0101-61-2002 TRIBUNAL PRIMERO DE SENTENCIA: San Salvador, a las veintiuna horas del día veintidós de octubre del año dos mil dos. Visto en juicio oral el proceso penal número DOSCIENTOS CINCUENTA Y OCHO – DOS MIL UNO - DOS, en Audiencia de Vista Pública en forma Colegiada de conformidad al Art. 53 inc. 1 numeral 10° del Código Procesal Penal, constituidos los Jueces del Tribunal Primero de Sentencia Licenciadas, MARIA CONSUELO MANZANO MELGAR, SAUL ERNESTO MORALES Y DELMY YANIRA CHOTO DE CONTRERAS siendo presidida por la primera de estas, en su calidad de Juez Presidente; iniciado contra del imputado RICARDO EMILIO HENRIQUEZ, quien es de cuarenta y un años de edad, divorciado, salvadoreño, originario de Cojutepeque, trabajaba como abogado de la República y se desempeñaba como Juez de Paz de La Palma, Departamento de Chalatenango, hijo de Leonor Henríquez y Mariano Martínez, fallecido, residente en la tercera avenida sur y cuarta calle poniente, en Cojutepeque, Departamento de Cuscatlán; a quien se le procesa por los delitos de USO Y TENENCIA DE DOCUMENTO FALSO, tipificado y sancionado en el Artículo 287 del Código Penal y por el delito de EJERCICIO ILEGAL DE LA PROFESION tipificado y sancionado en el Art. 289 del Código Penal ambos en perjuicio de la FE PÚBLICA. Han intervenido como partes, los Licenciados DIEGO BALMORE ESCOBAR PORTILLO y VÍCTOR MANUEL LEMUS actuando en su calidad de Agentes Auxiliares del Fiscal General de la República; el Licenciado VICENTE ORLANDO VÁSQUEZ CRUZ, en su calidad de Defensor Particular, todos mayores de edad, abogados de la República y de este domicilio. HECHOS OBJETO DEL JUICIO Según acusación los hechos acusados son: "En su función, el Fiscal Especial inició la investigación respectiva, requiriendo información al Consejo Nacional de la Judicatura y a la Dirección Nacional de Educación superior del Ministerio de Educación, respecto a la documentación que el señor Ricardo Emilio Henríquez, había presentado a esas instituciones, obteniendo de parte del Ministerio de Educación, resolución de la Dirección Nacional de Educación Superior, en donde consta que Ricardo Emilio Henríquez, solicitó a esa Dirección registro de titulo de Licenciado en Ciencias Jurídica, obtenido en la Universidad Salvadoreña, y que del análisis realizado a los atestados de estudios presentados por Ricardo Emilio Henríquez, se detectó irregularidades en los planes de estudio que el Ministerio de Educación autorizaba, en tal sentido resolvieron no registrar el titulo de licenciado en Ciencias Jurídicas por no haber aprobado el pensum de asignaturas de Plan de Estudios de la Universidad que lo gradúa. Es importante destacar, que en la solicitud que hizo a dicho Ministerio el día ocho de diciembre del año dos mil, presento una certificación de notas globales de la Universidad de El Salvador, expedida a los veintisiete días del mes de agosto de mil novecientos noventa, por la licenciada ANA MARGOTH HANDAL DE ARIAS, en su calidad de Secretario de Asuntos Académicos, certificación dubitada en razón que mediante dictamen del Ministerio de Educación se describió las diferentes irregularidades que posee este documento, para el caso que ninguna de las materias detalladas corresponden a la nota real que el encartado obtuvo en la UES, tal como se desprende de la certificación de notas extendida por esa universidad el doce de julio del corriente año, cuya copia se encuentra en el expediente judicial, y otras irregularidades que se detallan en ese dictamen referido. El día cinco de abril del dos mil uno, el Licenciado Roberto Vidales, se constituyó a la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, a verificar información respecto a la investigación que estaba realizando, en donde a las quince horas con treinta y dos minutos de ese mismo día procedió a secuestrar entre otros documentos: 1) Resolución del Director Nacional de Educación Superior en la que resuelve no registrar titulo, 2) certificación de notas de la Universidad Salvadoreña y 3) título de Licenciado en Ciencias Jurídicas extendido por dicha Universidad; documentos a nombre de Ricardo Emilio Henríquez, cumpliendo la exigencia que prescribe el Art. 180 inciso segundo del Código Procesal Penal, a las quince horas con treinta minutos del día seis de abril del año en mención, solicitándole al señor Juez Primero de Paz de esta cuidad, ratificación del secuestro de ciento treinta títulos extendidos por las Universidades Salvadoreña, Las Américas de El Salvador; dentro de las cuales se encontraban la documentación antes mencionada, ratificación que fue concedida por dicho tribunal en auto de las quince horas y treinta y cinco minutos de ese mismo día. En el mismo orden de ideas, el Consejo Nacional de la Judicatura, proporcionó certificación del expediente a nombre del encartado, en el cual entre otras consta: 1) hoja de datos generales de dicho señor Henríquez, 2) fotocopia del título que lo acredita como Licenciado en Ciencias Jurídicas, conferido por la Universidad Salvadoreña, 3) transcripción de Acuerdo N° 822- D en el cual se autoriza al justiciable, para que ejerza la abogacía en todas sus ramas, y 4) certificación global de notas extendidas por la Universidad Salvadoreña, la cual se verificó que corresponde a la que se había secuestrado en la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación. El día 29 de junio de dos mil uno, se solicitó al señor decano de la facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador, proporcionara certificación de notas a nombre de RICARDO EMILIO HENRIQUEZ, ya que se tenía conocimiento que había estudiado en dicha universidad; en ese sentido se recibió de parte de la licenciada Berta Alicia Hernández, Administradora Académica de la referida facultad, certificación parcial de notas a nombre de Ricardo Emilio Henríquez, en la que consta que dicho estudiante curso 55 asignaturas, de las cuales aprobó 44 y reprobó 11. Obtenida esa información, y del análisis realizado por el licenciado Pedro Valle, en su calidad de Jefe del Registro, de la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, ha determinado que: 1) las certificaciones de notas de fecha 27 de agosto de 1990 es totalmente diferente a la extendida en fecha 27 de julio de 2001, ambas expedidas por la Universidad de El Salvador; 2) Que entre esas certificaciones no existe coincidencia en los períodos de estudios; 3) Que cursó en la Universidad de El Salvador, un total de 55 asignaturas, a partir del ciclo I-1985 al ciclo I-1992, aprobando 44 y reprobando 11, y conforme a la certificación de notas extendida por la Universidad Salvadoreña, se observa que le conceden equivalencia por 50 asignaturas, incluyendo Derecho Tributario reprobada con nota de 5.8 a nota de 7.2, Derecho Notarial reprobada con nota de 1.7 a nota de 6.9 y Derecho Mercantil III reprobada con nota de 1.2 a nota de 6.5. Por otra parte, consta que Ricardo Emilio Henríquez, se encontraba cursando asignaturas en el ciclo I-1992, tanto en la Universidad de El Salvador, como en la Universidad Salvadoreña. Fecha en la cual y según se establece con la fecha de su graduación, realizada también su seminario de grado, por lo que no podía someterse a ningún proceso de graduación. Esto da indicios suficientes para establecer que la obtención del título extendido por la Universidad Salvadoreña, ha sido obtenido de una forma fraudulenta. Ahora bien, dicho señor Henríquez, después de haber obtenido el título de una forma irregular, lo presentó a la Sección de Investigación Profesional de la Corte Suprema de Justicia, el día dos de septiembre de 1993, con la solicitud respectiva, a efecto de obtener autorización para ejercer la abogacía en todas sus ramas, la que le fue concedida el día 27 de octubre de 1993, en vista de que dicha sección desconocía el origen fraudulento en la adquisición del título presentado, asimismo, y continuando con los hechos a sabiendas de cual era el origen de ese título, solicitó a Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia, le extendiera tarjeta de identificación como abogado, la que le fue expedida el día 28 de enero de 1994, implicando con esto haber sorprendido la buena fe de dicha institución, también, sorprendió la buena fe del Consejo Nacional de la Judicatura y del Organo Judicial, cuando al someterse al proceso de elección para aspirar a una judicatura, presentó la certificación tantas veces mencionada de la USAL, el día 30 de mayo de dos mil, en al Unidad Técnica de Selección en el mencionado Consejo, logrando su propósito de ser nombrado primero, Juez de Paz de Ojo de Agua, y luego como Juez de Paz de La Palma, ambas del Departamento de Chalatenango. Recientemente continuó presentando dicho título y certificación relacionada anteriormente, estando consiente de su origen y contenido fraudulento, al Departamento de Auténticas y Registro de la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, el día ocho de diciembre del año dos mil, solicitando fuera registrado el título en esa institución, con lo cual pretendía cubrir lo fraudulento en la obtención de éste, pero según resolución de las nueve horas del día uno de febrero de dos mil uno, le fue denegado dicho registro. Esto corrobora aún más la forma fraudulenta en que fue obtenido el mismo. PUNTOS SOMETIDOS A DELIBERACIÓN Y VOTACIÓN DE CONFORMIDAD AL ARTÍCULO 356 DEL CÓDIGO PROCESAL PENAL. Cuestiones incidentales: En la audiencia de la Vista Pública, se interpusieron incidentes por ambas partes, habiendo resuelto el Tribunal que conforme al desfile de la prueba se iban a resolver los mismos, por lo que fueron resueltos en la misma audiencia no quedando pendiente ningún incidente para resolver en esta sentencia. Toda la prueba vertida en la presente Vista Pública, se encuentra debidamente relacionada en el Acta respectiva. DESFILE DE PRUEBA PRUEBA TESTIMONIAL: Rindieron su declaración en la presente vista pública, los testigos ofrecidos por la representación fiscal, señores PEDRO VALLE, ADALBERTO ELIAS CAMPOS BATRES, JOSE DOMINGO MARTINEZ, WILLIAN ANTONIO QUINTANILLA DIAZ, ANA MARGOTH HANDAL DE ARIAS, YANIRA DIAZ DE VALENCIA, no así del testigo FRANCISCO SERPAS ROMERO, de quien prescindió la representación fiscal. El testigo PEDRO VALLE en lo medular manifestó: " Que trabaja en el Ministerio de Educación y su cargo es Director de Registros antes era Jefe de autenticas e incorporaciones, que sus funciones son encargado de la supervisión de los títulos a nivel nacional de educación superior, verificación e incorporación de títulos en el extranjero, custodiar la documentación relacionada con instituciones de nivel superior, que abarca el registro de títulos de Licenciados en Ciencias Jurídicas, antes de dar un visto bueno a esta documentación pasa por sus manos, ya que él los firma, continúa expresando el acusado que se ha realizado algún dictamen por la fiscalía, que revisaron el expediente del acusado y lo evaluaron y tenían observación y se dictamino no autenticar el título porque le faltaban cursar materias para completar el pensum de la carrera, para eso se tuvo a la mano dos certificaciones de notas, una autenticada por notario y otra emitida por la Universidad de El Salvador, una emitida en el año de mil novecientos noventa y otra en el año dos mil uno, ambas eran diferentes y de allí surgió el problema, con el análisis de la certificación se dio algo más serio ya que se trataba de una falsificación y el Ministerio había únicamente negado la auténtica por falta de haber cursado materias, y por eso es que el título en cuestión no fue registrado, y se le muestra el dictamen y manifiesta el testigo que es su firma y el sello del Registro, que en el romano I de dicho documento se refería a que al revisar las notas con el pensum se encontraban pendiente de cursar ocho materias, que identificó que no se había completado el pensun conforme al plan de estudio, aunque la persona no está egresada de otra universidad tiene que cumplir con el plan de estudio para que éste opte para obtener su título; que fue por el producto de trabajo diario se toma la certificación de notas presentada y se toma el pensun de la universidad, y se comparan ambas certificaciones de notas a fin de establecer si cumplen con el pensum autorizado, reconoce el sello y la firma de los informes de noviembre y de diciembre de dos mil uno; que ratifica en cada una de sus partes el contenido de ambos; que tiene de laborar en el cargo desde el ocho mayo de mil novecientos noventa y ocho a la fecha, que antes trabajaba como consultor particular, no informó a ninguna otra institución. Que informó a la fiscalía el tres de diciembre del dos mil uno, para el fiscal a petición de ellos, y si no cumple con los requisitos se informa a la persona interesada que no cumple los requisitos y se le devuelve, que por control interno le debe informar al Director, además de él la ley no le obliga informar al Ministerio de Educación, quien le solicitó la información fue el fiscal que no recuerda el nombre, cuando habla de fotocopia se refiere a la certificación de notas de la Universidad de El Salvador, no se le presentó en original; que la fotocopia que se le presentó era certificada por notario y tuvo el original de la certificación de notas de la Universidad USAL, que esa certificación estaba a nombre del señor EMILIO HENRIQUEZ y se le muestra la certificación, expresando que es el formulario emitido por la USAL y el que le fue presentado, y cuando se refería a la copia era a la copia de la Universidad de El Salvador y este documento fue secuestrado; la certificación que tuvo a la vista la tuvo como la documentación que se presenta con la solicitud del registros, y con ella se tiene que presentar la certificación de partida de nacimiento, título de bachiller, certificación de notas de donde se haya graduado y el título y si son varias universidades donde ha estudiado se solicitan las certificaciones de notas de todas las universidades y éstas deben ser originales o de lo contrario certificadas por notario, y de la fotocopia presentada no vio el original; antes de él, en el cargo estaba la licenciada MARIA LUISA BENITEZ, que no piden los pensum ya que el ministerio tiene los planes de estudio, que en el primer momento sólo presentó la solicitud, certificación de notas de la UES y originales de la USAL, la observación se hizo ya que sólo había cursado seis materias en la USAL, se le otorgó un título sin haber cursado las materias del pensum y el segundo momento se presenta por la fiscalía, certificación de notas del dos mil uno, éstas comparadas con la primera certificación de notas de la UES y con la certificación presentada por la fiscalía tenían diferencias, ya que estaba alterada, por lo que la fiscalía le pidió un estudio por equivalencias entre ambas universidades, entonces se dan cuenta que se habían inscrito materias cursadas en la Universidad de El Salvador con notas de 0. 