Conflictos con derecho a examen

CONSULTORIO LABORAL
Conflictos con derecho a examen
MIGUEL ÁNGEL MORCILLO PINEDA, profesor de la Universidad Blanquerna, Universidad Ramón Llull
U
na empresa pregunta si es obligatorio conceder a un trabajador permiso para presentarse
a exámenes relacionados con estudios
ajenos al trabajo que desempeña.
El Estatuto de los Trabajadores, en su
artículo 23 establece genéricamente
el derecho de los trabajadores a concurrir a exámenes. En dicho precepto
se distinguen dos situaciones:
1. El permiso para concurrir a exámenes.
2. La preferencia para elegir turno
de trabajo con objeto de seguir
estudios.
En el Estatuto no se dice si estos permisos son o no remunerados remitiéndose, en cuanto a las condiciones de
ejercicio de este derecho, a lo que establezcan los convenios colectivos. Hay
que acudir, por tanto, al Convenio Colectivo, con respecto a las condiciones
de ejercicio de ese derecho individual.
El convenio dice que “todos los trabajadores tienen derecho a 30 horas
anuales dentro de su jornada laboral
para su formación en el propio centro
o a permisos para la formación externa”. En principio, para concurrir a
exámenes, si los mismos no guardan
relación con el trabajo, habría que entender que el permiso debe concederse pero sin carácter retribuido. Y ello
porque el trabajador no puede decidir
los días y horas en que debe realizarse
el examen pero, al mismo tiempo, no
debe ser la empresa la que soporte el
perjuicio económico que representa
su ausencia.
Sin embargo, varias sentencias, especialmente de la Comunidad Valenciana, han determinado que hay que
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aplicar el artículo 23 del Estatuto, en
su más amplia interpretación, esto es,
no solo como la posibilidad de ausentarse del trabajo sino también entendiendo que esa ausencia debe considerarse como permiso retribuido. Así
lo expresan, entre otras, las sentencias
del TSJ de la Comunidad Valenciana
de 7 julio de 1998; 30 de septiembre
de 1999 y 18 de julio de 2000.
Por otra parte, otras dos sentencias,
una de la Comunidad Valenciana y
otra de Castilla La Mancha advierten
de que los permisos retribuidos para la
formación no necesariamente han de
referirse a estudios relacionados con
la profesión que desempeñe el trabajador en la empresa. Finalmente una
sentencia del TSJ de Aragón razona
sobre la relación de unos determinados estudios con el trabajo del empleado de forma muy favorable a la
consideración de esa relación aunque
tenga carácter remoto.
Por otra parte el Convenio número
140 de la Organización Internacional
del Trabajo (O.I.T.), que se refiere a
las acciones formativas “dirigidas al
desarrollo o adaptación de las cualificaciones técnico profesionales del trabajador o a su formación profesional”,
establece una serie de pautas a seguir
para la concesión de permisos individuales remunerados para la realización de cursos obligando a la empresa
a motivar la eventual denegación del
permiso. Por tanto, en mi opinión, el
trabajador tiene derecho a esos premisos con carácter retribuido.
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na empresa previendo que los
próximos meses es posible que
se lleven a cabo distintas consultas electorales en distintos niveles,
pregunta cómo se regulan los permi-
sos de que disponen los trabajadores
para ejecutar su derecho al voto.
Normalmente, las elecciones se suelen
celebrar en días festivos, lo cual elimina muchas situaciones de incertidumbre en cuanto al ejercicio del derecho
al voto.
Por otra parte, la presentación de candidaturas y el desarrollo de las campañas electorales también plantean
dudas acerca de los derechos que los
trabajadores pueden tener en relación
con su participación en estos actos.
El Real Decreto 605/1999 de 19 abril
de Regulación Complementaria de
los Procesos Electorales (modificado
en 2002) se ocupa de dar respuesta
a las cuestiones básicas en relación
con estos procesos. Con anterioridad
a la jornada electoral, si el trabajo se
presta lejos de domicilio habitual, el
trabajador puede disponer de hasta
cuatro horas de permiso retribuido
para formular personalmente la solicitud de certificación acreditativa de
su inscripción en el censo, así como
para la remisión de su voto por correo.
En la jornada electoral los trabajadores
tienen derecho a un permiso de cuatro
horas en su horario laboral, con carácter retribuido. Si el trabajo se presta en
jornada reducida, el permiso se disfrutará con la reducción proporcional.
Los trabajadores que sean nombrados
presidente o vocal de las mesas electorales y los que acrediten su condición
de Interventores, tienen permiso de
jornada completa retribuida el día de
la votación y una reducción de jornada
de 5 horas el día inmediatamente posterior. Los Apoderados tienen asimismo derecho a un permiso retribuido
de toda la jornada laboral del día de la
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votación, siempre que dicha fecha no
coincida con la de descanso laboral.
