Barra Direccional - Sendai Fisioterapia

Presentación y
técnicas de
utilización de la barra
direccional.
Funciones del guía
de montaña para
deportistas ciegos.
Introducción.
El recurso técnico exclusivo y más destacado para que las
personas ciegas o deficientes visuales puedan realizar con
seguridad las actividades en montaña, exceptuando la
escalada, se denomina barra direccional.
La
barra
direccional
es
un
elemento
de
apariencia
tremendamente simple, pero se ha mostrado de una
grandísima utilidad. Su utilización se viene probando desde
hace años y en muy diversas circunstancias, pero aun así
debemos considerarla un invento reciente, y no cabe duda
de que sus técnicas de utilización deben seguir en constante
evolución, para ser pulidas y mejoradas.
Queda mucho trabajo por hacer todavía, pero poco a poco
se han ido creando unas pautas básicas de diseño de las
barras, de utilización de la misma y para afrontar las
situaciones
más
anteriormente,
complicadas.
cada
curso,
Como
opinión…
ya
se
sirven
refleja
para
ir
evolucionando esta metodología.
Para el correcto manejo de la misma, es importante conocer
las nociones de manejo que se reflejan a continuación, pero
el principal secreto está en la práctica continua y sobretodo
es muy importante la coordinación entre deportistas y guía,
que se consigue a base de compartir numerosas y diversas
actividades.
La Barra Direccional.
La barra direccional, es el medio de movilidad esencial para
personas ciegas y deficientes visuales, que nace en el CRE
"Antonio Vicente Mosquete", siendo los padres de este
invento el carpintero y el médico de ese Centro de la ONCE,
Juan Antonio Carrascosa.
CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES.
La idea fundamental es encontrar un sistema rígido al que
puedan ir agarrados y caminando cómodamente tres
personas. Parece obvio que si pensamos en un elemento al
que hay que ir agarrado y sobretodo que lo hay que cargar,
se debe buscar rigidez, bajo peso y comodidad.
Una vez probadas varias alternativas, se llega a un punto en
el que podemos dar unas características generales de las
mismas:
• La longitud suele variar de 2,5 a 3 metros, siendo
recomendada la segunda para adultos porque es la
medida necesaria para que las tres personas que van
agarradas tengan el suficiente espacio para desplazarse
sin tropezar con sus compañeros, bien sea andando o
corriendo.
• El diámetro de la barra será aproximadamente de 3
centímetros para resultar ergonómica a la mano y no
producir tensiones musculares innecesarias, sobre todo
por un excesivo grosor, en actividades que pueden
durar muchas horas. Además, este diámetro garantiza
una rigidez y una solidez probada contra las roturas de
la
barras
en
situaciones
de
caída,
tropezones,
deslizamientos y de apoyos de emergencia.
• El material en que está construida la barra es variable,
puede ser de madera, de fibra de vidrio o de carbono o
de aluminio, siempre recubiertas de material aislante y
acolchado,
para
evitar
temperaturas
dañinas
y
ampollas o rozaduras. La madera se va a utilizar en
lugares conocidos, en un entorno controlado y de
dificultad de baja a media. Aunque su fragilidad y la
posibilidad de romperse es mayor, su bajo coste
económico, les permite ser una alternativa. En las
expediciones y en las marchas de mayor nivel o
dificultad se recomiendan las barras, de aluminio o de
materiales más resistentes, para reducir al mínimo la
probabilidad de que se rompan.
• La climatología en la montaña es impredecible, y si la
practicamos habitualmente, es seguro que alguna vez
nos encontraremos en una tormenta. Por ello es
importante asegurarnos que la barra por su material, o
sino por su recubrimiento en ningún caso pueda atraer
los rayos.
• Es importante en cualquier barra tener la posición
central marcada, con cualquier señal táctil, para que el
deportista
ciego
total
siempre
pueda
tener
una
referencia para situarse.
A partir de estas características han ido surgiendo y siguen
apareciendo varios modelos de barras direccionales. La
utilización de las distintas opciones que a continuación se
describen, vienen marcadas por las características del terreno
y la actividad, pero indudablemente también por el
condicionante económico y de transporte.