5 y en la certificación original presentada las notas eran diferentes; la ley de educación superior entró en vigencia el ocho de diciembre de mil novecientos noventa y cinco, la ley de Universidades Privadas tiene un reglamento para la equivalencias de universidades, y que establece que se tiene que presentar los originales de las certificaciones de notas para ver si se pueden dar o no equivalencias de una universidad a otra, lo cual eran facultad de universidades; sobre este punto no se tenía control por parte del Ministerio de Educación, sino que hasta que se iba a registrar el título es que el Ministerio ejerce control cuando se solicita el registro de su título, hasta entonces se da cuenta de la metodología empleada, la obligación de registrar el título es desde el veintiocho de diciembre de mil novecientos noventa y cinco, con la entrada en vigencia de la Ley de Educación Superior". El testigo ADALBERTO ELIAS CAMPOS BATRES en síntesis manifestó:" Que Labora en el Ministerio de Educación como Director Nacional de Educación Superior desde el dieciocho de febrero de mil novecientos noventa y seis, que antes laboró como un equipo encargado de la modernización del Ministerio con función de asesorar al despacho, el asesoramiento consistía en preparar los instrumentos a utilizar por el ministerio en la descentralización de mil novecientos noventa y ocho, como director su función es administrar la Ley de Educación Superior, su relación con el departamento de registro y auténtica es donde se ofrece el registro de instrumento, el proceso para registro de documentos, consiste en que se presenta y se llena formulario de solicitud, solicitando el servicio de auténtica o registro o ambos, presentan documentos y se revisan por el personal, y luego pasa a su oficina para registro, los requisitos son: Debe ser emitido por institución debidamente registrada, deberán estar estampadas las firmas de los funcionarios registrados, los sellos registrados como auténticos de la institución y tienen que llevar el detalle de certificación de notas de acuerdo al pensun autorizado, el plan de estudio es un instrumento legal a través del cual a las instituciones se les ha delegado el emitir títulos, contando siempre con la autorización del Ministerio no puede cambiar el plan la universidad sin la autorización del MINED, el plan de estudios es de obligatorio cumplimiento, la razón técnica por la que el plan de estudio debe ser obligatorio ya que su formulación obedece a criterios técnicos de personas que conocen el estado del arte y que cumplan con el perfil del profesional que se quiere sacar, un cambio en el mismo puede cambiar el perfil del profesional que se quiere formar, la carrera de Ciencias Jurídicas tiene muchos planes de estudios como instituciones que otorguen dicho carrera, de acuerdo a la ley de educación superior las personas que estudian en el exterior o en el país tienen derecho a que se les reconozcan las asignaturas de la misma índole y son las instituciones las que tienen la autonomía de determinar si son o no de la misma índole, son porcentajes técnicos que andan arriba del 60% para que se le conceda equivalencia, quiere decir que si los contenidos de una asignatura no alcanza al 60 % no puede aceptarse la equivalencia, el Ministerio no adopta ninguna medida, en cuanto a la no aceptación de la equivalencia, sólo que ponga denuncia el interesado por algún caso de discriminación, para efecto del registro del título tiene incidencia que no se le haya aceptado la equivalencia, sí hay incidencia; antes de la vigencia de la ley de Educación Superior, las universidades no podían otorgar equivalencias sin observar el plan de estudios ya que había un reglamento especial. La autonomía en lo docente es un término que ha sido mal entendido en nuestro medio, no tiene que ver con los planes de estudios, sino que con las formas y los medios que un docente utilice para trasladar su conocimiento a los estudiantes, que el dicente firmaba las resoluciones de no registro de los títulos. Por lo que se le muestra el documento en audiencia y manifiesta que reconoce como suya la firma que aparece en el mismo. Que cuando se decide no registrar el título es por no haber completado el pensum del plan de estudios, además es porque le faltaba alguna asignatura que cursar, que el declarante revisó el informe planteado por el técnico; que lo revisó con toda documentación, lo vio, pero para firmar el informe debió haber visto primero la documentación, que dentro de la Ley de Educación Superior estaba regida la Universidad Salvadoreña, en este momento no cree que este laborando dicha Universidad ya que se encuentra cerrada por decreto del Ministerio, que fue cerrada en mil novecientos noventa y ocho y la solicitud de autorización del título no recuerda cuándo se lo presentaron, que no se percató de la fecha, que la Ley de Educación Superior tiene que ver con su trabajo, que en la Ley de Educación superior en su Art. 1 establece para qué fue creada; que no tiene estudios sobre docencia, Que el 60 % es una regla de dedo, en la práctica, en el caso anterior antes de la ley no se tenía control del nivel de correspondencia del contenido de las universidades, que en el caso actual los reglamentos de las Instituciones para otorgar equivalencias están registrados en el Ministerio de Educación y en ellos se establecen esos porcentajes; está en vigencia desde mil novecientos noventa y ocho, cuando terminó el período de adecuación que el Ministerio dio a las universidades que fue en mil novecientos noventa y seis y mil novecientos noventa y siete; no hubo decreto que regulara las anteriores equivalencias otorgadas." El testigo JOSE DOMINGO MARTINEZ, en lo medular manifestó" Que se desempeña como Abogado desde el once de marzo de mil novecientos noventa y cuatro; y desde junio de novecientos noventa y siete como Notario. Que conoce al Licenciado Henríquez desde hace quince años cuando era estudiante de la UES donde estudiaba Licenciatura en Ciencias Jurídicas, que no es amigo de Emilio Henríquez. Que él certificó las notas que le fueron presentadas en original y fotocopia del Licenciado Henríquez extendida por la Universidad Salvadoreña, y era otro documento pero no recuerda, eso sucedió el día catorce de agosto del año dos mil uno, que recuerda esa fecha ya que ese día iba a una audiencia a un Juzgado de San Ramón en el Departamento de Cuscatlán. Que reconoce su sello, firma y rúbrica del documento que se le presenta siendo ésta una certificación de notas de la Universidad Salvadoreña del señor Henríquez, que tuvo a la vista los dos documentos es decir, original y fotocopia. Se le mostró al testigo una certificación de notas de la Universidad Salvadoreña y se le pide la coteje con la que certificó, respondiendo el testigo que efectivamente se trata de esa certificación. Que él leyó el documento que certificó por lo que solicita la defensa que se le muestre al testigo y respecto a la auténtica que la lea expresando el testigo que falta la ciudad y el día en que se certificó. Que recuerda que la certificó el catorce de agosto del dos mil uno. Que él realizó un curso de investigador privado, que conoce un poco de la prueba caligráfica, sabe que se puede reconocer la firma de una persona en una fotocopia. Que el otro documento que no recordaba era una partida de nacimiento y que tiene el mismo agregado en autos y es la misma razón del documento que antes leyó, es decir que adolece del mismo error. Que él certificó dos certificaciones de notas de la Universidad Salvadoreña las dos y le presentaron la original y dos copias. Que le presentaron copias y originales de ambos documentos. Que él está seguro que las firmas que calzan los documentos que él certificó son suyas." El testigo WILLIAN ANTONIO QUINTANILLA DIAZ en lo medular manifestó " Que es abogado desde mil novecientos noventa y que dentro de su función notarial ha certificado documentos, auténticos y públicos, que ha certificado varias constancias de asignaturas, según la ley del Ejercicio Notarial de la Jurisdicción Voluntaria, Art. 30, y que puede concluir que ha certificado documentos si se le presentan los originales; que solamente a familiares y amigos allegados le certifica documentos y que presentan siempre un original, que no conoce al señor Ricardo Emilio Henríquez" La Testigo ANA MARGOTH HANDAL DE ARIAS en síntesis manifestó : "Que trabajó en la Universidad de El Salvador de instructora, catedrática y Jefe del Departamento de Educación como Secretaria de Asuntos Académicos desde septiembre de mil novecientos setenta y cuatro, que entre sus funciones están: el seguimiento a la formación docente, orientación a estudiantes de nuevo ingreso, unidad de Administración Académica Central, certificaciones de notas parciales y globales, aprobación de terceras matrículas, para obtener certificaciones al principio se pedía que fueran tramitados en forma personal y se solicitaba en la Administración Académica Central, por solicitud en las ventanillas de la Administración Académica Central, y el trámite a seguir se pedía el expediente del alumno, revisado por el Administrador Académico de cada facultad y luego se hacía el proceso de confrontación, si el plan de estudios correspondía, y también se confrontaban las notas, si correspondían a las que el estudiante había cursado, no se hacía con cada una de las materias sino al azar, esto lo hacían los confrontadores y luego se verificaba de la copia; que en la Administración Académica Central se confrontaban las notas y otros casos era por medio de la administración Académica Local de cada facultad, y lo que variaba es que en este caso no se solicitaba la certificación ya que era remitida por la administración académica de la facultad junto con el expediente del alumno, la certificación de las notas ya iban elaboradas y que para determinar la autenticidad de la notas se verificaba la presentación del documento si no tenía borrón o alteración y verificaba el expediente, que la certificación era confrontada por dos personas Francisco Serpas y David Guerrero, que eran los confrontadores de la Administración Académica Centra y que se estampaba el sello y la firma en cada hoja, que antes se ocupaba papel sellado y ahora se ha emitido en papel especie universitario, se hacía ver que venía de tal página y continuaba en otra; que ha sido citada porque es testigo de la autenticidad de notas, que sólo recuerda el nombre de las misma que es RICARDO, la testigo manifestó que la fotocopia autenticada de las notas que se le muestran, ratificaba que la firma que aparece en la primera página y al reverso son su firma, y el sello que aparece en la misma es el que se utilizaba en ese momento, no obstante ser una copia, y establece que hay una observación en la certificación se realiza en un solo acto, y que hay diferencia en el tipo de letra, y el nombre de la persona que elaboró y confrontó no corresponde a las que trabajaban en Secretaría de la Administración Académica Central y la firma que aparece es de la secretaria de la facultad de Derecho, y manifiesta que la certificación de Notas se hizo en la facultad de Derecho, y hace la observación que la palabra aprobada debía aparecer en una sola línea y esto se puede deber a que la certificación fue hecha en la facultad de Derecho, el cambio de letra pudo ocurrir porque pudo haberse eliminado un nombre y se colocó otro nombre encima; que en el documento hay dos sellos más, uno en la parte superior derecha que es de la Dirección de Educación Superior y el otro sello dice William Quintanilla Díaz, y luego la testigo lee la razón de certificación; que es la misma que se le presentó por la fiscalía, y que ésta es una copia, y que no pudo ver la original; que los confrontadores tenían el expediente del alumno, que si no iban la misma letra no firmaba, que ella no firmó el documento de esa forma, ya que debió haber confrontado; cuando la certificación se hacía en la facultad venía en papel sellado y traía su nombre para firmar, pero se confrontaban ya que el expediente del alumno era enviado junto con la certificación de notas, y veía si correspondía el texto, que quien confrontó fue personal de la facultad de Derecho, y fue la señora ANA ELVIA quien tenía a cargo la confrontación" La testigo YANIRA DIAZ DE VALENCIA en lo medula manifestó." Que trabaja en la facultad de derecho de la Universidad de El Salvador, que tiene veintiocho años de laborar allí, que entre sus funciones están el elaborar las certificaciones, los récord académicos, que antes se elaboraban en la facultad los récord académicos, y que éstos son las notas por año, que en un tiempo se le dio la colaboración a la Administración Académica Central en la elaboración de certificaciones, que para elaborar la certificación se tenía el expediente del alumno, que se confrontaban las notas con el expediente, que se elaboran los récords académicos con papel de la universidad, que se verificaban las notas con el récord académico del aluno, del cual quedaba copia, que ha sido citada sobre la certificación del señor Emilio Henríquez por lo que se procede a presentarle la certificación de notas, luego la testigo expresa que se dio colaboración a la Administración Académica Central de la Universidad de El Salvador, extendiendo certificación de notas a nombre de Ricardo Emilio Henríquez y fue elaborara en papel especie con copia y máquina IBM, y se le muestra la certificación manifestando que consta su firma a la par de elaboró, y procede a leer el texto del documento, que sí coincide la fecha con la época en la que auxiliaba a Administración Académica Central, ya que en la época en que se extendió el documento se hizo en papel sellado de cuarenta centavos, y le llama la atención que en el renglón dos hay una diferencia de letras, del tipo de máquina, la máquina IBM es más delgada y la que aparece en la documentación es mas gorda, y también le llama la atención que hay espacios, y no cree que pertenezca al señor Ricardo Emilio Henríquez, y se puede determinar si pertenece a otra persona, porque en la facultad hay récord de notas, se verificó la documentación y que recuerda el nombre de la persona de las notas eran del Licenciado VICENTE VASQUEZ, que ella no puso la razón de certificación del notario." PRUEBA DOCUMENTAL OFRECIDA POR LA FISCALIA 1. Certificación de las diligencias de Autorización de Abogado del procesado llevado en la Sección de Investigación Profesional de la Corte Suprema de Justicia, agregados a folios 19 al 81. 2. Certificación del expediente llevado por el Consejo Nacional de la Judicatura de folios 82 al 114 y que comprende: 2.1. Certificación de dos nombramientos de Juez de Paz, tanto de Ojo de Agua como de La Palma, ambos del Departamento de Chalatenango, agregados a folios 90 y 91 y 92 y 93 2.2. Hoja de Datos Generales del treinta de mayo agregado a folios 107 2.3 Certificación del acuerdo de abogado agregado a folios 89 3. Certificación del Expediente de la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación de folios. 209 al 228 que comprende: 3.1 Solicitud de registro y autentica de titulo de educación superior agregado a fs. 209 3.2 Certificación de notas de la Universidad de El Salvador extendida el veintisiete de agosto de mil novecientos noventa por la Licenciada Ana Margoth Handal de Arias, secretario de asuntos académicos, a folios 212 al 214 4. Resolución del Director Nacional de Educación Superior en la que se provee no inscribir el título de licenciado en Ciencias Jurídicas del procesado por irregularidades, el cual se encontraba secuestrada, debidamente embalada y en audiencia se procedió a romper el embalaje a presencia de las partes. 5. Dos dictámenes del licenciado Pedro Valle en su calidad de Jefe del Departamento de Registro, de la Dirección Nacional de Educación Superior, fs.216 y 217 al 223 6. Pensum de la Universidad de El Salvador, fs 262 7. Dos certificaciones de asignaturas una de la Universidad de El Salvador agregada a fs. 14 al 16 y certificación de notas de la Universidad Salvadoreña, las que se encontraban secuestradas, debidamente embaladas y en audiencia se procedió a romper el embalaje a presencia de las partes. 8. Fotocopias confrontadas del récord académico o récord de notas del procesado de la Universidad de El Salvador, fs. 229 al 262 9. Título del Licenciado en Ciencias Jurídicas otorgado por la Universidad Salvadoreña, que se encontraba en calidad de secuestro, debidamente embalado y en audiencia se procedió a romper el embalaje a presencia de las partes. VALORACIÓN DE LA PRUEBA POR MAYORÍA, YA QUE AL RESPECTO DARÁ SU VOTO RAZONADO LA LICENCIADA DELMY YANIRA CHOTO DE CONTRERAS. 