Facultad de Filosofía y Letras Filosofía Hispánica Teoría de la Literarura Curso 2003/04 Christian Sussner Comentario de texto: LA AURORA de Federico García Lorca Indice 1. Introducción: Federico García Lorca y Poeta en Nueva York 2 2. Análisis de La Aurora 4 2.1. Métrica 4 2.2. Estructura del contenido y análisis poético 5 3. Conclusion 9 Bibliografía 10 1. Introducción: Federico García Lorca y Poeta en Nueva York En 1929 Federico García Lorca, sufriendo una crisis personal que describe el poeta mismo como „crisis sentimental“ vivió, estudió y escribió durante casi un año en la ciudad de Nueva York. En este periodo editó los poemas del libro Poeta en Nueva York que fue publicado cuatro años despues de la muerte del poeta en 1940. Poeta en Nueva York representa la vista personal de Lorca de un mundo desequilibrado. La Nueva York industrial es para Lorca un mundo en desorden donde se unifican las fuerzas enemigas de la vida: La muerte, la soledad, los números y las leyes que esclavizan al hombre y su naturaleza. Es un mundo de oposiciones: La muerte lucha constantemente contra la vida y la naturaleza se enfrenta al universo urbano inhumano. „Todo lo natural, lo vivo, es sacrificado al gran monstruo, es convertido en mercancía“1. Los ciudadanos ya no son individuos. El mundo urbano de Nueva York parece un hormiguero donde la gente es explotada por los mecanismos inhumanos de la civilización. Ni sufren ni sienten dolor, no están ni muertos ni vivos. Solo son esclavos impersonales, ya han perdido su naturaleza aguantando su destino letárgicamente. El poeta se mueve angustiado entre estas muchedumbres lúgubres. Poeta en Nueva York marca una ruptura en la obra de Federico García Lorca. Presenta una visión del mundo moderno que no ha tenido antes: Poet in New York is a poetry of anguish and outrage, a poetry of the solitary individual isolated within a chaotic, hostile universe with which he has no communication. The apparently surrealistic imagery expresses a very different world from the Andalucía of Libro de poemas;2 García-Posada llama al estilo de Lorca ultrarrealismo (y Díaz-Plaja, por las mismas razónes superrealismo3) porque no se trata de una visión externa y objetiva del mundo. El poeta se mete dentro del mundo poetizado para describirlo desde un punto de vista personal. La realidad es punto de partida, pero es sometida a una profunda transformación poética, que construye un mundo no irreal, sino ultrarreal, donde se aprehende la esencia de los fenómenos de la realidad que ha servido de materia prima.4 1 2 García-Posada (1981: 71) Craige (1977: 10) 2 Poeta en Nueva York al principio de los años 40, despues de su publicación fue recibido como obra extraordinaria de Lorca. Siendo distinto a sus obras anteriores fue considerado por muchos críticos como inaccesible rechazo de su estilo anterior. Pero más tarde algunos autores han señalado que Poeta en Nueva York no muestra una ruptura esencial en la obra de Lorca. Solamente es expresión de una visión del mundo distinto usando en grandes partes las mismas técnicas como por ejemplo en Libro de Poemas o en Diván del Tamarit. Our examination of the imagery of Poet in New York has shown [...] that the New York poetry is a simbolic expression of the poet’s state of mind, as is is earlier work. The striking revolution evident here, therefore is not a basic change of technique [...] but rather a change of form, revealing the poet’s sudden alienation from society and nature.5 El libro Poeta en Nueva York tiene una estructura concepcional que representa las experiencias que hizo Lorca en la ciudad: Su llegada, su encuentro con los negros, su impresión de Wall Street y al final su viaje a Cuba en Son negros en Cuba. La aurora da al lector una visión de Nueva York como paisaje triste y deprimente utilizando como punto de partida el momento de la salida del sol en la ciudad. 3 Díaz-Plaja (1954: 168) García-Posada (1970: 21) 5 Craige (1977: 84) 4 3 2. Análisis de La Aurora 2.1. Métrica García-Posada constata que Poeta en Nueva York es [...] uno de los grandes libros que consolidan el cultivo del verso libre en la poesía española.6 y distingue tres grupos métricos en Poeta en Nueva York: poemas con métrica tradicional, con compromiso entre métrica tradicional y verso libre y finalmente poemas en verso libre7. La aurora con su métrica libre pertenece al último grupo. En los primeros versos no se puede encontrar ninguna regularidad. Pero los doce versos que suceden a los ochos primeros son todos de catorce sílabas. Éstos alejandrinos, según García-Posada, tienen carácter pintoresco: Si tratamos de encontrar una explicación a semejante comportamiento, que vaya más allá del formalismo métrico, tal vez la hallemos en el carácter solemne y reposado del alejandrino, instrumento perfecto para pasajes de sentido meditativo, transcendente. Y luego: Estos dos últimos poemas [La aurora y Nacimiento de Cristo] tienen en común su carácter de cuadro, de visión estática de unos hechos.8 Y de hecho, a pesar de sus imágenes muy dinámicas, La aurora es un poema como un cuadro de un paisaje urbano en el momento del amanecer que provoca en el lector alusiones fuertemente visuales. El texto no está dividido en estrofas. La intención del autor era dar una descripción de la ciudad y sus habitantes con un golpe de vista, sin cesuras formales. Encabalgamientos no hay en el poema y la cesura en los alejandrinos entre las sílabas siete y ocho siempre coincide con un límite de sintagma. Se puede hablar de una gran regularidad métrica en el poema, por lo menos a partir del verso nueve. 