La forja del Imperio: Carlos I y Felipe II

Anuncio
LA FORJA DEL IMPERIO
−CARLOS I
−FELIPE II
ESTRUCTURA DE LOS REINOS PENINSULARES
Para poder entender la política y la estructura de los reinos peninsulares en el siglo xvi debemos pensar:
1º.− que estamos en una sociedad del antiguo régimen , que admite el privilegio como principio organizador:
las libertades, los fueros, las franquicias de tal o cual reino son privilegios. Lo mismo que el estatuto jurídico
o fiscal de ciertos estamentos: nobleza y clero. O de ciertas categorías sociales.
2º.− esta situación choca con la tendencia pacifista a la racionalización de los estados moderos. Los dos
primeros reyes de la casa de Austria, Carlos I y Felipe II no hacen en muchos aspectos, sino desarrollar las
tendencias iniciadas por los reyes católicos tanto en el ordenamiento de la monarquía como en el modo de
gobernar.
RASGOS GENERALES DEL PERIODO
La península, que en 1504 estaba dividida en dos monarquías se somete desde 1518 a una sola autoridad real,
pero esta unidad dicta mucho de ser efectiva y encubre muy diversas y a veces contrapuestas realidades.
UNION PERSONAL:
La unión personal de castilla con Aragón a raíz del casamiento de los reyes católicos fue una simple unión
dinástica y no una verdadera unión nacional. Los distintos territorios tuvieron desde entonces los mismos
reyes sin que nada cambiase en ello. Cada uno siguió conservando sus instituciones, su lengua, leyes, aduana,
moneda...
Como si se tratase de un territorio independiente o por lo menos autónomo. Lo único común fue la persona de
los soberanos que fue al mismo tiempo reyes de castilla, reyes de Aragón, reyes de valencia.... A estos
territorios se añadieron otros extrapeninsulares como Nápoles o Las Indias, así como los que recogió Carlos I
cuando además de la herencia de los reyes católicos recibe la herencia de la casa de Borgoña de la que hereda
el franco condado y la herencia de Austria, y todo ello forma el imperio que rige desde 1559. Al renunciar
Carlos I, Felipe II sigue reinando en la Península y en Flandes. Fue además rey consorte d Inglaterra durante
su matrimonio con Maria Tudor y en 1580 recibe la corona de Portugal. Pero a pesar de ellos no podemos
hablar de un rey de España, sino de un heredador de 3 coronas, de tres reinos independientes y autónomos.
Los territorios peninsulares se reparten entre la corona de castilla y Aragón comprendiendo la de castilla las
dos mesetas centrales, Galicia, Asturias, Santander, Andalucía y Murcia, y los territorios asociados que son las
provincias vascongadas y desde 1523 el reino de Navarra, que hasta entonces se había mantenido al margen
como territorio independiente. Cada corona y a veces cada reino asociado conserva completa su autonomía
como Cataluña. Los distintos reinos unidos en la persona de Carlos I no se sintieron nunca solidarios y
fundidos en una sola realidad política y nacional.
UNION DESIGUAL:
Las dos coronas de castilla y Aragón unidas desde los reyes católicos no se sitúan en un plano de igualdad, y
1
es evidente desde el principio la clara superioridad de castilla que se irá reforzando a lo largo del siglo XVI.
Esta superioridad se debe a tres factores:
1º.− la mayor pujanza económica y demográfica. La expansión española por Europa y el resto del mundo en el
siglo XVI es una expansión castellana porque los hombre, los recursos y el dinero salían mas de castilla que
de el resto de partes de la Península. Castellanos fueron los soldados, los diplomáticos, los teólogos, los
hombres de estado, que llevaron por el mundo unos valores y una civilización con pretensiones universales.
2º.− la menor resistencia política de los reinos castellanos. Castilla siempre ofreció una menor resistencia a los
monarcas que los demás territorios asociados. Ya en época de los reyes católica parecen mas reacios ante una
política innovadora que lleva a la creación del estado moderno, concretamente a la superioridad de la
monarquía sobre los estamentos tradicionales.
3º.− su posición central. Castilla ocupa un lugar céntrico en la Península. Es allí donde mas frecuentemente
residen los reyes, hasta que en 1556 establece Felipe II la capital en Madrid. La incorporación de Portugal en
1580 acentúa el carácter céntrico de los reinos castellanos. Desde Madrid y desde el Escorial se pueden
atender los problemas planteados por todos los territorios. Madrid se convierte en capital de castilla y sede de
la monarquía.
La superioridad de castilla queda simbolizada por su predominio lingüístico. En esta época, el castellano se
convierte en español, en la lengua del imperio, la que se habla en el ejercito, en las cortes extranjeras donde
viven españoles, en los territorios de ultramar. Es la lengua que prefieren los autores. A partir del siglo XVI la
aristocracia y la gente culta adoptan el castellano y este se impone como una lengua de la cultura española y
como una lengua de comunicación universal.
AUTORITARISMO MONÁRQUICO.
La peculiar estructura política de la monarquía obligó a crear un sistema de gobierno que permitiera
compaginar la marcada tendencia del soberano a intervenir en los problemas de castilla con el absentismo de
los demás territorios donde un virrey representa al monarca. La solución fue crear una serie de consejos
formados por prelados, letrados y algunos aristócratas con carácter consultivo.
Encontramos:
−consejo real, con facultades legislativas, ejecutivas y judiciales
−consejo de hacienda
−consejo de guerra
−consejo de ordenes militares
−otra serie de consejos que se ocupan de los problemas territoriales: consejo de Navarra, Aragón, Flandes, Las
Indias......
De todos estos consejos, los dos mas importantes son el consejo de estado y el consejo de la inquisición. En el
consejo de estado se tratan los problemas referidos a la política interior y en el de la inquisición los exteriores.
El consejo de la inquisición intenta reprimir toda desviación religiosa entendida como peligro social, e impone
un conformismo ideológico e intelectual.
ECONOMIA Y SOCIEDAD
2
.− economía:
la población de la monarquía española a fines del siglo XVI debía rondar los 8 millones de habitantes, mucho
menos que en Francia, Alemania e Italia, pero mucho mas que en Inglaterra o Portugal. El 80 % de la
población se concentra en los reinos castellanos, donde la demografía ha crecido desde mediados del siglo
XV, expansión que continua hasta fines del siglo XVI con las pestes de 1598 a 1600, que causan la muerte de
medio millón de personas y que interrumpen el crecimiento demográfico. Dentro de los reinos castellanos, los
núcleos mas densos de población se encuentran en las dos mesetas centrales y Andalucía, tierras productoras
de trigo, vino, aceite y ganado lanar. Según avanza el siglo XVI se nota un cierto desplazamiento hacia el sur.
Así Andalucía se convierte en la zona más poblada por encima de castilla, como si ésta intentase captar la
riqueza y población de castilla. La mayor parte de la población vive en el campo, pero existe una notable
tendencia al crecimiento urbano, característica sobretodo del reino castellano. Las ciudades conocen un auge
continuo en el siglo XVI y atraen pobladores, pero el campo sigue siendo el asentamiento normal de la
mayoria de la población española.
Producción agrícola
Cereales, vino y aceite son las 3 producciones básicas del pueblo español. Su cultivo conoce en el siglo XVI
un notable desarrollo hasta 1570, en que aparecen síntomas de crisis. Este desarrollo se debió
fundamentalmente a la presión demográfica, sin embargo queda limitado por el escaso desarrollo técnico, la
falta de abonos para mejorar el rendimiento de la tierra, y la práctica del barbecho. El aumento de la
producción solo se puede conseguir aumentando la extensión de las tierras, y se roturan aquellas que se
dedican al pasto o al aprovechamiento comunitario. Letrados y hombres de negocio compran tierras alrededor
de las ciudades, oportunidad que aprovechan Carlos I y Felipe II para solventar los apuros de la corona,
vendiendo bienes de realengo o válidos.
