Amsterdam - Europamundo

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Ámsterdam
Es la capital del país, en la provincia de
Holanda Septentrional, y tiene una población de 750.000 habitantes. Es conocida
como la Venecia del norte por sus canales
y más de 400 puentes. Su particular trazado
urbano, de tela de araña tejida en el agua, se
remonta a la edad de oro de Holanda, hace
400 años. Los 4 canales principales con forma de arco encierran los lugares de mayor
interés de la ciudad y están bordeados de
árboles que crean una sensación de sosiego
y tranquilidad.
Es una Holanda en pequeño; su existencia
se debe a continuos esfuerzos para contener
el océano. Es acogedora, abierta a las minorías, comprensiva y tolerante con todas las
religiones y estilos de vida, y sin embargo
conserva sus tradiciones. Sus habitantes
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han sido comerciantes durante siglos y se han lanzado a las nuevas rutas comerciales, no en vano los
amsterdameses fundaron Nueva York.
La permisividad con las drogas es algo tan evidente como que la mitad de su población se desplaza en bicicleta (bicicletas y tranvías son los
reyes del transporte en esta ciudad). Esta permisividad se refleja en su barrio rojo, donde se ejerce
la prostitución. Drogas y prostitución no son exclusivas de Ámsterdam, pero la ciudad afronta estos
problemas con atrevimiento.
Es una ciudad relativamente pequeña, con un
centro que se puede recorrer a pie, donde los edificios no son muy altos para que la luz, tan escasa en
estos países norteños, entre por todas partes. Se
dice que mientras en Rótterdam se gana el dinero y
se trabaja, en Ámsterdam se divierten, y en la Haya
se cotillea de todo eso. Existe una fuerte rivalidad
entre las principales ciudades del país, y ésta se
acentúa entre la Haya y Ámsterdam.
HISTORIA
Hasta la Edad Media no se tiene constancia escrita del nombre de la ciudad. Sobre su fundación
Ámsterdam
hay una
curiosa leyenda: dos pescadores, sorprendidos por una tormenta mientras pescaban, vieron
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Ámsterdam
su barca desaparecer bajo las olas mientras eran
arrastrados por la corriente a una zona pantanosa
en la desembocadura del río Amstel. Allí levantaron un pequeño refugio, considerado como el primer asentamiento humano en la zona, ya que sus
familias se reunieron con ellos más tarde. Así nace
el primer poblado sobre el río Amstel y para protegerse de las aguas elevaron un dique (Dam, en
holandés). De esta forma se obtiene el nombre de
la ciudad: Amstel – Dam, dique sobre el río Amstel. De él obtuvo la ciudad sus primeras riquezas,
convirtiéndose a través de los siglos en un centro
comercial importante, con su base de operaciones
en un animado puerto.
A comienzos del siglo XVII el comercio marítimo
creció espectacularmente. Tras la caída de Amberes Ámsterdam se convirtió en la emperatriz de los
mares. Es el comienzo del siglo de oro holandés, la
época de mayor esplendor y poder de la ciudad a
nivel mundial. Té, tabaco, diamantes, café y especias, comercializados a gran escala, obligaron a la
fundación de dos grandes empresas: la Compañía
de las Indias Orientales y Occidentales. Es también
el siglo de la construcción de los grandes canales
del centro, bordeados por las espléndidas mansiones de los poderosos comerciantes (estrechas a pesar de todo porque los impuestos que gravaban la
longitud de las fachadas de las viviendas situadas
en los principales canales aumentaban proporcionalmente a sus dimensiones). Es igualmente el siglo en el que se desarrollan espectacularmente las
artes con nombres como Rembrandt o Hals.
Al siglo XVII le sigue un periodo de decadencia:
Inglaterra y Francia son las grandes potencias comerciales del siglo XVIII y esta última terminará
por invadir Holanda en 1795. Tras la caída de Bonaparte, el país será capaz de mantener una relativa
neutralidad hasta 1940, año en el que el ejército
nacionalsocialista alemán entra en su territorio.
Cinco años de ocupación, con el famoso episodio
de Ana Frank y las deportaciones masivas de judíos
holandeses, no conseguirán destruirla.
