ANÁLISIS DEL RADIO DE LA CARRERA EN LA ESPECIALIDAD DEL SALTO DE ALTURA ESTILO FOSBURY-FLOP: APLICACIÓN PRÁCTICA EN UNA MUESTRA DE SALTADORES MASCULINOS Dra. Covadonga Mateos Padorno, Dr. Juan Manuel García Manso, D. Juan Manuel Martín González y Dña. Mª José Martínez Patiño Introducción. La carrera se considera una habilidad sencilla, instintiva y de las más naturales que como desplazamiento posee el ser humano. Sin embargo, al estar sujeta a unos principios mecánicos muy complejos se le confiere una estructura difícil. Exige la acción coordinada de todas las partes del cuerpo y la aplicación de fuerzas en la dirección adecuada (Dyson, 1962) salvo que sea sometido a un riguroso proceso de aprendizaje y/o automatización. En el alto rendimiento, dominar, controlar y coordinar este gesto con eficiencia es una tarea ardua si las miras están en conseguir altas prestaciones deportivas. Durante una carrera atlética, independientemente de su velocidad y objetivo, se alternan siempre fases de apoyo con fases de vuelo que unidas, configuran cada una de las zancadas que el deportista debe ejecutar durante la misma. Intervienen, principalmente, seis parámetros biomecánicos esqueléticos; en el plano sagital: rotación de la pelvis alrededor del eje vertical, basculación de la pelvis hacia el lado sin carga, flexión de la rodilla durante el apoyo, movimientos de pie y tobillo, coordinación de los movimientos de rodilla y tobillo, y en el plano frontal: desplazamiento lateral de la 1 pelvis. Todos estos componentes garantizan la estabilidad de la unidad locomotora y además permiten la sincronización estabilidad/movilidad de la misma. La carrera en el salto de altura tiene como objetivo lograr la velocidad horizontal óptima y crear las condiciones necesarias para que el C.M. salga proyectado a la máxima velocidad potencial y conseguir la superación del listón. Esto implica aproximarse al mismo en una dirección determinada y despegar con el ángulo adecuado hacia un punto lo más alto posible que coincida con la proyección vertical del listón. Nuestro estudio pretende analizar algunos factores que repercuten en el logro de una correcta carrera de impulso, de forma muy particular, en la variante denominada fosbury–flop, centrando nuestra atención en la trayectoria curva que realiza el saltador y, más concretamente, en el radio de la misma y sus características en una muestra de saltadores españoles de máximo nivel nacional. Trayectoria que realiza el saltador para lograr la velocidad óptima de carrera y facilitar la colocación del cuerpo respecto al listón. Esta modalidad atlética adquiere una serie de características muy definidas y claramente diferenciadas del resto de saltos atléticos. Así, mientras en los saltos de longitud, triple, pértiga u otros estilos de salto de altura, la carrera de impulso se realiza en línea recta, en el fosbury-flop la última parte de la carrera se corre sobre una curva, formando normalmente una trayectoria similar a una J o a una parábola cuyo arco recorrido tiene como límite el inicio de la carrera y como fin el punto de batida. Paolillo (1989) señala que esta forma peculiar de la carrera de impulso facilita al atleta colocar el cuerpo de espaldas al listón permitiendo esquivar de forma sencilla alturas cada vez más elevadas. Por su parte, Farley y González (1996) señalan que esta forma de realizar la aproximación al listón resulta beneficiosa para mejorar la tensión en 2 los apoyos y especialmente el que realiza la batida. Gran parte de este comportamiento se debe a la preactivación de los músculos que se encargan de realizar correctamente la fase de amortiguación de cada uno de los apoyos que componen la parte curva de la carrera. Laffaye destaca esta respuesta del sistema neuromuscular a la hora de controlar la eficacia del comportamiento muscular. Esta forma de efectuar la carrera de impulso ha venido sufriendo diversas variaciones respecto a la carrera original que introdujo Dick Fosbury durante los Juegos Olímpicos de México. En esa competición, el citado deportista utilizó una carrera totalmente en curva, claramente diferente a la de la mayoría de los saltadores que podemos observar en las actuales competiciones