Facultad de Ciencias Sociales (UBA) Año 2015 Carrera de Trabajo Social Materia: Derecho Cátedra: Del Mazo UNIÓN CONVIVENCIAL Actualmente el concubinato en Argentina no posee un marco regulatorio que le otorgue efectos legales de relevancia. Solamente se le reconocen al conviviente algunas prestaciones previsionales y se suelen dar algunas ventajas, por ejemplo para adquirir créditos bancarios, a los que posean el correspondiente certificado de convivencia o concubinato. En el ámbito de la seguridad social, se reconoce el derecho de pensión por fallecimiento al que tenga la posibilidad de acreditar haber convivido públicamente en aparente matrimonio durante por lo menos cinco años inmediatamente anteriores al fallecimiento. Dicho plazo se reduce a dos (2) años cuando existen hijos reconocidos por ambos convivientes. MODIFICACIONES DEL NUEVO CODIGO CIVIL Y COMERCIAL: FUNDAMENTACION: La regulación jurídica de estas uniones siempre genera debate; obviamente, los inconvenientes aumentan cuando se pretende la armonización en los espacios integrados (Mercosur, Unión Europea, etc.). El Código ha afrontado esa dificultad. Los puntos de partida que dan base la regulación prevista, entre otras normas, en los arts. 509/528, son los siguientes: a) Verificación del incremento considerable del número de parejas que tienen vida familiar en una relación previa o alternativa al matrimonio. Las razones por las cuales una pareja decide no contraer matrimonio son variadas: una opción personal y voluntaria, razones legales, económicas, ideológicas, culturales, etc. En la Argentina, si bien muchas personas deciden libremente hacer vida familiar sin contraer matrimonio, hay también muchas personas que conviven de ese modo, porque la mujer se encuentra en una situación de inferioridad, económica, social o cultural, que le impide exigir al hombre, proveedor de los recursos económicos, formalizar esa unión. b) Reconocimiento de que la no regulación y la carencia de todo efecto generan situaciones de notoria injusticia. Diez Picazo afirma: "Hay que decir que las pretensiones que normalmente se formulan en las llamadas uniones de hecho se refieren, por lo general, al momento de la liquidación y son justas y atendibles”. Precisamente, en la Argentina, estas uniones han ingresado en el ámbito de la seguridad social (pensiones) y en el de locaciones (continuadores de la locación) y hoy entran de lleno en el Código Civil. c) Existe un derecho a no contraer matrimonio; o sea, al lado de la libertad positiva (casarse) se ubica la libertad negativa, de manera que contraer matrimonio no es un deber u obligación. La libertad matrimonial exige que ninguna persona deba asumir el estado civil de casado ni las radicales consecuencias jurídicas, personales y patrimoniales que éste conlleva contra su voluntad. En otras palabras, el ordenamiento no puede imponer a los particulares la celebración de un matrimonio, del mismo modo que no puede prohibirlo". Sin embargo, el derecho a vivir en pareja sin contraer matrimonio no implica que esas uniones no configuren "vida familiar" y no tengan efecto jurídico alguno. Resulta autocontradictorio que los integrantes de una pareja exijan solidaridad al Estado (en el régimen de la seguridad social, al pretender cobertura por pensiones, por ej.) y a los demás (al reclamar legitimación para ser sucesores en los vínculos contractuales locativos) pero, al mismo tiempo, pretendan vivir sin ningún tipo de responsabilidad interna. d) Dado que hay un derecho a la vida familiar y a no casarse, el legislador no puede aplicar a la unión convivencial todos los efectos del matrimonio, porque esa solución implica eliminar la opción, la autonomía, la elección de no casarse, desde que de una u otra manera se aplicarán los mismos efectos. Por lo tanto, y conforme a su propia realidad, el legislador debe decidir qué efectos corresponde aplicar y cuáles no. La reforma argentina consideró que para respetar la autonomía (libertad) y también la solidaridad y responsabilidad familiares, independientemente de los pactos que los integrantes puedan celebrar, se debe regular el deber de asistencia, la protección de la vivienda familiar y el régimen de las compensaciones económicas. Facultad de Ciencias Sociales (UBA) Carrera de Trabajo Social Materia: Derecho Año 2015 Las voces discrepantes no faltan. Para unos, la protección es notoriamente insuficiente, dado el alto margen de uniones convivenciales que tienen fuente en la vulnerabilidad de uno de los integrantes, en especial, la mujer; para otros, la regulación es excesiva, en tanto acerca en demasía la unión convivencial a la matrimonial, suprimiendo, prácticamente, la autonomía de la voluntad. El Código adopta una solución transaccional, fundada en el valor solidaridad, para poder cubrir las modalidades existentes en la sociedad argentina. A partir del 1° de agosto