Estudios Latinoamericanos 8, 1981 PL ISSN 0137-3080 La experiencia del Pacto Andino en regular la inversión extranjera y los flujos de tecnología: un paso adelante, dos atrás. Rubén Berríos El Pacto Andino abarca la subregión o área que incluye seis naciones (Bolivia, Chile, Ecuador, Colombia, Perú y Venezuela) 1 con una población de 75 millones de habitantes. Conjuntamente estos países tienen un nivel de importaciones más alto que cualquiera de los países en vías de desarrollo. En 1974, como bloque económico, el total de las importaciones del Pacto Andino sumaban alrededor de los $ 8 billones. Las exportaciones para el mismo año sumaban el nivel más alto en América Latina ascendiendo $ 22 billones. Los recursos combinados del bloque andino así como el de recursos primarios dominaban el mercado latinoamericano de minerales y petróleo. Por ejemplo, 93% de la producción latinoamericana de cobre estaba concentrada en el Grupo Andino, también 8 1 % del hierro, 4 3 % del plomo y 8 1 % del petróleo. Otras exportaciones andinas importantes son el café, la harina de pescado y el banano. La integración económica se ha convertido en una alternativa viable para los países pequeños subdesarrollados para ajustar sus mercados ante el desafío de las nuevas condiciones imperantes en el comercio internacional. La integración supone: 1) economías de escala, 2) ubicación y especialización, 3) programación industrial sectorial, 4) acceso a los mercados de sus miembros y mayores exportaciones y acceso a los mercados de los países industrializados para productos manufacturados, y 5) mejoramiento en el poder de negociación con los países industrializados. En ausencia de la integración, podría asumirse que estos países continua1. El Pacto Andino fue originalmente suscrito por los cinco primeros países en 1969. Venezuela se incorporó al Grupo en 1978 y Chile se retiro en 1976. 118 RUBÉN BERRIOS rían por seguir la estrategia de substitución de importaciones de los años 1950y 1960, la cual ha probado ser no más viable. Por otro lado, siempre y cuando los miembros del Pacto Andino actúen como una unidad, tienen una base que les permite tratar como iguales con cualquiera de los países latinoamericanos más grandes. De esta forma, la integración subregional, resulta en un incremento en el poder de negociación mayor que la suma aritmética de los países andinos separadamente. Sin embargo, a pesar de las ventajas enumeradas arriba, los países del Tercer Mundo que han intentado la integración económica han experimentado mayores dificultades y hoy en día se encuentran en varios grados de serias crisis político-económicas 2 . El desalentante récord de la Asociación Latinoamericana de Libre Comercio (ALALC) y del Mercado Común Centroamericano (MCCA) después de 15 años de esfuerzo, demuestra que la integración ha traído pocos de los beneficios enumerados. Este resultado insatisfactorio resulta del hecho que los intereses industriales foráneos y los intereses políticos y económicos locales beneficiados por la integración continúan siendo el eje principal. Además de esto, las estructuras burocráticas y conservadoras inadecuadas muchas veces perjudican el proceso de integración. Opiniones similares, una experiencia histórica común y el mismo idioma no lleva automáticamente a una exitosa integración y desarrollo social. El acuerdo de integración subregional andino recibió un apoyo optimista porque fue más allá de los típicos esquemas de integración como opción política para harmonizar un código de inversión extranjera y promover el desarrollo económico de la región. En efecto, el Pacto Andino es el primer esfuerzo que harmoniza las leyes de inversión extranjera en los países de menor desarrollo y sin duda ha sido una interesante experiencia que se diferencia de otros esquemas de integración regional en el tercer mundo. Los principales objetivos de este acuerdo eran adopta r una política común para mitigar la dependencia absoluta en la inversión extranjera directa, promover un desarrollo balanceado y harmónico de los Estados miembros (particularmente dando preferencial acceso al mercado y períodos más largos de protección a los países miembros 2. Ver por ejemplo, M. W i o n c z e k : The Rise and Decline of Latin American Economic Integration, «Journal of Common Market Studies»,Vol. IX, 1970; C.Vai t s o s ; Crisis in Regional Economic Cooperation (Integration) Among Developing Countries: A Survey, «World Development», Vol. 6, 1978, n°6; J. P e t r a s , M. M o r l e y : The Rise and Fall of Regional Economic Nationalism in the Andean Countries 1969-1977, «Social and Economic Studies», Vol. 27, June 1978, n° 2. 