rEVISIÓN Metatarsalgias y neuropatías del pie. Diagnóstico diferencial José M. Pardal-Fernández, María Rodríguez-Vázquez Introducción. La metatarsalgia constituye la sintomatología principal de un grupo de enfermedades frecuentes caracterizadas por dolor en el antepié. El conocimiento clínico y la disponibilidad de exploraciones complementarias eficientes son herramientas útiles para el neurólogo. Objetivo. Mostrar el abanico de procesos relacionados con metatarsalgia y un esquema diagnóstico básico para la diferenciación etiológica. Desarrollo. Repasamos de manera elemental la anatomía neurológica del pie y exponemos las diferentes neuropatías regionales, así como aquellos procesos extraneurológicos que pudieran plantear diagnóstico diferencial. Conclusión. El conocimiento de las patologías responsables de metatarsalgia, neurológicas o no, es un elemento enriquecedor para el diagnóstico y manejo de estos pacientes, así como para una mejor eficacia en la derivación entre profesionales médicos implicados. Palabras clave. Antepié. Metatarsalgia. Neuroma de Morton. Neuropatía. Unidad de Electromiografía Clínica (J.M. Pardal-Fernández); Servicio de Dermatología (M. Rodríguez-Vázquez); Hospital General Universitario de Albacete. Albacete, España. Correspondencia: Dr. José Manuel Pardal Fernández. Servicio de Neurofisiología Clínica. Hospital General Universitario de Albacete. Hermanos Falcó, s/n. E-02006 Albacete. E-mail: [email protected] Aceptado tras revisión externa: 16.03.10. Introducción Anatomía neurológica La metatarsalgia constituye el dolor más habitual del pie. Se localiza en el antepié, en las cabezas me­ tatarsianas, y típicamente se incrementa con el apo­ yo, la presión, la bipedestación y la deambulación. Se asocia con frecuencia a deformaciones osteoar­ ticulares locales, metabolopatías, neuropatías y al­ gunas enfermedades autoinmunes. Con probabili­ dad, la asociación más importante sean las altera­ ciones biomecánicas en el apoyo bípedo por uso de calzado inadecuado, traumatismos repetidos o ma­ los hábitos en la marcha. Se considera un problema importante de salud, en especial en mujeres, que conforman el 85% de todos los afectados. Las neuropatías no son causa infrecuente de me­ tatarsalgia. Tienen localizaciones preferentes, dis­ tales en enfermedades metabolotóxicas carenciales o hereditarias, y en estrechamientos anatómicos o superficies expuestas a traumatismos externos por ser asiento de conflictos al paso del tronco nervioso (atrapamientos). En cualquiera de los casos, el do­ lor está presente en la mayor parte de los afectados, bien como fenómeno predominante, bien como sín­ toma añadido al proceso. Proponemos una revisión de causas habituales de metatarsalgia que permita un mejor diagnóstico diferencial de los procesos implicados. Los trayectos nerviosos del pie presentan puntos vulnerables, en especial en la porción distal. En esos territorios, pacientes con enfermedades metabóli­ cas, carenciales o tóxicas, y quizás con mayor fre­ cuencia traumáticas, pueden sufrir neuropatías, habitualmente crónicas compresivoisquémicas. El segmento anatómico conflictivo más posterior es el túnel tarsiano, un espacio cerrado y estrecho cons­ tituido por tres paredes, el retináculo flexor, la par­ te posterior del maléolo tibial y el hueso calcáneo. Las estructuras que lo atraviesan son el nervio tibial posterior, varios tendones flexores plantares y el paquete vascular. Distal al túnel, el nervio tibial posterior presenta dos ramificaciones, los nervios plantares lateral y medial [1,2], encargados de la inervación motora de músculos intrínsecos planta­ res, y de la sensitiva de planta y dedos. Cada dedo, ya sin función motórica, está inervado por los digi­ tales comunes, que se dividen, a su vez, en dos ra­ mas para cada uno de los aspectos de los espacios interdigitales [3]. De este modo, el plantar medial se ocupa de los espacios I, II, III y mitad medial del IV, y el lateral de la mitad lateral del IV y de los dos aspectos del dedo V. Los territorios más conflicti­ vos, por lo angosto del trayecto y