Ganadería
Ganadería y agricultura han sido siempre actividades complementarias y lo siguen siendo en el siglo XVI. El
ganado suministra a los campesinos alimentos, estiércol para el abono de la vida diaria y cuero que da lugar a
actividades artesanales. El ganado pasta en lugares cercanos, terrenos ganaderos y el barbecho.
Este tipo de ganadería, ganadería estante, no presenta ningún tipo de problemas específicos, no pasa lo mismo
con la ganadería trashumante, que alcanzó un auge extraordinario en el reinado de Carlos I y que provocó una
serie de conflictos con los campesinos dada su importancia y los privilegios que había obtenido. Esta
ganadería se compone únicamente de ovejas y carneros vedinos que producen una excelente lana muy
cotizada en el mercado internacional. Esta importancia, ya originó en el siglo XIII la agrupación colectiva,
llamada el honrado concejo de la mesta. Estaba compuesta por la reunión de los trashumantes.
Los rebaños tenía unos caminos especiales por los que desplazarse, desde los montes del norte hasta los pastos
de invierno de Extremadura, la mancha y las dehesas. La mesta tenía privilegios y derechos considerables.
Tenía sus propios funcionarios encargados de conservar en buen estado las cañadas, proteger los pastores y
defender los privilegios, entre ellos el de la posesión, que permití a la mesta disfrutar de perpetuidad de una
tierra, antes cultivada por la misma renta que se alquiló el primer año, o si se trataba de una tierra sin cultivar,
podían usarla para pasto perpetuamente después de haberla ocupado un año, aún sin el consentimiento del
dueño. Estos privilegios organizaron disputas con los campesinos que siempre acababan perdiendo. El siglo
XVI fue para la mesta un período de prosperidad que comienza a menguar en el último tercio del siglo por su
rivalidad con la ganadería.
Industria y artesanía
En las zonas rurales seguía existiendo un amplio abanico de actividades artesanales, que se dedicaban a
3
suministrar a los campesinos alpargatas, alfarería, herramientas.....
En las ciudades, la artesanía seguía sometida a una estructura greñal que vigilaba todos los aspectos de la
fabricación y organización de un producto. Las ordenanzas de cada gremio fijaban de manera minuciosa los
precios de venta, normas, salarios....De esta forma se evitaba la competencia y se imponía cierta calidad pero
también se mantenía la rutina y se dificultaban las innovaciones técnicas. Pero existen ya en esta época formas
de actividad industrial tipo precapitalista, con hombres de negocios, dueños del capital, que encomendaban
trabajos a obreros libres y asalariados que vendían por su cuenta los productos.
Los principales eran:
1º.− fabricación de paños de lana. Sobretodo en el centro de castilla y Cataluña
2º.− la seda. En granda y casi toda Andalucía
3º.−artículos de cuero. Sobretodo en Toledo, Sevilla y Burgos
4º.− orfebrería. Sobretodo en Sevilla, Toledo, Burgos y valencia
5º.− minas de hierro, plata y cobre. Sobre todo en Vizcaya. Muchas de estas minas suministraban la materia
prima para la industria siderúrgica y metalúrgica que empezaba a ser importante.
En conjunto, la producción artesanal e industrial de España en el siglo XVI alcanzó un desarrollo notable,
demostrado por los altos salarios que se pagaban indican que antes faltaban trabajadores que ahora trabajan.
Esta situación favorable cambia a partir del último tercio de siglo.
.− sociedad:__
la sociedad española del siglo XVI era fuertemente jerarquizada, con desigualdades sociales muy marcadas.
Nobleza:
Goza de prestigio social y de una oposición económica preponderante. Forma una minoría que ocupa el
primer lugar en casi todos los aspectos, propiedad del suelo, riquezas, poder y honores. Dentro de ella
podemos diferenciar estratos también jerarquizados:
A._ en la cúspide de la pirámide se sitúan los grandes y los títulos. Eran dueños de extensos latifundios que
les proporcionaban rentas enormes y les permitía llevar una vida desahogada y convertirse en mecenas
protectores de las artes las letras. Sin embargo su poder no es total ya que los primeros austrias, Carlos I y
Felipe II, siguiendo la tradición de los reyes católicos procuraron apartarles de los grande mando políticos.
B._ por debajo están los caballeros. Grupo muy amplio en el que encontramos:
1º.− caballeros de las ordenes militares. Cada uno de las ordenes militares tiene un habito. Este habito se
convierte en una dignidad muy cotizada por el prestigio social que da a los titulares y también por las rentas
cuantiosas que supone.
2º.− los señores de vasallos. Aunque no pertenecen a la nobleza alta, poseen tierras y derechos señoriales.
3º.− el patriciado urbano. Son los dueños de los regimientos municipales.
C._ los hidalgos.
4
Son un grupo aparte, difícil de colocar en la jerarquía nobiliaria. Su única diferencia con los caballeros era una
diferencia de fortuna. La hidalguía supone ante todo exención fiscal.
Era un estatus muy codiciado por lo que suponía económica y socialmente.
En manos de todas estas categorías de nobles, pero sobre todo en la primera estaba concentrada la mayor parte
de la riqueza territorial de los reinos peninsulares. En este siglo, la nobleza no constituye una casta cerrada.
Existe una movilidad social que permite a un mercader rico o a un letrado acceder en ciertas condicione a la
hidalguía o a la categoría de caballero y así formar parte del grupo privilegiado y honrado. Esto significa que
la carga fiscal va a recaer en la capas inferiores de la sociedad.
Clero
El clero constituye un segundo orden de privilegios. Vamos a distinguir:
A._ alto clero ( arzobispo y obispo). Gozan de rentas desiguales. Muchos segundones de familias nobles
ocupan puestos en el alto clero, pero debemos de tener en cuenta la democratización que hicieron los reyes,
por lo que encontramos en este cuerpo a hombres salidos de la sociedad por el cuidado que pusieron los
soberanos en nombrar para tales cargos a personas moral e intelectualmente cualificados. Los cabildo
catedralizados pertenecen también a este grupo. Todo este grupo vive desahogadamente gracias a las rentas,
intelectualmente están bien preparados, pero moralmente a veces no.
B._ bajo clero. Formado por párrocos. Población poco numerosa cuyo nivel intelectual y moral era muy bajo,
pero el concilio de Trento (1545) secundó esta situación aunque las reformas introducidas tuvieron poco
efecto en la segunda mitad del siglo.
C._ clero regular. Comprendía órdenes que tenían ricos monasterios y órdenes mendicantes.
El clero español poseía en el siglo XVI propiedades extensas y rentas cuantiosas. Los bienes se hallaban
vinculados, y eran bienes de mano muerta, que no se podían vender con excepción del bajo clero. Su nivel
intelectual era por lo general elevado, como lo demuestraron en las universidades. También tenían una
importante función social con los hospitales que mantenía y las obras de asistencia y caridad.
Todos los que pertenecían a estos dos estamentos se llamaban pecheros, o sea, que están obligados a
contribuir en los servicios o impuestos directos.
.− estado llano
Formaban la inmensa mayoría de la población, desde los ricos mercaderes hasta los miserables braulos y
jornaleros del campo. En las ciudades se concentra gente pudiente que vive en casas grandes, bien
amuebladas, adornadas con tapices, cuadros, joyas, disponían de coches, caballos, servicios....