119 LA EXPERIENCIA DEL PACTO A N D I N O . . . de menor desarrollo — Bolivia y Ecuador) y acelerar la tasa de crecimiento. Tres areas de central preocupación son: la elimininación de las barreras para un comercio reciproco intra-regional, el gradual establecimiento de un arancel externo común, y la localización sectorial de la industria. A pesar del respaldo oficial a la integración económica, no ha habido ningún cambio efectivo por los países miembros, en parte debido al insuficiente compromiso político y la inefectiva implementación de las reglas. La falta de concordancia política se podría manifestar en enfoques diferentes y estrategias nacionales no concurrentes, en parte porque el proyecto es suficientemente ambicioso en cuanto a sus metas que se han fijado y a los plazos para alcanzarlas. El balance regional y el mejor uso de los factores de producción disponibles no se han intentado seriamente debido a la incapacidad de las clases dominantes y las élites gobernantes en fomentar el desarrollo económico. La experiencia del Pacto Andino demuestra que, a pesar de la integración las diferencias entre los países y dentro de ellos ha sido acentuado en vez de reducido 3 . El entusiasmo por la integración puede ser esencial para lograr la integración, pero es hora de dejar de ver la integración como una obvia y rápida panacea para muchos de los males económicos de América Latina. Por otro lado, existe un creciente escepticismo sobre la integración regional, la cual supuestamente nació en busca de la independencia económica, pero se ha hecho vulnerable a la penetración económica de las empresas transnacionales llevándola a una mayor dependencia de los países industrializados. Políticas de tecnología y el capital extranjero privado. Hacia fines de 1960 y a comienzos de los 70, la emergencia del nacionalismo económico en los países andinos trajo una significante modificación en la política hacia la inversión extranjera. Las actitudes nacionalistas que surgieron de la teoría de la dependencia, no significaron total oposición al capital foráneo sino que simplemente quisieron cambiar la naturaleza de la inversión extranjera. Las políticas nacionalistas no son 3. Ver C. P e ñ a r a n d a : Integración Andina: dimenciones del mercado y distribución del ingreso, Lima Universidad Católica, enero 1976 y A. F i g u e r o a : Estructura social, distribución de ingresos e integración económica en el Grupo Andino, en: E. T i r o n i (compilador) Pacto Andino: Carácter y Perspectivas, Lima, Instituto de Estudios Peruanos, 1978. 120 RUBÉN BERRÍOS incompatibles con una mayor integración en la economía mundial, ya sea a través del mercado o un acercamiento más intenso a las empresas transnacionales. Desde la propia concepción de la idea de integración andina, la consideración y preocupación central era dirigida al papel que jugaban las empresas transnacionales. Las empresas transnacionales tenían una presencia predominante en la estructura productiva de los países miembros 4 . La participación de firmas extranjeras en la producción industrial total de los países del Pacto Andino fue de 56% para Colombia (1971), 4 1 % para Perú (1971), 22% para Chile (1967). La relación promedio de concentración en productos de consumo, productos intermedios, metales y mecánica y otra industria de manufacturas, la dominación de las firmas de afiliación extranjera en los últimos años de la década del 60 fue 65% para el Perú, 78% para Chile y más del 70% para Colombia 5 . En la primera parte de los años 1970, enfrentados con problemas comunes de subdesarrollo tecnológico y capacidades limitadas para usar know-how productivo, los países andinos adoptaron políticas tecnológicas dirigidas hacia el desarrollo tecnológico dentro de un programa de integración subregional. Estos incluían: a) el régimen común de tratamiento al capital y tecnología extranjeros (Decisión 24); b) las bases para una política tecnológica subregional y el desarrollo tecnológico local (Decisión 84); y c) regulaciones para la aplicación de las reglas sobre la propiedad industrial (Decisión 85). La Decisión 24, el instrumento clave de la política sobre la importación de tecnología