Ricardo Yáñez Velasco Capítulo Quinto DELITOS SOCIETARIOS I. GENERALIDADES 1. El artículo 290 CP encabeza los llamados delitos societarios y se encuentra enunciado en el Capítulo XIII del Título XIII del Libro II del CP, habiendo sido una de las novedades más subrayadas de la reforma penal efectuada en 1995268. Sin perjuicio del socorrido apunte al artículo 129.2 CE, su extensión al campo del Derecho privado obliga citar numerosas concordancias normativas, destacando el CC (artículos 1.692 a 1.696), el CCom (artículos 116 a 174), la LSA (artículos 7 a 35 y 25 a 143) y el RRM (artículos 124, 138 a 148 y 214). 2. La influencia constante que en esta materia ha desarrollado el Derecho comunitario269, configura una característica amalgama de actividades cada vez más desvinculadas de los límites fronterizos nacionales. Conviene señalar, en este sentido, que se incorpora la disciplina comunitaria sobre la autocartera indirecta (Directiva 92/101/CEE), y la disciplina contable acomodada a las Directivas del Consejo 80/604/CEE y 90/605/CEE, ambas de 8 de noviembre de 1990, modificadoras parciales de las Directivas 78/660 y 83/349, sobre cuentas anuales de determinadas formas de sociedad y sobre cuentas consolidadas. 268. Cfr., en general, Patricia FARALDO CABANA, Los delitos societarios. Aspectos dogmáticos y jurisprudenciales, Tirant lo Blanch, Valencia, 2000; Adán NIETO MARTÍN, Derecho penal económico, Ariel, Barcelona, 2001; y la última edición de la obra sobre el Derecho penal económico de Martínez-Buján (Tirant lo Blanch, Valencia, 2002). 269. Cfr. Juan TERRADILLOS BASOCO, Delitos societarios: El Derecho penal de las sociedades mercantiles a la luz de nuestra adhesión a la C.E.E., Akal, Torrejón de Ardóz (Madrid), 1987. - 199 - Ricardo Yáñez Velasco II. EL BIEN JURÍDICO PROTEGIDO 1. Más que pretender una especialización hasta cierto punto ficticia de tipos tradicionales, como la estafa, la apropiación indebida y variadas falsedades, la individualidad de los delitos societarios principalmente descansa en el bien jurídico protegido. El delito común de falsedad documental, estafa o apropiación indebida puede encontrar serios obstáculos de aplicación cuando la relación jurídica base de la conducta típica se efectúe entre administradores y socios, administradores y terceros o entre socios. En estos casos, además, resulta difícil delimitar la existencia y alcance de un perjuicio efectivo, si es que llega a producirse. La protección penal que se persigue con estos delitos se centra en el alcance global del mercado financiero, cosa que afecta a la economía en general y especialmente al posible perjuicio de aquellos grupos sociales dependientes directa o indirectamente de la sociedad mercantil objeto de la acción criminal. De este modo, la función social de la propiedad privada, reconocida con el artículo 33.2 CE, supera la protección del interés privado. 2. La acción criminal descrita en todos los tipos societarios se circunscribe a las actividades de sociedades que actúan en el mercado, mas no importa que tenga lugar en relación con otras sociedades o particulares, o con respecto de las autoridades destinadas al control del funcionamiento lícito de una empresa en cuestión. O bien en el ámbito interno, es decir, en las relaciones de la sociedad con los socios y sus administradores, o de estos entre sí. Es lo cierto que la insolvencia mercantil que pudiera generar la acción descrita como delito societario afecta a múltiples acreedores con intereses individuales. Pero su cúmulo o conjunción incide en una necesidad de protección plural, conectada sin remedio al menoscabo de eventuales socios de la empresa que nada tiene que ver con el criminal, y principalmente al perjuicio causado en la comunidad social desde una perspectiva económica y financiera. Naturalmente, esto último estará muy relacionado con el volumen o alcance de la actividad de la sociedad mercantil concursada. - 201 - Ricardo Yáñez Velasco III. FALSEAMIENTO DE LAS CUENTAS ANUALES 1. El principio de buena fe en el funcionamiento de una economía liberal ha caracterizado el intento de corregir y castigar las conductas desviadas, que incluyen la falta de veracidad en los datos sobre la situación económica de las empresas -información que en buena parte ha de constar públicamente-. 2. Obvia decir que la publicidad ordenada en la Ley de nada serviría para los operadores mercantiles si no se asegurase la denominada imagen fiel, propia de los deberes contables y publicidad de los balances y cuentas anuales prescritos en el artículo 34.2 Ccom y 172.2 LSA. El artículo 290 CP establece que “los administradores, de hecho o de derecho, de una sociedad constituida o en formación, que falsearen las cuentas anuales u otros documentos que deban reflejar la situación jurídica o económica de la entidad, de forma idónea para causar un perjuicio económico a la misma, a alguno de sus socios, o a un tercero, serán castigados con la pena de prisión de uno a tres años y multa de seis a doce meses. Si se llegare a causar el perjuicio económico se impondrán las penas en su mitad superior”. III.1. Tipo objetivo 1. Se trata de un delito de tendencia o resultado truncado, por cuanto basta el riesgo de perjuicio económico o evaluable en dinero. De producirse efectivamente aplicaríamos un incremento penológico por indicación del subtipo agravado recogido en el último párrafo del artículo 290 CP. Como delito de peligro su nota instrumental impide esperar al perjuicio patrimonial y eludir la ineficacia del tipo. En este sentido es más raro establecer multas en función del beneficio obtenido por el criminal, teniendo en cuenta que la conducta típica no requiere ningún beneficio para su consumación, ni tampoco la efectividad del perjuicio. En cualquier caso, se ha subrayado la dificultad de probar contabilizaciones del lucro ilícitamente obtenido -que obligarían a optar por la privación de libertad en vez de - 203 - Concurso de acreedores y Derecho Penal multa-, cuando es probable que ese tipo de supuesto se muestre menos grave que otros donde efectivamente se constaten enormes beneficios270. 2. La acción típica ha de desenvolverse en una sociedad, sea constituida o en formación, lo que configura su presupuesto material. No genera dudas el término “constituida”, en tanto vendrá directamente definido por la normativa reguladora de la sociedad de que se trate; mientras que la expresión “en formación” refiere al trámite fundacional, lo que implica la voluntad asociativa entre varias personas. La LSA recoge este tipo de trámite en su artículo 15, precepto de aplicación a las sociedades de responsabilidad limitada (artículo 11.3 LSRL). A su vez, conviene retener que el artículo 16.1 LSA menciona la sociedad irregular como la que no se encuentra inscrita en el Registro Mercantil precluído el tiempo para ello, pero admitiendo a un tiempo la eficacia jurídica de sus operaciones bajo la regulación prevista para las sociedades colectivas o civiles (artículo 16.2 LSA)271. El propio texto del artículo 297 CP ofrece una interpretación auténtica de “sociedad”, para lo que exige la permanente participación en el mercado para cumplimiento de los propios fines. El precepto ofrece una lista abierta, que incluye expresamente cooperativas, Cajas de Ahorros, Mutuas, entidades financieras o de crédito, fundaciones o sociedades mercantiles. Se rechazan sujetos jurídicos que realizan operaciones mercantiles esporádicas, pero el numerus apertus del artículo 297 CP plantea analizar las comunidades de bienes, sociedades civiles y unidades económicas formadas por agrupación de personas. De esta enumeración se esquiva a las primeras por carecer de relaciones externas propias, y tampoco existe dificultad para rechazar las unidades temporales de empresas o las cuentas de participación. La doctrina entiende, en este sentido, que nos conducimos hasta el concepto mercantil de “empresario”, y por consiguiente a la empresa constituida por personas colectivas o empresarios sociales, sin 270. En este sentido José Manuel VALLE MUÑIZ, “Artículo 292”, en Comentarios a la Parte..., cit., pág. 675. 