LA FINALIDAD Y LOS NIVELES DE ESTUDIOS DE POSGRADO Gabriel Sánchez Guerrero * Introducción El posgrado en la UNAM entendido como sistema, asume y contribuye a los rezagos y a los adelantos de la Universidad y del país, ha caminado a pasos grandes y ha generado sus propios problemas. Así también, el posgrado de la UNAM como sistema flexible, es un mosaico de realidades con necesidades, intereses y propósitos, algunas realidades comunes y otras muy particulares. Para constatarlo, tan sólo basta leer las normas complementarias de cada una de las Divisiones de posgrado o Unidad del C. C. H., o tratar de entender las modalidades de los niveles de especialización, maestría y doctorado en los diferentes posgrados. Por tales razones, es importante comprender que si se desea integrar un sistema bien comportado. La dinámica mundial nos ha obligado a integrarnos como un sistema para dar respuestas al embate del acelerado desarrollo tecnológico y científico y de las contingencias económicas mundiales. Lo importante ahora es penetrar en esa dinámica y preguntarse el cómo. Para lograr esto será necesario partir de la realidad existente generada por la interacción de los diversos posgrado, misma que habrá que mantener o fortalecer en algunos casos o modificar en otros, teniendo siempre presentes los requerimientos del país. Los caminos son muchos, tantos como estrategias se definan, cada uno de ellos inevitablemente con sus costos y beneficios. Para la creación de un sistema de posgrado hay varios problemas que de no visualizarse o no reducir su borrosidad ahora, podrían generar el nacimiento deforme del sistema, algunos de éstos son: 1. La necesidad de manifestar explícitamente hacia donde se dirigía el sistema, procurando reducir lo más posible los aspectos intrínsecos, los que producen desvío, aumentan el desorden y desgastan las fuerzas del sistema. 2. Brindar elementos que coadyuven a una definición de los niveles del posgrado: la especialización, la maestría y el doctorado, para cada una de las divisiones o unidades. 3. Dejar claros los mecanismos de evaluación para los diversos niveles. 4. La abolición de fronteras entre los posgrados, para lo cual se requiere un reconocimiento igualitario entre ellos, sin importar el subsistema al que pertenezcan o el tipo de actividad que desarrollen. 5. Una mayor capacidad de decisión y manejo de recursos por parte del sistema de posgrado. 6. una revisión de la legislación aplicable al posgrado. * División de Estudios de Posgrado, Facultad de Ingeniería, UNAM II. Propósito del trabajo Se parte de la idea de que un sistema tiende a alcanzar mayores estadios de desarrollo en la medida que cumpla con los siguientes elementos: finalidad, identidad, autonomía y control, por lo que el presente trabajo pretende contribuir a aclarar los dos primeros problemas enumerados en el apartado anterior, los cuales están respectivamente ligados a la finalidad y a la identidad. III. Claridad en los fines Tener claros los objetivos del posgrado requiere tener clara la visión del mundo con la que se conducirá el sistema, ya que procesos posteriores como la evaluación del posgrado en su conjunto, la evaluación de sus diversos niveles o incluso, los criterios para otorgar los diplomas o grados, estarán en gran medida condicionados por la visión del mundo o manera de ver las cosas que tengan la Universidad y el sistema educativo nacional. Esto significa que los sistemas en los que está incluido el sistema de posgrado deben dejar explícitos para este último los fines y rumbos del sistema general. Esto está claro si entendemos que el posgrado es un sistema sujeto a las fuerzas de la Universidad, del país y de la dinámica mundial, no es una entidad estática ni aislada, es un sistema en el que cada individuo, grupo o comunidad tiene la posibilidad del cambio autónomo y orientado, por lo que sumar esfuerzos exitosamente estará en función de traducir las necesidades, intereses y propósitos de los diversos involucrados en objetivos claros y alcanzables. Por lo mismo, es indispensable definir lo más claramente posible, qué tipo de Universidad y, en consecuencia, de posgrado se desea tener y apoyar. Por ejemplo, se reconoce que los órganos gubernamentales tienen como tarea el diseño, operación y control de algunos subsistemas del sistema nacional, a través del desarrollo de procesos de toma de decisiones, como es el caso del subsistema educativo y consecuentemente el posgrado. La educación puede ser conceptuada como un sistema con entradas, procesos de transformación y salidas que corresponda a una determinada visión del mundo. Planteando tres formas diferentes de ver el sistema educativo y algunas de sus características puede desprenderse el tipo de posgrado que se tendría: A: La educación como búsqueda de excelencia - Los estudiantes y personal académico son motivados para lograr la excelencia. - Existe un sistema estricto