1. Análisis de la Sentencia dada por la Cámara Segunda de lo Penal, de la Primera Sección del Centro de San Salvador, a las ocho horas del día treinta de enero del dos mil dos, relacionado con lo que es la prescripción, el doble juzgamiento y el precepto constitucional del Art. 17 de la Cn, en relación con el Art. 11 de la Cn. En la Sentencia dictada por la Cámara Segunda de lo Penal de la Primera Sección del Centro de San Salvador, a las ocho horas del día treinta de enero del año dos mil dos, es importante en primer orden establecer qué tipo de decisión emitieron los Magistrados a la luz del Art. 129 del Código Procesal Penal. En primer orden no podemos decir que sea una sentencia definitiva, por las cuales se pone término a un juicio; tampoco podemos decir que sea un decreto de sustanciación, porque no estaba impulsando el proceso únicamente; ni tampoco una interlocutoria simple, sino que estamos frente a una interlocutoria con fuerza definitiva; ya que le estaba poniendo fin a una acción penal. Por lo tanto, esa resolución causa estado de cosa juzgada, en donde esa institución jurídica es una resolución que tiene los efectos de una sentencia definitiva y el contenido de la misma, al haberse agotado los recursos respectivos, adquiere en forma total los efectos de la cosa juzgada; habiendo resuelto: a) DECLÁRASE PRESCRITA LA ACCIÓN PENAL, por los hechos atribuidos al imputado RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, sucedidos en los años de mil novecientos noventa y tres y mil novecientos noventa y cuatro, consistentes en la presentación de los documentos falsos ante la Sección de la Sección Profesional de la Corte Suprema de Justicia y la Secretaría General de la Corte Suprema de Justicia, respectivamente, calificables como delitos de USO DE DOCUMENTOS FALSOS según el Art. 322 del Código Penal derogado y por ende, SOBRESEESEDE DEFINITIVAMENTE al imputado RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, por estos ilícitos; b): "continuar en el actual proceso la persecución penal por los dos delitos autónomos de USO Y TENENCIA DE DOCUMENTOS FALSOS, Art. 287 Pn. en perjuicio de la FE PÚBLICA, cometidos los días treinta de mayo del año dos mil y ocho de diciembre del año dos mil; así como continuar la persecución penal del imputado por la comisión del delito del EJERCICIO ILEGAL DE LA PROFESIÓN, Art. 289 del Pn. en perjuicio de la FE PÚBLICA". Por lo que este Tribunal por mayoría, dándole cumplimiento a lo ordenado por la Cámara respectiva, que es un Tribunal superior en grado, que se debe de tomar en cuenta dicha resolución, cuál es la competencia que se le está otorgando a este Tribunal para juzgar los hechos en el presente caso, ya que al juzgar hechos y prueba que está relacionado a establecer los mismos, por los cuales el Tribunal superior en grado se ha pronunciado que ya ha prescrito la acción, otorgando un SOBRESEIMIENTO DEFINITIVO, se podría llegar al caso de vulnerar derechos fundamentales a favor del imputado que por los mismos hechos no se puede ser juzgado dos veces, pudiéndose llegar en cuyo caso, a vulnerar dichos derechos; por lo que tomando en cuenta lo antes relacionado este Tribunal no entrará a valorar prueba relacionada con los hechos antes mencionados en los cuales existe una resolución firme dictada por la Cámara Segunda de lo Penal de la Primera Sección del Centro, por lo tanto NO PUEDEN SER OBJETO DE VALORACIÓN, porque es importante tener clara la trascendencia de la PRESCRIPCIÓN en materia penal, ya que en Derecho Penal, es una causa de extinción de la responsabilidad criminal, basada en el transcurso del tiempo. Hay prescripción del delito, o sea de la persecución procesal y en consecuencia de la prescripción de la pena y es aquí donde tenemos que tener cuidado porque en el plazo del tiempo señalado por la ley para declarar la extinción de la responsabilidad penal son dos situaciones distintas, ya que en la prescripción de la acción ésta opera en relación a la persecución del justiciable, por lo cual conviene tener presente que esta prescripción hace desaparecer el derecho del Estado para perseguir el delito, aún cuando no elimine el delito mismo, que queda subsistente con todos sus elementos; pero sin consecuencia final de la pena. Y en el caso de la prescripción de la pena, determina el plazo en que prescribe la ejecución de la pena ya pronunciada. De esa diferencia podemos arribar que en la prescripción de la acción no hay análisis de fondo de la discusión como puede ser los elementos del ilícito, la adecuación típica, antijuricidad, la responsabilidad del hecho, la culpabilidad, autoría y participación. Por lo tanto, si un Tribunal superior en grado como es la Cámara Segunda de lo Penal de la Primera Sección del Centro, quien emitió una resolución con fuerza definitiva, ésta ya causó estado al momento de dictarse la presente sentencia, por lo que en materia de Derecho Penal es importante respetar los preceptos constitucionales que establece el Art. 11 inciso primero, parte final de éste, de la Cn, donde prescribe que nadie puede ser enjuiciado dos veces por la misma causa" y por otro lado el Art. 17 de la Cn., establece que ningún órgano, funcionario o autoridad, podrá abocarse a causas pendientes, ni abrir juicios o procedimientos fenecidos, y en caso de revisión en materia penal ya la Ley establece en el Art. 431 del Código Procesal Penal, cuándo es permitido que se dé una revisión de la Sentencia, que no es el caso que nos ocupa; por lo tanto, ningún Juez podría utilizar pruebas que forman parte del momento en que declaró la Cámara que habían prescrito, porque de lo contrario también podríamos incurrir en el "Nebis in idem" y en menoscabo también de las garantías del debido proceso, como pueden ser la tutela judicial efectiva, que lo regula el Art. 11 inciso segundo de la Cn., en relación con el Art. 182 numeral 5° de la Cn., así como la garantía del Juez natural, independiente e imparcial, tal como lo establece el Art. 172 inciso tercero de la Cn., así como también el Principio de Legalidad que establece el Art. 15 de la Cn., en relación con el Art. 2 del Código Procesal Penal. Así como también debe tenerse en cuenta lo establecido en el Art. 17 del Código Procesal Penal, en su parte final, en la cual expresamente establece: "la interpretación extensiva y la analógica, quedan prohibidas mientras no favorezcan la libertad del imputado o el ejercicio de sus facultades". Dicha disposición está contemplada también en el Art. 29 y el 30 de la Convención Americana de los Derechos Humanos. Por lo que tomando en cuenta lo antes relacionado, este Tribunal por mayoría no entrará a valorar hechos y pruebas relacionadas que estén vinculadas a la acción penal declaradas prescritas por medio del Sobreseimiento definitivo dado por la Cámara Segunda de lo Penal de la Primera Sección del Centro. 2) Este tribunal por mayoría, para analizar si los hechos que son competencia para juzgarlos es preciso establecer un análisis enfocado a fundamentar los dos tipos de falsedades en los que puede incurrir los documentos que según acusación son falsos. a. ANÁLISIS DE LA FALSEDAD MATERIAL Partiendo de la definición legal que nos da el Art. 283 del Pn., que establece: "el que hiciere un documento público o auténtico, total o parcialmente falso o alterare uno verdadero...", esta conducta de la falsedad material en el análisis que hacemos es importante comenzar con lo que establece la Teoría General de la Prueba, con el primer principio que establece que en todo proceso debe haber prueba, y la prohibición que el juzgador aplique su conocimiento particular del caso, sólo hay dos excepciones en las cuales un juzgador puede aplicar su conocimiento particular y es cuando se trate de hechos evidentes y cuando el juzgador tenga conocimiento de otras ramas del Derecho; por consecuencia, este principio nos establece que siempre debe de existir prueba y que en la calificación de esta prueba el Juez antes de valorarla debe establecer que se da el principio de la Prueba que se refiere a la pertinencia e idoneidad de la misma; por consiguiente, si nosotros revisamos algunos expositores del Derecho como por ejemplo al Doctor José Luis Seoane Spiegelberg, en su artículo publicado bajo el título "Delitos relativos a la Fe Pública en el Código Penal salvadoreño", en la Revista Judicial de Paz, año II, volumen II, de mayo- agosto 1999, en su página trece a la quince, nos desarrolla lo que es la falsificación de documentos y en el párrafo segundo de la página quince, subraya que en el orden de demostración de la falsedad, cuando sea material, la investigación se efectúa con inspecciones periciales; mientras que cuando es intelectual o ideológica, ésta sí se puede establecer con declaraciones orales; por lo tanto, en el presente caso la Fiscalía sólo ofreció prueba testimonial y documental, no habiéndose ordenado ninguna clase de prueba pericial que nos estableciera en forma fehaciente, con peritos idóneos en la materia, que los documentos que se refieren a la certificación de notas en las cuales se encuentran en el proceso fotocopias de las mismas, con una razón de confrontación por el notario José Domingo Martínez, en la cual la razón no tiene dónde fue confrontada, ni el día, mes y año, habiendo manifestado el Notario respectivo que la había revisado el catorce de agosto del dos mil uno, dato que es evidentemente contradictorio con la fecha que se ha relacionado de que fueron presentadas dichas notas en la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, de fecha doce de diciembre del año dos mil, y que dichas notas los testigos ANA MARGOTH HANDAL DE ARIAS y YANIRA DÍAZ DE VALENCIA, al mostrárselas manifestaron que dicha certificación de notas que se encontraba a nombre del imputado RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, habían sido alteradas, tanto en el nombre, ya que no coincidía el tipo de máquina que se usaba; así como los espacios que se habían dejado en la certificación y unas notas no coincidían; así también, las personas que aparecían como que habían confrontado dicha certificación no se encontraban trabajando en la Administración Académica Central de la Universidad Nacional, ya que en la época en que fueron certificadas las mismas las facultades de la Universidad de El Salvador hacían las certificaciones de notas y las mandaban confrontadas junto con el expediente del estudiante a la Administración Académica Central de la misma Universidad, habiendo sido enfática la señora DÍAZ DE VALENCIA, que por investigaciones en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador, se había determinado que esa certificación de notas ella misma las había redactado y confrontado, y que se había logrado determinar que las mismas correspondían a las del Licenciado VICENTE ORLANDO VÁSQUEZ CRUZ, así como es de tomarse en cuenta la certificación de Notas emitidas por la Universidad de El Salvador, con fecha veintisiete de julio del dos mil uno, específicamente por la Facultad de Derecho, que al hacer un análisis comparativo entre ambas notas con la Certificación de las emitidas por la Universidad Salvadoreña, por el Jefe del Departamento de la Dirección Nacional de Educación Superior, se detectó irregularidades en la primera certificación de notas antes relacionada, razón por la cual se denegó la inscripción del título del imputado en el Ministerio de Educación. Por lo que tomando en cuenta todos los elementos antes relacionados, la Fiscalía tenía que haber ordenado EXPERTICIA que se realizara por perito idóneo en la materia, de conformidad al Art. 196 del Código Procesal Penal, a fin de determinar en forma fehaciente y sin ninguna duda que la certificación de notas extendida por la Licenciada ANA MARGOTH HANDAL DE ARIAS, en su calidad de Secretaria de Asuntos Académicos de la Universidad de El Salvador, a nombre de RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, había sido alterada materialmente, siendo uno de los elementos a tomar en cuenta dentro de los elementos del tipo penal que habla el Art. 283 del Pn. requisito que según la doctrina es necesario para comprobar dicho elemento, ya que la simple apreciación de los testigos de una fotocopia certificada no le genera a este tribunal la certeza positiva de que dicho documento ha sido alterado y por lo tanto que constituya una FALSEDAD MATERIAL; ya que la experiencia nos ha demostrado que en casos similares la simple apariencia de un documento con todas las características legales, inducen a tomarlo como no alterado, como en el caso que nos ocupa; pues dichas notas habían sido presentadas en otras oportunidades a otras instituciones sin haberse detectado la alteración de las mismas; por lo que extraña mucho la deposición de los testigos de que con sólo la simple vista de un documento en fotocopia certificada, establezcan que la misma ha sido alterada, lo cual únicamente se puede comprobar fehacientemente por medio de un perito idóneo en la materia que haya hecho la comparación de los materiales dubitados con los indubitados, no habiéndose realizado los mismos no obstante ser el presente caso, que aproximadamente desde hace dos años se tiene en investigación los casos de los títulos irregulares por la Fiscalía General de la República, que incluso encomendó dicha investigación a un fiscal específico, debiendo saber dicha institución cuáles son los medios necesarios para establecer este tipo de ilícito penal y no incitar a los jueces a cometer ilegalidades y que se pronuncien condenando con la prueba que en forma deficiente ha sido incorporada en este proceso, que en forma general ante la sociedad se le atribuye la responsabilidad a los juzgadores, al no emitir fallos que coincidan con las pretensiones de la acusación de la fiscalía sin haberlas establecido en la audiencia de vista pública, adecuadamente por los medios legales que la Ley le establece. Por lo tanto, este Tribunal por mayoría no tiene establecida la FALSEDAD MATERIAL en la certificación de notas a nombre de RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, las cuales fueron extendidas por el Secretario de Asuntos Académicos de la Universidad de El Salvador, Licenciada Ana Margoth Handal de Arias. b. ANÁLISIS DE LA FALSEDAD IDEOLÓGICA En el Art. 284 del Pn., no da la definición legal de qué es Falsedad Ideológica, el cual establece: "el que con motivo de otorgamiento o formalización de documento público o auténtico, insertare o hiciere insertar declaración falsa concerniente a un hecho, que el documento debiere probar...". En el presente caso, consideramos que conforme analicemos la información que se ha introducido en el Consejo Nacional de la Judicatura y en la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, vamos a establecer qué hechos se nos han acreditado y poder concluir si ha existido o no Falsedad Ideológica. b.I. Documentación introducida al Consejo Nacional de la Judicatura, el objeto de la discusión del expediente abierto en el Consejo Nacional de la Judicatura y que la Cámara dijo en su oportunidad que con relación a este delito quedaba vigente la persecución, es importante, identificar si algunos documentos que se refieren a este delito pueden valorarse y poderse establecer si se cometió el delito de USO DE DOCUMENTO FALSO y el EJERCICIO ILEGAL DE LA PROFESIÓN, en primer orden en dicho expediente encontramos una HOJA DE DATOS GENERALES DEL ACUSADO, en la cual en la segunda hoja al final de la misma consta de recibida de fecha en dicha institución el treinta de mayo del año dos mil, la cual es una certificación emitida por el Consejo Nacional de la Judicatura, debidamente firmada y sellada, y que consta agregadas a folios 83 y 85; haciéndose constar que en dicha hoja no se establece qué documentos está anexando a la misma; constando en el expediente remitido del Consejo Nacional de la Judicatura: fotocopia del Título de Licenciado en Ciencias Jurídicas, el acuerdo de Abogado y los acuerdos respectivos del Juez de Paz de Ojo de Agua y de La Palma, certificación de partida de nacimiento del imputado, certificación de las notas de la Universidad Salvadoreña, y fotocopia del Diploma. Documentación anexa emitida en los años en los cuales el ejercicio de la acción penal la Cámara Segunda de lo Penal de la Primera Sección del Centro, en su sentencia de las ocho horas del día treinta de enero del año dos mil dos, declaró que YA HABÍAN PRESCRITO y por lo tanto dictó su Sobreseimiento Definitivo como son: La certificación de los nombramientos de Juez de Paz de la población Ojo de Agua, que consta a folios noventa, en donde el Acuerdo de la Corte Suprema