por las relaciones con las estructuras circundantes osteotendinoliga­ www.neurologia.com Rev Neurol 2011; 52 (1): 37-44 Cómo citar este artículo: Pardal-Fernández JM, RodríguezVázquez M. Metatarsalgias y neuropatías del pie. Diagnóstico diferencial. Rev Neurol 2011; 52: 37-44. © 2011 revista de Neurología 37 J.M. Pardal-Fernández, et al Figura 1. a) Representación esquemática de la distribución anatómica de algunas patologías no neurológicas implicadas en la metatarsalgia; b) Representación de las mismas características de las patologías neurológicas que se relacionan con la metatarsalgia. a b – – – – mentosas, son las cabezas metatarsianas. Las defor­ midades osteoarticulares, las inflamaciones cróni­ cas o agudas y las malformaciones van a afectar al nervio en los estrechos anatómicos. Las metatarsalgias tienen orígenes variados y, sin embargo, comparten síntomas y signos, lo que hace en ocasiones difícil la caracterización clínica. La etiología comprende lesiones inflamatorias o traumáticas osteoarticulares, tendinoligamentosas, dermatológicas, neurológicas y, en un porcentaje pequeño, vasculopatía, infección y neoplasia. A efectos prácticos, nos parece interesante clasi­ ficar las metatarsalgias según sean originadas por enfermedades neurológicas o extraneurológicas. Enfermedades no neurológicas Enfermedades traumatológicas [4,5] Afectación predominante o exclusiva del dedo I (Fig. 1) – Hallux valgus. Deformación del I dedo en pro­ nación, desviación lateral falángica y medial del metatarsiano asociado a subluxación de sesa­ moideos. Provoca en algunas ocasiones dolor en la cara interna de la cabeza del metatarsiano. Asi­ mismo, es habitual la hiperqueratosis plantar, también dolorosa al apoyo plantar metatarsiano. – Hallux varus. Deformación del dedo I en supina­ ción, desviación medial y también con subluxa­ 38 ción de sesamoideos. Con frecuencia es doloro­ so, y suele relacionarse con iatrogenia regional. Hallux rigidus. Artrosis metatarsofalángica en la que el dedo se muestra inflamado, aumentado de tamaño e inmóvil por el dolor. Dedo del césped (turf toe). Afecta a futbolistas que juegan en terrenos artificiales o con calzado flexible. El dedo I se encuentra hiperextendido y muy doloroso. No es infrecuente la rotura par­ cial de la fascia plantar, que provoca dolor plan­ tar, anterior y, en menor medida, posterior. Sesamoiditis. Inflamación dolorosa de sesamoi­ deos por traumatismo repetido en la cara plan­ tar del dedo gordo. Provoca dolor intenso muy localizado con el apoyo y la presión. Tenosinovitis. Provoca dolor en el dedo I en hipe­ rextensión, por estiramiento del tendón del flexor hallucis longus a su paso entre los sesamoideos o bajo la base del primer metatarsiano. Dolor en los dedos II, III, IV o V, o en todos en forma de metatarsalgia generalizada – Dedo II en martillo. Se asocia a hallux valgus y se caracteriza por deformidad del dedo en flexión dolorosa con la hiperextensión. La callosidad aso­ ciada es igualmente dolorosa. – Fractura por estrés. La más habitual es la produ­ cida en el cuello del segundo metatarsiano. Pro­ duce dolor en la región plantar proximal del dedo II con la movilización y el apoyo. – Enfermedad de Freiberg. Es la osteonecrosis más frecuente del pie. Se relaciona con factores trau­ máticos y vasculares y afecta a mujeres adoles­ centes. Provoca dolor intenso en reposo y, sobre todo, con la presión y la movilización selectiva de la cabeza del segundo y tercer metatarsianos. – ‘Juanetillo de sastre’ o dedo V varo. Deformidad semejante al hallux valgus, pero en el dedo V. – Pie en garra. Deformidad de los pies, habitual­ mente bilateral y simétrica, que produce una de­ formidad articular en flexión de los dedos. Con frecuencia provoca dolor en la región media y distal de los pies. En ocasiones se relaciona con enfermedades neurológicas, reumatológicas, me­ tabólicas, infecciosas o isquémicas. Deformidades genéricas del arco plantar – Pie cavo. Se define como la elevación del arco longitudinal con aumento de la bóveda, general­ mente con el ápex en la parte media del