Allan Caina Fantasías urbanas en África: Lecciones del pasado y realidades emergentes Introducción Estoy escribiendo esto en respuesta a un artículo excelente publicado recientemente por Vanessa Watson “Fantasías urbanas en África: sueños o pesadillas” (African urban fantasies: dreams or nightmares?)”.1 Abordo el tema desde la perspectiva de la experiencia de Luanda, Angola, una ciudad donde una de las fantasías discutidas por la profesora Watson se ha desarrollado más allá de un sueño para transformarse en una realidad. Hace poco más de una década, Angola emergió de un prolongado conflicto que data de los años ‘60. Este conflicto detuvo el crecimiento económico por 40 años y también causó un desplazamiento masivo de población hacia las ciudades. Esto, a su vez, dio lugar a una enorme demanda acumulada de vivienda y servicios básicos en las ciudades superpobladas. a. Allan Cain es un arquitecto especialista en proyectos de planificación, agua y saneamiento, micro finanzas de viviendas y desarrollo urbano. Es director de Development Workshop y miembro de comisiones directivas de varias instituciones. ; e-mail: [email protected] 1. Watson, Vanessa (2014), “African urban fantasies: dreams or nightmares?” Environment and Urbanization Vol 26, No 1, pag. 215 42 Allan Cain En el mismo periodo se vio también un significativo crecimiento del valor de las commodities que Angola exportaba y la aparición de un crédito a bajo costo disponible de China que ha creado la oportunidad para financiar soñados proyectos urbanos. Estoy de acuerdo con la profesora Watson que las inversiones de las empresas inmobiliarias internacionales en gran escala, en proyectos en toda la ciudad, son relativamente recientes. Sin embargo, hablar de fantasías urbanas africanas encuentra ecos en otra era, cerca de 50 años atrás. Fue poco después de que muchos países africanos alcanzaran la independencia y que algunos de sus líderes, encontrándose con fácil acceso a financiamiento de bajo costo, se sintieran tentados a invertir en la construcción de nuevas ciudades. En la década del ’60 y primeros años de los ’70, los gobiernos de Botsuana, Malawi, Mauritania, Nigeria y Tanzania iniciaron masivos proyectos de relocalización de las ciudades capitales. Fuertes argumentos nacionalistas fueron usados para justificar estas muy caras iniciativas. Se argumentó, por ejemplo, que moviendo el centro de poder urbano de la costa hacia el interior estimularía la economía de las retrasadas regiones centrales. Pero, más importante es que estas nuevas ciudades eran construidas por una razón simbólica re- lacionada con el orgullo nacional y para producir un corte radical con el pasado colonial El nuevo urbanismo africano de los ’60 reflejó las teorías dominantes en ese momento, particularmente los así llamados polos de crecimiento como una forma de aliviar las disparidades regionales2 . Los gobiernos que aspiraban a construir nuevas capitales por razones políticas, rápidamente adoptaron estos argumentos teóricos que justificaban el gasto masivo y el igualmente masivo pedido de préstamo a organismos internacionales, que el proyecto requería. Estos nuevos centros urbanos fueron construidos al principio para acomodar las funciones administrativas del estado y muchos tenían poco o ningún impacto económico en la región subdesarrollada donde eran construidos.3 Mientras ostensiblemente demostraban algunas de las teorías más progresistas del momento en diseño urbano -teorías que eran promovidas por los intermediarios financieros y por firmas extranjeras de ingenieros que estaban para obtener grandes ganancias de los proyectos- las nuevas ciudades frecuentemente resultaron en errores caros que desviaron las inversiones de proyectos potencialmente más sustentables económica y socialmente. Además, estos proyectos dejaron a algunos de los países que los iniciaron con una deuda que inhibió el desarrollo nacional durante una generación o más. 2. Friedmann, J (1973), Urbanization, Planning and National Development, Sage Publications, London, 351 pags. 3. Ver, por ejemplo, Potts, D (1985), “Capital relocation in