de Justicia, tiene que fue dado el once de enero de mil novecientos noventa y cuatro; y otorgada la certificación de dicho acuerdo el diecinueve de enero del mismo año, donde consta que se nombró como Juez de Paz al señor RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, y el traslado de Juez de Paz a la población de La Palma, Departamento de Chalatenango, acuerdo emitido el siete de abril de mil novecientos noventa y cuatro; asimismo en dicho expediente consta la certificación del acuerdo de Abogado, a folios 89 del presente proceso, en donde se nos establece que la autorización de abogado la obtuvo el veintisiete de octubre de mil novecientos noventa y tres; documento que fue utilizado y analizado en las valoraciones jurídicas que hizo la Honorable Cámara tantas veces mencionada; asimismo, se habla de que presentó certificación global de notas de la Universidad USAL, que consta a folios 95 y 96 del presente proceso, de fecha tres de abril de mil novecientos noventa y dos. Que si hacemos un análisis de las fechas de esos documentos presentados en esa época, ya ese delito prescribió y ya fue juzgado por la Cámara Segunda de lo Penal de la Primera Sección del Centro; por lo tanto, con relación a esa prueba y al ejercicio de la acción respectiva, tal como lo hemos relacionado anteriormente, este Tribunal por mayoría no entraremos a valorarlos, no pudiendo en tal sentido establecer si existe falsedad ideológica o material en dichos hechos. Por lo que en virtud de lo antes relacionado, este Tribunal por Mayoría procederá a valorar el hecho realizado, cuando se presentó la documentación en la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, con el objeto de tramitar la correspondiente inscripción del Título de Licenciado en Ciencias Jurídicas a nombre de RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, emitido por la Universidad Salvadoreña con fecha veinticuatro de julio de mil novecientos noventa y dos, en el cual aparece al pie del mismo que fue autorizado para ejercer la abogacía en todas sus ramas, por Acuerdo de fecha veintisiete de octubre de mil novecientos noventa y tres, encontrándose debidamente sellados y firmados por el Secretario General de la Corte Suprema de Justicia. En cuanto a la información introducida al tráfico jurídico por el acusado RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, a la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación y que consta de folios 209 al 228, que fuera admitida legalmente por el Tribunal Instructor, queremos hacer algunas consideraciones al respecto: Con relación a la solicitud de registro del Título de Licenciado en Ciencias Jurídicas, del señor RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, presentada a la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, es de hacer constar que la misma no tiene fecha de presentación oficialmente legal, que nos pueda establecer con seguridad si el ocho de diciembre del año dos mil, fue presentada dicha solicitud con la documentación que detalla en la misma, ya que únicamente en el margen superior izquierdo de dicha solicitud aparece el 8-12-2000, y en el apartado donde debería de llevar la fecha no aparece nada. Por lo tanto, por la circunstancia antes relacionada no podemos tener por acreditado fehacientemente la fecha en que se introdujo al tráfico jurídico la información; pero también en dicho expediente aparece una serie de documentación que iba anexada a dicha solicitud como es la certificación de Notas de la Universidad de El Salvador, extendida el veintisiete de agosto de mil novecientos noventa, por la Licenciada Ana Margoth Handal de Arias, en calidad de Secretaria de Asuntos Académicos de la Universidad de El Salvador, que consta a folios 214 y 215, de donde se puede advertir que esa certificación tiene una auténtica de un notario sin fecha de cuándo fue confrontada con su original y el lugar donde se dio la misma, asimismo la certificación de la partida de nacimiento, la fotocopia de la Cédula de Identidad Personal, fotocopia del Título de Bachiller y copia del Título de Educación Superior, por medio de lo cual se solicitaba la inscripción del título de Licenciado en Ciencias Jurídicas a favor de RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, otorgado por la Universidad Salvadoreña. Encontrándose a folios 216 una resolución firmada por el Licenciado Pedro Valle, en su calidad de Jefe del Departamento de Registro e Incorporaciones de la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, en la cual se hace constar que no se registró el título antes mencionado, de conformidad al estudio de las certificaciones de notas de la Universidad de El Salvador y de la Universidad Salvadoreña, por medio del cual se determinó que el señor RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ no completó el pensum de estudios autorizado a la Universidad Salvadoreña, quedándole pendiente de estudio ocho materias, las cuales se detallan debidamente en la certificación. Así como que la certificación de notas extendida por la Universidad Salvadoreña, no refleja que se haya hecho un estudio de Equivalencias por dicha universidad, como lo requería el respectivo reglamento, sino que únicamente según la Certificación de Notas extendida por dicha universidad se cursaron seis asignaturas, entre las cuales aparece una ya cursada en la Universidad de El Salvador, todo lo cual conlleva a que no se cumpliese con el plan de estudios autorizado a la Universidad Salvadoreña. Haciéndose constar que dicha certificación fue extendida a solicitud del Licenciado Diego Balmore Escobar Portillo, el día siete de noviembre del dos mil uno, por lo que no se ha incorporado exactamente cuándo fue que emitió la resolución el Licenciado Pedro Valle, en la cual se denegaba la inscripción del título de Licenciado en Ciencias Jurídicas del señor RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ. Así como consta un informe dado por el Licenciado PEDRO VALLE, como Jefe del Departamento antes mencionado, de fecha tres de diciembre del dos mil uno, dirigido al Licenciado Diego Balmore Escobar Portillo, en su calidad de Fiscal de la Unidad Anticorrupción y Delitos complejos, por medio del cual se le informa, que en relación al oficio enviado con fecha veintinueve de noviembre del dos mil uno, en el que se le solicitaba un análisis de las certificaciones de notas extendidas por la Universidad de El Salvador, relacionando además las equivalencias otorgadas por la Universidad Salvadoreña, en la cual se hacía las siguientes consideraciones: 1. Que efectivamente las certificaciones de notas de fecha veintisiete de agosto de mil novecientos noventa, extendida por la Universidad de El Salvador, es totalmente diferente a la extendida en fecha veintisiete de julio del dos mil uno. 2. Que ninguna de las notas de ambas certificaciones son coincidentes, lo cual puede apreciarse en el anexo número 1; asimismo puede observarse en dicho anexo, que no existe coincidencia en los períodos de estudios, ya que en la última Certificación de notas, aparece que el señor RICARDO EMILIO HENRIQUEZ, estudió CINCO ciclos más de los que establece la primera Certificación de notas: 3. De acuerdo a la segunda Certificación de notas, se le otorgaron al señor Henríquez, equivalencias por asignaturas reprobadas como las siguientes: ASIGNATURAS NOTAS UES NOTAS USAL Derecho Tributario 5.8 7.20 Derecho Notarial 1.7 6.90 Derecho Mercantil III 1.2 6.50 Recursos en Mat.Proc.Pn. 0.0 7.40 4. Analizando las asignaturas detalladas en la última certificación de notas, existe una total diferencia entre las notas de las asignaturas otorgadas en equivalencias y las de esta última certificación, lo cual puede apreciarse mejor en el anexo No. 2. Así como consta de folios 218 a 223, el análisis comparativo de la certificación de notas extendida por la Licenciada Ana Margoth Handal de la Universidad de El Salvador, de fecha veintisiete de agosto de mil novecientos noventa, con la certificación de notas extendidas por la Licenciada Berta Alicia Hernández, de la Universidad de El Salvador, de fecha doce de julio del dos mil uno, que en dicha comparación se detallan las diferencias al compararse ambas certificaciones, así como existe un estudio comparativo de la certificación de notas extendida por la Licenciada Berta Alicia Hernández de la Universidad de El Salvador, de fecha doce de julio del dos mil uno, con las asignaturas concedidas por la Universidad Salvadoreña, según estudio de equivalencias respectivo, en el cual se plasma la diferencia entre ambas, así como también en dicho estudio al final del mismo, se relacionan las asignaturas cursadas en la Universidad Salvadoreña, habiendo sido únicamente seis. Los estudios antes relacionados tienen fecha tres de diciembre del dos mil uno, en los cuales hace referencia el Licenciado Pedro Valle, tal como se ha relacionado anteriormente. 1. CONCLUSIÓN y FUNDAMENTOS JURÍDICOS DEL POR QUÉ SE NOS ACREDITÓ LA FALSEDAD IDEOLÓGICA Con la prueba antes relacionada este Tribunal por Mayoría, tiene por acreditado el delito de FALSEDAD IDEOLÓGICA, por las siguientes razones: a. se nos ha acreditado que el acusado introdujo al tráfico jurídico la certificación de notas autenticadas por notario, extendidas el veintisiete de agosto de mil novecientos noventa, por la secretaria Académica de la Universidad de El Salvador, cuando fueron presentadas a la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, con el objeto de registrar el título de Licenciado en Ciencias Jurídicas, a nombre de RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ. Dicha conclusión es lógico que tengamos por establecida que fue presentada por el imputado, ya que él es la única persona interesada y beneficiada con el trámite antes relacionado, no pudiéndose llegar a concluir que una tercera persona que no tenga interés en el mismo las haya presentado, así como que el imputado tenía el conocimiento de la falsedad que adolecía dicha certificación de notas. b. Que con los dictámenes realizados por el Licenciado Pedro Valle, en su calidad de Jefe del Departamento de Registro de la Dirección antes mencionada, fue el que evidenció con su estudio comparativo posterior a la presentación de la certificación de notas antes relacionada, la no concordancia con las notas enviadas por la Licenciada Berta Alicia Hernández, de la Universidad de El Salvador, de fecha doce de julio del dos mil uno. Pudiéndose concluir que el acusado presentó a la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación en el año dos mil, una certificación de notas extendidas por la Licenciada Ana Margoth Handal, de la Universidad de El Salvador, extendidas el veintisiete de agosto de mil novecientos noventa, con el objeto de que se le inscribiera su título de licenciado en Ciencias Jurídicas, por lo que en ese momento al haber hecho uso de la certificación de notas antes relacionada, con las cuales se pretendía la acreditación respectiva que conllevara a que se le registrara legalmente su Título de Licenciado en Ciencias Jurídicas, emitido por la Universidad Salvadoreña, por lo que con dicha actitud iba encaminada a insertar en la inscripción de los libros respectivos del Ministerio de Educación, así como en el título antes mencionado la legalización en la inscripción de dicho título, evidenciando en tal sentido que en dicho caso se estaba introduciendo al tráfico jurídico un documento que posteriormente con las investigaciones respectivas y al haberse realizado un estudio comparativo entre la certificación de notas que había ingresado al tráfico jurídico el imputado y las enviadas posteriormente por la Licenciada Berta Alicia Hernández de la Universidad de El Salvador, se determinó a simple vista que la certificación de notas presentada por el imputado no correspondían al historial del expediente que como alumno de la Universidad de El Salvador, como alumno de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales tenía el imputado, evidenciándose en tal sentido una FALSEDAD IDEOLÓGICA, en las notas que presentara el imputado al Ministerio de Educación, ya que doctrinariamente la falsedad ideológica afecta la veracidad del documento, es decir, la correspondencia entre la declaración incorporada al objeto material y la realidad histórica a la que hace referencia en esa declaración, demostrándose en tal sentido que al hacerse la comparación de las certificaciones de notas antes mencionadas, es evidente al ojo humano, sin necesidad de una experticia, que lo plasmado en la primera certificación no corresponde a la realidad histórica de haber cursado las asignaturas que en la misma se relacionan y haberlas aprobado en la Universidad de El Salvador, por lo que al haberse introducido al tráfico jurídico dicha certificación de notas y no justificarse durante toda la fase investigativa de este proceso las incongruencias de ambas certificaciones, es que nos llevan a generar una certeza positiva de que se realizó por parte del imputado la acción de haber usado la certificación de notas extendida por la Licenciada Handal, que al hacerse el estudio comparativo por la investigación hecha por parte de la Fiscalía, las notas que se plasman en dicho documento no coinciden con el historial de récord académico del imputado que se tiene en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador, hechos que tenemos por acreditados con la prueba desfilada tanto testimonial como documental y que no requieren de una experticia. Por lo que tenemos por acreditado que se utilizó la certificación de notas antes mencionadas las cuales adolecen una falsedad ideológica, sin haberse establecido por ningún medio legal que el imputado haya participado en la elaboración de dichas certificaciones de notas o en la alteración de las mismas, aunque le beneficiaren a él; no obstante este Tribunal, por considerarse que la única persona beneficiada con el uso de dicha certificación de notas es el imputado, concluye que tenía conocimiento que las mismas no le correspondían a las que había cursado como alumno de la Universidad de El Salvador; así como es de tomarse en cuenta que el delito de USO DE DOCUMENTOS FALSOS, es de ejecución inmediata con efectos permanentes, tal como se ha relacionado en el desfile de prueba; y que la introducción al tráfico jurídico de dicho documento es con la finalidad de que desencadene sus efectos, ha sabiendas del sujeto activo de su mendacidad, como fue el hecho de la presentación de dicho documento, es decir, que se sirvió de él como si fuera verdadero, ya que el mismo a simple vista reunía todos los requisitos exigidos en dicha certificación de notas, consumándose el delito desde el momento en que fue puesto en la condición de que llegara al conocimiento de la persona o la entidad a que iba destinada a fin de que se produjeran los efectos del registro del título al cual estaba adjuntando la certificación de notas antes relacionadas. c. Concluyendo por lo tanto, que sobre ese hecho es responsable el imputado RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, del delito de USO DE DOCUMENTO FALSO, tipificado y sancionado en el art. 287 del Pn., en consecuencia es procedente DECLARAR FALSO de conformidad al art. 361 del Código Procesal Penal, la certificación de Notas a nombre de RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, extendida por la Licenciada Ana Margoth Handal de Arias, en su calidad de Secretaria de Asuntos Académicos de la Administración Académica Central de la Universidad de el Salvador, el día veintisiete de agosto de mil novecientos noventa. Por lo que es procedente dictar la pena correspondiente a dicho delito. 