MIRANT ENRERE MIRADA ENRERA ESPECIAL SETEMBRE Aquest mes de setembre tocava recordar a Felip V, però durant tot l’any passat i coincidint amb el 300 aniversari del setge de Barcelona, varem dedicar tot un any a recordar el procés històric que va anar des de la mort de Carles II, fins a l’11 de setembre de 1714. Tornar ara a incidir en aquest tema, i des de l’òptica catalana, no creiem que podés ser ni oportú ni interessant. A més de la limitada aportació nostra, hi va haver una extraordinària difusió editorial sobre aquest memorable tema, que estem convençuts que els interessats per la nostra història, i precisament en aquest moment remarcable, van poder aconseguir una diversa i plena informació, i gairebé tota –i ben comprensible- des del punt de vista català. Ara, però, hem pensat que podia ser interessant conèixer, també, les explicacions que es van donar en llibres d’història castellans sobre el mateix regnat de Felip V i el Setge de Barcelona. Un d’ells, per exemple, és COMPENDIO DE LA HISTORIA DE ESPAÑA (Escrito en francés) POR EL R. P. DUCHESNE de la Compañía de Jesús, maestro de sus Altezas Reales los señores Infantes Reales (Traducido en castellano) POR EL R.P. JOSÉ FRANCISCO DE ISLA de la misma Compañía, con alguna notas críticas, que pueden servir de suplemento, por el mismo traductor. (1850) Cal dir que el Pare Isla a més de la traducció i de las notas críticas, encapçala cada capítol amb un verset dedicat a la figura del rei que se’n fa la biografia. En el capítol dedicat a Felip V, abans del verset, carrincló com sempre, hi ha el que sembla una relliscada històrica (!), però que els esdeveniments demostraren la seva innegable realitat. Ho copiem tot: SIGLO DECIMOOCTAVO REINADO DE LA CASA DE FRANCIA (!) FELIPE V Felipe de Borbón, el Animoso, Y el Quinto de este nombre, hace dichoso el cetro soberano, Que empuña su real piadosa mano, Los reinos que mantiene, Y que su augusta sangre le previene, Sin que al derecho la razón resista, Hoy los hereda, luego los conquista, Luzara, Portalegre, Almansa, Gaya, Valencia y Aragón, después Vizcaya, Sin que Brihuega falte en la memoria, Eternamente cantarán su gloria. El catalan se gozará rendido Menos a un rey, que a un padre enternecido. Els dos darrers versets podrien entrar en una antologia del disbarat. Reproduirem els aspectes més singulars i referits a la península, i especialment, és clar, als de Catalunya. “El dia 4 de abril (de 1701) Felipe hizo su entrada pública en la capital del reino, entre un prodigioso concurso de personas de todas clases, en medio de las aclamaciones de los grandes y del pueblo. La fama se había anticipado a formar un bello retrato del monarca, pero su presencia escedió a la fama y que la copia, era inferior al original. Las gracias de la juventud, el agrado del semblante, su afabilidad, su bondad, su religión, todo concurria a pintarle al gusto de sus vasallos. No se cansaban de verle ni de admirarle.” “Las potencias de Europa, celosas del engrandecimiento de la casa de Borbón, engañadas con las esperanzas de lograr alguna porción en la sucesión de España, se ligaron con el emperador austríaco: Inglaterra, Holanda, Portugal, Prusia, Saboya y Módena, con el especioso pretesto de restablecer el equilibrio entre las casa de Borbon y Austria.” “Los ingleses se apoderaron de Gibraltar, antes que los vecinos pudiesen tomar las armas para defenderla. Fue despreciable esta desgracia respecto de las otras que sucedieron. Rebelaronse los Catalanes, recibieron en Barcelona al archiduque de Austria, con tropas inglesas y alemanas; y cundió el ejemplo a todo el reino de Aragon: el archiduque fué proclamado rey de España!. No paró aquí la desgracia. El ejército enemigo de