Africa: the case of Lilongwe, Malawi”, The Geographical Journal Vol 151, No 2, Julio pags. 182 -196. Fantasías urbanas en África: lecciones del pasado y realidades emergentes Gran parte de la financiación para estos nuevos proyectos urbanos posteriores a la independencia, tomaron la forma de préstamos con condiciones favorables que había que pagar con intereses. La persistencia de tasas de intereses reales negativas en la década de 1960 y principios de 1970 hizo que fuera económicamente atractivo para los países de bajos y medianos ingresos, préstamos externos para el desarrollo y el consumo en lugar de guardar o atraer inversiones. Ésta fue una era de relativamente alto valor del precio de las materias primas, que alentó más aún a un número de ambiciosos gobiernos africanos a endeudarse con tasas subsidiadas para invertir en prestigiosos pero frecuentes “inútiles proyectos urbanos”.4 Sin embargo la crisis del petróleo de 1979 resultó en un ajuste global de la política monetaria. Para países de ingresos bajos y medios, esto significó que préstamos hechos previamente en términos más generosos, eran transformados al serles asignadas tasas de interés flotante y en aumento. El crecimiento de África que había alcanzado un pico durante el boom petrolero de los ’70, disminuyó dramáticamente cuando el precio del crudo y otras materias primas colapsaron durante las siguientes dos décadas. Los niveles de pobreza de los países deudores de África pegaron un 43 salto y las tasas de crecimiento se desplomaron.5 A fines de 1980, los pagos de intereses en ascenso resultaron en un flujo de caja inversa desde los países de bajos ingresos a los de altos ingresos.6 Desarrollo en Angola desde el 2000 La década posterior al 2000 ha sido similar, de alguna forma, a la de los primeros años de la década de 1970. África una vez más se había beneficiado por el aumento de los precios de las materias primas y la declinación de las tasas de interés. Para los países productores de petróleo, el precio del crudo subió de menos de U$S 20 el barril en 1999 a más de U$S 100 en 2013. Los precios de los minerales, granos y otras materias primas también se dispararon con el aumento de la demanda mundial, y África probablemente continúe beneficiándose de la creciente demanda mundial de petróleo, gas natural, minerales, alimentos y tierras de cultivo.7 El nuevo urbanismo del que habla la profesora Watson es un fenómeno emergente coincidente con el reciente periodo de crecimiento. La economía de Angola ha crecido casi diez veces desde la guerra civil que terminó en 2002. Principalmente gracias a 4. Qekisi, M (2013), Origins of the African Debt Crisis, disponible en http://www.academia.edu/5104533. 5. McKinsey & Company (2010), “What’s driving Africa’s growth,” McKinsey Quarterly, Junio, disponible en http://www.mckinsey.com/insights/economic_studies/whats_driving_africas_growth. 6. Moyo, D (2009), Dead Aid. Why Aid is not Working and There is a Better Way for Africa, Penguin Books, pag.es 46-47 7. Ver referencia 5. 44 Allan Cain la demanda de crudo, la tasa de crecimiento llegó a más de 20% en 2007 y ha tenido un promedio respetable de 7% durante la última década. La reducción de la pobreza, sin embargo, ha sido menos impresionante, con el gobierno encerrado en su modelo de desarrollo “por goteo” Ha sido el acceso al crédito de China, sin embargo, lo que ha permitido a Angola convertirse en pionera del nuevo urbanismo en África. Angola encabeza la lista de los principales socios comerciales africanos, seguida por Sudáfrica, Sudan, Nigeria y Egipto. Los compromisos de China en África son en la mayoría de los casos entre estado y estado, comprenden la adquisición de recursos extractivos y la provisión de créditos de inversión para infraestructura y construcción. La sociedad ÁfricaChina fue diseñada y aprobada por 48 países africanos en la Cumbre del Foro en la Cooperación entre África y China en Beijín (FOCAC) in noviembre 2006. Créditos para las exportaciones chinas y préstamos para concesiones son provistos para la construcción de proyectos de grandes obras de infraestructura a