271. Sobre este tema cfr. Andrés DE LA OLIVA SANTOS, La sociedad mercantil irregular, Ediciones de la Universidad de Navarra, Pamplona, 1971. - 204 - Ricardo Yáñez Velasco olvidar la sociedad limitada unipersonal (de un solo accionista o socio)272. La inscripción registral mercantil de una sociedad anónima le otorga personalidad jurídica en virtud del artículo 7 LSA. Antes de ello no está “constituida”, por lo que hablaremos de sociedad en formación. Como tal aglutinará todo acto y contrato celebrado antes de la inscripción, incluyendo la escritura pública de constitución. 3. La sociedad en liquidación es mercantil, en tanto mantiene la personalidad jurídica (artículo 264 LSA), por lo que los liquidadores de una sociedad disuelta pueden ser autores de la conducta tipificada en el artículo 290 CP, cuando en virtud del artículo 272 LSA suscriban el inventario y balance inicial al comenzar la liquidación de la sociedad y su balance final. 4. Se advierte alguna repetición en el texto legal, pues la cooperativa es sociedad mercantil, y la caja de ahorros una entidad de crédito. Por su parte, la “análoga significación” hace plausibles las sociedades de inversión inmobiliaria o las sociedades gestoras de fondos de pensiones, pero siempre y cuando para cumplir con sus fines participen de modo permanente en el mercado. Valle Muñiz dudaba de la incorporación en el concepto de sociedades de las civiles o de las comunidades de bienes que encubren una participación 273 real en el mercado . Defendía en cambio, al menos para estas últimas, utilizar la figura de la sociedad mercantil irregular274. De otro lado, este autor señalaba que tanto las cooperativas, cajas de ahorro, mutualidades, entidades financieras o de crédito y fundaciones carecen de Junta General de accionistas o Consejo de Administración; y para algunas conductas tipificadas como delito societario esto supone un obstáculo a la vista del principio de legalidad penal y su característica rigidez, sin dar cabida a analogías in malam partem. Concluía por tanto en la laguna de punibilidad275. 272. Y véase la extensión a la sociedad anónima unipersonal según Disposición Adicional Segunda.23 LSRL. 273. José Manuel VALLE MUÑIZ, “De los delitos societarios”, cit., pág. 662. 274. José Manuel VALLE MUÑIZ, últ. ob. cit., pág. 666. 275. José Manuel VALLE MUÑIZ, últ. ob. cit., pág. 662. - 205 - Concurso de acreedores y Derecho Penal 5. La falsedad de la conducta criminal debe ser idónea para causar el resultado típico, es decir, para generar el perjuicio de quien entonces se determina como sujeto pasivo del delito. A estos efectos el artículo 390 CP puede servir como criterio interpretativo de la acción falsaria. Como veremos más adelante al estudiar las falsedades documentales, un particular resulta impune aunque falte a la verdad en la narración de los hechos, pues tal acción sólo es punible para una autoridad o funcionario público. Sin embargo la falsedad ideológica efectuada a través de un documento mercantil no puede quedar impune para el particular que la comete en perjuicio de una sociedad, los socios de ésta o cualquier tercero. No habrá punición en virtud del artículo 390 CP276, pero por especialidad del artículo 290 CP se impone su castigo penal como tipo societario. 6. El objeto del falseamiento se identifica con cualquier documento que sirva para reflejar públicamente la situación jurídica o económica de la sociedad, por lo que la cita del precepto a las cuentas anuales sólo es muestra del numerus apertus escogido por el legislador. En ese concreto supuesto, precisamente, hay que acudir al artículo 172 LSA (en relación con el artículo 34 Ccom), donde leemos que las cuentas anuales como constitutivas de una unidad comprenderán el balance, la cuenta de pérdidas y ganancias y la Memoria277. Asimismo, el informe de gestión resulta fundamental para mostrar la situación económica de una sociedad, pero no forma parte de la noción de “cuentas anuales”. No obstante, la expresión “otros documentos”, mucho más laxa, puesta en relación con el artículo 171 LSA permite incluir susodicho informe, así como la propuesta de aplicación de resultado o el informe de gestión consolidado. Entre esos otros documentos destacaría el balance periódico que toda sociedad que cotice sus acciones en Bolsa ha de presentar ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores, al margen de que mucha otra documentación pueda servir como prueba de cargo (vgr. el informe de auditoría, artículo 208 276. Siempre y cuando no concurra otra modalidad falsaria; v. STS de 25 de septiembre de 2000. 277. Dividiendo el primero en activo y pasivo según las prescripciones de los artículos 175 y ss. LSA; separando la segunda en ingresos y gastos del ejercicio, y por diferencias su resultado; y el tercero completando, ampliando y comentando la información ofrecida con lo anterior (artículos 35.3 Ccom y 200 LSA). - 206 - Ricardo Yáñez Velasco LSA). El libro de actas también puede reflejar conductas penalmente reprochables, siempre y cuando venga redactado por el autor idóneo en este delito especial. No lo es un secretario si al tiempo no es consejero, sin perjuicio de que pudiera participar en la acción criminal del sujeto activo del delito. El límite interpretativo se encuentra en el concepto legal penal del artículo 26 CP. Recuérdese, por último, que los grupos de sociedades deben presentar las cuentas anuales y el informe de gestión de un modo consolidado (artículos 42 y ss Ccom., 171 y ss. LSA, 372 y ss. RRM). 7. Las cuentas anuales que equivocan a terceros sobre la situación económica de una empresa pueden consistir en suprimir del pasivo deudas existentes, o introducir en el activo partidas falsas. También genera errores jurídicos la simulación de relaciones con otras sociedades o terceros. Conseguir créditos de ese modo, con la simple documentación de datos falsos, conduciría a la estafa procesal, atípica como lo es la falsedad documental. Cuando este tipo de conducta no perjudique acaso podría plantearse tentativa de estafa, pero el particular se cubre con el delito societa278 rio . Se trata de una falsedad ideológica no despenalizada (STS de 11 de julio de 2000). 8. El eventual daño moral, acaso inscribible en una responsabilidad civil, resultaría irrelevante a efectos penales, no así las pérdidas de imagen social, siempre que el déficit comercial redunde en una consecuencia financiera negativa para los beneficios sociales. Y una tercera vía de responsabilidad civil se conseguiría con la acción directa del perjudicado contra los aseguradores en el proceso penal (artículo 76 LCS)279. Por último, la responsabilidad subsiste aunque se cese en las funciones desempeñadas que permitieron actuar ilícitamente. Y también aun cuando el acto o acuerdo lesivo se autorizase, ratificase o aceptase por la Junta 278. Jesús María SILVA SÁNCHEZ, “El Derecho penal bancario en España”, Actualidad Penal, 1994-2, pág. 907. 