Gestión del Conocimiento en Educación Distancia: Potencial de los Ambientes Virtuales Manuel Moreno Castañeda "¿Dónde quedó el conocimiento que hemos perdido en la información, y dónde quedó la sabiduría que hemos perdido en el conocimiento?" T.S. Elliot (The Rock, Canto I). Resumen El propósito de este escrito es realizar un análisis del potencial de la educación a distancia en ambientes virtuales para la gestión del conocimiento, en sus procesos fundamentales de generación, socialización, aplicación y recreación. El punto de partida es una descripción de cómo se mueve el conocimiento en un sistema educativo tradicional considerando la forma en que se genera, llega y se distribuye mediante procesos como los acervos bibliográficos y documentales, la gestión curricular, la docencia y la extensión. Por otra parte, pero en el mismo sentido, se analiza cómo las cualidades de la educación a distancia pueden contribuir a nuevos modos de gestionar el conocimiento, en especial cuando se hace mediante los ambientes virtuales que propician las tecnologías de la información y la comunicación. Como telón de fondo, se tiene presente la premisa de que tanto la educación a distancia como los ambientes virtuales, por su cuenta o integrados, propician, pero no determinan, mejoras en la gestión del conocimiento; para ello son más determinantes las condiciones sociales e institucionales en que suceden, concretamente, la cultura y prácticas organizacionales 1 que controlan los procesos académicos, sea a nivel de políticas o de las actividades cotidianas. Conceptos clave: información, conocimiento, gestión del conocimiento, educación a distancia y ambientes educativos virtuales. Ante cada nuevo reto, las instituciones asumen diversos roles, que pueden ser de distintos grados y matices entre los extremos del conservadurismo y la ruptura total; así sean las familias, las iglesias, las organizaciones políticas, las asociaciones gremiales y, por supuesto, las instituciones educativas. Frente a los nuevos retos que plantea la globalización, la liberación de los mercados y el desarrollo de la ciencia y la tecnología, las instituciones se encuentran ante serios dilemas qué resolver, para lo cual unas optan por replegarse en el tradicionalismo que les ofrece seguridad, en tanto que otras los asumen y tratan de cambiar. Pero de cualquier manera, ninguna escapa a su carácter histórico y, como creaciones humanas que son, cambian o desaparecen cuando pierden su razón social de ser, o se enconchan para sobrevivir en forma de mitos y ritos que responden a creencias de los sectores más tradicionales de la sociedad. Una gran diversidad de interrogantes pueden surgir en esta situación, entre ellas las que se asientan en el epílogo: "¿Dónde quedó el conocimiento que hemos perdido en la información, y dónde quedó la sabiduría que hemos perdido en el conocimiento?" De ahí se desprenden otras inquietudes como ¿dónde quedó el conocimiento que no llegó a la escuela?, ¿dónde quedó el conocimiento escolar que no trascendió a la vida para volverse sabiduría?, ¿puede la escuela convertir la 2 información en conocimiento y el conocimiento en sabiduría? Y ya ubicados en el tema de este escrito: ¿cómo la educación a distancia en ambientes virtuales puede propiciar mejores condiciones para una gestión de conocimiento donde éste, de manera más oportuna y significativa, trascienda en mejores condiciones de vida y convivencia? Contribuir en algo a este propósito, es la principal intención de esta presentación. Con el fin de realizar este análisis del potencial de la educación a distancia en ambientes virtuales para la gestión del conocimiento en sus procesos fundamentales, en este texto se empieza por hacer aclaraciones conceptuales con respecto al conocimiento; luego se explican algunos procesos sobre su gestión, tanto a nivel global como en todos los ámbitos sociales. Enseguida se describe como se mueve el conocimiento en las instituciones educativas tradicionales, con el propósito de entender las peculiaridades que ese movimiento puede tener en la educación a distancia, especialmente si ésta se realiza en ambientes virtuales propiciados por las tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Finalmente, se concluye con algunas reflexiones y propuestas para aprovechar mejor las peculiaridades y fortalezas de estas modalidades educativas. Acuerdos Conceptuales Definir el conocimiento no es nada fácil, puesto que depende de muchos factores; entre ellos, las disciplinas desde las que se define y la profundidad y amplitud de la explicación deseada. Así que se puede ir desde lo más simple como tomar la definición de la Real Academia Española en su