Pinturas Rupestres de Valonsadero

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Los Peñascales III
Peña Somera
Concejalía de Medio Ambiente, Patrimonio y Montes
Pinturas Rupestres
de Valonsadero
Pinturas Rupestres Esquemáticas
Valonsadero
Los primeros estudiosos del arte rupestre esquemático
interpretaron estos abrigos como lugares sagrados
en donde se celebraban y representaban ceremonias
funerarias. Con posterioridad se desarrolló la hipótesis
de que se trataba de un arte ideográfico, es decir: estas
manifestaciones artísticas más que una concepción
religiosa determinarían el establecimiento de un sistema
incipiente de escritura, a través de la cual se plasmarían
aspectos de sus actividades diarias, organización y puntos
de referencia común en donde tendría un lugar destacado
el culto a los antepasados.
Problemático resulta también su origen. Las múltiples
opiniones que la investigación nos presenta se pueden
resumir en dos grandes tesis: la primera, que entendería
el esquematismo como resultado de la suma de dos elementos, uno autóctono y otro de carácter mediterráneo
oriental, siendo aquel derivación directa del Arte Levantino; y una segunda, que no admitiría la participación
pictórica levantina y reduciría el fenómeno a un cambio
de mentalidad venido de Oriente. Expuesto así el problema, estas dos teorías servirían para intentar explicar el
origen del esquematismo soriano, donde queremos ver
el amplio peso de la tradición autóctona.
Las dificultades no son menores a la hora de datarlo y
pese a haber sido asociado, de forma general, con las
primeras sociedades agro-ganaderas del Neolítico y,
a nivel provincial, con el desarrollo del poblamiento
Calcolítico, la presencia de figuras como el trisceles del
Covachón del Puntal o el motivo-estela de La Peña los
Plantíos nos hacen pensar en la pervivencia de la tradición esquemática hasta el Bronce Final e inicios de la
Primera Edad del Hierro.
[por Juan A. Gómez-Barrera]
Del grupo esquemático soriano pueden extraerse,
asimismo, toda una serie de figuras y figuraciones que
vendrían a reflejar distintas concepciones espirituales
de sus autores.
Diversos motivos ídolos; máscaras ceremoniales, que
cubrirían la personalidad de un jefe, hechicero o personaje influyente de la tribu; escenas puramente funerarias,
como la diseñada en el Abrigo del Tubo o la insinuada
con el trazado de un motivo estela en La Peña de los
Plantíos, en Fuentetoba, de evidente relación con las estelas y estelas-guijarros que señalan los enterramientos
en el suroeste peninsular, etc.: nos hablarían de un culto
religiosos a los muertos.
Tal vez podría darse un culto al sol y a otros astros (dado
el abundante número de este tipo de figuras y su asociación con representaciones antropomórficas); y también
un culto al toro (en El Prado de Santa María, en Pedrajas,
y en diversos motivos de Valonsadero); y, desde luego,
quedan dibujados muchos motivos extraños que bien
podrían hablar de ciertas ceremonias rituales, absolutamente incomprensibles para nosotros.
En el sector inferior de Los Peñascales II quedó pintada
la escenografía de un ritual de iniciación sexual, donde
una «gran dama» –por su mayor tamaño, su posición
de privilegio en el centro de la escena y la distinción de
ser la única con los senos marcados– descubriría a las
doncellas que la rodean los misterios de tan apasionada
y misteriosa relación.
Por tanto, parece claro que el carácter narrativo de la
pintura rupestre esquemática de Valonsadero podría
alcanzar también aspectos más complejos, o extraordinarios, relativos a la espiritualidad y las creencias de
estas poblaciones.
Las pinturas rupestres de Valonsadero, dadas a conocer
por Teógenes Ortego en 1951, fueron descubiertas en
realidad por Bruno Orden Tierno unos años antes. Ricardo
Apraiz dio la noticia del hallazgo el sábado 11 de agosto
de aquel mismo año y desde entonces, y hasta hoy en que
se ha conocido el abrigo de Peñas Comadres, la nómina de
estaciones con arte prehistórico en el monte alcanza la cifra
de 35, veinte más de las vistas en un primer momento.