pie. Sue­ le asociar dedos en gatillo y deformaciones del calcáneo, y ser resultado de mal reparto de peso en bipedestación, sobre todo sobre la parte de­ lantera y el talón. Produce en muchos casos me­ www.neurologia.com Rev Neurol 2011; 52 (1): 37-44 Metatarsalgias y neuropatías del pie tatarsalgia, fatiga, deformidades, inestabilidad y callosidades dolorosas en los dedos. Puede ser desencadenada por neuropatías, neuronopatías e incluso miopatías distales, siempre crónicas y progresivas. – Pie plano. Suele ser asintomático, aunque puede aparecer metatarsalgia en la evolución. Se carac­ teriza por un aplanamiento congénito o adquiri­ do del arco longitudinal medial con frecuente desviación del calcáneo hacia el pie valgo. Los casos congénitos se producen por laxitud liga­ mentosa, y las adquiridas, por lesiones osteoliga­ mentosas secundarias a fracturas, luxaciones o alteraciones neuromusculares que provoquen desequilibrios biomecánicos del arco. Es intere­ sante como dato semiológico el conocido signo de Fonseca: en posición de puntillas y mirando desde atrás, podremos comprobar si se forma el arco fisiológico o no. – Pie equino patológico. Consiste en la deformidad del pie por hiperflexión del tobillo o por debili­ dad de los extensores del pie. Provoca sobrecarga de todas las cabezas metatarsianas, metatarsalgia y un trastorno de la marcha que puede ser grave. La causa neurológica se relaciona con debilidad grave de los extensores del pie­tobillo, como re­ sultado en la mayor parte de casos de una neuro­ patía peroneal o de una radiculopatía en L5. Enfermedades reumatológicas La artritis gotosa o la reumatoide pueden producir metatarsalgia por afectación de las articulaciones distales, sobre todo metatarsofalángicas e interfa­ lángicas. La poliartritis reumatoide suele empezar en la articulación metatarsofalángica de los dedos, ini­ cialmente en el dedo gordo en el 20% de los afecta­ dos, y hasta en el 35% de los hombres. Cursa con intensa inflamación regional, calor y coloración ro­ jo­violácea, y se conoce como forma pseudogotosa de Weissenbach y Françon. La distribución es bila­ teral y simétrica, y el dolor empeora con el reposo y mejora con el ejercicio. Un dato muy característico es el alivio del dolor con movimientos articulares activos y suaves, que constituye una rasgo diferen­ cial con la artrosis. Con el tiempo, pueden aparecer deformidades y callosidades dolorosas plantares en las cabezas metatarsianas. La gota está producida por una alteración enzi­ mática genética o por procesos hipercatabólicos (po­ licitemia, leucemia, citotóxicos, obesidad, anemia hemolítica, etc.). Provoca en el pie un tipo de artri­ tis típica, con predilección por hombres obesos de www.neurologia.com Rev Neurol 2011; 52 (1): 37-44 40­50 años. El ataque característicamente afecta de modo selectivo la articulación metatarsofalángica del dedo gordo. Es muy doloroso, de rápida instau­ ración y nocturno. Los procesos infecciosos en estas localizaciones se asientan en inmunodeprimidos y, de manera más habitual, en diabéticos de larga evolución. Enfermedades infecciosas La osteomielitis se origina por difusión transcutá­ nea, habitualmente en diabéticos con úlceras en los puntos de presión bajo la primera y quinta cabezas metatarsianas. La artritis séptica, también frecuente en diabéticos, lesiona las articulaciones metatarso­ falángicas por difusión a partir de la osteomielitis. La osteoartritis de la primera articulación metatar­ sofalángica se relaciona con hallux valgus sometido a traumatismos repetidos. Es causa de metatarsal­ gia, y con el tiempo puede producir hallux rigidus. Enfermedades dermatológicas Verruga vírica plantar El origen es vírico (virus del papiloma humano, ha­ bitualmente serotipos 1, 2 y 4); el contagio, fácil en niños y adolescentes, y la posibilidad de desapari­ ción espontánea, alta. Puede ser única, o múltiples confluyentes en una placa (en mosaico). Suele ser hiperqueratósica, excrecente y siempre dolorosa. Se diferencia de la callosidad por asentar en zonas que no siempre son de presión, por doler con la