internacionales (Juegos Olímpicos, Campeonatos del Mundo, Campeonatos de Europa, etc.). Comparando las carreras modernas con las que se venían ejerciendo vemos que en la actualidad el deportista consigue una mayor velocidad, a la vez que con esta aproximación, puede seleccionar con mayor facilidad el ritmo de ejecución de los apoyos y automatizar de manera más sencilla la forma, la amplitud y la frecuencia de las zancadas. Partiendo de la observación de un elevado número de saltadores incorporados a la élite mundial de la disciplina podemos decir que se han utilizado tres tipos o variantes en la carrera de impulso: carrera curva, carrera parabólica y carrera en jota. Aunque la carrera en J es la más utilizada por los atletas, tanto ésta como la parabólica permiten el logro de mayor velocidad y definir mejor la estructura de la zancada. También, en ambos tipos no hay cambios bruscos de dirección; en el trazado en J por presentar más abierta la parte rectilínea y en el parabólico por presentar más apoyos en curva. En la parte curva de la carrera, además del normal empuje hacia delante que realiza el deportista y de la fuerza que ejerce la gravedad sobre el atleta, se desarrolla una fuerza externa que actúa sobre el C.M. perpendicularmente a la dirección que lleva 3 la carrera. La fuerza resultante entre la fuerza de apoyo y la fuerza centrípeta, tendrá su origen en el pie de apoyo y está dirigida hacia el C.M. (Dapena, 1980). Esta fuerza resultante intenta contrarrestar la fuerza centrífuga a la que se ve sometido el saltador, la cual tiende a expulsarle hacia el exterior de la parte curva de la carrera. El efecto de la fuerza centrífuga no se atribuye a una fuerza real, sino a la inercia: la tendencia de un cuerpo en movimiento a desplazarse a lo largo de una trayectoria en línea recta. Para la mecánica newtoniana, la fuerza centrífuga no existe y plantea que lo que en realidad se observa es simplemente la manifestación de que las rectas según se observan en los sistemas inerciales no corresponden a rectas cuando se observan en sistemas no inerciales. Por lo tanto, en realidad cuando hacemos referencia a la fuerza centrífuga, estamos hablando de una fuerza ficticia que se debe incorporar a las ecuaciones si se insiste en describir los movimientos desde un sistema de referencias no inercial (Goldstein, 1980). Por su parte, Raffin-Peyloz (1986) hablan de que se produce una fuerza ficticia que empuja al saltador hacia fuera, es decir, al exterior de la curva, pero que es compensada por la inclinación del deportista hacia el interior de la curva. De esta manera, el saltador evita hacer un esfuerzo excesivo para contrarrestarla. Los autores mencionados señalan que es necesario destruir el mito de que la fuerza centrífuga es una fuerza tangente al radio de la curva que, almacenada durante la misma, es restituida en el momento de la batida. La fuerza centrífuga no es más que una fuerza ficticia contrarrestada por una fuerza centrípeta de la misma dimensión y dirección opuesta. Ambas fuerzas, la centrípeta y la centrífuga, dependen de la masa del saltador (M), de la velocidad tangencial o velocidad con la que se desplaza el atleta (V) y el radio de la curva (R) que marca la trayectoria hacia el listón (F = M * V2 / R). El radio de la carrera curva. 4 Lucas (1986) señalaba con acierto que la mayoría de los saltadores que utilizan el fosbury-flop no conocen con precisión el radio de la curva de sus carreras de impulso, ignorando incluso el punto exacto donde comienza esta importante fase del salto. Según el autor, muchos atletas adultos aceptan el hecho de mantener por años el mismo patrón de carrera sin introducir ningún cambio. Sin embargo, cualquier técnico sabe que una de las claves para realizar un salto correcto está en ser capaz de encontrar el radio de la carrera curva que resulte más adecuado para cada caso. Es un hecho que el radio está directamente relacionado con la velocidad con la que el deportista entra a la batida. Vélez (2004), a partir de propuestas realizadas por Bauersfeld y Schöter (1979), Schmolinsky (1981) y Heinz (1974), habla sobre el radio de la curva haciéndola dependiente del nivel físico – técnico y la