279. Luis-Román PUERTA LUIS, “La responsabilidad civil de las compañías aseguradoras en los casos de hechos dolosos”, en Fenómenos delictivos complejos, Escuela Judicial, Consejo General del Poder Judicial, Madrid, 1999, págs. 13 a 50. - 207 - Concurso de acreedores y Derecho Penal General de accionistas -u órgano equivalente en sociedades que carezcan de ella-. III.2. Tipo subjetivo Este delito es de naturaleza dolosa de necesidad, y la intención criminal debe comprender tanto el conocimiento de la falsedad documental mercantil como su idoneidad para perjudicar económicamente. Dentro del concepto doloso, sin embargo, cabe discutir entre el dolo eventual o el dolo de peligro, y se afirma innecesario que el dolo abarque la certeza del daño. Basta conocer la idoneidad de la falsedad para causar un perjuicio económico. El elemento intencional consiste en el conocimiento de la irregularidad. III.3. Sujetos 1. El concurso de acreedores confeccionado por la actual legislación concursal sirve tanto para sujetos civiles como mercantiles, unificando el antiguo concurso de acreedores y la quiebra, pero como es lógico en el primer supuesto no podremos hablar de delitos societarios, sino acudir a otras tipologías criminales. 2. Se trata de un delito especial propio o de propia mano, por cuanto el autor sólo puede ser el administrador, de hecho o de derecho, de la sociedad mercantilmente obligada a reflejar documentalmente su situación jurídica y económica. Sujeto activo del tipo cometido en el seno de una sociedad en formación es quien hubiere celebrado el acto o contrato a ella atribuido. Si hay varios partícipes lo serán todos ellos solidariamente. Quienes no sean administradores sólo podrían participar criminalmente de la acción típica, como inductores, cooperadores necesarios, cómplices o, incluso, autores mediatos. 3. Obtener un crédito fraudulentamente, sirviéndose de falsificaciones de las cuentas anuales realizadas por asesores o contables de una empresa, que luego firma con conocimiento de su falsedad el administrador de la - 208 - Ricardo Yáñez Velasco sociedad, hace a este último autor del delito del artículo 290 CP, mientras que los anteriores serían cooperadores necesarios280. De hecho, en términos generales los auditores de cuentas podrán ser considerados inductores, cooperadores necesarios o cómplices, pero no autores a pesar del texto del artículo 211 LSA. Y por supuesto es viable la cooperación necesaria, también, de los asesores jurídicos. 4. Como hemos ido viendo, con la salvedad del artículo 292 CP el sujeto activo es cualificado en tanto nos encontramos con delitos especiales propios, que sólo pueden cometerse por administradores de hecho o de derecho, tema éste característico en los concursos punibles, pero que no debe confundirse con la pretendida comisión de delitos por parte de personas 281 jurídicas . 5. Al ser el propio mercado el que padece las consecuencias de una conducta delictiva como la descrita anteriormente, que cercena la buena fe en el tráfico mercantil, trasluce con ello un perjuicio a toda la sociedad. Pero más concretamente el sujeto pasivo serán los terceros, como personas físicas o jurídicas ajenas a la sociedad constituida o en formación que no refleje públicamente su verdadera realidad. Ahora bien, siendo el agente o autor el administrador, también los socios de la entidad administrada -o ésta misma-, pueden ser perjudicados, y por lo tanto sujetos pasivos del delito. III.4. Concurso penal 1. Sabemos que como delito de peligro basta la idoneidad de la conducta para causar un perjuicio, pero si finalmente existiera este último y el tipo de estafa supusiera una pena mayor, será aplicable el segundo por regla de alternatividad (artículo 8.4ª CP). 2. El problema reside en renunciar a la última regla del concurso aparente de normas por defender el carácter especializante (artículo 8.1ª CP) 280. Elena NÚÑEZ CASTAÑO, La estafa de crédito, Tirant lo Blanch, Valencia, 1997, págs. 378 y ss. 281. Cfr. infra, Capítulo Décimo. - 209 - Concurso de acreedores y Derecho Penal como guía preponderante en la resolución del concurso impropio. Consideramos que no se advierte ninguna jerarquía de especialidad entre ambos tipos para permitirlo. - 210 - Ricardo Yáñez Velasco IV. IMPOSICIÓN DE ACUERDOS ABUSIVOS El artículo 291 CP establece que quienes “prevaliéndose de su situación mayoritaria en la Junta de accionistas o el órgano de administración de cualquier sociedad constituida o en formación, impusieren acuerdos abusivos, con ánimo de lucro propio o ajeno, en perjuicio de los demás socios, y sin que reporten beneficios a la misma, serán castigados con la pena de prisión de seis meses a tres años o multa del tanto al triplo del beneficio obtenido”. IV.1. Particularidades sobre el bien jurídico que se protege 1. El derecho de voto es personalísimo en las sociedades anónimas, y el accionista no puede transmitirlo sin hacer lo propio con sus acciones, con independencia de su ejercicio en persona o por representante282. 2. Como derecho individual es esencial, sin que quepa su derogación por los estatutos sociales o la Junta general. Caso de que las acciones sean embargadas, el sujeto llamado a votar seguirá siendo el propietario y no el depositario judicial de aquéllas. IV.2. Tipo objetivo 1. La conducta típica se compone del prevalimiento, que más allá del uso de la mayoría -definidor por sí mismo de la posición dominante-, abunda en la noción de abuso edificada sobre el artículo 7.2 CC. Esto comporta conductas que imponen a la minoría el acuerdo tomado en su perjuicio, que habrá de ser válido según las normas legales que lo rijan específicamente, excluyendo pues los pactos nulos. Pero también requiere un perjuicio para los socios minoritarios únicamente, o al menos para uno de ellos pese al plural del texto legal. Se margina de ese modo el acuerdo lesivo a los intereses sociales (su vía impugnativa en el artículo 115 LSA, apli282. Como es sabido el voto es un derecho que puede negarse cuando se reciben bonos de disfrute por el reembolso de acciones amortizadas (artículo 48.3ª LSA) o con la mora del accionista (artículo 44.1 LSA). - 211 - Concurso de acreedores y Derecho Penal cable a las sociedades de responsabilidad limitada), sin olvidar que el precepto introduce un elemento negativo del tipo, cual es la expresa ausencia de beneficios sociales. De ahí se afirma penalmente atípica la conducta que depara beneficios sociales; aunque siempre sería posible realizar una auditoría o una pericia contable en orden a determinar los beneficios económicos propios y los que se asignan a la cuenta de la sociedad283. De existir beneficio hablaríamos de licitud en la actuación mayoritaria, aunque ésta fuese contra los intereses de algunos socios; pero no sería plausible un inmediato beneficio de alcance nimio tras el cual se aprecien consecuencias negativas perdurables, objeto inicial de la intención criminal. 2. Mientras algunos autores configuran un delito de lesión o resultado, otros afirman que se trata de un delito de peligro concreto, a consumirse con la mera adopción del acuerdo abusivo, como acción de mera actividad. Creemos que esto último debe negarse porque resulta imposible según el propio tenor literal del precepto, que recoge pena de multa como alternativa a la prisión, a determinar según el beneficio obtenido por el sujeto activo, lo que impone el correlativo perjuicio del sujeto pasivo. En fin, sin el lucro no podría calcularse el quantum de la sanción pecuniaria. Podría criticarse la extrañeza de una pena de multa en un delito como el que comentamos y proponer un cambio de lege ferenda. Pero de lege data el menoscabo económico de la víctima se anuda al lucro del criminal, sea propio o ajeno, lo que inmediatamente sugiere la existencia de una lesión. 3. La expresión “por cualquier otro medio o procedimiento semejante” es abiertamente indeterminada, y puede cometerse con fraude, violencia, intimidación o amenaza. Por su parte, en las grandes sociedades es habitual el uso de la firma en blanco, pero mientras su abuso se dirige habitualmente a las falsedades documentales, o por concurso medial con la estafa (la falsaria), es un punto controvertido en el delito societario. 