presión lateral (la callosidad con la presión directa) y por el conocido como signo del cráter, consistente en la aparición de una invaginación con la presión late­ ral, con una zona central punteada en negro (capi­ lares trombosados). El tratamiento de elección es la crioterapia o la cauterización química. Hiperqueratosis circunscrita Aparece en adultos y ancianos. Se relaciona con mi­ crotraumatismos en las cabezas metatarsianas, so­ bre todo de los dedos I y II, producidos por mal apoyo o calzado inadecuado. Produce dolor que au­ menta con la bipedestación y la deambulación. Se trata con la abrasión mecánica de la excrecencia y la utilización de una ortesis plantar correctora. Es preferible evitar la terapia química, porque puede producir quemadura en la piel sana circundante. Queratodermias Son hiperqueratosis no mecánicas, a menudo pal­ moplantares, congénitas o adquiridas (psoriasis, ec­ cema, liquen plano). Se caracterizan por engrosar la 39 J.M. Pardal-Fernández, et al capa córnea, y sólo en ocasiones se acompañan de prurito o dolor. Enfermedades vasculares Eritromelalgia Es una vasodilatación rápida en pies que provoca dolor intenso y urente descrito como quemadura. Se objetiva, además, aumento de temperatura y en­ rojecimiento de la piel. Puede ser idiopática o se­ cundaria a trastornos mieloproliferativos, hiperten­ sión, insuficiencia venosa, diabetes, gota, lupus, ar­ tritis reumatoide, etc. Fenómeno de Raynaud Es un vasoespasmo agudo e intermitente de arte­ riolas de territorios acros, más evidente en los de­ dos, que dura minutos o incluso horas, y que cursa con palidez o cianosis. Se desencadena por frío o emociones, y suele asociar parestesias. El dolor puede aparecer, pero no es lo más frecuente. La en­ fermedad de Raynaud es aquélla de origen desco­ nocido o relacionada con conectivopatías, vasculi­ tis obstructivas o fármacos, entre otras causas, que presenta el fenómeno de manera bilateral. Oclusión arterial aguda Provoca dolor intenso y súbito en el pie, al que en­ contraremos frío, pálido, débil y sin pulsos distales. El origen es embólico y, si la duración excede las 6­8 horas, la situación es grave, con daño e indura­ ción de la musculatura afecta. Oclusión arterial crónica El síntoma característico es la claudicación intermi­ tente vascular caracterizada por trastorno progresi­ vo de la marcha por insuficiencia vascular arterial asociada a sintomatología vascular de predominio distal y carácter progresivo ascendente. Conforme se cronifica el proceso, el recorrido necesario para desencadenar la claudicación irá reduciéndose y la sintomatología aumentará. No es infrecuente que se sumen, con el tiempo, trastornos tróficos. Bultomas Masas no neoplásicas – Ganglión. Se sitúa en el dorso de las articulacio­ nes metatarsofalángicas y los tendones como re­ sultado de traumas repetidos. A la palpación, se muestra como una masa limitada, dura, móvil, y sólo en ocasiones dolorosa. – Bursitis intermetatarsiana o adventicial. Produ­ ce dolor a la presión­apoyo en las cabezas meta­ 40 tarsianas, y se relaciona con traumatismos, artri­ tis reumatoide, infección y gota. – Granulomas por cuerpo extraño. Como espinas, trozos de madera, cristal, plástico, etc. Suele ser una masa dura en la planta, localizada, no movi­ lizable y poco dolorosa. – Fibromatosis plantar o enfermedad de Ledderho­ se. Es una proliferación de tejido fibroso, duro, en la cara medial distal y superficial de la fascia plantar, y que puede asociar uno o más nódulos móviles de aspecto sólido y dolorosos a la pre­ sión. A veces es mal diferenciable de tumores. El diagnóstico definitivo se hace con resonancia mag­ nética e histología, y no es infrecuente que reci­ dive tras la extirpación. Masas neoplásicas benignas – Lipoma. Es la neoplasia benigna más frecuente del pie. Es una masa limitada, homogénea, moviliza­ ble, superficial, de consistencia dura, de bordes li­ mitados y no dolorosa, salvo en regiones de roce. – Tumores de nervios: schwannoma y neurofibro­ ma. Son tumores de crecimiento lento de estir­ pes celulares neurógenas, que