edad de los atletas, proponiendo los siguientes valores: Principiantes: 3-7 metros; Mujeres y Jóvenes: 6-10 metros; Hombres: 8-12 metros. López (1983), por su parte, propone radios entre 6-8 metros para los saltadores noveles y de 8-10 metros para los avanzados. Dapena (1995) sugiere entre 7-10 metros para saltadoras con registros superiores a 1.80 metros y entre 10-15 metros para saltadores que superan alturas de 2.20 metros. Tenemos que tener en cuenta que cuando un saltador corre en curva está provocando esa fuerza centrífuga que tiende a echar al saltador hacia el exterior de la trayectoria que recorre. Para compensar esta fuerza aquel debe correr inclinado hacia el interior de la curva. De esta forma, genera una fuerza centrípeta que depende de los tres parámetros señalados (masa, velocidad y radio de la curva), los cuales, en algunos casos, pueden ser modificados por el saltador. Algunos autores dan a esta fuerza, y a las posiciones que la generan, una importancia que transciende a la mera carrera de impulso, señalando que favorece las posteriores rotaciones que permiten el paso del listón. Sin embargo, no es menos cierto 5 que las inclinaciones del tronco que presenta el saltador en determinados momentos de la carrera desaparecen en el momento final de la batida. No obstante, esa fuerza centrípeta generada durante la carrera en curva, permite un incremento de la tensión que soportan los apoyos, predisponiendo a la musculatura extensora del tren inferior para ejercer máximas tensiones en el momento de la batida (fuerza de empuje = fuerza máxima / desplazamiento vertical de la pierna de impulso; K = Fmax / l). Existe la idea generalizada de que a mayor velocidad de carrera, mayor deberá ser el radio de la curva que se recorra y, por el contrario, cuanto menor sea la velocidad del saltador en su aproximación al listón menor deberá ser el radio de la curva. Sin embargo, aún aceptando la validez inicial de este principio, resulta insuficiente para explicar las diferentes trayectorias curvas que se pueden observar entre los especialistas de esta modalidad. Aspectos como la fuerza, las posibles lesiones y el dominio técnico son, entre otras, importantes variables que permiten alterar el valor del mencionado radio de la curva. Lo ideal sería que cada atleta tuviera conocimiento del radio de la curva que recorre y el punto donde realiza la batida para, de esta manera, determinar con facilidad el punto de inicio de la curva y la trayectoria de esta fase de la carrera de impulso. Para ello, existen numerosas propuestas que pueden determinar la trayectoria más idónea para cada saltador, aunque casi todas ellas parten de datos biomecánicos, que no siempre explican completamente la variabilidad que puede presentar este parámetro. Muchos entrenadores incluso sugieren descubrir y estabilizar la trayectoria mediante el método de ensayo y error (Dapena, 1995). Esta última posibilidad debe ser tomada con preocupación, ciñéndola únicamente a aquellos saltadores que no tienen los medios necesarios o la posibilidad de ser estudiados de forma más exhaustiva y objetiva. 6 Para establecer el radio óptimo de cada sujeto, lo ideal es conocer la velocidad con la que el deportista debe iniciar la batida y la inclinación que es capaz de mantener el saltador en la carrera curva. Todo ello junto con la dirección final de la carrera son datos importantes a estudiar por parte de cualquier entrenador que desee optimizar al máximo el rendimiento de la carrera de impulso de su atleta. Como se ha mencionado, la velocidad es uno de los parámetros que va a determinar la fuerza centrípeta que debe crear el saltador durante la fase curva de la carrera (Fcentripeta = MV2/R), pero también podemos deducir que ésta viene asociada al radio de la trayectoria curva ejecutada. Cuando el radio es constante, la fuerza centrípeta aumentará con la velocidad con la que el saltador realiza la carrera, pero ésta disminuirá cuando aumentamos el radio. Por lo tanto, un radio más grande permite correr con comodidad incrementando la velocidad de entrada y manteniendo el valor de la fuerza centrípeta. Por el contrario, si se reduce la longitud del radio y se mantiene la misma velocidad