los que pueden acceder los estados africanos y entidades para-estatales a través de las empresas estatales y privadas de China. Las inversiones chinas en infraestructura en África están frecuentemente asociadas con la construcción de edificios gubernamentales de alto perfil y estadios nacionales. La naturaleza de los préstamos estado-estado y su falta de transparencia ha sido criticado por el periodismo internacional de occidente.8 Las empresas de construcción chinas han ganado contratos de obras valuados en más de U$S 29 billones al final del primer año que siguió a la firma de FOCAC. Las inversiones chinas en África crecieron a una tasa anual de 20,5% entre 2009 y 2012, cuando alcanzo a más de 21 billones. Según el mismo Ministerio de Comercio de China, se registraron por lo menos 2000 firmas chinas trabajando en África, con 2,372 proyectos adicionales aprobados oficialmente.9 Aprendiendo de su propia experiencia en la construcción de mega proyectos urbanos tales como la nueva ciudad de Shenzhen, China se ha transformado en el epicentro del proceso de la nueva urbanización que está siendo fuertemente promovida en África. David Harvey destaca que: “La influencia de China se ha convertido en genuinamente global, parte debido a la integración de los mercados financieros que han usado su flexibilidad para financiar deudas de desarrollo urbano alrededor del mundo. Megaproyectos de urbanización surgie- 8. Leung, A (2010), “New China–Africa financial investment”, Chinese Economic Association Conference, 18 July, Oxford, UK, disponible en http:// www.ceauk.org.uk/2010-conference-papers/full-papers/Leung-AKP.pdf. 9. Brautigam, D (2013), “China in Africa: the real story”, 28 September post, disponible en http://www.chinaafricarealstory.com/. Fantasías urbanas en África: lecciones del pasado y realidades emergentes ron por primera vez en el Medio Oriente en lugares como Dubái y Abu Dabi, absorbiendo el excedente resultante de la riqueza petrolera en las formas posibles más visibles, más socialmente injustas e inútiles ambientalmente. Fortunas inmensas fueron generadas por los intermediarios financieros que coinciden con el fácil acceso a la financiación de la demanda de vivienda excedente”10. Para un país desbastado por la guerra como Angola, el acceso a inversiones chinas ofrece una oportunidad única para reconstruir la infraestructura nacional. El acceso a la ayuda convencional de reconstrucción de occidente fue negado a Angola después de repetidos pedidos a la comunidad internacional.11 En 2004 Angola recurrió a China y aceptó la oferta de cuatro billones de dólares de una línea de crédito que fue multiplicada varias veces y que actualmente es más de 15 billones.12 La mayor parte del financiamiento chino ha sido usado para 45 reconstruir la infraestructura dañada de transporte, que es crítica para el libre movimiento de bienes y personas de la zona central y provincias del este afectadas por la guerra. Sin embargo, inversiones sustanciales también se hicieron en proyectos prestigiosos, tales como un nuevo y sobredimensionado aeropuerto y estadios de deportes. Las largamente postergadas elecciones después de la guerra y el cambio demográfico de población hacia las ciudades, donde 60% del electorado vive actualmente, presionó al ejecutivo a tomar compromisos para el desarrollo de viviendas y servicios básicos. Antes que invertir “in situ” en el mejoramiento de viviendas o en infraestructura urbana dirigida a los “slums”13, prevención y reajustes de tierra, se ofrecieron soluciones rápidas financiadas por los chinos y otros inversores internacionales. No hubo una evaluación preliminar adecuada para determinar la disponibilidad de tierra y mercados de vivienda o de medir la capacidad de gestión urbana 10. Harvey, D (2008), “The right to the city”, New Left Review, Septiembre–Octubre, pag. 30. 11. En 2003, el FMI rehuso un pedidod e Angola para el financiamiento de post Guerra y los donantes de Estados Unidos y Europa rehusaron el llamado de Bruselas de una conferencia sobre una mesa redonda sobre su reconstruccion . 