concierne a la inversión extranjera directa y al tratamiento del comercio de tecnología. Esta Decisión se convirtió en el primer intento en el área para cambiar las condiciones bajo la cual la inversión extranjera operaba. Esto fue complementado por los programas de desarrollo regional encargados del regulamiento de la inversión foránea, con la posibilidad de excluir esta última de sectores específicos de la economía, tales como la industria extractiva, los servicios públicos y actividades socialmente sensitivas. También se acordó que las compañías extranjeras sobre determinado número de años (15 a 20) debían transformarse en empresas mixtas o compañías nacionales traspasando sus acciones a los inversionistas nacionales. Finalmente las firmas nacionales no deberían 4. C. V a i t s o s : The Role of Transnational Enterprises in Latin American Economic Integration Efforts: Who Integrates and with Whom, How and for Whose Benefit? A Report Prepared for the UNCTAD Secretariat, March 15, 1978. 5. E. T i r o n i : Economic Integration and Foreign Direct Investment Policies: The Andean Case, PhD Dissertation, MIT, Cambridge 1976. 121 LA EXPERIENCIA DEL PACTO A N D I N O . . . ser adquiridas por intereses foráneos excepto en especiales circunstancias, e.g. para evitar que se fueran a la bancarota. A pesar de los cambios en el espectro político de la región, algunos autores han subrayado que, «la Decisión 24 aunque reconocidamente nacionalista en tono, no lo es de ninguna manera ultrajante», que ésta «aparenta, sin embargo, ser más una consecuencia del despliegue nacionalista que de una causa activa» 6 . Mytelka ha señalado que «no se intentaba impedir el flujo de inversión extranjera directa o de tecnología a los países andinos sino que regularlo» 7 . Floto ha notado que «la afectividad del acuerdo estaba basado más en la buena voluntad política de los gobiernos andinos en implementarlo que en la verdadera ejecución administrativa de la Decisión» 8 . A primera impresión después de aprobarse la Decisión 24, algunas asociaciones americanas de negocios tales como el Consejo de las Americas y Business International Corporation, expresaron sus reacciones negativas al «desfavorable ambiente» causadas por previsiones específicas del código 9 . A pesar de que la Decisión 24 es un esfuerzo por regular la conducta de la inversión extranjera y la comercialización de la tecnología, en la opinión de Floto, «las cláusulas escapatorias (loopholes) que están incluidas en la Decisión 24 convirtieron al régimen común hacia el tratamiento del capital extranjero en cualquier cosa menos en una ley obligatoria» 10 . El frágil fundamento social de la Decisión 24 llevó a diferentes aplicaciones de las reglas, particularmente por los Estados miembros más endebles, quienes continuaron a favorecer la penetración de las empresas transnacionales dentro del mercado subregional. El Artículo 44 del código que también es conocido como la clausula protectora, señala que la interpretación de las restricciones trazadas sobre inversiones la deciden los propios países miembros 11 . Así entonces, en 6. M. K u c z y n s k i y D. H u e l i n : The Andean Group: Trade, Industry and Foreign Investment, Sussex, Latin America Publications Fund, 1973, pp. 2 1 . 7. L. M y t e l k a : Regulating Direct Foreign Investment and Technology Transfer in the Andean Group, «Journal of Peace Research», Vol. XIV, 1977, n° 2, pp. 155. 8. E. F l o t o : Partners in Dependences: The Case of Private Foreign Capital in the Andean Group, Center for Latin America Studies, Cambridge University, Working Papers N°23, 1975, pp. 24. 9. Council of the Americas, «The Common Treatment of Foreign Capital in the Andean Bloc, Memorandum of Comments», New York, 1971 y Business International Corporation, «The Andean Common Market», New York 1971. 10. E. F l o t o : op. cit., pp. 24. 11. Esto es particularmente claro en el Artículo 44 del Régimen Común que dice: «cuando a juicio del país receptor existan circunstancias especiales, dicho país podrá aplicar normas diferentes a las previstas en los Artículos 40 a 43 inclusive». Estos artículos se refieren a la prohibición de inversión extranjera directa nueva especialmente en servicios públicos, seguros, banca y otras instituciones financieras, transportes y comunicaciones. 