Encontramos en lo alto de las escala social los grandes negociantes y mercaderes, que se dedicaban al
comercio internacional y que se asemejaban en algunos casos a banqueros. Constituyen una burguesía
poderosa, que competía con la nobleza en lujos. Tenía influencia económica, pero le faltaba el prestigio social
que se reservaba la nobleza. Por esto los burgueses procuraron incorporarse a la nobleza por la via de la
hidalguía, adoptando los valores y la forma de vida de la aristocracia. La fortuna de los padres se invertía en
tierras. Los hijos dejaban el oficio y vivían de rentas. En pocos años se convertían en nobles.
.− letrados
Ocuparon un papel muy importante en la administración y en las actividades liberales. Eran los licenciados y
5
doctores en derecho civil y canónico, y entre ellos reclutaba el estado sus oficiales y empleados. Ellos, y los
escribanos, los noticiarios, abogados y médicos podían alcanzar sueldos altos que aumentaban prestando
servicios directos. Con el dinero acumulado compraban fincas urbanas o rurales que estuviesen cerca de
alguna ciudad, y se convertían en burgueses que codiciaban el estatuto de la hidalguía y a veces, lo conseguían
pero en muy contadas ocasiones. Una capa más modesta estaba formada por pequeños mercaderes y artesanos
que se agrupaban en calles o barrios propios y tenían sus gremios o cofradías.
En realidad mas del 80 % de la población de España, vivía en el campo. En condiciones muchas veces, muy
duras. Se calcula que las ¾ partes del suelo castellano pertenecían a señores laicos o eclesiásticos. Los
propietarios, acomodados formaban una minoria, sobre todo en la mitad norte por la península, pero la
inmensa mayoría del campesinado español, estaba formada por arrendatarios que cultivaban tierras de otros, y
jornaleros son tierras. Debían de pagar impuestos reales y diezmos eclesiastos que les hacían llevar una vida
miserable.
.− marginados
La sociedad del siglo XVI comprende una proporción relativamente importante de gente mas o menos
marginada que plantea problemas. Los principales grupos son:
._esclavos. Generalmente eran negros, sacados de África por los portugueses y vendidos en los mercados de
Lisboa, valencia y Sevilla. Su condición no es de las peores, ya que comúnmente están empleados en el
servicio doméstico y constituye una especie de lujo en las casas señoriales y acomodadas. Muy pocos trabajan
en actividades productoras como mano de obra servil.
._ moriscos. Son personas árabes teóricamente convertidos al catolicismo. Trabajan en el campo y constituyen
para sus señores una mano de obra dócil, competente, eficaz, barata, pero explotada y odiada por la masa de
cristianos viejos que deben ellos un peligro permanente por la supuesta complicidad qu pueden ofrecer a los
corsarios barbaricos.
.−los gitanos. Contra los que existe mucho recelo. Su vida errante hace que se les acuse de robar en los
campos, de engañar a sus clientes comprando o vendiendo ganado o ejerciendo varios oficios.
.− bandoleros. Este constituyó en verdadero problema político y social junto con los vagos. Este grupo por lo
general de origen urbano vive en el monte y en el campo. Es un fenómeno que alcanza en ciertas regiones
como Cataluña y valencia proporciones inquietantes. Existe un bandidaje nobiliario, uno popular, producto de
la miseria y del desempleo. y un bandidaje morisco. El numero de estos va creciendo a lo largo del siglo hasta
llegar al reinado de Felipe II, en el que el tema se convierte en un problema de estado preocupante y no
encuentran solución adecuada.
.− los vagos. Son todo lo contrario a los bandoleros. Originarios el campo se concentran en las grandes
ciudades donde se dedican al pordioseo y la vida maleante: mendigos, afligidos, tullidos, enfermos, desertores
y desocupados de toda clase. Inquietan a las autoridades, a las cortes y a las clases acomodadas. Se intenta
limitar su número obligándoles a buscar un oficio o un trabajo que les permita vivir y ser útiles a la sociedad.
Pero todos los proyectos fracasan por la realidad económica española.
POLÍTICA:
Expansión europea:
Con el advenimiento de Carlos I al poder, España, cuya política exterior hasta entonces era mas bien
mediterránea interviene en toda Europa. Carlos I es rey de Castilla y de Aragón, y cómo jefe de las casas de
Austria y de Borgoña, herencia de los abuelos paternos, tienes bajo su mando en el norte el franco condado,
6
Austria. A partir de 1519, fecha en que es elegido emperador del santo imperio, se ve en la obligación de velar
por los intereses de esta entidad política tan compleja. Todo ello hace que la política imperial no coincida con
la política española, e incluso a veces sea opuesta. La política imperial obliga a Carlos I a intervenir en
Alemania par mantener la paz amenazada por la reforma luterana y para parar a los turcos que van hacia
Viena, estos objetivos no tienen nada que ver con los intereses nacionales de España. Sin embargo, España y
en concreto castilla se ve comprometida a sostener y costear unas empresas que no le interesan directamente.
Felipe II recoge parte de la herencia de su padre (Flandes, reinos hispánicos), deja de ser emperador pero
conserva relaciones privilegiadas con la casa de Austria y se considera moralmente obligado a seguir las
directrices generales de la política de su padre. Por eso se ve metido en una serie de conflictos que no tienen
nada que ver con los intereses españoles. España en esta época, se convierte en la primera potencia europea,
pero se agota en la Endesa y provoca en las empresas del norte odios y resentimientos deviaderos
Política imperial.:
En la edad media, Europa tenía una indudable unidad cultural y religiosa. Se confundía con la cristiandad.
Esta unidad queda amenazada en el siglo XVI de dos maneras:
1º._ desde el exterior. Por la presión que los turcos mantienen en el mediterráneo y Europa central.
2º._ desde el interior. Por las divisiones que la reforma luterana introduce en las naciones cristianas (hasta
entonces existía el catolicismo).
Al recoger la herencia imperial, momento en que los dos peligros coinciden simultáneamente, Carlos I se
considera en la obligación de defender la cristiandad formando un frente común al turco y evitando las
divisiones religiosas. Su política se puede resumir de la siguiente forma: paz para los cristianos y guerra
contra los infieles.
Política exterior:
La política exterior de España en la mitad del siglo XVI responde a una constante: la alianza con Portugal. Y a
3 etapas:
−una fase borgoñesa
−una fase mediterránea
−una fase alemana
.−alianza portuguesa
Entre Castilla y Portugal la tirantez existente a principios del l reinado de los reyes católicos quedó zanjada en
condiciones satisfactorias para ambas partes. Esta normalidad se concretó en alianzas matrimoniales entre
familias reinantes que culminaron en 1526 con la boda de la princesa Isabel de Portugal con Carlos I. Estos
enlaces llevan a que Felipe II se presente como heredero de la corona de Portugal en 1578 al morir sin
descendencia del rey. Con esto se lleva a cabo una mitificación de la Península que dura desde 1580 a 1640.
Durante la revuelta de los comuneros, Portugal prestó ayuda financiera a Carlos I para reconstruir el ejercito y
vender las tropas. Las rivalidades entre España y Portugal que podían existir habían sido solucionadas en
Cortesiíllas en 1494 al fijarse los respectivos límites del imperio. Un problema que se plantea durante el
reinado de Carlos V fue el de la soberanía sobre el archipiélago de las Malucas. Carlos I renunció en Zaragoza
en 1529 a las pretensiones castellanas sobre las islas con lo que se elimina cualquier motivo de discordia entre
las dos naciones.
7
.− fase borgoña
Heredero de la casa de Borgoña, Carlos I tuvo que enfrentarse con Francia rompiendo así una política
castellana anterior inclinada a la alianza. Las hostilidades con Francia empezaron en 1521 y España se lleva la
victoria derrotando a Francisco I de Pavía en 1525. el tratado de Madrid se firma en 1536 que reconoce los
derechos del emperador sobre el ducado de Milán y el ducado de Borgoña.