284 Para cierta doctrina dicha práctica resulta hasta imprescindible , mien283. En igual sentido José Antonio MARTÍN PALLÍN, “Los delitos...”, cit., pág. 319. 284. José Manuel VALLE MUÑIZ, “Artículo 292”, en Comentarios a la Parte..., cit., págs. 677 y 678. - 212 - Ricardo Yáñez Velasco tras que para otros supone una corrupción que debe ser erradicada como mecánica usual285. IV.3. Tipo subjetivo 1. El animus o intención de lucrarse supone un elemento subjetivo del injusto; mas frente al clásico perjuicio puramente económico -y así lucro correlativo como incremento patrimonial-, debe acogerse el beneficio jurídico del concepto, extendido a otros beneficios -por ejemplo relativos al ejercicio de los derechos sociales, suprimiéndolos u obstaculizándolos-, pero sin alcanzar las conductas propias del artículo 293 CP. Con todo, la exigencia del ánimo de lucro en el artículo 291 CP ha sido considerada fuente inútil de problemas probatorios, y con ello apta para conducir estos tipos penales hasta la ineficacia286. 2. Hay autores que niegan el tipo tendencial en el delito del artículo 291 CP en tanto existe multa proporcional, sanción pecuniaria que en este caso no podría calcularse sin un perjuicio efectivo, sin un resultado287. IV.4. Sujetos 1. El precepto que se comenta castiga la deslealtad de la mayoría social con respecto a la minoría, lo que particulariza al sujeto activo del delito, que sólo puede serlo quien ostente una posición dominante en la empresa. Aunque la expresión literal del precepto es genérica (“los que”), afrontamos un delito especial propio, que por extensión también cualifica al sujeto pasivo: el socio ajeno a esa posición de dominio, y por ende minoritario. Y de nuevo, a pesar del plural de la expresión legal antes apuntada, es posible que el autor sea una sola persona, bien por concurrir en ella la 285. José Antonio MARTÍN PALLÍN, “Los delitos...”, cit., pág. 325. 286. Francisco MUÑOZ CONDE, Derecho…, cit., pág. 459. 287. Cándido CONDE-PUMPIDO FERREIRO, Contestaciones..., II, cit., p. 280. El mismo autor no entiende necesaria la causación de perjuicio efectivo en el tipo del artículo 292 CP -que también contiene multa proporcional-, aunque niega el dolo eventual, pero por otras razones; íd., p. 281. - 213 - Concurso de acreedores y Derecho Penal mayoría social necesaria, bien por ser administrador único. En cualquier caso, el agente debe ser un socio o administrador social, pues ningún otro sujeto forma parte de la Junta de Accionistas o llega a formar parte del Órgano de la Administración de la sociedad288. Seguirá siendo autor aunque actúe a través de representante, convirtiendo a éste en cooperador necesario. 2. La mención al órgano de la administración permite referirnos a cualquier empresa de las recogidas en el artículo 297 CP, pero la acotación “Junta de accionistas” limita la conducta a las sociedades por acciones, sugiriendo la controversia: mientras que la interpretación auténtica del artículo 297 es básicamente pacífica, no existe una definición legal de “accionista”. Para solucionarla, la doctrina científica ha considerado que se trata de cualquier componente de la sociedad que resuelva su voluntad deliberante en reuniones de algún tipo, aunque técnicamente -según la terminología- no se denominen “Junta de accionistas”. IV.5. Concurso penal Cuando se aprecie progresión delictiva es posible que el delito societario, entendido como tipo de peligro, sea absorbido por el daño real y efectivo causado sobre patrimonios ajenos, que constituiría delito de resultado 289 material de lesión. Si no fuese así se plantearía el concurso de delitos . 288. Se ha considerado un error redactar “Junta de accionistas o el órgano de administración”, en vez de “...en el órgano de administración”. 289. Cfr. José Manuel VALLE MUÑIZ, “Artículo 292”, en Comentarios a la Parte..., cit., pág. 679. - 214 - Ricardo Yáñez Velasco V. IMPOSICIÓN DE ACUERDOS LESIVOS Establece el artículo 292 CP que serán castigados con la pena de prisión de seis meses a tres años o multa del tanto al triplo del beneficio obtenido “a los que impusieren o se aprovecharen para sí o para un tercero, en perjuicio de la sociedad o de alguno de sus socios, de un acuerdo lesivo adoptado por una mayoría ficticia, obtenida por abuso de firma en blanco, por atribución indebida del derecho de voto a quienes legalmente carezcan del mismo, por negación ilícita del ejercicio de este derecho a quienes lo tengan reconocido por la ley, o por cualquier otro medio o procedimiento semejante, y sin perjuicio de castigar el hecho como corresponde si constituyese otro delito”. V.1. Tipo objetivo 1. Las tres modalidades recogidas en el precepto se dividen en la adopción e imposición de un pacto lesivo y en su aprovechamiento, aunque éste puede repercutir en un tercero. El concepto penal normativo referido al “acuerdo” se apoya en su capacidad de lesionar, pero también supone una mayoría ficticia en su adopción y, sobre todo, que haya tenido lugar por medios fraudulentos. Estos se enumeran ad exemplum, aún exigiendo en todo caso una nota común o análoga que les vincule. El término “mayoría” depende del tipo de sociedad, siéndolo del capital para las sociedades anónimas, de responsabilidad limitada, y comanditaria por acciones; y siéndolo de las personas que la formen si se trata de sociedad colectiva o comandita simple. A su vez, se obtendría tanto a través de una Junta General como de una Asamblea General o Junta Directiva, Patronato u otro órgano de decisión de similar naturaleza. Ahora bien, la lesividad del acuerdo no debe confundirse con el concepto mercantil definido en la LSA (artículo 115 en sus dos primeros apartados), más restringido por limitar el beneficio del acuerdo hacia uno o varios accionistas o terceros (vgr. garantizando o privilegiando determinados créditos contra la sociedad), con la obvia contrapartida social para los intereses de la sociedad (en ese ejemplo también contra los créditos no privilegiados de otros socios). - 215 - Concurso de acreedores y Derecho Penal 2. Con la impugnación de acuerdos parece inevitable que se superpongan las acciones penales y las civiles. Efectivamente, la impugnabilidad o anulabilidad de una conducta que también se criminaliza permite solapar la acción mercantil de impugnación (incluso ejercida por la administración concursal de un proceso concursal) y la acción penal. Esto permite un método coactivo y la denuncia penal infundada, pero también el proceder de oficio tras la mera denuncia y el sostenimiento de la acción por parte del fiscal. Además, es sabido que la acción mercantil de anulabilidad caduca a los cuarenta días -contando inhábiles- (artículos 116.2 LSA ó 56 LSRL), mientras que el plazo es mucho mayor en el juicio penal, por estar ligado a la prescripción del artículo 131.1 CP. En cambio, la acción de nulidad (contra acuerdos de la Junta contrarios a las leyes), que en principio tiene un plazo de caducidad anual -contando de fecha a fecha-, puede superarse si la causa o contenido del motivo de nulidad reside en vulneración del orden pública. 3. En la conducta típica se incluye la negación ilícita del ejercicio del derecho al voto mercantilmente regulado, concluyendo con un sistema de cierre análogo: “otro procedimiento semejante”, tanto en el modus ilícito o en fraude, como en la orientación de obtener una mayoría social aparente. 4. El numerus apertus ha de contener el abuso de firma en blanco y la atribución indebida del derecho de voto a quien carece de él, sea por privación legal del mismo, sea por faltar las condiciones que permiten su otorgamiento. La atribución indebida de voto se conforma como norma penal en blanco, a deducir de la norma mercantil sustantiva correspondiente (vgr. artículos 105 y ss. LSA). 