3) EJERCICIO ILEGAL DE LA PROFESION Igualmente dentro del capitulo III relativo a las falsedades personales, se tipifica en el Art. 289 de Código Penal, la conducta de quien " Sin tener título profesional o autorización para ejercer alguna profesión reglamentada, se atribuyere carácter de tal y la ejerciere o realizare actividades propias de ella", en cuyo caso será sancionado con la pena de prisión de uno a tres años". Con respecto a la conducta típica, consistente en atribuirse el carácter de profesional y ejercer o realizar actividades propias de ella. Profesión equivale, según el diccionario de la Lengua Española, a: " acción y efecto de profesar", y profesar significa ejercer una ciencia, arte, oficio etc." El ejercicio de tal actividad habrá de estar reglamentado y el sujeto de tal ilícito ha de carecer del correspondiente titulo profesional o autorización para ello. Con estos elementos podemos comenzar nuestro análisis: La existencia de un título y de una autorización por la Corte Suprema de Justicia, Según la Ley que se refiere a la Creación de Universidades Privadas, las autoridades debidamente acreditadas para dirigir los asuntos académicos, legalmente eran y son con la nueva Ley General de Educación Superior, las encargadas de calificar equivalencias y establecer el plan de estudio previamente autorizado ante el Ministerio de Educación sobre el cual deberían someterse los estudiantes al momento de ingresar a la Universidad y al cumplir con estos requisitos ellos emitían un título, lo que implicaba que la actividad probatoria de la Fiscalía debió estar orientada en la Vista Pública, en desacreditar la legalidad con que participaron dichas autoridades, si existió alguna responsabilidad compartida o no con dichas autoridades por parte del acusado, ya que el estudio académico para otorgar equivalencias de notas es parte de la Autonomía Universitaria de la que gozan las autoridades universitarias para resolver las situaciones académicas relacionadas con este tipo de caso, darle ingreso a dicha universidad debió pasar por cierta evaluación de la documentación que se les estaba presentando para darle la autorización de poder hacer un trámite, cursar materias en dicha universidad y finalmente de graduarse, ya que ellos no podían haber utilizado fotocopias certificadas ante notario para darle la autorización de ingreso a dicha universidad, se nos establece únicamente la falsedad de las notas que es tan solo, una de las fases que debe acreditarse en el proceso de autorización para ejercer la abogacía pero no podemos invadir competencias que atañen a otros entes que deberán actuar al final que se dicte esta sentencia; la fiscalía no ha desacreditado que las autoridades que otorgaron ese título actuaron ilegalmente o que no estuvieron facultados para otorgar el título que le fue dado al imputado. En derecho se conoce un aforismo que "las cosas en igual forma que se hacen así se deshacen", por lo tanto el procedimiento a seguir con la certificación de esta sentencia en la Sección de Investigación Profesional tendrá que culminar su investigación para desautorizar al acusado del ejercicio de la profesión de Abogado, por lo tanto la actividad probatoria sólo nos ha demostrado la falsedad de la notas utilizadas pero no se ha establecido que el título de la Universidad Salvadoreña; sea falso por lo tanto tendrán que recorrer los procedimientos adecuados para declarar la nulidad de ese documento, atribución que no compete a este tribunal pero que nos permite visualizar que el acusado tiene un título aparentemente legal que está surtiendo efectos jurídicos mientras no se declare la nulidad absoluta de éste, por lo cual no podemos por medio de esta sentencia declarar su falsedad por no haber evidencias en esa dirección; por lo tanto ese instrumento deberá ser objeto de una acción de nulidad Art.1551, 1552 en relación con el Art.1316 del Código Civil, que podría seguirse posteriormente a la desautorización que haga la honorable Corte Suprema de Justicia, y que corresponderá a la Fiscalía General de la República, en representación del Estado y del Ministerio de Educación a efecto de que deje de surtir efectos jurídicos el título obtenido en base a las notas que declaramos falsas en la presente sentencia. Por lo tanto en el presente caso no reúne los elementos del tipo penal del delito del EJERCICIO ILEGAL DE LA PROFESION, por tener título o autorización legal tal como se ha relacionado anteriormente, porque sí la tiene de conformidad al Art. 86 del Código Procesal Civil, tal como se nos estableció con el título que fue secuestrado en la fase instructora a nombre de Ricardo Emilio Henríquez, el cual tiene la razón de ley que pone la Honorable Corte Suprema de Justicia por medio del Secretario General de ésta. Abogado en ejercicio en el presente caso es discutible, con lo que establece el Art.189 de la Constitución de la República, que prescribe que la Calidad de Magistrado o de Juez es incompatible con el ejercicio de la abogacía, que inclusive le limita ciertos derechos de abogado, además de la prohibición de procurar tal como lo establece el Art. 99 N° 5 del Código Procesal Civil, en el presente caso tampoco se nos estableció que éste haya procurado por otro en un proceso tal como lo define el tratadista EDUARDO PALLARES, en su Diccionario de Derecho Procesal Civil, publicado por la Editorial PORRÚA, S.A. que la procuración significa: solicitar, diligenciar, cuidar, atender el negocio de otra persona o de uno mismo; la procuración es una acción propia de un abogado la cual no se nos ha establecido en el presente caso que el acusado lo haya realizado y con el fundamento legal éste no podía ejercer actividades propias de un abogado, y el tipo penal requiere ejerza acciones propias de esa profesión por lo cual no se nos ha establecido el delito que describe el Art. 289 de Código Penal, la conducta de quien " Sin tener título profesional o autorización para ejercer alguna profesión reglamentada, se atribuyere carácter de tal y la ejerciere o realizare actividades propias de ella", y por precepto legal no podía ejercerla por ser Juez de la República de El Salvador, por ejercer la judicatura como Juez de Paz, desde mil novecientos noventa y cuatro hasta el presente año. Por tanto, los elementos del tipo penal no fueron acreditados en legal forma por parte de la Fiscalía General de la República. Por lo que por este delito por mayoría lo absolvemos. Por lo tanto no habrá análisis del tipo para establecer la culpabilidad y la responsabilidad Penal en relación a este delito. ELEMENTOS DESCRIPTIVOS DEL DELITO DE USO DE DOCUMENTOS FALSOS ACCION Y TIPICIDAD. Consideramos por mayoría que en la valoración de la prueba hemos dejado claro que al acusado sólo lo hemos encontrado culpable del delito de USO DE DOCUMENTOS FALSOS, partiendo de que existe una falsedad ideológica regulado en el Art. 284 del Pn., el cual prescribe "el que con motivo de otorgamiento o formalización de documento público o auténtico, insertare o hiciere insertar declaración falsa concerniente a un hecho, que el documento debiere probar...". En el presente caso, consideramos que conforme analicemos la información introducida al trafico jurídico en la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, hemos establecido un solo hecho acreditado una Falsedad Ideológica ya que está de conformidad a la actividad probatoria y conforme la valoramos ésta no necesita de medios periciales para establecerse puesto que es evidente al ojo humano; en cambio y como ya dijimos con anterioridad en esta sentencia citando al Doctor José Luis Seoane Spiegelberg, en su artículo publicado bajo el título "Delitos relativos a la Fe Pública en el Código Penal Salvadoreño", en la Revista Judicial de Paz, año II, volumen II, de mayo- agosto 1999, en su página trece a la quince, nos desarrolla lo que es la falsificación de documentos y en el párrafo segundo de la página quince, subraya que en el orden de demostración de la falsedad, cuando sea material, la investigación se efectúa con inspecciones periciales; mientras que cuando es intelectual o ideológica, ésta sí se puede establecer con declaraciones orales; por lo tanto, en el presente caso la Fiscalía sólo ofreció prueba testimonial y documental, no habiéndose ordenado ninguna clase de prueba pericial que nos estableciera en forma fehaciente, con peritos idóneos en la materia una falsedad material por lo tanto nuestro análisis va dirigido únicamente a una falsedad ideológica sobre la acción que realizó el acusado cuando solicitó el registro del Título de Licenciado en Ciencias Jurídicas del señor RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, presentada a la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, por lo cual comenzamos nuestro análisis de la siguiente manera. ANÁLISIS DEL USO DE DOCUMENTOS FALSOS. Definición legal: El Artículo Doscientos Ochenta y Siete del Código Penal, establece: "El que con conocimiento de la falsedad y sin haber intervenido en ella, hiciere uso de un documento falsificado o alterado, sea público, auténtico o privado, será sancionado con prisión de tres a cinco años." El delito de Uso de Documentos Falsos, tipificado y sancionado en el Art. 287 del Código penal se inserta entre los Delitos cuyo bien jurídico penal tutela la Fe Pública, entendida como la confianza general que despiertan las instituciones creadas por el Estado en la doble función de Autoregulador de su conducta y como Garante de la legalidad previa. El concepto de Fe Pública se ciñe al amparo o tutela, en su primera función, de los signos e instrumentos convencionales que el Estado impone con carácter de obligatoriedad (moneda, sellos, bonos, títulos y otros) y, en su segunda función, a los actos jurídicos que respetan ciertas formas materiales y que son destinados a los objetivos legalmente previstos (Escrituras, títulosvalores, Balances y otros). En el caso que nos ocupa se nos estableció según el desfile de prueba con relación a este delito que el señor RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, supuestamente se presentó a la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, pero según la valoración que hicimos de ese primer acto fue que la solicitud hecha no tenía fecha de presentación oficialmente legal, que nos pudiera establecer con seguridad si el ocho de diciembre del año dos mil, fue presentada dicha solicitud con la documentación que se detalla en la misma, debido de que únicamente en el margen superior izquierdo de dicha solicitud aparecía la fecha de 8-12-2000, y en el apartado donde debería de llevar la fecha no aparece nada. Por lo tanto, también en dicho expediente aparece una serie de documentación que iba anexada a dicha solicitud como es la certificación de Notas de la Universidad de El Salvador, extendida el veintisiete de agosto de mil novecientos noventa, por la Licenciada Ana Margoth Handal de Arias, en calidad de Secretaria de Asuntos Académicos de la Universidad de El Salvador, que consta a folios 214 y 215, de donde se puede advertir que esa certificación tiene una auténtica de un notario sin fecha de cuándo fue confrontada con su original y el lugar donde se dio la misma, asimismo la certificación de la partida de nacimiento, la fotocopia de la Cédula de Identidad Personal, fotocopia del Título de Bachiller y copia del Título de Educación Superior, por medio de lo cual se solicitaba la inscripción del título de Licenciado en Ciencias Jurídicas a favor de RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, otorgado por la Universidad Salvadoreña. Encontrándose a folios 216 una resolución firmada por el Licenciado Pedro Valle, en su calidad de Jefe del Departamento de Registro e Incorporaciones de la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, en la cual se hace constar que no se registró el título antes mencionado, de conformidad al estudio de las certificaciones de notas de la Universidad de El Salvador y de la Universidad Salvadoreña, por medio del cual se determinó que el señor RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ no completó el pensum de estudios autorizado a la Universidad Salvadoreña, quedándole pendiente de estudio ocho materias, las cuales se detallan debidamente en la certificación. Así como que la certificación de notas extendida por la Universidad Salvadoreña, no refleja que se haya hecho un estudio de Equivalencias por dicha universidad, como lo requería el respectivo reglamento, sino que únicamente según la Certificación de Notas extendida por dicha universidad se cursaron seis asignaturas, entre las cuales aparece una ya cursada en la Universidad de El Salvador, todo lo cual conlleva a que no se cumpliese con el plan de estudios autorizado a la Universidad Salvadoreña. Haciéndose constar que dicha certificación fue extendida a solicitud del Licenciado Diego Balmore Escobar Portillo, el día siete de noviembre del dos mil uno, por lo que no se ha incorporado exactamente cuándo fue que emitió la resolución el Licenciado Pedro Valle, en la cual se denegaba la inscripción del título de Licenciado en Ciencias Jurídicas del señor RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ. Así como consta un informe dado por el Licenciado PEDRO VALLE, como Jefe del Departamento antes mencionado, de fecha tres de diciembre del dos mil uno, dirigido al Licenciado Diego Balmore Escobar Portillo, en su calidad de Fiscal de la Unidad Anticorrupción y Delitos complejos, por medio del cual se le informa, que en relación al oficio enviado con fecha veintinueve de noviembre del dos mil uno, en el que se le solicitaba un análisis de las certificaciones de notas extendidas por la Universidad de El Salvador, relacionando además las equivalencias otorgadas por la Universidad Salvadoreña, en la cual se hacía las siguientes consideraciones 1) Que efectivamente las certificaciones de notas de fecha veintisiete de agosto de mil novecientos noventa, extendida por la Universidad de El Salvador, es totalmente diferente a la extendida en fecha veintisiete de julio del dos mil uno. 2) Que ninguna de las notas de ambas certificaciones son coincidentes, lo cual puede apreciarse en el anexo número 1; asimismo puede observarse en dicho anexo, que no existe coincidencia en los períodos de estudios, ya que en la última Certificación de notas, aparece que el señor RICARDO EMILIO HENRIQUEZ, estudió CINCO ciclos más de los que establece la primera Certificación de notas: I) De acuerdo a la segunda Certificación de notas, se le otorgaron al señor Henríquez, equivalencias por asignaturas reprobadas tal como lo hemos indicado en la valoración de la prueba Analizando las asignaturas detalladas en la última certificación de notas, existe una total diferencia entre las notas de las asignaturas otorgadas en equivalencias y las de esta última certificación, lo cual puede apreciarse mejor en el anexo No. 2. Así como consta de folios 218 a 223, el análisis comparativo de la certificación de notas extendida por la Licenciada Ana Margoth Handal de la Universidad de El Salvador, de fecha veintisiete de agosto de mil novecientos noventa, con la certificación de notas extendidas por la Licenciada Berta Alicia Hernández, de la Universidad de El Salvador, de fecha doce de julio del dos mil uno, que en dicha comparación se detallan las diferencias al compararse ambas certificaciones, así como existe un estudio comparativo de la certificación de notas extendida por la Licenciada Berta Alicia Hernández de la Universidad de El Salvador, de fecha doce de julio del dos mil uno, con las asignaturas concedidas por la Universidad Salvadoreña, según estudio de equivalencias respectivo, en el cual se plasma la diferencia entre ambas, así como también en dicho estudio al final del mismo, se relacionan las asignaturas cursadas en la Universidad Salvadoreña, habiendo sido únicamente seis. Los estudios antes relacionados tienen fecha tres de diciembre del dos mil uno, en los cuales hace referencia el Licenciado Pedro Valle, tal como se ha relacionado anteriormente. Todo esto es apreciable al ojo humano de que es evidente que existe una falsedad Ideológica de esto podemos proceder a analizar si se dieron los elementos del tipo penal. ELEMENTOS DEL DELITO: 1°) Existencia de un documento público, auténtico o privado, falso o alterado; El primer requisito exige la existencia del documento (instrumento) en cualquiera de las modalidades típicas: público, auténtico o privado. La información que se estaba introduciendo a la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación que se refería a documentos Auténticos de esto podemos analizar que INSTRUMENTOS AUTÉNTICOS. la palabra auténtico viene del latín "autenticus", la que a su vez procede del griego "auténtico", que quiere decir: lo que tiene un autor cierto, lo mismo que una autoridad que amerita que se le tenga confianza. Las palabras público y auténtico en lenguaje jurídico son sinónimas. El Código Civil al reglamentar los instrumentos, sólo se refiere a los públicos y privados. Así lo hacen la generalidad de legislaciones. También el Proyecto de Códigos Judiciales de don Isidro Menéndez en su Art. 273, y el anteproyecto que se elaboró en 1964 en el Art. 493 sólo se refieren a los instrumentos públicos y privados. Pero el Código de Procedimientos Civiles vigente desde el 13 de junio de 1893, según lo afirmara el Doctor Napoleón Rodríguez Ruiz, en su libro "Historia de las Instituciones Jurídicas Salvadoreñas", en su Art. 254 divide los instrumentos en públicos, auténticos y privados, indudablemente atendiendo a razones metodológicas, ya que los públicos subsumen a los auténticos. LOS INSTRUMENTOS AUTÉNTICOS. Según el Art. 260 Pr., los instrumentos auténticos. Se entienden por tales: 2) Los expedidos por los funcionarios que ejercen un cargo por autoridad pública en lo que se refiere al ejercicio de sus funciones; las notas académicas del señor RICARDO EMILIO HERRIQUEZ presentadas fueron extendidas por funcionario público tal como se desprende del desfile de la prueba que era la Licenciada ANA MARGOTH HANDAL DE ARIAS, Secretaria de asuntos académicos de la Universidad de El Salvador, así como la certificación enviada por la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional. Notas extendidas por la Licenciada Berta Alicia Hernández, de la Universidad de El Salvador, de fecha doce de julio del dos mil uno, la primera fue funcionaria de dicha universidad y la segunda continúa trabajando en la Universidad de el Salvador, estas funcionarias de la Universidad, estaba dentro del rubro que establece el Art. 260 1° del Código Procesal Civil. 