por crecimiento van a generar déficit. Es frecuente que presenten signo de Tinel, engrosamiento a la palpación y, por supuesto, histología característica, en la que destaca la perfecta capsulación en el schwanno­ ma y la ausencia de ésta en el neurofibroma. Esta última característica va a facilitar la infiltración de los tejidos aledaños. Son dolorosos si se loca­ lizan en lugares de roce. – Tumor de células gigantes. Son tumores de la tercera y cuarta décadas, localización distal y as­ pecto lítico en la radiografía, gran tendencia a la recidiva y, en muy raras ocasiones, metastásicos. Se presentan como una masa dura, no moviliza­ ble, de consistencia ósea, no infiltrativa y doloro­ sa sólo en regiones de roce o presión. Masas neoplásicas malignas – Sarcoma sinovial. Es la tumoración maligna en menores de 45 años más frecuente del pie. Sue­ len ser de crecimiento rápido, consistencia dura y, con la evolución infiltrativa, dolorosas. – Leiomiosarcoma, histiosarcoma y sarcoma de Ka­ posi. Son los tumores malignos más frecuentes en mayores de 45 años. – Tumores óseos: condrosarcoma, osteosarcoma y sarcoma de Ewing. Afectan a jóvenes, el creci­ miento es relativamente rápido, y son caracterís­ ticamente muy dolorosos. El diagnóstico es más rápido si aparecen en regiones distales (dedos), y el pronóstico, en general, es malo. www.neurologia.com Rev Neurol 2011; 52 (1): 37-44 Metatarsalgias y neuropatías del pie – Tumores dermatológicos. a) Carcinoma epidermoide. Se suele localizar en el dedo gordo. Puede confundirse con una uña encarnada infectada. Típicamente son muy crónicos y no responden a tratamientos con­ vencionales. Con la evolución infiltrativa sue­ len doler, así como por la infección asociada. b) Melanoma. El pronóstico es malo. Se localiza más en los dedos, espacios interdigitales y uñas, en forma de nevo súbito o modificado. Suele ser negruzco, aunque, en ocasiones, ro­ jizo (nevo acrómico); puede confundirse en las uñas con hematomas subungueales fortui­ tos. Son dolorosos muy ocasionalmente. Enfermedades neurológicas Neuroma de Joplin Es el atrapamiento del primer nervio digital común en la parte inferior y medial del dedo I. Se relaciona con microtraumas repetidos y desequilibrios os­ teoarticulares con persistente pronación y flexión plantar del dedo I. No es infrecuente la asociación con iatrogenia [6]. Produce un dolor intenso, irra­ diado y lancinante en la región medial del dedo I, descrito como agudo y eléctrico [7,8]. Empeora con el apoyo y la presión, y no es infrecuente la asocia­ ción con hallux valgus. Esta neuropatía provoca dé­ ficit sensitivo en la cara medial del dedo I, aunque, por el dolor y las disestesias, se reconoce mal por los pacientes. Asimismo, es típico palpar un cordón blando en el borde medial, de tamaño variable y muy doloroso. La extirpación suele ser un método rentable, con escasa morbilidad asociada. Neuropatía calcánea o enfermedad de Baxter Es el atrapamiento de la rama más proximal del nervio plantar lateral. Esta rama transcurre entre el borde medial del hueso calcáneo y la fascia profun­ da del músculo abductor hallucis. Suele asociarse a pie plano o cavo y a fascitis plantar. Provoca dolor intenso en el talón con el apoyo y la deambulación. Irradia en bastantes ocasiones a todo lo largo del borde medial del pie, incluyendo el dedo I [9­11]. Además, presenta déficit sensitivo en el borde me­ dial del talón, e incluso en algunos raros casos défi­ cit motor en la flexión plantar de dedos, aunque este hecho se relaciona más con impotencia funcio­ nal. Se confunde con fascitis plantar no responde­ dora. El tratamiento efectivo es también la extirpa­ ción quirúrgica. www.neurologia.com Rev Neurol 2011; 52 (1): 37-44 Osteoartropatía neuropática La osteopatía o articulación de Charcot del antepié y mediopié constituye la alteración ósea más fre­ cuente en los diabéticos. La intensidad se relaciona con el control metabólico, en especial en diabéticos tipo II. Aparece con más frecuencia en diabéticos mal controlados de larga evolución; de hecho, más del 75% de los diabéticos