Crisis: ¡Que No Te Sorprenda! por: Héctor Meza ¿Está preparada la empresa para una situación inesperada que puede generarle pérdidas millonarias? En los negocios, así como en la vida misma, prevenir es el factor que marca la diferencia entre salir adelante en una crisis o fracasar. El peor momento para aprender de una situación así es mientras ésta ocurre. Las crisis son tan reales como la muerte y los impuestos, y tanto los individuos como las empresas están en riesgo de pasar por alguna, sin importar qué tan atentos estén. Ninguna característica –ya sea el tamaño, giro, mercado, experiencia, territorio, historia, prestigio, políticas, resultados– exenta a una empresa de experimentar una crisis. Por eso es vital estar preparados, para no ser sorprendidos por una. Crisis: Su Origen y Alcance En los últimos años se ha visto un desfile de catástrofes en las empresas, con efectos desastrosos en la economía y en la confianza del consumidor. Se han perdido fortunas, destrozado reputaciones y algunas marcas han sufrido daños irreparables por esta tormenta llamada crisis. La palabra ‘crisis’, proviene del griego krinein. Este término, aplicado al entorno empresarial, se refiere a un acontecimiento que puede ocasionar resultados potencialmente negativos. Generalmente es una situación que está –o pronto estará– fuera de control. Sin embargo, no todas las veces tiene que ser asociada con negatividad, ya que hay empresas que al realizar un buen manejo de la misma, han logrado convertirla en una oportunidad para mejorar su posicionamiento como la doble connotación que conlleva el símbolo chino. Lidiar con las crisis se ha vuelto parte de hacer negocios, ya que todas las empresas son vulnerables, sólo que de manera distinta. Hay varios tipos de crisis, pero las más comunes son aquellas que involucran la mala conducta corporativa, falla de productos o accidentes desastrosos. Los accidentes involucran comúnmente la pérdida de vidas por una explosión en una planta, alimentos contaminados, accidentes aéreos, desastres naturales, entre otros. Menos dramáticas, pero más a menudo, son las crisis por mala conducta corporativa. Éstas han proliferado durante los últimos años como un mal manejo contable, avaricia ejecutiva, salida de ejecutivos clave y escándalos internos. Las crisis ocurren en cualquier departamento o área de la organización, aunque por lo general sus consecuencias rebasan el área de origen y se extienden incluso fuera de las paredes de la empresa, ocasionando un deterioro de la imagen, funcionamiento o cambios en la estructura de la compañía. ¿A Quién Puede Sucederle una Crisis? Ciertos eventos que les sucedieron a las empresas en las décadas de los 70 y 80 fueron los que dieron origen a lo que hoy conocemos como “Manejo de Crisis”. Pero, invariablemente, surge la pregunta: ¿esto puede sucederle a nuestra empresa? Por mencionar un ejemplo: hace unos meses, a una compañía de productos farmacéuticos –de las más sólidas y experimentadas en el mercado, con ejecutivos expertos en la industria, altos niveles de crecimiento, medidas de calidad y seguridad extraordinarias– le sucedió lo impensable. Su mejor producto, catalogado como el de mayor crecimiento mundial y que le dejaba mayores ganancias, generaba consecuencias y contraindicaciones de las que no había informado a sus consumidores. Los medios, al enterarse, tomaron este caso de inmediato y emitieron el siguiente comunicado: “Si usted consume este producto, puede causarle problemas de salud. Por lo que le recomendamos interrumpir su consumo de inmediato y consultar a su médico. Asimismo, este producto es peligroso. Si lo adquirió o consumió, puede reclamar una compensación”. El mismo día que los medios informaron esta situación, la compañía sufrió una caída en su acción del 27% (casi $25 mil millones de dólares), propiciando una caída del Dow Jones del 0.6%. El manejo de la crisis por parte de esta compañía fue bien ejecutado, ya que de inmediato centralizó información que hablaba sobre su