De tan notable conjunto, y con la idea de que el visitante
pueda disfrutar de su presencia, se han seleccionado once
abrigos, próximos y de fácil acceso, que por sí mismos articulan una ruta coherente, completa y suficiente para su
conocimiento. El itinerario señalado se apoya en trípodes
colocados al pie de cada una de las covachas, en los que
se encontrará una mínima explicación y una reproducción
gráfica de su contenido. Los textos, breves pero interrelacionados, facilitaran su observación y, a buen seguro, una
mejor comprensión.
Debe recordarse, por lo demás, que todos y cada uno
de los motivos que componen los núcleos pictóricos de
Valonsadero tienen, por ley, la categoría de Bien de Interés
Cultural, por lo que ha de garantizarse su protección y
conservación.
Significado, origen y cronología
Los Peñascales II
Aspectos rituales y religiosos
El análisis de la pintura esquemática de Valonsadero ha
proporcionado un catálogo de más de 530 figuras y, de
acuerdo con las tipologías al uso, su clasificación en 17
tipos según se trate de antropomorfos, parejas, cuadrúpedos, aves, peces, serpentiformes, ídolos, armas, puntos,
barras, zigzags, signos varios (tectiformes, petroglifoides,
ramiformes, esteliformes) y otros motivos de difícil agrupamiento. De este modo el conjunto soriano ha podido
ser relacionado con un millar largo de estaciones de
similar carácter distribuidas por toda la Península Ibérica,
contribuyendo así a su mejor estudio.
De entre todos los motivos destaca el predominio de la
figura humana y animal. Encontramos figuras humanas
de marcado carácter naturalista o seminaturalista –donde
el silueteado de las mismas deja ver algunas de las partes
del cuerpo–, semiesquemáticas –en las que se puede
apreciar un gracioso movimiento de brazos y piernas– o
esquemáticas, reducidas a un simple trazo axial (formando cabeza, tronco y prolongado falo), cortado por dos
arcos más o menos abiertos (extremidades superiores e
inferiores). De igual forma se representa la figura animal,
en especial los cuadrúpedos, cuya esquematización más
generalizada se limita a un trazo horizontal curvado en
ambos extremos (cabeza y rabo) y cuatro apéndices inferiores (patas); el animal, así conformado, puede aparecer
aislado, en manada, paciendo o formando conjunto con
figuras humanas.
El resto de los esquemas, menos abundantes, acompañan
a figuras humanas y a cuadrúpedos y de su asociación
con unas u otros resulta una temática variada y compleja, pero siempre relacionable con los modos de vida
de sus autores.
Compuesta por una amplia variedad de motivos reducidos
a meros esquemas, utiliza como soporte generalizado
superficies, más o menos regulares, de abrigos o covachos
al aire libre, situados en lugares prominentes y destacados,
visibles a gran distancia o cerca de un río. En concreto, se
trata de grandes e irregulares bloques de arenisca, buzados
por lo común al Sur y de corte vertical al Norte, donde sus
amplias viseras o sus breves oquedades se ofrecen como
recintos adecuados para la plasmación de sus motivos.
Arte imaginativo o esquemático, este tipo de manifestación
artística denota, en cualquier caso, una técnica pictórica
simple y uniforme, con predominio de las tintas planas,
bien obtenidas mediante el trazado previo del perfil y el
relleno posterior de pintura, bien con la aplicación directa
del color con los dedos, para los trazos gruesos, o con el uso
de sencillos pinceles de pluma, pelo de animal o útiles de
madera de punta afilada, para los trazos más finos.
El color es siempre el rojo, por ser este el tono del pigmento ferruginoso extraído de las rocas -después molido
y mezclado con aglutinantes orgánicos de naturaleza
proteínica–, y su diversidad cromática vendrá dada por las
diferentes tonalidades de las vetas utilizadas y por el propio
proceso natural de degradación de las pinturas.
El tamaño medio de las figuras oscila entre los 15 y los 20
cm.; en algún caso se superponen, y en otros aprovechan
los accidentes naturales del soporte para completar
su trazado, buscando así cierta sensación de relieve o
volumen.