horizontal en el desplazamiento, se produce un aumento de la fuerza centrípeta que tiene que ser compensada con una mayor inclinación del atleta. Un radio muy cerrado conduciría a una carrera poca cómoda. Un radio demasiado abierto provocaría poca inclinación al interior de la curva. Esto significa que el saltador llegaría a la batida en una posición nada beneficiosa para producir elevación, ya que se produciría poco momento angular lateral, parámetro cuya magnitud, dentro de unos límites facilita el paso del listón; además de que al inicio de la fase de batida, el C.M. estaría demasiado elevado. Método. Muestra. La muestra está compuesta por diez hombres participantes en la prueba de salto de altura del Campeonato de España Absoluto al Aire Libre celebrado en Salamanca. Es 7 necesario señalar que todos los saltadores analizados utilizaron la técnica de salto denominada fosbury-flop. El siguiente cuadro nos aporta las características morfológicas más importantes del universo de estudio. Explicación de la tabla: en la columna donde aparece M. Marca, el primer dato corresponde a la mejor marca conseguida esa temporada, antes del campeonato, mientras que el segundo registro corresponde a la mejor marca de todos los tiempos, hasta final de ese mismo año. CATEGORÍA MASCULINA Atleta Fecha de Estatura Peso Peso / Nacimiento (metros) (Kilos) Talla M. Marca Resultado (metros) (metros) A.Ortiz 18/9/1966 1.90 73 3.84 2.27/2.34 2.26 I.Pérez 12/4/1973 1.95 81 4.15 2.26/2.26 2.21 G. Bécker 17/6/1966 1.84 71 3.85 2.22/2.30 2.21 A. Badolato 9/4/1975 1.92 68 3.54 2.07/2.10 2.15 M. Pagés 5/3/1974 1.90 73 3.82 2.16/2.16 2.12 C. Peña 6/6/1970 1.95 71 3.64 2.12/2.20 2.12 J. Rofes 24/8/1976 1.93 80 4.14 2.18/2.1 (2.23i) 2.08 R. Lozano 25/2/1978 1.88 65 3.45 2.15/2.15 2.04 O.González 8/8/1976 1.93 83 4.30 2.13/2.14 2.04 E.Aramburuzabala 7/2/1979 1.95 80 4.10 2.11/2.11 2.04 Tabla 1. Atletas participantes en el Campeonato de España de 1997. Material. Se utilizaron un total de seis cámaras (2 cámaras JVC modelo TK-128-0 E; 2 cámaras Panasonic modelo WV - F70 E; 1 cámara Panasonic WV-SHS 1; 1 cámara Panasonic Palmcorder NV-S7 E) con sus respectivos accesorios. El tratamiento de las 8 imágenes se realizó en el Laboratorio del Departamento de Biomecánica del Centro de Alto Rendimiento de San Cugat, Cálculo de los radios Los radios de la trayectoria de la carrera de impulso se calcularon a partir de cálculos trigonométricos donde se determinó el radio del arco de la circunferencia descrito por los saltadores/as en esta fase de la carrera. Hemos considerado que se realiza un recorrido de radio fijo entre el inicio y el final de la misma. En la gráfica siguiente se presenta, a modo de esquema, los pasos seguidos para el cálculo de los radios. d S = (D2 + d2)1/2 tgα = d/D ⇒ α = arctg (d/D) S/2 D R S/2 α Sen α = (S/2)/R; R x Sen α = S/2 R = S/2 x Sen α α R = S /(2 x Sen[arctg(d/D)]) R Gráfico 1. Cálculo de los radios. Resultados y discusión. La forma utilizada por la muestra en la trayectoria de la carrera. En nuestro caso, observamos que, entre los saltadores estudiados, seis hacen una carrera parabólica, frente a cuatro que la hacen en J y ninguno de ellos efectúa una curva completa entre el principio y final de la carrera. Hombres 9 Sujeto Carrera AO Parabólica (5 pasos) IP Parabólica (6 pasos) GB Parabólica (5 pasos) AB Jota (5 pasos) MP Parabólica (6 pasos) CP Jota (5 pasos) JR Parabólica (6 pasos) RL Jota (6 pasos) OG Parabólica (5 pasos) Jota (6 pasos) A Tabla 2. Características de la trayectoria de la carrera de impulso en nuestra muestra. El radio real de la curva utilizado por nuestra muestra en la carrera de impulso. Es razonable pensar que la menor velocidad de aproximación de los saltadores y saltadoras nacionales estudiadas se acompañe de unos radios más pequeños en los arcos de circunferencia que describen durante la fase curva de la carrera de aproximación. Esta hipótesis de partida se puede comprobar con la medición directa desde el punto donde se inicia la trayectoria curva (últimos cuatro a cinco pasos), considerando que la trayectoria total hasta el punto de batida corresponde a un arco de circunferencia de radio fijo. Dapena et al (1995) explican que los atletas que van más paralelos a la barra, corren con un radio más cerrado y también necesita menor momento angular frontal y más momento angular lateral para sobrepasar el listón. En estas condiciones, los datos que se describen en la tabla siguiente, corresponden a los valores obtenidos en los sujetos de la muestra masculina (columnas de la izquierda) y de la muestra femenina (columnas de la derecha). 