Esto trae problemas con el papa y con la república de Génova que comienzan a aliarse con Francia para
recuperar sus pretensiones. Como consecuencia de esto, las tropas imperiales saquean Roma, y en 1529 se
firma la paz de Cambray que pone fin a esta fase imperial. Carlos I va a recibir la ayuda de las tropas de
Génova y del papado y renuncia al ducado de Borgoña.
.−fase mediterránea
El peligro turco sigue en Europa central y en el mediterráneo. Carlos I intenta resucitar la idea de cruzada,
pero Francia está mas interesada por sus intereses personales y no duda en aliarse con los turcos. Carlos I sólo
con ayuda de las tropas de Génova y el ducado lanza una expedición contra Túnez en 1535 para atacar el
poder autorromano, pero la mayoría de los turcos se refugian en Argel, y desde Argel mantuvieron una
constante presión y amenaza sobre las costas españolas. A la vez se reanudan las hostilidades de Francia con
el ducado de Milán. Para luchar con Francia, Carlos I se reúne en Inglaterra, y logra vencer a los franceses.
Esto acaba con la paz de Crepi en 1544.
.− fase alemana
La fase alemana de la política de Carlos I es la culminación de la crisis planteada por la reforma luterana.
Crisis que le afectaba doblemente.
Primero, porque amenaza la mitad espiritual de Europa, y por otro lado porque amenaza la mitad política del
imperio.
Carlos I intenta buscar primero una solución entre las posiciones de Lutero y del papado evitando la ruptura
entre los dos bloques. Busca una reforma de la iglesia que tenga en cuenta las críticas luteranas pero que deje
a salvo el dogma católico en sus aspectos principales.
Esta tentativa de conciliación fracasa ante las negativas del papa al convocar un concilio y ante los recelos de
los nobles alemanes que veían en la reforma un modo de aumentar su poder y no estaban dispuestos a aceptar
la autoridad de un imperio sólido y fuerte. Cuando en 1520 se reúne el concilio de Trento ya es tarde, porque
ambas actitudes religiosas se habían convertido en ortodoxas entre los que no existían ningún tipo de
conciliación,
En Alemania la resistencia luterana presentaba el desafío a la actividad imperial. Carlos I aplastó a los
principales en 1547 en mulherg pero no logró un triunfo definitivo.
Carlos I fracasó en su doble intento de mantener la unidad religiosa y política del imperio. La paz de
Agsburgo en 1555 reconoció los hechos consumados. Loa príncipes alemanes eran libres de escoger el credo
religioso que precedían y de imponerlo a sus súbitos.
Carlos I renunció al trono abdicando en 1556, deja a su hermano Fernando el imperio y los territorios
patrimoniales de los austrias, y a su hijo Felipe los reinos de la Península Ibérica y Flandes. Se retiró al
monasterio de Yuste.
En resumen, la política imperial se desarrolló en 3 escenarios principales: Alemania, Italia, y el mediterráneo.
8
Fue esencialmente una política dinástica. Los problemas del imperio dejaban indiferentes a los españoles,
incluso a los que ocupaban altos cargos del estado. Italia quedó dividida en 3 zonas:
• una sometida a la unidad española (Nápoles, Sicilia y Cerdeña).
• Otra disputada entre Francia y España
• Los estados independientes del papado y del Venecia.
Castilla se vio en la obligación de costear una política exterior que no le interesaba. Con el tiempo hubo una
cierta hispanización de Carlos I, que acaba sintiendo amor por sus reinos peninsulares, y hubo también una
cercamiento de los reinos políticos exteriores a algunos temas del emperador. Felipe II al recoger la herencia
de s padre se encontró en una situación en la que España no podía desistir de un papel director en la política
europea.
FELIPE II Y LA DEFENSA DEL CATOLICISMO
Felipe II sube al trono en un momento de máxima tensión. El concilio de Trento ya no trata de reconciliar a
católicos y protestantes, sino de sentar las bases de una ortodoxia relevada. Los teólogos españoles juegan en
el, un papel de primer plano. En toda Europa los progresos de la herejía provocando conflictos y guerras
civiles. España se siente obligada a defender a sus aliados de la casa de Austria. De esta manera, España se
convierte en la defensora del catolicismo frente al protestantismo .
Se identifica a España con la defensa de la fe, y así todo avance del protestantismo se interpreta como una
derrota de España, lo mismo que todo un proceso de herejía como una victoria.
.−Lepanto:
Felipe II emprendió la ultima cruzada de la cristiandad. Los turcos hacen mas fuerte su presión sobre los años
1560−1570 sobre el mediterráneo. Túnez y Chipre caen en poder. Las tres potencias mas interesadas son
España, Venecia y Roma, y se ponen de acuerdo y realizan una triple alianza que se va a denominar la santa
liga en 1571. las fuerzas navales y militares, bajo el mando de Don Juan de Austria se encuentran en Lepanto
con la armadura turca en 1571, y termina con la victoria de la santa liga. 1571 es una fecha importante porque
significa el fin de la dominación turca en el mediterráneo occidental. El poderío turco sigue en pie, pero ya no
representa la amenaza constante que había sido hasta entonces.
.− guerras de Flandes:
Flandes fue, a partir de 1566 el mayor problema que tuvo España que afrontar en la segunda mitad del siglo
Xvi, y que condicionó, en gran medida, los aspectos de su política exterior. En esta lucha, van íntimamente
ligadas las dos características de Europa de este siglo. Las inquietudes religiosas y el crecimiento de las ideas
racionales. Flandes era posesión patrimonial de la casa de Borgoña. Tenía tres millones de habitantes y
conocía una propiedad económica, debida a su riqueza agrícola, sus talleres textiles y sus actividades
comerciales en el Puerto de Amberes. Al abandonar aquellas tierras para regresar a España en 1559, Felipe II
las deja encomendadas a su hermana Margarita, a quien asesoraba un consejo dominado por Granada, que no
era natural de países bajos.
La nobleza local, encabezada por el conde de Egmon y el príncipe de Orange, disgustados por aquella
organización administrativa, en el que veía un peligro para sus privilegios y autonomía pidieron la marcha de
Canberra. Felipe II acabó por aceptarla.
Pero no accedió a otros puntos como la libertad exigida por los calvinistas que estaban preocupados por la
determinación de Felipe II de hacer cumplir los decretos del concilio de Trento y combatir la herejía.
9
Parte de la pequeña nobleza flamenca, y de la burguesía mercantil, adictas al comunismo, se agruparon en
1565 en una especie de liga llamada por sus adversarios liga de mendigos. Entre la oposición calvinista y el
descontento nobiliario, había un punto en común: el recelo ante la política de Felipe II, considerado
demasiado intransigente.
En 1566 estallaron incidentes en varias ciudades, que pronto degeneraron en tumultos, en las que fueron
saqueadas varias iglesia y destruidos varios altares e imágenes sagradas. La oposición se convierte en
insurrección. La reacción de Felipe II al recibir tales noticias es enérgica. Envió al duque de Alba para sofocar
la rebelión. El duque procedió con mano dura y creó el tribunal de los tumultos para castigar a los
revolucionarios. Las dos primeras víctimas fueron dos grandes magnantes flamencos (duque de Egmon y
duque de Horn) en 1568. Desde entonces la insurrección se agravó y pronto adquirió el aspecto de una guerra
cuyo mando asumió en el mando rebelde a Guillermo de Orange. Este buscó contra España la alianza de los
príncipes protestantes de Alemania, Inglaterra y Francia. Con los recursos obtenidos creo una flota de piratas
denominados los mendigos del mar que en 1572 consiguieron apoderarse de varias posiciones clave, entre
ellas el Puerto de Flesinga (a la entrada de Amberes) y obtienen éxitos importantes de su lucha, y Guillermo
de Orange se hace fuerte en la provincias del Norte. Se intentó llegar a un acuerdo con los rebeldes, pero no se
consigue y la guerra tiene un carácter violente y cruel. Se consigue una pequeña suspensión de armas y
durante esta, la estrategia de España y sus aliados es jugar con las rivalidades religiosas y regionales. Se
consigue que las provincias del sur firmen un acuerdo en 1579. Frente a eso, los protestantes constituyeron la
unión de las provincias del norte. Así, los países bajos quedaron divididos en dos territorios:
−el norte protestante
−el sur sometido a una influencia española.
