– RADICAL MODELO O SISTEMA PEDAGÓGICO CRÍTICO

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MODELO O SISTEMA PEDAGÓGICO CRÍTICO – RADICAL
La Pedagogía Crítica emerge como un resultado de los trabajos de la Teoría Crítica
en las década de los ochenta y los noventa.
Algunos de los fundamentos teóricos contemporáneos de la pedagogía crítica tienen
su origen en la teoría crítica propuesta por los filósofos y teóricos sociales de la
escuela de Frankfurt, quienes trabajaron en Alemania en el Instituto para
la Investigación Social.
El término teoría crítica, fue utilizado por Max Horkheimer, director del Instituto desde
1931 hasta 1958.
Entre otros reconocidos teóricos de la escuela de Frankfurt se pueden citar:
Theodor Adorno, Herbert Marcuse, Erich Fromm y Walter Benjamín, miembros de la
escuela de Frankfurt. Muchos de ellos eran judíos. Trasladaron el Instituto a la
Universidad de Columbia en Nueva York, durante la segunda guerra mundial y
retornaron a Alemania una vez finalizada la guerra.
En Norteamérica estos teóricos participaron activamente en la vida académica con
una serie de estudios de reconocida importancia relacionados con críticas acerca
del racismo, la exclusión, el prejuicio racial y las políticas de segregación.
Estos estudios influyeron positivamente en el pensamiento filosófico y pedagógico en
los Estados Unidos y sus perspectivas críticas son la base de los teóricos-críticos de
la actualidad. Trabajos similares han emergido no solamente como una teoría que se
comparte
sino
también,
como
nuevas
perspectivas
con
múltiples
elementos sociales tradicionales con el fin de crear nuevos órdenes que estén en
posibilidad de incrementar la libertadhumana.
La Pedagogía Crítica se interesa en primer lugar, en una crítica a
las estructuras sociales que afectan la vida de la escuela, particularmente situaciones
relacionadas con la cotidianidad escolar y la estructura del poder. En segundo lugar,
se interesa por el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico-reflexivo con el fin
de transformar la sociedad. Según Peter McLaren,
"La pedagogía crítica examina a las escuelas tanto en su medio histórico como
en su medio social por ser parte de la hechura social y política que caracteriza
a la sociedad dominante."
En este sentido, la Pedagogía Crítico-radical presenta no solamente un lenguaje de
crítica, sino también un lenguaje de posibilidades. Los profesores que aplican los
enfoques de la Pedagogía Critica coparticipan con sus estudiantes en la reflexión
crítica de sus propias creencias y juicios. De igual manera cuestionan críticamente
los "textos" que se utilizan en los procesos de enseñanza. Por el término "texto" se
entiende no sólo los libros de texto sino también las fuentes originales, la cultura
popular, los diversos discursos que explican un hecho, y el lenguaje entre otros. La
deconstrucción del lenguaje y del texto es de igual importancia.
Por ejemplo: ¿Qué significados, sentidos y presuposiciones subyacen en la
expresión "equidad educativa"?
Entre los teóricos que participan en la construcción teórica de la Pedagogía Crítica se
pueden citar:
Paulo Freire (Brasil). Al analizar las relaciones opresor-oprimido establece los
fundamentos para entender la educación liberadora y sus posibilidades. Propone las
relaciones dialógicas entre profesor alumno, con el fin de promover procesos de
concientización y liberación.
Donaldo Macedo (Brasil). Se interesa básicamente en el análisis de los procesos de
alfabetización, cultura y poder.
Ira Shor (Estados Unidos). Focaliza su trabajo en la propuesta de la educación como
un proceso de "empoderamiento". Investiga el nivel de empoderamiento estudiantil a
nivel universitario. Dos de sus últimas obras son Educación empoderadora, y Cuando
los estudiantes tienen poder.
Michael Apple (Estados Unidos). Estudia las relaciones entre currículo e pedagogía
crítica, escuela y democracia, conservatismo y educación,sociología de la educación,
ideología y educación.
Aronowitz (Estados Unidos). Critica relaciones entre política y escuela. La crisis de
la educación.
Henry Giroux. Centra su trabajo en la propuesta de la labor intelectual de los
maestros, las teorías de la reproducción y la pedagogía de la oposición.
