REGÍMENES ECONÓMICO-MATRIMONIALES Curso de Extensión Universitaria 02.03.2009 ~ 11.03.2009 Material complementario Departamento de Derecho Civil AC 1993\ 2192 SentenciaAudiencia Provincial Pontevedra, de 24 noviembre 1993 Jurisdicción:Civil Rollo de Apelación núm. 253/1993. Ponente:Ilmo. Sr. D. Jesús Domínguez Gonda. REGIMENES ECONOMICOS MATRIMONIALES: SOCIEDAD DE GANANCIALES: acto de disposición: en fraude de los derechos de su consorte: desestimación: venta de acciones por el cónyuge a cuyo nombre figuran: oposición de la esposa: falta de prueba del fraude de sus derechos o de la mala fe de la sociedad compradora: omisión de la anotación en el Registro Civil de la conclusión del régimen de sociedad de gananciales en virtud de sentencia de separación matrimonial: falta de modificación del régimen durante el matrimonio. Doña M.ª de las Nieves A. M. formuló demanda de juicio de menor cuantía ante el Juzgado de Primera Instancia núm. 7 de Vigo contra don José Manuel P. G. y la entidad ´Plaza de España, Estación de Servicio SA’ sobre nulidad de contrato de compraventa. El Juzgado dicto sentencia estimando la demanda. La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra declara haber lugar al recurso de apelación interpuesto por la entidad demandada. Doña M.ª de las Nieves A. M. formuló demanda de juicio de menor cuantía ante el Juzgado de Primera Instancia núm. 7 de Vigo contra don José Manuel P. G. y la entidad ´Plaza de España, Estación de Servicio SA’ sobre nulidad de contrato de compraventa. El Juzgado dicto sentencia estimando la demanda. La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Pontevedra declara haber lugar al recurso de apelación interpuesto por la entidad demandada. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- La demandante pretende obtener la nulidad o la rescisión del contrato de compraventa de 208 acciones nominativas de la sociedad Plaza de España ´Estación de Servicios SA’ que llevó a efecto su esposo, a cuyo nombre figuraban, mediante documento público autorizado en Vigo por Corredor de Comercio con fecha 16-10-1990, siendo compradora la propia sociedad y alegando la demandante como fundamento de su pretensión, que dichas acciones constituían un bien ganancial y la venta se realizó sin su consentimiento e incluso contra su expresa voluntad y en fraude de su derecho, y que de esa voluntad negativa a la venta, tenían pleno conocimiento su esposo y los socios de la sociedad compradora. Agrega adem·s dicha demandante, que al tiempo de ser otorgado ese contrato de compraventa, la sociedad de gananciales estaba disuelta y pendiente de liquidación, por haber recaído Sentencia firme en grado de apelación, con fecha 22-3-1990, acordando la separación del matrimonio. SEGUNDO.- La sentencia definitiva de separación de matrimonio, produce la conclusión de la sociedad de gananciales (art. 1392.3.º del CC), quedando sometidos los cónyuges, salvo pacto o resolución judicial en la que acuerde o disponga otro sistema, al régimen de la separación de bienes (STS 2-4-1992 [RJ 1992\ 4415]), y dicha sentencia produce los plenos efectos entre las partes desde su fecha, pero no ocurre lo mismo con relación a terceros, y así los arts. 1333 y 1346 del CC disponen que las sentencias y resoluciones judiciales que modifiquen el régimen económico del matrimonio deber·n anotarse en el Registro Civil, y, a su vez, la Ley del Registro Civil (RCL 1957\ 777 y NDL 25893) (art. 77) y su Reglamento (RCL 1958\ 1957 y NDL 25895) (art. 266) establecen, aunque con car·cter facultativo, esa misma anotación o indicación de las resoluciones judiciales modificativas del régimen económico de la sociedad conyugal, agregando que en ningún caso el tercero de buena fe resultar· perjudicado sino desde la fecha de dicha inscripción. TERCERO.- Como en este caso, al tiempo de ser otorgado el contrato de compraventa de las acciones, no se había llevado a efecto todavía esa anotación o indicación de la sentencia definitiva de separación del matrimonio en el Registro Civil, de lo cual no hay duda alguna, pues la certificación que expidió el Tribunal de la Audiencia para remitir los autos al Juzgado es de fecha 8-3-1991 (folio 94), posterior por lo tanto a aquel contrato de compraventa de acciones, solamente podr· otorg·rsele eficacia a la sentencia frente a la sociedad compradora de dichas acciones, si ésta no hubiese procedido de buena fe. CUARTO.- La buena fe se presume siempre mientras no se pruebe lo contrario y por lo tanto ha de valorarse la que se recibió en el juicio que, desde luego, es de reconocer que no fue muy abundante ni tampoco muy directamente encaminada a este fin. Esta prueba se limitó sustancialmente a incorporar a los autos el testimonio de particulares de otros dos juicios anteriores, uno de ellos sostenido contra su marido y los otros socios de la sociedad aquí ahora demandada, por la compra y documentación de esas acciones en cuestión, con el fin de acreditar que eran bienes gananciales, pero esta condición es innegable y no se le discute; el otro testimonio de particulares se refiere al juicio de separación del matrimonio que concluyó por la sentencia firme antes referida. A su vez, con la demanda, se había aportado una copia del requerimiento notarial que con anterioridad a esos dos juicios referidos, había dirigido la esposa a su marido y a otro socio, para que el primero se abstuviera de realizar acto alguno de administración y disposición de dichas acciones y el segundo a efectuar cualquier transacción (sic) sobre ellas. QUINTO.- En toda esta prueba recibida en el juicio, ni tampoco en la confesión judicial, para nada se enfocó el tema aquí planteado, sobre si la sociedad demandada tenía conocimiento de haber recaído aquella sentencia firme de separación del matrimonio del socio vendedor de las acciones. Por lo tanto, ante esta falta de prueba, no puede aceptarse que tuviese ese conocimiento y ni siquiera puede afirmarse que lo tuviese el propio esposo por haber permanecido durante el juicio en situación de rebeldía. SEXTO.