122 RUBÉN BERRÍOS el régimen de Salvador Allende, el punto de vista del gobierno chileno sobre la Decisión 24 se diferenciaba notablemente de aquel bajo la junta militar del General Pinochet. La clausula protectora ha sido ampliamente usada y ninguno de los gobiernos miembros ha formulado legislación nacional prohibiendo nuevas inversiones foráneas en las areas especificadas en el Artículo 44. En este sentido, el tratamiento común por sí solo no garantiza una posición nacionalista firme contra la penetración extranjera. La evidencia disponible nos indica que han habido diferencias sustanciales entre los países miembros en términos de su apoyo general por el Pacto Andino y por la Decisión 24 en su totalidad. Como lo señala Huelin, «puede haber poca duda que la Decisión 24 aunque posiblemente inspirada por la hostilidad tradicional hacia los inversionistas foráneos, no es un documento hostil y no debería ser visto como tal» 1 2 . Las ideas nacionalistas impulsadas por el grupo andino en esta área no se han convertido en una amenaza o impedimiento a la inversión extranjera 13 . El impulso nacionalista del período surgió como una búsqueda por una fórmula político-económica para limitar la influencia e impacto de las empresas transnacionales en razón de que las oportunidades para las empresas públicas y privadas pudieran ser maximizadas. Ciertas ambigüedades del código centradas en el papel del capital extranjero dentro del nuevo esquema regional de desarrollo, y una causa de mayor preocupación parece haber sido la propuesta para la gradual transformación de la propiedad de activos de las compañías foráneas existentes y de aquellas que pudieran ser establecidas en el futuro. Contrario a lo que el Consejo de las Americas y Business International Corporation alegaban, la «nacionalización» progresiva o la fórmula de desposesión por las compañías extranjeras no parecía asustar a todos los inversionistas foráneos. Las firmas extranjeras han indicado que la participación en empresas mixtas constituye parte de su política general y ellas han expresado buena voluntad en aceptar participar minoritariamente en las nuevas compañías. En este contexto, la desinversión progresiva en favor de intereses locales sería una fórmula aceptable siempre que el proceso finalmente permitiera una participación modesta para el inver12. M. K u c z y n s k i y D. H u e l i n : op. cit., pp. 30. 13. «En realidad las medidas del Pacto Andino eran más lenitivas que aquellas aplicadas por Japón en la misma área, descrita más sueltamente y menos efectiva que las dispocisiopes de los EEUU y de la Comunidad Económica Europea en las áreas de transferencia de precios y prácticas comerciales restrictivas», C. V a i t s o s : The Role of Transnational Enterprises..., pp. 123. 123 LA EXPERIENCIA DEL PACTO ANDINO... sionista extranjero 14 . En efecto, de acuerdo a Vaitsos, «el capital foráneo y flujos de tecnología, al contrario de las predicciones, se han incrementado en forma significativa en vez de haber disminuido durante el período de la integración» 15 . Evidencia disponible indica que, el valor bruto de las inversiones directas norteamericanas en el sector de manufacturas del Pacto Andino (excluyendo a Venezuela) se incrementó en 3,9% cuatro años antes que el pacto fuera firmado y aumentó en 11% en el período de los cuatro años inmediatamente después 16 . A pesar de que las empresas transnacionales prefieren trabajar en condiciones de socios mayoritarios o dueños del total de activos invertidos, Linquist sostiene que la retención de una minoría de substancias después del proceso de transformación en empresa mixta hasta un límite de 49% permitiría al socio minoritario extranjero tener una voz significante en el manejo y ganancias de la empresa mientras que el país huésped asegure al socio extranjero utilidades significativas para mantener una transferencia de tecnología necesaria 17 . En vista de la creciente tendencia nacionalista en el tercer mundo la fórmula de transformación ha probado ser una solución factible que ofrece a los inversionistas extranjeros un buen volumen de utilidades. México, por ejemplo, es el caso excitoso de un país que ha mantenido una «línea dura» contra la inversión extranjera sin desanimarla. El mérito de la fórmula de transformación es que ésta ofrece una alternativa a la expropiación, nacionalización y hostilidad popular hacia la visible presencia de las empresas foráneas. La competencia intensificada de las firmas japonesas y europeas han llevado a las norteamericanas a ser más flexibles en sus políticas de inversión extranjera. El surgimiento del nuevo espíritu nacionalista en el tercer mundo significa que los inversionistas extranjeros no pueden esperar más trabajar en condiciones de inversiones mayoritarias.' En este sentido, es evidente que hay una preferencia por arreglos que incrementen la participación nacional en las empresas extranjeras a través de la constitución de empresas mixtas. 