primera acepción: “acción y efecto de conocer” (RAE, 2001), y entender el conocer como la acción de “averiguar por el ejercicio de las facultades intelectuales la naturaleza, cualidades y relaciones de las cosas” (Ibídem); hasta ahondar en el significado de este concepto desde múltiples disciplinas como la 3 filosofía, psicología y, sobre todo, la epistemología. Sin embargo, aquí se abordará, quizá muy pragmáticamente, desde una visión que ayude a entender lo que sucede en las instituciones educativas y cómo esto puede mejorar su gestión. En ese entendido, se propone entender el conocimiento como los procesos y resultados intelectuales y culturales que trascienden en los modos de entender la vida y de vivirla; de ahí que toman sentido en la toma de decisiones que dan orientación a la vida cotidiana y de largo plazo. Las acciones para conocer son de una gran diversidad y de distintos niveles de complejidad, pues tienen que ver con percibir, indagar, imitar, cuestionar, categorizar, analizar, comparar, sintetizar, dialogar, entre otras más, que van desde la simple recopilación e interpretación de datos y manejo y análisis de información y, luego, mediante el diálogo entre los seres humanos y la contrastación con la realidad, se convierte en conocimiento, hasta que el conocer se vuelve saber, al ayudar a vivir y convivir mejor. Claro que no todo, ni todas las personas en la vida se guían por conocimientos; también se valen de creencias, en las que no entran dudas, ni cuestionamientos, pues simplemente se cree porque se confía en algo o alguien; lo mismo pueden ser dogmas religiosos que permiten o prohíben la autonomía de pensamiento, que creencias comunitarias heredadas, sin que se sepa su razón su u origen. En síntesis, se trata de creencias cuando el valor se otorga a lo creíble, no tanto a la verdad. Por otra parte, cuando se va en búsqueda de certezas, lo confiable suele ser recurrir a las evidencias palpables y medibles. Para ese efecto se tienen los datos, como unidades de información y conocimiento que son; aunque sólo como colección de hechos y medidas, sin un contexto o situación que les dé sentido, dado que como lo dice Gordó: “los datos no contienen un significado inherente, sino que dependen del 4 contexto” (2010, p. 86). Claro, no por carecer de significado propio carecen de valor, pues por sus propias características son manejables para efectos de informar y conocer. Como puede apreciarse, el dato es mucho más preciso, pues no da lugar a interpretaciones personales o contradictorias, puede ser compartido por cualquier persona que domine los conocimientos necesarios y también tiene la cualidad de ser registrado, almacenado y utilizado posteriormente. (Infante Bonfiglio, Ceballos de la Rosa, Charles Lara, Benavides Martínez y Rebolloso Gallardo, 2007, p. 127). Los datos tienen sentido cuando forman parte de información estructurada, que a su vez se convierte en conocimiento cuando cobran significado para la vida de las personas, mediante la interacción dialógica entre éstas y con la realidad. En ese mismo orden de ideas, la información son datos organizados con sentido en un contexto significativo. Así, según Gordó, “se puede entender como un mensaje que interpreta unos datos determinados dentro de un contexto adecuado, y les añade diferentes valores, ya que los contextualiza, categoriza, calcula, corrige, etc.” (2010, p. 87). Y como el mismo autor señala: “al igual que los datos es almacenable y transmisible. Las organizaciones han de tener la información al alcance de quien la necesite y cuando la necesite. Entonces hablamos de gestión de la información” (ibídem); generalmente este es el nivel en que se manejan las instituciones, incluidas las educativas, puesto que son informaciones las que suelen incorporar en sus planes de estudio, cursos, libros de texto y demás recursos, aunque lo ideal sería manejarse en el nivel de los conocimientos y los saberes. Cuando se hace referencia al conocimiento, ya la información cobra significado en las decisiones del actuar cotidiano de las personas. Desde luego que la información 5 por sí misma no se convierte en conocimiento; “… para que exista conocimiento debe existir un sujeto que conozca” (ibídem), bien sea por sus propias reflexiones sobre la información, la manera como la relacione con la realidad o el modo en que la transforme al cuestionarla en los diálogos con las demás personas. De esta manera, el conocimiento es tanto un proceso de interacciones como un producto social. Con respecto a las instituciones educativas, “si bien el conocimiento se constituye como cualidad humana y como característica social, se condensa en instituciones que lo