Mieloma múltiple Dras María Eugenia Figueroa1 y Claudia Corrado2. 1: Fellow, Dep. Oncohematología; 2: Jefa del Dep. Oncohematología, Academia Nacional de Medicina de Bs As. El Mieloma Múltiple (MM) es una neoplasia de células plasmáticas (CP), caracterizada por la acumulación en la médula ósea (MO) de CP monoclonales, asociada en la mayoría de los casos a la presencia de una inmunoglobulina monoclonal (componente "M"), y que puede cursar con anemia, lesiones osteolíticas, hipercalcemia e insuficiencia renal. Se trata de una patología más frecuente en pacientes de edad avanzada, con una edad media al diagnóstico de 65 años, siendo rara en pacientes menores de 40 años. Los síntomas que con mayor frecuencia suelen motivar la consulta son los dolores óseos, presentes en 70 a 85% de los casos, y aquellos secundarios a la anemia, la cual se detecta en aproximadamente un 60%. Los dolores óseos pueden asociarse a la presencia de fracturas patológicas y aplastamientos vertebrales, siendo de gran importancia el examen neurológico para descartar la presencia de compresiones espinales o radiculares. A su vez, los pacientes se pueden presentar con síntomas secundarios a hipercalcemia (30% de pacientes tienen hipercalcemia, aunque sólo un pequeño porcentaje presenta síntomas), insuficiencia renal (30 % al diagnóstico) e infecciones bacterianas recurrentes. La fiebre no suele acompañar al MM, y cuando se halla presente generalmente suele ser secundaria a episodios infecciosos. DIAGNÓSTICO: Para establecer el diagnóstico de MM son necesarios: 1. Detección de un componente "M" en el proteinograma electroforético de sangre u orina de 24 hs. Dicho componente "M" debe ser caracterizado por la técnica de inmunoelectroforesis o inmunofijación. Aproximadamente, el 55% de los casos corresponden a MM de tipo IgG, 25% IgA, 14% MM tipo Vence Jones o de cadenas livianas y 1-2% IgD. Menos del 2% de los casos de MM corresponden a formas no secretoras, en las que no se puede detectar la presencia de un componente "M" en sangre ni en orina. Son infrecuentes los casos de MM IgM, IgE o biclonales. 2. Demostración de la infiltración de MO por CP monoclonales 3. Evaluación de la enfermedad ósea: se debe realizar un estudio radiológico de todo el esqueleto a fin de valorar la extensión del compromiso óseo por lesiones osteolíticas. En algunos casos la radiografía simple evidencia únicamente una osteoporosis difusa. La RNM ósea (pelvis y columna dorsolumbar) puede resultar de utilidad para evidenciar lesiones óseas que no se visualicen con la radiografía simple. Además, a fin de realizar el diagnóstico diferencial entre MM sintomático y asintomático, y gammapatía monoclonal de significado incierto (GMSI), se deberán realizar hemograma completo, estudios de función renal y calcemia. DIAGNÓSTICOS DIFERENCIALES: GMSI: - Componente “M” en suero < 3g/dl - Infiltración medular < 10% - Sin evidencia de otras enfermedades linfoproliferativas - Sin lesión de órgano blanco MM ASINTOMÁTICO: - Componente “M” en suero 3g/dl y/o - Infiltración medular 10% - Sin lesión de órgano blanco MM SINTOMÁTICO: - Componente “M” sérico y/o urinario (independiente del valor) - Infiltración medular por células plasmáticas clonales o plasmocitoma (independiente del valor) - Con evidencia de daño de órgano blanco MM NO SECRETOR: - Sin evidencia de componente “M” por inmunofijación. Se define daño de órgano blanco a la presencia de: a) hipercalcemia, b) creatinina >2 mg/dl, c) anemia (Hb <10 g/dl o caída de 2 puntos respecto de la Hb basal), d) lesiones osteolíticas o fracturas por compresión secundarias a osteoporosis severa, y e) infecciones bacterianas recurrentes, síndrome