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GuÁmsterdam
VISITAS ACONSEJADAS
Plaza del Dam: Es el más puro centro de la
ciudad, justo en el emplazamiento del dique sobre
el río Amstel. Situada en la unión de dos grandes
avenidas: Damrak y Rokin. En el centro de la plaza
se levanta el monumento a la liberación, obelisco
de 22 metros de altura construido en recuerdo a las
víctimas de la II Guerra Mundial. Las cuatro figuras
masculinas representan el drama de la guerra; la
mujer y el niño, la paz, y los hombres con los perros,
la resistencia. Detrás del obelisco hay 12 urnas que
contienen tierra de cada una de las provincias del
país. El 4 de mayo, fecha en la que fue erigido, se
celebra una ceremonia en honor de las víctimas y
el país guarda 2 minutos de silencio.
Palacio Real: Se halla en la plaza Dam y se
asienta sobre 13659 pilotes de madera clavados
en su suelo movedizo. Curiosamente no parece un
palacio ya que en sus 150 primeros años albergó el
ayuntamiento de la ciudad. Se usó por primera vez
como residencia real durante los 5 años de ocupación francesa, a principios del siglo XIX, cuando el
hermano de Napoleón Bonaparte, Luis, fue rey de
Holanda. Desde la vuelta al trono de la casa holandesa Orange, éste ha sido el palacio oficial de la
persona reinante aunque muy pocos lo han usado
para algo más que una recepción.
Iglesia Nueva –Nieuwe Kerk: Tratándose de
una iglesia del siglo XV el término “nueva” es relativo, y se aplica sólo por comparación con la cercana iglesia vieja del siglo XIV. La Nieuwe Kerk ya no
se utiliza como lugar de culto, sino más bien como
monumento histórico donde se celebran exposiciones, conciertos y ceremonias solemnes. Desde
1914 los soberanos holandeses son coronados en
esta iglesia (la última fue la reina Beatriz, en 1983)
Westekerk: Construida en 1630, posee una torre de 85 metros culminada por la corona imperial
de Maximiliano I de Austria, que otorgó en 1480
a Ámsterdam el derecho de colocar su corona en
su escudo de armas como símbolo de la protección
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Bicicle en un pu
imperial. Aquí fue enterrado Rembrandt. En la plaza
de la iglesia se halla una estatua dedicada a Ana
Frank, ya que su casa se encuentra a escasos metros.
Museo nacional de Vincent Van Gogh: Gracias a los desvelos de su familia, sobre todo de la
mujer de su hermano y de un sobrino, casi todos
los cuadros, bocetos, grabados, aguafuertes, ilustraciones y cartas de Van Gogh han permanecido
en su país natal. Más de 200 cuadros y 600 dibujos
del artista, ordenados cronológicamente, cubren
las paredes del museo. Destacan: “los comedores
de patatas”, “autorretrato como pintor”, “campo
de maíz con cuervos”. Además de las obras de
Van Gogh el museo acoge trabajos de Gauguin,
Toulouse-Lautrec, Emile Bernard y otros contemporáneos.
Rijksmuseum – Museo Nacional: Fue construido a finales del siglo XIX por Cuypers, el mismo
arquitecto que construyó la estación central, por lo
que se observan muchas similitudes entre ambos
edificios. El museo alberga la mayor colección de
arte de Holanda, y la sección de pintura exhibe
tablas de maestros holandeses de los siglos XV a
XIX, incluyendo trabajos de Rembrandt, Vermeer,
Frans Hals y Jan Oteen. Además hay secciones
de escultura, artes aplicadas, historia holandesa,
grabados y dibujos. La joya del museo es la “ronda
nocturna”, de Rembrandt.
Museo Stedelijk: Contiene arte moderno
desde 1850 hasta nuestros días. Impresionismo,
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alberga
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El Rijksamgran colecciópnictórico holand
un de arte
Vista panorámica
expresionismo, nuevo realismo, COBRA (grupo
COBRA: Copenhague, Bruselas, Ámsterdam), arte
pop y minimalista; son algunos de los movimientos
representados. Cezanne, Chagall, Picasso, Leger,
Monet, Appel, Mangold y Ryman nutren con su
obra al museo.
Casa de Ana Frank: Es la casa en la que 8
personas, que pertenecían a 3 familias diferentes,
vivieron juntas permaneciendo en un silencio total
durante dos años, desde 1942 a 1944, hasta que
su escondite fue descubierto por las fuerzas de
ocupación nazi, cuando la II Guerra Mundial estaba
a punto
de finalizar. Fue aquí donde se escribió el
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famoso diario. Las habitaciones de este edificio,
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que en aquella época eran almacén y oficina, siguen igual que las encontró el padre de Ana, único
superviviente, a su vuelta.