6 García-Posada (1981: 195) García-Posada (1981: 195-204) 8 García-Posada (1981: 200) 7 4 2.2. Estructura del contenido y análisis formal El poema se puede dividir en tres parte principales: En los versos 1-8 se da una descripción del amanecer en Nueva York. Pero la imagen que pinta no es realista sino llena de símbolos y metáforas. La segunda parte, vv. 9-16, nos habla de los habitantes de la ciudad. La aurora llega pero nadie se da cuenta en el mundo urbano caótico. Hay niños que son devorados por enjambres de monedas y gente desilusionada sabiendo que viven en un mundo lejos del paraíso, un mundo donde no hay amor ni esperanza. La última parte, vv. 16-20, es como una conclusión. Se habla otra vez de la luz de la aurora que no se puede oponer a las cadenas y ruidos de la ciudad. Por el otro lado hay gente que parecen náufragos vacilando por los barrios. El poema comienza con dos cuartetos de una estructura parecida. Veamos el primero: La aurora de Nueva York tiene cuatro columnas de cieno y un huracán de negras palomas que chapotean las aguas podridas. (vv. 1-4) Se trata de una descripción surrealista de la aurora en Nueva York. En la ciudad, el momento del amanecer que normalmente significa el inicio de un nuevo día no es hermoso ni romántico. La aurora tiene cuatro columnas, un imagen que alude a la arquitectura vertical de la ciudad con sus chimeneas y rascacielos. Nueva York es una ciudad rodeada por agua pero en la Nueva York de Lorca las aguas son podridas y lodosas. Aquí se puede observar un simbolismo negativo del agua muy fuerte. Es que la suciedad física sube en chorros hasta el cielo por los cuatro puntos cardinales, apenas llega el amanecer.9 Siendo habitualmente símbolo de la vida, en este contexto se convierte en el contrario, en símbolo de la muerte. Pero no solo el agua sino también las palomas, normalmente representantes de la naturaleza, de la paz y de la inocencia, tienen valor negativo. Son negras y chapotean las aguas sucias, parecidas a ratas, mensajeros de la muerte con intenciones hostiles. Además aparecen como catástrofe natural, como huracán con potencia destructiva. 9 García-Posada (1981: 135) 5 La luz de la aurora ni siquiera puede llegar a la ciudad porque está bloqueada por las columnas de cieno y un huracán de palomas negras. Se puede decir que el lector después de la lectura de los primeros cuatro versos ya sabe que se trata de un poema que le instala en un mundo urbano problemático e inquietante. Pero Lorca sigue con la descripción de la metrópoli desde su punto de vista: La aurora de Nueva York gime por las inmensas escaleras buscando entre las aristas nardos de angustia dibujada. (vv. 5-8) La anáfora en el quinto verso significa que se sigue con la descripción. La aurora personificada tiene que subir las escaleras pero no lo hace con facilidad cumpliendo la ley natural. Tiene que esforzarse en este ambiente tan poco natural. Busca nardos entre las aristas - otra vez referencia a la arquitectura de la ciudad. Las flores son símbolo de la naturaleza. El texto no da respuesta si la aurora las encuentra pero el lector puede imaginarselo: En este mundo no existen flores, la búsqueda tiene que ser infructuosa. En los siguientes versos se puede observar un cambio de tema. El autor deja de describir la aurora y empieza a hablar de la gente de la ciudad. La aurora llega y nadie la recibe en su boca porque allí na hay mañana nu esperanza posible: (vv. 9-10) xxxQue hace la gente cuando viene la aurora? No se dan cuenta de ella o no se interesan. Eso nos muestra la imagen religiosa de la boca que no recibe la aurora, metáfora de la hostia consagrada. Lorca’s phrase „recibe en la boca“ is probably an ironic allusion to Holy Communion, which is not part of this secular world that has no sacred time and space. The sun (which often simbolizes a god) cannot bring hope: there is no morning or hope possible.10 Y en el siguiente verso queda muy claro por qué: Con toda claridad y sin símbolos ni metáforas se dice que para la gente en aquel lugar no hay futuro ni esperanza. 