McLaren afirma,
"La Pedagogía Crítica ha comenzado a proporcionar una teoría radical y un análisis
de la escuela, y al mismo tiempo añade nuevos avances en la teoría social y
desarrolla nuevas categorías de investigación y nuevas metodologías. "
En el enfoque de la pedagogía crítica el maestro es una persona crítico-reflexiva que
cumple un rol político en y con su comunidad. Giroux considera,
"En su mayoría, los críticos radicales están de acuerdo en que los educadores
tradicionalistas se han negado generalmente a interrogarse sobre la naturaleza
política de la enseñanza pública."
Así mismo señala que tradicionalmente la escuela se ha negado a analizar las
relaciones que existen entre poder, conocimiento y dominación. Giroux sostiene que
los análisis de la Pedagogía Crítica han ofrecido un nuevo lenguaje teórico y
una actitud crítica que sostienen que las escuelas, dentro de la amplia tradición
humanística
occidental,
no
ofrecen
oportunidades
para
la
potenciación personal y social en la sociedad.
FREIRE
La palabra verdadera es la que transforma el mundo
Por Alfonso Torres Carrillo
Universidad Pedagógica Nacional
Bogotá
Paulo Freire
El título del artículo corresponde a una afirmación de Paulo Freire en su libro
Pedagogía del Oprimido (1970) y que sintetiza lo que fue su vida y obra: coherencia
entre reflexión y acción. En el contexto del homenaje que durante este año se está
llevando a cabo en la Universidad Pedagógica por iniciativa de algunos maestros,
estudiantes y funcionarios, este artículo sintetiza algunas ideas que a mi juicio,
constituyen el aporte de Freire a las pedagogías críticas.
La amplia obra escrita de Freire y sus innumerables presentaciones públicas,
configuran un rico universo de reflexiones acerca de la educación, la pedagogía y la
ética liberadoras. Así mismo, no hay que perder de vista que a lo largo de su periplo
intelectual de casi medio siglo sus ideas sufrieron modificaciones. Sin embargo, esto
no impide hacer lecturas de la obra del pedagogo brasilero en función de preguntas
específicas; en este caso, pretendo hacer un balance de su aporte en la
configuración de la educación popular.
Para Freire la educación debe servir para que los educadores y educandos
“aprendan a leer la realidad para escribir su historia”. Ello supone comprender
críticamente su mundo y actuar para transformarlo en función de “inéditos viables”;
en torno a dicha acción y reflexión y a través del diálogo, los educandos y los
educadores se constituyen en sujetos. Con base en esta síntesis de sus
planteamientos, desarrollaré las ideas básicas sobre cada una de estas cuatro
dimensiones referidas:
1. Educar es conocer críticamente la realidad
2. Educar es comprometerse con la utopía de transformar la realidad
3. Educar es formar sujetos de dicho cambio
4. Educar es diálogo.
1. Educar es conocer críticamente la realidad
Freire considera la educación como un acto de conocimiento, una toma de
conciencia de la realidad, una lectura del mundo que precede a la lectura de la
palabra . En efecto, su método de alfabetización parte de la exigencia de una
investigación por parte de los educadores de la realidad de los educandos y de la
lectura que éstos hacen de la misma, expresada en su lenguaje. Ya en el acto
alfabetizador, se parte de la apropiación problematizadora de la realidad y de la
discusión de las lecturas “ingenuas” de los educadores y educandos; a través del
diálogo sobre problemas significativos, los iletrados aprehenden críticamente su
mundo, a la vez que aprenden a leer y escribir.
En oposición a la concepción bancaria de la educación, para Freire el conocimiento
de la realidad no es individual ni meramente intelectual. Conocer el mundo es un
proceso colectivo, práctico que involucra conciencia, sentimiento, deseo, voluntad. La
práctica educativa debe reconocer lo que educandos y educadores saben sobre el
tema y generar experiencias colectivas y dialógicas para que unos y otros construyan
nuevo saber. Su frase “Nadie lo conoce todo ni nadie lo desconoce todo; nadie educa
a nadie, nadie se educa solo, los hombres se educan entre sí mediados por el
mundo” debe leerse como “quien enseña aprende y quien aprende enseña” y no
como un desconocimiento de la especificidad del papel activo que deben jugar los
educadores.