3o. Las copias de los documentos, libros de actas, catastros y registros que se hallen en los archivos públicos, expedidas por los funcionarios respectivos en la forma legal; con el desfile probatorio testimonial y documental que se realizó en la Vista Pública se pudo establecer este elemento ya que en la fase instructora y en la Vista Pública, la fiscalía acreditó este elemento. 3o. Las certificaciones sobre Notas académicas que es el caso, dadas con arreglo a los libros por los que los tengan a su cargo; y, fueron acreditados con la prueba testimonial y documental que estas funcionarios tienen esos registros por lo que pueden verificarse el récord de cada estudiante universitario que pertenece a la Institución de la Universidad Nacional de el Salvado, tanto en la Administración Académica Central como de la Facultad de derecho. 4o. Las certificaciones de las actuaciones Judiciales de toda especie, las ejecutorias y los despachos librados conforme a la Ley. En cuanto a este último la fiscalía en la fase instructora recogió información de los registros de la institución correspondiente para cotejar la falsedad que pretendía acreditar lo cual así lo hizo en su fase investigativa como al momento de la Vista Pública Los instrumentos a que se refiere el presente apartado, en su momento fueron extendidos en el papel correspondiente no así el documento introducido al trafico jurídico por el señor RICARDO EMILIO HENRIQUE, ya que en la Vista Pública sólo desfilo fotocopia certificada ante Notario. Pero el documento comparativo si existía la certificación llenando todos los requisitos de Instrumento autentico. 5) Conocer el sujeto activo tal falsificación o alteración; el segundo elemento (cognoscitivo) se exige del sujeto activo, el cual, debe conocer la falsedad del documento o la alteración del mismo. Este elemento quedó plenamente establecido en la vista pública que el acusado conocía de la falsedad de dicho documento. 6) Hacer uso de dicho documento. El tercer elemento, que configura la acción típica ("hiciere uso de un documento" Art. 287 C. Pn), es hacer uso del documento. No se trata de cualquier tipo de "uso" sino del uso en sentido jurídico- penal. La consideración de la finalidad específica para la cual fue creado el documento, y no su mero valor probatorio, es lo que permitirá desentrañar si fue "usado" en el sentido jurídico del concepto. No cualquier "uso" sino el que corresponde a su destino legal es el que podrá afectar la Fe Pública. El destino que califica al uso está determinado, de antemano, por la naturaleza del instrumento, y no por las mera tenencia por el autor. Este elemento fue plenamente probado en la Vista Pública, tanto con prueba testimonial como documental. 7) No haber participado en la falsificación o alteración. Finalmente, se exige la no participación del sujeto activo en el acto que materializó la falsedad o alteración del documento Esto no quedo claro que el acusado haya participado en la elaboración del documento ya que no se estableció la falsedad material ni que este lo haya elaborado por lo que aquí la duda le favorece al reo. AUTORIA Y PARTICIPACION. Normalmente los tipos penales contenidos en el Derecho Penal se refieren a la realización de un hecho punible por una persona. Así en principio no tendría que ser difícil definir la autoría. Autor del delito sería el que realiza el tipo legal correspondiente, Según la Definición del Art. 33 C.C. P., son autores... los que cometen el delito. Es pues a ese sujeto a quien se refiere cada descripción legal con su locución impersonal (el que...). Pero las dificultades que entraña precisar quien ha cometido el delito, por ejemplo quien ha falsificado un documento, aparecen cuando comprobamos que el derecho positivo tratara como autores a diferentes personas con aportaciones de distinta entidad. Y es lógico que el problema penal de la AUTORIA y la PARTICIPACIÓN crezca cuando se da la presencia de varios intervinientes, de los cuales unos son considerados autores y otros participes. La distinción entre AUTORIA y PARTICIPACIÓN es una distinción material, independientemente de que ley decida castigar los autores y los participes del mismo modo o por el contrario establezca una penalidad distintas para unos y para otros, pues en cualquier caso subsiste el hecho de que la conducta del participe solamente constituya la realización del delito a través de la conducta del autor, de suerte que el injusto típico no pueda atribuirse al participe si no se imputa previamente al autor. Este fenómeno conocido como accesoriedad en la participación, es el que con palabras de otra época se expresaba en el viejo aforismo "no hay cómplice sin reo principal". Con el análisis que hemos venido haciendo de la participación del señor RICARDO EMILIO HENRIQUEZ, es un reo principal en la comisión de este delito Uso de Documento Falso. LA PARTICIPACIÓN Una vez expuesta la autoría en su forma inmediata (individual o conjunta) y mediata, procede examinar las restantes formas de responsabilidad criminal de las personas que intervienen en el delito. Su castigo sólo es posible en la medida que la Ley lo establezca con reglas determinadas, ya que a diferencia de lo que ocurre con la autoría la participación o puede castigarse por el camino de la subsunción en el tipo penal, por la sencilla que el partícipe no realiza el tipo. Pero en este caso quien realizó el delito es el señor RICARDO EMILIO HENRIQUEZ. Desde el punto de vista del grado de realización que debe haber alcanzado el hecho principal y en segundo lugar desde el punto de vista de los elementos del hecho punible. Los cuales hemos analizado en el presente caso. AUTORIA PRINCIPAL Autor principal es, como dijimos, aquel cuyo comportamiento puede ser subsumido directamente en el tipo legal. Esa subsumibilidad directa se da en tres clases de autoría: inmediata, mediata y autoría conjunta. Autor inmediato es el que realiza por sí mismo el delito, de modo que es su propia conducta física la que cumple el correspondiente tipo legal: El señor RICARDO EMILIO HENRIQUEZ, llena esas características con su comportamiento de introducir al tráfico jurídico la documentación discutida en el presente caso. ACCIÓN: El hecho que el imputado al señor RICARDO EMILIO HENRIQUEZ, el día y hora ya relacionados en esta sentencia, se estableció que sí hizo uso de un documento falso cuando acudió a la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, a través de tal acción creó una inseguridad jurídica a la fe pública un riesgo no permitido dentro del fin de protección de la norma. CONDUCTA TIPICA. Tipicidad es la característica que posee una acción efectivamente realizada de subsumirse bajo un tipo penal determinado, lo que entramos a considerar de la manera siguiente: En el presente caso, se nos ha acreditado que el acusado introdujo al tráfico jurídico la certificación de notas autenticadas por notario, extendidas el veintisiete de agosto de mil novecientos noventa, por la Secretaria de Asuntos Académicos de la Universidad de El Salvador, cuando fueron presentadas a la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, con el objeto de registrar el título de Licenciado en Ciencias Jurídicas, a nombre de RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ. Dicha conclusión es lógico que tengamos por establecida que fue presentada por el imputado, ya que él es la única persona interesada y beneficiada con el trámite antes relacionado, no pudiéndose llegar a concluir que una tercera persona que no tenga interés en el mismo las haya presentado, así como que el imputado tenía el conocimiento de la falsedad que adolecía dicha certificación de notas. Que con los dictámenes realizados por el Licenciado Pedro Valle, en su calidad de Jefe del Departamento de Registro de la Dirección antes mencionada, fue el que evidenció con su estudio comparativo posterior a la presentación de la certificación de notas antes relacionada, la no concordancia con las notas enviadas por la Licenciada Berta Alicia Hernández, de la Universidad de El Salvador, de fecha doce de julio del dos mil uno. Pudiéndose concluir que el acusado presentó a la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación en el año dos mil, una certificación de notas extendidas por la Licenciada Ana Margoth Handal, de la Universidad de El Salvador, extendidas el veintisiete de agosto de mil novecientos noventa, con el objeto de que se le inscribiera su título de licenciado en Ciencias Jurídicas, por lo que en ese momento al haber hecho uso de la certificación de notas antes relacionada, con las cuales se pretendía la acreditación respectiva que conllevara a que se le registrara legalmente su Título de Licenciado en Ciencias Jurídicas, emitido por la Universidad Salvadoreña, por lo que con dicha actitud iba encaminada a insertar en la inscripción de los libros respectivos del Ministerio de Educación, así como en el título antes mencionado la legalización en la inscripción de dicho título, evidenciando en tal sentido que en dicho caso se estaba introduciendo al tráfico jurídico un documento que posteriormente con las investigaciones respectivas y al haberse realizado un estudio comparativo entre la certificación de notas que había ingresado al tráfico jurídico el imputado y las enviadas posteriormente por la Licenciada Berta Alicia Hernández de la Universidad de El Salvador, se determinó a simple vista que la certificación de notas presentada por el imputado no correspondían al historial del expediente que como alumno de la Universidad de El Salvador, como alumno de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales tenía el imputado, evidenciándose en tal sentido una FALSEDAD IDEOLÓGICA, en las notas que presentara el imputado al Ministerio de Educación, ya que doctrinariamente la falsedad ideológica afecta la veracidad del documento, es decir, la correspondencia entre la declaración incorporada al objeto material y la realidad histórica a la que hace referencia en esa declaración, demostrándose en tal sentido que al hacerse la comparación de las certificaciones de notas antes mencionadas, es evidente al ojo humano, sin necesidad de una experticia, que lo plasmado en la primera certificación no corresponde a la realidad histórica de haber cursado las asignaturas que en la misma se relacionan y haberlas aprobado en la Universidad de El Salvador, por lo que al haberse introducido al tráfico jurídico dicha certificación de notas y no justificarse durante toda la fase investigativa de este proceso las incongruencias de ambas certificaciones, es que nos llevan a generar una certeza positiva de que se realizó por parte del imputado la acción de haber usado la certificación de notas extendida por la Licenciada Handal, que al hacerse el estudio comparativo por la investigación hecha por parte de la Fiscalía, las notas que se plasman en dicho documento no coinciden con el historial de récord académico del imputado que se tiene en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador, hechos que tenemos por acreditados con la prueba desfilada tanto testimonial como documental y que no requieren de una experticia. Por lo que tenemos por acreditado que se utilizó la certificación de notas antes mencionadas las cuales adolecen una falsedad ideológica, sin haberse establecido por ningún medio legal que el imputado haya participado en la elaboración de dichas certificaciones de notas o en la alteración de las mismas, aunque le beneficiaren a él; no obstante este Tribunal, por considerarse que la única persona beneficiada con el uso de dicha certificación de notas es el imputado, concluye que tenía conocimiento que las mismas no le correspondían a las que había cursado como alumno de la Universidad de El Salvador; así como es de tomarse en cuenta que el delito de USO DE DOCUMENTOS FALSOS, es de ejecución inmediata con efectos permanentes, tal como se ha relacionado en el desfile de prueba; y que la introducción al tráfico jurídico de dicho documento es con la finalidad de que desencadene sus efectos, ha sabiendas del sujeto activo de su mendacidad, como fue el hecho de la presentación de dicho documento, es decir, que se sirvió de él como si fuera verdadero, ya que el mismo a simple vista reunía todos los requisitos exigidos en dicha certificación de notas, consumándose el delito desde el momento en que fue puesto en la condición de que llegara al conocimiento de la persona o la entidad a que iba destinada a fin de que se produjeran los efectos del registro del título al cual estaba adjuntando la certificación de notas antes relacionadas. Concluyendo por lo tanto, que sobre ese hecho es responsable el imputado RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, del delito de USO DE DOCUMENTO FALSO, tipificado y sancionado en el art. 287 del Pn., en consecuencia es procedente DECLARAR FALSO de conformidad al art. 361 del Código Procesal Penal, la certificación de Notas a nombre de RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, extendida por la Licenciada Ana Margoth Handal de Arias, en su calidad de Secretaria de Asuntos Académicos de la Administración Académica Central de la Universidad de el Salvador, el día veintisiete de agosto de mil novecientos noventa. Por lo que es procedente dictar la pena correspondiente a dicho delito. Respecto al tipo subjetivo, el Artículo 4 del Código Penal establece que la pena o la medida de seguridad sólo se impondrán si la acción u omisión ha sido realizado con dolo o culpa, es decir que el elemento subjetivo del tipo es el contenido de la voluntad que rige la acción, dicho elemento es susceptible de graduación ya que puede distinguirse entre hechos punibles realizados dolosa o culposamente. Por dolo debe entenderse la voluntad consciente de realizar el tipo objetivo de un delito, esto incluye dos elementos el cognoscitivo y el volitivo, ambos elementos tienen como referencia el contenido objetivo del