de 2015, el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, entra en vigencia con importantes cambios respecto del concubinato otorgándoles una serie de efectos legales que analizaremos a continuación, para certificar la unión de dos personas del mismo o de diferente sexo, basada en una relación afectiva, que conviven y comparten un proyecto de vida en común (art. 509) Se prioriza la autonomía de la voluntad de la pareja, la cual puede, a través de pactos de convivencia, regular diferentes aspectos de su vida en común: económicos, alimentarios, responsabilidades, etc. Se establece la protección de la vivienda familiar y, en caso de muerte de uno de los convivientes, se otorga al sobreviviente el derecho de habitación gratuito del hogar que compartían por un plazo de dos años El nuevo código le dedica un título independiente a las “Uniones convivenciales”, el título III dentro del libro segundo “Relaciones de familia”, ocupando los artículos 509 al 528. FORMALIDADES: Para que la unión convivencial tenga los efectos jurídicos que le otorga el nuevo código, el artículo 510 establece ciertos requisitos: 1. 2. los dos integrantes sean mayores de edad; no estén unidos por vínculos de parentesco en línea recta en todos los grados, ni colateral hasta el segundo grado; 3. no estén unidos por vínculos de parentesco por afinidad en línea recta; 4. no tengan impedimento de ligamen ni esté registrada otra convivencia de manera simultánea; 5. mantengan la convivencia durante un período no inferior a dos años. Solamente con fines probatorios, se establece que la existencia de la unión convivencial, su extinción y los pactos que los integrantes de la pareja hayan celebrado, se inscriban en el registro que corresponda a la jurisdicción local. Esto quiere decir, que no es necesario que la unión esté inscripta en el registro para que tenga efectos jurídicos, pero la inscripción da prueba suficiente de su existencia y la hace oponible a terceros. De no haberse registrado, el código admite cualquier otro medio probatorio. No procede una nueva inscripción de una unión convivencial sin la previa cancelación de la preexistente en el registro. Asimismo se dispone que la registración de la existencia de la unión convivencial deba ser solicitada por ambos integrantes. Facultad de Ciencias Sociales (UBA) Carrera de Trabajo Social Materia: Derecho Año 2015 PACTOS DE CONVIVENCIA: El nuevo código admite que se suscriban “Pactos de convivencia” mediante los cuales los convivientes: por escrito y pueden regular, la contribución a las cargas del hogar durante la vida en común; la atribución del hogar común, en caso de ruptura; la división de los bienes obtenidos por el esfuerzo común, en caso de ruptura de la convivencia, entre otras cuestiones. El artículo 515, establece como límite de los mismos el orden público, la igualdad de los convivientes, que se afecten los derechos fundamentales de cualquiera de los integrantes de la unión convivencial. Los pactos pueden ser modificados y rescindidos por acuerdo de ambos. Si cesa la convivencia, cesan de pleno derecho los pactos suscriptos. Son oponibles a terceros siempre que se inscriban en el registro creado al efecto. Los pactos no pueden dejar sin efecto el deber de asistencia, el deber de contribuir ambos convivientes a los gastos domésticos del hogar, la solidaridad de los convivientes por las deudas contraídas por uno de ellos con terceros para solventar las necesidades ordinarias del hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos, y el deber que tienen los convivientes de protección al hogar. Las relaciones patrimoniales entre los convivientes se rigen por lo acordado en los pactos de convivencia. Sino los hubieran celebrado, cada integrante de la unión ejerce libremente las facultades de administración y disposición de los bienes de su titularidad, con la restricción regulada para la protección de la vivienda familiar y de los muebles indispensables que se encuentren en ella. DEBERES DE LOS CONVIVIENTES 1. Se deben asistencia durante la convivencia; 2. Tienen la obligación de contribuir ambos convivientes a los gastos domésticos del hogar; 3. Son solidariamente responsables por las deudas contraídas por uno de ellos con terceros para solventar las necesidades ordinarias del hogar o el sostenimiento y la educación de los hijos; 4. Protección de la vivienda familiar: Si la unión convivencial ha sido inscripta, ninguno de los convivientes puede, sin el asentimiento del otro, disponer de los derechos sobre la vivienda familiar, ni de los muebles indispensables de ésta, ni transportarlos fuera de la vivienda. Sin embargo, el juez puede autorizar la disposición del bien si es prescindible y el interés familiar no resulta comprometido. Si no media esa autorización judicial, el que no ha dado su asentimiento puede demandar la nulidad del acto dentro del plazo de