posición oficial y el consumo del medicamento. También tomó la decisión de retirar el producto de los anaqueles, lo cual representó el gasto más elevado en la industria farmacéutica. Al principio, la reputación de la compañía fue duramente cuestionada, además de los rumores, esparcidos por los empleados, que salieron a la luz pública. Sin embargo, esto pudo llegar a una situación peor, como que la competencia utilizara el caso para crear un escándalo en los medios, apuntalar al sindicato, movilizar organizaciones, brindarle recursos legales a los afectados, todos éstos generando sin duda un gran daño financiero. En resumen, las consecuencias sumaron grandes pérdidas, pero la empresa logró controlar el impacto negativo al realizar un adecuado manejo de la crisis. ¿Crisis a Nosotros?... ¡No se Arriesgue! Ahora, ¿está usted seguro de que esto no puede ocurrirle a su compañía? Piense en casos como los de: Ford, Perrier, Enron, Goodyear, Lipton, Arthur Andersen, Exxon, Tylenol (J&J), Intel, Procter & Gamble, Hyatt Regency, Jack in the Box, Pepsi, Dow Corning, Coca-Cola, Jewel, por sólo nombrar algunos. El detonador de una crisis puede ser tan subjetivo como una expectativa, una suposición o una creencia. La gama de posibilidades es muy amplia y compleja. Puede surgir de un estado de emergencia intangible, un rumor, una sensación de molestia o inconformidad por parte de un cliente, un mal servicio, un escándalo sexual, un problema fiscal, el estado de ebriedad de un ejecutivo, errores de proveedores, declaraciones del personal, la salida de un ejecutivo importante, movimientos del mercado bursátil, entre muchos otros. Cualquiera de estos elementos, aunado a la combinación de la influencia de los medios de comunicación y de algún oportunista que quiera agudizarla para sacar provecho, puede generarle una crisis operacional y, por ende, en la mayoría de los casos, comunicacional. Cómo Identificar Si su Empresa está por Vivir una Crisis Por lo general, las crisis se caracterizan por: ocurrir de manera sorpresiva, la necesidad de tomar decisiones bajo presión severa de tiempo y bajo condiciones de inseguridad, contar con información insuficiente, intensificación de acontecimientos, inicio de pérdida de control, escrutinio intenso de las audiencias internas y externas, principio de una actitud defensiva o temerosa, pánico y la resolución moviéndose al terreno público. Cualquier elemento, o su combinación, podría ser un detonador que haga estallar una crisis. Con la experiencia de la que se dispone actualmente, uno de los mejores ejercicios para controlar crisis es disponer de las medidas, el equipo, la capacidad y las habilidades necesarias para manejarla con éxito. En muchas ocasiones, la crisis no puede preverse, pero sí está en manos de la empresa controlar los impactos que ésta genere. Lo recomendable es estar listos para cuando llega una crisis. ¿Estamos Preparados para Afrontar una Crisis? Enfrentar una crisis podría ocasionar a la empresa gastos extraordinarios y millonarios para reparar el daño, mientras que el actuar proactivamente permite que el riesgo se reduzca y que la compañía esté preparada con una mínima inversión. Es importante tomar en cuenta que si bien no siempre la prevención evitará que una crisis ocurra, el estar preparados traerá importantes ahorros, pero sobre todo, en la mayoría de los casos, el impacto será menor y el tiempo de respuesta prácticamente mínimo. Un ejemplo de un caso hipotético es el contratar un seguro de gastos médicos. Se trata de una inversión cuyos resultados se perciben al momento de utilizarlo. Normalmente nos pesa pagar la póliza, pero llegado el momento, nos alegramos mucho al saber que al menos contamos con su respaldo. La forma en que se presente la crisis determinará, en gran parte, la manera en que se enfrentará y se resolverá. Por eso es importante contar con una estrategia capaz de identificar los diversos escenarios, así como las acciones que pueden llevarse a cabo en cada uno de éstos. Es de suma