- En consecuencia, al no estar anotada la sentencia en el Registro Civil y desconocerla la sociedad compradora, no se le puede negar su condición de tercero de buena fe, quedando, por lo tanto excluida de sus efectos que, en esta materia que nos ocupa, sería la extinción de la sociedad de gananciales y consiguiente instauración del régimen de separación de bienes. Para esta sociedad compradora por ser tercero de buena fe, subsistía el régimen de la sociedad de gananciales y con ello la legalidad de la venta de las acciones por el esposo por ser el titular de las mismas (art. 1384). SEPTIMO.- Subsiste, sin embargo, el problema de si ser· v·lida o no esa venta pues aun desconociendo la sociedad compradora aquella sentencia firme de separación, sí le constaba la situación conflictiva del matrimonio e incluso la separación provisional de los cónyuges. Aunque, en principio, es distinta la voluntad de los socios y de la sociedad, tal realidad en la pr·ctica no puede afirmarse que ocurra en una sociedad de orden familiar, personalista y cerrada, como es la SA aquí demandada, con una importante limitación en la transmisión de las acciones y cuyos socios son únicamente cuatro, tres de ellos unidos por vínculos familiares y el cuarto fue el destinatario de aquel requerimiento y después demandado en el juicio y finalmente el que representó a la sociedad en la compraventa de las acciones que aquí ahora se impugnan. Por todo ello, ha de admitirse que la sociedad, al tiempo de comprar las acciones, si bien desconocía que hubiese recaído aquella sentencia firme y definitiva de separación del matrimonio, sí le constaba, por el contrario, que eran bienes gananciales, lo cual, como ya se dijo, no se discute, y que la esposa se oponía a su venta y, adem·s, que tenía pendiente ese juicio de separación de su matrimonio, pendiente, por lo tanto, de la sentencia que recayese. OCTAVO.- Ante todo ha de tenerse en cuenta que aquellos requerimientos notariales, a los que antes se hizo referencia, en los cuales la esposa les notificaba su oposición a la venta de las acciones, no podían producir ese efecto específico que pretendían, ya que los esposos quedaron sometidos, desde el momento de su matrimonio a la sociedad de gananciales (art. 1345), y dicho régimen económico, como su regulación legal contenida en el Código Civil (arts. 1344 y siguientes), no puede modificarse, en todo ni en parte, por la sola voluntad de uno de los cónyuges, sino únicamente de común acuerdo mediante capitulaciones matrimoniales o por decisión judicial (arts. 1392 y 1393). Al no haber tenido lugar ese acuerdo en capitulaciones matrimoniales, ni recaído una decisión judicial en tal sentido, queda sólo pendiente de decidir, sobre si la admisión a tr·mite de la demanda de separación del matrimonio, de lo cual, como ya se dijo, tenía pleno conocimiento la sociedad compradora, pudo afectar de alguna manera ´a la validez de los actos de disposición de títulos, valores por el cónyuge a cuyo nombre figuren’ (art. 1384), es decir, a la validez de la venta de esas acciones nominativas por el marido que era su titular. NOVENO.- El art. 102 del CC expresa los efectos que, por el solo Ministerio de la Ley, produce la admisión a tr·mite de las demandas de separación del matrimonio, ninguno de los cuales afecta, para nada, al régimen de administración y disposición de los bienes gananciales. La norma contenida en el último inciso del art. 1394, en la cual se impone la exigencia de la licencia judicial para los actos que excedan de la administración ordinaria, cuando y desde que se hubiere iniciado un pleito sobre las causas de disolución de la sociedad de gananciales, se refiere únicamente a las causas de disolución contenidas en el artículo anterior 1393. Por el contrario, la admisión a tr·mite de las demandas, que también pueden producir la conclusión de la sociedad de gananciales, pero por las causas contenidas en el artículo precedente 1391, no producen otros efectos por ´ministerio legis’ que los contenidos en el art. 102 ya antes comentado, si bien agrega el artículo siguiente 103 núm. 4, que el Juez puede adoptar ´atendidas las circunstancias’ ´las reglas que deban observarse en la administración y disposición’ de los bienes gananciales. Como en este caso, al ser admitida a tr·mite la demanda de separación no se adoptó ninguna medida judicial que alterase el régimen de la administración y disposición de los bienes de la sociedad de gananciales, no concurría prohibición alguna que pudiese provocar la nulidad de ese contrato de venta de dichas acciones por el esposo a cuyo nombre figuraban (art. 1384), y, por lo tanto, dicho contrato de compraventa es plenamente v·lido, sin perjuicio de que pueda ser rescindible por fraude, que es la segunda petición de la demanda que ha de estudiarse seguidamente. DECIMO.- El art. 1391 establece una causa específica de rescisión de los contratos sobre bienes gananciales realizados por uno de los cónyuges, cuando lo hubiere hecho en fraude de los derechos de su consorte y adem·s el adquirente hubiese procedido de mala fe. El primer requisito es el fraude de los derechos del consorte y, excluido el fraude de ley por las razones antes dichas, ha de traducirse de alguna manera en un perjuicio para el otro cónyuge. Se viene entendiendo por la doctrina que ese perjuicio no tiene por qué ser necesariamente de orden económico, pero evidentemente no puede ser bastante la sola pérdida de la propiedad del objeto que lleva consigo toda venta. Sería necesario que esa pérdida o privación del objeto trascienda o trastorne de alguna manera los derechos del otro cónyuge o de la sociedad de gananciales pues, de no ser así, todo acto de enajenación supondría un fraude. UNDECIMO.