de hiperviscosidad o amiloidosis. FACTORES PRONÓSTICOS: Se reconocen múltiples factores pronósticos adversos, entre ellos: a) edad b) performance status c) alteraciones citogenéticas, en particular hipodiploidías, alteraciones del cromosoma 13 y traslocaciones que involucran a 14q d) LDH e) patrón de infiltración de médula ósea y morfología de las células plasmáticas f) índice de marcación de células plasmáticas (plasma cell labeling index) g) presencia de células plasmáticas circulantes Sin embargo, dado que algunos de ellos requieren de técnicas de laboratorio costosas y de alta complejidad, recientemente ha sido propuesto por un grupo cooperativo internacional un nuevo Índice Pronóstico Internacional (IPI) para MM, utilizando únicamente 2 parámetros: la albúmina y la 2 microglobulina sérica (2 MG). Se distinguen entonces tres grupos de riesgo con claras diferencias en cuanto a sobrevida: ESTADIO I: 2 MG < 3.5 y Albúmina > 3.5; con una sobrevida media de 62 meses ESTADIO II: 2 MG < 3.5 y Albúmina < 3.5 ó, 2 MG 3.5 a 5; con una sobrevida media de 44 meses ESTADIO III: 2 MG > 5.5; con una sobrevida media de 29 meses TRATAMIENTO: La GMSI y el MM asintomático no tienen indicación de tratamiento, ya que tres estudios randomizados no pudieron demostrar que el tratamiento precoz ofreciera una ventaja en la tasa de respuestas ni en la sobreviva global (SG). Por este motivo es preferible diferir el inicio del tratamiento hasta la aparición de evidencia de daño de órgano blanco. TRATAMIENTO QUIMIOTERÁPICO: El tratamiento estándar para el MM fue durante años el melfalán, solo o combinado con corticoides, con respuestas globales de aproximadamente un 50%, pero las remisiones completas (RC) son raras. La dosis es de 6-8 mg/m2/día de melfalán por 4-7 días, cada 4-6 semanas, y el tratamiento debe mantenerse hasta que se obtiene una estabilización del componente “M” durante 3 meses y el paciente se encuentra asintomático (fase de meseta o “plateau”). La respuesta al melfalán es lenta, pudiendo requerir varios meses de tratamiento hasta alcanzar la fase de meseta. No se ha demostrado que el continuar administrando tratamiento (mantenimiento), luego de lograda la fase de meseta ofrezca ninguna ventaja en la sobrevida ni en la duración de la respuesta, la cual suele ser transitoria, con una duración menor a los 18-24 meses. La principal desventaja del tratamiento con melfalán radica en su toxicidad acumulativa sobre las células progenitoras de la médula ósea, lo que dificulta la posterior recolección de las mismas para el tratamiento con altas dosis de quimioterapia con rescate con células progenitoras (trasplante autólogo de MO -TAMO-), por lo que hoy en día se reserva el tratamiento con melfalán únicamente para pacientes en quienes no se planee la realización de un posterior TAMO. Múltiples trabajos han intentado demostrar una ventaja para otros esquemas terapéuticos, ya sea con ciclofosfamida o con quimioterapia combinada tipo VAD (vincristinaadriamicina-dexametasona), sin embargo un meta-análisis de la Universidad de Oxford que incluyó datos de 6633 pacientes, demostró que a pesar de que los esquemas tipo VAD tienen una mayor tasa de respuestas (60% vs 53%, p<0.00001), esto no se refleja en una ventaja en la sobrevida. ALTAS DOSIS DE QUIMIOTERAPIA: Dos estudios randomizados comparando tratamiento con quimioterapia convencional versus altas dosis de quimioterapia con TAMO, uno del Intergrupo Francés y otro del MRC (Medical Research Council, del Reino Unido), demostraron una clara ventaja no sólo en cuanto a la tasa de RC, sino también en cuanto a la SG y sobreviva libre de progresión, con diferencias estadísticamente