IMPACTO El árbol evolutivo de las aves Neoaves Gráfico: ©University of Illinois. Descifran el genoma de las aves Un equipo internacional de 200 científicos decodifica el ADN de 45 especies de aves distintas, representativas de todas las ramas actuales, lo que ofrece novedosas perspectivas sobre su árbol evolutivo y la aparición de caracteres como las plumas, el canto o la pérdida de dientes. Pedro Cáceres, coordinador de Comunicación de SEO/BirdLife “U na bandada de genomas”, “La evolución a vista de pájaro”, “¡Los dinosaurios están vivos!”... El pasado diciembre la prensa mundial se inundaba de titulares sobre la evolución de las aves. La revista Science dedicaba su portada y un despliegue inusual de ocho artículos a lo que muchos califican como un avance Página 8 Nº 17 Aves y naturaleza · 2015 histórico, el mayor estudio genético realizado sobre toda una clase de vertebrados: las aves. Para ello un equipo internacional de científicos ha analizado el genoma completo de 45 especies, representativas de todas las ramas aviares modernas. Los primeros hallazgos del Avian Phylogenomics Consortium, que ha movilizado a 200 investigadores de 20 países, ofrecen una nueva perspectiva sobre el árbol evolutivo de las aves y aportan claves sobre aspectos genéticos relacionados con el plumaje, la adquisición del canto, la evolución de los cromosomas sexuales, la pérdida de los dientes o la adaptación a los ambientes acuáticos. “Cuatro años de trabajo nos han permitido responder cuestiones fundamentales y a una escala sin precedentes”, dice uno de los líderes del proyecto, Guojie Zhang, del Instituto de Genómica de Pekín. “Es sólo el comienzo de una era excitante”, afirma por su parte Erich Jarvis, neurocientífico de la Universidad de Duke y codirector del Avian Phylogenomics Consortium. Para Jarvis, la treintena de artículos aparecidos en Science y otras publicaciones como Genome Biology y GigaScience han abierto un cajón de tesoros que está a disposición de la comunidad internacional para seguir investigando “Hasta ahora no había habido un estudio que de forma deliberada apuntara a toda la diversidad de un gran grupo de vertebrados”, dice Tom Gilbert, otro líder del proyecto. “Sólo así se puede analizar de verdad toda la diversidad genética de una clase entera”, añade. El árbol genealógico de las aves ha confundido a los biólogos durante siglos, pero ahora se puede aclarar cómo divergieron las ramas más primitivas y se aclaran dudas sobre el ancestro común de aves, cocodrilos y dinosaurios. Además de secuenciar 45 genomas nuevos, el equipo ha utilizado los de las tres aves que habían sido analizados hasta ahora y han añadido los de tres especies de cocodrilos “Cerca del 95% de las aves que conocemos hoy pertenecen al grupo Neoaves. Surgieron, al parecer, en un periodo de unos pocos millones de años. Y cuando muchas especies aparecen en poco tiempo es más difícil reconstruir las relaciones entre ellas”, afirma Siavas Mirarab, de la Universidad de Texas y coautor de uno de los estudios en Science. Pese a esas dificultades, existe ahora la certeza de que hubo un big bang evolutivo durante los 10-15 millones de años que siguieron a la extinción de los dinosaurios, hace 65 millones de años. La gran cantidad de nichos ecológicos que quedaron libres El caso de los pingüinos Los pingüinos antárticos están sometidos a frío extremo, vientos fuertes y cambios radicales en la luz y han desarrollado sistemas fisiológicos complicados para regular la temperatura y almacenar energía. El trabajo ha encontrado la base genética de sus adaptaciones y su historia evolutiva en respuesta a las variaciones del clima. El pingüino de Adelia aumentó de población hace unos 150.000 años cuando el clima se hizo más cálido, pero más tarde declinó un 40% (hace unos 60.000 años) durante un periodo glacial frío y seco. En contraste, el pingüino emperador ha permanecido estable, sugiriendo que está mejor adaptado a las condiciones antárticas, con rasgos, por ejemplo, como proteger sus huevos del frío incubándolos en los pies. Cocodrilos Los cocodrilos son los parientes vivos más cercanos de las aves, y comparten un ancestro común que vivió hace 140 millones de años que dio lugar a las aves a través de los dinosaurios. La inclusión de los cocodrilos en el estudio ha permitido contrastar y reconstruir parte del genoma del ancestro común de los arqueosaurios, el grupo que incluye a los cocodrilos, las aves y los dinosaurios extintos. Los investigadores han descifrado el genoma y comparado tres especies de cocodrilos, el caimán americano, el cocodrilo marino y el gavial indio. Curiosamente, mientras que las aves evolucionaron rápidamente, los cocodrilos lo han hecho lentamente. El ADN de organismos de evolución lenta es una mina de oro para los investigadores porque permite encontrar más