de más de 15 años de evo­ lución presentan esta patología. Se caracteriza por intenso dolor, moderada inflamación y alteración propioceptiva en las articulaciones intertarsales y tarsometatarsianas, y en menor grado en las meta­ tarsofalángicas. Es bilateral en el 35% de los casos. Se relaciona con traumatismos repetidos en una re­ gión isquémica y denervada. El resultado es la apa­ rición progresiva de articulaciones desestabilizadas, con destrucción variable y fragmentación ósea. El tratamiento es sintomático y, por supuesto, el de la enfermedad de base. Neuroma de Morton Es el atrapamiento de algún nervio interdigital o di­ gital común [12]. Afecta más frecuentemente al III digital entre las cabezas metatarsianas y la articu­ lación metatarsofalángica. Suelen ser mujeres de edad media entre la cuarta y la sexta décadas, con hábito de calzado poco ortopédico, en especial con el uso de zapato de tacón alto. En realidad, aunque existen puntos poco aclara­ dos, la biomecánica de la enfermedad [13,14] se basa en el hecho de que la región es una zona de influencia de fuerzas. Es el punto en el que se so­ porta probablemente la mayor parte del peso en bi­ pedestación y en algunas fases de la marcha, con circunstancias locales anatómicas determinantes, como la relativa mayor movilidad del III nervio di­ gital común, junto con la fijación relativa del tercer metatarsiano con respecto al cuarto. A todo esto, el uso de zapato de tacón alto disminuye la superficie de soporte y obliga a la hiperextensión metatarsofa­ lángica, desencadenando más tensión al ligamento transverso profundo (une fuertemente las cabezas metatarsianas). El efecto final es una mayor movili­ dad de los espacios interdigitales, en especial del III, una alteración de los pasos anatómicos del ner­ vio, que acabará dañándose en un proceso degene­ rativo crónico. El paciente presenta dolor en la re­ gión plantar distal y medial del pie, con irradiación distal y, en casos evolucionados, proximal, afectan­ do incluso al dorso [15]. El dolor se intensifica con el apoyo y la deambulación, lo que va a alterar lógi­ camente la marcha [16,17]. A veces asocia pareste­ 41 J.M. Pardal-Fernández, et al Figura 2. Estudios ortodrómicos que registran con electrodos subdermales en el borde posterior del maléolo tibial, y estímulo en los espacios interdigitales y dedos I y V. Debajo, en ambos lados, estudio de la conducción mixta, con el mismo registro previo, estimulando en la planta. a) Estudio con electroneurograma (ENG) normal: todos los parámetros se situaron en límites normales; b) Estudio con ENG patológico: se demuestra una alteración mixta con un claro componente desmielinizante en los digitales comunes I y II, y dudoso en el III, que, por otro lado, no suelen ser los implicados más habitualmente. a b o pie en garra), enfermedad de Freiberg o bursitis metatarsiana, artritis reumatoidea y tumores meta­ tarsianos o de tejidos blandos. Tratamiento – Evitación de factores favorecedores, como el cal­ zado inadecuado. – Tratamientos activos con plantillas de descarga para la descompresión del nervio en el apoyo, fármacos antiálgicos, infiltraciones corticoideas [20] y, en procesos evolucionados y persistentes, cirugía mediante exéresis del neuroma [21­23]. Polineuropatías metabólicas, tóxicas o carenciales Son el resultado del daño nervioso por enfermeda­ des crónicas progresivas, como diabetes mellitus, uremia, quimioterápicos, etilismo, aunque, con mu­ cho, la diabetes mellitus es la más frecuente [8]. sias en el espacio interdigital afectado, aunque es una sintomatología encubierta por el dolor. La pre­ sión y movilización de las articulaciones metatarso­ falángicas implicadas y de las cabezas metatarsia­ nas desencadena dolor intenso, que constituye el denominado signo de Mulder [4,8,18], que, aunque típico, no se puede considerar patognomónico. En un porcentaje alto es bilateral, aunque, por lo gene­ ral, asimétrico en sintomatología. La confirmación neurofisiológica (Fig. 2) se lleva a cabo con electroneurograma (ENG) sensitivo orto­ drómico del plantar medial