EUROPA´ 93 Noticia de Bruselas «La política de competencia es uno de los instrumentos más eficaces para hacer realidad el mercado único» MARÍA LUIS A PRÍES afael García-Palencia es director de Política de Competencia en la Comisión de las Comunidades Europeas, presidente del Comité Consultivo de Prácticas Restrictivas y presidente del Comité Consultivo de Control de Concentraciones. Por consiguiente, una de las personas más directamente implicadas en la concepción y en la aplicación en la política de la competencia. R guardia, entre otras causas, tienen una posición dominante abusen de ésta en perjuicio de sus competidores o de los consumidores y usuarios. n el caso concreto de las Comunidades Europeas la política de competencia tiene además de este objetivo señalado, común a las políticas de competencia de otros países, otra finalidad específica, y es su función integra-dora: garantizar la realidad de un -¿Podría explicarnos para qué sirve la política de mercado común en su dimensión total, evitando la competencia? su fraccionamiento en mercados nacionales o -La política de la competencia consiste en un regionales. El proceso de integración de los conjunto de medidas legislativas y actuaciones países miembros de las Comunidades administrativas que tienen por Europeas es un proceso lento y finalidad garantizar el adecuado «La política de competencia complejo, donde profuncionamiento de los megresivamente se van democanismos del mercado en el trata de evitar que los acuerdos liendo las trabas y barreras que territorio comunitario. Se trata entre empresas impidan, compartimentaban los de evitar que los acuerdos entre mercados. restrinjan o falseen el empresas, las decisiones de Los primeros obstáculos asociaciones de empresas y las funcionamiento del mercado. abolidos fueron los continprácticas concertadas impidan, También hay que impedir que gentes y los aranceles que se restrinjan o falseen el adecuado las empresas que tienen una aplicaban al comercio interfuncionamiento de las fuerzas comunitario. del mercado. Asimismo hay que posición dominante abusen dePosteriormente se abordó el impedir que las empresas que ésta en perjuicio de sus proceso de suprimir las barreras por su cuota de mercado, su físicas, técnicas y fiscales que se competidores o de los fortaleza económica y financiera oponían a la realización del consumidores.» o su posesión de una tecnología mercado único,' medidas que en' de vansu mayor parte se habrán adoptado antes de finales de 1992. E in embargo, a medida que las trabas -¿Por qué le preocupan tanto estos posibles reinstitucionales caen, mayor es la tentación partos de mercado? ¿No hay algún elemento dogde las empresas de hacer acuerdos para mático en esta defensa del gran mercado que suerepartirse los mercados y de esta forma len hacer los responsables de la política de comfraccionarlos; estas prácticas restrictivas pueden petencia? constituir barreras más sutiles, pero más -Un acuerdo por el que unas empresas se repareficaces, que los obstáculos antes aludidos. También los Gobiernos de los Estados miem- ten mercados, ya sea geográficamente o por probros pueden recurrir al fácil expediente de con- ductos, produce la ausencia de todo estímulo a ceder ayudas públicas a determinadas empre- la innovación tecnológica, al diseño o a la ejecusas, bien para aliviar las dificultades derivadas ción de nuevas estrategias productivas o comerde una mala gestión o para colocarlas en situa- ciales, petrificando las posiciones en el mercado ción de ventaja respecto a sus competidores ya y, en definitiva, perjudicando a los consumidosean nacionales o extranjeros. Es evidente que res y usuarios, que padecerán un precio aumenestas ayudas públicas, aparte del coste que supo- tado, una calidad disminuida o una reducción nen para el contribuyente, falsean el correcto en su gama de opciones. Por el contrario, un juego de los operadores en el mercado y, sobre gran mercado, no comparti-mentado, es una todo, perjudican claramente a las empresas oportunidad constante para los empresarios competidoras que no las más dinámicos, que aspiran a reciben. «A medida que las trabas mejorar sus posiciones con estrategias permanentemente -Entonces, ¿la política de institucionales caen, mayor es la innovadoras, tanto en competencia sirve para conse- tentación de las empresas de producción como en distribuguir hacer realidad el mercado ción, y una garantía en todo hacer acuerdos para repartirse único? los mercados y así fraccionarlos: momento de la mejor asignación de recursos, por su cons-Ciertamente hay una proestas prácticas pueden constituir tante adaptación a las señales funda interrelación entre la que van recibiendo del política de competencia y el barreras más sutiles pero más mercado. mercado único, pero que juega eficaces que los obstáculos en las dos direcciones. Por un contingentes o los aranceles,» stos acuerdos de repartos lado, la política de compede mercado, que