5. El artículo 292 CP se extiende a los socios sin que la mayoría del acuerdo se limite a la Junta de accionistas de una sociedad anónima. Como es posible cualquier sociedad de las citadas en el artículo 297 CP, no tendremos que buscar analogías con susodicha Junta allí donde ésta, como tal, no exista. 6. La consumación sobreviene con la producción del acuerdo lesivo, que es el resultado de la conducta típica, aunque la modalidad de aprovecha- 216 - Ricardo Yáñez Velasco miento requiere, precisamente, el provecho propio o de tercero. El error de tipo sobre la causa legal para negar o impedir el ejercicio de los derechos protegidos por el Derecho de sociedades hace atípica la conducta, incluso en los casos de vencibilidad290. Obvia decir que si quien pretende beneficiarse no lo consigue, pero ha impuesto el acuerdo o lo ha efectuado, su acción podría constituir per se la primera o segunda de las modalidades típicas. Ahora bien, si hiciera las tres cosas a nuestro entender no presenciaremos tres delitos de tracto sucesivo, sino un concurso real. V.2. Tipo subjetivo y sujetos 1. Para el tipo subjetivo no varía lo dicho al respecto del artículo 291 CP, donde igualmente se subraya que exigir ánimo de lucro perjudica la eficacia del delito al dificultar inútilmente su prueba en el proceso penal291. 2. La autoría no está cualificada en estos casos, por lo que no hablaremos de un delito especial propio. Cualquiera puede llevar a cabo la conducta típica, y sus actos podrían deparar responsabilidad criminal independiente y paralela a la comisión de la conducta descrita en ese artículo 292 CP. El sujeto pasivo se limita al perjudicado deducido del texto legal. V.3. Concurso penal 1. No cabe hablar de tentativa cuando no se consigue constituir una mayoría, aunque según los casos podría castigarse el proceder falsario por sí mismo, es decir, como delito de falsedad documental292. 2. El texto del artículo 292 CP permite absorber la conducta descrita en el artículo 293 CP si existe una ilícita privación del derecho de un socio a votar, pues tal cosa impide la participación tanto de la gestión como del control social. 290. José Manuel VALLE MUÑIZ, “Artículo 293”, en Comentarios a la Parte..., cit., pág. 681. 291. Francisco MUÑOZ CONDE, Derecho..., cit., pág. 459. 292. José Antonio MARTÍN PALLÍN, “Los delitos...”, cit., pág. 325. - 217 - Ricardo Yáñez Velasco VI. IMPEDIMENTO DE DERECHOS SOCIALES El artículo 293 CP prescribe que “los administradores de hecho o de derecho de cualquier sociedad constituida o en formación, que sin causa legal negaren o impidieren a un socio el ejercicio de los derechos de información, participación en la gestión o control de la actividad social, o suscripción preferente de acciones reconocidos por las leyes, serán castigados con la pena de multa de seis a doce meses”. 1. Ha de comenzarse diciendo que el derecho al voto es parte de la gestión o control de la sociedad, pero considerar su negativa u obstaculización como un modo de gestionar o controlar, según la expresión textual del artículo 293 CP, para algunos plantea “una cierta prejudicialidad civilmercantil”293. Se entiende posible el dolo eventual294. 2. Se protege el funcionamiento interno de la sociedad, lo que conlleva la tutela de los derechos de los propios socios. La acción típica reside en negar o impedir un derecho social reconocido en la Ley, por lo que la enumeración de derechos realizada en el precepto (información, participación en la gestión o control de la actividad social, suscripción preferente de acciones) no basta esté reconocida en los estatutos sociales, o incluso en un concreto pacto social. Es preciso el expreso reconocimiento legal, excluyendo de la intervención penal todo lo demás. 3. La negación muestra una forma de comisión activa, donde el agente no reconocerá ni admitirá la capacidad de ejercicio de un derecho del socio titular del mismo. El impedimento configura la obstaculización para que dicho derecho devenga inefectivo, lo que admite modos comisivos por omisión (vgr. no responder a requerimientos judiciales). 4. La culpabilidad exige el dolo pero prescinde de cualquier animus específico. Ello no obstante debe apuntarse la necesidad de un dolo directo por 293. José Antonio MARTÍN PALLÍN, “Los delitos...”, cit., pág. 327. 294. José Luis MANZANARES SAMANIEGO, “Los administradores y altos directivos en el nuevo Código Penal”, Actualidad Penal, 1997-1, pág. 294. - 219 - Concurso de acreedores y Derecho Penal entender preciso que el agente conozca la falta de causa legal en su acción de negar o impedir. 5. Es esta una conducta típica donde de nuevo resulta cualificado el sujeto activo, que sólo puede ubicarse en el administrador -de hecho o de derecho- de cualquiera de las sociedades recogidas en el artículo 297 CP. Es decir, de nuevo estamos ante un delito especial propio. 6. El sujeto pasivo es el socio, aunque resulta compleja su exacta determinación cuando analizamos la comisión por parte de Cajas de Ahorros o Fundaciones -que carecen de socios-, lo que ha requerido una interpretación sistemática extensiva en beneficio de la víctima y perjudicado penales, pero se compadece mal con el carácter estricto de la predeterminación de la legalidad penal. - 220 - Ricardo Yáñez Velasco VII. NEGATIVA A LA INSPECCIÓN O SUPERVISIÓN ADMINISTRATIVA En el artículo 294 CP se lee que quienes “como administradores de hecho o de derecho de cualquier sociedad constituida o en formación, sometida o que actúe en mercados sujetos a supervisión administrativa, negaren o impidieran la actuación de las personas, órganos o entidades inspectoras o supervisoras, serán castigados con la pena de prisión de seis meses a tres años o multa de doce a veinticuatro meses”. Y añade que “además de las penas previstas en el párrafo anterior, la autoridad judicial podrá decretar algunas de las medidas previstas en el artículo 129 de este Código”. 1. La Administración pública puede sancionar directamente, aunque la comisión delictual no sólo hace preferente la jurisdicción penal, sino que en ésta es más fácil castigar la conducta ilícita ajena a la falta requerimiento expreso y por escrito. En realidad, se trata de un supuesto donde parece invertirse la regla de intervención última propia del Derecho penal. 2. La acción típica contiene los conceptos de negar o impedir, y protege determinados derechos propios de control por organismos administrativos, lo que presenta concurrencia de ilícitos y sanciones administrativas, salvo que en un caso concreto lo impidiera la regla general del non bis in idem195. Se trata de los derechos de información, participación en la gestión o control de la actividad social, la suscripción preferente de acciones y todo otro derecho reconocido legalmente y bajo inspección o supervisión administrativa. 3. Es culpable quien actúa con dolo directo, comprendiendo conocer la competencia del funcionario llamado a supervisar o inspeccionar, y también el hecho de impedir su legítima labor. 295. La “negativa y resistencia” puede verse en los artículos 99.t y 100.ll de la Ley 24/88, de 28 de julio, del Mercado de Valores; 4.h de la Ley 26/88, de 29 de julio, sobre Disciplina e Intervención de determinadas Entidades de Crédito; artículo 40.3.m (y en su caso artículo 40.4.m) de la Ley 30/1995, de 8 de noviembre, de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados (que añade “excusa”). - 221 - Concurso de acreedores y Derecho Penal 4. Una vez más el sujeto activo de este delito deviene cualificado, como administrador de hecho o de derecho de la sociedad; se reducen sin embargo las sociedades luego recogidas en el artículo 297 CP. Sólo se admiten aquéllas que se hallan sometidas a supervisión administrativa, en las demás conductas descritas no serían típicas. Como sujeto activo del delito se incorporan las entidades de crédito o intermediación financiera, las compañías de seguros y toda aquella que cotice sus valores en el mercado mobiliario. La naturaleza de la supervisión y fiscalización deberá ser financiera, resultando irrelevantes las genéricas de vigilancia y policía, como lo serían inspecciones laborales y de la 296 Seguridad social . 