caducidad de seis meses de haberlo conocido, y siempre que continuase la convivencia. La vivienda familiar no puede ser ejecutada por deudas contraídas después de la inscripción de la unión convivencial, excepto que hayan sido contraídas por ambos convivientes o por uno de ellos con el asentimiento del otro. 5. El cónyuge o conviviente de un progenitor debe cooperar en la crianza y educación de los hijos del otro, realizar los actos cotidianos relativos a su formación en el ámbito doméstico y adoptar decisiones ante situaciones de urgencia. Hasta la reforma los convivientes no tenían una acción legal para mantener el bien destinado a la vivienda o inclusive los bienes muebles necesarios para el uso del mismo, en caso de que uno de los dos decidiera enajenarlos o donarlos. El nuevo código le da una protección especial a la vivienda familiar objeto de la unión convivencial. Facultad de Ciencias Sociales (UBA) Carrera de Trabajo Social Materia: Derecho Año 2015 CESE DE LA UNIÓN CONVIVENCIAL: Están establecidas por el art. 523 1. por la muerte de uno de los convivientes; 2. por la sentencia firme de ausencia con presunción de fallecimiento de uno de los convivientes; 3. por matrimonio o nueva unión convivencial de uno de sus miembros; 4. por el matrimonio de los convivientes; 5. por mutuo acuerdo; 6. por voluntad unilateral de alguno de los convivientes notificada fehacientemente al otro; 7. por el cese de la convivencia mantenida. La interrupción de la convivencia no implica su cese si obedece a motivos laborales u otros similares, siempre que permanezca la voluntad de vida en común. COMPENSACIÓN ECONÓMICA Una vez cesada la convivencia, el código prevé la posibilidad de una compensación económica para el conviviente que sufre un desequilibrio manifiesto que signifique un empeoramiento de su situación económica con causa adecuada en la convivencia y en su ruptura. La compensación puede consistir en una prestación única o en una renta por un tiempo determinado que no puede ser mayor al plazo que duró la unión convivencial. Puede pagarse con dinero, con el usufructo de determinados bienes o de cualquier otro modo que acuerden las partes o en su defecto decida el juez. LA COMPENSACIÓN ECONÓMICA LA FIJA EL JUEZ Y TOMARA COMO BASES LAS SIGUIENTES CIRCUNSTANCIAS: 1. 2. el estado patrimonial de cada uno de los convivientes al inicio y a la finalización de la unión; la dedicación que cada conviviente brindó a la familia y a la crianza y educación de los hijos y la que debe prestar con posterioridad al cese; 3. la edad y el estado de salud de los convivientes y de los hijos; 4. la capacitación laboral y la posibilidad de acceder a un empleo del conviviente que solicita la compensación económica; 5. la colaboración prestada a las actividades mercantiles, industriales o profesionales del otro conviviente; 6. la atribución de la vivienda familiar. La acción para reclamar la compensación caduca a los seis meses de haber finalizado la convivencia. ATRIBUCIÓN DEL USO DE LA VIVIENDA FAMILIAR En caso de que uno de los convivientes tenga a su cargo el cuidado de hijos menores de edad con capacidad restringida o con discapacidad o, si se acredita la extrema necesidad de una vivienda y la imposibilidad de procurársela de forma Facultad de Ciencias Sociales (UBA) Carrera de Trabajo Social Materia: Derecho Año 2015 inmediata, el juez puede atribuirle por un tiempo determinado -el que no puede exceder de dos años desde el cese de la convivencia- el uso del inmueble que fue sede de la unión convivencial. A pedido de parte, el juez puede establecer una renta compensatoria por el uso del inmueble a favor del conviviente a quien no se atribuye la vivienda, que el inmueble no sea enajenado por un plazo sin el acuerdo expreso de ambos y que el inmueble en condominio de los convivientes no sea partido ni liquidado. La decisión produce efecto frente a terceros si se inscribe en el registro correspondiente. Si se tratara de un inmueble alquilado, el conviviente no locatario tiene derecho a continuar en la locación hasta el vencimiento del contrato, manteniéndose el obligado al pago y las garantías que primitivamente se constituyeron en el contrato. La atribución de la vivienda cesa por el cumplimiento del plazo fijado por el juez, por el cambio de circunstancias que se tuvieron en cuenta para su fijación y por las causas de indignidad previstas en materia sucesoria. DISTRIBUCIÓN DE LOS BIENES Al producirse el cese de la unión convivencial la distribución de los bienes se efectuará conforme lo establecieron los convivientes. A falta de pacto, el art. 528 dispone que los bienes adquiridos durante la convivencia se mantienen en el patrimonio al que ingresaron, sin perjuicio de la aplicación de los principios generales relativos al enriquecimiento sin causa, la interposición de personas y otros que puedan corresponder. Como puede