Los ritos de la época moderna: la tradición actual de Año Nuevo En 1939 por primera vez en la época soviética fueron editadas las tarjetas postales dedicadas al Año Nuevo. Representaban copos de nieve en el fondo de la torre Spasskaya del Kremlin. La autora de las postales es O.Eigues. En la postal de Año Nuevo editada para el año 1942 figura Ded Moroz* (* Análogo ruso de Papá Noel, también aparece como Abuelo Frío, Abuelo Hielo, Abuelo Escarche) con la pipa de Stalin y un saco lleno de armas (el saco está adornado con la bandera norteamericana) (M.Chápkina. Tarjeta artística. M., 1993. № 416). El periódico “Pravda” publica en enero de 1954 el artículo de Konstantín Paustóvski “Los niños en el Kremlin”. La idea del milagro de Año Nuevo va desarrollándose hasta convertirse en un mito: “Casi no existe escritor o poeta que no desee crear un cuento de invierno – una obra lírica especial donde el hechizo del nevado invierno se combine con la sensación de la plena felicidad, sobre todo la felicidad infantil. Había muchos bellos cuentos de invierno. Pero todos eran producto de la imaginación del escritor. Y sólo ahora, el primer día del nuevo año 1954 este cuento llegó a ser conocido, se pudo participar en él, penetrar en él y experimentar la felicidad que antes había existido sólo en nuestra imaginación”. Así aparece la mística del Año Nuevo: el milagro del cuento que se convierte en la felicidad. “Hace mucho los niños están acostumbrados a la vista al Kremlin desde los puentes y desde el otro lado del río Moscú, – continua Paustovski. – Pero ahora él (el Kremlin) no se les descubrió desde fuera, sino desde el interior. El que no conozca y no ame el pasado de su patria no puede ser creador de su verdadera vida”. De esta manera el hecho de la fiesta de Año Nuevo se reconoce antiguo, como dice esta cita. La nueva mitología exige su propio rito y cierta autoridad mística. En esta dirección va desarrollándose la actividad literaria y el trabajo cultural de masas. El argumento y la lista de personajes de las funciones festivas de Año Nuevo se determinaron para fines de los años 1950. Una de las máscaras de las Pascuas de la Navidad se transforma en una fuerza potente, Ded Moroz, y aparece acompañada por Snegúrochka* (*Blancanieves, la Doncella de Nieve). El tiempo de Año Nuevo hereda los milagros del romanticismo: las muñecas vivas, los países extraños, visiones, fuegos falsos. Los argumentos de las funciones festivas de Año Nuevo, aún diferenciándose en la lista de personajes, atributos y motivaciones, se basan en en el esquema de acción común y conservan el conjunto de elementos determinados (para el análisis fueron aprovechados los textos siguientes de los años 60-70: A.Alexándrova. Arbol de Año Nuevo tiene agujas verdes” (cuento de Año Nuevo) // En la fiesta de Año Nuevo. L., 1956. p.14-28; M.Karelina. Khottabych en la fiesta de Año Nuevo // ibíd. p.29-45; N.Guippius, M.Tuberóvski, I.Turiguin. Cuento de la llave mágica // ibíd. p.46-70; V.Kovalenko, L.Segal. Ded Moroz en una astronave // ibíd.). El esquema del guión es siguiente: Los niños (y sus padres) quieren recibir regalos. Este deseo que se corrige varias veces durante el espectáculo se verifica por el hecho de que el Año Nuevo es el tiempo para la realización de todos los deseos. Los regalos los entrega Ded Moroz que vive lejos, en una tierra fría y oscura, “en un bosque oscuro”. Debe haber un intermediario entre los niños y Ded Moroz (Snegúrochka o animador). Este intermediario explica a los niños qué tienen que hacer y decir para que venga Ded Moroz o para que, si ha llegado ya, el árbol de Año Nuevo encienda sus luces. Un representante de los niños (héroe o heroína) tiene que viajar al espacio de Ded Moroz y contribuir a su llegada neutralizando las intrigas de los antagonistas (por ejemplo, de Baba