La insurrección estalló en el sur, pero acabó por imponerse en el norte, donde el calvinismo era muy
minoritario. Entre las provincias del norte, que se constituyeron en provincias unidas independientes, no
existía unidad lingüística ni intereses económicos comunes ni idénticas estructuras sociales. Parece que la
rebelión reunió a descontentos de muy diversa procedencia :nobles católicos resentidos, calvinistas,
mercaderes,...... El príncipe Guillermo supo hasta su muerte en 1584 federar bajo su mando y su autoridad
aquellas múltiples rebeliones que España se empeño en sofocar son resultado.
Se calcula que España gastó en las guerras de Flandes casi el doble de lo que recibió de las Indias en las
famosas remesas o tesoros americanos, pero la guerra de Flandes también tuvo otra consecuencia: la de
envolver a España en una serie de conflictos con Francia e Inglaterra.
.− relaciones de España e Inglaterra
Las relaciones entre España e Inglaterra pasan por tres fases distintas durante el reinado de Felipe II.
En la primera, la mas breve, Felipe, a raíz de su casamiento con María Tudor en 1554 es rey consorte de
Inglaterra. Se pensaba en una progresiva restauración del catolicismo en aquella nación. Fue entonces cuando
Carlos I abdica y deja a su hijo la herencia de Flandes. La presencia de una nación amiga al otro lado del
estrecho constituye una garantía para los países bajos.
En 1558, esto cambia porque María muere sin descendencia y pasa la corona a manos de Isabel que decidida
partidaria de la reforma protestante abre en 1558 un periodo de hostilidad entre las dos naciones. Felipe II
ayudó de una manera disimulada a los súbditos católicos de Isabel y ésta a su vez presta ayuda a los rebeldes
flamencos. En el mar, piratas ingleses, pagados por la reina Isabel, hace comercio ilícito con las colonias
española en el caribe. Ataca a los barcos españoles y consigue grandes botines, incluso por orden de Isabel se
atacan y saquean nuevas ciudades españolas como Cartagena. Todos estos roces no llevan a la guerra hasta
que Isabel presta apoyo financiero a los rebeldes flamenco. Es esto lo que decide a Felipe II a declarar la
10
guerra contra Inglaterra, en la que pierde en continuos enfrentamientos en el mar y acaba con el fracaso de la
armada invencible.
.− intervención en la política francesa
La cuestión religiosa y el problema flamenco provocaron fuertes tensiones entre España y Francia. En
Francia, hugonotes y católicos luchan por el poder. Los católicos contaron siempre con la ayuda de España,
mientras que los hugonotes son adorados por los rebeldes flamencos. Las alianzas entre España y los católicos
franceses se rompe al morir Enrique III. Como futuro rey se tenía en perspectiva a Enrique de Navarra o
Enrique de Borbón.
Para subir al trono Enrique de Borbón, protestante, se convierte al catolicismo y este hecho pone fin a los
conflictos entre las dos naciones.
ESPLENDOR Y DECADENCIA
DE FELIPE III A CARLOS II
FELIPE III
El reinado de Felipe III, que va de 1598 a 1621 supuso el paso del gobierno personalista al devaluamiento, a la
vez que el comienzo de la decadencia de la hegemonía de la monarquía hispánica en Europa. Representó un
cambio considerable, tanto en la política exterior como en la interior de la monarquía española. El nuevo rey
no se parecía mucho a su padre, Felipe II, que ya había tenido que desheredar a su hijo primogénito por
incapacidad absoluta. Tuvo que entregar sus dominios a un sucesor, cuya falta de voluntad y de carácter
conocía de sobra. pero fue su último varón sobreviviente, fruto de su último y cuarto matrimonio con Ana de
Austria, hija del Emperador Maximiliano III.
Felipe III, fue débil y tímido por naturaleza y educado por tutores aristócratas, resultó de carácter muy
religioso, lo que en política supuso la identificación con la misión divina de la monarquía.
No tenía energía, ni tampoco la dedicación propias de un monarca. Rompió con los lujos anteriores.
Apenas se hizo cargo del poder, cuando lo dio da Don Francisco de Doval, marqués de Denia, luego llamada
duque de Lerma. Un gran señor castellano de ambición desmedida y codicia insaciable, que fue durante
muchos años el verdadero árbitro del gobierno del estado, no por un cargo oficial, sino por la amistad y
confianza que le otorgaba el rey
Privado, valido o favorito son los nombres que se dan en el siglo XVI a estos personajes. Su existencia se
justificaba por la necesidad que tenía un rey absoluto de una persona de gran capacidad de trabajo y entera
confianza en quien descargar parte de las obligaciones que pesaban sobre el. Los validos fueron todos
impopulares, los nobles no les perdonaban sus enjuglamientos y el pueblo creía que al usurpar las atribuciones
de la realeza privada a la nación de aquella protección y de aquellos beneficios que la divinidad otorgaba a los
reyes, sus representantes de la tierra.
Todos los validos abusaron de su posición, y el duque de Lerma mas que ninguno, acumulando cargos,
honores y riquezas. A su sombra prosperaban también otros personajes entre los que destacó Don Rodrigo
Calderón, Marqués de siete iglesias,.
En los últimos años de reinado, Lerma fue desplazado del poder por su hijo, el duque de Uceda y el marqués
de siete iglesias, procesado y desposeído de la inmensa fortuna que había acumulado. El relajamiento de
aquella corte, donde todo se compraba y se vendía, motivó la degradación de aquel cuerpo de funcionarios,
11
que bajo la mirada vigilante de Felipe III había actuado con gran eficacia. Tras el austero reinado de Felipe II,
el nuevo ambiente de disipación, fiestas y derroche provocó escándalo. Tanto el rey Felipe II como la reina
Margarita de Austria eran muy religiosas, con una religiosidad mas aparatosa y externa que profunda.
Favorecieron las fundaciones e conventos y la compañía de Jesús, a la que Felipe II había tratado siempre con
mucho recelo. Felipe III, en cambio la trató con especial cuidado, y su influencia no dejó de crecer en la corte
y la sociedad
Los eclesiásticos convencieron al rey de que era deber de conciencia marchar de Madrid que se había
convertido en inmiserables, y trasladar la corte a Valladolid que tuvo también incomodidades de 1501 a 1606,
año en que Madrid recuperó la capitalidad.
Una nueva política internacional :
A pesar de su sinceridad, la religiosidad de Felipe III no estaba animada por el espíritu de cruzada de su padre.
Esta religiosidad se manifestó en hechos como la expulsión de los moriscos y las abundantes fundaciones
monásticas, pero en política internacional, aunque siguiese considerándose obligado a la defensa del
catolicismo prefería mantener la paz, tanto por temperamento como por el cansancio de la nación y el estado
ruidoso.
La suerte le favoreció con la muerte de Isabel de Inglaterra, que hizo posible ajustar con su sucesor, Jacobo I
Estuardo, un tratado de paz. En una de sus cláusulas se aseguraba a los comerciantes ingleses instalados en
España, que no serían molestados por la inquisición.