Conocer el mundo no es una operación meramente intelectual; es un proceso
articulado a la práctica y a todas las dimensiones humanas. El presupuesto no es
tanto conocer o tomar conciencia del mundo para luego transformarlo, sino conocer
el mundo desde y en la práctica transformadora, en la cual intervienen deseos,
valores, voluntades, emociones, imaginación, intenciones y utopías. Este proceso
educativo de conocimiento del mundo nunca es definitivo; más bien siempre es
inacabado, dado que el mundo no está dado, determinado, sino dándose,
cambiando; también los sujetos, en el proceso de conocer y transformar el mundo,
van cambiando ellos mismos y sus preguntas. Por ello, los productos del conocer no
deben asumirse como verdades acabadas, inmodificables, sino susceptibles de
perfeccionar, de discutir y cuestionar. Se requiere más una pedagogía de la pregunta
y no una de la respuesta.
1. Educar es una práctica política
Para Freire la educación nunca es neutra. Toda práctica educativa es política, así
como la práctica política es educativa. Las prácticas educativas siempre son políticas
porque involucra valores, proyectos, utopías que reproducen, legitiman, cuestionan o
transforman las relaciones de poder prevalecientes en la sociedad; la educación
nunca es neutral, está a favor de la dominación o de la emancipación. Por ello, Freire
distingue entre practicas educativas conservadoras y prácticas educativas
progresistas:
En cuanto en una práctica educativa conservadora se busca, al enseñar los
contenidos, ocultar la razón de ser de un sinnúmero de problemas sociales; en una
práctica educativa progresista, se procura, al enseñar los contenidos, desocultar la
razón de ser de aquellos problemas. Mientras la primera procura acomodar, adaptar
a los educandos al mundo dado, la segunda busca inquietar a los educandos
desafiándolos para que perciban que el mundo es un mundo dándose y que, por eso
mismo, puede ser cambiado, transformado, reinventado (Freire 95, pedagogía de la
ciudad)
La educación por sí misma no cambia el mundo, pero sin ella es imposible hacerlo.
En consecuencia, el educador progresista debe tener un compromiso ético político
por la construcción de un mundo más justo. El educador ve la historia como
posibilidad; no debe perder su capacidad de indignación, no puede ser indiferente ni
neutral frente a las injusticias, la opresión, la discriminación y la explotación; debe
mantener y promover la esperanza en la posibilidad de superación del orden injusto,
de imaginarse utopías realizables (“el inédito viable”).
Así, la realidad no es sólo el punto de partida de la educación sino también su punto
de llegada. Si la realidad no está dada, sino dándose, la finalidad de la educación
liberadora es contribuir a su transformar en función de visiones de futuro; exige
superar los obstáculos económicos, sociales, políticos y culturales que impide la
realización de los educandos como seres humanos. Las prácticas educativas críticas,
articuladas a praxis sociales transformadoras, hacen posible que la gente escriba su
propia historia, es decir, sea capaz de superar las circunstancias y factores adversos
que lo condicionan.
3. Educar es diálogo que nos hace sujetos
Para Freire la educación tiene su razón de ser en el carácter inacabado de los seres
humanos. Hombres y mujeres somos seres inacabados que si lo reconocemos,
necesitamos de los demás para conocer y transformar el mundo a la vez que nos
construimos como sujetos. El reconocer ese sentido de carencia, de necesidad de
los otros para conocer, actuar y ser en el mundo, justifica la posibilidad de la
educación, que no puede ser otra cosa que comunicación y diálogo.
Para Freire, la educación de posibilidad de constituirnos como sujetos; sólo a través
de la conversación basada en una práctica compartida y en la apertura el otro, que a
su vez me escucha y me habla, es que me reconozco como sujeto; no como sujeto
dado, sino como sujeto en permanente construcción. Así, el diálogo asume un
carácter antropológico y ético, en la medida en que nos hacemos seres humanos
autónomos, con capacidad de incidir en la realidad, en la medida en que
reconocemos, con otros, que el mundo es susceptible de modificar desde otros
valores, sentidos y utopías.
Ahora bien, para Freire no puede haber búsqueda sin esperanza. Perder la
esperanza es perder la posibilidad de constituirnos como sujetos, de transformar el
mundo y por tanto de conocerlo. Por ello, plantea una “pedagogía de la esperanza”
que supere todo fatalismo, conformismo y desilusión que el poder dominante quiere
imponer a toda costa. Frente al “no hay nada que hacer”, hay que anteponer el
derecho a soñar que “otro mundo es posible”, lema del Foro Social Mundial :
En la medida en que nos hagamos capaces de transformar el mundo, de poner
nombre a las cosas, de percibir, de entender, de decidir, de escoger, de valorar, en
último término, de eticizar el mundo, nuestro movimiento en él y en la historia
envuelve, necesariamente, los sueños por cuya realización luchamos.
