LME y la relación de ese dolor con
otra serie de factores podría deberse a la variabilidad
inherente en el diseño de los estudios (encuestas por
R e v. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 8, N.º 4, Mayo 2001
correo, entrevistas, tiempo transcurrido desde la lesión, intensidad del dolor, etc.). No obstante, esas
contradicciones pueden deberse también a la falta de
un consenso sobre qué tipos de dolor deben incluirse
y cómo clasificarlos. La necesidad de una taxonomía
exhaustiva del dolor asociado a LME se ha citado
con frecuencia. La ausencia de una clasificación universal es un problema importante que ha dificultado
una comunicación eficaz tanto en la investigación
como en el tratamiento de ese problema. Uno de los
objetivos del Grupo de Trabajo de la IASP sobre Dolor asociado a LME es preparar una taxonomía que
pueda ser utilizada por todos los médicos e investigadores en este campo.
¿Por qué una nueva taxonomía? En el pasado se
han utilizado distintos sistemas de clasificación, pero
la ausencia de un sistema universalmente reconocido
ha producido incoherencias en el uso de la terminología. Pese a la existencia de algunas similitudes entre los estudios, muchos de ellos se refieren a tipos
de dolor no considerados en otros. Además, aunque
puedan identificarse una serie de categorías generales con características en común, la terminología utilizada para describirlas varía. Esa falta de coherencia
en los criterios de inclusión y la terminología utilizada ha tenido un efecto negativo tanto en la investigación de las LME como en la evaluación de los tratamientos.
Estudios epidemiológicos. Los estudios epidemiológicos se han visto dificultados por la ausencia de
una taxonomía universalmente aceptada. Este problema ha sido puesto de relieve por Bonica (4), quien
encontró una gran diversidad en las prevalencias declaradas de dolor asociado a LME. Esta disparidad
puede deberse en parte a cuestiones metodológicas
relacionadas con la recogida de datos, pero lo más
probable es que se deba principalmente a la variabilidad en la definición y clasificación de los tipos de
d o l o r.
Investigación básica. La necesidad de una taxonomía universal se hace evidente en la investigación
básica. Numerosos modelos animales de dolor neuropático después de una LME presentan características
ligeramente diferentes (27,32). Esos modelos se utilizan para investigar los mecanismos fisiopatológicos responsables de la aparición de dolor después de
una LME y para identificar objetivos terapéuticos de
nuevas estrategias terapéuticas. No obstante, si existen distintos tipos de dolor después de una LME, se
necesita una taxonomía clara y universalmente aceptada para identificar de forma consistente los diferentes tipos de dolor que se están investigando. Un
sistema así permitirá una aplicación más eficaz de
48
DOLOR DESPUÉS DE UNA LESIÓN DE MÉDULA E S P I N A L :
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS, PREVA L E N C I A Y TA X O N O M Í A
los resultados de las investigaciones al entorno clínico.
Investigación clínica. Los estudios de tratamientos clínicos y manejo de los pacientes se han visto
también dificultados por la ausencia de una taxonomía universal. Los estudios de tratamientos de LME
suelen utilizar adjetivos descriptivos para indicar el
tipo de dolor, pero utilizan términos ambiguos que
impiden la interpretación de los resultados. Incluso
cuando se utiliza la misma taxonomía, las discrepancias entre estudios dificultan muchas veces la comparación y aplicación de los hallazgos. Una taxonomía universal mejoraría la comunicación entre los
médicos y permitiría una evaluación más exacta de
los tratamientos específicos para diferentes tipos de
dolor asociado a LME.
Características deseables para una taxonomía. El
Grupo de Trabajo de la IASP sobre Dolor después de
una LME ha identificado una serie de características
deseables en cualquier nuevo sistema de clasificación. Una taxonomía debe ser exhaustiva y capaz de
incorporar cualquier tipo de dolor observado dentro
del marco definido; debe ser también sistemática y
proporcionar una estructura o marco lógico que sea
coherente con el uso clínico y con los conceptos actuales de los tipos de dolor y la terminología. Debe
hacer una clasificación más “amistosa con el usuario”. En la medida de lo posible, debe basarse en mecanismos que proporcionen una base racional a la investigación, la evaluación y el tratamiento. Por
último y para que la taxonomía sea útil, tiene que ser
aplicada siempre de la misma forma por aquéllos que
la utilizan.
TIPOS DE DOLOR
Para crear una taxonomía de LME que cumpla los
criterios antes descritos, hay que considerar una serie
de cuestiones. Para que el sistema sea exhaustivo,
tiene que incluir la mayoría, si no todos, los tipos de
dolor que suelen considerarse asociados a las LME.