La guerra de Flandes seguía consumiendo hombres y dinero. Al final del reinado, Felipe II quiso eliminar esta
carga, y entregó Flandes a su hija Clara Eugenia, casada con el archiduque Alberto de Austria, pero estos
siguen pidiendo ayuda a España, y como no tuvieron descendencia, Flandes vuelve como parte de la herencia
de los reyes españoles. Por su parte, los holandeses estaban agotados por una guerra a la que no se veía límite,
y los deseos de paz de ambas partes se concentraron en una tregua ajustada en 1609 por 12 años, pero con una
reserva en ultramar podían seguir las hostilidades.
Otro enemigo potencial, el mas peligroso desapareció con el asesinato de Enrique IV en 1610, lo que
constituye para el gobierno de Madrid un gran peligro, porque Enrique IV estaba tramando una coalición
contra Ausburgo. Su viuda, María de Médici mantuvo la amistad con España y lo ajustó el doble matrimonio
del futuro Luis XIII con la española Ana de Austria y la Felipe de Asturias con Isabel de Francia.
Libre y desembarazado de enemigo entre las grandes potencias, el gobierno de Felipe III sólo tuvo que
enfrentarse a problemas en Italia, donde los duques de Saboya y la república de Venecia trataban de
contrarrestar la hegemonía española.
.− dificultades internas :
Aunque fuera a costa de cierta pérdida de prestigio, la paulatina disminución de los combates, proporcionó al
pueblo español un respiro del que estaban necesitados. Los tributos aunque no bajaron, al menos no siguieron
aumentando.
Sin embargo, el estado de la hacienda real seguía siendo poco brillante. Lo que el gobierno ahorraba en gastos
militares lo gastaba en fiestas, banquetes, pensiones a los cortesanos y dotes a las reinas.
Para no tener que aumentar la presión fiscal se acude a la inflación acuñando moneda de Vellón, primero de
oro y plata y luego de cobre. Se le atribuye un valor superior al metal. La diferencia entre el valor nominal y
real constituye una ganancia para la hacienda. El peligro de estas manipulaciones tardó en advertirse porque al
12
comenzar el siglo había escasez de moneda de Vellón y vieron los fatales efectos, y ante las reclamaciones de
la corte se suspendieron las acuñaciones.
En 1607, gastados de ante mano todas las rentas del año siguiente, la corona llega a un acuerdo con sus
banqueros genoveses, entregándoles títulos a cambio de créditos. Las rentas quedaban desembargadas y el
proceso de endeudamiento podría recomendar.
La expulsión de los moriscos valencianos en 1609 seguida de los castellanos, aragoneses, andaluces y
murcianos de 1610 a 1614 fue un golpe sensible para la economía española muy fuerte en el reino de
Valencia, que perdió la tercera parte de su población activa y bastante importe en Aragón y Murcia. En el
resto la incidencia fue variable. Hubo ciudades como Sevilla, Córdoba y Ciudad Real, que perdieron una parte
importante de su población. Hubo comarcas e incluso regiones enteras en las que casi no se notaron las
incidencias como es por ejemplo en las del norte. De todas formas, la expulsión de los moriscos contrapesó en
alguna medida el efecto favorable que tuvo la tregua con Holanda.
Un factor positivo fue la continuación del elevado nivel de contratación con América. Como en los últimos
años anteriores, la plata seguía llegando en grandes cantidades tanto para el rey como a particulares. Los
ingresos de la hacienda real se mantienen en torno a los dos millones de pesos. Los ingresos menores debían
facilitar la tarea de los gobernantes si hubieran sido mejores administradores. Sin embargo, los últimos años
de este reinado fueron cada vez mas difíciles a causa de las complicaciones surgidas en política interior. la
tendencia pacifista de Felipe III había aligerado la carga guerrera que pesaba sobre el pueblo español.
Hasta 1618 sólo aislados incidentes turbaron la paz en el basto imperio, pequeños incidentes que no
representaban nada ante la tormenta que se fraguaba en el centro de Europa, donde las tensiones entre
católicos y protestantes, entre partidarios y enemigos de la casa de Austria iniciaron en 1618 un conflicto a la
vez político y religioso en el que va a intervenir toda Europa y al que conocemos como la guerra de los 30
años.
En 1621 muere Felipe III atormentado por los remordimientos. Parece que sólo en su lecho de muerte se dio
exacta cuenta del abandono en que había tenido sus deberes de rey. Del estado en que dejaba los asuntos
públicos.
Da idea la siguiente frase destinada a su heredero:
FELIPE IV :
Nace en 1605. Rey de España en 1621. Muere en 1665.
Durante su reinado tuvo lugar el más evidente proceso de decadencia de la monarquía hispánica. Su largo
reinado es uno de los mas importantes y decisivos de esta historia. El nuevo rey sólo tiene 16 años cuando se
hizo cargo del mayor conjunto estatal que había presenciado la historia. Cómo su padre hizo con Lerma, él
otorgó su confianza a Don Gaspar de Guzmán, miembro de una familia andaluza, conde de Olivares y luego
duque de San Lucar la Mayor. Lo conoceremos como el conde duque.
Fue un personaje de singular relieve. Sus relaciones con el monarca no fueron idénticas a las de Lerma con
Felipe III. El conde duque, aunque no descuidara los intereses de su casa y de su familia, estaba ante todo
preocupado por sus intereses.
Felipe IV tampoco era frívolo y despreocupado como su padre. Sus relaciones con el valido pueden definirse
como colaboración, partiendo de unos puntos de vista comunes. El poder de Olivares nunca fue total aunque
sí lo bastante amplio como para atraerse la envidia de los grandes de España, y el odio de los que atribuían su
dedicada dirección política a los males de España.
13
Los comienzos del reinado futuro son prometedores. Terminada la tragedia con los holandeses, las
hostilidades se reanudan en Holanda. En España como reacción a la política pacifista del reinado anterior, se
impusieron los partidarios de una actitud firme que devolviera a la monarquía la reputación que se creía
perdida. Algunos éxitos parecían corroborar esta noticia. Espinola conquistó Bredas. Y en Cádiz fe rechazada
con perdidas una escuadra enviada por Carlos I de Inglaterra despechado por no haber obtenido la mano de la
princesa María, hermana de Felipe IV. Al mismo tiempo, también se obtenían éxitos en las costas de Brasil,
invadidas por los holandeses.
Los planes del nuevo equipo gobernante no se limitaban a la política exterior. Proyectaban también una
degeneración moral y una restauración material de la nación. Se persiguió a los más destacados miembros del
gobierno anterior. E ejecuta al marques de siete iglesias. Lerma tuvo que pagar una enorme multa en concepto
de devolución de cantidades indebidamente ingresadas. El duque de Uceda murió en prisión. Otra medida
moralizante que causó revelo y malestar entre los afectados. Otra medida que también causo revelo fue que
entregaron un inventario de sus bienes como garantía del enriquecimiento indebido. Como órgano de
asesoramiento funcionó una junta de reformación. Se enviaron encuestas a las ciudades y como consecuencia,
en 1623 se promulgaron unos decretos que abarcaban puntos muy variados, desde la prohibición de las
mancebías a la restricción del lujo excesivo y la protección de los agricultores. Se formó también una junta de
población.
Se limitaron los gastos de la corte, que en el reinado anterior habían crecido de forma desmesurada. La
consecuencia de estos fines exigía un ambiente de paz que por culpas propias y ajenas no se puede mantener
mucho tiempo. La monarquía se metió de lleno en la guerra de los 30 años. Y reanudó la guerra con los Países
Bajos; y tras un periodo de éxito para los absburgo, Suecia y Francia entran en el conflicto y obtienen
victorias que ponen en peligro la existencia del imperio ostentado por los absbugo.
.− depresión económica.