tipo penal. El sujeto debe conocer aproximadamente los aspectos esenciales de su propia conducta y de sus efectos. En el presente caso el sujeto se infiere que tuvo conocimiento que al usar un documento falso era incorrecto por su misma formación académica, además, el sujeto activo del delito se representó la eventualidad, no la seguridad, de provocar el resultado típico, de obtener un registro de un título utilizando documentos falsos y no queriéndolo, aceptó la posibilidad y siguió actuando, por la experiencia que el imputado tenía en el cargo que ostentaba por el manejo de leyes. ANTIJURICIDAD: No se establecieron causas que justifiquen que la actitud del señor RICARDO EMILIO HENRIQUEZ, era justificable o que lo excluyera de responsabilidad, por lo tanto tal acción es contraria al ordenamiento jurídico. CULPABILIDAD: Habiéndose establecido que el enjuiciado cometió un hecho típico y antijurídico, es procedente entrar a analizar si concurren en él como autor de tal hecho, los presupuestos para responsabilizarlo penalmente. Ellos son: a) Imputabilidad o capacidad de culpabilidad. Bajo este término se comprenden los supuestos como la madurez psíquica y la capacidad del autor para motivarse por la norma (mayoría de edad, ausencia de enfermedad mental, etc.).Como ya se dijo, es obvio que el imputado posee las facultades físicas y psíquicas suficientes para ser motivado racionalmente por la norma penal que prohibe realizar semejante conducta de utilizar un documento falso, ya que cuenta con cuarenta y un años de edad, estudiante de educación superior en materias de derecho, por lo tiene la capacidad suficiente para comprender la diferencia entre lo lícito y lo ilícito de su conducta frente al bien jurídico agraviado; b) El conocimiento de la antijuricidad del hecho cometido: La norma penal sólo puede motivar a la persona en la medida en que ésta pueda comprender a grandes rasgos el contenido de sus prohibiciones. Este Tribunal tiene certeza que el enjuiciado tuvo la capacidad de conocer que la conducta realizada por él está prohibida por la ley penal, importancia identificar que toda persona con un desarrollo normal, como es el caso del imputado RICARDO EMILIO HENRIQUEZ conoce; c) La exigibilidad de un comportamiento distinto. La ley no exige comportamientos imposibles, y en el hecho que nos ocupa se ha establecido que no existió ningún obstáculo real que volviera imposible un comportamiento lícito, distinto del realizado. Por lo tanto el imputado RICARDO EMILIO HENRIQUEZ, es culpable del delito de USO DE DOCUMENTO FALSO descrito en el Artículo 287 del Código Penal, por lo que es procedente imponerle la sanción respectiva. FUNDAMENTACION DE LA PENA Se tiene como principio rector y orientador para la imposición de la pena el Art. 27 de la Constitución de la República, de donde se extrae que la pena tiene fines tanto generales como específicos, no orientados al castigo como venganza, sino como objetivos de corrección y educación, que puede permitir formar hábitos de trabajo para readaptar al penado y lograr su reinserción en la sociedad, dicho en otras palabras, la pena busca objetivos que incidan en la persona del penado logrando su readaptación a la sociedad y a su familia, así como prevenir la comisión de delitos. De esta forma la pena debe graduarse de manera proporcional a la gravedad del hecho realizado e imponerse cuando sea necesario. Olvidar estas ideas es desnaturalizar los fines de la pena, que debe tomarse en un Estado democrático de derecho, que tiene como origen y fin la persona humana a la cual debe asegurarse el goce de los derechos para lograr el bienestar y la justicia. Dicho lo anterior, se procede de manera concreta a la determinación de la pena, en atención al Art. 63 y 64 del Código Penal, así: Sanción aplicable: De conformidad al Art. 287 no reformado del Pn., en el cual se establece el USO DE DOCUMENTOS FALSOS: "el que con conocimiento de la falsedad y sin haber intervenido en ella, hiciere uso de un documento falsificado o alterado, sea público, auténtico o privado, será sancionado con prisión de TRES A CINCO AÑOS; que dicho artículo fue reformado según el Diario Oficial de fecha treinta y uno de julio del dos mil uno, por lo que de conformidad con el art. 13 del Pn., el cual establece: "que los hechos punibles serán sancionados de acuerdo con la ley vigente en el tiempo de su comisión..."; por lo que tomándose en cuenta que el hecho fue cometido en el año dos mil, cuando aún no se había reformado el artículo 287 del Pn., tal como se encuentra actualmente; situación que debe de tomarse en cuenta para efectos de la pena. Así como, tomándose en cuenta el Art. 5 del Código Procesal Penal, en el cual se establece que las penas se impondrán cuando sean necesarias y en forma proporcional a la gravedad del hecho realizado. Tomándose en cuenta que para la determinación de la pena, ésta no podrá exceder el desvalor que corresponda al hecho realizado por el autor del mismo, lo cual será proporcional a su culpabilidad; para lo cual se tendrá especialmente en cuenta lo siguiente: a) Respecto al daño causado al bien jurídico tutelado en este caso específico es la FE PÚBLICA, la cual es una función documentadora o autenticadora conforme a la cual el Estado atribuye a ciertos documentos una determinada significación jurídica, que impone a los ciudadanos la confianza que los mismos tienen en la vida social y en el tráfico jurídico; b) Los motivos que llevaron a cometer el hecho delictivo se ha logrado establecer que el documento lo usó para el trámite del Registro de su Título de Licenciado en Ciencias Jurídicas, emitido por la Universidad Salvadoreña, en la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación; c) La mayor o menor comprensión del carácter ilícito del hecho. Se toma en cuenta las circunstancias personales del autor quien manifestó que es de cuarenta y un años de edad, divorciado, salvadoreño, originario de Cojutepeque, trabaja como Abogado de la República y se desempeñaba como Juez de Paz de La Palma, Departamento de Chalatenango; por lo que tomando en cuenta dichas circunstancias este Tribunal considera que toda persona es común que a esa edad tienen la madurez psíquica, emocional y moral para que comprendan y entiendan la trascendencia tanto en el aspecto particular como en el aspecto social y las consecuencias directas de lo ilícito de su actuar y la gravedad tanto del delito como de la pena del mismo. Que en la presente audiencia de la vista pública no se han demostrado ninguna excluyente de responsabilidad en el presente caso; d) Respecto a este hecho no hay circunstancias atenuantes ni agravantes, no se han establecido en la presente vista pública. Y tomándose en cuenta las circunstancias antes relacionadas este Tribunal estima que el señor RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ es autor directo y responsable del delito de USO DE DOCUMENTOS FALSOS, en perjuicio de la FE PÚBLICA, por lo que le es imponible una sanción de TRES AÑOS DE PRISIÓN a dicho imputado. Por lo que este Tribunal, tomando en cuenta además, lo establecido en el Art. 74 inciso 2° del Código Penal, que dependiendo de las circunstancias del hecho cometido puede sustituir las penas superiores a un año y que no excedan de tres años por igual tiempo de arrestos de fines de semana o de trabajos de utilidad pública. Por lo que en el presente caso tomando en cuenta dicha disposición, en cuanto a las circunstancias del hecho se considera que la acción ejercida por el imputado RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, quien presentó en la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación, una certificación de notas extendida por la Secretaria de Asuntos Académicos de la Universidad de El Salvador, la cual no coincidían los datos proporcionados con la certificación solicitada a la misma Secretaría, posteriormente por la representación fiscal y que en la primera certificación de notas estaban alterados los datos a favor del imputado con la finalidad de inscribir su título de Licenciado en Ciencias Jurídicas; así como tomándose en cuenta que la pena debe de ser proporcional al hecho realizado y el derecho Penal debe tener la mínima afectación, y constando en las presentes diligencias que dicho imputado con la acción ejercida no se evidencia una peligrosidad y tomándose en cuenta los fines de la pena que son la resocialización del condenado y que éste sea incorporado a la sociedad; que son las condiciones particulares del imputado este Tribunal no considera necesario que sin internarlo en un centro penitenciario al imputado ya que al hacerlo se estaría desintegrando más su familia y la estigmatización al mismo imputado; así como es de tomarse muy en cuenta que dentro de todo el proceso se ha encontrado con medidas sustitutivas a la detención provisional, a las cuales les ha dado fiel cumplimiento a las mismas presentándose a este Tribunal; por lo que tomando en cuenta dichas circunstancias este Tribunal considera procedente REEMPLAZAR la pena de TRES AÑOS DE PRISIÓN, por JORNADAS SEMANALES DE TRABAJOS DE UTILIDAD PÚBLICA, de conformidad al Art. 74 inciso último del Código Penal, las cuales deberá realizar en los lugares y horarios que determine el Juez de Vigilancia correspondiente, considerando imponible en este caso particular de conformidad al Art. 45 numeral quinto del Código Penal, un total de CIENTO CUARENTA Y CUATRO JORNADAS SEMANALES DE TRABAJO DE UTILIDAD PÚBLICA al señor RICARDO EMILIO HENRIQUEZ, las cuales deberán cumplirse de acuerdo a las reglas de conversión establecidas en el Art. 75 del mismo código, es decir, que cuatro jornadas semanales de trabajo equivaldrán a un mes de prisión. RESPONSABILIDAD CIVIL: En cuanto a la responsabilidad civil, la representación fiscal en su respectiva acusación fue solicitada que este Tribunal se pronunciara y considerando que no es procedente en el presente caso condenar en la responsabilidad civil; ya que no se puede establecer un daño concreto por tratarse de un delito de peligro abstracto, por lo que no puede establecerse persona alguna como titular de acción civil que se le haya ocasionado el perjuicio directamente ya que el bien jurídico protegido es la Fe Pública; por lo que este Tribunal considera que no es procedente condenar en responsabilidad civil al imputado, absolviéndolo al imputado de la misma. COSTAS PROCESALES En cuanto a las Costas Procesales, el artículo ciento ochenta y uno de la Constitución de la República establece que la Administración de Justicia es gratuita, por lo que las mismas correrán a cargo del Estado. POR TANTO: Con base a los considerandos antes mencionados y disposiciones relacionados y de conformidad con los Artículos 11, 12, 75 numeral 2°,181 de la CONSTITUCIÓN DE LA REPÚBLICA, 1, 2, 3, 4, 5 inciso 1°, 12, 13, 18, 32, 33, 44, 45 numeral 5°, 46 numeral 1°, 47, 74, 55 al 58 numeral 1°, 62 al 65, 74, 75, 114, 115 numeral 1, 116, 287 no reformado, todos del CÓDIGO PENAL, Artículos 1, 2, 3, 4, 8, 9, 10, 12 numeral 1°, 13, 15, 19 numeral 1°, 42, 43, 53 inciso primero numeral 10°, 87, 88, 121, 130, 162, 172, 186, 191, 196, 206, 259 al 261, 325 al 330 numeral 1, 2 y 4, del 338 al 340, 342; del 345 al 348, 353, 354, 356 al 359, 361, 363, 364, 441, 450 todos del CÓDIGO PROCESAL PENAL; en nombre de la República de El Salvador, este Tribunal por MAYORÍA FALLA: 1) ABSUÉLVASE AL IMPUTADO RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, de las generales ya mencionadas en el preámbulo de esta sentencia, como autor directo y responsable del delito de EJERCICIO ILEGAL DE LA PROFESIÓN, 2) ABSUÉLVASE DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL Y DE LAS COSTAS PROCESALES por este delito, corriendo estas últimas a cargo del Estado de la República de El Salvador; 3)CONDÉNASE AL IMPUTADO RICARDO EMILIO HENRIQUEZ, COMO AUTOR DIRECTO Y RESPONSABLE DEL DELITO DE USO DE DOCUMENTOS FALSOS, en perjuicio de la FE PÚBLICA a la pena de TRES AÑOS DE PRISIÓN, REEMPLAZANDO DICHA PENA por CIENTO CUARENTA Y CUATRO JORNADAS SEMANALES DE TRABAJOS DE UTILIDAD PÚBLICA, las cuales deberá cumplir en los lugares y horarios que determine el Juez de Vigilancia Penitenciaria Respectivo; 2) CONDÉNASE al imputado a la pena accesoria consistentes en la pérdida de los derechos de ciudadanos durante el tiempo que dure la pena principal impuesta. 3) ABSUÉLVASE DE LA RESPONSABILIDAD CIVIL y de las COSTAS PROCESALES, estas últimas correrán a cargo del Estado de la República de El Salvador. 4) Constando en las presentes diligencias que el imputado RICARDO EMILIO HENRÍQUEZ, se encuentra bajo las medidas cautelares sustitutivas a la privación de libertad y el habérsele condenado a una pena de tres años de prisión, reemplazándose la misma una vez ejecutoriada por jornadas semanales de trabajos de utilidad pública, por lo que este Tribunal considera que el imputado no evadirá el cumplimiento de la presente sentencia, por lo que considera pertinente que continúe con las medidas sustitutivas a la privación de libertad en las cuales se encuentra, mientras no quede ejecutoriada esta Sentencia; líbrense los oficios respectivos. 5) DECLÁRASE FALSA la certificación de notas a nombre de RICARDO EMILIO HENRIQUEZ, extendida por la Licenciada Ana Margoth Handal de Arias, en su calidad de Secretaria de Asuntos Académicos de la Administración Académica Central de la Universidad de El Salvador, extendidas el veintisiete de agosto de mil novecientos noventa, por haberse comprobado la falsedad de la misma, una vez ejecutoriada esta sentencia, líbrense los oficios respectivos. 6) CERTIFÍQUESE la presente sentencia a la Corte Suprema de Justicia, al Departamento de Investigación Profesional. En caso de no recurrir en casación en el tiempo estipulado, declárese firme y ejecutoriada la presente. Oportunamente remítanse las certificaciones respectivas al Juzgado Primero de Vigilancia Penitenciaria y Ejecución de la Pena, de esta ciudad y archívense las presentes diligencias. Quedando notificados las partes presentes en legal forma mediante la lectura integral de esta Sentencia. VOTO RAZONADO DE LA LICENCIADA DELMY YANIRA CHOTO DE CONTRERAS Por no coincidir con la apreciación del haber probatorio que ha hecho el Tribunal mayoritario, así como las conclusiones a las que éste arribó, con base en la parte final del Art. 356 Pr. Pn., expreso las razones que motivan mi voto contrario: De acuerdo a resolución de folios 311, la Cámara competente decidió someter a juicio al acusado Ricardo Emilio Henríquez por tres delitos, los primeros dos por Uso y Tenencia de Documentos Falsos en concurso real, por las conductas realizadas el treinta de mayo y ocho de diciembre del año dos mil, conductas que consistieron en: la primera en haber presentado el treinta de mayo del año dos mil, a la Unidad Técnica de Selección del Consejo Nacional de la Judicatura, documentación falsa consistente en certificación de notas de la Universidad Salvadoreña, acuerdo N° 822-D de la Corte Suprema de Justicia que lo autoriza para el ejercicio de la profesión de abogado, acuerdo N° 6-A de la misma Corte que lo nombra como Juez de Paz de la población "Ojos de Agua" Chalatenango; y la segunda conducta consistente en haber presentado el título falso de Licenciado en Ciencias Jurídicas y la Certificación de notas falsas de la Universidad Salvadoreña, al Departamento de Auténticas y Registro de la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación el día ocho de diciembre del año dos mil. PRUEBA DESFILADA EN EL JUICIO Para probar los extremos antes relacionados, la Fiscalía ofreció copias certificadas del expediente del Consejo Nacional de la Judicatura a nombre del acusado, en donde efectivamente aparece agregada la documentación antes mencionada; así también se tuvo a la vista copias Certificadas del Expediente de la Dirección Nacional de Educación Superior, en donde se constata que no se encuentran agregados el título de Licenciado en Ciencias Jurídicas y la Certificación de notas de la Universidad Salvadoreña a nombre del acusado. LEY APLICABLE En primer término