Cáncer bacterial bacteria Pseudomonas syrlngae pv. syringae

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art
Magdalena Cruz A. 11
Jorge Jíménez M. / 2
Cáncer bacterial
El cáncer bacteria! de los frutales de carozo es causado por la
bacteria Pseudomonas syrlngae pv. syringae van Hall. Esta
enfermedad tiene una gran incidencia en los huertos de cerezo
de la zona.
La infección puede ocurrir principalmente por heridas de poda
y lesiones causadas por heladas u otros agentes; también a
través de la base de yemas y dardos infectados. La penetración por las cicatrices que dejan las hojas tendría escasa
incidencia. En los puntos de infección se desarrollan cancros
o heridas de tamaño y forma variable, generalmente acompañados de una abundante exudación de goma (Foto 1). La
bacteria se disemina internamente a través de toda la planta.
Foto 1. Cáncer bacteria/ en cerezo provocado por Pssudomonas syrlngas. (Foto
J.Arce).
1/ Ingeniero Agrónomo, Ph.D. Programa de
Fitopatolog ía.
21 Estudiante Instituto Adolfo Matthei, Osorno.
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IPA QUllAMAPU Nº 54, 1992
Phytophthora provocando pudriciones en el cueTizón bacterial de la flor del peral.
llo y corona de kiwi (Foto 3)
y frambuesa.
Pseudomonas syringae pv.syringae van Hall
provoca también atizonamiento de la flor de peral.,
La infección ocurre especialmente durante períodos lluviosos y fríos, afectando sépalos,
pedicelos y receptáculos. Los órganos afectados
presentan manchas irregulares de aspecto acuoso y coloración café oscuro. En ataques intensos
puede causar la muerte del dardo completo. La
infección en frutos inmaduros (Foto 2) puede
avanzar desde el extremo del cáliz, provocando
por lo general su caída preftlatura. Los frutos
infectados que permanecen en el árbol presentan áreas necróticas hundidas. En las hojas jóvenes, atacadas por este patógeno, se puede observar manchas irregulares y pequeños agujeros. Ocasionalmente la enfermedad puede provocar heridas en las ramas.
Foto 3. Kiwi afectado por Phytophthora sp.
Phytophthora spp. persiste como oospora,
clamidospora o micelio en raíces infectadas.
Estas estructuras germinan en primavera produciendo zoosporangios que al madurar liberan
zoosporas. La mayor descarga ocurre cuando el
suelo está completamente saturado con agua y la
temperatura es más bien baja. Las zoosporas.
llamadas así porque poseen dos flagelos que les
permiten nadar, pueden desplazarse activamente unos pocos centímetros, buscando el contacto
con raíces de huéspedes ·susceptibles.
Foto 2. Tizón bacteríal de la flor del peral causado por
Pseudomonas syringas.(Foto J. Arce).
Pudriciones del cuello y de la corona
Se detectó distintas especies del género
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Las pudriciones de la corona y cuello de las
plantas, causadas por Phytophthora , ocurren
generalmente en suelos sometidos a inundaciones frecuentes. Bajo condiciones favorables la
inf eccióri puede ocurrir en un lapso de 24 horas.
Pudrición parda
El patógeno que causa esta enfermedad en Chile
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corresponde a Monilia laxa (Aderh & Ruhl) Honey,
atacando indistintamente a frutales de carozo y
de pepita.
Los primeros síntomas aparecen en las flores
como manchas de color marrón en pétalos, estambres o pistilos, propagándose luego a toda la
flor y el pedúnculo (Foto 4). Las ramillas con
flores infectadas desarrollan cancros alrededor
de los pedúnculos florales. Estos cancros son
pequeños, elípticos y hundidos, con abundante
exudación de goma; pueden llegar a envolver la
ramilla y provocar su atizonamiento. En la fruta
los síntomas aparecen cerca de la madurez; se
presentan como manchas café, circulares, que
se extienden rápidamente según sea la humedad
disponible. Sobre estas manchas aparecen masas de conidias color ceniza, que pueden estar o
no ordenadas en anillos concéntricos. El fruto
finalmente se pudre y se momifica pudiendo
permanecer en el árbol por largo tiempo.