Yagá, Ventisca, mal Buho, Gata Negra, etc.) o resolviendo un problema difícil. La variante más fácil del problema es una adivinanza. La ofrece Snegúrochka: “Sobre el agua del río agitan dos manos. Apenas se ve la cabeza del pionero. Y el río vuelve a calmarse como un espejo. La respuesta correcta es: el nadador zambulló” (M.Karelina. Khottabych en la fiesta de Año Nuevo. En la fiesta de Año Nuevo. L., 1956. p.35). Además del esquema general, son invariables los trajes: el de Ded Moroz (larga barba blanca y bigotes, báculo o bastón, cinturón rojo, traje rojo o azul con guarnición blanca, todo conforme con el estandarte del ano 1937). El traje de Snegúrochka supone una trenza larga, gorra o kokóchnik, traje blanco o blanco y azul. Los papeles de ayudantes los suelen desempeñar los animales de los cuentos y personajes de los libros soviéticos para niños (Buratino, Chuk y Guek, Neznaika, Timur, etc.). En los momentos “importantes” del espectáculo aparece el habla poética. Por ejemplo, Ded Moroz dice: “He oído un ruido/ A la fiesta he venido/en el monte donde vivo/sólo nieve hay y hielo…” (N.Saz, A.Rozanov. Amistad: guión-manual para la organización de la fiesta de Año Nuevo. Alma-Ata.1950., p.33). Es constante también el juego con la luz y la oscuridad – se oscurece la sala, se encienden las luces multicolores, aparecen efectos pirotécnicos, los espectadores se ven obligados a hablar en coro, lo que según las palabras del animador va a producir efecto mágico: “Y para que aparezca el juguete, todos los niños tienen que decir en coro: “¡Pedrito, alcanza el gorrión!” (Ibíd., p.36) o: “En la Nochevieja a veces ocurren milagros. Vamos a pronunciar una palabra rara. Por ejemplo, ¡Zurbagán!” Los niños repiten la palabra mágica siguiendo al animador. El telón se abre lentamente” (A.Alexándrova. Arbol de Año Nuevo tiene agujas verdes” (cuento de Año Nuevo) // En la fiesta de Año Nuevo. L., 1956. p.20). ¿Por qué la fiesta de Año Nuevo es un rito y no es un espectáculo? Un hombre soviético desde su niñez percibía la Nochevieja y la función de Año Nuevo como un tiempo sagrado de los dones gratuitos, tiempo que supera el marco de la realidad. El Año Nuevo es la única fecha ratificada por el orden social áteo como el tiempo sagrado, el tiempo de milagros. En este período alguien se cuida de ti, alguien a quien nunca veas, pero quien te conoce, te quiere y sufre por ti. Es una persona de características constantes: sabiduría, fuerza mística, omnisciencia, posesión de todos los bienes. Todas estas características que pueden pertenecer sólo a Dios ahora se atribuyen a Ded Moroz: “Ded Moroz: Los vamos a observar con amor y vosotros, amigos, ¡no falléis!” (V.Terejin, V.Foteev. Como han robado el Año Nuevo // Feliz Año Nuevo: conjunto de repertorio. M., 1971, p.202). Ded Moroz está enfermo, porque “le han ofendido, – dice la Liebre. – La gata le ha dicho que habéis torturado a los animales, no habéis aprendido las lecciones, habéis tirado bolas de nieve contra los transeúntes, que sois malos y negligentes, no amáis a nadie, y por lo tanto no le amáis a él – a Ded Moroz” (N.Slónova. Como Lenochka curó a Ded Moroz // ibíd. p.15). Como se ve en esos ejemplos, la base de las relaciones entre Ded Moroz y los niños debe ser el amor, no menos. La opinión pública prepara de una manera determinada a los participantes de la funcion de Ano Nuevo a que ésta se perciba como una acción mágica. El ritual no supone la división de los presentes en espectadores y personajes – todos son participantes de la acción. Precisamente así pasa la fiesta de Año Nuevo. Hay clientes (los niños y sus padres), hay especialistas del rito (“animadores”), hay intermediarios (“ayudantes”). Hay destinatario del rito (el que ofrece los dones), hay antagonistas – espíritus, demonios, animales. El espectáculo de Año Nuevo