concepto contable de grupo

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CONCEPTO CONTABLE DE GRUPO “AMPLIADO”
Carta Tributaria — José Luis Prada — 16.04.2013
Frente al criterio legal y estricto de grupo contable basado en relaciones de
subordinación y de control mediante participación, la normativa contable -en
opinión del ICAC-, permite una interpretación “ampliada” del grupo de
sociedades, todo ello sin perjuicio de la exclusión de la obligación de consolidar
cuentas, que sólo se predica de las sociedades integrantes de un grupo
entendido en ese sentido estricto
En la contestación a consulta Nº 4 del BOICAC Nº 92, se plantea el asunto de si
determinadas sociedades participadas mayoritariamente por personas físicas
vinculadas por una relación de parentesco constituyen grupo de los previstos en el
artículo 42 del Código de Comercio.
Pues bien, una respuesta estricta nos remite a la Ley 16/2007, llamada de Reforma
Contable, en donde se establece la eliminación de la obligación de consolidar para los
denominados “grupos de coordinación”, integrados por las empresas sometidas a una
misma unidad de decisión, concepto jurídico que permitía identificar la obligación de
consolidar cuando varias sociedades estaban controladas por terceros no obligados a
consolidar, toda vez que carecían de forma societaria mercantil.
Este es el supuesto clásico de varias sociedades participadas por personas físicas
vinculadas por una relación de parentesco (estructura alternativa a la creación de una
sociedad holding en la que pudieran ubicarse, como dependientes de aquélla, las
restantes sociedades).
A partir de aquí, el ICAC realiza una serie de matizaciones en su contestación.
Efectivamente, el concepto de grupo del artículo 42 del Código de Comercio y, en
consecuencia, la obligación de consolidar, ha quedado definida a partir de la idea de
“control entre sociedades o de una sociedad sobre una empresa”. Este concepto de
grupo se sostiene sobre una relación de subordinación, normalmente basada en poseer
la mayoría de los derechos de voto. Ahora bien, es cierto que este articulo 42 del
Código de Comercio abre la puerta a la posibilidad de que el control se puede ejercer
sin participación, configurándose a partir de esta hipótesis una nueva tipología de
sociedades dependientes, las denominadas Entidades de Propósito Especial
(EPE), para cuya identificación uno de los aspectos más relevantes a considerar es
la participación de una sociedad en los riesgos y beneficios de otra, no en su
capital. Son los denominados Special Purpose Vehicles de la doctrina anglosajona.
En definitiva, será una cuestión de hecho que una sociedad no participada
directamente por otra, en su condición de EPE, sea parte del grupo. Puede tratarse
de un grupo y no darse participación de control.
Pero es que, además, en esta misma línea interpretativa, la Norma de Elaboración
de las Cuentas Anuales (NECA) 13ª del Plan General de Contabilidad, aprobado
por el Real Decreto 1514/2007, de 16 de noviembre, dispone que, a efectos de la
presentación de las cuentas anuales individuales de una empresa o sociedad, se
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entenderá que otra empresa forma parte del grupo cuando ambas estén vinculadas
por una relación de control, directa o indirecta, análoga a la prevista en el artículo
42 del CdC, o cuando las empresas estén controladas por cualquier medio por una
o varias personas físicas o jurídicas, que actúen conjuntamente o se hallen bajo
dirección única por acuerdos o cláusulas estatutarias. Es decir, aun cuando se
excluya legalmente la obligación de consolidar, conforme a esta NECA 13ª, en las
cuentas individuales de una sociedad, a cualquier efecto otro contable o
patrimonial, puede y debe entenderse que son sociedades de un mismo grupo –que
éste existe-, cuando entre ellas se actúe conjuntamente. Esa actuación conjunta
revela la existencia del grupo.
Por lo tanto, y en conclusión, las sociedades integradas en lo que podríamos
denominar un grupo “familiar”, como regla general, constituyen grupos sometidos a
la misma unidad de decisión, que pueden reconocerse a la vista de la coincidencia
de las personas que componen los órganos de administración de las empresas, y
de las propias relaciones económicas cruzadas que la unidad de decisión teje entre
las sociedades titulares de los activos y pasivos que “administran” directa o
indirectamente las personas que la conforman.
Otra cosa es que, ante la dificultad de determinar cuáles sean las relaciones de
subordinación entre empresas del grupo “ampliado”, se opte por soluciones legales
tales como imponer, entre todas ellas, a la de mayor valor de su inmovilizado, la
obligación de informar en la memoria individual de la existencia de ese grupo y de
sus magnitudes. Así se recoge en el texto del artículo 42 del Código de Comercio
según redacción dada por la citada Ley 16/2007.
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