Recorrido por los canales: Una visita de Ámsterdam no puede considerarse completa si no se
incluye un recorrido por los canales. Desde ellos
se ve la ciudad de otra manera y se aprecian con
claridad las fachadas y los tejados. El recorrido básico dura aproximadamente una hora y discurre por
los canales y el puerto y es muy agradable. Tanto
de día como de noche vale la pena, ya que lo que
se pierde en detalles arquitectónicos se gana en
juegos de luces, reflejos en el agua y, en verano,
iluminación de las torres y puentes.
Barrio del Jordaan: Es un barrio para los
amantes del paseo. No tan ilustre como los canales el Jordaan se extendió hacia el oeste durante el
siglo XVII. Es un barrio donde vive la clase trabajadora, es decir, el auténtico amsterdamés. Es el barrio de los mercados, los cafés marrones, las calles
con nombres imposibles de pronunciar y las gentes
más entrañables. El nombre del barrio viene de la
palabra francesa jardin, seguramente introducida
por los muchos refugiados hugonotes que habitaron durante las guerras de religión en esta zona.
Barrio Rojo: Es quizás el barrio más famoso de
Amsterdam
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GuÁmsterdam
Ámsterdam y debe su nombre a la iluminación que
tienen sus locales. Es el barrio de la prostitución.
Curiosamente está en pleno centro, a escasos metros de la plaza Dam. La ciudad fue, al fin y al cabo,
un importantísimo puerto comercial al que llegaban
gentes de todo el mundo. La afluencia de marinos
que arribaban a puerto tras largos meses de navegación influyó definitivamente en el desarrollo de
la prostitución. El actual “barrio chino”, situado en
la parte más antigua de la ciudad, abarca más o
menos la misma zona que hace siglos. Las luces rojas y los escaparates donde se exhiben mujeres de
todas las partes del mundo pueden verse por todas
las callejuelas. Las autoridades municipales controlan en cierta medida esta actividad registrando
a las prostitutas y sometiéndolas a una inspección
médica periódica, conforme a la típica tradición de
Ámsterdam de combinar tolerancia y moderación.
Este barrio se ha convertido en una auténtica atracción turística: Burdeles, sex shops, espectáculos,
luces, punks, turistas..
 Información Práctica
Compras
Las principales calles comerciales se encuentran junto a la plaza Dam. Calles como Rokin, Kalverstraat, Leidsestraat o Nieuwendijk ofrecen un
amplio abanico de posibilidades. Los mercadillos
y rastros tienen también su representación en la
ciudad: el mercado de la calle Albert Cuyp es el
más grande de la ciudad y se vende de todo, desde
flores y frutas hasta ropa y discos. También famoso
por la ropa de segunda mano es el que tiene lugar
en Waterlooplein, y por supuesto, quizás el más
turístico pero el más hermoso, debemos destacar
el mercado de flores diario que se encuentra en la
torre de la moneda.
Mención especial merecen los diamantes dentro
de las compras en Ámsterdam. Desde el siglo XV
Ámsterdam es uno de los centros de la talla del
diamante más importante del mundo, junto con
Amberes, Nueva York y Tel Aviv. Es unos de los
mejores lugares para comprar diamantes y piedras
sin montar, de todas las graduaciones posibles de
color y calidad. La tradición comienza en Ámsterdam con la llegada de los judíos que huyendo de
países como España llevaban consigo pocas pero
valiosas pertenencias, como las piedras preciosas.
Ellos no fueron aceptados en muchos de los gremios ya existentes y se tuvieron que dedicar a otras
actividades como la talla del diamante, actividad
en la que eran expertos.
Cafés
Existen dos tipos de cafés muy conocidos en la
ciudad. Los primeros son los “bruiner” o “marrones” y se llaman así por el tono de su decoración
interior. Una gran y buena representación de ellos
se encuentra en el barrio del Jordaan. A veces
son sitios oscuros, de techo bajo y angostos, con
puertas, ventas, barriles y gruesas vigas de madera
que acentúan la sensación de oscuridad. Los otros
cafés son los famosos “coffee-shops”. Es de sobra
conocida la relativa tolerancia gubernamental en
Holanda con respecto a todo tipo de drogas (y estupefacientes) de las consideradas como blandas. No
todas las drogas están toleradas, sólo las distintas
calidades de hachís y marihuana. Ello no quiere decir que sea legal su comercio o posesión, pero su
compra es posible en los coffee-shops. Por el barrio
rojo hay cientos de ellos que ofrecen a sus clientes completas cartas de sus especialidades, donde
además se indican los precios según los gramos
que se deseen adquirir. Atención: ninguno de los
países fronterizos con Holanda permite la entrada
en su territorio de drogas, incluidas las blandas.
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