significativas. Una quimioterapia de inducción tipo VAD es generalmente utilizada como citorreducción inicial, seguida luego de la movilización de células progenitoras con una combinación de ciclofosfamida y factores estimulantes de colonias granulocíticas. Un único estudio randomizado comparó los resultados obtenidos con distintos regímenes condicionantes en TAMO de pacientes con MM. El mismo comparó la utilización de melfalán 200 mg/m2 versus melfalán 140 mg/m2 + irradiación corporal total a dosis de 8 Gy. Se constató una desventaja en la sobreviva a 45 meses para el grupo que recibió el tratamiento combinado (45.5 vs 65.8%, p=0,05), mientras que la duración de la respuesta fue similar en ambos grupos (21 vs 20.5 meses, p=0,6), por lo cual se recomienda en la actualidad el condicionamiento con melfalán a altas dosis. Hasta la fecha no existe evidencia que avale la utilización de doble TAMO en estos pacientes, y los pocos trabajos publicados al respecto han sido todos en forma de resúmenes y con resultados contradictorios. Algunos resultados preliminares indicarían que únicamente el subgrupo de pacientes que no alcanzó la RC luego del primer TAMO se beneficiaría con un segundo TAMO. TALIDOMIDA: Desde el trabajo original de Singhal en 1999, que demostrara un 32% de respuestas globales en pacientes con MM recaído o refractario, hasta la fecha se ha acumulado significativa evidencia que demuestra la utilidad de la talidomida en el tratamiento del MM. Estudios posteriores demostraron un efecto sinérgico de talidomida con dexametasona, tanto in vitro como in vivo, obteniéndose respuestas globales que van desde 48 hasta 66% en pacientes recaídos o refractarios. Múltiples trabajos han sido publicados combinando talidomida con esquemas clásicos de quimioterapia para MM, con tasas de respuesta que van desde 47 hasta 93%; sin embargo se trata en todos los casos de estudios pequeños no randomizados. La combinación de antraciclinas con talidomida resultó en todos los casos en un incremento en el número de eventos trombóticos, por lo que en la actualidad se recomienda la utilización de tromboprofilaxis de rutina en estos casos. Dos trabajos, uno del grupo de la Mayo Clinic y otro del MD Anderson, demostraron que la combinación de talidomida más dexametasona es eficaz como tratamiento de inducción en MM, con respuestas globales de 64 y 72%, respectivamente. Al igual que con los esquemas tipo VAD, la mayoría de estas respuestas son parciales. La utilización de talidomida en primera línea no dificulta la posterior recolección de células progenitoras de sangre periférica para TAMO. La dosis óptima de talidomida no ha sido establecida aún, y los trabajos publicados utilizan dosis que van desde 50 a 800 mg/día. Sin embargo, queda claro que a mayor dosis utilizada, mayor es la incidencia de efectos adversos. Entre ellos se destacan la somnolencia (100% de los casos), constipación (hasta 80%), neuropatía periférica sensitivo motora distal y simétrica (30%), rash macular pruriginoso que no suele requerir la suspensión del tratamiento (10-20%), si bien ha habido descripciones ocasionales de casos de eritrodermias tipo síndrome de Steven Johnson. La combinación con dexametasona permitiría disminuir las dosis de talidomida utilizadas, disminuyendo así los efectos adversos. Actualmente se están llevando a cabo estudios en fase II y III con un grupo de drogas derivadas de la talidomida, conocidas como IMIDs. INHIBIDORES DE PROTEOSOMAS (BORTEZOMIB) El inhibidor de proteosomas bortezomib (Velcade), antes PS-341, actúa bloqueando la degradación del inhibidor del NFkB, un factor de transcripción necesario para la expresión de genes involucrados