Los términos que se han utilizado en el pasado son
demasiado numerosos como para incluirlos aquí.
Muchos de ellos utilizan diferentes palabras para
describir los mismos tipos de dolor. A c o n t i n u a c i ó n
se presenta un resumen de los diferentes tipos de dolor asociados a una LME.
Inestabilidad mecánica de la médula espinal. Este
dolor musculoesquelético se debe a la rotura de ligamentos o la fractura de huesos, con la consiguiente
inestabilidad, aunque no se debe necesariamente a
una LME. Puede remontarse a la fecha de la lesión o,
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271
rara vez, puede aparecer más tarde. El dolor se localiza en la región de la médula espinal y puede irradiarse hacia las extremidades, pero no es radicular.
Este cuadro se caracteriza por el movimiento de estructuras óseas en planos anormales o por un rango
anormal de movilidad y, por tanto, depende de la posición, aumenta con la actividad y se alivia con la inmovilización. Las radiografías, la tomografía computerizada (TC) o la resonancia magnética (RM)
ayudarán a demostrar esa inestabilidad. El dolor suele aliviarse con opiáceos y antiinflamatorios no esteroideos (AINEs). La inmovilización a la espera de
cicatrización espontánea o fusión quirúrgica es un
tratamiento eficaz en casi todos estos pacientes.
Dolor por espasmo muscular. El espasmo muscular se observa en algunos casos de LME completa e
incompleta. Normalmente aparece semanas después
de la lesión y como mejor se alivia es aliviando los
espasmos musculares. Los analgésicos rara vez son
útiles.
S í n d romes asociados por exceso de uso o pre s i ó n .
Estos síndromes suelen afectar a regiones con inervación normal y pueden asociarse a un exceso de
uso. El dolor se siente en los músculos proximales o
en regiones como los hombros en el caso de tendinitis del rotador. El dolor puede aparecer meses o años
después de la lesión y se describe como un dolor fijo,
continuo y regional, que empeora con el uso de la articulación o la parte del cuerpo afectada y puede variar dependiendo de factores ambientales, como la
postura o el uso correcto de sillas de ruedas. El dolor
puede aliviarse también con reposo, AINEs y opiáceos. Los síndromes de compresión de nervios pueden asociarse a problemas como el síndrome del
túnel carpiano y documentarse con estudios de diagnóstico eléctricos o de RM. El dolor puede aliviarse
con modificación de factores ambientales, descompresión quirúrgica o el uso de aparatos ortopédicos.
Pinzamiento de raíces nerv i o s a s . Puede causar dolor lancinante, ardiente o punzante en la distribución
de una única raíz nerviosa, aunque el dolor puede ser
también bilateral. El dolor aparece al nivel de la lesión medular y suele presentarse desde el mismo momento de producirse la lesión. Si la raíz nerviosa
afectada contribuye al plexo braquial o lumbosacro,
pueden existir anomalías en el potencial provocado o
electromiográfico. Con frecuencia, las exploraciones
radiográficas, TC o RM revelan compresión de una
raíz nerviosa en el foramen intervertebral por un
hueso o disco, aunque esos mismos hallazgos pueden
a veces encontrarse en ausencia de dolor. Si el dolor
se asocia a inestabilidad vertebral, muchas veces
puede aliviarse con estabilización. El dolor puede
272
P. J. SIDDALL E TA L .
tratarse con opiáceos y/o fármacos que alivian el dolor neuropático. Si existe material de hueso o disco
en el foramen, la descompresión quirúrgica suele ser
una alternativa eficaz.
Dolor asociado a daño en la cauda equina. Es un
tipo de dolor ardiente de una raíz nerviosa que afecta a la pierna, el pié, el perineo, los genitales y el
recto. Aunque este cuadro se considera a veces como un dolor originado en la médula espinal, puede
que sea importante describir el dolor de la cauda
equina como un dolor neuropático originado en los
nervios periféricos, considerando el desarrollo de
nuevos agentes terapéuticos que están dirigidos específicamente a cuadros de dolor neuropático periférico.