5. Son penas accesorias las previstas en el artículo 129 CP, que no deben tomarse de necesidad297. No buscan el castigo de socios o integrantes de la sociedad, pero las consecuencias jurídicas del artículo 294 CP sí les alcanzan, a pesar de que sólo el administrador sea el posible autor298. El artículo 129.1 CP permite que “el Juez o Tribunal en los supuestos previstos en este Código, y previa audiencia de los titulares o de sus representantes legales, podrá imponer, motivadamente, las siguientes consecuencias: a) Clausura de la empresa, sus locales o establecimientos, con carácter temporal o definitivo. La clausura temporal no podrá exceder de cinco años. b) Disolución de la sociedad, asociación o fundación. c) Suspensión de las actividades de la sociedad, empresa, fundación o asociación por un plazo que no podrá exceder de cinco años. d) Prohibición de realizar en el futuro actividades, operaciones mercantiles o negocios de la clase de aquéllos en cuyo ejercicio se haya cometido, favorecido o encubierto el delito. Esta prohibición podrá tener carácter temporal o definiti296. José Manuel VALLE MUÑIZ, “Artículo 294”, en Comentarios a la Parte..., cit., pág. 685. 297. Algunos las tildan de medidas de seguridad; v. Cándido CONDE-PUMPIDO FERREIRO, Contestaciones de Derecho Penal al Programa de acceso a la Judicatura, II, Colex, Madrid, 1998, pág. 282; pero no parece que se adapten a la teoría general de estas últimas (cfr. en general, Ricardo YÁÑEZ VELASCO, Manual..., cit., págs. 69 y ss.). 298. José Manuel VALLE MUÑIZ, “Artículo 294”, en Comentarios a la Parte..., cit., pág. 687. - 222 - Ricardo Yáñez Velasco vo. Si tuviere carácter temporal, el plazo de prohibición no podrá exceder de cinco años. e) La intervención de la empresa para salvaguardar los derechos de los trabajadores o de los acreedores por el tiempo necesario y sin que exceda de un plazo máximo de cinco años”. Añade el apartado segundo del mismo precepto que “la clausura temporal prevista en el subapartado a) y la suspensión señalada en el subapartado c) del apartado anterior, podrán ser acordadas por el Juez Instructor también durante la tramitación de la causa”; concluyendo, el apartado tercero, que “las consecuencias accesorias previstas en este artículo estarán orientadas a prevenir la continuidad en la actividad delictiva y los efectos de la misma”. Destacamos la clausura de la sociedad, su disolución o suspensión de actividades, y también la prohibición de realizar actividades similares en el futuro. Sería incluso posible la intervención de la empresa en salvaguarda de los trabajadores299. En este último supuesto, sin embargo, la doctrina plantea la obligación de que intervenga la Autoridad administrativa, sea laboral, económica o hasta política300. 6. Si una persona jurídica se declara en concurso puede ser intervenida o suspendida aunque continúe en el ejercicio de la actividad empresarial (artículo 48 LC en relación con los artículos 40 y 44 LC). Si con anterioridad se acordó la intervención amparada en el artículo 129 CP no consideramos posible ni la intervención ni la suspensión concursales, en tanto ambas son limitaciones sobre el deudor común y éste ni administra ni dispone cuando aplicamos la intervención en una sentencia penal. Nótese que no cabe abrir concurso sobre el administrador judicial nombrado por el juzgador penal, y que la LC habría entrado en juego por hechos anteriores a la aplicación del artículo 129 CP, acaso por la vía del artículo 4 II LC. Si el enjuiciamiento criminal surge tras un proceso donde se ha acordado la suspensión no parece viable la accesoria penal, sobre todo atendiendo a 299. V. por ejemplo el trabajo de Elena NÚÑEZ CASTAÑO, Responsabilidad penal de la empresa, Tirant lo Blanch, Valencia, 2000. 300. Para José Antonio MARTÍN PALLÍN es preciso el beneplácito de las autoridades económicas e incluso del Consejo de Ministros, v. “Los delitos...”, cit., pág. 328. - 223 - que la finalidad perseguida ya se encuentra a salvo bajo la administración concursal. Tampoco tendría sentido si lo acordado hubiera sido la intervención concursal, siendo inútil la duplicación porque la existencia de administradores concursales se opone a la “continuación de la actividad delictiva”. Y si estos últimos infringieran la ley penal no lo harían en la forma del delito societario que hubo motivado el proceso penal. Ricardo Yáñez Velasco VIII. LA ADMINISTRACIÓN DESLEAL El artículo 295 CP prescribe que “los administradores de hecho o de derecho o los socios de cualquier sociedad constituida o en formación, que en beneficio propio o de un tercero, con abuso de las funciones propias de su cargo, dispongan fraudulentamente de los bienes de la sociedad o contraigan obligaciones a cargo de ésta causando directamente un perjuicio económicamente evaluable a sus socios, depositarios, cuentapartícipes o titulares de los bienes, valores o capital que administren, serán castigados con la pena de prisión de seis meses a cuatro años, o multa del tanto al triplo del beneficio obtenido”. VIII.1. Tipo objetivo 1. Partiendo de que el agente abusa del cargo que desempeña en virtud de un título válido, es acción típica la disposición fraudulenta de los bienes de la sociedad, sea por enajenación real de la cosa a tercero, sea por una disminución de valor al gravar un determinado bien en beneficio de otro. Basta un lucro significado con beneficios sociales o la obtención de una posición de dominio en la sociedad301. Se infringe la lealtad debida por el socio o por el administrador, de hecho o de derecho, pero el tipo se construye, principalmente, sobre el abuso de poder, no en vano referido expresamente en el texto legal302. 2. La conducta resulta atípica si existen excesos en el desempeño de las funciones o abusos de confianza, pero a continuación no aparece ningún perjuicio ajeno correlativo con un beneficio propio del agente (o de un tercero)303. Es delito de resultado porque debe producir el referido lucro o beneficio anudado al perjuicio del sujeto pasivo, si bien admite formas imperfectas de ejecución. 301. Ver, en general, Abraham CASTRO MORENO, El delito societario de administración desleal: Artículo 295 CP, Marcial Pons, Madrid, 1998; Adán NIETO MARTÍN, El delito de administración fraudulenta, Praxis, Barcelona, 1996. 302. Véase en general Carlos MARTÍNEZ-BUJÁN PÉREZ, El delito societario de administración desleal, Tirant lo Blanch, Valencia, 2001. 303. José Antonio MARTÍN PALLÍN, “Los delitos...”, cit., pág. 321. - 225 - Concurso de acreedores y Derecho Penal 3. El objeto material puede componerse tanto de bienes, valores o derechos propiedad de la sociedad; como de aquellos que se posean para custodiar, administrar o gestionar, es decir, los que configuren el denominado patrimonio de afectación. 4. Asumir obligaciones a cargo de la sociedad genera un gravamen fraudulento del activo social, que presupone el ocultamiento de cómo desvió la acción de su correcta adopción y trámite, sin olvidar la finalidad de lucro, sea propio o de tercero. Muchos son los casos donde se complica la prueba de la apropiación -o que ésta se constata aunque al margen de una intención criminal-, pero aparecen infidelidades graves de tipo patrimonial: abusos de la autocartera comprando acciones bancarias con los propios recursos, disminuyendo la eficacia del capital social; otorgamiento de préstamos que en vez de devolverse se renuevan, una y otra vez, a sociedades vinculadas a los administradores; o que éstos inviertan dinero en sociedades que luego de controladas se venden a la entidad que administran. 