en la desregulación del ciclo celular y la inhibición de la apoptosis. Recientemente se publicaron los resultados del primer estudio con bortezomib, el cual incluyó 202 pacientes recaídos o refractarios. La tasa de respuesta global fue del 35%, incluyendo 10% de RC o respuestas parciales con >90% de reducción del componente “M”. Estudios en fase II y III para el uso del bortezomib tanto en pacientes recaídos así como en primera línea se encuentran abiertos en la actualidad. TRATAMIENTO DE SOPORTE: BIFOSFONATOS Estudios controlados randomizados comparando tanto pamidronato EV como clodronato VO con placebo demostraron un beneficio significativo en la reducción de eventos óseos, una mejoría de la calidad de vida y la disminución del requerimiento de tratamientos quirúrgicos o radiantes, con el uso de dichas drogas. La dosis de clodronato es de 1600 mg/día, mientras que el pamidronato se administra a dosis de 90 mg una vez por mes en infusión EV de 2 horas como mínimo. En pacientes con insuficiencia renal no es necesario reducir la dosis de pamidronato, pero se debe incrementar a 4 horas el tiempo de infusión. El zoledronato EV ha demostrado ser tan eficaz como el pamidronato en la reducción de eventos óseos en pacientes con MM, y tiene la ventaja de poder administrarse en sólo 15 minutos. MANEJO DE LA ANEMIA Aproximadamente dos tercios de los pacientes presentan anemia al diagnóstico, y es aún más frecuente en pacientes con enfermedad recaída o progresiva. Estudios randomizados controlados demostraron un aumento en el valor de hemoglobina y una disminución en el requerimiento transfusional en pacientes con MM que recibieron rEPOhu. Hasta la fecha no se ha demostrado que ningún parámetro clínico o de laboratorio permita predecir qué pacientes responderán al tratamiento con rEPOhu, por lo que una prueba terapéutica con rEPOhu debiera realizarse en todo paciente con MM y anemia sintomática. Además, la rEPOhu está indicada para el tratamiento de la anemia en pacientes con MM e insuficiencia renal crónica. Lecturas Recomendadas: - Harousseau JL. Management of multiple myeloma. Rev Clin Exp Hematol 2002;6:253275. - Samson D. Diagnosis and management of multiple myeloma. Brit J Haematol 2001;115:522-540. - Kumar A, Loughran T, et al. Management of multiple myeloma : a systematic review and critical appraisal of published studies. Lancet Oncol 2003;4:293-304. - Attal M, Harousseau JL, et al. A prospective, randomized trail of autologous bone marrow transplantation and chemotherapy in multiple myeloma. N Engl J Med 1996;335:91-97. - Child JA, Morgan GJ, et al. High-dose chemotherapy with hematopoietic stem-cell rescue for multiple myeloma. N Engl J Med 2003;348:1875-1883. - Singhal S, Mehta J, et al. Antitumor activity of thalidomide in refractory multiple myeloma. N Engl J Med 1999;341:1565-1571. - Rajkumar SV, Hayman S, et al. Combination therapy with thalidomide plus dexamethasone for newly diagnosed myeloma. J Clin Oncol 2002;20:4319-4323. - Weber D, Rankin K, et al. Thalidomide alone or with dexamethasone for previously untreated multiple myeloma. J Clin Oncol 2003;21:16-19. - Berenson JR, Lichtenstein A, et al. Efficacy of pamidronate in reducing skeletal events in patients with advanced multiple myeloma. N Engl J Med1996;334:488-493. - Berenson JR, Hillner BE, et al. American Society of Clinical Oncology clinical practice guidelines: the role of biphosphonates in multiple myeloma. J Clin Oncol 2002;20:37193736. - Use of Epoetin in patients with cancer: Evidence-Based clinical practice guidelines of the American Society of Clinical Oncology and the American Society of Hematology. J Clin Oncol 2002;20:4083-4107.