10 Craige (1977: 71) 6 A veces las monedas en enjambres furiosos taladran y devoran abandonados niños. (vv. 11-12) Aqui aparece el dinero en forma metálica y animalizado como plaga bíblica. Destruyen la inocencia de los niños que en Nueva York están igual de desesperados que los demás. Hay que destacar los dos verbos taladrar y devorar. Se trata de un acto fuertemente violento, de una catástrofe natural igual que la apariencia de las palomas negras más arriba. Las monedas son insectos metálicos que taladran como máquinas a las criaturas más desprotegidas de la ciudad. El dinero como la fuerza más poderosa en este mundo ha sustituido al amor, incluso al amor paternal. Los primeros que salen comprenden con sus huesos que no habrá paraíso ni amores deshojados: saben que van al cieno de números y leyes, a los juegos sin arte, a sudores sin fruto. (vv. 12-16) La gente no se hace ilusiones: Ya han entendido que lo que les espera no es el paraíso sino que tendrán que trabajar como esclavos en el caos de números y leyes. Otra vez aparece la imagen del cieno donde uno no se puede mover libremente ni respirar. El juego ya no tiene su función auténtica, es una acción sin naturaleza. Además el trabajo es inútil, no tiene meta. Otra vez se nota la ausencia de naturaleza. La naturaleza y la infancia representan el paraíso. Ambas cosas en el mundo urbano de Nueva York no existen. La infancia está destruida por la desesperanza de los niños y los juegos pervertidos. La naturaleza no tiene razón de ser, el agua está contaminada, los insectos son criaturas crueles y los frutos no pueden existir en este ambiente. Todo lo humano y natural ha sido sustituido por números y leyes. La Nueva York lorquina es un infierno donde no hay amor ni otros sentimientos humanos. La luz es sepultada por cadenas y ruidos en impútico reto de ciencia sin raíces. (vv. 17-18) 7 Pero no sólo la gente son esclavizados. La misma luz de la aurora está encadenada y enterrada. La aurora pierde la lucha contra los ruidos de la ciudad y la ciencia. En el verso dieciocho se expresa un profundo escepticismo ante las ciencias. Pero: no se niega la ciencia, sino la que carece de „raíces“.11 La ciencia sin raíces es la que ha perdido su enlace con la naturaleza y ha destruido la armonía natural del hombre con el mundo. En Nueva York, Lorca observa un choque dramático entre naturaleza y artificiosidad. Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes como recién salidas de un naufragio de sangre. (vv. 19-20) El día comienza y la gente no está despierta. Vacilan como marionetas por sus barrios, soportando su triste destino. En este mundo no hay sueño ni sueños. La gente son marineros sin puerto, náufragos que siguen vivos pero es una vida sin sentido, sin objetivo. Analizando la morfología y la sintaxis del poema se puede constatar que predominan los sustantivos. Se utilizan muchas palabras relacionadas con la naturaleza: aurora, huracán, palomas, aguas, nardos, enjambre, fruto, etcétera. Pero estas palabras casi siempre se encuentran en un entorno de connotación de naturaleza pervertida, muchas veces en oposición con otras palabras que relativizan su naturaleza: palomas-negras, aguas-podridas, enjambresfuriosos, etcétera. Hay algunos sustantivos abstractos como angustia, esperanza, paraíso o amores, todos salvo el primero negados, ausentes en el mundo que dibuja Lorca. La negación desinga la nulidad y falta de autenticidad de este mundo. Lorca se percata de esa nulidad y puede nombrarla por su nombre porque conoce la verdadera realidad operante, porque sabe de antiguo que es aurora y lo que es esperanza.12 Los adjetivos son todos de sentido negativo: palabras como negro, podrido, inmensa, furioso, abandonado, deshojado e impúdico apoyan a describir un mundo desequilibrado. 11 12 García-Posada (1981: 80) Eich (1954: 165) 8 3. Conclusión La aurora como poema es mucho más que una expresión de los sentimientos del poeta durante su estancia en Nueva York. Es su crítica a la separación del hombre primitivo de la naturaleza, una advertencia a los lados oscuros del mundo industrial. La metrópoli norteamericana es el lugar donde el extrañamiento y el desequilibrio se pueden ver con mucha evidencia. Lorca utiliza sus observaciones para transformarlas en imágenes que expresan su vista personal de la ciudad y de la situación de la civilización en general. El resultado es una obra tan atemorizante como fascinante: Crea imágenes de gran fuerza que pasan por el ojo interior del lector. 9 Bibliografía Libros: CRAIGE, Betty Jean (1977): Lorca’s Poet in New York. The Fall into Consciousness, Kentucky, University Press. DÍAZ-PLAJA, Guillermo (1954): Federico García Lorca. Su obra e influencia en la poesía española, Madrid, Colleción Austral. EICH, Christoph (1970): Federico García Lorca. Poeta de la intensidad, Madrid, Editorial Gredos. GARCÍA MOREJÓN, Julio (1998): Federico García Lorca. La palabra del amor y de la muerte, São Paulo, Faculdade Ibero-americana. GARCÍA-POSADA, Miguel (1970): García Lorca, Madrid, EDAF. GARCÍA-POSADA, Miguel (1981): Lorca: interpretación de Poeta en Nueva York, Madrid, Akal. Fuentes electrónicas: MARTÍNEZ FERRER, Hector: La aurora (F. G. Lorca). Análisis de texto, http://www.indexnet.santillana.es/rcs/_archivos/Recursos/lengualiteratura/lorca.pdf, 9 de junio 2004. SERRANO SEGURA, José Antonio: El Comentario de textos literarios, http://jaserrano.com/Comentario/, 9 de junio 2004. 10