importancia que el plan de contingencia abarque un modelo de comunicación capaz de facilitar la toma de decisiones y, a su vez, lleve a la resolución más adecuada, efectiva y rápida. A diferencia de un buen vino, las crisis no mejoran con el tiempo; por eso hay que brindar información adecuada en el momento oportuno a las diferentes audiencias objetivo. Ésta es la forma más efectiva para minimizar los daños. Preparando a su Empresa: Piense lo Impensable En momentos de crisis, lo más importante es saber cómo hacerle frente y actuar de manera preactiva, y no reactiva. Estar preparados es responsabilidad de los directivos de la empresa, así como tener previsto cómo actuar en una situación de éstas y preservar la calma por trágica que sea. Existen lineamientos para asegurarse que la empresa está preparada para afrontar una crisis y cuenta con la capacidad y habilidad para el manejo potencial, ya que muchas empresas lejos de tener una planeación adecuada, actúan de manera reactiva. Asumiendo que su empresa ya identificó a un experto en manejo de crisis, tanto interno como el apoyo de una empresa consultora, debe tener una estrategia similar a un portafolio financiero, llamado “portafolio de crisis”. El portafolio de crisis es una herramienta para analizar y evaluar los riesgos. Por ejemplo, existen crisis financieras (ej.: técnico económicas), legales (ej.: pérdida de información propietaria), psicópatas (ej.: sabotaje) y desastres industriales. Probablemente no es posible tener un plan para cada crisis potencial, sin embargo, es básico identificar aquellas que representen una mayor amenaza para la organización: se trata de pensar en lo impensable. No debemos olvidar que un buen manejo de crisis ayuda a conservar la credibilidad de la empresa, disminuyendo los efectos negativos que conlleva una crisis, mediante la transformación de situaciones críticas en una oportunidad positiva. Un manejo adecuado consiste en identificar riesgos, clasificarlos y detectar los que pueden traer consecuencias públicas. Es importante integrar este proceso a la organización, sin embargo, cabe resaltar que cada empresa tendrá que adecuar algunas sugerencias aquí descritas, a su situación particular. Identificar el Tipo de Crisis Primero que nada, resulta importante saber que existen dos grandes tipos de crisis: las predecibles y las impredecibles. Las predecibles son aquellas que por su naturaleza pueden identificarse anticipadamente, permitiendo estructurar un plan de preparación y manejo. Si la empresa no presenta un caso de crisis evidente, es el momento de iniciarlo, pues permitirá reconocer las debilidades de la empresa para aminorar las consecuencias negativas que una crisis puede ocasionar. Pueden ser controladas al principio de su ciclo, evitando su avance, pero si la crisis resulta inevitable, su ciclo de vida avanzará y las fases en la dimensión de ejecución deberán ser llevadas a cabo. Por otra parte, las impredecibles son las que se presentan de imprevisto, para las cuales se debe adoptar un plan de acción rápido y eficiente. Las crisis impredecibles comparten la característica de tener que ser manejadas bajo el estricto régimen de un proceso acelerado de tres fases, en el cual después de la detección, las actividades de preparación y ejecución deberán realizarse prácticamente de manera simultánea. Fases del Manejo de Crisis 1) Detección: Identificar las vulnerabilidades de la empresa para detectar de manera temprana una crisis o una situación que pueda desencadenarla, pues de las primeras acciones depende en gran medida el manejo adecuado de ésta. Herramientas: Sondeo de opinión, análisis y categorización. 