advertirse, el código no dispone una forma novedosa de repartición de los bienes más allá de la introducción del instituto de los pactos de convivencia. OTRAS DISPOSICIONES: ADOPCIÓN: El nuevo código reconoce a la unión convivencial como posible adoptante. El artículo 602 establece como regla general que los convivientes pueden adoptar sólo si lo hacen conjuntamente. La adopción unipersonal puede ser admitida en caso de que el conviviente haya sido declarado incapaz o de capacidad restringida y la sentencia no le otorgue consentimiento válido para ese tipo de actos. En ese caso debe ser oído el Ministerio Público y, en su caso, el curador -o un curador ad litem-. Se prevé la adopción integradora, en caso de que uno de los convivientes decida adoptar al hijo del otro, sea menor o mayor de edad. FILIACIÓN: La convivencia de la madre durante la época de la concepción hace presumir el vínculo filial a favor de su conviviente, excepto oposición fundada. Facultad de Ciencias Sociales (UBA) Carrera de Trabajo Social Materia: Derecho Año 2015 ALIMENTOS: La regla con respecto a la obligación alimentaria del conviviente respecto de los hijos del otro es subsidiaria y cesa en los casos de ruptura de la unión convivencial. La excepción es que si el cambio puede producirle un grave perjuicio al niño o adolescente y durante la convivencia el conviviente asumió el sustento del hijo del otro, puede fijarse una cuota asistencial con carácter transitorio. HERENCIA: Los convivientes solo podrán heredar si así lo hubiera establecido el causante por testamento, y siempre que se respete la legítima de los herederos legítimos. JURISDICCIÓN: Las acciones que surjan como consecuencia de la unión convivencial deben presentarse ante el juez del domicilio efectivo común de las personas que la constituyen o del domicilio o residencia habitual del demandado. Asimismo, en todo el cuerpo normativo, se le otorga legitimidad al conviviente para entablar distintas acciones asimilándolo al cónyuge en muchos casos, puede ser beneficiario del régimen de vivienda de los arts. 244 y siguientes, entre otras disposiciones. Facultad de Ciencias Sociales (UBA) Carrera de Trabajo Social Materia: Derecho Año 2015 CONCLUSIÓN: …El nuevo Código adopta una solución transaccional, fundada en el valor solidaridad, para poder cubrir las modalidades existentes en la sociedad argentina… Siendo el concubinato un fenómeno social que se da cada vez con mayor frecuencia en Argentina, era preciso que se den algunas pautas para su regulación y garantizar la igualdad de los convivientes, dándoles ciertos derechos y efectos jurídicos, buscando la protección de la familia y del proyecto familiar, para aquellas personas que toman la decisión de vivir bajo esa modalidad. …Pero dado que hay un derecho a la vida familiar y a no casarse, el legislador no puede aplicar a la unión convivencial todos los efectos del matrimonio, porque esa solución implica eliminar la opción, la autonomía, la elección de no casarse, desde que de una u otra manera se aplicarán los mismos efectos. Por lo tanto, y conforme a su propia realidad, el legislador debe decidir qué efectos corresponde aplicar y cuáles no. La reforma argentina consideró que para respetar la autonomía (libertad) y también la solidaridad y responsabilidad familiares, independientemente de los pactos que los integrantes puedan celebrar, se debe regular el deber de asistencia, la protección de la vivienda familiar y el régimen de las compensaciones económicas… Como dice Carbonnier, soluciones semi-satisfactorias pueden hacer la vida común tolerable, y representar un paso importante en la evolución del derecho hacia soluciones más justas. Por lo demás, nadie puede negar el avance que supone pasar de un régimen que nada protege, a otro que abre el camino de la protección; puede ocurrir que el tiempo muestre que sea necesaria mayor amplitud a la prevista o, por el contrario, que se acredite que debe dar más juego aún a la autonomía. En otros términos, el Código permite subir al escenario normativo a distintas formas familiares; le son, pues, aplicables las palabras del juez William Brennan, quien en su disidencia en la sentencia recaída en Michael H c/ Gerald, de 1987, dijo: "No somos una sociedad asimiladora, homogénea, sino una facilitadora, pluralista, en la que debemos estar dispuestos a respetar a alguien desconocido o incluso una práctica repelente, porque el mismo impulso tolerante protege nuestra propia idiosincrasia" Facultad de Ciencias Sociales (UBA) Carrera de Trabajo Social Materia: Derecho Año 2015 BIBLIOGRAFÍA SOBRE UNIONES CONVIVENCIALES: DOCTRINA: ‐ LAS NUEVAS REALIDADES FAMILIARES EN EL CÓDIGO CIVIL Y COMERCIAL ARGENTINO DE 2014. POR AÍDA KEMELMAJER DE CARLUCCI. ‐ VILLAGRASA ALCAIDE, CARLOS, "¿DERECHOS DE FAMILIA Y FAMILIAS SIN DERECHOS?. 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