reproduce el esquema de los rituales “redistributivos” de la cultura tradicional. Vamos a comparar el esquema mencionado con el esquema determinado por Elena Novik en resultado del análisis de los ritos de los pueblos siberianos. La autora escribe: “El pésimo estado del colectivo o de uno de sus miembros precedente al rito de comunicación con los espíritus (función de “desgracia o falta”) condiciona la invitación del chamán, en nombre del cual el usuario obtiene una fuerza capaz de liquidar este estado negativo (función de “invitación del intermediario”)… El chamán descubre la causa de la desgracia… se encara con el espíritu de la enfermedad y/o viaja al mundo donde habita el destinatario del rito. El contacto del chamán con el espíritu se completa con la firma del contrato e intercambio de valores – entrega de dones y obtencion de lo deseado (E.Novik. Rito y folklore en el chamanismo de Siberia. M., 1984, p.98). El espectador mayor de hoy día por supuesto no cree en el hecho de que un hombre, con barba y bigote falsos, que sale a las tablas con un saco y bastón, sea un espíritu. Pero ¿por qué trata de convencer a su hijo que es así? ¿Para qué los papás de hoy disfrazándose de Ded Moroz o habiéndolo encargado por teléfono se esfuerzan en engañar a sus hijos y hacerlos creer en la realidad de Ded Moroz? ¿Puede haber una explicación de sus acciones, a no ser que los padres crean en algo ellos mismos? Entonces, ¿en qué creen participando en los espectáculos de Año Nuevo en los días del ayuno navideño e involucrando en eso a sus hijos? El que no recoge conmigo, desparrama. El que no está conmigo, esta contra mí. Las familias reunidas durante estos dias junto al árbol de Año Nuevo no están con Dios. Pero ¿con quién están? ¿Con Ded Moroz y Snegúrochka? Antes de la revolución la fiesta de Año Nuevo era una fiesta laica y pasaba en los días festivos de carne y leche de las Pascuas de Navidad que llegaba después de la fiesta del Nacimiento de Cristo y el precedente ayuno de San Felipe. Así, el rito introducido por Pedro I se refería, según su idea, a las fiestas de las Pascuas de Navidad y por su contenido no estaba en contradicción con el estatuto de la Iglesia Ortodoxa. Combinándose con la fiesta religiosa de la Circuncisión se llenaba del sentido necesario, porque el cambio formal del año carece de cualquier sentido. El Año Nuevo soviético que se celebra antes de la Navidad fue orientado contra la Navidad según su idea y contra la Iglesia según su contenido. Una persona crecida en la época soviética fuera de la religión podía considerarse átea, pero en mayoría de los casos reconocía una importancia especial, casi mística, de dos fechas: del día del cumpleaños (que había sustituido el día del ángel) y del Año Nuevo. La unidad de cualquier sociedad va determinada por la presencia de ideales sagrados: aquel valor místico que está reconocido por todos y nunca se somete a dudas. El sistema estatal de Rusia siempre se basaba y se apoyaba en la sagrada fe común. Los conceptos de “la tierra natal” y de “las tumbas paternas”, igual que la idea de la santidad “del hombre creador”, la que vamos a discutir después, se fortalecieron en la tradición cultural de Rusia a principios del siglo XIX, al mismo tiempo que el árbol de Año Nuevo. El nuevo estado que se formaba en los años 20-30, la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas , necesitaba sus propias cosas sagradas. Por eso, derrumbando los antiguos lugares sagrados, creaba los nuevos recién hechos (las prácticas similares se determinan por el término “iconoclasia”: Stites R. Revolutionary Dreams: Utopian Vision and Experimental Life in the Russian Revolution. New York, 1989). Y eso se hacía de modo como se hacía siempre y en todas partes: los nuevos conceptos sagrados fueron ubicados precisamente en los puntos de