- El principio de ´onus probandi’ impone al actor la prueba de los hechos normalmente constitutivos de su pretensión (art. 1214), lo que quiere decir, que tenía que ser la actora la que probase la realidad de ese fraude que alega como causa para la rescisión del contrato. Sin embargo, no se aportó prueba alguna sobre este particular. En la demanda se invoca ese fraude o ´burla’ (sic) de los derechos de la esposa y se insiste nuevamente en el escrito de conclusiones, pero durante el juicio no se ofreció prueba alguna sobre este particular. No se llegó a afirmar y menos se probó que el precio de venta de las acciones no correspondiese con su valor real y cu·l sería, por lo tanto, ese valor. Consta ciertamente su oposición, pero no el perjuicio económico o un simple transtorno de otro orden que no fuese la pérdida del objeto de la venta, es decir, de dichas acciones, pero que tuvo como contraprestación el dinero obtenido como precio de la venta. Por lo tanto, no habiéndose probado el fraude, no puede tampoco prosperar la acción rescisoria del contrato, planteada como petición subsidiaria de la demanda. DECIMOSEGUNDO.- Conviene agregar finalmente, que si en efecto se hubiese llegado a producir en alguna medida ese fraude, que aquí desde luego no se probó, le queda a la esposa la posibilidad de reintegrarse de ese posible perjuicio, al llevar a afecto la liquidación de la sociedad de gananciales, teniendo en cuenta lo dispuesto en el art. 1397.2.º del mismo CC. DECIMOTERCERO.- Al ser admitido el recurso, no ha lugar a hacer una especial imposición de las costas causadas en el mismo (art. 896 de la LECiv) y tampoco se estima procedente hacerlo con relación a las de primera instancia dada la complejidad de la materia planteada (art. 523). AC 2005\ 1451 SentenciaAudiencia Provincial Valencia núm. 395/2005 (Sección 10ª), de 22 junio Jurisdicción:Civil Recurso de Apelación núm. 393/2005. Ponente:Ilma. Sra. Dª. María Pilar Manzana Laguarda. REGIMENES ECONOMICOS MATRIMONIALES: LIQUIDACION: inventario: pasivo: inclusión: improcedencia: extracciones por el esposo de la cuenta común constante el matrimonio: no acreditación de que no se hubieran destinado a satisfacer cargas matrimoniales; inclusión del crédito ostentado por la esposa frente a la sociedad por la mitad del importe satisfecho por el abono del IBI de la vivienda común; vivienda familiar: adjudicación a la esposa en sentencia firme de separación matrimonial: inexistencia de un plus de atribución a la hora de partir: ausencia de derecho de usufructo. La Sección 10ª de la Audiencia Provincial de Valencia estima en parte el recurso de apelación planteado por la parte demandada contra la Sentencia dictada, en fecha 23-12-2004, por el Juzgado de 1ª Instancia núm. 2 de Mislata, en autos de liquidación de sociedad de gananciales, revocando la misma de forma parcial. En Valencia a, veintidós de junio de dos mil cinco. Vistos ante la Sección Décima de la Ilma. Audiencia Provincial, en grado de apelación, los autos de liquidación de sociedad de gananciales núm. 467-04, seguidos ante el Juzgado de Primera Instancia de Mislata núm. 2, entre partes, de una como demandante-apelado, D. Carlos Ramón, dirigido por el Letrado D./Dª Rafael Ferrer y Baró, y representado por el Procurador D./Dª José Luis Cervello Peremarch, y de otra como demandada-apelante, Dª Milagros, dirigida por el letrado D./Dª Amparo Lluch Pla y representada por el Procurador D./Dña. Lidon Jimenez Tirado. Es ponente la Ilma. Sra. Magistrada Dña. Mª Pilar Manzana Laguarda. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO En dichos autos por el Ilmo. Sr. Juez de Primera Instancia núm. 2 de Mislata, en fecha 23 de diciembre de 2004, se dictó Sentencia cuya parte dispositiva es como sigue: ´ FALLO: QUE DEBO ESTIMAR Y ESTIMO EN PARTE la demanda presentada por Don Carlos Ramón, representado por el procurador Sr. Cerverlló Peremarch, contra Doña Milagros, representada por el Procurador Sr. Lidon Jimenez y debo declarar y declaro que el pasivo de la Sociedad legal de gananciales es el recogido en el Fundamento de Derecho cuarto de la presente resolución y sin especial condena en costas procesales’. SEGUNDO Contra dicha Sentencia por la representación procesal de Milagros se interpuso recurso de apelación, y verificados los oportunos traslados a las dem·s partes para su oposición al recurso o impugnación a la sentencia, y previo emplazamiento de las partes ante esta Secretaria, se remitieron los autos a esta Secretaría donde se formó el oportuno rollo, señal·ndose el día de hoy para la deliberación, votación y fallo del recurso, habida cuenta de no haberse pr·ctica prueba ni considerado necesaria la celebración de vista. TERCERO Que se han observado las formalidades y prescripciones legales. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO Por la dirección letrada de la parte recurrente se impugna la sentencia de instancia en punto al pasivo del inventario de la sociedad de gananciales por no contener, en primer lugar, la suma del reintegro de 6.000 euros efectuado por el esposo de la cuenta común del BBVA en fecha 17 de enero de 2002; y en segundo lugar por no contener el pago del IBI realizado por la recurrente tras la firmeza de la sentencia de separación relativo a la vivienda que ocupa por importe de 232,98 y 258,62 euros. SEGUNDO El primero de los motivos no puede prosperar en la medida en que esa disposición reconocida por la contraparte se efectuó constante la sociedad de gananciales y, en consecuencia, sin acreditación alguna de lo dispuesto en el art. 1390 del CC ( LEG 1889\ 27) , de la misma forma que se constata otra extracción por parte de la recurrente de 3711 euros en