5. Resulta difícil imputar objetivamente una disminución del valor económico del patrimonio de un socio al concreto actuar de una administración de la sociedad, por cuanto debe afirmarse el nexo causal entre ambos extremos. En estos casos la prueba se difumina en la variedad de eventualidades propias de las sociedades mercantiles y el funcionamiento del mer304 cado capitalista . No obstante, cuando se disipen las dudas es más que defendible la intervención del Derecho penal, pues se tratará de un supuesto más que destacable, por su gravedad. La última frase del artículo 290 CP concluye que si se llegase a causar el perjuicio económico referido se impondrán las penas en su mitad superior. Parece lógico pensar que si existe un concurso de acreedores éstos resultarán perjudicados, pero no es el tipo de perjuicio que ahora interesa analizar. Debemos centrarnos en el daño de la propia empresa -también perjudicada si es declarada en concurso-, y que deriva la cuestión hasta la definición del grado de intencionalidad requerido en el agente. 304. Una exposición de las conductas criminales más habituales puede verse en Fernando SEQUEROS SAZATORNIL, “Los difusos contornos de los delitos societarios y su imprecisa frontera con otras conductas afines”, Actualidad Penal, 2002-1, págs. 389 a 396. - 226 - Ricardo Yáñez Velasco VIII.2. Tipo subjetivo La culpabilidad se nutre de un animus tendencial, elemento subjetivo del injusto que refuerza el dolo básico y excluye el dolo eventual, y por supuesto la imprudencia, negada a través del artículo 12 CP al no estar expresamente prevista por la ley penal. VIII.3. Sujetos 1. El sujeto activo es cualificado, lo que convierte este injusto en delito especial propio. El sujeto pasivo es la empresa o sociedad -una de las previstas en el artículo 297 CP-, aun cuando enumere una serie de perjudicados. En este sentido se apuntan los cuentapartícipes o titulares de los bienes valores o capital administrado, y también se menciona el depositario. Sobre este último es claro el absurdo; debería tratarse del depositante. El particular se interpreta como un lapsus que cierta doctrina subsana a través de los titulares de depósitos irregulares o cuentacorrientistas de enti305 dades crediticias . Sin embargo, estos últimos no son depositantes jurídicamente hablando, sobre todo a la vista de que el propio precepto separa al sujeto del depósito -aunque como depositario-, del sujeto de otros negocios jurídicos. La mencionada interpretación sistemática serviría en este punto como analogía in malam partem, proscrita en el Derecho penal español. 2. El depósito irregular se caracteriza por la entrega de una cantidad de dinero a una entidad bancaria, que se compromete a su devolución en la misma moneda recibida y según la forma pactada, satisfaciendo un interés al depositante. Sin embargo adquiere el banco la propiedad de las sumas de dinero depositadas, por lo que no cabría hablar de apropiación indebida pero sí de una eventual administración desleal, incumpliendo las exigencias de este tipo de contrato bancario real y unilateral. 305. En este sentido, entre otros, Cándido CONDE-PUMPIDO FERREIRO, Contestaciones..., II, cit., pág. 283. - 227 - Concurso de acreedores y Derecho Penal El depósito de títulos valores es regular en tanto el cliente sigue siendo el propietario del concreto título que hubiera entregado, siendo un depósito administrado porque el banco viene obligado a custodiar y restituir como ocurre en el depósito irregular, pero también a realizar todo acto necesario para que el título conserve su valor306. Actuando siempre por cuenta e interés del cliente ejercerá los derechos derivados del valor mobiliario, como lo sería el cobro de intereses y dividendos. En este sentido se ha discutido sobre el ejercicio del derecho de suscripción preferente por parte de una entidad bancaria, partiendo de la base de que esta última deberá comunicar al depositante el anuncio de una ampliación de capital. El problema surge cuando el cliente no da instrucciones al respecto y existe la posibilidad de que transcurra el plazo sin ejercer la opción. Cuando se trata de acciones que coticen en Bolsa, teniendo la suscripción preferente un concreto valor bursátil de no recibir instrucciones es usual que Banco venda los cupones después de un determinado tiempo. Sin embargo, Sánchez Calero entiende que si no existe la meritada cotización no es posible la venta si no se han recibido instrucciones del cliente. En el primer caso se obtiene un beneficio que nunca podría considerarse fraudulento, pues según los usos del tráfico jurídico mercantil el administrador perjudicaría al cliente si no vendiera, aunque este último conociera la situación, siempre que no hubiera dado instrucciones en sentido contrario a esa operación. En el segundo supuesto la responsabilidad bancaria se reduciría a no haber advertido al depositante sobre el anuncio de ampliación, impidiéndole instruir en lo que considerase oportuno y así propiciando su perjuicio, lo que podría considerarse administración fraudulenta desde el punto de la responsabilidad penal. 3. Son sujetos activos quienes reciben delegación del Consejo de Administración de una sociedad anónima -por demás algo común en las grandes empresas- porque son administradores de Derecho, recordando 306. El depósito de valores se convierte en irregular si son negociables incluidos en el sistema de liquidación de operaciones bursátiles (RD 14 de febrero de 1992), donde el valor representado a través de anotación en cuenta, siendo de una misma emisión y características deviene fungible, y el depositante titular lo es de una cantidad no individualizada, según conste en el registro contable. - 228 - Ricardo Yáñez Velasco que ese delegante mancomunado es órgano de la sociedad, pero no dichos delegados. Mientras, los apoderados generales con facultades de gestión y representación que no pertenecen al Consejo de Administración pueden plantear problemas porque no son administradores de derecho en sentido propio y tampoco representantes necesarios de la sociedad. En cualquier caso, pueden disponer de los bienes de la sociedad y contraer obligaciones a su cargo, de ahí que, si estas acciones se efectúan en fraude y abuso se convertirían en sujetos activos del tipo, y en el terreno penal podría considerárseles administradores de hecho307. Debe recordarse aquí que el director-gerente o director general no estatutario es un apoderado o factor, no un órgano social, mientras que el estatutario sí lo es. VIII.4. Concurso penal 1. Todo acto ajeno a las funciones que permitan realizar actos de disposición constitutivos del tipo podría constituir hurto, apropiación indebida o incluso estafa, pero no un delito societario si aquéllas se efectúan en propio nombre o por un extraenus a la sociedad. Con independencia de ello cabe plantear un concurso de delitos en relación con la apropiación indebida, que pese a la exclusión del depositante -la ley es clara al citar al depositario- mostraría sujetos pasivos que entregan bienes a otros, quienes a su vez tendrá obligación de devolverlos en un momento determinado. 