El empeoramiento de la situación internacional forzó a Felipe IV y a su primer ministro a dejar en un segundo
plano sus preocupaciones reformistas y a dedicar toda su atención al aspecto militar, lo que llevaría a los
reinos hispánicos a una situación lastimosa. Para financiar las guerras, al principio del reinado se utilizó el
mismo medio que ya había puesto en política, Felipe IV, el de multiplicar la moneda de Vellón. A partir de
1627, las perspectivas se hacen cada vez más sombrías. Se declaró una parcial bancarrota que puso a los
banqueros reales en apuros. Algunos quebraron y fueron juzgados por criptojudios portugueses. La
abundancia de cosecha circulante y una serie de malas cosechas determinaron la alza de los precios, y en 1628
se recurrió a la drástica medida de reducir a la mitad el valor de las monedas de cobre. Con ello se evitaron
algunos males: bajaron los precios y volvieron a circular monedas de oro y plata. Pero las perdidas que
experimentaron los particulares, sobre todo, los más pobres, tuvieron una profunda crisis económica que
coincide con una coyuntura internacional que obliga a buscar recursos a toda costa. Francia con Luis XIII y el
Richelieu se unes a Gustavo Adolfo y a los protestantes alemanes con una finalidad común: abatir el poder de
la casa de Austria y suplantar la hegemonía de España por la de Francia. Roma con el papa Urbano VIII apoya
a los franceses. Frente a este panorama, Felipe IV y su valido intentaron movilizar los inagotables recursos de
todos los reinos que tenían a Madrid como centro. El proyecto, llamado unión de las armas debía de ser
expresión de solidaridad. Se trataba de reunir un ejercito de 140.000 hombres, de los cuales, Castilla y sus
Indias aportarían 44.000, Aragón 10.000, Cataluña y Portugal 16.000 cada una..Y a proporción el resto de los
reinos.
El proyecto era excelente, pero la ejecución era imposible. De Cataluña vienen las primeras dificultades
seguidas del resto. Las cortes seguidas en 1626 se aplazaron hasta 1632 y después se disolvieron sin acuerdo.
En 1633 la situación pareciía tan grave que con el producto de los nuevos impuestos se decide reunir un
ejercito hispano − italiano para socorrer al emperador. Al frente de éste ejercito se pone al infante Don
Fernando, hermano del rey, arzobispo de Toledo y cardenal desde su infancia. Atravesó los Alpes y se
encontró con unas tropas suecas a las que venció y cómo resultado de esta victoria recupera los territorios
14
alemanes y Francia, tras estos entra definitivamente en el conflicto y cambia la situación militar de la
monarquía hispánica que era crítica. Al terminar fue desesperada debido a los movimientos separatistas de
Cataluña y Portugal que añadieron los horrores de la guerra civil a la guerra exterior. A esto hay que unir el
descontento general. En España, conforme aumentaba la presión fiscal, y se multiplicaban las reclutas de
soldados, crecían las protesta, incluso entre los procuradores en cortes, cuya tarea se había reducido a nuevos
impuestos. En especial se criticaba la continuidad de la guerra con Flandes que duraba ya más de 70 años.
Para intentar reconquistar Cataluña se reunió un ejercito al frente del cual se va a poner un rey para subrayar
ante la nación la gravedad del momento y obligar a combatir.
En España, la nobleza quería los hábitos, las exterioridades y las ventajas sin cumplir la misión militar que las
justificaba. En muchos pueblos castellanos había disputas porque los hidalgos pretendían entrar exentos de los
sorteos para las quintas. Olivares estimaba que los hidalgos y caballeros de las órdenes militares acudieran al
frente o perdieran todos sus privilegios. Se reunió un ejercito improvisado en el que se mezclaban veteranos y
reclutas sin ninguna instrucción que sufrió un gran fracaso que supuso el golpe final para el conde duque.
Felipe IV lo sostuvo hasta que ya no pudo más porque apreciaba su lealtad y temía tener que afrontar todo el
trabajo que el conde duque llevaba a cabo.
Tenía que reconocer el fracaso de su política y le otorgó la licencia que tantas veces había pedido para
retirarse, en enero de 1643. Los males de España no se solucionaban con un cambio de personas. Las
esperanzas puestas en el gobierno del rey no se cumplieron pero queda testimonio de que el rey lo intentó.
Ordenó a los consejeros que hablaran con libertad. Removió parte del equipo gubernamental de Olivares.
Nombró nuevo inquisidor general y confesor real. Pro la situación no cambió. Al final, el soberano cede la
necesidad de tener otro valido y nombra en su lugar a Don Luis de Haro, menos imperioso, sin ilusiones más
afables, sin planes que ir tirando. Todo lo contrario del conde duque.
Si al final se salvó casi todo y la herencia de los absburgo se debió a la constancia de los reyes hispánicos, a su
capacidad de sacrificio, a los inagotables recursos de la monarquía y también a que Francia experimentaba las
mismas dificultades que España.
España esperaba que Ana de Austria, hermana de Felipe, cuya influencia política había sido nula mientras
vivió su esposo Luis XII, ajustaba la paz al convertirse en reina regente.
En lugar de ello se entrega al cardenal mazarino, un italiano con mentalidad similar a la de Richelieu.
.− paces de Westfaria y de los Pirineos
La guerra de los 30 años había asolado a Europa, sobretodo las regiones centrales: Alemania, gran parte de
Austria y el imperio austriaco cree haber llegado al límite de sus fuerzas y está dispuesto a firmar la paz. Las
paces de Westfaria (1648) confirmaron la derrota de los absburgo, el triunfo de Francia sobre Alemania
dividida y avasallada y también la derrota del catolicismo. En adelante, no sólo la confesión luterana sino
también la calvinista se consideran legales en el imperio, aunque la libertad religiosa sólo acepta a los
príncipes, no a los vasallos. Estos tratados consagraron un nuevo orden para Europa. Para España esta fecha es
muy significativa, sólo consiguió la paz a medias. Firmó un tratado reconociendo la independencia de las
provincias unidas. En cambio no se llegó a una paz hispano − francesa por causa de
Cataluña, que los franceses niegan a abandonar.
Felipe Iv aprovechará la guerra civil que estalla contra Mazarino y la reina para enviar a Cataluña a su hijo
bastardo Don José Juan de Austria que consigue el éxito en Barcelona y Felipe IV reconoce a Cataluña sus
fueros y privilegios y se muestra dispuesto a olvidar el pasado.
15
En 1659 se firma con Francia la paz de los Pirineos procurada por la reina
Ana de Austria, con las mínimas pérdidas territoriales posibles, y con el acuerdo de matrimonio entre la
infanta Mª Teresa y Luis XIV. España entrega a Francia en Rosellón, la Cerdaña, y una serie de plazas en los
Países Bajos, además de ventajas comerciales.
.− un triste reinado
Aunque sólo tenía 54 años Felipe IV era, en 1660 un anciano, un hombre envejecido por pesares familiares y
políticos. Había muerto muy joven su mujer, Isabel de Francia, y también el príncipe de Asturias, Baltasar.
También se vio obligado a contraes un nuevo matrimonio. La nueva reina será su sobrina, Mariana de Austria,
y de todos sus partos sólo quedó vivo un varón, Carlos II, tarado desde su infancia por la constantaneidad de
los austrias.
Quedaba otro gran problema, el de la reintegración de Portugal.
Después de firmar las paces, Felipe trae tercios de Flandes e Italia y mercenarios alemanes, ya que en España
apenas quedaban tropas. En apariencia, la situación era favorable para Felipe ya que acaba de casar a su hija
con el rey francés, y en Inglaterra había sido restaurado en el trono Carlos II esturado, a quien el rey de
España había dado hospitalidad durante su destierro.