Portugal, entró en Castilla, se apoderó de Ciudad-Rodrigo, Salamanca y llegó hasta la misma corte. La Francia, acababa de perder Italia y los Paises Bajos, y no pudo socorrernos (1707). Todo iba mal: el rey fué a poner el sitio a Barcelona y tuvo que levantarlo. Bien necesitaba Felipe un aliento superior y logrolo con efecto. Habiendo juntado un ejército visoño y colectivo, volvió a conquistar Castilla y recobró el reino de Murcia. Y mientras el rey daba caza a los portugueses, el duque de Berwick hacia frentre en el reino de Valencia a los aliados, un ejército de alemanes, ingleses y catalanes rebeldes. Berwick los cargó cerca de Almansa (1707) y derrotolos, matólos cinco mil hombres, hizo mil prisioneros, y diez y ocho batallones que le rindieron sus armas.” “A esta gran victoria se siguió la toma de Requena, Zaragoza, Mequinenza, Lérida, Morella y otras muchas plazas. Consternados con tantas pérdidas los Catalanes, levantaron tanto el grito de socorro /1709) que los aliados les enviaron ayudas muy considerables para poder obrar ofensivamente. Salió de Cataluña, Staremberg, general de gran reputación, con un ejército florido, hacia Zaragoza. Allí le alcanzó el rey y le presentó batalla i rompiole el ala izquierda y púsole en huida. Los Españoles tenían ganada la victoria, si en vez de empeñarse en alcanzar a los fugitivos, se hubieran doblado sobre los Alemanes o si el ala izquierda del ejército real se hubiera defendido mejor. Derrotóles Staremberg y también se arrojó contra las guardias españolas, pero no pudo forzarlas y se retiraron en buen orden, adquiriendo mucha gloria. Lo restante del ejército del rey, fué disipado, hecho prisionero o muerto.” “No gastó tiempo Staremberg en sitiar plazas: condujo al archiduque directamente a Madrid. Los Alemanes hicieron su entrada triunfante en Madrid, sin omitir ostentación y aparato del triunfante, con el archiduque Carlos al frente. Pero la soledad de la calles, el silencio de los vecinos, las puertas y las ventanas cerradas, daban entender claramente que si el archiduque poseía las paredes, el rey Felipe era dueño de los corazones de la villa. La ínfima plebe, la que le obligaban a decir: Viva Carlos tercero, lo pronunciaban con voz tímida y desmayada, que apenas se percibia, mientras que otros, alejados de los sables alemanes, gritaban con el mayor esfuerzo Viva Felipe, nuestro legítimo rey.” “Creyó Carlos, y creyó bien, que su persona no estaba nada segura en esta corte desafecta a su dominación. Abandonóla, pues, y el rey volvió a entrar en ella. Restituyéndola con su vista los día claros, que la tempestad había oscurecido. Salióle a recibir toda la villa y estaba inundado de gente el camino. No se oían más que exclamaciones de viva el rey! Pero el rey sólo concedió tres dias al alborozo de su pueblo!” “Siguiendo las tropas de Staremberg, las alcanzó en Brihuega, y el rey dió orden para que fueran embestidas. Los oficiales veteranos tuvieron por imposible este golpe; pero el rey opinó de otra manera: formó tres diferentes ataques, se apoderó de las murallas (1710, 9 de diciembre). Atricheraronse los ingleses en calles y plazas, pero apretados, se vieron obligados a rendirse, con su general Stanhope; acción gloriosa y obra del nieto de Luis XIV, el Grande. El 18 de diciembre, el ejército real alcanzó a Staremberg junto a Villa-Viciosa. En orden de batalla los dos ejércitos, Felipe echóse sobre el ala izquierda de los alemanes, forzándola y apoderándose de su artilleria. El duque de Vandoma pasó por medio de los alemanes a la tercera carga. Staremberg se salvó a favor de las tinieblas, dejando en el campo de batalla, tres mil muertos, gran número de heridos y tres mil prisioneros. Se escaparon