Dolor por desaferenciación segmentaria. El dolor
neuropático se encuentra con frecuencia en la frontera entre la sensación normal y la piel anestésica y se
describe como un dolor en cinturón, fronterizo o de
zona transicional. El dolor se localiza en una banda
que ocupa entre dos y cuatro segmentos y puede ser
unilateral, bilateral o en circunferencia. El dolor por
desaferenciación segmentaria suele asociarse a alodinia e hiperalgesia en la región dolorosa y aparece en
los meses siguientes a la lesión. El dolor no suele
responder a los opiáceos, pero sí a medicamentos que
alivian el dolor neuropático. Puede aliviarse también
con diversos tipos de intervenciones, como bloqueos
de las raíces epidurales o somáticas, lesiones en la
zona de entrada de la raíz dorsal (ZERD), rizotomía
dorsal, estimulación de la médula espinal o cordectomía distal para elevar el nivel sensorial en la región
dolorida.
Dolor asociado a lesión de la médula espinal. E ste tipo de dolor se percibe de una forma más difusa
en regiones anestésicas por debajo del nivel de la lesión y suele ser bilateral. A menudo se hace referencia al mismo como dolor por desaferenciación, dolor
diestético o síndrome de diestesia central. Lo habitual es que se describa como ardiente, con sensación
de hormigueo y entumecimiento, fijo y continuo y
pulsátil. El dolor suele ser constante y no está relacionado con la posición ni con la actividad, pero
puede empeorar con infecciones concurrentes. Este
tipo de dolor es el más difícil de tratar y generalmente responde mal a los opiáceos. No obstante, puede
responder a medicamentos para aliviar el dolor neuropático. Puede responder también a opiáceos y clonidina por vía intratecal cuando la ruta sistémica no
es eficaz. Este tipo de dolor no suele responder a la
cordectomía ni a ningún otro procedimiento ablativo
y rara vez responde a la estimulación cerebral o med u l a r.
R e v. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 8, N.º 4, Mayo 2001
S i r i n g o m i e l i a . El s y r i n x (cavidad anormal en la
médula espinal) puede presentar un debut tardío, a
veces varios años después de la lesión causante del
mismo. La siringomielia se presenta con déficits
neurológicos ascendentes y dolor, a menudo con una
región de dolor reducido y sensación de temperatura
por encima de una lesión parcial o completa. Se
diagnostica con una exploración RM y requiere tratamiento quirúrg i c o .
Dolor visceral. El dolor visceral suele presentar
un debut tardío después de una LME y se caracteriza
por ser ardiente, espasmótico y constante, pero fluctuante, en el abdomen. Puede deberse a una señal
aferente normal a través de los nervios simpático o
vago en parapléjicos y a través del nervio vago en
tretapléjicos (33,34). A menudo, el dolor visceral está mal definido y puede aparecer en ausencia de una
patología visceral demostrable.
F a c t o res cognitivos, afectivos y ambientales. E stos factores pueden superponerse a cualquiera de los
anteriores cuadros y pueden ser factores importantes
en la discapacidad y graves impedimentos para el
éxito de la rehabilitación. Las constantes referencias
que se hace a ellos en la literatura atestiguan su importancia en la génesis de conductas de dolor y discapacidad asociada a dolor después de una LME. Estos factores pueden tratarse con psicoterapia, con
independencia del tipo de dolor.
UN SISTEMA DE CLASIFICACIÓN
La anterior sección contiene una lista exhaustiva
de los tipos de dolor que se observan con frecuencia
después de una LME. No obstante y como ya se mencionó antes, una de las características deseables para
una taxonomía es que sea sistemática. Se han propuesto diferentes sistemas basados en la localización, las características, la patología, o una mezcla
de todos esos factores (35-38). En común con la taxonomía de la IASP (39), algunos de estos sistemas
presentan varios niveles que permiten una mayor definición. La división de una taxonomía en distintos
niveles proporciona una estructura que puede ayudar
a la evaluación clínica, la identificación de mecanismos y el tratamiento. La taxonomía que nosotros
proponemos organiza los tipos de dolor descritos antes en una estructura de tres niveles. Cada nivel define la estructura afectada y la patología responsable
del dolor.
El primer nivel, muy general, se limita a dividir el
dolor en dos tipos: nociceptivo y neuropático. Estas
categorías suelen distinguirse con bastante facilidad
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DOLOR DESPUÉS DE UNA LESIÓN DE MÉDULA E S P I N A L :
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS, PREVA L E N C I A Y TA X O N O M Í A
en función de la localización y las características del
paciente y determinan en gran medida la estrategia
terapéutica utilizada. El dolor nociceptivo suele describirse como sordo, fijo, continuo y espasmódico, y
aparece en una región con la sensibilidad alterada; es
d e c i r, con mayor o menor sensibilidad. El segundo
nivel permite una mayor definición de esos dos tipos
generales de dolor y proporciona nuevas directrices
terapéuticas. El dolor nociceptivo se divide en musculoesquelético o visceral, y el dolor neuropático se
divide en “por encima”, “a la misma altura” o “por
debajo”, respecto al lugar de la médula espinal donde
se produjo la lesión. El segundo nivel de clasificación del tipo de dolor asociado a una LME se indica
en la Tabla I.