de competencias e incentivos. - Su propósito es aislar los promedios más altos y alcanzar la punta en diversas áreas de las ciencias y humanidades, la cultura y la tecnología. En el posgrado se promoverían los exámenes con alto grado de dificultad y trabajos de investigación, se buscaría ubicar en los institutos a los graduados excelentes para culminar su formación como investigadores y generar un efecto multiplicador posterior, así también habría una fuerte eliminación de alumnos por no reunir los estándares requeridos. B. La educación como mecanismo de mercado - Se desea satisfacer la demanda de recursos humanos capacitados para las ventajas, potencial humano y servicios de la economía. - Se satisfacen las necesidades sociales de la comunidad y las tecnologías y científicas del Estado. - El sistema funciona como una industria. El posgrado buscaría el equilibrio entre oferta y demanda de especialistas, estaría en primera instancia al servicio del sector productivo y después a la búsqueda de la verdad, así también, sería autosuficiente en recursos financieros. C. La educación como proceso de distinción - La educación es para los sobresalientes y para los de capacidad económica para pagarla. - Existe una jerarquía de calida y costo que la educación procede a acentuar en vez de disminuir. El posgrado no buscaría regular un mercado de trabajo y mucho menos, estaría centrado en la investigación o en la formación de docentes. En consecuencia, si los sistemas mayores determinan en gran medida a los sistemas menores, es necesario definir lo más claramente posible y de forma participativa, la manera como será entendido el sistema de posgrado. IV. Niveles del Posgrado Ante la explosión de los planes de estudio de posgrado en los últimos años se ha venido hablando frecuentemente del problema de la calidad en los mismos, por mencionar uno, al hablar de las especializaciones apadrinadas, muchas de ellas se les llega a mencionar como “trajes hechos a la medida” y en consecuencia son objeto de agudas observaciones, lo mismo podría argumentarse para varios planes de maestría y doctorado. Este aparente problema de calidad radica en la indefinición de los niveles y en el reconocimiento de nuestros estudios. Todo depende de cómo se vea algo para saber cómo evaluarlo, y si no está claro ese algo, definitivamente se hará una evaluación borrosa. Al respecto, se pueden argumentar varias cosas: hay imprecisión en el Reglamento General de Estudios de Posgrado, lo hay en las normas complementarias de los posgrados particulares o lo hay en ambos. Existe gran dificultad en precisar un concepto único de especialización, maestría y doctorado, algunas razones ya fueron expresadas en el apartado anterior; sin embargo, debemos aceptar que se requiere tener al menos una definición general de los mismos para propósitos de normatividad. Las definiciones de los tres niveles señaladas en el Reglamento General de Estudios de Posgrado son en lo general satisfactorias, salvo algunas pequeñas modificaciones, cumplen con su propósito. Lo importante no es buscar una definición general precisa, sino buscar que dentro de las normas complementarias de cada posgrado, estén claramente determinados los niveles de estudios que se ofrezcan. Acaso ya nos contestamos la pregunta, ¿si en las Universidades más prestigiadas de Europa y Norteamérica hay un concepto único de estos niveles? La respuesta es, necesitamos empezar a creer en nuestros posgrados. Al parecer, el problema es cuestión de enfoques y así es, como en el apartado anterior, el problema es de precisión, y antes de empezar a diseñar coeficientes sofisticados para su evaluación o desarrollar definiciones enormes de los mismos, es preferible dejar claro qué se entiende por estos niveles. Viendo a los niveles de especialización, maestría y doctorado como un sistema, se pueden conceptuar por lo menos de tres maneras: a) Como niveles de escolaridad que las instituciones de enseñanza superior ofrecen a la sociedad para la solución de los problemas. b) Como niveles escalafonarios que el personal académico posee dentro de las instituciones de enseñanza superior para allegarse de un nivel salarial. c) Como niveles de prestigio que el personal académico maneja como pasaporte para el tránsito entre las instituciones de enseñanza superior. Cada una de estas maneras de ver los niveles del posgrado o mezcla de algunas de ellas, conduce a una manera específica de estructura y funcionamiento de ellos. Tal parece que los problemas antes citados como el de la multiplicación de los planes de estudios, el de su calidad o el de no tener instrumentos confiables para su evaluación, ya no son problemas de primer nivel ante la prioridad de su definición. V. Conclusión De acuerdo a lo anterior, la construcción de un sistema de posgrado empezaría por fijar sencilla y abiertamente sus fines y en tener confianza de quienes vivimos de él.