TIPOS DE BARRAS DIRECCIONALES.
A día de hoy, solo tenemos constancia de la utilización de la
barra direccional en España. Aun siendo un grupo, bastante
organizado de forma centralizada, si hacemos una pequeña
revisión del material encontramos varios modelos de barras
direccionales.
Barra Sencilla: Como bien indica su nombre es totalmente
simple. Esta barra es de madera y reúne las características
básicas que se indican anteriormente (2,5 – 3 metros de
longitud y 3 cm. de diámetro). En cualquier tienda de
bricolaje se puede encontrar sin ningún problema. Este tipo
de barra con poco de trabajo se puede mejorar, dándole un
buen tratamiento a la madera, buscando algún tipo de
recubrimiento para las zonas de agarre... pero tienen dos
grandes inconvenientes. En primer lugar el transporte es
complicado, ya que únicamente se pueden transportar en
furgoneta y para en el caso de realizar vuelos son imposibles
de llevar. El segundo gran problema e la resistencia, que es
limitada.
Barra
de
Expedición:
Los
inconvenientes
comentados
anteriormente, hacen que en el momento de plantear la
primera expedición, se tenga que buscar soluciones a estos
problemas. A partir de varias pruebas, se diseña la que
conocemos como barra de expedición.
El
problema
del
transporte
se
soluciona
haciéndola
fácilmente divisible, mientras que la resistencia se consigue
mejorar utilizando aluminio, aunque esto supone aumentar
ligeramente el peso.
Los materiales, características y partes más importantes de la
barra
direccional
continuación:
de
expedición
se
desarrollan
a
Tubos
de
aluminio:
Son
tres
tubos
de
aluminio
de
aproximadamente 1 metro de longitud, que encajan entre
ellos para formar la barra direccional.
Recubrimiento: Cada uno de los tubos cuenta con un
recubrimiento aislante.
Color
llamativo:
Para
poder
localizarla
cuando
la
abandonamos y parar dar más visibilidad al grupo, la barra
será preferentemente de un color llamativo.
Unión: El sistema de unión entre los tubos debe ser consistente
y cómodo de utilizar.
Agarres: La zona de agarre de cada una de las tres personas,
debe ser agradable, para no ocasionar molestia en las
actividades largas.
Asideros: En cada una de las tres posiciones, habrá una cinta
que nos agarraremos a la muñeca, con el fin de que no exista
ninguna posibilidad de que se nos escape la barra.
Otras alternativas: El coste económico de la barra direccional
de expedición el elevado, y la barra simple, tiene algunos
inconvenientes. Estos condicionantes y la necesidad de
algunos grupos de tener barras desmontable, ha dado lugar
a una gran diversidad de alternativas, similares a la original,
pero en las que a veces cambia el peso, la medida, el
material,
la
resistencia,
el
sistema
de
montado
y
desmontado… muchas de ellas han sido y siguen dando un
resultado muy satisfactorio.
La Barra Direccional y su Utilización.
Como ya se ha mencionado anteriormente en estos apuntes,
la barra direccional es el sistema conocido más eficaz para e
la guía de personas ciegas y deficientes visuales en la
mayoría de las situaciones y prácticas de actividades en
montaña.
Desde su invención, se ha estudiado, probado y comprobado
como efectiva en actividades que van desde el senderismo
hasta las ascensiones a grandes montañas. Este trabajo de
años, hace que a día de hoy se pueda afirmar que es un
método probado y útil, para el cual a través de los años se
han
establecido
unos
mecanismos
para
la
correcta
utilización.
UBICACIÓN Y POSICIONES EN LA BARRA DIRECCIONAL.
Como norma general a la barra direccional van agarradas 3
personas. En primer lugar un guía vidente, en la posición
central se colocara el deportista ciego total (B1) y cerrara la
barra en la posición trasera el deportista con deficiencia
visual (B2).
Los tres componentes de la barra direccional,
deben ir siempre situados en el mismo lado de la barra.
Deficiente
Visual (B2)
Ciego
Total (B1)
Guía
Esta forma de ocupar la barra es la utilizada normalmente ya
que resulta la que aprovecha de mejor modo los recursos
humanos de guías, consiguiendo un ratio de dos deportistas
con problemas visuales por cada guía.