El tercer nivel de clasificación es todavía más detallado en términos de estructura específica y patología y, por tanto, identifica mejor el posible mecanismo, así como sus implicaciones terapéuticas. Por
ejemplo, el dolor musculoesquelético puede estar
causado por un espasmo muscular, un traumatismo
óseo o inflamación en torno a una articulación. El
dolor neuropático a la misma altura de la lesión puede deberse a daño de una raíz nerviosa (como daño
de la cauda equina), siringomielia o traumatismo de
la médula espinal.
Los factores psicológicos no se incluyen en la taxonomía como un tipo de dolor. Los factores cognitivos, afectivos y ambientales suelen superponerse a
cualquiera de los tipos de dolor asociados a una LME
y deben considerarse siempre como factores que contribuyen al dolor. No obstante, el grupo de trabajo
cree que los factores psicológicos deben considerarse
como parte de cualquier síndrome de dolor y no como un tipo de dolor específico.
273
¿Qué términos deben utilizarse para identificar estos diferentes tipos de dolor? Una vez que se identifican los elementos que deben incluirse, el siguiente
paso consiste en decidir la terminología, una decisión que se ve influida por diferentes factores, como
antecedentes de uso, familiaridad, “idoneidad” y sistema que se utilizará. En el primer nivel de clasificación, se recomiendan los términos nociceptivo y n e u ro p á t i c o. Esta clasificación familiar de “primer
nivel” se utiliza habitualmente en la práctica clínica
y simplifica la evaluación y el tratamiento. El dolor
nociceptivo es el dolor asociado a la estimulación de
los nociceptores somáticos o viscerales. El término
n e u ro p á t i c o se recomienda en lugar de n e u ro g é n i c o,
para adaptarlo a la taxonomía de la IASP (39), que
restringe el uso de n e u ro g é n i c o al dolor causado por
una alteración transitoria del sistema nervioso.
En el segundo nivel, el dolor nociceptivo se divide
en musculoesquelético y visceral, términos que son
también de uso común. La división del dolor neuropático en distintos tipos según su localización exige una
definición más detallada. La localización del dolor
con respecto a la altura de la lesión puede ser la última
opción disponible para una mayor división, basándonos en nuestro actual conocimiento de los mecanismos. La patología (lesión de la médula espinal) asociada al dolor por LME parece ser la misma en
pacientes con dolor “a la misma altura” o dolor “por
debajo”, pero sus manifestaciones clínicas son diferentes. La característica más fácil de identificar de estos dos tipos de dolor es su localización. El dolor por
SCI o dolor diestético se localiza de forma difusa por
debajo de la lesión. Por su parte, el dolor causado por
una raíz nerviosa, desaferenciación segmentaria o siringomielia se localiza en dermatomas situado a la
TA B L A I. SEGUNDO NIVEL DE CLASIFICACIÓN DEL DOLOR ASOCIADO A LESIÓN DE LA M É D U L A
ESPINAL
Término
Características
Musculoesquelético
Sordo, fijo y continuo, relacionado con el movimiento, mejora con el reposo,
responde a opiáceos y A I N E s
Localizado en estructuras musculoesqueléticas
Vi s c e r a l
Sordo, espasmódico
Localizado en la región abdominal con innervación intacta
Incluye también la cefalea disrefleja (vascular)
Neuropático
Por encima
A la misma altura
Por debajo
Agudo, fulgurante, ardiente, respuesta eléctrica anormal (hiperestesia, h i p e r a l g e s i a )
Localizado en la región de preservación sensorial
Localizado en un segmento a la altura de la lesión
Localizado difusamente por debajo de la lesión
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274
P. J. SIDDALL E T A L .
R e v. Soc. Esp. del Dolor, Vol. 8, N.º 4, Mayo 2001
misma altura que la lesión. Por consiguiente, resulta
difícil distinguir estos tipos de dolor en función de su
patología específica, por lo que sugerimos referirse a
ellos simplemente como dolor neuropático a la misma
altura o por debajo de la lesión.
