155-2001-01-040601 del 7 de marzo de 2001 Ref.: Efectos del acuerdo de reestructuración que celebra una compañía respecto de sus codeudores solidarios. Se responde al escrito radicado en esta Superintendencia con el número 2001-01-014662 del pasado 27 de marzo. El él se informa que en el acuerdo de reestructuración suscrito por la sociedad XXXXXXXX. se reestructuró la obligación de esa compañía frente a una entidad financiera en lo relacionado con el capital y sus intereses. Respecto de los últimos se estableció que la nueva obligación se documentaría en un pagaré, sin indicar en ningún momento la forma en que se debería producir tal instrumentalización. Teniendo en cuenta que la obligación objeto de la reestructuración estaba consignada en otro pagaré en el cual figuraban los socios de la empresa como codeudores solidarios de la misma, se procede a responder los interrogantes que se formulan de la siguiente manera: 1. ¿Qué obligación adquieren los socios respecto del acuerdo de reestructuración de la sociedad, cuando en los títulos originales de deuda estaban vinculados como codeudores, fiadores o avalistas? De conformidad con los hechos que se describieron, la obligación que fue objeto de reestructuración se caracterizaba por ser solidaria desde el punto de vista pasivo, en la medida en que la compañía y cada uno de sus socios estaban obligados frente a su acreedor por el total de la obligación y éste último podía dirigirse contra todos los deudores conjuntamente, o contra cualquiera de ellos a su arbitrio1. Se trataba de una obligación consignada en un título valor a la cual se aplicaban todas las normas relativas a la solidaridad contenidas en el Código Civil Colombiano, en los artículos 1568 y siguientes. De hecho, el artículo 632 del Código de Comercio señala al respecto que "cuando dos o más personas suscriban un título valor, en un mismo grado, como giradores, otorgantes, aceptantes, endosantes, avalistas, se obligarán solidariamente". 1 Código Civil. Art. 1571. – "El acreedor podrá dirigirse contra todos los deudores solidarios conjuntamente, o contra cualquiera de ellos a su arbitrio, sin que por éste pueda oponérsele el beneficio de la división". Como consecuencia del comienzo de la negociación de un acuerdo de reestructuración en los términos y con las formalidades de la ley 550 de 1999, según lo establecido por el parágrafo primero del artículo 14, el acreedor cuenta con la posibilidad de escoger entre la compañía y los codeudores solidarios, y en caso de guardar silencio al respecto, se debe entender que hace valer su crédito contra el empresario, motivo por el que no puede iniciar nuevos procesos en contra de los codeudores y se suspenden aquellos que estén en curso. Lo anterior no quiere significar que por el hecho de participar en la negociación y de no hacer valer el respectivo crédito frente a los codeudores, sino en contra del empresario, se extinga la solidaridad propia de ese vínculo. La obligación continúa existiendo respecto de los demás sujetos pasivos de la relación, lo que ocurre es que durante la negociación el acreedor pierde la posibilidad de perseguirlos en aras de obtener el cumplimiento. La suerte del vínculo sólo cambiará conforme a lo que se llegue a estipular en el acuerdo de reestructuración que finalmente se celebre. Ahora bien, la reestructuración de la obligación puede consistir en la remisión total o parcial de la misma, puede implicar una novación ya sea objetiva o subjetiva, o bien, puede consistir en la simple prórroga de los términos inicialmente pactados, entre otros casos. En el caso de una remisión, el artículo 1575 del Código Civil establece que "si el acreedor condona la deuda a cualquiera de los deudores solidarios, no podrá después ejercer la acción que se le concede por el artículo 1561, sino con la rebaja de la cuota que correspondía al primero en la deuda"2; a no ser que tal condonación se refiera a todos los deudores. 2 Se debe entender que la norma hace referencia al artículo 1571, anteriormente citado. Por el contrario, si se trata de una novación, el 1576 dispone que "la novación entre el acreedor y uno cualquiera de los deudores solidarios, liberta a los otros, a menos que estos accedan a la obligación nuevamente constituida". Cosa diversa ocurre, si por medio del acuerdo se refinancia la deuda, se amplían los plazos, se dan facilidades de pago, se disminuyen o suprimen los intereses; en este caso no se extingue la obligación, porque los cambios se refieren a elementos accidentales que no alteran la estructura del vínculo. Se trata de modificaciones cuya trascendencia no llega a ser suficiente para extinguir la relación, motivo por el cual la solidaridad que existía entre los diversos deudores subsiste. No obstante, vale la pena aclarar que con relación a este aspecto, el artículo 1705 preceptúa que "cuando la segunda obligación consiste simplemente en añadir o quitar una especie, género o cantidad a la primera, los codeudores subsidiarios y solidarios podrán ser obligados hasta concurrencia de aquello que en ambas obligaciones convienen". De igual manera, según el artículo 1707, la simple mutación del lugar para el pago dejará subsistente la responsabilidad de los codeudores solidarios, pero sin nuevo gravamen. Por consiguiente, si lo que se estipuló en el acuerdo implica la extinción de la relación obligatoria, como en el caso de la novación, es claro que la solidaridad a su vez se extingue; mientras que en el caso de haberse pactado la modificación de un elemento accidental del vínculo, la relación será la misma y la solidaridad persistirá, pero sólo hasta concurrencia de aquello en lo que coincidan las dos estipulaciones, es decir, la inicial y aquella contenida en el acuerdo. Los casos del fiador y del avalista son un tanto diversos en la medida en que se trata de garantías personales, que por definición se caracterizan por ser