La
realidad
de
las
actividades,
así
como
otros
condicionantes, hacen que muchas veces se tengan que
utilizar otras formas de ocupar la barra direccional, como las
que se indican a continuación:
-
Guía y dos deportistas deficientes visuales (b2): En este
caso uno de los deportistas deficientes visuales ocupara la
posición, donde anteriormente se ubicaba el ciego total. En
esta situación, será importante valorar el grado de deficiencia
visual y las características de esta, para determinar quien se
sitúa en la posición central. Por lógica, será aquel que tenga
mayor problema de visión.
-
Deportista ciego (b1) y dos guías: En el caso de no contar
con un deportista deficiente visual (B2), para completar la
barra, esta se completara con otro guía. En varias ocasiones
se ha utilizado para esta posición trasera personas con
discapacidad auditiva.
TÉCNICA DE UTILIZACIÓN DE LA BARRA DIRECCIONAL.
La barra direccional sirve fundamentalmente para controlar,
dirigir y proteger a los deportistas con discapacidad visual. En
terrenos amplios y sin grandes dificultades, el manejo es
tremendamente sencillo y las pautas de utilización vienen
marcadas en gran medida por la cohesión y pequeños trucos
entre deportista y guía fruto de la continua práctica.
Sin
embargo,
hay
en
ciertas
situaciones
de
mayor
complicación, o potencialmente peligrosas, en la que tras un
análisis, se ha determinado la mejor y más segura forma de
actuar. A continuación se desarrollan las situaciones de este
tipo más usuales:
Laderas o lugares con caída hacia un lado: Cuando nos
encontremos en situaciones en las que hay caída a uno de
los dos lados (caminos, senderos, zonas con pendiente lateral
o barrancos), en los que existe posibilidad de caída, la barra
debe estar situada en el lado del cuerpo más cercana al
peligro, para reducir el riesgo, utilizándola a modo de
barandilla. La barra hace la función de tope para limitar el
desplazamiento lateral, con dos puntos apoyo que son el
guía, y el tercer hombre. Esta técnica es utilizada también en
casos de viento lateral, situándose la barra direccional en el
mismo lado del cuerpo hacia el que sopla el viento En el caso
de subir pendientes pronunciadas realizando recorrido en zigzag,
la
barra
deberá
ir
cambiándose
continuamente
situándose como se ha comentado en el lado de la caída.
Maniobra de cambio de lado: El cambio de lado de la barra,
se hace por arriba y es sencillo. Eso si es muy importante
practicarlo en situaciones cómodas, para hacerlo de manera
sincronizada. Como norma general, el guía avisa de que hay
que realizar un cambio de barra, y cuando están preparados,
a la voz, por ejemplo, de uno, dos y tres, se produce la
maniobra.
Giro normal: Para llevar a cabo un giro, normalmente con
solo avisarlo verbalmente debería servir. Pero si el camino se
va estrechando o el giro es demasiado cerrado, ya hay que
tener en cuenta que la barra gira desde delante y luego se
va cerrando, con lo que si queremos que los deportistas,
sobre todo el ciego total se salgan del trazado, el guía
deberá abrirse antes de iniciar el giro.
Paso Estrecho y Giro Cerrado: En zonas angostas, estrechas y
con curvas en este caso si que extremadamente cerradas, las
personas situadas en los extremos, se acercan al centro de la
barra. Así, disminuimos el radio de giro y evitamos que la
persona que va en el medio, la persona ciega, sea
involuntariamente desplazada hacia la pared rocosa, piedras
o barranco.
Previo a cualquier paso estrecho, es importante avisar al
deportista ciego de que se acerque lo máximo posible a la
barra, ya que de este modo la seguridad será mayor y el guía
desde su posición sentirá en la barra
la colocación del
mismo.
