Experiencia de aprendizaje – Raquel Mendioroz Didáctica de la Comunicación 2 – 2014-II Todavía recuerdo mi primer día de clase en este curso. Lo único que sentía eran nervios. Me preguntaba cómo serían las clases aquí, si se enseñaría lo mismo y de la misma manera que en España, como serían mis compañeras de clase, los profesores… todo. La verdad, estaba asustada porque no sabía si iba a poder hacer frente a esa nueva situación que se ponía delante pero, a la vez, estaba ilusionada por el reto y la experiencia que iba a vivir en los próximos 5 meses. Tengo que admitir que en las primeras clases lo único que hacía era observar y escuchar todos y cada uno de los comentarios y actividades que se hacían en clase. No entendía ni la mitad de palabras y conceptos que se utilizaban. Recuerdo que la primera fue: LIVA. ¿Qué era eso? Quería que la tierra me tragase. Las primeras semanas fueros horribles, poco a poco iba entendiendo conceptos e ideas que se veían en clase pero aun así me sentía tonta; veía el nivel de mis compañeras y me preguntaba ¿Qué hago yo aquí? No podía participar en clase, no podía opinar, aportar ideas… Todos los días salía con dolor de cabeza de clase debido al esfuerzo que tenía que hacer para intentar coger toda la información que me ayudase a progresar en la temática del curso. Cuando salía de clase, en lo poco que conversaba en aquel entonces con mis compañeras, escuchaba lo contentas que estaban en el curso y lo rápido que se les pasaban las horas de clase. Casi igualito a mí. Cundo llegaba a casa y quería ponerme a hacer los trabajos, tareas y, cómo no, controles de lectura, era un suplicio. Tengo que agradecer tanto a mis compañeras por su infinita paciencia conmigo como a los profesores por su comprensión; si no hubiese sido por esto, en mitad del primer control de lectura, cuando apenas sabía que existía el DCN, habría tirado la toalla definitivamente. Menos mal que no lo hice. Fueron pasando las semanas y mi situación fue mejorando: empezaba a entender más las clases, podía seguir el ritmo más fácilmente, empezaron las prácticas con Gabriela … Aunque, he de admitir que, hacer una minilección delante de personas que acabo de conocer y, además, tratarlas como niños no fue lo más fácil que me han mandado hacer. Aun así, recuerdo que la disfruté mucho y, en cuanto llegué a casa, le conté a todo el mundo lo que había hecho ese día en clase. El curso cada vez me gustaba más. Si, era difícil y duro para mí pero me fascinaba el poder estar tan pocos en clase, el poder discutir, intercambiar experiencias… Todo lo que aprendíamos en clase y luego poníamos en práctica me parecía muy enriquecedor; aunque con dolor de cabeza, salía de clase feliz porque todos los días aprendía algo nuevo y útil para mi formación como docente. Gracias a este curso he aprendido mucho y, verdaderamente me llevo una experiencia irremplazable a España. Puede parecer raro que yo diga esto pero, he aprendido muchísimo más aquí que en mi universidad de origen y estoy feliz de haber dado el paso de venir a Perú y haber cursado este curso. Desgraciadamente e incomprensiblemente para mí, en España las clases de la carrera de educación contienen mucha teoría. Me atrevería a decir que de un curso, el 90% de la formación que recibimos en teórica. Siempre he echado de menos la práctica pues siempre he defendido que ahí es donde más se aprende.; y es eso, justamente lo que me he encontrado aquí y he tenido la gran oportunidad de vivir. Me llevo un montón de conceptos y estrategias nuevas sobre la comunicación que nunca antes había escuchado. Me llevo, el poder saber cómo estos conceptos y estrategias aprendidas en la teoría, se aplican en las aulas de los colegios; pero, sobre todo, me llevo la increíble experiencia de haber podido dar clase en un colegio durante 5 sesiones. Aunque al principio la idea me agobiaba, y mucho, me alegro de haber tenido la tenacidad de haber seguido hasta el final y poder decir que he llegado viva y muy renovada como futura docente a mi último día de clase. Sinceramente, sea cual sea la nota que saque en este curso, aunque espero que sea mejor que peor, voy a estar eternamente agradecida a todo lo que he podido aprender y poner en práctica gracias a los profesores Julio y Gabriela y, por su puesto gracias a todos y cada uno de mis compañeros que he tenido la suerte de conocer y poder compartir con ellos esta experiencia única en mi vida de la que ya todos sois parte.