14. Ver G. M e e k e r : Fade-Out Joint Venture: Can it Work in Latin America?, «Inter-American Economic Affairs», June 1971. Ver también M. W i o n c z e k : U.S. Reaction to the Andean Group System/or the Treatment of Foreign Capital, «Comercio Exterior», Mayo 1971. 15. C. V a i t s o s : The Role of Transnational Enterprises..., pp. 123. 16. E. T i r o n i : op. cit. 17. J. L i n q u i s t : The Merits of Forced Divestment: The Experience of the Andean Group, Woodrow Wilson School of International Affairs, Princeton University, Discussion Paper 31, 1972. pp. 40. 124 RUBÉN BERRlOS Instrumentos de política establecidos por Decisión 24. En vista del problema de balanza de pagos que supone los costos directos por importaciones de tecnología, repatriación de utilidades, excesivos costos ocultos en la transferencia de precios, la Decisión 24 parecía representar un movimiento en camino a reducir la dependencia absoluta sobre la inversión directa extranjera ya que los mecanismos que constriñen el desarrollo fueron incorporados al régimen común para eliminar los aspectos negativos en la transferencia de tecnología. Sin embargo, un examen más cerca de la Decisión 24, indica que no es un mecanismo cabal para reducir la dependencia en el sentido que es utilizado por Dos Santos o Sunkel. Los controles colectivos a nivel regional sobre la inversión privada extranjera y el flujo de la tecnología se han convertido en una necesidad para la regulación de los vínculos externos en áreas del interés de una potencial burguesía nacional. De acuerdo a Axline y Mytelka, «esto ocurre no porque la regulación de la inversión extranjera directa es un mecanismo radical dirigido a la promoción del socialismo en la región, sino más bien porque dentro de un esquema capitalista, es el eje central alrededor del cual otros mecanismos correctivos deben ser reagrupados para asegurar su apropiado funcionamiento» 18 . Las nuevas políticas en tecnología están basadas sobre el creciente conocimiento por los costos excesivos de las importaciones de tecnología en la subregión. La importación de conocimientos continúa siendo un negocio costoso y se ha convertido en una de las herramientas más importantes de dominación y control. Encima de esto, la importación de tecnología mayormente tiene un impacto negativo y no contribuye efectivamente al desarrollo de la tecnología local. En este sentido, la Decisión 24 demuestra que el control en la comercialización de tecnología puede ser un instrumento eficaz para reducir la fuga de divisas, apuntando hacia un balance apropiado entre incentivos por la adquisición de tecnología extranjera y los efectos de tal tecnología en los países anfitriones. A pesar de que estos principios han sido aceptados como una base para regular la inversión extranjera y los flujos de tecnología, esto no termina con la adopción de las políticas de regulación subregional. El problema crítico es sí, una propuesta común a la aplicación de tales políticas asegurara su implementación satisfactoriamente. Milenski ha señalado que 18. A. Axline, L. M y t e l k a : The Multinational Corporation and Regional Integration in the Andean Group and the Caribbean Community, mimeo, s.f. 125 LA EXPERIENCIA DEL PACTO ANDINO... la Decisión 24 es «más limitada en la práctica que en papel». Por ejemplo, los derechos de perforación firmados por el Perú y Ecuador con varias compañías norteamericanas contradicen la norma de transformación gradual de la inversión extranjera proyectada en el régimen de inversión andino 1 9 . Regulaciones más estrictas solo podrían resultar en que las empresas transnacionales recurran a otros métodos ocultos para repatriar sus utilidades. Solamente una disponibilidad acrecentada de información sobre las fuentes de abastecimiento y una mayor fiscalización del sistema de preción de las firmas extranjeras, puede resolver este problema. Formular un código de conducta de las empresas transnacionales es preferible a nada. De