Paso sin salida: En algunas situaciones puntuales, podemos
encontrarnos con un lugar estrecho y sin salida, en el que no
tengamos más remedio que dar la vuelta. Si llegado el caso
fuera necesario girar de sentido en un espacio estrecho, se
intentará poner la barra lo más vertical posible, de la siguiente
manera: el guía levantará su extremo de la barra, mientras el
del otro extremo lo bajará. Las tres personas se aproximarán
entre sí y ocuparan un espacio menor que les permitirá girar
con mayor facilidad.
Final de la Actividad o Paradas: El momento de parada, o de
fin de la actividad, por parecer tranquilo y relajado, si no se
hace metódicamente puede llevar a ocasionar algún
problema indeseable. Por ello, cada vez que paremos o
cuando acabemos una actividad seguiremos siempre la
misma rutina: La barra direccional se pasara a la tercera
personas, ya sea guía o B2, haciéndose el cargo de la barra.
De este modo el guía delantero quedara liberado para
encargarse en todo momento del montañero ciego total.
Utilización
de
dos
barras:
importantes de la movilidad o
En
casos
de
alteraciones
de miedo desmesurado se
pueden utilizar dos barras, una a cada lado del cuerpo para
que tenga mayor apoyo y ayuda en su desplazamiento.
Situaciones sin barra: Cuando las actividades montañeras
suben de nivel técnico, es indudable que hay momentos en
los que aparecerán las limitaciones de la barra direccional y
habrá que aparcar para superar ciertos obstáculos la
utilización de la misma. Es de vital importancia al programar la
actividad, prever estas circunstancias y planificar como
actuar: donde y quien la trasladara, que medidas de
seguridad alternativas tomaremos, como afrontaremos cada
situación de dificultad…
El Guía y sus Funciones.
El guía de personas ciegas en montaña, tiene que tener
como característica principal ser amante y practicante de
actividades de montaña. Cuanto mejor montañero sea y más
tiempo dedique a la guía de montañeros ciegos, mejor guía
será.
Para poder afrontar una actividad en condiciones optimas, el
guía debe tener formación técnica y condición física, para
poder llevar a cabo la actividad de manera sobrando,
teniendo siempre un plus que le permita atender a los dos
montañeros ciegos y deficientes visuales.
Igualmente, aquella personas que quiera realizar actividades
de montaña con personas ciegas regularmente, tiene que ser
de carácter colaborador y voluntarioso, ya que en los
momentos duros este carácter es imprescindible para seguir
cooperando con los dos deportistas a los que guiamos. Del
mismo
modo
los
deportistas
deben
ser
plenamente
conocedores que el equipo está formado por tres personas y
que si el guía falla o no se encuentra bien todo el mundo
tiene que abandonar la actividad sin ningún tipo de recelo.
Las funciones de un guía de montañeros ciegos, son las
propias de cualquier persona que prepara una actividad en
montaña
(preparar
condiciones…),
pero
y
revisar
sumándole
material,
además
conocer
estos
otros
cometidos:
1) Dirigir los movimientos de la barra para guiar al montañero
ciego y al montañero deficiente visual.
2) Describir el entorno paisajístico por el que discurren para
que sus acompañantes con discapacidad visuales tengan
una imagen mental de lo que les rodea.
3) Describir el relieve por el que nos desplazamos, indicando
todos
los
detalles
como
piedras,
zanjas,
arroyos,
pendientes, desniveles, escalones, etc, por los que vamos
pasando. Tienen que tener en cuenta que somos los ojos
de nuestros compañeros de marcha y cuanto más precisos
sean nuestros mensajes más energía y esfuerzo les
ahorraremos. Por ejemplo si solo indicamos escalón,
nuestros acompañantes no sabrán si es de subida o de
bajada.
4) Ocuparse del deportista ciego en las paradas y al finalizar
la actividad. De la barra direccional, como ya hemos
dicho, se hace cargo el tercer hombre, tanto si es una
persona deficiente visual como si es otro guía. De esta
forma evitamos dejar gente desprotegida sola.
5) Controlar y vigilar al deportista con deficiencia visual,
cuando no esta agarrado a la barra, ya que en un terreno
irregular la deficiencia visual, le puede jugar una mala
pasada.
6) Facilitar en la justa medidas, las necesidades que puedan
tener los deportista en las partes que acompañan a la
actividad (hotel, hostal, almuerzos…)