tres mil alemanes, por la falta de víveres en la parte española.” “Desesperados los aliados, comenzaron a disgustarse de la guerra. Acaeció por este tiempo la muerte del emperador José y vióse obligado el archiduque a restituirse a Alemania, para solicitar la corona imperial. No pudo desear puerta más honrosa para salir, sin rubor, de España. Los aliados se aprovecharon de esta coyuntura y Inglaterra y Portugal convinieron en una suspensión de armas con Francia y España.” “Ya emperador el archiduque, quiso continuar la guerra contra Francia, pero le salió mal: en Flandes tuvo la derrota de Denain (1713), que se le templó la cólera infinitamente, y pensó en la paz. Tuviéronse las conferencias en Utrech y se concluyó el Tratado. No quisieron acceder a él los alemanes, sin embargo evacuaron Barcelona.” “Desde luego, hubiera entrado en su deber por sí misma, aquella capital de Cataluña, si el consejo y el dictamen de los nobles y de los eclesiáticos, hubiera podido prevalecer contra el ciego furor del populacho. En lugar de someterse a la clemencia del rey, agravaron su rebelión los barceloneses, declarando la guerra a España y Francia y sublevando de nuevo Cataluña, con las islas del reino de Mallorca.” “Las dos potencias sitiaron Barcelona por mar y tierra. La trinchera se adelantó, ocupáronse las fortificaciones a pesar de la vigorosa defensa de los ciudadanos, hombres resueltos a vencer o a quedar sepultados en las ruinas de su ciudad. Derramados por pelotones los Miqueletes inquietaban sin cesar a los sitiadores; cortábanles los víveres a cuantos Castellanos y Franceses, a los que mataban inhumanamente.” “Intimados los sitiados a que se rendiesen, respondieron que estaban esperando el asalto: recibieronle con tanto valor, que su defensa merecería los mayores elogios, si no fuera nuevo delito la defensa misma. Arrojados de la muralla se atrincheraron en las calles, pareciéndoles que siempre les quedaba sobrado terreno para morir con las armas en la mano. No esperaban otra suerte y en realidad no merecían otra, sin que pudiera quejarse la razón o la justicia, aunque todos hubiesen sido pasados a cuchillo. Pero la clemencia del rey, superior a la obstinación de los rebeldes, tenia anticipadas las más benignas providencias. Nunca dudó que el furor de la rebelión precipitaria a los Barceloneses en los últimos escesos, y ya desde el principio del Sitio tenia dadas órdenes más rigurosas para que, en todo caso, se les salvase la vida. No pudo olvidarse que era padre de aquel pueblo, y le pareció que podia castigarles, pero sin perderlos.” “Venció la misericordia a la justicia, y fué obedecido exactamente. A la conquista de Barcelona siguió la de Mallorca (1714) y no mereciendo más gracia, no por eso tuvo menos de la clemencia del rey. Domados por las armas del rey los reinos de Aragón, Valencia y Cataluña, tenían motivo para conservar perpetuamente en la memoria y en el agradecimiento, la bondad paternal del soberano que se contentó con el moderado castigo de quitarles los Privilegios de que habían abusado. Persuadidos de esta verdad los mismos pueblos, después que dejaron la armas, solo conservaron el dolor de haberlas empuñado contra un príncipe, que la experiencia los hizo conocer que merecia todo su amor y era acreedor a su fidelidad.” “El mismo año que tuvieron fin estas guerras civiles (1715), se acabó también la que restaba con el emperador, y desde entonces comenzó España a gustar los dulces frutos de la paz.” “Hasta aqui, (1719) el reindo de Felipe V se llenó de grandes sucesos. No todos habían sido felices, pero todos fueron gloriosos. En una u otra fortuna mereció el renombre de Felipe el Valiente, el Animoso.” Per la transcripció (JMG)