2. La apropiación indebida y el tipo del artículo 295 CP participan de un mismo bien jurídico protegido. Ello es así por entender que la titularidad de los bienes que conforman la sociedad integra el patrimonio privativo de los titulares de los bienes administrados, y que disponer fraudulentamente de los bienes sociales disminuye las participaciones de los socios. Un concurso ideal de delitos infringiría el non bis in idem, por lo que se acude al concurso aparente de normas penales, instituto que necesaria307. Para José Luis MANZANARES SAMANIEGO lo fundamental es el poder de disposición; “Los administradores...”, cit., pág. 290. Cfr. también Teresa RODRÍGUEZ MONTAÑÉS, La responsabilidad del administrador y los nuevos delitos societarios, McGraw-Hill, Madrid, 1997, págs. 117 y s. - 229 - Concurso de acreedores y Derecho Penal mente funciona en atención a dicha regla308. A favor del concurso de delitos se alega la diversidad del bien jurídico lesionado y un número de posibles perjudicados mayor que el vinculado por la apropiación indebida. En este sentido y como es sabido no habría apariencia de concurso (impropio o de normas) porque los preceptos, al amparar bienes jurídicos diversos admiten su aplicación conjunta (sea real o ideal). El supuesto quiebra con la administración desleal, donde el bien jurídico protegido es, únicamente, el patrimonio. Se critica entonces la inclusión de la administración desleal dentro de los delitos societarios, pero no deja de ser patrimonial como la apropiación indebida. Ante un concurso de normas utilizaríamos el criterio de especialidad (artículo 8.1ª CP), donde prevalece el delito societario, mas no han faltado quienes acogen el criterio de alternatividad (artículo 8.4ª CP) y defienden la aplicación del tipo más grave -la apropiación indebida, o en su caso la estafa-. Si entendemos que el delito especial se encuentra dentro del principal y cumple todos sus elementos añadiendo un componente especializante, deberemos rendirnos a la primera regla del artículo 8 CP. Pero si consideramos que no es así porque sólo coinciden en parte, acudiremos a la alternatividad, que es lo que pensamos ocurre entre la administración desleal y la apropiación indebida. La jurisprudencia atiende a esta respuesta, que favorece la aplicación del tipo con pena más grave (la apropiación indebi309 da) . 3. Cuando se supera el peligro y se alcanza un efectivo perjuicio sobre el patrimonio es viable la concurrencia de delitos patrimoniales310. 308. José Manuel VALLE MÚÑIZ, “Artículo 295”, en Comentarios a la Parte..., cit., págs. 691 y 692. 309. SsTS de 3 de abril de 1998, 17 de octubre de 1998, 18 de febrero de 2000, 12 de mayo de 2000, 12 de julio de 2000. 310. José Manuel VALLE MÚÑIZ, “Artículo 295”, en Comentarios a la Parte…, cit., pág. 689. - 230 - Ricardo Yáñez Velasco IX. CONDICIÓN COMÚN A LOS TIPOS SOCIETARIOS El artículo 296.1 CP señala una condición de perseguibilidad al enunciar que “los hechos descritos en el presente capítulo, sólo serán perseguibles mediante denuncia de la persona agraviada o de su representante legal. Cuando aquélla sea menor de edad, incapaz o una persona desvalida, también podrá denunciar el Ministerio Fiscal”; el apartado siguiente explica cómo “no será precisa la denuncia exigida en el apartado anterior cuando la comisión del delito afecte a los intereses generales o a una pluralidad de personas”. 1. La denuncia de la persona agraviada o de su representante legal constituye condición objetiva de perseguibilidad, privatizando en parte el proceso penal. Ciertamente contradice un interés socioeconómico que lo hace inevitablemente público, amén de abrir puertas a las coacciones de tipo procesal de individuos que busquen acuerdos económicos ajenos al auténtico ilícito penal. La propia ley pretende superar el inconveniente -y eludir la denuncia- merced a los intereses generales o una pluralidad de personas -característico, por cierto, del Derecho concursal-, pero no explica suficientemente la salvedad de la denuncia antecitada, ni soluciona todos sus inconvenientes. Sin denuncia no será posible perseguir el delito (artículo 296.1 CP), y para remediar la imposibilidad se ha defendido la revivificación del delito de falsedad preterido311. De todos modos, aunque se precisa la iniciativa de los perjudicados, o sus representantes legales, se ha suprimido el formalismo propio de la querella, pues basta la presentación de una denuncia. Desde ese momento el procedimiento sigue de oficio con independencia del hacer denunciante. Sin embargo, para Martín Pallín esto sólo ocurrirá cuando concurra un perjuicio privado con peligro para los intereses generales o afección a pluralidad de personas, pero no si sólo existe perjuicio privado. En este caso, sostiene el citado autor que el Ministerio 311. José Manuel VALLE MUÑIZ, últ. ob. cit., pág. 667. El autor considera la denuncia requisito de perseguibilidad (ibidem). - 231 - Concurso de acreedores y Derecho Penal fiscal no está legitimado para formular acusación, mientras que el desistimiento o perdón del perjudicado extinguiría la acción312. En todo caso la instancia de parte en estos delitos permite su uso como amenaza o elemento de presión en la negociación privada313 2. Cierta doctrina admite la comisión por omisión en virtud de un deber de vigilancia, de un administrador con relación a los demás, e incluso de un Registrador mercantil cuando conozca, por documentos sujetos a calificación, indicios de conducta penalmente relevante (J. García de Enterría). Se destaca de ese modo la innecesariedad de denuncia si resultasen afectados intereses generales o una pluralidad de personas, como por ejemplo ocurre cuando se aplica el Derecho procesal concursal. 3. Cuando el provecho lo es para un tercero en vez de para el propio agente, se plantea la receptación cometida por ese tercero (artículo 298.1ª CP). El problema es que la recepción debe serlo de un delito precedente, además de observar naturaleza patrimonial, y el propio lucro forma parte del delito societario, cosa que no permite desligarlo sin más de este último. El blanqueo de capitales es conducta afín a la receptación, actividad ilícita que obviamente despunta en las actuaciones mercantiles, componiendo un subtipo agravado en función del objeto (artículo 301.1 CP). Según este último texto legal, se castigará a quien “adquiera, convierta o transmita bienes, sabiendo que éstos tienen su origen en un delito grave o realice cualquier otro acto para ocultar o encubrir su origen ilícito, o para ayudar a la persona que haya participado en la infracción o infracciones a eludir las consecuencias legales de sus actos”. En el apartado 3 del artículo 301 se admite la comisión por imprudencia grave, y en el apartado 4 se indica la irrelevancia de que los bienes procedan del extranjero o 312. José Antonio MARTÍN PALLÍN, “Los delitos...”, cit., pág. 311. 313. José GARBERÍ LLOBREGAT, “Derecho penal de la empresa (delitos económicos + derechos societarios): aspectos procesales”, Actualidad Jurídica Aranzadi, núm. 345, 4 de junio de 1998, pág. 3. - 232 - Ricardo Yáñez Velasco en éste se realicen los actos descritos. Las penas: seis meses a seis años de prisión y multa del tanto al triplo. En estos casos cabría la imprudencia grave (penas de seis meses a dos años de prisión y multa del tanto al triplo), al igual que la provocación, conspiración y proposición de comisión ex artículo 304 CP. Establece el precepto que “la provocación, la conspiración y la proposición para cometer los delitos previstos en los artículos 301 a 303 se castigará, respectivamente, con la pena inferior en uno o dos grados”. Por su parte, el artículo 303 CP ofrece reglas penológicas específicas en dos casos: 1) si se opera a través de organizaciones en orden a las conductas descritas en el artículo 301; 2) cuando actúen los jefes, administradores o encargados de las mismas. 4. Debe recordarse, por último, que si se ejercitaran acciones de eventual trascendencia patrimonial sobre el patrimonio del acusado, y éste sea deudor común en un concurso judicialmente declarado, el juez del orden penal deberá emplazar a la administración concursal para que defienda la masa, si bien aquélla puede optar por no personarse siquiera. - 233 -