(2000-VI-2) MANUEL ASENSIO PALLÁS: Posesión del legado de

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POSESIÓN DEL LEGADO DE COSA CIERTA Y
DETERMINADA EN ARAGÓN
Manuel ASENSIO PALLÁS
Abogado
ANTECEDENTES
E1 pasado año me fue entregado para su estudio un testamento abierto
otorgado en Zaragoza, ostentando el testador la vecindad aragonesa. Dicho
testador falleció a principios del año 2000.
E1 testamento contenía, entre otras, las siguientes cláusulas:
«Primera.— Lega en pago de sus derechos legitimarios a sus hijos T. y L. lo
siguientes…».
A continuación describe dos pisos y un local de su propiedad, existentes en
la herencia.
«Segunda.— En el remanente de sus bienes y derechos instituye herederos
a sus hermanos P. A. y X. con derecho de sustitución en sus descendientes y,
en su caso, de acrecer entre sí, siempre a partes iguales».
No hay duda que en la primera de las cláusulas, el testador ordena un legado de cosa cierta y determinada.
Creemos que ningún problema se hubiera planteado en la ejecución de las
cláusulas testamentarias en una familia, cuyas relaciones entre sus miembros
hubieran sido normales. Pero, en nuestro caso, los hijos estaban distanciados
del testador a causa de la separación judicial y posterior divorcio de sus padres,
en cuyos procesos apoyaron decididamente a su madre. Y por la misma causa,
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ninguna relación tenían con sus tíos, hermanos del testador, a quienes éste
designó herederos.
Se da la circunstancia que las escrituras públicas de propiedad de los
inmuebles objeto de legado, así como las llaves, se encontraban en poder de
uno de los hermanos herederos y no las entregó a los legatarios, a pesar de los
requerimientos practicados al mismo.
Los legatarios querían conocer las gestiones que tenían que realizar para
tomar posesión de su legado, evitando, a ser posible, la intervención judicial.
LOS LEGADOS DE COSA CIERTA EN EL CÓDIGO CIVIL Y EN LA LEY
ARAGONESA 1/1999, DE SUCESIONES POR CAUSA DE MUERTE
Sobra recordar que el legado constituye la sucesión particular, es una liberalidad ordenada en acto mortis causa. Vamos a referirnos exclusivamente a
una especie de legado: el legado de cosa cierta y determinada, propiedad del
testador.
A esta clase de legados se refiere el artículo 882 del Código Civil al decir:
«Cuando el legado es de cosa específica y determinada propia del testador, el
legatario adquiere su propiedad desde que aquel muere, y hace suyo los frutos
o rentas pendientes, pero no las rentas devengadas y no satisfechas antes de la
muerte». La titularidad de los bienes legados pasa del causante al legatario sin
mediación del heredero. Pero en el sistema del Código Civil, aunque el legatario haya adquirido la propiedad de la cosa legada desde la muerte del causante, no recibe la posesión de la misma, ni puede hacerla suya sin intervención del heredero ya que, conforme al artículo 885 del mismo Código, «El
legatario no puede ocupar por su propia autoridad la cosa legada, sino que
debe pedir su entrega y posesión al heredero o al albacea, cuando éste se halle
autorizado para darla».
Como dice el profesor Lacruz Berdejo, esta solución es congruente con el
artículo 440 del Código, en cuya virtud, en tanto en cuanto la tuviera el causante, la posesión pertenece al heredero y el legatario no puede obtenerla por
su propia autoridad, sino a virtud de la acción personal ex testamento, que
puede interponer contra el heredero o quien represente la herencia, o bien,
en su caso, de la acción reivindicatoria. Ello, naturalmente, si el heredero no
entrega voluntariamente el legado.
El sistema expuesto de la entrega de posesión del legado de cosa específica
y determinada según lo dispuesto en el Código Civil y aplicable en Aragón
como derecho supletorio, ante la falta de regulación de la materia por la
Compilación de 1967, ha variado sustancialmente en la Ley 1/1999 de
Sucesiones por causa de muerte. Según el Preámbulo (VII) de dicha Ley, la
tradición doctrinal aragonesa es determinante de la regla que permite al lega146
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Posesión del legado de cosa cierta y determinada en Aragón
tario de cosa cierta y determinada, tomar posesión de ella por sí mismo y conseguir su inscripción, siendo inscribible, en el Registro de la Propiedad.