12. Corkin, L (2013), “Uncovering African agency: Angola’s management of China’s credit lines”, Chatham House, Londres , 8 pags. 13. El término “slum” usualmente tiene connotaciones negativas y puede sugerir que un asentamiento necesita ser reemplazado o que puede legitimar el desalojo de sus residentes. Sin embargo, es un término difícil de evitar por al menos tres razones. Primero, algunas redes de organizaciones barriales eligen identificarse con un uso positivo del término, en parte para neutralizar estas connotaciones negativas; uno de los más exitosos es el Slum Dwellers Federation en India. Segundo, la única estimación global para deficiencias de viviendas realizada por las naciones Unidas, son para las que ellos llaman “slums”. Y tercero en algunas naciones hay ventajas para residentes de asentamientos informales si son reconocidos oficialmente como “slum”; ciertamente los residentes pueden cabildear para lograr que su asentamiento sea clasificado como un “slum notificado”. Donde el termino es usado en este artículo, se refiere a asentamientos caracterizados por al menos algunas de las siguientes características: falta de reconocimiento formal por parte del gobierno local del asentamiento y sus residentes, la ausencia de tenencia segura, inadecuados servicios de infraestructura, sobrepoblados y con viviendas sub-normales y localización en tierras no aptas para ser ocupadas. Para una discusión más precisa sobre formas de clasificar el rango de mercados sub-normales de vivienda a través de los cuales aquellos con ingresos limitados compran, alquilan, o construyen un techo, ver Environment and Urbanization Vol 1, No 2 (1989), disponible en http://eau.sagepub.com/content/1/2.toc. 46 Allan Cain antes que estos proyectos, conocidos coloquialmente como centralidades, fueran iniciados. La racionalidad de este abordaje refleja lo que Watson describiría como el deseo de construir en Luanda “una metrópolis africana de primera clase a nivel mundial” emulando a Dubai, Singapur (o Shenzhen). Distinto a los planes para muchas otros nuevos centros urbanos africanos, los cuales como dice la profesora Watson, aun permanecen en carpeta, las centralidades en Angola están siendo rápidamente dirigidas a la etapa de construcción de ya existentes prototipos chinos y a veces de planes diseñados por algunas firmas de Sudáfrica. Una oficina especial de reconstrucción fue establecida en Luanda bajo el ala militar de la Oficina Presidencial para sobrepasar al Ministerio de Vivienda y Urbanismo y la administración municipal local. En las primeras fases del programa, el financiamiento también evitó estar en el presupuesto del estado. El modo de financiamiento para las nuevas centralidades ha sido frecuentemente disimulado a través de un mecanismo referido a una forma de partenariado públicoprivado, donde miembros del ejecutivo de Angola se han convertido en socios por derecho propio, con firmas privadas extranjeras que llevan a cabo la construcción. La ciudad de Kilamba La profesora Watson menciona las “ciudades fantasma” construidas por los chinos en Angola, siendo la más famosa en el distrito Kilamba Kiaxi, en Luanda. Esta nueva centralidad, fue financiada por el Industrial and Commercial Bank de China. El Fondo Internacional de China (CIF), un grupo privado de firmas con base en Hong Kong que tiene a Angola, China y otros inversores, tuvo un rol dominante en la construcción de Kimbala. El papel formal del sector público de la asociación fue la adquisición de tierras y, cuando fue necesario, el desalojo de ocupantes, que se justifica en el principio legal de que el Estado es el propietario y director de todas las tierras de Angola (Foto 1). En realidad, los mercados de tierra informales y privados son dominantes a través de toda Angola, y los valores de la tierra urbana y peri-urbana son extremadamente altos. La adquisición compulsiva de tierra para la nueva centralidad previamente ocupada por asentamientos informales resulta en la expropiación de los bienes y ahorros de los pobres.14 El proyecto de Kilamba, terminado en 2012, incluye 750 edificios de aparta- 14. Cain, A (2013a), “Luanda’s