Cloca o torque del duraznero
Esta enfermedad, causada por el hongo
ascomycete Taphrina deformans (Berk) Tul, se
encuentra en la mayoría de los huertos caseros
de durazneros. Se le reconoce fácilmente por la
deformación de la lámina foliar que se engruesa
y arruga, junto con la aparición de una coloración
amarilla que más tarde se torna rojo intenso.
Los brotes infectados detienen su crecimiento,
presentan un aspecto hinchado, pierden sus
hojas y mueren durante el verano.
En un ataque severo los frutos pueden ser inf ectados, provocando lesiones rugosas y sobresalientes. Estos frutos caen prematuramente.
Oidio de la vid
El oidio de la vid es causado por el hongo
Uncinula necator (Schw.) Burr. (anamorfo:
Oidium tuckeri Berl.).
El hongo puede infectar todos los órganos verdes
de la vid. En fas hojas se presenta tanto en el haz
como en el envés, reduciendo el crecimiento y
deformando las hojas más nuevas que llegan a
ser infectadas. El micelio superficial, con
conidióforos y abundantes conidias, confiere un
aspecto gris pulverulento a los órganos enfermos.
Los pecíolos y tallos verdes infectados adquieren una coloración café oscuro a negra, en parches que más tarde se tornan café rojizo en las
cañas en receso. Los órganos afectados se
debilitan a medida que avanza la temporada y se
quiebran fácilmente.
Foto 4. Pudrición parda, provocada por Monllia laxa,
en flores de cerezo (Foto M. Vildósola).
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La infección de los racimos antes o inmediatamente después de floración puede afectar
significativamente los rendimientos. Las bayas
son susceptibles a la infección hasta que su
contenido de azúcar alcanza alrededor de 8%,
aunque las infacciones establecidas continúan la
producción de esporas hasta que las bayas contienen 15% de azúcar. Cuando las bayas son
infectadas antes de alcanzar su desarrollo total,
las células superficiales mueren impidiendo el
crecimiento de la epidermis, pero como la pulpa
continua expandiéndose, la baya se parte. Los
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frutos partidos son comúnmente infectados por
Botrytls clnerea. La superficie de los frutos
infectados por oídio presenta un tejido de cicatrización con la apariencia de una fina red. Estos
frutos no son aptos para la comercialización en
fresco ni para vinificación.
Pudrición gris
La pudrición gris, también conocida como moho
gris, es causada por el hongo Botrytls clnerea
Pers. ex Fr. (anamorfo: Sclerotlnia fuckeliana
Groves & Loveland).
Los mayores problemas debidos al moho gris se
observan en pudriciones de pre y postcosecha en
frutos de vid, frambueso, frutilla, arándanos y
kiwi. También B. cinerea se encuentra entre los
patógenos causantes de la pudrición acuosa del
corazón de manzanas.
Este hongo inverna como micelio y esclerocios
en restos de plantas en descomposición. Cuando
en primavera las temperaturas ascienden a alrededor de 20ºC y la humedad relativa sobrepasa
el 90%, ocurre la germinación de escterocios y
posteriormente una abundante esporulación.
CONTROL
Las enfermedades mencionadas son controladas químicamente con un éxito relativo, según
sea la rigurosidad con que se apliquen tos tratamientos.
En el caso de la sarna del manzano existen
numerosos fungicidas de preinfección o preventivos y de postinfección o curativos, que protegen
eficientemente de esta enfermedad. Entre los
curativos, la incorporación del grupo de inhibidores
de la biosíntesis de ergosterol permite controlar
una infección producida hasta 96 horas antes; sin
embargo, su efecto preventivo es menor de 7
días. Las aplicaciones de fungicida son iniciadas
al estado de puntas verdes, con un producto
preventivo, continuándose cada siete días hasta
caída de pétalos; posteriormente se aplica, por lo
yen a la reducción del inóculo primario que dará
origen a la infección en primavera. La aceleración
de la defoliación y descomposición de las hojas
mediante urea debe realizarse a fines de la caída
de hojas. Una aplicación prematura, que provoque una caída abrupta y anormal de las hojas,
puede causar una situación de desequilibrio en el
árbol, cuando sus raíces se encuentran aún en
una etapa de desarrollo activo, debido a que las
temperaturas del suelo son aún relativamente
altas. Esta situación puede predisponer a la
planta a un mayor riesgo de enfermedades.