El artículo 162 de la citada Ley de Sucesiones, coincide, en esencia con lo
dispuesto en los artículos 882 y 888 del Código Civil. El referido artículo 162
determina: «1. En los legados de cosa cierta y determinada existente en el caudal hereditario, el legatario adquiere su propiedad desde que se le defiere. En
los demás legados, la delación le convierte en acreedor de la persona gravada.
2. El legatario que acepte el legado consolidará su adquisición, pero si lo repudia se considerará que no ha tenido lugar la delación a su favor».
Pero la novedad la establece el artículo 164 de la Ley de Sucesiones por
causa de muerte, que lleva por epígrafe «Posesión del legado». En él se establece: «El legatario de cosa cierta y determinada existente en el caudal hereditario puede, por sí solo, aun habiendo legitimarios, tomar posesión de la
misma y, si fuera inmueble, obtener la inscripción a su nombre en el Registro
de la Propiedad en virtud de la escritura pública en que formalice su aceptación».
No precisa pues, el legatario de cosa cierta y determinada de la intervención de los herederos para tomar posesión de su legado. Y entendemos que, si
se trata de pisos y locales desocupados y sin que sobre los mismos recaigan
derechos de terceros, puede el legatario acceder a los mismos forzando las
cerraduras sin autorización de nadie.
El legatario de cosa cierta y determinada, deberá comprobar su condición
de tal, examinando cuidadosamente el testamento de su causante y comprobar
si las cosas legadas existen en el caudal relicto mediante las correspondientes
certificaciones del Registro de la Propiedad.
Este sistema de adquisición de la posesión de cosa cierta y determinada
existente en el caudal hereditario tiende a evitar procesos judiciales en caso
que el heredero poseedor de todos los bienes relictos opusiera, por cualquier
causa, resistencia a la entrega de la posesión del legado. Y el legatario no tiene
que solicitar del heredero la entrega de la posesión del legado de cosa cierta y
determinada, ya que adquiere la propiedad del mismo desde que se le defiere
y se cumple perfectamente la voluntad del testador que ha querido realizar
una liberalidad mortis causa de bienes determinados a ciertas personas.
Entendemos que el sistema de adquisición de la posesión del legado de
cosas ciertas y determinadas establecido en la nueva Ley aragonesa de sucesiones por causa de muerte, es perfectamente aplicable al supuesto planteado,
aunque el testamento fuera otorgado con anterioridad a la vigencia de la
misma.
Además, el legatario de cosa cierta podrá aceptar el legado en escritura
pública, con independencia de los herederos, según se deduce de los artículos
162.2 y 164 de la Ley de Sucesiones y conseguir la inscripción de los inmuebles
legados en el Registro de la Propiedad.
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SOLUCIÓN
Mi consejo a los legatarios-legitimarios fue que, en primer lugar solicitasen
del Registro de la Propiedad certificaciones de las inscripciones de dominio de
los inmuebles objeto del legado, pudiendo cerciorarnos por las mismas que los
citados inmuebles eran propiedad del causante y existían en el caudal hereditario.
Cuando les expliqué las normas de la Ley de Sucesiones por causa de muerte relativas a la toma de posesión de los bienes legados, expresaron su deseo de
ocupar con urgencia los pisos legados para realizar obras de adecuación de los
mismos, al ser de gran antigüedad, por lo que, acompañados de un operario
cerrajero, procedieron a forzar las cerraduras y tomar por sí posesión de los
inmuebles.
Posteriormente y valiéndose de los certificados literales de las inscripciones
de dominio de su causante de las fincas legadas, emitidas por el Registro de la
Propiedad y los documentos complementarios exigidos, otorgaron, ante Notario escritura de aceptación de su legado. En la exposición II de la escritura, el
Notario autorizante hizo constar: «Que los legatarios comparecientes van a
aceptar el legado de los bienes determinados en el testamento, de acuerdo con
lo preceptuado en el artículo 164 de la Ley 1/1999 de 24 de febrero, de Sucesiones por causa de muerte de Aragón».
Satisfecho el impuesto sucesorio, los legatarios han presentado la escritura
de aceptación en el Registro de la Propiedad para la inscripción a su nombre
de los inmuebles legados.
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