16 3.1.1 Zapatas aisladas. La cimentación normal de los pilares de

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CIMIENTOS
3.1.1 Zapatas aisladas.
La cimentación normal de los pilares de un edificio estará basada en zapatas individuales o
aisladas cuando se den las tres situaciones siguientes:
a) El terreno sea firme y competente
b) Se pueda cimentar con una presión media alta
c) Se esperen asientos pequeños o moderados
En general, las zapatas interiores serán de planta cuadrada, tanto por su facilidad constructiva
como por la sencillez del modo estructural de trabajo. Sin embargo, podrá convenir diseñar
zapatas de planta rectangular o con otra forma, entre otros, en los siguientes casos:
−
Las separaciones entre crujías sean diferentes en dos sentidos perpendiculares;
−
Existan momentos flectores en una dirección;
−
Los pilares sean de sección rectangular;
−
Se haya de cimentar dos pilares contiguos separados por una junta de dilatación;
−
Casos especiales de difícil geometría.
Si los condicionantes geométricos lo permiten, las zapatas de medianería serán de planta
rectangular, preferentemente con una mayor dimensión paralela a la medianería, y las de
esquina de planta cuadrada.
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Desde el punto de vista estructural se considerarán zapatas rígidas las zapatas cuyo vuelo v,
en la dirección principal de mayor vuelo, sea menor o igual que dos veces el canto h (v ≤ 2h).
Se considerarán zapatas flexibles en caso contrario (v>2h).
Las zapatas aisladas se podrán unir entre sí mediante vigas de atado o soleras, que tendrán
como objeto principal evitar desplazamientos laterales. En especial se tendrá en aquellos
casos prescritos en la Norma de Construcción Sismorresistente NCSE.
Podrá ser conveniente unir zapatas aisladas, en especial las fuertemente excéntricas como
son las de medianería y esquina, a otras zapatas contiguas mediante vigas centradoras para
resistir momentos aplicados por muros o pilares, o para redistribuir cargas y presiones sobre
el terreno.
En el caso de vigas de atado o vigas centradoras hormigonadas directamente sobre el
terreno, deben considerarse los posibles esfuerzos derivados del asiento previsto en las
zapatas unidas por ellas. Del mismo modo se considerarán los efectos derivados de cualquier
otro movimiento relativo que pueda inducir esfuerzos sobre dichas vigas y sobre los demás
elementos de cimentación unidos por ellas. En especial no se considera aconsejable recurrir
al apoyo directo de las vigas de unión entre zapatas en el caso de cimentar sobre terrenos
expansivos o colapsables.
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