8-esquema-femenina

Anuncio
CONCEPCIONISTAS MISIONERAS
Marcilla, agosto 2009
UNA PERSPECTIVA TESTIMONIAL y FEMENINA
“Desde los desfavorecidos”
1. Un oído atento a los signos de los tiempos





Renovada opción preferencial por los pobres
El mundo de los jóvenes
La mujer y lo femenino
Espiritualidad encarnada, liberadora e inculturada
Nueva eclesialidad
2. Experiencia fundante
 Desde mi corto caminar en la vida consagrada tuve siempre la experiencia de ser muy
amada por Dios, aún en los momentos de oscuridad, y también tengo la experiencia
de que no se deja ganar en generosidad, que es un Dios rico en misericordia y
ternura.
 Hay una constante: una profunda confianza de ser y de estar en Él. Para mí ser
consagrada es pertenecerle y tener la certeza de que me hará feliz. Es una alianza
3. ¿Reformular los votos?
 En primer lugar, algunas personas sostienen que han sido formulados así por varones
en tiempos muy diferentes a los nuestros y estaban orientados a corregir ciertos
defectos más propios de los varones que de las mujeres en el seguimiento de Jesús.

En segundo lugar, parece que: la burocratización, la institucionalización de los votos
oscurecieron el verdadero valor que tienen, llevándonos a atender más a la forma que
al fondo de la cuestión. Por ejemplo, nos ocupamos más de ser pobres que solidarias
y así no somos pobres de verdad o no sirve de nada la pobreza... Absorbidas por una
vivencia o no-vivencia de nuestra sexualidad (a la que llamamos castidad),
deformamos nuestras afectividades. De este modo, no fuimos formadas para amar
sino para reprimir, encauzar, disimular etc. En la medida en que amamos
concretamente, en la medida en que construimos relaciones afectivas y sanas, que
expresamos y recibimos la expresión de los otros, nos vamos construyendo como seres
amantes (que aman y se dejan amar). Es lo que nos abre a la realidad de los otros,
nos habilita para caminar con otros en forma desinteresada, construir nuevas
relaciones entre iguales, sin dominaciones ni utilitarismos. Finalmente, la
1
disponibilidad (obediencia) nace sola del amor y la solidaridad. Es, además, crítica,
justa y racional.

En tercer lugar, parece que, aunque didáctica de alguna manera, formular así los votos
lleva a cierta fragmentación de la vida: Siempre me costó ver los votos uno por uno y
estudiarlos por separado. Me ha resultado más fácil verlos como entrega a Dios y
como libertad.