10 Hombres Sujeto Radio (cinco pasos) AO 13.28 metros IP 11.69 metros GB 13.03 metros AB 10.84 metros (a) MP 11.24 metros CP 7.06 metros JR 9.42 metros (a) RL 10.04 metros OG 9.33 metros (a) A 11.08 metros 10.70 (±1.85) Media (SD) Tabla 3. Radios de las curvas. Nota: (a) Últimos cuatro pasos Sin embargo, como podemos comprobar, la media de los valores observados (10.70 ± 1.53 metros), entran dentro de los valores que, desde el punto de vista teórico, corresponderían a sujetos de elevado nivel de rendimiento (H: 8.00-12.00 metros; M: 6.00-10.00 metros). Debemos darnos cuenta de que sólo un saltador (CP) presenta valores claramente inferiores a los que marcamos como límite inferior en el radio de la curva de aproximación, lo que puede quedar justificado por la escasa velocidad con la que entra a la fase de impulso (6.80 m.s-1). La gráfica siguiente, en la que están reflejados todos los sujetos de nuestra muestra, y representa la relación entre el radio empleado en la curva y la velocidad de entrada a la batida, nos muestra que no se cumple la hipótesis de que a mayor velocidad de entrada mayor será el radio utilizado en la curva. 11 13,5 Radio (m) 12,5 11,5 10,5 9,5 8,5 R2 = 0,1447 7,5 6,5 5,50 6,00 6,50 7,00 7,50 8,00 Velocidad en la Batida (m/s) Fig. 1. Relación entre velocidad de batida y radio de la curva. Sí aparece una tendencia algo más relevante a encontrar una relación entre el radio de la curva y la altura de salto, tal y como se refleja en la siguiente gráfica. 15 R ad io ( M ) = 2 6 ,9 2 3 x ( A lt ur a- Sal t o ) - 3 7 ,0 9 2 R 2 = 0 ,7 1 14 13 Radio (m) 12 11 10 9 8 7 R ad io ( H) = 1 4 ,8 6 3 x( A lt ur a- Salt o ) - 2 0 , 9 1 2 R 2 = 0 ,4 1 6 5 1,70 1,80 1,90 2,00 2,10 2,20 2,30 Altura de Salto (m) Fig. 2. Relación entre altura de salto y radio de la curva comparada con otra muestra femenina de igual nivel. Da la impresión que los sujetos de nuestro estudio, que el radio de la curva no obedece a necesidades reales derivadas de la velocidad con la que se corre la fase curva, sino que responde a criterios subjetivos impuestos por el entrenador o quizás porque 12 desde siempre lo ha hecho de esa manera. Podemos decir lo mismo con la abertura de la carrera. Conclusiones. La trayectoria de la fase curva de la carrera de impulso en los sujetos de nuestra muestra presenta comportamientos acordes a las velocidades utilizadas para entrar a la batida. Su forma responde a las elegidas por los especialistas actuales de esta modalidad atlética predominando la forma parabólica en los dos subgrupos de sujetos (hombres y mujeres). Los radios en la competición analizada también responden, salvo excepciones individuales, a la dinámica de carrera utilizada por los componentes de la muestra. Su inferior velocidad media respecto a deportistas de mejor nivel de resultados hace que la trayectoria recorrida entre el inicio de la curva y el punto de batida, la altura del C.M. y la altura de salto, respondan a criterios de racionalidad respecto a los radios encontrados. BIBLIOGRAFÍA Bauersfeld, K. y Schröter, G. (1979). Grundlgen der Leichtaletik. Berlín: Sportverlag. Dapena, J. (1980). Mechanic of translation in the fosbury-flop. Medicine and Science in Sports and Exercise, 12, 1. Dapena, J. (1995). How to design the shape of a high jump run-up. Track Coach, 131. Dyson, G.H.G. (1962). Mecánica del atletismo. Buenos Aires: Stadium. Goldstein, H. (1980). Classical Mechanics. Reading, Mass: Addison Wesley. Heinz, S. (1974). Curved run-up in straddle?. Modern Athlete and Coach, 12, 4. Houvión, M., Prost, R. y Raffin-Peyloz, H. (1986). Tratado de atletismo: Saltos. Barcelona: Hispano Europea. 13 Laffaye, G. (2001). Le saut en hateur en Fosbury et les facteurs de perfomance. 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