idéntica fecha que igual tratamiento jurídico obtuvo por la Juzgadora de instancia. En consecuencia, constando acreditado que la demanda de separación se presentó en fecha 26 de febrero, que las extracciones se produjeron antes de su interposición esto es constante el matrimonio, y que no se ha acreditado el que no se hubieran destinado a satisfacer cargas matrimoniales de conformidad con el art., 1390 del CC, se est· en el caso de desestimar el motivo. TERCERO Por el contrario sí procede acceder a considerar pasivo de la sociedad el crédito que la recurrente ostenta contra aquélla por la mitad del importe satisfecho por el abono del IBI de la vivienda que aparece acreditado en los importes de 232,98 y 258,62, y ello por cuanto el referido impuesto grava a los titulares de la vivienda en idéntica proporción a sus cuotas, con independencia de que el uso de la misma haya sido atribuido a la recurrente. En efecto, la doctrina del Tribunal Supremo es un·nime cit·ndose al efecto las sentencia de 4 de abril de 1997 ( RJ 1997\ 2636) y 23 de enero de 1998 ( RJ 1998\ 151) , en la consideración de que la adjudicación del uso de la vivienda familiar no es un plus de atribución a la hora de partir, sino un medio legal de dar satisfacción a la necesidad de vivienda de quien merece mayor tutela, m·s en ningún caso, cabe hablar de derecho de usufructo ni tampoco de una carga que infravalore la propiedad. Esa falta de consideración de situación asimilable al usufructo impide la aplicación del art. 501 del CC ( LEG 1889\ 27) en virtud del cual la sentencia de instancia ha excluido su abono por parte de la sociedad. CUARTO La estimación siquiera sea parcial del recurso conlleva de conformidad con lo dispuesto en el art. 394.2 al que remite el 398 de la LECiv ( RCL 2000\ 34, 962 y RCL 2001, 1892) la no imposición de las costas de esta alzada. FALLAMOS En atención a todo lo expuesto, la Sección Décima de la Audiencia Provincial de Valencia, en nombre de Su Majestad del Rey Ha decidido: 1º Estimar parcialmente el recurso de apelación interpuesto por la representación procesal de Milagros. 2º Incluir en el pasivo de la sociedad el crédito que ostenta la recurrente frente a aquélla por el pago de 232,98 y 258,62 euros en concepto del IBI sobre la vivienda común. 3º No hacer imposición de las costas de esta alzada. Así por esta nuestra sentencia, de la que se llevar· certificación al rollo, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. PUBLICACI”N.-Que la anterior sentencia ha sido leída y publicada por el Ilmo. Sr. Magistrado que la dicto, estando celebrando Audiencia Pública la Sección Décima de la Audiencia Provincial en el día de la fecha. Doy fe. AC 1999\ 6995 SentenciaAudiencia Provincial León núm. 231/1999 (Sección 2ª), de 24 mayo Jurisdicción:Civil Recurso de Apelación. Ponente:Ilmo. Sr. D. Alberto Francisco Alvarez Rodríguez. REGIMENES ECONOMICOS MATRIMONIALES: SOCIEDAD DE GANANCIALES: Administración y disposición: actos realizados en fraude de los derechos de su consorte: estimación: disposición de saldos por parte del marido antes de la separación; Liquidación: inventario: inclusión: estimación: disposición por el marido de dinero de cuenta bancaria del matrimonio en fechas considerablemente anteriores a la fecha de la disolución de su sociedad conyugal, acaecida con ocasión de la sentencia que decretó su separación matrimonial: aplicación del art. 1397.2 CC. Doña Aurelia S. A. dedujo, ante el Juzgado de 1ª Instancia núm. 2 de La Bañeza demanda, en juicio de menor cuantía, frente a don Celedino A. G. El Juzgado, en fecha 6-4-1998, dictó Sentencia estimando parcialmente la demanda, declarando la división y liquidación de la Sociedad de Gananciales condenando al demandado a abonar a la actora la suma de 1.150.000 ptas. en pago del haber partible. Apelada por la parte demandada, la Sección 2ª de la Audiencia Provincial de León declara no haber lugar al recurso. En León, a veinticuatro de mayo de mil novecientos noventa y nueve. Vistos, ante el Tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial el recurso de apelación civil arriba indicado, en el que ha sido parte apelante Celedino A. G., representado por el procurador don Santiago G. V. y asistido del letrado don Javier José C. A. y como apelada Aurelia S. A., representada por la procuradora doña Mª José L. V. y asistida por la letrada doña María Covadonga G. A., actuando como ponente para este tr·mite el Ilmo. Sr. D. Alberto F. Alvarez Rodríguez. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.- Por el señor Juez del Juzgado núm. 2 de La Bañeza, se dictó Sentencia en los referidos autos, cuya parte dispositiva, literalmente copiada dice así: FALLO: ´Que debo estimar y estimo parcialmente la demanda interpuesta por Aurelia S. A. contra Celedino A. G., en su consecuencia, declaro la división y liquidación de la sociedad de gananciales condenando al demandado a que abone a la actora la cantidad de un millón ciento cincuenta mil pesetas (1.150.000 ptas.) en pago del haber partible. Todo ello sin expresa imposición de costas a ninguna de las partes’. SEGUNDO.- Contra la relacionada Sentencia que lleva fecha 6 de abril de 1998, se interpuso recurso por la parte apelante, por cuyo motivo se elevaron los autos a esta Audiencia, ante la que se personaron dentro del término del emplazamiento y en legal forma, las partes litigantes y seguidos los dem·s tr·mites, se señaló día para la vista de alzada, en cuyo acto se solicitó por el Letrado de la parte apelante la revocación de la Resolución recurrida y se dicte otra conforme a lo solicitado y por el Letrado de la parte apelada la confirmación de la misma por sus propios fundamentos, con expresa condena en costas a la parte apelante. TERCERO.- En la tramitación del presente recurso se han observado las prescripciones legales. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- Se aceptan los fundamentos jurídicos de la Resolución apelada. SEGUNDO.- Al haberse aquietado la representación de la actora doña Aurelia S. A. con la Sentencia que estimó parcialmente la demanda por ella planteada, se reduce la cuestión a tratar en esta alzada a si los 2.300.000 ptas. que el demandado recurrente y esposo de la anterior don Celedino A. G. extrajo de una cuenta bancaria que el matrimonio tenía abierta en el Banco Central Hispano, tenían car·cter ganancial y a si, al haber dispuesto de ellos en fechas considerablemente anteriores (en concreto el 3 de noviembre y el 9 de diciembre de 1994) a la fecha de la disolución de su sociedad conyugal, acaecida con ocasión de la Sentencia que decretó su separación matrimonial, de fecha 3 de octubre de 1995, deben ser reintegrados o comprendidos en el activo a efectos de su liquidación o, por ser m·s exactos, pues no hay m·s bienes con la consideración de gananciales que no estén ya adjudicados y es lo que se concedió en la Sentencia apelada, si debe ser condenado el demandado a abonar a la actora la mitad de su importe. TERCERO.- Indiscutible por no discutida la condición de ganancial del dinero litigioso, que cuenta, adem·s, a su favor con la presunción del artículo 1361 del Código Civil, cierto es que, en principio y a tenor de lo dispuesto en el núm. 1 del artículo 1397 del mismo cuerpo legal, los bienes que han de comprenderse en el activo al proceder a la liquidación de la sociedad de gananciales son los que tuvieren este car·cter en el momento de la disolución, que, en base al núm. 3 del artículo 1392, entre otras causas, se produce cuando judicialmente se decrete la separación de los cónyuges; mas, como se establece en el núm. 2 del citado artículo 1397, en el activo también habr·n de comprenderse el importe actualizado de las cantidades que constituyen créditos de la sociedad contra uno de los cónyuges, categoría en la que encaja, en base a lo dispuesto en los artículos 1390 y 1391, la disposición dineraria hecha por un cónyuge en fraude de los derechos del otro, que es precisamente lo ocurrido en el caso analizado, en el que ni el señor A. ni su representación han dado una explicación convincente de la razón de tan importantes disposiciones pecuniarias en un plazo de tiempo tan pequeño y para una persona con unos ingresos como los suyos (en torno a las 70.000 ptas. mensuales), m·xime si aquéllas no fueron únicas, sino que hubo otras menos importantes, sobre las que no hemos de entrar a efectuar ningún tipo de an·lisis por no haber sido cuestionadas. Así, el primero, en confesión judicial (folios 53 y 56), reconoció que cuando ya estaba en trance de separarse de su mujer, ´ante el temor que le producía el tener que abandonar su casa’ empezó a sacar dinero -se diría que compulsivamente- de la cuenta común, hasta dejarla a cero, ignorando en qué lo gastó; y la segunda (su representación) se limitó a sostener en sus escritos y en el acto de la vista que lo precisó para todos los gastos de mantenimiento de la casa y para pagar a una persona que limpiase y cocinase. Con base en todo ello, la Resolución impugnada se ha de considerar acertada y, consiguientemente, debe ser confirmada. CUARTO.- A tenor de lo dispuesto en el artículo 710 de la Ley de Enjuiciamiento Civil, la Sentencia confirmatoria deber· contener condena en costas al apelante. Vistos los preceptos legales invocados, sus concordantes y dem·s de aplicación. FALLAMOS Que, desestimando el recurso de apelación interpuesto por la representación de don Celedino A. G. contra la Sentencia dictada por el señor Juez del Juzgado de Primera Instancia núm. 2 de La Bañeza, en fecha 6 de abril de 1998, en los autos de juicio de menor cuantía núm. 206/1996 de dicho Juzgado, que fueron elevados a esta Audiencia Provincial el 27 de mayo siguiente, la confirmamos en todos sus pronunciamientos, con expresa imposición al recurrente de las costas procesales de la presente alzada. Dese cumplimiento, al notificar esta Sentencia, a lo dispuesto en el artículo 248.4 de la Ley Org·nica del Poder Judicial y, con testimonio de la misma, devuélvanse los autos originales al Juzgado de procedencia, para su ejecución y cumplimiento. Así por esta nuestra Sentencia, definitivamente juzgando, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. AC 1998\ 1197 SentenciaAudiencia Provincial Asturias núm. 309/1998 (Sección 5ª), de 16 junio Jurisdicción:Civil Rollo de Apelación núm. 520/1997. Ponente:Ilma. Sra. Dª. María José Pueyo Mateo. REGIMENES ECONOMICO MATRIMONIALES: SOCIEDAD DE GANANCIALES: actos realizados en fraude de los derechos de su consorte: desestimación: venta de acciones: venta realizada mediante poder notarial antes de su revocación y que no altera el equilibrio accionarial de la sociedad. Doña María Raquel B. C. interpuso demanda, en juicio de cognición, contra don Jorge G. D., don Gonzalo D. P. y don Roberto B. S. ante el Juzgado de Primera Instancia núm. 3 de Gijón. El Juzgado dictó, con fecha 15 de mayo de 1997, sentencia estimatoria parcial de la demanda declarando rescindido el contrato de compraventa de 6 acciones efectuado el 7 de junio de 1996, debiendo reintegrarse dichas acciones a la sociedad y declarando que el sr. G. D. actuó en fraude de los derechos de la actora debiendo reintegrar a la sociedad 420.000 ptas. La Sección Quinta de la Audiencia Provincial de Asturias declara no haber lugar al recurso de apelación deducido por la actora y estima los formulados por los demandados revocando la sentencia de instancia. En la ciudad de Oviedo, a dieciséis de junio de mil novecientos noventa y ocho. Vistos en grado de apelación, por la Sección Quinta de esta Audiencia Provincial, los presentes autos de Juicio de Cognición Núm. 896/1996, procedentes del Juzgado de primera Instancia 3 de Gijón, Rollo de Apelación núm. 0520/1997, entre partes, como demandantes y apelante, doña María de los Angeles Raquel B. C. , bajo la dirección de Letrado don José Manuel Bernardo García; como demandado y apelante, don Jorge Francisco G. D., bajo la dirección del Letrado don Sergio Noval Herrero, sustituido en el acto de la vista por su compañero don Alfonso G. T.; como demandado y apelado, don Roberto B. S., bajo la dirección del Letrado don Alejandro A. T.; y, como demandado y apelado, don Gonzalo D. P., adherido en esta alzada, bajo la dirección de la Letrado doña Raquel S·nchez Obaya. ANTECEDENTES DE HECHO PRIMERO.