tiempo y de espacio que habían tenido una importancia religiosa, que habían sido santificados por la Iglesia. Por ejemplo, las estaciones del metro que se entendían como antitemplos, subterráneos lujosos no orientados para arriba, sino para abajo, solían construirse en lugar de las iglesias explosionadas. Por ejemplo, en Petersburgo la estación “Plaza de la Insurrección” fue edificada en lugar de la iglesia derrumbada por explosión. El Día de Neptuno – con “bautismo” en el agua (!) – se celebra en el período de veneración de los isapóstolos Olga y Vladímir, bautistas de Rusia. La fiesta de “la despedida del invierno” coincide con el comienzo de la Cuaresma y la fiesta ortodoxa del Domingo de la Quincuagésima. El calendario soviético marcaba las fiestas religiosas ortodoxas con diferentes fiestas profesionales, ideológicas o del partido, desplazándolas un poco en las fechas: por ejemplo, el día de la veneracion del icono de la Virgen de Kazán (el 4 de noviembre) corresponde al 7 de noviembre, día de la Revolución; el día de la Cabeza de Juan el Bautista se celebraba el 9 de marzo y le corresponde el 8 de marzo, el Día internacional “de la mujer”. Para la informacíon sobre el aprovecho del calendario tradicional para las nuevas formas rituales véase: O.Ovchínnikova. No nos cuesta construir una casa. Tampere, 1998, p.38-87. Pero si nuestros padres nacidos en la década de los treinta como regla creían en los ideales del estado soviético, y sufrieron la destrucción de sus ilusiones sólo con la ruina del régimen del partido, nosotros, a pesar de no creer en los “ideales” sociales, celebrábamos “sus” fiestas y creíamos en “la infancia feliz”: en el valor absoluto de la percepción del mundo infantil. Tales mitologemas como “los niños son flores de la vida” provenientes de la época de Stalin continuaron en los años 60 con “lo infantil” de sus soldaditos de papel y pequeñas orquestas. Para nosotros, generación de los 70, quedan indudables y absolutos el valor y el profundo sentido de nuestros recuerdos infantiles, a lo que se refieren las velas de la tarta en el día de cumpleaños y la luz azul del televisor en la Nochevieja con un regalo de Ded Moroz bajo el árbol de Año Nuevo. Así el poder místico de Ded Moroz representa un mito apoyado por el estado soviético gracias a la introducción de una práctica social (ritual) concreta. Esta práctica servía antes y sigue sirviéndo a la conservación de la sociedad en el marco del mismo, bien soviético, cuadro del mundo. Cada año en los días de penitencia del ayuno Navideño el hombre soviético junto con sus prójimos, en tinieblas de la noche, a través de la comida ritual comulga a los sacramentos de Ded Moroz y lleva a sus niños al mundo sagrado de la fiesta de Año Nuevo, considerándolo su deber de padre. Con este ejemplo de la tradición moderna de la celebración del Año Nuevo hemos estudiado la vía de creación de un mito nuevo que sirve de uno de los elementos constructivos de la ideología y va apoyado (lo que es necesario para un mito actual) por cierta práctica ritual. Se revela el carácter mítico de un elemento del mundo sólo cuando se cambia el cuadro del mundo. Para descubrir el mito en Ded Moroz hay que dejar de amarlo. En otro caso el mito coincide con el mundo y no diferencia nada de éste. Así, por ejemplo, el hombre de hoy percibe como absolutas, propias de las leyes principales de la vida, tales directivas como “Todo lo mejor debe pertenecer a los niños”, aunque el plazo destinado para estas directivas sea muy corto. De la misma manera se percibe la fórmula “La vida eterna significa la vida en la memoria de los hombres” o la idea del valor absoluto de la creación artística y santidad de la dedicación poética a las musas. Vamos a discutir el último mito mencionado con el ejemplo de la imagen de Pushkin en la cultura rusa.