Por ello, la pedagogía critica debe contribuir a construir sueños, a reinventar utopías
y a sembrar esperanzas de cambio. Freire, desde su palabra y su práctica fue
testimonio de constructor creativo de ello y por eso logró incidir en miles de
educadores desde la década de los sesenta hasta la actualidad.
A lo largo de su trayectoria, Freire reivindica la dialoguicidad de la educación, no
como una mera técnica o una didáctica, sino como una estrategia metodológica
basada en su concepción de lo humano. Se ha señalado como para él, los hombres
y mujeres se constituyen como sujetos a través de la acción y reflexión colectivas de
transformación de la realidad. Todo este proceso crítico liberador está atravesado por
la palabra. “No hay palabra verdadera que no sea una unión inquebrantable entre
acción y reflexión y por ende, que no sea praxis. De ahí que decir la palabra
verdadera sea transformar el mundo”
Para Freire, este pronunciamiento del mundo no es privilegio de algunos. Nadie
puede solo la palabra verdadera, ni decírsela a otros quitándoles su derecho a
decirla. Pronunciar la palabra desde una praxis liberadora implica un encuentro entre
los hombres mediados por el mundo que freire llama diálogo. Por eso, el diálogo es
una existencia existencial, pues no sólo solidariza la reflexión y la acción, sino que
permite que los sujetos ganen sentido como tales.
El diálogo, por tanto, es siempre creador; por un lado, de la realidad transformada;
por el otro, de los sujetos que se liberan transformándola. Exige humildad y
confianza, dado que “no hay ignorantes absolutos ni sabios absolutos: hay hombres
que, en comunicación, buscan ser más” . Tampoco hay diálogo sin esperanza: ésta
mueve la búsqueda de los hombres y mujeres por cambiar el mundo y hacerse
sujetos. Por tanto, si quienes dialogan no esperan nada de su reflexión y de su
acción, no puede haber diálogo.
LOS PROFESORES COMO INTELECTUALES: HACIA UNA PEDAGOGIA
CRITICA DEL APRENDIZAJE. de GIROUX, HENRY A
En este libro sugerente traspasa Henry Giroux los límites de la pedagogía crítica al
centrar su interés en la necesidad vital de conectar la reforma educativa con la
potenciación de la voz de profesores y estudiantes. El pedagogo norteamericano
incorpora las intuiciones más valiosas de la pedagogía crítica a una teoría más
amplia y práctica de la enseñanza escolar, teoría que contempla las escuelas como
esferas públicas democráticas comprometidas con la tarea de educar a los
estudiantes en el lenguaje de la crítica, la posibilidad y la democracia. En opinión de
Giroux, un elemento esencial de este tipo de educación es la habilidad del profesor
para actuar como intelectual transformativo y para servirse de la pedagogía crítica
como una forma de política cultural.
“Teoría que propone a través de la práctica, que los estudiantes alcanzan una
conciencia
crítica
dentro
de
su
sociedad.”
La pedagogía crítica encuentra su sustento en la teoría crítica. Esta teoría inventó
una nueva manera de leer la realidad, capaz de responder a las problemáticas
sociales del mundo moderno; esta corriente se ha constituido en un punto de
referencia en la búsqueda de una educación desde el enfoque crítico. Surgió,
entonces, la pedagogía crítica como una pedagogía respondiente, porque implica
una reacción generada desde una reflexión consciente y responsable.
Algunas
de
las
CARACTERÍSTICAS
que
conforman
esta
teoría
son:
- Es necesaria la formación de la autoconciencia para lograr crear un proceso de
construcción de significados apoyados en las experiencias personales.
- Está encaminada a la transformación social en beneficio de los más débiles. La
educación debe considerar las desigualdades sociales existentes en el mundo
globalizado, así como adquirir un compromiso con la justicia y la equidad.
- Debe permitir a los profesores, y a la comunidad educativa en general, identificar
las limitaciones y potenciar las capacidades de tal forma que éstas sean la base para
la
autosuperación.
Algunos de los elementos FUNDAMENTALES de la Pedagogía Crítica son:
Participación
Comunicación
-
Humanización
Transformación
Contextualización
Es preciso aclarar lo que H. Giroux asume como contexto: espacio geográfico donde
el individuo realiza sus acciones; también contempla las redes de significados –
espacios culturales que incluyen elementos históricos, religiosos, sicológicos,
ideológicos, etc.– que reconocen y aceptan los sujetos que comparten un mismo
espacio
físico.