-Se aceptan los antecedentes de hecho de la sentencia apelada. SEGUNDO.-El Juzgado de primera instancia 3 de Gijón dictó Sentencia, en los autos referidos, con fecha 15 mayo 1997, cuya parte dispositiva es del tenor literal siguiente: FALLO: ´Que estimando parcialmente la demanda interpuesta por el Procurador señor Laviada Menéndez en nombre y representación de doña María de los Angles Raquel B. C. contra don Jorge Francisco G. D. representado por el Procurador señor Ucha Tomé y contra don Gonzalo D. P. D. y don Roberto B. S. representado por el Procurador señor Otero Fanego, debo declarar y declaro rescindido el contrato de compraventa de seis acciones de Lavandería Industrial ©Lavachel, SAª, efectuado el día 7 de junio de 1996 por Jorge Francisco G. D. a Roberto B. S., intervenido por la ©Sociedad de Valores y Bolsa Renta 4, SAª debiendo reintegrarse dichas acciones a la sociedad, así mismo debo declarar y declaro que Jorge Francisco G. D. actuó en fraude de los derechos de la actora debiendo reintegrar a la sociedad 420.000 ptas. No procede expresa imposición de las costas excepto de las causadas a instancia de Gonzalo D. P. que se imponen a la actora. Contra esta sentencia podr· interponerse recurso de apelación en el plazo de cinco días a contar desde su notificación y llévese el original de esta resolución al libro de sentencias, dejando copia debidamente testimoniada en autos’. TERCERO.-Notificada la anterior sentencia a las partes, se interpuso recurso de apelación por doña María de los Angeles Raquel B. C., don Jorge Francisco G. D. y don Roberto B. S., que fue admitido en ambos efectos, y previsto los traslados ordenados en el art. 734, se remitieron los autos a esta Audiencia Provincial con las alegaciones escritas de las partes, celebr·ndose la vista el día 8 de junio de 1998. CUARTO.-En la tramitación del presente rollo se han observado las prescripciones legales. Vistos, siendo Ponente el Ilmo. Sra. Magistrada D.ª María José Pueyo Mateo. FUNDAMENTOS DE DERECHO PRIMERO.- Por la actora doña María de los Angeles Raquel B. C. se promovido juicio de cognición frente a don Jorge Francisco G. D., don Roberto B. S. y don Gonzalo D. P. solicitando la rescisión de los contratos de compraventa de seis y cuatro acciones al portador de la ´Entidad Lavandería Industrial Lavachel, SA’ perteneciente a la Sociedad de Gananciales integrada por la señor B. y el señor G. y que fueron vendidas por éste a don Roberto B. S. y a don Gonzalo D. P., respectivamente a medio de póliza intervenidas por la ´Sociedad de Valores y Bolsa Renta, 4 SA’, debiendo reintegrarse dichas acciones a la masa ganancial, con devolución del previo abonado y subsidiariamente para el supuesto de que no se condene a la rescisión contractual, se declare que el señor G. actuó en fraude de los derechos de la actora llevando a cabo actos de disposición que han dañado a la Sociedad, conden·ndole a reintegrar a ésta el importe de aquéllos. La juzgadora ´a quo’ dictó sentencia acogiendo parcialmente la demanda rescindiendo la operación relativa a las venta de 6 acciones manteniendo la operación de venta referida a 4 acciones y condenando al señor G. a reintegrar a la Sociedad de Gananciales la suma de 420.000 ptas. Contra esta resolución interpusieron ambos cónyuges señora B. y señor G., sendos recursos de apelación, así como el señor B. adheriéndose el señor D. P. SEGUNDO.- La demandante en el escrito rector acumuló dos acciones una la del art. 1391 del Código Civil y subsidiariamente a ésta la del art. 1390 del mismo Cuerpo Legal. Sostiene la actora que el señor G. procedido sin su consentimiento a vender las acciones a que hacíamos referencia en líneas procedentes con lo que ha dañado a la masa consorcial no sólo porque la enajenación se ha realizado sin su anuencia y a precio ´vil’ sino también porque con tal operación y ante la crisis que ha abocado al matrimonio a la petición de separación judicial, el marido se beneficia ya que al tener las acciones naturaleza ganancial es de aplicación lo preceptuado en el art. 66.2 de la Ley de Sociedades Anónimas (RCL 1989\ 2737, y RCL 1990\ 206), de modo que con el negocio jurídico realizado se logra romper el equilibrio del accionario, hecho del que eran conocedores y al que se prestaron los compradores. En cualquier caso y subsidiariamente a juicio de la actora el marido debe responder de conformidad con el art. 1390 del Código Civil aun cuando no se declare haber lugar a la rescisión de las enajenaciones que con car·cter principal se postula pues ha actuado en fraude de los derechos de su consorte. Por su parte los demandados, vendedor y compradores de las acciones, niega la existencia de fraude y sostienen la plena legitimidad de las operaciones realizadas. Centrados así los hechos objeto de debate y dado que los recursos y adhesión formulada determinan la reproducción de las alegaciones efectuadas en la primera instancia y el conocimiento por el órgano de apelación de la totalidad de las cuestiones que ante la juzgadora ´a quo’ se plantearon, deben destacarse los siguientes hechos que se estiman relevantes para la resolución de la presente litis: a) la señora B. y el señor