El principal objetivo del tercer nivel de clasificación es identificar la estructura y patología específicas que pueden estar generando el dolor. Para ayudar
a conseguir este objetivo, hemos evitado el uso de
síndromes como terminología.
multáneamente la terminología de los tres niveles de
clasificación, sino el nivel con el mayor grado de definición. Por ejemplo, el dolor causado por un espasmo
muscular debe referirse como dolor por espasmo muscular en lugar de dolor nociceptivo musculoesquelético/por espasmo muscular. En los casos en los que no
pueda identificarse la estructura con exactitud, se utilizará un término del segundo nivel, como dolor visceral
o dolor neuropático a la misma altura que la lesión.
CONCLUSIONES
USO DE LA TAXONOMÍA PROPUESTA
Los tres niveles (Tabla II) de clasificación proporcionan una estructura para agrupar los diferentes tipos de dolor y orientar la evaluación y el tratamiento
del dolor asociado a una LME. Mientras que el primer nivel proporciona una orientación general para
la evaluación y el tratamiento, nosotros creemos que
la mayoría de los dolores asociados a LME se clasificarán por lo menos al segundo nivel (dolor musculoesquelético, dolor visceral y dolor neuropático por
encima, a la misma altura y por debajo de la lesión).
Esperamos que en muchos pacientes con LME podrá identificarse la estructura y la patología (tercer nivel) responsables de la aparición de dolor. Creemos
que una identificación más específica de las estructuras y la patología permitirá definir mejor los mecanismos y administrar un tratamiento más eficaz. Nosotros
no pretendemos que en la práctica clínica se utilice si-
El dolor es un problema común que afecta profundamente a los pacientes con LME. Pueden existir diferentes tipos de dolor, que se clasifican en términos
generales como dolor nociceptivo o neuropático. Estas categorías se subdividen a su vez en dolor musculoesquelético, dolor visceral, y dolor neuropático por
encima, a la misma altura o por debajo de la lesión.
Por último, el dolor puede seguir clasificándose en
función de las estructuras específicamente afectadas
o la patología responsable. El Grupo de Trabajo de la
I A S P sobre Dolor después de una LME propone esta
taxonomía con la esperanza de que sirva para mejorar la comunicación y, en consecuencia, la investigación y el tratamiento. Nosotros la presentamos aquí
con la esperanza de que los nuevos conocimientos
sobre las características clínicas y los mecanismos
del dolor asociado a LME sigan mejorando la clasificación de este dolor.
TA B L A I I. CLASIFICACIÓN PROPUESTA D E L DOLOR ASOCIADO A U N A LESIÓN DE MÉDULA E S P I N A L
Tipo general
(nivel 1)
Sistema general
(nivel 2)
E s t ru c t u r a s / p a t o l o g í a
específicas (nivel 3)
Nociceptivo
Musculoesquelético
Traumatismo o inflamación de hueso, articulación o músculo
Espasmo muscular
Síndromes secundarios por exceso de uso
Cálculo renal, trastorno intestinal, disfunción de esfínteres, etc.
Cefalea disrefleja
Mononeuropatías compresivas
Síndromes de dolor regional complejo
Compresión de raíz nerviosa (incluida cauda equina)
Siringomielia
Traumatismo/isquemia de la médula espinal (zona transicional, etc.)
Traumatismo de la raíz o la médula a dos alturas (síndrome de doble
lesión)
Traumatismo/isquemia de la médula espinal (síndrome de diestesia
central, etc.)
Vi s c e r a l
Neuropático
Por encima
A la misma altura
Por debajo
52
DOLOR DESPUÉS DE UNA LESIÓN DE MÉDULA E S P I N A L :
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS, PREVA L E N C I A Y TA X O N O M Í A
AGRADECIMIENTOS
11 .
12.
Queremos expresar nuestro agradecimiento por
sus valiosas contribuciones a los miembros del Grupo de Trabajo de la IASP sobre Dolor después de una
LME y, en particular, a los Drs. Aleksandar Beric,
Frederick Lenz, Charles Vierck, Eva Wi d e r s t r ö m Noga y Kim Burchiel, así como las útiles sugerencias
y comentarios del Prof. Michael Cousins y los Drs.
David Ta y l o r, James Middleton, Sue Rutkowski, William Donovan y Elliot Roth.
CORRESPONDENCIA:
P. J. Siddall
Pain Management and Research Centre
Royal North Shore Hospital
St Leonards, NSW 2065, A u s t r a l i a
Tlfn.; +61-2-9926-6387, +61-2-9926-6548
Email: [email protected].
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