Lo que un individuo interioriza a través del proceso de socialización depende del
contexto en el que éste está inmerso (familiar, social, cultural y educativo). Cada
individuo interactúa e interpreta de diferente manera la realidad en la que vive; esta
interpretación se basa en las representaciones internas que construye. Según sean
estas interpretaciones, así serán las actuaciones que realice; por ello, un individuo es
más competente en la medida en que sus representaciones internas favorecen una
mejor
actuación
sobre
su
vida.
“La educación debe tener presente estas relaciones y determinar cómo
las condiciones estructurales de la sociedad influyen en el proceso educativo.”
APPLE PEDAGOGÍA CRITICA
Durante el pasado mes de septiembre,Michael Apple y Peter McLaren, dos de los
más importantes representantes de laPedagogía Crítica norteamericana,
participaron en el VI Congreso Internacional de Investigación en Educación
Pedagógica organizado por elIDEP en la ciudad de Bogotá.
Eleducador.com tuvo la oportunidad de hablar con ellos y estos fueron algunos de los
temas
desarrollados:
Pedagogía
crítica,
investigación
y
capitalismo
La pedagogía crítica es una propuesta de enseñanza que intenta ayudar a los
estudiantes a cuestionar y desafiar la dominación, creencias y prácticas que la
generan. También se puede definir como una teoría y práctica en la que los
estudiantes
alcanzan
una
conciencia
crítica
. En palabras de McLaren, la pedagogía crítica crea en los estudiantes la posibilidad
de adquirir nuevos lenguajes y entender la vida diaria.
Para ellos, la construcción de una pedagogía crítica, aunque resulta difícil de
establecer, debe considerarse como el método más efectivo para lograr ciudadanos
con pensamiento crítico y forjadores de una democracia real motivados a construir
una sociedad más justa. Así mismo, sus críticas más duras se dirigen al sistema
económico y político que influyen de manera negativa en la educación de su país.
Según McLaren, existen diferentes enfoques de pedagogía crítica, entre
ellos,feminista, radical, humanista, descolonizador y revolucionario, este último
con el que se siente identificado gracias a la tendencia socialista que pregona.
Asegura además, que la pedagogía crítica debe ser plural, nunca neutral, es decir, se
está a favor o en contra del capitalismo. Para él, la pedagogía revolucionaria es un
término que abarca todos los aspectos precisos para una mejor educación.
Para estos dos pedagogos, es importante entender el papel de la pedagogía crítica
en un mundo que se encuentra golpeado por Estados Unidos y el militarismo.
Además, afirman que las fallas del sistema educativo actual se desprenden del
campo económico, político y social que rige en la mayoría de países.
Apple asegura que la educación es política en distintas formas, y para explicarlas
enumera seis puntos: 1) actúa como un dispositivo de clasificación (depende de
dónde vivas, el contexto), 2) los colegios reproducen las diferencias de clase y de
raza, 3) para que haya un conocimiento oficial se deja de lado lo popular, 4)
históricamente el currículo oculto refuerza las identidades de clase, 5]) dinero y
poder
y
6)
la
política
de
la
voz.
Aclara que en Estados Unidos existen 22 cuerpos políticamente dispuestos, como
una especie de concejo, que deciden cuáles libros de texto escolar se pueden usar y
cuáles no. Eso quiere decir que el estado es quien regula lo que está incluido dentro
del conocimiento oficial y la vida cultural.
En el ámbito económico ambos autores se
muestran resistentes al sistema capitalista;
según McLaren si aumenta el capitalismo, las
posibilidades de ser subjetivos y críticos
disminuye, lo que implica seguir bajo un grupo
dominante que no le interesa una educación de
calidad para las clases menos favorecidas.
Apple ejemplifica la relación de la economía con
la educación a través de las prácticas
neoliberales que ven a las escuelas conectadas
a un mercado global capitalista en donde necesitan ser transformadas y
competitivas, afirma que las escuelas se asemejan a las fábricas.
Luego explica que el capitalismo no ha cambiado su cortejo con el imperialismo; por
tanto lo califica como un sistema sin alma, sin humanidad y que no está al servicio de
la
comunidad
sino
de
la
rentabilidad.