La temática
La Pintura Esquemática
Modos de vida
Pese a que la abstracción de muchos de los esquemas dificulta su interpretación, existe entre ellos determinadas
composiciones que permiten trazar hipótesis e indagar
en costumbres y ritos de sus autores, poblaciones pastoriles que, de forma intensa y continuada, ocuparon
el reborde montañoso de este lugar desde inicios del
tercer milenio a. de C.
En los abrigos de Valonsadero aparecen figuras humanas
asociadas a cuadrúpedos en plenas tareas de pastoreo y
de caza, mientras otras se enlazan con motivos arbóreos,
como si se tratara de reflejar actividadesrecolectoras; hay
antropomorfos que sujetan con sus manos diversos instrumentos agrícolas; y existen escenas de domesticación
y esquemas que sugieren cerramiento de ganado.
Precisamente, este ciclo diario agro-ganadero quedó
reflejado en el Peñón del Majuelo donde, en un pequeño
friso, se dibujan tres figuras humanas, varios cuadrúpedos, un rectángulo irregular dividido en su mitad
por trazo vertical al modo de redil, dos esteliformes y
una sucesión de líneas horizontales, que tanto podrían
representar un campo irregular labrado como un abrevadero. Una grieta natural divide el panel en dos, y no
parece circunstancial que a la izquierda de la misma, al
pie del sol, se distribuyan sin orden los pastores y sus
animales, mientras a la derecha, bajo la luna, se agrupen
los animales. En cualquier caso, sea o no correcta esta interpretación,
caza, domesticación, pastoreo, recolección e incipiente
agricultura son actividades ampliamente documentadas
en estas “actas” en piedra, testimonio fiel del quehacer
diario de aquellas gentes.
Peñón del Majuelo
El Mirador
Pinturas Rupestres
de Valonsadero
El Mirador
7
Covacho del Morro
2
Las Covatillas
Covachón del Puntal
5
8
EL CHORRÓN
Peña Somera
9
Peñón del
Majuelo
10
Los Peñascales I
3
La Lastra
6
Peñón de la Visera
11
Los Peñascales II
Los Peñascales III
PEÑA DEL TORMAZO
CA
ÑA
5
DE DA
L C DE
UE L N
RV IDO
O
LOS ALTOS
Pinturas de los Abrigos
Alto del Riscal
4
CORRAL
NUEVO
COVACHA DE
PISAHUESOS
3
6
2
1
LAS HOYAS
CA
ÑA
DA
8
7
10
HO
ND 11
A
Texto y dibujos: Juan A. Gómez-Barrera
Fotografías: A. Plaza / Edita: Excmo. Ayuntamiento de Soria
Imprime:
P Ochoa Impresores / Dep. Legal: SO-38/1999
RCS
O-6
0
9
PRC
SO-
59
PRC
SO-
61
La Cabaña
Inicio y final
de recorrido
LOS PEÑONES
Intalaciones
Ecuestres
PRC
SO57
4
1
Hotel Rte.
Valonsadero
EL CHORRÓN
PR
CS
O-
58
CRAS
Arboretum
NÚCLEOS Y ESTACIONES DE ARTE RUPESTRE DE VALONSADERO
La Cuerda del Torilejo y Los Isaces
Casa del
Guarda
Barranco de Valdecaballos
Río
Abrigo I del Barranco de Valdecaballos
Abrigo II del Barranco de Valdecaballos
Ped
CUERDA
DEL RETAMAR
La Cuerda del Torilejo
Los Isaces I
Los Isaces II
raja
s
Paraje de Las Cocinillas
La Tronera
La Peñota
El Pasadizo
La Asomadilla
Barranco del Cubillejo
EL FRONTÓN
Abrigo del Cubillejo
Covacho del Cubillejo
EL TORILEJO
Los Peñones
Peñón del Camino de Pedrajas
Las Marmitas
Abrigo del Pozo
Los Peñones
Abrigo del Tubo
Abrigo Oeste del Peñón(Zona
dedeportiva)
la Sendilla
Cañada del Nido del Cuervo
Camino a La Lastra
Umbria del Colladillo
Peñón de la Solana
Peñas Comadres
Cañada Honda
Tolmo del Morellán
Risco del Portón
Murallón del Puntal
Detalle del recorrido de 1,5 Km. aprox.
señalizado a la izquierda
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