G. constituyeron mediante escritura pública de 18 de marzo de 1988 la Entidad ´Lavandería Industrial Lavachel, SA’ de la que el señor G. es administrador único, siendo el capital social, según se indica en la escritura de cambio de domicilio social, ratificación del administrador y adaptación de Estatutos de 50 millones de pesetas, cifr·ndose el valor de cada acción en 50.000 ptas. El señor G. ostentaba la titularidad de 800 acciones, la señora B. de 199 acciones y la señora C., madre de la anterior una acción; b) las operaciones de venta de acciones las realizó el señor G. ostentando para las 6 que eran titularidad de la actora el poder notarial que éste le confirió el 14 de julio de 1988; c) las ventas se realizaron los días 30 de mayo y 7 de junio de 1996 respectivamente, en la primera de ellas se enajenaba a don Gonzalo D. P. acciones de titularidad del señor G. y en la segunda la venta al señor B. S. de 6 acciones de titularidad de la actora; d) el 7 de junio de 1996 la señora B. acude al Notario para revocar el poder concedido a su esposo, hecho que se notifica al señor G. el 10 de junio de 1996; e) los cónyuges habían convenido en escritura de capitulaciones matrimoniales de fecha 19 de mayo de 1986 el régimen de sociedad de gananciales; f) al folio 127 consta el pago realizado por el comprador don Gonzalo D. P. el día 26 de julio de 1996 y al folio 128 el efectuado el 10 de junio de 1996 por el comprador señor B. S., habiendo sido la cantidad abonada por tales operaciones 200.000 y 300.000 ptas. respectivamente ingresadas en una cuenta que en el Banco Pastor existía a nombre del señor G. quien a su vez firmó el ingreso de las 300.000 ptas.; g) los compradores son agentes comerciales de ´Lavandería Industrial Lavachel, SA’; h) el perito informante señaló: 1.º) que el valor teórico de la acción se puede cifrar en 224.699 ptas. aunque puede ocurrir por las propias características de la empresa que el valor real de venta fuera menor, oscilando entre las 125.000 y las 200.000 ptas./acción; 2.º) la diferencia de precio observado el valor de venta fue de 50.000 ptas./acción puede deberse según el informante al hecho de que los compradores sean comisionistas de la empresa la cual puede pretender implicarles en la gestión de la misma y si ello fuera así sostiene el perito que ´la diferencia entre el valor real y el valor de la compraventa se podría corresponder a una retribución adicional a la comisionista’; 3.º) en el tr·mite de aclaraciones el perito estimó que el valor de las acciones a su juicio disminuye cuando como en el caso de autos existe un administrador único que realiza la gestión de forma muy personal; 4.º) las compraventas litigiosas suponen el 1 por 100 del capital social, no existiendo con tal porcentaje ningún poder de decisión en la sociedad, siendo sólo trascendente la propiedad de ese porcentaje si con él se diera la mayoría en la Junta General. A la vista de estos hechos probados y teniendo en cuenta las alegaciones efectuados por las partes debe señalarse respecto a la aplicación de las acciones litigiosas de lo preceptuado en el art. 66.2 de la LSA, que si bien esta normativa presupone la existencia de una pluralidad de personas cotitulares, pudiendo tratarse de una comunidad ´romana’ o de una comunidad ´germ·nica’ de una comunidad de origen convencional o de una comunidad ´ex lege’ -como la Sociedad de Gananciales o la Comunidad hereditaria STS 14 mayo 1973 (RJ 1973\ 2050) u 11 junio 1982 (RJ 1982\ 3415), no puede soslayarse como pone de relieve autorizada doctrina Pontaleón- que el referido precepto sólo ser· de aplicación trat·ndose de acciones normativas -lo que no es el caso a la vista del art. 7 de los Estatutos cuando varias personas aparezcan inscritas como cotitulares de la acción en el Libro Registro, y no, aunque la situación de cotitularidad exista en realidad, cuando sólo una persona aparezca como único titular de la acción, salvo que se trate de la comunidad de herederos del inscrito. Y cuando se trata de acciones al portador, como pone de relieve el autor citado, su significado pr·ctico es reducido, ya que por lo que se refiere a la proposición primera del artículo 66.2.1 para estar legitimado frente a la Sociedad para el ejercicio de los derechos inherentes a una acción al portador, basta en principio la posesión del título. En todo caso debe recordarse que la norma contenida en el art. 66.2 no tiene por objeto las relaciones de los comuneros entre si sino exclusivamente las de los comuneros con la Sociedad. Sentado lo anterior, resulta de aplicación al caso de litis la doctrina expuesta entre otras resoluciones en la citada por la defensa de los compradores, de la Dirección General de Registros y del Notariado de 25 de mayo de 1987 (RJ 1987\ 3929), en la que señala que ´en tanto que bien ganancial, la participación social estar· sujeta al régimen de gestión de los bienes gananciales, en el que, si bien es regla general la congestión, es indudable la aplicación del inciso primero del art. 1384 del Código Civil, en cuanto proclama la validez de los actos de administración realizados unilateralmente por el cónyuge a cuyo nombre figuren, en el caso concreto, el que aparezca frente a la Sociedad ostentando la condición de socio así como la del art. 1381.1.