La Guerra Civil Española (1936-1939)

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La Guerra Civil Española
Historia de Europa
Grupo I
Curso 2000−01
LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
En un principio, el propio Gobierno Republicano no tenía ni la más mínima sospecha de la sublevación que
realizarían los Generales el 18 de Julio de 1936. Creían que teniendo a las posibles amenzas directas, Sanjurjo,
Franco y Mola, lejos de la península o en el exilio, se solucionaba el problema. Su intención y única
preocupación era la de realizar reformas amplias, pero en ningún caso una cambio traumático para la sociedad
en contraste con el Gobierno anterior, esos cambios no fueron efectivos sobre todo por la resistencia desde
dentro de la sociedad española y también desde fuera. Puede que por eso, al estar más preocupados por sus
reformas, ya desde un principio, estando al frente del Gobierno de España Casares Quiroga, no supiera
organizar ni una negociación ni medidas para evitar la continuidad del alzamiento.
De todas maneras, la constitución del Gobierno Republicano por parte de Manuel Azaña, ya fue problemático
desde un principio. La primera intención de Azaña, era de nombrar a Indalecio Prieto para la organización del
Gobierno, pero éste tuvo que rehusar por el poco apoyo interno, en su lugar se nombró a Casares Quiroga, que
después de un intento fallido de negociación con los Insurrectos, fue cesado y sustituido por Diego Martínez
Barrio y éste a su vez destituido por Giral que después sería Ministro del Gobierno de Francisco Largo
Caballero que dirigirá los destinos de la República hasta después de los sucesos en Barcelona de 1937.
El Gobierno de Largo Caballero, fue desde un principio el Gobierno de la discordia. Entre el Consejo de
Gobierno, se habían nombrado a Sindicalistas y Anarquistas(Largo Caballero era Socialista), esta medida
desagradó al Presidente de la República Manuel Azaña, que aún siendo el Presidente no actuó eficazmente, y
el Gobierno continuó teniendo esa configuración.
Ya en el asedio a Madrid, surgen posturas opuestas sobre el abandono o no de la ciudad. Socialistas, opinaban
que debía abandonarse, ya que la administración e incluso los bienes del banco de España habían sido
trasladados. Por otra parte los anarquistas y comunistas creían en la defensa de la ciudad. Se optó finalmente
por la defensa de la ciudad, pero al frente de ésta, se designó un general supuestamente poco dotado para el
cargo, pero que consigue para disgusto de algunos que Madrid salga victoriosa. El Gobierno de Largo
Caballero empieza a tener problemas, unos se alegran por la victoria en Madrid y otros se enfurecen, los
objetivos empiezan a no ser los mismos, puede incluso que no los fueran ya desde un principio.
A las pocas semanas de empezar la guerra surgen los primeros problemas internos en el seno de la República.
PCE, PSOE y Republicanos, opinan que se ha de ganar la guerra para garantizar el triunfo de la revolución.
De otro lado, CNT y POUM creen en que si la revolución no triunfa la guerra no puede ganarse. Ésta y el
problema de la incorporación de las milicias al ejército regular entre otras cosas desencadenan los sucesos de
Barcelona de 1937.
Todas estas luchas internas, desgastan al Gobierno Republicano, no sólo se enfrentaban a los sublevados, sinó
que también deben preocuparse de guerras internas, atentados y asesinatos entre ellos (P.e. Andreu
Nin(trostkista) líder del POUM Catalán). Largo Caballero se encuentra con dos frentes, de los cuales, ninguno
de los dos puede ganar. Todo esto, va en beneficio de unos sublevados que, aunque contando con ayuda
externa, no resuelve con eficacia el conflicto.
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Desde un principio, los sublevados, contaron con la ayuda de Alemania e Italia, y con la condena de los demás
países, que consideraban al Gobierno Republicano como legítimo. No obstante, esas naciones, nunca
ofrecieron apoyo directo al Gobierno Republicano. Largo Caballero lo intentó, y el Gobierno francés al saber
del envío de los Savoia a Marruecos, quiso enviar armas, pero convencida por Gran Bretaña, optó por
adherirse a la condena a la sublevación e intentaron que ningún país enviara armas a ningún bando. Además
de esto, Gran Bretaña advirtió a Francia que si enviaba armas al Gobierno Republicano, se consideraría
desligada de las obligaciones del Pacto de Locarno por el cual se garantizaba la frontera francesa. Esta
situación impide el envío de armas a los republicanos. Los embajadores Francés e Inglés se ausentaron de
Madrid en 1937. La Junta militar por otra parte siempre tuvo el apoyo de los dos países fascisctas de Europa.
Esto, también supone un revés en cuanto al curso de la guerra, ya que en un principio las fuerzas eran
igualadas, pero la ayuda internacional, en algunos casos acaba siendo decisiva.
Aunque con dificultades, el Gobierno Republicano empieza a entablar relaciones serias de colaboración con la
Unión Soviética. Esto de alguna manera también desencadena la destitución de Largo Caballero, el cual
mantiene unas relaciones tensas con el embajador Soviético, además de divergencias tácticas con los
miembros comunistas de su Gobierno, los cuales le piden la formación de un Consejo de defensa en
sustitución del Gobierno. Después de esto Azaña ordena a Largo Caballero la formación de un nuevo
Gobierno, pero las posiciones de las ideologías de la República son irreductibles. Azaña, opta sin más remedio
por el nombramiento de otra persona para formar Gobierno. Juan Negrín.
