INTRODUCCIÓN. El marco jurídico en el cual se encuentra establecida la Responsabilidad de los Servidores Públicos, parte de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, es en ésta, donde se encuentran plasmados los principios rectores de la responsabilidad de esos servidores en el ámbito federal y local de México; lo anterior, es regulado por las leyes vigentes, pero su real eficacia se traduce en los procedimientos establecidos en ella, con muy pocos resultados positivos, y tales consecuencias se reflejan en el rostro de la sociedad, traducido en desconfianza. En el sistema de responsabilidades se establecen las obligaciones, derechos, responsabilidades y sanciones aplicables; pero cuando estas normas jurídicas carecen de eficacia, o bien, son rebasadas por la realidad social, se da la pérdida de valores y, sobre todo, la falta de ética profesional por parte de los funcionarios públicos. El Estado debe proveer las medidas eficaces para perseguir a los malos servidores públicos que, violando la confianza que en ellos se deposita, hacen de la función pública un medio para satisfacer sus intereses personales, y cuando el pueblo, con su claro sentido de observación, señale y sancione con su desprecio a los funcionarios públicos corruptos y desleales que atentan contra la riqueza pública, la vida, la libertad, el patrimonio de las personas y la estabilidad social y particular de los individuos; esa sanción popular, por más enérgica que en sí misma sea, no puede considerarse como bastante para dar satisfacción al imperioso reclamo de justicia. La conducta de los malos servidores públicos, cuando queda impune, además de constituir un mal ejemplo, puede conducir al pueblo a la rebeldía, como único medio para liberarse de ellos, o bien, puede llevarlos a la indiferencia como resultado de un sometimiento, importante signo indudable de decadencia; o produce un estado latente de inconformidad y de rencor, que le hace ver al gobierno, no como la entidad superior instituida para su beneficio, respetable y orientadora, que habrá de conducirlo al bienestar y al 1 progreso, sino como un poder despótico y corrupto que sólo lo oprime y lo explota, no cumpliendo con la sed de justicia que anhela cualquier ciudadano. Las leyes de responsabilidad vigentes, inclusive los preceptos constitucionales, son tan deficientes y desafortunadas, que no es posible cumplir con tan nobles propósitos. Con leyes poco favorables y en su caso, tan confusas e incoherentes, que no es posible su correcta aplicación, se tiene como consecuencia inmediata las conductas inmorales de los servidores públicos. Por tal motivo, con esta investigación lo que se pretende aportar es un sistema jurídico de responsabilidad para los servidores públicos, basado en la rendición de cuentas de éstos, a través del procedimiento establecido en el Derecho Indiano, tal es el caso de la figura de juicio de residencia, la cual en ese sistema fue sumamente utilizada para evitar el abuso del poder y la corrupción de los funcionarios públicos de la época, no importando nivel jerárquico, ni mucho menos quien los hubiera designado. Se estudiará, el origen e incorporación del juicio de residencia al Derecho Castellano, su transito a América (Derecho Indiano), su constitucionalización en Cádiz, primero, como juicio de responsabilidad, luego en Apatzingán, presupuestos inmediatos del procedimiento que consagra la Constitución de 1824 y también, las diferentes leyes que abarcan la responsabilidad de los servidores públicos, finalizando con propuestas para cambiar el sistema de responsabilidades actual por uno más efectivo y coherente, para combatir el abuso del poder, la corrupción y la impunidad. El juicio de residencia se empeñó por hacer efectiva la responsabilidad de los servidores. Éste perseguía con especial interés a los funcionarios públicos para castigar al responsable. Instruida la causa, se declaraba el cese automático en el cargo, así como la inhabilitación para ejercer uno nuevo, a la vez que se pone a resguardo al presunto responsable por si hubiere lugar a otro tipo de responsabilidad (penal, civil o administrativa). 2 Ésta figura del Derecho Indiano se estudiará, desde su origen en el Derecho Romano, hasta su desuso en el México Independiente, con el propósito de tomar lo mejor de esta figura jurídica para que sea nuevamente utilizada en el sistema de responsabilidad que se pretende crear, con ciertos cambios para no violentar las garantías individuales de los servidores públicos, pero manteniendo el verdadero propósito del juicio de residencia. Como figura de la Historia del Derecho mexicano se mencionará el origen de ésta, su evolución, aplicación, desuso y el procedimiento establecido para la aplicación de la residencia a los funcionarios públicos. La mayor herencia que las nuevas generaciones podemos apuntar, es un gobierno con credibilidad, honradez y lealtad, con una función pública transparente y sometida a la rendición de cuentas, a través de medios eficientes y eficaces, como lo es el juicio de residencia, para volver a confiar en los servidores públicos; asimismo, se propone crear un Tribunal de Rendición de Cuentas con las facultades suficientes para aplicar y ejecutar sus propias determinaciones y resoluciones, utilizando un procedimiento similar al juicio de residencia del Derecho Colonial. Asimismo, se pretende reformar la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, para establecer el procedimiento de rendición de cuentas y formular un proyecto de ley reglamentaria sobre ésta figura. También, se propone establecer un conjunto de mecanismos que permitan la rendición de cuentas a los servidores de manera pronta y eficaz, no entorpeciendo las funciones de éstos, los cuales estarían sometidos a este procedimiento, dando a conocer al público en general todo lo relacionado a la rendición de cuentas, para cumplir con el acceso a la información publica a la que tiene derecho cualquier ciudadano. La investigación propone reformar el sistema de responsabilidad, para lograr un equilibrio entre los servidores públicos y los ciudadanos; lo anterior, es reforzado con el pensamiento del Dr. Norberto Bobbio: El Estado de Derecho “ha avanzado y continúa avanzando en la medida en que los poderes arbitrarios se sustituyan por poderes jurídicamente controlados, los 3 órganos irresponsables por órganos jurídicamente responsables, en fin, en la medida en que el ordenamiento jurídico organiza la respuesta a la violencia que proviene, no sólo de los ciudadanos particulares, sino también de los funcionarios públicos..., la evolución del ordenamiento jurídico se expresa, no ya en la restricción, sino en la ampliación del aparato sancionatorio. Un ordenamiento es más jurídico... cuanto más perfeccionadas están las técnicas sancionadoras.” 2 Al igual sirve de apoyo, lo que manifiesta el C.P. Arturo González de Aragón, Auditor Superior de la Federación, al señalar que: “No hay peor pecado que hacer mal uso de los recursos que pertenecen al pueblo. Las conductas que se valen de trampas para aprovecharse de las ventajas que proporcionan los cargos públicos merecen la peor condena de la sociedad y, por ende, el más severo de los castigos”.3 2 Bobbio, Norberto. Teoría General del Derecho (1958), Editorial Temis, 1992, pp. 118-119. 4