es necesario dejar claro que la reforma del Art. 287 Pn., entró en vigencia hasta en el año dos mil uno, por lo que de acuerdo al Art. 15 Cn., nadie puede ser juzgado sino conforme a leyes que han sido promulgadas con anterioridad al hecho de que se trate, en tal sentido, la reforma aludida no es aplicable a los hechos acusados en cuanto al uso de los documentos falsos ya que éstos sucedieron según acusación fiscal el treinta de mayo y ocho de diciembre del año dos mil, en consecuencia, la descripción del tipo penal a analizar será la de Uso de Documentos Falsos Art. 287 Pn. del año 1998. ELEMENTOS DESCRIPTIVOS DEL TIPO PENAL Para determinar si las conductas realizadas por el acusado constituyen delito de Uso de Documentos Falsos se tiene que el legislador requiere como conducta típica el hacer uso de un documento falsificado o alterado, sea éste público, auténtico o privado. DOCUMENTACIÓN FALSA COMO OBJETO MATERIAL DE LOS DELITOS DE USO DE DOCUMENTOS FALSOS En primer término, se ha tenido una copia certificada de copia certificada por notario de notas extendidas por la Licenciada Ana Margoth Handal de Arias, secretaria de asuntos académicos de la Universidad de El Salvador de fecha veintisiete de agosto de 1990, en donde aparece que el acusado cursó y aprobó cincuenta materias, la cual contiene falsedad material, por cuanto de conformidad a la certificación de notas extendida por la Licenciada Berta Alicia Hernández, Administradora Académica de la Universidad de El Salvador de fecha veintisiete de julio del 2001, las notas y materias cursadas y aprobadas por el acusado según su expediente académico no coinciden con la información que consta en la primera de las certificaciones, obteniendo la suscrita, la certeza de que la segunda de las certificaciones extendida por la Universidad aludida es la verdadera, ya el principio de contradicción nos indica que de dos juicios opuestos no pueden ser ambos verdaderos al mismo tiempo, tal como se advierte al comparar la información contenida en ambas certificaciones, informaciones evidentemente opuestas que se refieren a un mismo hecho y a la misma persona del acusado en su calidad de alumno de la mencionada Universidad, no siendo posible afirmar que ambas informaciones sean verdaderas pues se contradicen entre sí, cuya lógica consecuencia implica que una información es verdadera y la otra necesariamente falsa, quedando excluido un tercer término. En conclusión, si la segunda de las certificaciones ha sido confrontada con el expediente académico del acusado y la testigo Berta Alicia Hernández, encargada de extender tales certificaciones bajo juramento en el juicio ratificó la veracidad de la información contenida en la mencionada certificación, no queda duda de que la certificación extendida por la Licenciada Ana Margoth Handal de Arias el día veintisiete de agosto de 1990 es materialmente falsa, sin que perito alguno lo haya determinado. Así también se tuvo la certificación de notas extendida por la Universidad Salvadoreña el día tres de abril de 1992, en la cual se hace constar que al acusado se le dieron equivalencias por cincuenta materias cursadas en la Universidad de El Salvador, y cursó y aprobó en la Universidad Salvadoreña seis materias, haciendo un total de cincuenta y seis materias. De la información anterior se advierte que las Autoridades de la Universidad Salvadoreña concedieron equivalencias al acusado debido a la información tenida en la falsa certificación de notas de la Universidad de El Salvador de fecha veintisiete de agosto de 1990, pues fueron aprobadas en su totalidad cincuenta materias, lo cual como se dijo antes no es la verdad de acuerdo a la información contenida en la verdadera certificación de notas de la Universidad de El Salvador de fecha veintisiete de julio de 2001, en consecuencia, se tiene que la certificación de notas extendida por la Universidad Salvadoreña el tres de abril de 1992 es falsa ideológicamente, por contener declaraciones falsas, sin que testigo o perito alguno lo haya demostrado. Se ha tenido como prueba documental el Título de la Universidad Salvadoreña, en el cual se hace constar que el acusado realizó los estudios establecidos y cumplió con las pruebas y requisitos académicos exigidos por la Universidad Salvadoreña, de acuerdo a sus estatutos, a la Ley de Universidades Privadas y demás disposiciones legales vigentes, razón por la cual se le confirió el Título Académico de Licenciado en Ciencias Jurídicas. De lo anterior por lógica se infiere que las Autoridades de la Universidad Salvadoreña, para extender el título antes referido tomaron en consideración la falsa certificación de notas extendida por la Universidad de El Salvador, de fecha veintisiete de agosto de 1990, pues de allí partieron para conceder las equivalencias respectivas y afirmar que el acusado cumplió con los requisitos exigidos para la obtención de tal título académico, y no siendo verdadera la información contenida en el título mencionado, en consecuencia, el mismo también debe ser declarado falso ideológicamente. CONDUCTA TÍPICA Se ha tenido por establecida la falsedad de los documentos auténticos antes descritos, siendo procedente analizar ahora si el acusado hizo uso de dichos documentos, para lo cual es necesario referirse a la prueba que desfiló en juicio. Así para el caso, no se ha probado que el acusado haya presentado a la Dirección de Educación Superior del Ministerio de Educación el título falso y la certificación falsa de la Universidad Salvadoreña tal como lo afirmó la Fiscalía, por cuanto al revisar el expediente que se agregó al juicio, se advierte que únicamente aparece agregada una solicitud sin fecha, al parecer suscrita por el acusado y que según la Fiscalía fue presentada el ocho de diciembre del año dos mil, no siendo posible a la suscrita tener por cierto que la simple fecha que aparece escrita en la parte superior de tal solicitud corresponde a la fecha de presentación de dicho documento, pues no hay texto que así lo indique; por otro lado, del texto contenido en el formulario de solicitud mencionada, se advierte que es requisito adjuntar a la misma, certificación parcial o global de notas en original cuando se haya ingresado por equivalencias y el Título de Educación Superior, siendo que al revisar el expediente no se encuentran las notas de la Universidad Salvadoreña, ni el Título de Educación Superior, únicamente la falsa certificación de notas de la Universidad de El Salvador, la cual no es posible tener por acreditada su presentación, por cuanto no es congruente con los requisitos exigidos para la obtención de la auténtica solicitada, siendo necesario únicamente la presentación de la certificación de notas de la Universidad Salvadoreña, ya que tal universidad concedió las equivalencias y es de donde egresó el acusado, en consecuencia no habiéndose establecido legalmente que el acusado haya hecho uso de la documentación falsa en la Dirección Nacional de Educación Superior del Ministerio de Educación el día ocho de diciembre del dos mil, es procedente absolver al acusado por el delito de Uso de Documentos Falsos en la Dirección mencionada. En relación a la presentación de los documentos falsos por parte del acusado a la Unidad Técnica de Selección del Consejo Nacional de la Judicatura, se tiene que efectivamente aparecen agregados el título falso, certificación de notas de la Universidad Salvadoreña y los respectivos acuerdos de autorización de abogado y nombramiento de Juez, documentación que como se dijo antes son falsos. Y aún cuando no hay prueba directa de que haya sido el acusado quien personalmente presentó la documentación mencionada, obviamente, aún cuando éste hubiese utilizado a otra persona para que los presentara a dicha Unidad, lo cierto es que el acusado al llenar la hoja de datos de actualización de su expediente en el Consejo Nacional de la Judicatura el día treinta de mayo del año dos mil, hizo uso de tales documentos para acreditar la información contenida en la hoja de datos que actualizaba, en tal sentido, no hay duda de que la conducta realizada por el acusado ante el Consejo Nacional de la Judicatura fue la de hacer uso de los documentos que sabía eran falsos. Ahora bien, de acuerdo a la descripción del tipo penal de Uso de Documentos Falsos, no basta comprobar la acción de usar documentación falsa, y que tal falsedad sea del conocimiento del sujeto activo de tal acción, sino también es necesario como elemento negativo del tipo, que no se haya establecido la participación de quien usó tal documentación en la falsedad de las mismas, siendo obvio que en lo que se refiere a la falsedad ideológica de la certificación de notas de la Universidad Salvadoreña y el respectivo Título otorgado por ésta, participó el acusado como autor mediato desde el momento en que utilizó la falsa certificación de notas de la Universidad de El Salvador haciendo que las Autoridades de la Universidad Salvadoreña le concedieran equivalencias por materias que sabía él había reprobado en la Universidad de El Salvador, logrando que las autoridades de la Universidad Salvadoreña insertaran declaraciones falsas que le acreditaban el título académico de Licenciado en Ciencias Jurídicas. Sobre tal extremo acreditado, a juicio de la suscrita su consideración en el presente juicio no afecta el principio de Doble Juzgamiento, por cuanto es claro que la Cámara Segunda de lo Penal declaró extinguida la acción penal o persecución penal, cuya consecuencia lógica es la extinción de la responsabilidad penal por tal hecho, sin embargo tal resolución únicamente impide que el acusado sea juzgado en forma independiente por su participación en las falsedades de los documentos y el uso de tales documentos en las fechas en que fueron consumadas tales conductas delictivas, no existiendo impedimento legal alguno para el Juez de Sentencia, tome en consideración las circunstancias que se hayan acreditado en el presente juicio como elementos que configuran la comisión posterior de nuevos delitos, tal como lo ha sido en el presente caso, en que ha quedado demostrada su participación en la falsedad ideológica de la certificación de notas de la Universidad Salvadoreña y el título académico, sin que ello signifique el juzgamiento independiente por tal delito, por lo que debe tomarse en consideración para el establecimiento del elemento negativo descrito en el tipo penal, lo cual lejos de perjudicar al acusado, le favorece pues al establecerse que participó en tales falsedades no cumple con el requisito de que no haya tenido participación en la falsedad, en tal sentido, es procedente absolverlo también por el Uso de Documentos Falsos el día treinta de mayo del año dos mil en el Consejo Nacional de la Judicatura. EJERCICIO ILEGAL DE LA PROFESIÓN En cuanto al delito de Ejercicio Ilegal de la Profesión, se tiene que la conducta típica tiene como presupuesto negativo la carencia de título profesional o autorización para ejercer alguna profesión reglamentada, tal como se ha demostrado en el presente caso, ya que para ser abogado es requisito tener un título de Licenciatura en Ciencias Jurídicas y para el ejercicio de tal profesión es necesario estar autorizado por la Corte Suprema de Justicia. Sobre este requisito, la suscrita considera que si el Título que acredita al acusado el grado académico de Licenciado en Ciencias Jurídicas es falso ideológicamente, no cabe la menor duda al afirmar que el título mencionado es inexistente, en consecuencia el acusado carece de título que lo acredite como Licenciado en Ciencias Jurídicas y si bien es cierto existe un acuerdo de la Corte Suprema de Justicia que lo autoriza para ejercer la profesión de abogado, es de tomar en cuenta que tal resolución, aún cuando surtió efectos en el tráfico jurídico, al percatarse de que ha sido fundamentada en documentación falsa es obvio que adolece de nulidad, en consecuencia el acusado carece de la autorización legal para ejercer la profesión de abogado. Requiere además el tipo penal en comento, que el sujeto activo se atribuya carácter de profesional y además que ejerza actividades propias de la profesión que se atribuye; tal como lo ha sido en el presente caso, en el que se ha demostrado que el acusado según acuerdo N° 822-D de fecha dieciséis de noviembre de 1993 fue autorizado por la Corte Suprema de Justicia para ejercer la profesión de abogado, advirtiendo que para tal autorización se tomó en cuenta el falso título académico de la Universidad Salvadoreña, lo cual indica que el acusado al hacer uso de un título que conocía era falso, se atribuyó carácter de Licenciado en Ciencias Jurídicas, lo que dió origen a la resolución del Máximo Tribunal de Justicia de autorizarlo para el ejercicio de la abogacía; así también se tiene que el acusado fue nombrado Juez de Paz en la población de "Ojos de Agua" Chalatenango, según consta en acuerdo de Corte N° 6-A de fecha diecinueve de enero de 1994, habiéndose tomado en cuenta la calidad de abogado que ya se había atribuido el acusado cuando presentó aquel título falso para ser autorizado y siendo que a tal fecha la calidad de abogado ya era requisito para ostentar al cargo de Juez, no hay duda que la presentación reiterada de la documentación falsa en comento, tanto en la Corte Suprema de Justicia como en el Consejo Nacional de la Judicatura, surtió efectos hasta la fecha en que la Corte Suprema de Justicia decidió cesara en sus funciones como Juez, en tal sentido el ejercicio ilegal de la profesión por parte del acusado ha quedado plenamente establecida, delito que a juicio de la suscrita es de ejecución instantánea y de efectos permanentes, en consecuencia la persecución penal por el mismo, prescribirá tomando en cuenta la fecha en que el acusado dejó de ejercer el cargo de Juez. Finalmente es necesario analizar si el cargo de Juez constituye o no una profesión reglamentada, y al respecto se debe establecer que el cargo de Juez como tal no constituye una profesión, pero la actividad que se desarrolla en el cargo de Juez es propia de la profesión de abogado, ya que dicha profesión se ejercita en diversas ramas y actividades, siendo su característica esencial y distintiva el estudio o ejercicio de la aplicación de la Ley, y qué más ejemplo de esto, que el funcionario en uso del imperio del Estado, que realiza la función de aplicar la Ley, de allí que tanto el ejercicio del notariado, el de la procuración por otro y la función de magistrado o Juez requieren los conocimientos del profesional del Derecho y si aplicamos el criterio contrario de que el cargo de juez no implica el ejercicio de actividades propias de la profesión de abogado, tal aplicación nos llevaría al absurdo de afirmar que no comete delito quien no siendo abogado se atribuya tal carácter y ejerza cargos en el Ministerio Público o Procuración Pública. Aunado a lo anterior, hay que remitirse a la Constitución en donde se requiere la profesión de abogado para desempeñar el cargo de Juez. En consecuencia de todo lo anteriormente expresado, la suscrita considera procedente declarar responsable penalmente al acusado Ricardo Emilio Henríquez por el delito de Ejercicio Ilegal de la Profesión Art. 289 Pn., considerando proporcional a su conducta la imposición de la pena de dos años de prisión, la cual no es necesario que cumpla guardando prisión, ya que tal restricción no cumpliría con los verdaderos fines de la pena, siendo procedente la suspensión de la ejecución de la pena condicionada a la continuación de sus estudios universitarios para lograr la obtención de un verdadero título Académico, ya que es de tomar en consideración las circunstancias personales, de tiempo y oportunidad en que las conductas del acusado fueron realizadas, las cuales no revelan una tendencia a delinquir. Así también, establecida la falsedad ideológica del título académico de la Universidad Salvadoreña a nombre del acusado, debe procederse a su correspondiente marginación y hacer del conocimiento de la Corte Suprema de Justicia esta resolución para los efectos legales pertinentes.