2) Preparación: La preparación no sólo abarca el desarrollo de procedimientos para garantizar la efectividad de respuesta en caso de que una crisis se presente, sino que también abarca un razonamiento que lleve a la implantación de medidas preventivas permanentes que servirán para evitar la llegada de una crisis y/o disminuir sus consecuencias negativas. Por lo tanto, la preparación para el manejo de crisis es un proceso continuo y constante que debe ser incorporado al desempeño normal de actividades de cualquier organización. Todas las organizaciones están expuestas a sufrir algún tipo de crisis, pero si tenemos una visión a futuro, podremos identificarlas a tiempo y adoptar un plan de acción para afrontarlas. Todos pueden sufrir accidentes, el riesgo cero no existe, pero prepararse para manejar esos accidentes y sus implicaciones reduce consecuencias. Llevar a cabo con éxito esta fase sentará las bases para manejar adecuadamente los momentos de crisis. Herramientas: Disminución de riesgos, disminución de consecuencias negativas, prioritizar acciones preventivas, asignación de responsables (comité) y tiempos. 3) Simulacro: Los simulacros de crisis deberán llevarse a cabo, al menos, una vez al año. Y si la empresa es propensa a sufrir o desencadenar una serie de crisis o ha tenido rotación de personal que incluya a miembros del equipo de crisis deberán agendarse sesiones adicionales. Herramientas: Creación de testimonios, planeación de estrategia específica, ensayos y segmentación de las audiencias. 4) Manejo: A través de un plan estructurado, es un proceso que busca minimizar los daños potenciales para el negocio y ayuda a recuperar el control de la situación al momento de manifestarse una crisis. Herramientas: Comité de crisis, disposición de documentos, determinación de la magnitud y planeación estratégica. 5) Recuperación: Posterior a una crisis, deben tomarse medidas para dar seguimiento a las actividades llevadas a cabo durante el manejo, así como emprender acciones que contribuyan a la recuperación de la credibilidad y buena imagen de la empresa, la cual deberá mantener su posición y explicar a las diferentes audiencias las medidas tomadas para solucionar la crisis. Herramientas: Resumen de acciones tomadas, retroalimentación, documentar avances y monitoreo. 6) Aprendizaje: Esta etapa consiste en realizar una evaluación del daño y de la manera en que se manejó la crisis. Herramientas: Evaluar el impacto, analizar sistemáticamente, incorporar el aprendizaje para futuros manejos. Los momentos de crisis son de decisión, responsabilidad y compromiso. Las crisis van a ocurrir y podrían dañar intensamente la salud de su organización que le ha costado construir y en fracciones de segundos podrían destrozarla. Bajo una analogía médica, ya hay tratamiento disponible, el cual puede eliminar muchas crisis o minimizar el impacto de otras. Nosotros recomendamos la prevención, ya que reconstruir la credibilidad de la cual se goza puede costar muy caro… pero eso ya es decisión de cada paciente. Principales Tipos de Empresas Propensas a Crisis 1 Farmacéuticas 2 Manufactureras de Software 3 Aseguradoras 4 Aerolíneas 5 Servicios de Salud 6 Petroleras 7 Telecomunicaciones 8 Tiendas de Autoservicio 9 Bancos 10 Manufactureras de Autos * Rankeado de acuerdo a porcentajes de 2004 * Fuente : Institute Of Crisis Management DATOS DE INTERÉS 90% de los negocios que pierden datos en un desastre es forzado a cerrar tras dos años. 75% de las empresas no se encuentran para manejar una crisis fuera de lo común (Ian Mitroff). 75% de las veces, una compañía es señalada culpable por algo que no cometió. “No es la crisis la que causa la caída potencial de la compañía, sino el mal manejo de la misma” (Héctor Meza, InfoSol). 43% de las empresas que sufren desastres no se recuperan. (London Chamber Of Commerce). 39% de las empresas no tienen un procedimiento para Manejo de Crisis (American Management Association). 25% de un Gerente de Comunicación debe de enfocarse a la planeación de Manejo de Crisis. 46% de las empresas no tienen un Comité de Crisis (American Management Association). No siempre tienes que crear la crisis para ser parte de ella. (Héctor Meza, InfoSol) Tras estar en crisis, 10% de las empresas de Fortune perdieron el 25% del valor de su acción en el periodo de un mes (Lippincott Mercer). Fuente: Infosol