Luis XIV relata en sus memorias sus vacilaciones a cerca del modo de ayudar a los portugueses sin que
pareciese que luchara contra su suegro. Lo que hizo fue enviar tropas francesas con uniforme inglés, que se
unieron y lucharon contra los otros. El rey Carlos, casado con una infanta portuguesa veía en Portugal un
aliado útil y un magnífico mercado para los productos ingleses.
Desde 1661 a 1665 se sucedieron los enfrentamientos entre las tropas anglofrancoportuguesas por un lado y
las españolas por otro, siempre con las ventajas de las primeras. Pero Felipe rehusó hasta el final reconocer la
independencia portuguesas. En su testamento recomendaba que se mantuviese la inteigredad de la monarquía,
que se respetasen sus fueros a los reinos y provincias que lo componían y expresaba reconocimiento a sus
fieles vasallos por los sacrificios que habían consentido e instituía una junta que auxiliara a la inexperta reina
viuda en su difícil tarea de regente. Muere en 1665.
REGENCIA DE MARIANA DE AUSTRIA
intransición
El respeto que tenía Felipe IV no lo infundió su viuda. Extranjera y bastante aislada colocó roda su confianza
en su confesor el jesuita alemán Everardo Nithard a quien hizo inquisidor general y naturalizó español para
que pudiera entrar en la junta de gobierno. La reacción contra el favorito fue muy fuerte. En el pueblo por su
cualidad de extranjero, y en la alta nobleza por considerar que usurpaba el papel dirigente que le correspondía
a esta. Los GRANDES, que seguían teniendo un poder económico y un prestigio social muy preferían la
regencia de Don Juan José de Austria en quien reconocía, pese a ser bastardo a uno de los suyos.
Doña Mariana deja salir de España a su confesor pero maniobra una habilidad para evitar la llegada al poder
del bastardo real. La única guerra pendiente, Portugal, se acaba con la firma de la paz en 1668 por la falta de
hombres y de dinero para continuar la guerra. Francia, que tenía suficientes recursos para continuar la guerra,
al firmarse la paz con Portugal intenta aumentar su territorio por el nordeste a costa de los Países Bajos
católicos. Invade este territorio, pero se encuentra frente a la hostilidad de Holanda, el imperio alemán, España
y a ello está dispuesto a unirse Inglaterra y están dispuestas a luchar contra Francia para que esta no consiga la
hegemonía Europea, y Luis XIV firma la paz de Aquisgran (1668) antes de enfrentarse a semejante situación.
16
Carlos II
Al cumplir en 1675 los 14 años de edad, fecha fijada en el testamento de Felipe IV, comenzó para Carlos II su
mayoría de edad legal y su reinado personal. Desde su infancia se manifestó como un niño enfermizo y
retrasado, después poco a poco recuperó algo de ese retraso. No carecía de inteligencia, se daba cuenta de la
mala situación del país y deseaba remediarlo, pero su voluntad débil se dejaba influir por las personas que le
rodeaban.
Su madre consiguió prolongar durante algún tiempo su mando que ahora compartía con el nuevo favorito,
Donde Fernando de Valezuela, un simple hidalgo q quien la reina madre y el joven rey colmaron de honores y
riquezas. La nobleza vuelve de nuevo sus ojos hacia Don Juan José de Austria, popular en Cataluña y Aragón.
Él reúne un pequeño ejercito improvisado pero suficiente frente a un gobierno que no tenía fueros posibles.
Viendo que la resistencia era imposible, Valenzuela huye y se esconde en El Escorial, donde es sacado y
desterrado en Filipinas. A la reina madre se le ordena retirarse a Toledo. Carlos II aprueba estos cambios y
entregó el gobierno a su hermanastro. Los tres años de gobierno de Don Juan José fueron decepcionantes, se
corrigieron algunos abusos y se enmendó algo la imagen lamentable que presentaba la corte de Madrid, pero
no se atacó la raíz de los males.
La profunda renovación social y política que necesitaba España hubiera necesitado una mano de hierro y una
podad de muchas situaciones privilegiadas. Tampoco era favorable la coyuntura exterior y la interior. El
prienio (1667−1679) se vio ensombrecido por evidencias, masas cosechas y una inflación galopante por el
exceso de moneda de Vellón. En el exterior, España se unió al imperio para intentar frenar el ímpetu de Luis
XIV. La muerte prematura de Don Juan José llevó al puesto de primer ministro al duque de Medinaceli,
hombre bien preparado y bien intencionado, a quien tocó gobernar en una época calamitosa. El desorden
monetario había llegado a tal extremo que se tomó una medida radical. Toda moneda de Vellón circulante se
redujo a la cuarta parte de su valor, medida a la larga beneficiosa pero que coincidiendo con una serie de
malas cosechas produjo una crisis económica general.
.−cuestión sucesoria y la muerte del rey
Carlos II contrajo su primer matrimonio a los 18 años con Mª Luisa de Orleón, sobrina de Luis XIV, que
murió 9 años después si hallar descendencia, pero aún no se creía que la causa fuera la esterilidad del rey. En
breve plazo se le busca otra esposa, Mariana de Neoburgo, hija de un pequeño príncipe alemán de familia
renombrada por su fecundidad. Sin embargo, este segundo matrimonio también resultó infecundo por lo que
ya o quedaron dudas por la esterilidad del rey. El futuro de la inmensa monarquía hispana, cuyos miembros se
extendían por todo el mundo, hacía ya tiempo que atraía la atención de los príncipes europeos. No eran pocos
los que esperaban enriquecerse con sus despojos en vista de la decadencia de la dinastía y de la decadencia de
la monarquía. Ya, durante la minoría de edad de Carlos II, el emperador de Austria se había puesto de acuerdo
con Luis XIV para un eventual recuento con la monarquía española. Luego, la mayoría de edad y el
casamiento de Carlos II quitaron actualidad a la cuestión por la falta de un heredero y las noticias cada vez
más alarmantes de la salud del rey la pusieron nuevamente de actualidad. Los candidatos principales a la
situación eran:
.− Luis XIV
.−el emperador Leopoldo.
Aunque se descartara la unión de España a una de estas potencias y sería tanto el poder del soberano que
rompería el equilibrio europeo y de nuevo habría una potencia y una hegemonía superior al resto. Cada una de
las candidaturas tenía en España partidarios y adversarios, ventajas e inconveniente. A favor de la austriaca
militaba la antigua comunidad de dinastía entre ambas coronas. La reina Mariana apoyaba, pero el grupo que
la rodeaba era impopular. Por su parte, la candidatura gala se basaba en los enlaces regios y en el fuerte apoyo
17
que al decadente imperio podía prestar la potencia francesa. Ésta era la candidatura que ganaba mas terreno en
la corte y en el pueblo, pero ni a España ni a Europa gustaba ligarse a ninguna de las grandes potencias. Felipe
IV tampoco hizo testamento a favor de José Fernando de Baviera, pero el príncipe murió en 1669 y la cuestión
sucesoria vuelve a plantarse en los mismos términos.
Apremiado por el consejo de estado, dominado por el cardenal Poto carero, arzobispo de Toledo, ganado para
la causa francés, Carlos II redactó el primer nuevo testamento en el que nombraba heredero de todos sus
reinos con prohibición de enajenar ninguno, ni de que nunca se uniera a Francia. A Felipe duque de Arjoon,
nieto de Luis XIV. Lo hizo pensando que con este sacrificio evitaría la guerra y la desmembración del
imperio. Muere en 1700 y no se logra ni una cosa ni la otra. Con Carlos II termina la rama española de la
dinastía absburgo, después de casi dos siglos de éxitos y depresiones.
1
no se sabe como se podrá acudir, no sólo a lo que será menester el año que viene pero ni al cumplimiento que
falta de 1621.
El dinero con que se han proveído los gastos de este año no ha sido de la renta de los años adelante hasta
1625
18
Descargar