y lateral [8], que incluso es capaz de detectar lesiones subclínicas o asintomá­ ticas. Para descartar otros procesos (polineuropatía, radiculopatía, plexopatía, mononeuropatías en el pie) es recomendable ENG sensitivos de los miembros inferiores, electromiograma (EMG) miotómico S1­ S2, ENG mixto plantar y ENG motor tibial posterior. Se ha discutido mucho acerca del rendimiento de la resonancia magnética. Está considerada una explo­ ración poco sensible, porque detecta neuromas úni­ camente si el diámetro supera los 0,5 cm, lo que sue­ le ocurrir en procesos evolucionados. Por tanto, es una exploración poco sensible en neuromas peque­ ños, que, por otra parte, suelen ser la mayoría [19]. El diagnostico diferencial se plantea con síndro­ me del túnel tarsiano (posterior), radiculopatía S1, polineuropatías axonales (origen metabolotóxico carencial), fracturas metatarsianas por estrés, callo­ sidades dolorosas metatarsianas (dedo en martillo 42 Diabetes mellitus en su forma sensitivomotora simétrica distal La prevalencia se sitúa entre el 10­60%. Es más fre­ cuente en diabetes tipo II, y la edad del paciente y, sobre todo, el tiempo desde el diagnóstico son los factores más relacionados. Si el diagnóstico supera los 10 años, la mayoría la presentará. La negligencia por analgesia es responsable de lesiones por presión y de osteoartritis, en especial por mal calzado, heridas fortuitas, fisuras, deformi­ dades, etc. En el 50%, se añade la microangiopatía y la infección. El inicio y la progresión son insidiosos, en un principio se presentan parestesias en calcetín que progresan de manera simétrica en media y guante. La primera sensibilidad afectada es la vibra­ toria, y con la progresión se afectan todas. Otro dato significativo es la hipoarreflexia difusa y simé­ trica de predominio distal. Pueden asociarse sín­ drome de piernas inquietas y mononeuropatías por atrapamiento, especialmente braquiales. Existen formas dolorosas distales infrecuentes: – Polineuropatía dolorosa aguda. Se caracteriza por dolor en los miembros inferiores agudo, in­ tenso y distal, por afectación combinada de fibras de pequeño y gran diámetro. Asocia debilidad, trastorno de la marcha y ataxia. En ocasiones se añade un componente autonómico vegetativo. – Multineuritis (mononeuritis múltiple). Se afec­ tan múltiples troncos nerviosos, de modo más o menos simultáneo y en distribuciones variables. El origen es isquémico, y el dolor es el rasgo pre­ dominante, en especial en el inicio. La expresivi­ dad clínica dependerá del nervio, de la topogra­ fía y de la intensidad del daño. www.neurologia.com Rev Neurol 2011; 52 (1): 37-44 Metatarsalgias y neuropatías del pie La confirmación neurofisiológica de la neuropatía se efectúa por ENG y EMG en territorios distales de los miembros inferiores [8,24]. El patrón de afectación es axonal, sensitivomotor, bilateral, simétrico y distal. El tratamiento debe incluir un buen control de las glucemias y, por supuesto, del dolor. Son reco­ mendables analgésicos, como el ácido acetilsalicíli­ co o el paracetamol, y, si no se produce mejoría, carbamacepina, gabapentina o amitriptilina. La dis­ función autonómica se controla sintomáticamente, la hipotensión ortostática con dietas hipersódicas, efedrina o corticoides orales como fluorohidrocor­ tisona, las alteraciones de la motilidad intestinal con domperidona, los síntomas genitourinarios con colinérgicos, y la disfunción eréctil con los fárma­ cos específicos de reciente aparición. Uremia El mecanismo patogénico asienta en tóxicos, con mayor probabilidad la hormona paratiroidea, mioi­ nositol y moléculas de peso medio. Aparece en pa­ cientes en hemodiálisis, que, además, presentan dia­ betes mellitus o reciben neurotóxicos ,como la ni­ trofurantoína. La sintomatología es distal, difusa, bilateral y simétrica, con poca repercusión o incluso subclínica. Afecta mayoritariamente a las sensibili­ dades, inicialmente con déficit, en especial para la vibratoria en piernas, y con la progresión, pareste­ sias o disestesias ascendentes. En pacientes crónicos puede aparecer