todas maneras hay siempre el peligro que tales códigos puedan convertirse en nada menos que una operación cosmética debido a circunstancias o dificultades políticas en las países andinos. Perspectivas para el Pacto Andino. Desde su iniciación, los esfuerzos de integración de los países de la región andina fueron vistos de alguna manera beneficiosos, representando una modesta mejora a través del fortalecimiento de su poder de negociación en sus convenios económicos con los países industrializados. Pero esto solo podría ser un acercamiento realista si Jas nuevas dispocisiones sobre comercialización de tecnología y tratamiento del capital extranjero son consistentemente aplicados en un contexto de conciencia de los problemas comunes y el fortalecimiento de lazos de solidaridad. La realidad es que el poder de negociación en los países andinos no ha mejorado a ningún grado substantivo. Con la salida de Chile, este intento de integración económica está ahora tambaleante y es difícil de predecir hacia donde va la región. Esta incertidumbre está asociada al fracaso de los gobiernos de la región en emprender reformas sociales, económicas y educacionales. El esquema integracionista andino no ha llevado al área a una seria industrialización y desarrollo social, lo cual resulta cada vez improbable. Encima de esto, también han habido diferencias significativas entre naciones con respecto al grado en el cual sus legislaciones nacionales corresponden a las provisiones de la Decisión 24. Así entonces, la legislación nacional que incorpora las decisiones no 19. E. M i l e n s k i : From Integration to Developmental Nationalism: The Andean Group 1965-1971, «Inter-American Economic Affairs», Spring 1971, pp. 9 1 . \ 126 RUBÉN BERRÍOS ha sido uniformemente aplicada. Los costos y beneficios han sido desigualmente distribuidos y sobre todo han habido diferencias políticas e ideológicas. Las dificultades políticas una vez más han comprobado ser más fuertes que la idea superficial de la solidaridad latinoamericana. El período más crítico alcanzado por el Grupo Andino fue el retiro de Chile, llegando casi al punto de ruptura. Esto ocurrió a casi cinco años de vigencia del acuerdo. La política económica de Chile daba facilidades al capital extranjero prácticamente en todas las ramas industriales sin restricciones. La posición tomada por la junta militar sobre el Decreto-ley 600 referente al tratamiento del capital foráneo violaba todas las dispocisiones del Pacto Andino establecidas en la Decisión 24. Chile también permitía la devolución de las empresas estatales a los intereses extranjeros, así por lo tanto, contraveniendo el Artículo 3 de la Decisión 24. Lo que es más, Chile aseguraba la remisión sin limites de utilidades por los inversionistas extranjeros y demandaba la inmediata reducción de aranceles. A través de una serie de presiones en cada nación andina por las empresas transnacionales y otras fuentes externas de financiamiento (particularmente la banca internacional a través de las crecientes deudas), la implementación del régimen común del pacto ha sido considerablemente burlado. Desde el retiro de Chile en 1976, las divergencias y modificaciones del régimen común ha socavado el Pacto Andino 2 0 . El resultado de la controversia chilena fue que contribuyó a modificar las dispocisiones de la Decisión 24 disminuyendo las restricciones al capital extranjera. La trajectoria conservadora del Perú desde 1975 también ha debilitado el impacto de las dispocisiones del pacto sobre tecnología y regulaciones de la inversión extranjera. Por su lado, Colombia respondiendo a las presiones de las empresas transnacionales y de su burguesía nacional, había antes declarado que el código andino era «inconstitucional» y es la que más se ha sabido aprovechar de las clausulas sueltas (loopholes) de la Decisión. Finalmente, Bolivia y Ecuador quienes ven a la inversión extranjera como esencial para su desarrollo nacional, han ofrecido mejores incentivos a estos inversionistas, han sido los que menos han apoyado a la Decisión y por lo tanto la aplican muy vagamente. El cuadro 20. De acuerdo a un reporte, «las reglas sobre el capital extranjero no hacen más que mantener una ficción de controles comunes sobre las inversiones ya que hay poca diferencia práctica entre la posición del Grupo y la de Chile», Latin American Economic Report,«Andean Pact Survivors Favor Foreign Capital», November 19, 1976, pp. 180. Ver también, Business Latin America, «Peruvian Gestures Towards Foreign Investors Continue to Broaden», May 4, 1977. 