Las enfermedades de la madera, como la provocada por el hongo del plateado, y aquéllas que
causan heridas localizadas, como cáncer euro·
peo y cáncer bacterial, pueden prevenirse protegiendo los cortes de poda y heridas en generat
inmediatamente después de efectuadas, con una
mezcla de pintura y fungicida. Esta mezcla puede
prepararse en forma casera empleando pintura
látex, cola fría y un fungicida, que en el caso de
las enfermedades mencionadas puede ser
captafol en una concentración del 1% (Alvarez,
M., Public. Mise. Agric. N237, 1991).
Cuando existan cancros declarados debe eliminarse la rama afectada. En el caso que esto no
sea posible debe efectuarse una curación, proce·
diendo a raspar los tejidos necrosados hasta
llegar al tejido sano, el que es desinfectado con
una solución de permanganato de potasio al 3%
y enseguida cubierto con una pintura fungicida
(Alvarez. M., Public.Misc.Agric. N2 37, 1991).
La aplicación de un fungicida cúprico al inicio de
caída de hojas y antes de las primeras lluvias de
otoño, protege las cicatrices dejadas por las
hojas. reduciendo el riesgo de infección por cáncer europeo y, en cierta medida, por cáncer
bacterial.
Como norma general, los implementos de poda
deben ser desinfectados al pasar de un árbol a
otro, utilizando soluciones de hipoclorito de sodio
o permanganato de potasio al 2 o 3 %.
general, un inhibidor de la biosíntesis de
ergosterol, con una frecuencia determinada por
las condiciones climáticas f avo rabies al desarro~
llo de Venturia. Las aplicaciones de fungicidas y
urea (2-3%) al follaje en postcosechaj contribu·
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La pudrición gris de la frambuesa, causada por el
hongo Botrytis cinerea, se manifiesta, por lo
general, en postcosecha. Esto se debe a que las
condiciones climáticas de las regiones VII y VIII,
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en años normales, no favorecen la expresión de
Botrytis en los frutos en el campo. De esta
manera, cuando la producción es destinada
mayoritariamente a congelado, no se justifica el
uso de botryticidas.
En el caso de la roya tardía de la frambuesa, los
fungicidas registrados hasta la fecha, para esta
fruta, no tienen gran efectividad sobre la roya.
Por ello es importante que los focos de infección
sean detectados y eliminados en su etapa inicial.
Por otra parte, adecuadas prácticas culturales
pueden reducir la severidad de las enfermedades
y aumentar la efectividad del control químico.
Sitios con buena circulación de aire e hileras
orientadas de manera de aprovechar esta ventaja, además de un distanciamiento suficiente entre los árboles para permitir un rápido secado del
follaje cuando estén crecidos y un sistema de
poda que estructure una copa abierta, facilitarán
en gran medida el control de enfermedades de la
parte aérea. En el caso específico de la frambuesa debe mantenerse hileras delgadas mediante
raleo de cañas, además de un sistema de conducción que permita abrir el follaje. En uvas se ha
informado de una efectiva reducción de la
pudrición gris al integrar el control químico con la
alteración del microclima en torno al racimo me-
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diante la remoción de las hojas adyacentes, dos
semanas después de la floración.
El ataque de Phytophthora sp. puede prevenirse, significativamente, efectuando un buen manejo del riego y Ja construcción de desagües en
los sectores de mal drenaje. Debe evitarse el
anegamiento de las plantas que comúnmente
ocurre al inicio de la hilera, ya sea por el desborde
de la cabecera o porque los regueros en las
hileras son demasiado largos.
El riesgo de cáncer bacteria! en cerezo disminuye
al manejar el huerto, desde su plantación, con
labores de poda fuera del período lluvioso del año
y, especialmente, en épocas libres de heladas.
Esta práctica de poda en períodos secos es
también válida como un efectivo mecanismo de
prevención de la infección por el hongo del plaw
teado.
El uso de plantas sanas, provenientes de viveros
donde se apl.iquen estrictas medidas profilácticas,
además de la eliminación de malezas, restos de
poda, y madera muerta de árboles secos y polines
en descomposición, contribuirá a un mejor control de las enfermedades en el huerto.
!PA QUILAMAPU Nª 54, 1992
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