post-war land markets: reducing poverty by promoting inclusion”, Urban Forum Vol 24, No 1, Marzo, pags 11-31, disponible en http://www.link.springer.com/article/10.1007/s12132-012-9173-x. Fantasías urbanas en África: lecciones del pasado y realidades emergentes 47 Foto 1: Tierra apropiada para la nueva ciudad en Angola Fuente: http://www.ipsnews.net/2012/11/chinese-and-brazilian-firms-building-the-new-angola/ mentos, escuelas y más de 100 unidades de comercio minorista (foto 2). La nueva ciudad fue construida para albergar 160.000 personas en 20.000 unidades, cada una con superficies que varían entre 110 y 150 metros cuadrados y con un costo entre U$S 120.000 y 200.000. Hasta principios de 2013, estos departamentos permanecían en su mayoría vacíos, adquiriendo el status de ciudad fantasma para la prensa internacional15. La profesora Watson menciona que la mayoría de los pobres en Angola viven con un equivalente a U$S 2 diario, pero el precio de la unidad original de departa- mento era prohibitiva aun para funcionarios públicos de rango superior. El estado estuvo por lo tanto obligado a intervenir para salvar el prestigio del proyecto. Un esquema de una renta altamente subsidiada para la compra fue introducida, ofreciendo 3% en hipotecas y el costo de las unidades más baratas fue rebajado de US$120.000 a US$84.000, que acercó la propiedad de departamentos a los funcionarios municipales de ingresos medios.16 La profesora Watson destaca que la teoría del nuevo urbanismo de sustentabilidad cuenta con “…una red de intereses privados, incluido desarrolladores inmobiliarios, diseñadores, empresas 15. Lumumba, J (2013), “African garden cities: urbanization without planning for people”, The Outpost, 7 Mayo, disponible en http://www.NextCity.org. 16. .Cain, A (2013b), “Housing finance in Angola”, Centre for Affordable Housing Finance in Africa, disponible en http://www.housingfinanceafrica.org/ country/angola/. 48 Allan Cain Foto 2: Kilamba, ciudad nueva en Angola Fuente : http://www.wilderutopia.com/wp-content/uploads/2012/12/Chinese-Ghost-Town-of-NovaCidade-de-Kilamba-Angola-Facebook-e1367917696532.jpg. de ingeniería e infraestructura, firmas financieras y de tecnología innovadora trabajando juntos para construir ciudades inteligentes y ecológicas”.17 No es una coincidencia que el concepto ha ganado actualidad hoy en día en los países africanos que han acumulado un excedente de ingresos y están siendo atraídos por la oferta de crédito fácil de financistas internacionales. El caso de Angola demuestra que, mientras que la financiación para la implementación del proyecto de Kilamba fue concebida como una iniciativa, el papel del Estado era principalmente la concesión de tierras. Harvey destaca que hay: 17. Ver referencia 1. 18. Ver referencia 10. “… potencia para la acumulación de capital a través de proyectos inmobiliarios porque la tierra es adquirida a muy poco costo. En China (y Angola) desde que los ocupantes previos de tierra carecen de título de propiedad, el Estado puede simplemente eliminarlos por decreto, ofreciendo un pago en efectivo menor para ayudarles en su mudanza antes de traspasar la tierra a los desarrolladores con un gran beneficio”.18 A pesar del subsidio escondido en concesión de la tierra, el estado de Angola Fantasías urbanas en África: lecciones del pasado y realidades emergentes estuvo obligado a intervenir para cubrir la masiva escasez de clientes en la forma de subsidios adicionales para eventuales compradores. Hoy en día, en Luanda, el fenómeno de la fantasía urbana ha dado lugar a un exceso de oferta de viviendas de alta gama y un dramático colapso de los valores inmobiliarios en ese segmento del mercado. El estado ha estado obligado a destinar el grueso de su presupuesto para viviendas a subsidios para hacer 49 que proyectos tales como la centralidad de Kilamba sean accesibles a los funcionarios. Los nuevos precios bajos del mercado son todavía muy altos para los pobres; el pinchar la burbuja de los precios no ha mejorado la situación de la vivienda de la mayoría de las familias ubicadas en la base de la pirámide. Watson