127 LA EXPERIENCIA DEL PACTO ANDINO... por lo tanto ha cambiado, y las reglas del juego están ahora más en favor del capital foráneo. La creación del Pacto Andino no es considerada como un desastre por las empresas transnacionales quienes aprovechando de este mercado han puesto un país en contra de otro escogiendo cautelosamente donde poner sus inversiones. De acuerdo a Raymond Vernon, las empresas transnacionales han guardado silencio respecto de su temprana posición sobre la Decisión 24, contentas de dejar que los intereses divididos dentro de los países signatarios mantengan sus privilegios. Otro survey de compañías que están operando en la región andina demostró poca preocupación por parte de sus ejecutivos primordialmente porque sentían que las restricciones contra las compañías extranjeras no serían nunca implementadas 21 . A pesar del optimismo inicial, los esquemas de integración no se han realizado tal como se esperaba de sus innovadores. La mayor parte de los procesos de integración han reforzado los intereses de las transnacionales en tanto que estas compiten por repartirse el mercado dentro de estructuras oligopolistas. Para que el Mercado Común Andino fuera efectivo, los países miembros deberían aplicar y llevar adelante dispocisiones anti-monopolistas, ya que la penetración en uno de ellos por las transnacionales implica la penetración de todas una vez que el arancel interno es eliminado 22 . «Por lo tanto las empresas transnacionales no son neutrales vis-á-vis el proceso de integración económico entre los países en vías de desarrollo. Ellas, en realidad, se convierten en los actores más fuertes en la cooperación regional, ellos influencian las políticas, participan o dominan la implementación de políticas y pueden convertirse en una fuerza crucial de integración o desintegración en la persecución de objetivos corporativos»23. Los resultados obtenidos revelan que la integración económica efectivamente ha reforzado la posición de algunas empresas transnacionales y debilitado aquellas firmas nacionales respecto a la tecnología especializada en varias actividades productivas. Dado que la estructura de produc 2 1 . R. V e r n o n : Storm Over the Multinationals: Problems and Prospects, «Foreign Affairs», Vol. 55, 1977, n° 22; Harvard Group, How will the multinationals react to the Andean Pact's Decision 241, «Inter-American Economic Affairs», 25, 2, Autumn 1971. 22. Al final de la decada de los 60 cuando el Pacto fue establecido, de 513 subsidiarias norteamericanas 362 tenían afiliadas en por lo menos un país andino y 258 en por lo menos dos. Ver E. T i r o n i : op. cit. 23. C. V a i t s o s : Crisis in Regional Economic Cooperation..., pp. 729. I 128 RUBÉN BERRIOS ción es promovida a través de programas industriales, se teme que la distribución del ingreso en los países andinos se empeorará ya que muchas actividades son altamente intensivas en capital y la concentración industrial probablemente incremente la acumulación de rentas monopólicas 24 . Tal es el caso de la industria automovilística, la cual favorecerá a los ensambladores, así también con la industria petro-química, fármacos, equipos de telecomunicaciones y publicidad. El impulso nacionalista del Pacto Andino duró desde 1969 a 1971 y la aprobación de la Decisión 24 surgió en gran parte de la emergencia de los regímenes políticos nacionalistas en el Perú, Chile y Bolivia. La caída de los gobiernos de Torres, Allende y Velasco incrementó aún más la vulnerabilidad de estos países a presiones externas en tanto que empesaron a alejarse de sus originales propósitos nacionalistas. Lo fundamental de las disposiciones subregionales varían en alcance, restrictividad, y operacionalidad. Al final de la década, el fracaso del nacionalismo ambiguo y la expansión reanudada de los flujos de capital extranjero señalaban que las condiciones de subdesarrollo y dependencia continuan siendo reforzados. 24. Se estima que alrededor del 80% de la población de los países andinos no tienen acceso a la mayor parte de los productos que están sujetos a la programación conjunta industrial (automóviles, electrónicas, petroquímicos). Solamente 7-10% de la población concentrada en las áreas urbanas tienen suñcientes ingresos para adquirir productos «modernos».