debilidad distal, síndrome de piernas inquietas y atrapamientos nerviosos por amiloide. La confirmación neurofisiológica mediante ENG­ EMG demuestra hallazgos similares e indistingui­ bles a los de la polineuropatía diabética. El tratamiento es el de la enfermedad de base. En este tipo de polineuropatía, el control exquisito de la uremia llevará a una progresiva recuperación funcional de los déficit. Etilismo crónico Es necesario consumir grandes cantidades de alco­ hol durante mucho tiempo para provocar polineu­ ropatía, del mismo modo que la abstinencia mejora de modo progresivo la neuropatía. Parece demos­ trado que el origen es la carencia de determinadas vitaminas, en relación con problemas dietéticos y disfunción digestiva. Se caracteriza por la aparición insidiosa de disestesias y parestesias simétricas en los pies a lo largo de meses­años con progresión as­ cendente. También puede alterarse en la evolución la función y el trofismo muscular. La confirmación neurofisiológica se realiza con ENG­EMG y presenta semejantes hallazgos al de las polineuropatías axonales anteriores. www.neurologia.com Rev Neurol 2011; 52 (1): 37-44 El tratamiento pasa por la abstinencia, que per­ mite una recuperación satisfactoria, en algunos ca­ sos prácticamente ad integrum. Es recomendable la vitamina B1 dirigida a los síntomas sensitivos, por­ que no modifica los trastornos tróficos o la debili­ dad. Asimismo, se utiliza tratamiento farmacológi­ co sintomático de los trastornos disestésicos cuan­ do los hubiera. Conclusión El dolor en el antepié o metatarsalgia es un síntoma compartido por diversas enfermedades. El conoci­ miento anatómico y de las patologías que asientan en ese territorio puede permitir una mejor diferen­ ciación de los procesos responsables. La localiza­ ción y características del dolor, el empleo de ma­ niobras exploratorias sencillas y el buen uso del electrodiagnóstico constituyen herramientas efica­ ces para un mejor diagnóstico diferencial. Las neu­ ropatías que provocan metatarsalgia como evento principal o secundario incluyen lesiones focales crónicas y polineuropatías de origen metabólico, tóxico o carencial. Debería considerarse a las neuropatías plantares causa habitual de dolor en el antepié, e incluirse en los protocolos diagnósticos establecidos en la clíni­ ca rutinaria. Bibliografía 1. Olson TR. A.D.A.M. Atlas de anatomía humana. Baltimore: Masson Williams­Wilkins; 1997. 2. Sobotta. Atlas de anatomía humana (ed. española). 21 ed. Madrid: Panamericana; 2000. 3. Kim JY, Choi JH, Park J, Wang J, Lee I. An anatomical study of Morton’s interdigital neuroma: the relationship between the occurring site and the deep transverse metatarsal ligament (DTML). Foot Ankle Int 2007; 28: 1007­10. 4. Wu KK. Morton neuroma and metatarsalgia. Curr Opin Rheumatol 2000; 12: 131­42. 5. Zanetti M, Weishaupt D. MR imaging of the forefoot: Morton neuroma and differential diagnoses. Semin Musculoskelet Radiol 2005; 9: 175­86. 6. Still GP, Fowler MB. Joplin’s neuroma or compression neuropathy of the plantar proper digital nerve to the hallux: clinicopathologic study of three cases. 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Clinical knowledge and the availability of efficient complementary examinations are useful tools for the neurologist. Aim. To describe the range of processes related with metatarsalgia and a basic diagnostic schema that allows the aetiology to be differentiated. Development. We perform an elementary review of the neurological anatomy of the foot and outline the different neuropathies affecting the region, as well as the extra neurological processes that could call for a differential diagnosis. Conclusions. Familiarity with the pathologies responsible for metatarsalgias, whether they are neurological or not, is an enriching element for the diagnosis and management of these patients, as well as for greater efficiency in the referral among the medical professionals involved. Key words. Ball of the foot. Metatarsalgia. Morton’s neuroma. Neuropathy. 44 www.neurologia.com Rev Neurol 2011; 52 (1): 37-44