está en lo correcto al reconocer que el gasto del estado es probable que sea sesgado hacia el apoyo a estas nuevas ciudades, lejos de cumplir con los servicios básicos y las necesidades TABLA 1: Acceso a servicios básicos en los asentamientos urbanos de Luanda (por tipología) Tipo de asentamiento A Viejo centro urbano B Nuevos suburbios y condominios C Barrio Popular D Zonas de vivienda social E Construcciones privadas en ciudades planeadas F Slums de transición ( musseques) G Musseques (slums) Organizados H Viejos slums (musseques) I Slums periferiféricos (musseques) J Asentamientos rurales K Zona Industrial TOTAL Nivel de acceso a los servicios básicos Servicios básicos adecuados Servicios básicos adecuados Servicios básicos mejorados Servicios básicos mejorados Servicios básicos mejorados Servicios básicos mejorados Servicios básicos mejorados Acceso pobre a servicios básicos Sin acceso a servicios básicos ervices Sin acceso a servicios básicos Servicios básicos adecuados Población estimada % de población total 165,693 3 163,721 3 83,290 1 118,380 2 396,736 7 622,950 11 477,956 8 2,312,701 40 1,237,028 21 241,787 4 2,957 0.05 5,823,199 100% Fuente: Development Workshop (2012), Angolan Urban Land Policies, Strengthening Citizenship through Upgrading Informal Settlements, World Bank, Washington DC, adapatado del PowerPoint pag 7, disponible en http://www. landandpoverty.com/agenda/pdfs/ppt/cain_powerpoint.pdf. 50 Allan Cain de vivienda de las mucho más grandes poblaciones urbanas pobres. La tabla 1 destaca la elevada proporción de población de Luanda con pobre o con ningún acceso a los servicios básicos. Producto de la temprana experiencia de Angola en poner en práctica la teoría del nuevo urbanismo, surgen algunas preguntas fundamentales sobre la viabilidad del modelo propiciado por el sector privado. Debemos preguntarnos si el modelo es sustentable financieramente sin importantes garantías del estado para la provisión gratuita de tierras, subsidios e incluso rescates cuando todo lo demás falla. Bibliografía Brautigam, D (2013), “China in Africa: the real story”, 28 September post, disponible en http://www.chinaafricarealstory.com/. Cain, A (2013a), “Luanda’s post-war land markets: reducing poverty by promoting inclusion”, Urban Forum Vol 24, No 1, March, pages 11‒31, disponible en http:// www.link.springer.com/article/10.1007/ s12132-012-9173-x. Cain, A (2013b), “Housing finance in Angola”, Centre for Affordable Housing Finance in Africa, disponible en http:// www.housingfinanceafrica.org/country/ angola/. Corkin, L (2013), “Uncovering African agency: Angola’s management of China’s credit lines”, Chatham House, London, 8 pags. Development Workshop (2012), Angolan Urban Land Policies, Strengthening Ci- tizenship through Upgrading Informal Settlements, World Bank, Washington DC, 22 pags, disponible en http://www. landandpoverty.com/agenda/pdfs/ppt/ cain_powerpoint.pdf. Environment and Urbanization Vol 1, No 2 (1989), disponible en http://eau.sagepub. com/content/1/2.toc. Friedmann, J (1973), Urbanization, Planning and National Development, Sage Publications, London, 351 pags. Harvey, D (2008), “The right to the city”, New Left Review, September–October, pages 23‒40. Leung, A (2010), “New China–Africa financial investment”, Chinese Economic Association Conference, 18 July, Oxford, UK, disponible en http://www.ceauk.org. uk/2010-conference-papers/full-papers/ Leung-AKP.pdf. Lumumba, J (2013), “African garden cities: urbanization without planning for people”, The Outpost, 7 May, disponible en http://www.NextCity.org. McKinsey & Company (2010), “What’s driving Africa’s growth”, McKinsey Quarterly, June, disponible en http://www.mckinsey.com/insights/economic_studies/ whats_driving_africas_growth. Moyo, D (2009), Dead Aid. Why Aid is not Working and There is a Better Way for Africa, Penguin Books, 208 pags. Potts, D (1985), “Capital relocation in Africa: the case of Lilongwe, Malawi”, The Geographical Journal Vol 151, No 2, July, pags 182‒196. Qekisi, M (2013), Origins of the African Debt Crisis, disponible en http://www. academia.edu/5104533.