accesorias a la obligación principal 3. Lo anterior implica que la extinción de la obligación principal en todo o en parte determine la extinción total o parcial de la garantía. Ahora bien, si por medio del acuerdo de reestructuración se producen aquellas modificaciones que no comportan una novación, el Código Civil establece en los artículos 1708 y 1709 que la mera ampliación del plazo de una deuda pone fin a la responsabilidad de los fiadores y la reducción del mismo implica que no pueda reconvenirse a los codeudores subsidiarios, sino cuando expire el plazo primitivamente estipulado. Asimismo, según los artículos 1706 y 1707, si se estipula el pago de una pena para ser pagada en el caso de no cumplirse la obligación que se pactó inicialmente, y se hacen exigibles la obligación y la pena, "los privilegios, fianzas, prendas e hipotecas subsistirán hasta concurrencia de la deuda principal sin la pena", y el cambio en el lugar en que debe producirse el pago no pone fin a la responsabilidad de los codeudores subsidiarios, del mismo modo en que ocurre respecto de los deudores solidarios. Código Civil Código Civil. Art. 2361. – "La fianza es una obligación accesoria, en virtud de la cual una o más personas responden de una obligación ajena comprometiéndose para con el acreedor a cumplirla en todo o en parte, si el deudor principal no la cumple. 3 La fianza puede constituírse no sólo a favor del deudor principal, sino de otro fiador". Código de Comercio, artículos 633 – 638. 2. ¿Las modificaciones a la forma que se va a pagar el capital se deben plasmar en un OTROSÍ en los títulos originales, o es suficiente el mismo acuerdo como soporte? En este último caso, ¿qué ocurre con la firma de los deudores solidarios iniciales? Si la obligación que fue objeto de reestructuración había sido consignada en un título valor y en el acuerdo de recuperación que suscribió la compañía con sus acreedores no se estipuló nada con relación a la suscripción de un nuevo título valor o a la firma de un otrosí en el existente, se debe entender que la empresa no está obligada a hacerlo; lo que significa que en tal evento, el acuerdo será el título que soportará la obligación reestructurada, según los términos y condiciones que se pactaron. Ahora bien, lo anterior no implica que los codeudores solidarios queden excluidos de la relación. De acuerdo con la explicación que se hizo en la respuesta anterior, siempre que por medio del acuerdo se reestructure la obligación a cargo de la compañía mediante modificaciones en sus elementos accesorios o accidentales (ampliación del plazo, reducción de los intereses, etc.) y no se produzca una novación que ponga por lo tanto fin a la solidaridad, el vínculo o relación obligatoria persistirá respecto de todos los obligados hasta concurrencia de aquello en lo que coincidan la obligación inicialmente estipulada y su posterior reforma. Por consiguiente, tales codeudores continuarán obligados con relación al respectivo acreedor en los términos descritos, a pesar de no haberse hecho mención a ellos en el acuerdo de reestructuración celebrado de conformidad con lo dispuesto en la ley 550 de 1999. 3. Con relación a la forma en que se pagarían los intereses, en el acuerdo se convino que se suscribiría un nuevo pagaré con el objeto de garantizar el cumplimiento de esa obligación. ¿Qué sucede en ese caso con la firma de los deudores solidarios iniciales, teniendo en cuenta que la obligación de pagar los intereses es accesoria a la obligación principal de pagar el capital? En el acuerdo de reestructuración la compañía se obligó expresamente a consignar en un título valor la obligación de pagar los intereses en la forma acordada con los acreedores. Ahora bien, es claro que los intereses constituyen un elemento accidental y accesorio de la obligación principal de pagar el capital y por consiguiente, si la solidaridad pasiva subsiste respecto de ésta, ocurrirá lo mismo con relación al pago de los intereses. Por lo tanto, aquello que se hubiere estipulado con relación a los últimos vinculará a los codeudores solidarios y por consiguiente se extiende a ellos la obligación de suscribir el nuevo título valor previsto por el acuerdo. 4. Los socios de la compañía tramitan en la actualidad un concordato. ¿Tal circunstancia constituye un impedimento o justificación para no firmar los nuevos títulos? Dentro de las efectos y consecuencias que se derivan de la apertura del trámite concordatario, la ley 222 de 1995 establece que el deudor no podrá realizar enajenaciones que no estén comprendidas dentro del giro ordinario de sus negocios, ni hacer pagos o arreglos relacionados con sus obligaciones, ni reformas estatutarias, razón por la cual los actos que ejecute en contravención de la anterior prohibición serán ineficaces de pleno derecho y darán lugar a la imposición de multas. Por lo tanto, será necesario solicitar la respectiva autorización a la autoridad que conozca del concordato, la Superintendencia de Sociedades en el caso de las personas jurídicas, llámense sociedades, cooperativas, corporaciones, fundaciones, sucursales extranjeras, y los jueces civiles especializados o del circuito cuando se trate de personas naturales, la cual se decidirá de plano mediante providencia que sólo tendrá recurso de reposición. El que los codeudores solidarios tramiten en la actualidad un concordato implica que se produzcan respecto de ellos los efectos antes mencionados, motivo por el que su actividad estará limitada en la forma prevista por la ley 222 de 1995 y la autorización de la autoridad que conozca del respectivo concordato, será indispensable para poder llevar a cabo cualquier pago o arreglo relacionado con sus obligaciones. Por ende, respecto del caso que se examina, será forzosa dicha autorización para suscribir los títulos valores a los que se refiere el acuerdo de reestructuración suscrito por su codeudora.