asegutencia es uno de los instruran «cotos reservados» a ciertas mentos, quizá de los más eficaces, para hacer empresas, se traducen siempre en una realidad el funcionamiento del mercado limitación de las posibilidades de elección de único. Pero, por otro lado, la supresión total de productos, en menores exigencias de calidad, o las barreras físicas, técnicas y fiscales, que en en la imposición de precios artificialmente su mayor parte pueden realizarse a finales de altos, que en definitiva reducen el bienestar del 1992, requiere una política de competencia consumidor. Estas situaciones también más enérgica para evitar que aparezcan esas perjudican seriamente a la competitivi-dad de otras nuevas barreras a que antes me he referido las empresas comunitarias en los mercados y que podrían boicotear la plena realización del internacionales, propiciando luego la aplicación mercado único. de políticas comerciales proteccionistas frente a or ejemplo, las diferentes normas sobre ho- terceros países con economías muy eficaces, mologación técnica y la fiscalidad indirecta como Japón o los Estados Unidos. diversa han constituido unos obstáculos -¿Y cree que la opinión pública europea comparte eficaces en el pasado para conseguir la plena estos puntos de vista? interpenetración de los mercados comunitarios. -Ciertamente así lo creo. La política de compeEn la medida en que vayan desapareciendo, los tencia es una de las políticas comunitarias que empresarios van a soportar una competencia goza de mejor imagen en la opinión pública eumás dura para la venta de sus productos en sus ropea. propios mercados nacionales y pueden optar Hay un consenso generalizado sobre el hecho de por la vía de los acuerdos restrictivos para reque una falta de política de competencia produpartirse mercados o zonas de influencia o hacer ciría un incorrecto funcionamiento de los mecapactos sobre niveles de precios, para conseguir nismos del mercado y por consiguiente muchas una posición más confortable, eso sí, en detrimalformaciones en el aparato de producción y mento de los intereses de los consumidores. S E P distribución, que se traducen en definitiva en un menor bienestar de los ciudadanos. Quizá el ejemplo de las ayudas del Estado puede ser ilustrativo al respecto. Si una gran empresa mal gestionada y con dificultades financieras recibe una ayuda pública no vinculada a un programa serio de reestructuración que haga la empresa viable en el futuro, podrían producirse los siguientes efectos: se continuará sin corregir la mala gestión, se causará un perjuicio a las empresas más eficaces que compiten con ella, ya sea en el mercado nacional o en el de los otros países miembros, penalizando así su buena gestión, se estimulará la concesión de ayudas a otras empresas para reequilibrar la situación y al final se desencadenará una inútil subasta de ayudas públicas en el mismo sector y en los conexos, con el lógico perjuicio, en primer lugar, para el contribuyente, y en segundo término, para la asignación racional de recursos. Sin una firme política de competencia los ciudadanos no pueden tomar su mejor decisión de consumir en el mercado, ni tampoco enviar las señales Rafael García-Palencia es director de Política de Competencia en la Comisión de las Comunidades oportunas sobre la futura orientación deseada en Europeas, presidente del Comité Consultivo de la producción o en la comercialización. Sin una Prácticas Restrictivas y presidente del Comité política de competencia las empresas no están Consultivo de Control de Concentraciones. estimuladas a adaptarse continuamente a las El Tratado de Roma, que establece los grandes preferencias de los consumidores o usuarios ni a principios de política de competencia, luego dereaccionar con celeridad ante las estrategias de sarrollados por el derecho derivado, fue redactasus competidores. Si tanto por el lado de la do con gran sabiduría política, conscientes sus demanda como de la oferta los mecanismos del autores de que la construcción europea habría mercado no funcionan adecuadamente, la de basarse en la diversidad cultural y el pluralisasignación de recursos no será la óptima, el mo ideológico, optaron con acierto por no recosistema económico perderá eficacia y el ger ningún tipo de doctrina económica. Esta ciudadano bienestar. No es, desde luego, un azar neutralidad de filosofía económica ha permitido histórico que los países con los mejores logros aplicar el concepto pragmático de competencia económicos (aparte de los de la Comunidad operativa o funcional a situaciones tan diversas Europea), como Estados Unidos, Canadá, Japón como la década neoliberal en Gran Bretaña o a la y Australia, sean precisamente aquellos que situación creada por la ola de las grandes tradicionalmente han venido aplicando una nacionalizaciones llevada a cabo por el decidida política de competencia. Como Gobierno socialista en la Francia de 1981. El tampoco es una casualidad que