Negrín, llevará las riendas de la República hasta el 1 de Abril de 1939,(en realidad es Presidente de la
República hasta 1945 en el exilio) su política de no rendición , de centralización del poder, y de
nacionalización de la industria también provocó protestas de cenetistas y ugetistas, además de la dimisión de
los ministros vasco y catalán por su centralismo, y de las desaveniencias con Lluís Companys. Esta política
sin duda,pudo alargar la guerra un poco más de lo necesario, pero incluso, ya en los últimos días de la guerra,
en Madrid se revela el Coronel Republicano Casado obteniendo el apoyo de Miaja, aunque sin embargo,
Negrín, carece ya de autoridad real. La esperanza de una España Republicana muere en los pasos fronterizos
de Francia, y en los barcos que intentan salir del puerto de Valencia.
La carencia más importante de la República es sin duda su incapacidad para abordar la cuestión del poder. El
bando republicano está plagado de diferentes formas de pensar:Comunistas, Trotskistas, Socialistas, Masones,
Anarquistas, Sindicalistas, Catalanes, Vascos etc El propio Azaña, Presidente de la República, y Ministro en
el primer Gobierno Republicano de Alcalá Zamora, permanece aparentemente alejado de las actividades
políticas de primer plano.
Se pueden contar hasta cinco Jefes de Gobierno, que incluso, después de haber sido sustituidos, en el mandato
siguiente llegan a ser Ministros. Incoherencias radicales, ya que si desgraciadamente un Gobierno no
funciona, al menos, que no se repitan los mismos errores luego. No supieron encontrar un verdadero líder, o
un dirigente de consenso que uniera las ideologías, contra un solo enemigo, aunque de todas maneras, ninguno
de los dos bandos tenía definida su ideología, ni entre los Republicanos ni entre los sublevados dominaba un
proyecto político hegemónico, la guerra civil era a la vez dos guerras políticas en cada campo.
De ninguna manera, esto justifica la supina desorganización Republicana, porque sin ir más lejos, incluso
cuando querían perder, ganaban, como en el caso de la defensa de Madrid. Las ideologías, fueron la primera
herida de gravedad de la República, que se fue desgastando, que se iba consumiendo en trifulcas y discusiones
que en aquel momento, aunque importantes, eran superadas con creces por la amenaza de los Nacionales, ya
que al fin y al cabo, el enemigo era común a ambas formas de entender la República, y la forma y fondo de
ésta, se podría haber discutido más adelante, como opinaban los socialistas y republicanos.
Puede, por otra parte, que la Junta Militar, aunque teniendo los mismos problemas de poder, tuviera más
suerte. De hecho, el líder real de la sublevación, el General Sanjurjo, muere al inicio de ésta, J.A.Primo de
Rivera, primero es hecho prisionero y más tarde ejecutado, y Franco, hábilmente, apoyado desde dentro de la
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falange por su cuñado Ramón Serrano Suñer, se hace con el poder rápidamente. Puede que este conjunto de
sucesos, además de la disciplina militar, de fuerte sentido jerárquico y de obediencia, propiciara que la
organización de los sublevados fuera más eficaz que la organización Republicana. Al fin y al cabo, el propio
Franco se sublevó de acuerdo a las órdenes dadas por Sanjurjo, y el hecho o el problema ideológico viene más
tarde, y aunque se soluciona relativamente rápido, no se discute ni sobre la organización ni sobre la forma, ya
que el objetivo es más bien militar y no político como en el caso Republicano.
De todo esto, lo que no queda claro, es la oposición de las Naciones, a la ayuda militar a la República. Todas
declararon que el Gobierno legítimo era el Republicano, pero nadie prestó ayuda, todo el mundo advertía de la
expansión de los fascismos, pero nadie puso remedio, es más, incluso días antes del fin de la Guerra, Francia y
Gran Bretaña reconocen al Gobierno Franquista.
Para finalizar, una reflexión sobre la guerra Civil, no ya la española, sinó cualquier guerra civil, al margen de
ideologías, odios, intereses, política o lo que sea. Una reflexión, en una situación de un personaje de Josep
Maria Gironella, en Alicante ya al final de la guerra:
Maltrecho, el coronel Muñoz entró en una fonda de Alicante y pidió una habitación. al serle también negada,
¡todo rebosaba de gente!, se dirigió lentamente a un barrio desértico y sacó la pistola, a menos de un
kilómetro de la cárcel en que José Antonio había sido fusilado. Pero le faltó valor para llevar a cabo su
propósito. De repente, por primera vez en su existencia, el coronel Muñoz se preguntó quién había al otro
lado del disparo. Pensó en su madre. ¿Y si existía el más allá? Exhausto, se apoyó en la pared y rompió a
llorar
Dijo después Caín a su hermano Abel:salgamos fuera. Y estando los dos en el campo, Caín acometió a su
hermano Abel y le mató
Bibliografía
• La España de S.XX. Vol III. Manuel Tuñon Lara. Ed. Acal. Madrid 2000.
• La II República. Una Esperanza Frustrada. Actas del Congreso: Valencia Capital dela
República. De Alfons el Magnánim. Valencia 1986.
• Azaña. Ministerio de Cultura. Madrid 1990−91.
• Un millón de muertos. Josep Maria Gironella.Circulo de Lectores.Barcelona 1971.
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