cosas en la estructura genética. El color del plumaje ¿Cuándo evolucionaron las plumas con color? Habitualmente se entiende que el plumaje vistoso es una ventaja evolutiva, que confiere a los ejemplares macho de una especie un valor añadido respecto a sus competidores a la hora del cortejo. Un estudio publicado en la revista BMC Evolutionary Biology y con Guojie Zhang como autor principal asegura que los genes relacionados con la coloración de las plumas evolucionaron más rápido que otros genes en ocho de los 46 linajes de aves existentes. Las aves acuáticas tienen el número más bajo de genes relacionados con el color y el metabolismo de los betacarotenos, unas moléculas coloreadas; las aves terrestres tienen más del doble que las acuáticas. Nº 17 Aves y naturaleza · 2015 Página 9 IMPACTO Dos portadas iguales Curiosamente, el úlitmo número de Aves y Naturaleza y el de Science dedicado al genoma de las aves usaron la misma especie para su portada, el hoatzin (Opisthocomus hoazin). permitió un rápido surgimiento de especies. Esto contradice la idea popular hasta ahora de que las Neoaves florecieron entre 10 y 80 millones de años antes de la extinción de los dinosaurios. Hay también pruebas de que algunas de las aves terrestres - un grupo que incluye aves cantoras, loros, halcones, búhos, carpinteros y águilas - tienen un antepasado común que era un superdepredador situado en lo alto de la cadena trófica. El proyecto ha sido capaz de reconstruir las relaciones entre los grandes grupos de aves modernas. De las aves cuyos genomas han sido analizados en este estudio, sólo cinco no eran Neoaves. Las gallináces, pavos y patos (Galliansares) ocupan una rama separada del árbol de las aves. Avestruces y Tinamúes (Palaeognathae) emergen de otra rama, la más antigua del árbol. Otro de los descubrimientos es que las aves tienen un genoma sorprendentemente ligero. La mayoría de los genomas de vertebrados suelen portar un 50% de secuencias repetidas, pero sin embargo las aves apenas tienen un 5-10%, lo que hace que su genoma tenga un tamaño considerablemente menor. “Es un hallazgo llamativo porque es distinto de lo que se suele pensar y es que la innovación proviene del nuevo material genético, no de la pérdida del mismo. A veces, menos es más”, afirma el doctor Zhang. Un genoma sencillo Otro de los trabajos de Science compara los genomas de las aves actuales y los de vertebrados dentados, lo que ha permitido identificar mutaciones clave en las partes del genoma que codifican el esmalte y la dentina, constituyentes esenciales de los dientes. Al parecer, hubo cinco genes relacionados con la dentición que se desactivaron en el ancestro común de las aves hace más de 100 millones de años. El estudio añade evidencias a la hipótesis de que algunos caracteres han surgido de manera separada en diferentes grupos de aves, de manera que el parecido actual es debido a una cuestión de convergencia adaptativa y no de herencia. Ocurre por ejemplo con la capacidad de bucear utilizando las patas y con el aprendizaje del canto. Sobre este último, el proyecto ha publicado hasta ocho artículos distintos. Erich Jarvis afirma en uno de ellos que el canto evolucionó dos veces distintas o posiblemente tres entre paseriformes, loros y colibríes. Además, los genes relacionados con el canto son parecidos a los involucrados en la capacidad humana de hablar. Hay un grupo de 50 genes que han experimentado cambios tanto en las aves cantoras como en el hombre y que no han ocurrido en el resto de las aves ni en los primates incapaces de vocalizar. Esos genes tienen que ver con la formación de nuevas conexiones entre las neuronas del córtex motor y las neuronas que controlan los músculos que producen el sonido. “Es un momento estimulante”, dice Jarvis, “hay muchas cuestiones que pueden resolverse. Entré en este proyecto porque las aves me interesaban como modelo para saber más sobre el habla en los humanos, y me ha abierto perspectivas increíbles sobre la evolución del cerebro”. Nueve supercomputadores y el equivalente a 400 años de uso de CPU se necesitaron para secuenciar el genoma de las 45 especies. Las muestras eran tejidos musculares congelados en los últimos 30 años por distintos museos. El trabajo es obra de The Avian Phylogenomics Group, compuesto por 200 investigadores de 80 instituciones de 20 países. Erich Jarvis, neurocientífico de Duke es el codirector, junto a Guojie Zhang del National Genebank en China y Tom Gilbert del Natural History Museum de Dinamarca. En avian.genomics.cn. se está creando una base de datos que estará accesible a otros investigadores. Página 10 Nº 17 Aves y naturaleza · 2015 AAAS/Carla Schaffer Un gran esfuerzo científico internacional Algunas de las aves analizadas en el estudio, fotografiadas en el Museo Nacional de Historia Natural de Washington.