aquellos países Tratado de Roma no toma partido respecto al en vías de desarrollo que están dando pasos peso relativo del sector público ni el carácter serios para establecer las bases de un desarrollo público o privado de la propiedad de la empresa duradero y equilibrado empiecen casi siempre a la hora de enjuiciar sus por adoptar una legislación de Las reglas de «En el caso concreto de la CE, la conductas. competencia. competencia se aplican por política de competencia tiene igual a empresas privadas, una función integradora: organismos públicos o estatales que garantizarla realidad de un sociedades ejercen actividades ecoscuchándole parece como si mercado común en su dimensiónnómicas. la política de competencia En relación con esta pregunta total, evitando su fuese la plasmación de una quisiera señalar el profundo doctrina económica fraccionamiento en mercados contenido social de la política concreta, una especie de nacionales o regionales.» de competencia. La política neoliberalismo puro y duro, de competencia es ¿o me equivoco? E una política de defensa de las libertades económicas, es una garantía de que la libertad de un empresario no va a ser atropellada por una empresa en posición dominante en el mercado o por acuerdos entre otras empresas competidoras. «La política de competencia es metida. A diferencia de la leuno de los instrumentos más gislación norteamericana, el derecho de la competencia eficaces par a hacer realidad el europeo no contempla resfuncionamiento del mercado ponsabilidades penales. único. Pero la supresión total de as normas sobre operalas barreras físicas, técnicas y ciones de concentrafiscales requiere una política de s una política que aseción tienen por finaligura el pleno ejercicio de competencia más enérgica para dad evitar las tomas de la libertad económica de control, que al modificar las esevitar nuevas barreras que los consumidores en sus empresariales pueden podrían boicotear la plena tructuras opciones, que pueden así tomar crear o reforzar una posición su mejor decisión ante una realización del mercado único.» dominante que fuera E amplia gama de productos y un abanico de precios bien diferenciado. -Y ¿cómo se hacen realidad estas ventajas de la política de competencia?; es decir, ¿cómo se aplica esta política de manera efectiva? -Esta pregunta es compleja y exige hacer varias distinciones previas para contestarla debidamente. En esencia, hay dos tipos de normas: reglas aplicables a las empresas y reglas dirigidas a los Estados miembros. A su vez, las normas previstas para las empresas se refieren a dos tipos de ámbito diferente: las que aluden a sus comportamientos y las relativas a sus estructuras empresariales. Las reglas relativas a los comportamientos son aquéllas que impiden que los acuerdos entre empresas, las decisiones de las asociaciones de empresas y las prácticas concertadas impidan, restrinjan o falseen la competencia en el mercado. El sistema comunitario es un sistema de prohibición que define una serie de comportamientos como infracciones y se declara la nulidad de pleno derecho de estos acuerdos restrictivos. La Comisión dispone de instrumentos jurídicos para ordenar investigaciones por sorpresa, a fin de obtener evidencia de las infracciones, y, en su caso, poner fin a las prácticas prohibidas. En caso de infracciones serias se imponen sanciones económicas elevadas para obtener un suficiente efecto disuasorio, la cuantía de la multa se fija en función de la gravedad de la infracción y del período de tiempo durante el que fue co- L incompatible con el Mercado Común. Se analizan las operaciones de fusión o adquisición planteadas, pudiendo adoptarse decisiones de autorización, de prohibición o de aprobación con imposición de cargas y condiciones. La política de ayudas de Estado tiene por objeto analizar las ayudas públicas concedidas por los Estados miembros respecto a la posibilidad de que falseen las condiciones de competencia entre las empresas, para suprimir o modificar aquellas que se consideren incompatibles con el funcionamiento del Mercado Común. Puede incluso llegarse a decretar el reembolso por la empresa beneficiaría de la ayuda, ilegalmente recibida, al Estado que la concedió. -¿Desea añadir algo más? -Creo que es interesante la difusión progresiva de una cultura de la competencia, de forma que esta política no se presenta solamente en su vertiente represiva, de imposición de multas o prohibiciones, sino como una política de afirmación y respaldo de la libertad económica de empresarios y consumidores. De las reglas de competencia derivan no sólo obligaciones para las empresas infractoras, sino, sobre todo, un cúmulo de derechos que los ciudadanos, ya sean empresarios o consumidores, deben conocer para utilizarlos a fondo en defensa de la referida libertad económica. De este decidido uso de estos derechos derivará, sin duda, una mayor eficacia de las empresas y un mayor bienestar de los ciudadanos.