Los trabajadores nombrados presidente o vocal de las mesas
El Real Decreto prevé, en relación con
los funcionarios públicos y el personal
al servicio de la Administración del Estado y sus organismos autonómicos
(incluido el de la Seguridad Social),
que cuando estos se presenten candidatos a la elección correspondiente,
previa solicitud, podrán ser dispensados de la prestación de servicios durante la campaña electoral.
completa retribuida el día de la votación y una reducción
Si el día de las elecciones no es festivo, se considerará inhábil a efectos
escolares. El permiso por la campaña
electoral, se ha planteado también
respecto de los trabajadores por cuenta ajena, manteniéndose al respecto
posiciones diferentes. Cuando en el
convenio correspondiente no exista
norma al respecto, habrá que acudir
a lo dispuesto en el artículo 37.3 d) del
Estatuto de los Trabajadores, según el
cual el trabajador, previo aviso y justificación, podrá ausentarse del trabajo,
con derecho a remuneración, “por el
tiempo indispensable para el cumplimiento de un deber inexcusable de carácter público y personal comprendido
el derecho de sufragio activo“.
A
unque parezca infrecuente la
situación, lo cierto es que ciertas empresas siguen teniendo
dudas acerca del momento del alta en
Seguridad Social.
La consultante pregunta si es valido
el día tramitada el mismo día del comienzo de la prestación de servicios,
en relación con la responsabilidad de la
empresa en los accidentes de trabajo.
A tal pregunta da respuesta la Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía de 18 de octubre
de 2006.
Los hechos probados de la sentencia
establecen que un trabajador sufrió
un accidente de trabajo cuando aún
no llevaba una hora de trabajo en la
empresa, falleciendo como consecuencia del mismo. El trabajador había
sido contratado ese mismo día. Dice
la sentencia que, mientras el trabaja-
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electorales y los interventores, tienen permiso de jornada
de jornada de 5 horas el día inmediatamente posterior
dor se fue hacia el domicilio particular
donde tenía que realizar el trabajo, el
empresario acudió a la gestoría para
tramitar su alta en la Seguridad Social,
lo que no logró hasta tiempo después
por no funcionar correctamente la conexión informática.
El caso, es ciertamente extremo pero,
precisamente por ello, es adecuado
para determinar el alcance de las normas sobre el particular.
La sentencia señala que el artículo
32.3.1 del Real Decreto 84/1996 de
26 de enero, establece la obligación
de presentar la solicitud de alta en la
Seguridad Social con carácter previo
al comienzo de la prestación de servicios por el trabajador, sin excepción
alguna pues, aún en el caso en que
el día o días anteriores fueran inhábiles, la solicitud debe ser previa al
comienzo al trabajo. Justamente, la
posibilidad de llevar a cabo la solicitud
por medios electrónicos, informáticos
o telemáticos, trata de solventar esos
problemas.
Pero, en todo caso, como dice la
sentencia “el precepto es claro en el
sentido de que la solicitud de alta se
debe presentar con carácter previo
al comienzo de la prestación de servicios, no, en el mismo momento, ni
algunos minutos después, sino con
carácter previo e incluso, en casos
excepcionales, cuando el día o días
anteriores al comienzo de la prestación de servicios sean inhábiles, se
debe remitir con anterioridad también al inicio de la prestación de servicios por telegrama, fax o cualquier
otro medio electrónico, informático
o telemático”.
La admisión de estos medios no exime,
en modo alguno, de dicha obligación
sino que por el contrario, los medios
indicados son adecuados “para ser
utilizados también previamente” y,
cuando no se produce esta alta previa, recae la responsabilidad directamente en la empresa por falta de
afiliación. Por referencia al caso que
estudia esta sentencia resulta que el
alta se produjo tan solo unos minutos
después de que el trabajador sufriera
el fatal accidente.
Y, pese a que el empresario demostró su voluntad de cursar el alta en la
Seguridad Social, lo cierto es que lo
hizo “con posterioridad al accidente,
con lo cual el trabajador no se encontraba de alta, independientemente de que el empresario no hubiese
tenido conocimiento del accidente
hasta después de haber formulado
el alta” o sea, excluyendo la posibilidad de que el empresario intentará
cubrirse cuando ya sabía que se había
producido el accidente. La sentencia
concluye, tajantemente, que el trabajador no puede comenzar a prestar
sus servicios hasta que se consigue la
comunicación con el sistema de red,
“porque lo contrario es dejar al azar
o a imprevistos la realidad del alta del
trabajador, y solo cuando el empresario tiene prueba suficiente de que el
alta ha tenido lugar, puede autorizar
al trabajador a comenzar la prestación
de servicios”.
Es obvio que merece la pena seguir
a rajatabla la norma pues en nada
perjudica a la empresa hacerlo, por
mucha urgencia que tenga para la
realización del trabajo y, en cambio,
no hacerlo, puede depararle serios
perjuicios. Piénsese que, en el caso de la sentencia, al producirse el
fallecimiento del trabajador, pero
también en muchos otros en los que
la consecuencia es una incapacidad
permanente, la responsabilidad de la
empresa se traduce en la obligación
de abonar todas las prestaciones derivadas del accidente, además de las
sanciones correspondientes. \
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