º que posibilita al cónyuge socio llevar a efectos los derechos derivados de esta condición frente a los otros sujetos de la relación, en este caso la Sociedad y los dem·s socios’. La claridad de la precedente fundamentación releva a la Sala de mayores comentarios al respecto. Resta pues, por determinar si los actos de disposición realizados por el señor G. y cuya validez en principio estaba amparada por los preceptos citados -no olvidemos que la enajenación de las acciones de titularidad de la esposa la efectúa aquel antes de que notarialmente se le notificara la revocación del poder concedido- se halla incursa en el supuesto previsto en el art. 1391 del Código Civil que faculta para rescindir el negocio jurídico realizado ´cuando el cónyuge hubiese realizado un acto en fraude de los derechos de su consorte... y adem·s si el adquirente hubiese procedido de mala fe’. Para resolver esta cuestión debe previamente tenerse en cuenta que contrariamente a lo que sostiene la defensa de los adquirentes, la acción del art. 1391 no se califica por la doctrina como subsidiaria -diversamente a lo que ocurre con la rescisión en general; art. 1294 del Código Civil-, pues se considera a la vista de los términos empleados por el Legislador en los arts. 1390 y 1391 del Código Civil, que su ejercicio es ´res facultatis’ de modo que el cónyuge perjudicado puede optar por desviar hacia la cuenta del otro, en el patrimonio ganancial, al momento de la liquidación, las consecuencias de los actos ilícitos o fraudulentos -art. 1390- o acudir a la acción rescisoria del art. 1391 del Código Civil. En el caso de autos la actora acude con car·cter principal a la rescisión del art. 1391 del Código Civil y con car·cter subsidiario ejercita la acción del art. 1390. Pues bien la Sala comparte la conclusión a la que la juzgadora llega respecto a la inexistencia de prueba de mala fe en la adquisición de las acciones por la señora D., toda vez que constan sus relaciones con la empresa sociedad del señor G. y de la señora B., los trabajos que como comisionista para aquélla realizaba y el pago del importe del precio de las acciones, sin que a tales conclusiones obste el que el precio fijado para cada acción fuera el de 50.000 ptas., pues el tema del precio ha sido concluyentemente explicitado en el informe pericial. Diversamente se discrepa de la juzgadora ´a quo’ en cuanto estima acreditada la mala fe del señor B. -adquirente de 6 acciones- pues si bien es cierto que cuando efectúa la adquisición acaba de incorporarse a la empresa, ello no se estima, a la vista de lo afirmado por el señor Perito respecto a los incentivos laborales, que conduzca a la calificación que se efectúa en la sentencia, como tampoco se entiende que deba conducir a la misma el tema del ingreso del dinero en el Banco -que como ya se dijo fue efectuado por el señor G.-, pues una cosa es el pago de aquél y otra su ingreso, debiendo adem·s señalar que en el supuesto, no acreditado, de que el precio no se hubiera abonado por el señor B., que es lo que parece latir en la sentencia de 1.ª Instancia y en las alegaciones de la señora B., lo que nos encontraríamos sería no ante un negocio rescindible sino simulado, habiendo declarado el Tribunal Supremo que no se comprende entre aquéllos éstos aunque respondan a la misma intención defraudatoria, por no alcanzar la rescisión a los negocios nulos por simulación (SSTS 22 noviembre 1963 [RJ 1963\ 4958] y 22 febrero 1973 [RJ 1973\ 3249], entre otras), razón por la que lo habitual es pedir la rescisión para el caso de que no se aprecie la nulidad por simulación. Finalmente entiende la Sala que tampoco cabe estimar la acción del art. 1390 del Código Civil pues para que prospere la misma se exige la obtención de un lucro exclusivo para uno de los cónyuges o la producción dolosa de un daño a la Sociedad. En cuanto al primer extremo es opinión común que la sanción no procede tanto por haber obtenido uno de los cónyuges un beneficio o un lucro sino por aprovecharse de él exclusivamente y no comunicarlo, lo que no se ha demostrado que ocurra en el caso de litis. E igualmente no se ha demostrado que con las operaciones realizadas se haya producido dolosamente daños a la Sociedad conyugal, pues como señaló el perito en su informe la venta realizada supone sólo un 1 por 100 del capital social y no afecta ni altera el equilibrio que previamente existiera en la Sociedad Anónima ya que las acciones que uno y otro cónyuge tienen en aquélla con independencia de su titularidad eran y siguen siendo de naturaleza gananciales. Y, en cuanto a su titularidad siempre fue, y continúa siéndolo, claramente superior al número de las adjudicadas al esposo. En todo caso debe recordarse que el daño debe de ocasionarse a la Sociedad. En razón a lo expuesto procede acoger los recursos del señor G. y del señor B. así como -adhesión del señor D. y desestima el recurso formulado por la señora B.-. TERCERO.- La complejidad de los temas debatidos lleva a la Sala a estimar pertinente hacer uso de la facultad que al respecto le confiere el art. 523 de la Ley de Enjuiciamiento Civil y no hacer una especial imposición en cuanto a las costas de la 1.ª Instancia. En cuanto a las de la apelación del art. 736 de la LECiv no concede facultad al respecto por lo que se acuerda imponer a la apelante señora B. las costas de su recurso, no procediendo hacer expresa declaración en cuanto a las costas de los otros dos recursos y de la adhesión dado su acogimiento. Por lo expuesto la Sala acuerda pronunciar el siguiente: FALLO Desestimar el recurso de apelación interpuesto por la señora B. C. y estimar los formulados por el señor G. D. y el señor B. S. así como la adhesión interpuesta por el señor D. P. contra la Sentencia dictada el día 15 mayo 1997 por la Ilma. señora Magistrada-Juez del Juzgado de 1.º Instancia núm. 3 de Gijón la que se revoca y en su lugar se acuerda desestimar la demanda interpuesta por la señora B. absolviendo a los demandados de la pretensión actora. No procede hacer expresa declaración en cuanto a las costas de la 1.ª Instancia. Imponiendo a la apelante señora B. las costas de su recurso. No procediendo hacer expresa declaración en cuanto a las costas de los otros dos recursos y de la adhesión. Así por esta nuestra sentencia, juzgando en segunda instancia, lo pronunciamos, mandamos y firmamos. _____________