Por otra parte, Apple hace una fuerte crítica a los neo conservadores quienes
pretenden dominar al maestro a través de un conocimiento “legitimo”. Es decir, un
conocimiento oficial que sólo emite valores y creencias que le convienen a la clase
dominante y que, por supuesto, deja de lado el conocimiento popular que es
imprescindible en la educación. Esta serie de afirmaciones inciden en el ámbito
social porque no dan rienda suelta al multiculturalismo. McLaren asegura que el
conocimiento puede y debe ser auto reflexivo en el cual maestros y estudiantes
pueden
intervenir.
En el libro “Escuelas Democráticas” Michael Apple testifica la existencia de 4
escuelas que están logrando una verdadera educación democrática. Entre ellas,
nombra el caso de una escuela de Porto Alegre (Brasil) en donde una alianza de
activistas de clase media creó un currículo antiracial y multicultural.
Para redefinir la educación, McLaren sugiere una economía que favorezca lo
local, no se puede negar la posibilidad de las utopías concretas de lo que el mundo
debería ser, así como afirma Freire, “la educación, en verdad, necesita tanto de
formación técnica, científica y personal como de sueños y utopías”. Los docentes
tienen que tomar acción directa, no quedarse pasivos ante la posibilidad de una
nueva educación, resulta indispensable volverse crítico, subjetivo y aprender de los
estudiantes.
Las escuelas también tienen que enseñar valores, cómo ser ciudadanos críticos y
reducir un conocimiento factual con unas pruebas objetivas. McLaren distingue 4
relaciones que deben tener presente los docentes: 1) el individuo y su actividad
productiva, 2) el individuo y el producto de esa actividad productiva, 3) el individuo y
otras personas (sus propios intereses) y 4) el individuo y la especie (lo que significa
ser
humano).
Apple propone 5 reglas para la investigación
crítica:
1. Decir la verdad. El maestro debe tomar
conciencia de lo que está pasando en la
educación, debe entender que en el
mundo actual la educación reproduce la
inequidad.
2. Iluminar los espacios de acción.Los
maestros están llamados no sólo a
denunciar lo negativo sino a generar espacios de discusión y diálogo en los
que se tenga en cuenta la clase trabajadora.
3. Definición de la investigación, los docentes deberían actuar como
secretarios de los movimientos sociales.
4. Mantener las tradiciones de pensamiento, reconstruir la memoria; la tarea
de la investigación crítica es contar las historias.
5. Establecimiento y apoyo de movimientos contra-hegemónicos.
Finalmente en su libro “Como Dios manda. Mercados, niveles, religión y
desigualdad”,expresa la importancia de retomar la perspectiva de “raza” como
elemento central de análisis de la política educativa entendida como “una
construcción, un conjunto de relaciones enteramente sociales” ; así mismo, considera
que es importante hacer públicos los desafíos actuales, y para ello los medios de
comunicación y la red se convierten en vehículos eficaces para dar a conocer el
trabajo realizado desde la pedagogía crítica, lo que permitiría el aporte
de soluciones y
alternativas
a
la
situación
de
la
educación.
Currículo
Apple apoya algunos aspectos de la escuela humanista en donde los niños son
activos y reciben un trato muy cordial por parte de los maestros quienes practican el
dialogo pero no necesariamente con sentido critico. Por esa razón se convierte en un
currículo débil con dificultades para manejar los problemas de la política en cuanto a
las relaciones de clase y de género y además, no está relacionado orgánicamente a
los movimientos sociales que están tratando de transformar la educación.
“Estoy de acuerdo con un currículo activo, tenemos que oír la voz de los estudiantes
y mantener diálogos a diferencia de los currículos basados en los puntajes; cuando
hay educación humanista en las escuelas de clase trabajadora hay muchos más
aspectos que evaluar como la cooperación, el dialogo con los otros, y el hacer
público lo personal”.
Del mismo modo, Apple asegura que se necesita una pedagogía crítica, un
currículo más reflexivo, debe existir un proceso crítico democrático donde
participen los más pobres. El estado tendría que aprender lo qué pasa arriba y lo que
pasa abajo, el currículo debe estar conectado con lo local de manera muy poderosa y
que las finalidades siempre estén sujetas a una revisión crítica a escala local y
nacional, eso es lo que más se acerca al proceso acertado para la redefinición de la
escuela.
Por su parte, Mclaren en la obra “La educación dentro de la Bestia” cita a los
educadores críticos quienes afirman que existe un currículo escondido que sigue
siendo tolerante pero a la vez muy critico.
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