Por todo esto y quizás también por otras razones, necesitemos encontrar un lenguaje
que nos ayude a expresar lo central de nuestra consagración: Para seguir a Jesús
necesitamos un eje y éste es poder amar desde Jesús. Los votos son eficaces si nos
ayudan a acercarnos a Él.
4. Los votos como proceso solidario
La profesión religiosa nos pone en un proceso de discipulado, en un proceso de kénosis, que
para nosotros significa un camino de humanización, que es aceptación y entrega de los
propios límites
Los votos de las religiosas y de los religiosos son un símbolo y un lenguaje para
expresar capacidades íntimas muy profundas, que pueden ser ofrendadas al Mesías de
Dios, para que continúe manifestando la verdadera imagen de Dios a los humanos,
especialmente a quienes más sufren. Por eso, los votos, aunque a veces son dolorosos,
no constituyen tanto una renuncia, sino más bien un obsequio a Jesucristo.
La propia experiencia, vivida con sinceridad y cariño, nos pone en el camino del Maestro y
nos hace experimentar, de múltiples maneras, nuestra fragilidad como lugar de encuentro con
Dios y con los hermanos y hermanas:
La experiencia existencial que tengo es que la consagración me ha proporcionado
siempre pasar por situaciones límite y por experiencias de mucha fragilidad,
carencia, límite, frontera, enfermedad, muerte, corrupción. Los votos han sido un
medio que me llevaron a arriesgar, a conocer realidades humanas, comunitarias y
culturales que nunca hubiera conocido. Pero también me proporcionaron
experiencias de reconciliación conmigo misma y con otras personas... Han sido
camino de inseguridad e intemperie, camino para desposeer.
Al hacer profesión religiosa, entramos en un camino de aprendizaje, que nos hace vulnerables
y fuertes, eficaces e “inútiles” al mismo tiempo:
Me pregunto si los votos son eficaces o vulnerables. Vivo los votos de manera muy
vulnerable. Mediante los tres voy aprendiendo a amar como Jesús, pero los tres están
teñidos de vulnerabilidad y fragilidad. Los vivimos a tropezones. Hablamos de
pobreza, pero la vamos aprendiendo en el camino, la vamos viviendo en proceso.
Este aprendizaje lo hacemos dentro de una comunidad:
Voy aprendiendo a vivir los votos. Lo que la comunidad comparte me ayuda a
profundizarlos para luego asumirlos y optar por ellos. Los votos para mí son una
manera, un medio para vivir un estilo de vida en plenitud y abundancia, que sólo
puede ser don de Dios.
2
Pero también el aprendizaje se va realizando a medida que vamos tomando conciencia de
nuestras raíces y vamos haciendo la experiencia del dolor de las personas con las que nos
encontramos:
Compartir mi vida con las hermanas significó para mí mirar de otro modo la vida:
desde el reverso, desde aquellos a los cuales no se les permite contar la historia,
desde los débiles, desde Jesús. Fueron -y son- caminos de mucha búsqueda que
emprendimos juntas, desde el estudio, el diálogo, la oración compartida,
arriesgándonos. Hoy trabajo en el área de los derechos humanos y vuelvo a encontrar
nuevos desafíos a mi vida consagrada: entre las familias de las víctimas de la
violencia institucional y familiar, expuestas al sin sentido de la impunidad, que
requieren gestos profundos y sinceros de ternura, de compasión, de acompañamiento,
de justicia. La impotencia los deja y me deja sin palabras, me lleva a buscar el aliento
en la contemplación, en el silencio del Jesús asesinado, martirizado... Como mujer
consagrada en América latina hoy, en esta Argentina devastada, siento que más que
nunca necesito reconocer en Jesús y en mis compañeros/as de camino la fuerza para
vivir esta nostalgia del Reino, que en la debilidad y fragilidad me invita a reconocer el
verdadero Rostro de Dios.
5. Algunas preocupaciones
 En primer lugar, es un hecho que vivimos en un mundo globalizado. La vida religiosa,
en cierto sentido, ha tenido siempre una fuerte impronta universal. Las comunidades
religiosas internacionales están por lo general compuestas por personas de diferentes
culturas. No se ha reflexionado suficientemente sobre lo que significa una convivencia
intercultural.
 En segundo lugar, muchos institutos, sobre todo los que tienen sus orígenes en los
países del Norte, cuentan con bastantes recursos económicos. Estos mismos institutos
han hecho suya la opción por los pobres. Sin embargo, el tipo de vida que llevan en
medio de sectores empobrecidos, da la impresión de que se pertenece a una clase
social acomodada.
 En tercer lugar, es evidente que la vivencia del voto de castidad trae hoy en día mucho
sufrimiento secreto a muchas personas, tanto hombres como mujeres, ya sea por la
represión a la que va ligada la formación en él y a los sentimientos de culpa que
suscitan las transgresiones, que no dejan de vivirse con mucha angustia.
 En cuarto lugar, en relación con lo ya mencionado con respecto a las dificultades para
encontrarnos a gusto con la actual formulación de los votos, es preciso, como ya se ha
insinuado, hacer una revisión crítica de la manera de vivirlos.
 Finalmente, debemos estar abiertos a lo que el Espíritu nos va suscitando en nuestros
tiempos. Van surgiendo nuevas formas de seguir a Jesús. Muchas familias religiosas
han abierto sus puertas a laicos y laicas solteros o casados que desean compartir su
espiritualidad y su misión. Esto constituye también un signo de los tiempos que nos
invita a revisar nuevamente nuestras maneras de vivir los votos y de hacer comunidad.
3
Descargar