valoran, lo especializan y lo seleccionan para transmitirlo, imprimiéndole su sello particular” (Infante Bonfiglio et al., 2007, p. 132). Para eso se formulan los currículos y se implementan sus maneras de gestionarlo en las escuelas. Cuando la conjunción integral de conocimientos se acrisola en saberes, que se integran a las actitudes y acciones para mejorar la vida personal y la convivencia con los demás, entonces se habla de sabiduría. Gestión del Conocimiento La gestión del conocimiento, entendida de entrada con la diversidad de procesos que intervienen en su generación, organización, socialización, aplicación y recreación; se da de diversos modos según la situación y estrategias institucionales, así como las circunstancias, micro o macro, a que deba enfrentarse. Para esos efectos es esencial, además, tener claro lo que se entiende por conocimiento y sus modos de gestación y gestión, lo que implica que se vea desde distintas dimensiones: El conocimiento como proceso y como producto. El conocimiento tácito y explícito. Los conocimientos de corta y larga duración. El conocimiento endógeno y exógeno. 6 El conocimiento como insumo docente y como insumo de aprendizaje institucional. Y otros modos que pueda haber, según sean nuestros enfoques e intereses de estudio. Visto como proceso, tiene relación con las maneras en que se mueve desde el modo de su generación, como se organiza, comparte, aplica y recrea, mientras que como producto se puede expresar en publicaciones, tecnologías y otras formas que, en parte, lo objetivizan; aunque nunca el conocimiento es algo concreto y tangible, es siempre un proceso y producto de interacciones. De acuerdo a sus características, es que se buscan modos para su gestión, como el hecho de clasificarlo en tácito o implícito y explícito o expreso. Conocimiento implícito, también llamado tácito, es el que cada persona y grupo posee y vive en su cotidianeidad, aunque no se manifieste; o como lo plantea Gordó citando a Polanyi: “responde al ‘saber hacer’ individual o colectivo, y a ciertos valores que guían nuestra actuación sin darnos cuenta” (2010, p. 84). Mientras que el explícito es el que se evidencia, registra y puede organizarse para que se aproveche en cada ámbito de vida y trabajo; y Gordó lo explica como “aquel conocimiento representado con diferentes códigos (orales, escritos, gráficos, documentales, etc.) es decir, estructurable, almacenable, catalogable y susceptible de ser transmitido y difundido” (ídem, p. 85). También se puede hablar de conocimientos de poca duración cuando se conocen datos que pronto pierden vigencia, técnicas que luego son superadas o instrumentos que en poco tiempo se sustituyen por otros; o de larga duración como el 7 conocimiento de procesos, manejo de la información, estrategias para enfrentar lo incierto o el saber trabajar con los demás, conocimientos que siempre se requieren. Por lo que se refiere a su carácter endógeno o exógeno, es importante considerar si la información y el conocimiento se producen dentro o fuera de la institución, las maneras como se genera, fluye y se valora para el cuidado de su oportunidad, calidad y pertinencia. En cuanto al aprovechamiento del conocimiento, habrá que tomar en cuenta, que principalmente se utiliza como contenido de programas académicos y como insumo para el aprendizaje institucional, aunque no son funciones separadas, pues la relación entre ambas es esencial para las organizaciones educativas. Así pues, hay que evitar perder de vista las peculiaridades y multidimensionalidades del conocimiento y sus procesos de gestión, puesto que no es un elemento tangible, fácil de manipular; es y se da siempre en un proceso de interacción y lo manejable, en todo caso, son sus componentes informativos, en consonancia con Gordó, quien considera: El conocimiento es un concepto demasiado abstracto para ser gestionado. Lo que si podemos gestionar es el proceso de materialización de ese conocimiento en información, la comunicación de dicha información y la abstracción de información en conocimiento, ya sea compartiéndolo o ya sea creándolo. No podemos gestionar el conocimiento sino sólo los procesos de crear, compartir, transferir y usar dicho conocimiento. (Ídem, p. 87). La Gestión del Conocimiento en las Instituciones Educativas Obviamente, donde la teoría se pone a prueba es a la hora de que los proyectos deben aplicarse. En ese sentido, Infante hace énfasis en los retos que se presentan para 8 avanzar hacia la sociedad del conocimiento, precisando los siguientes: “a) Acceso a la economía del conocimiento; b) El desarrollo desigual de conocimientos según los sectores; c) ¿A quién pertenecen los conocimientos; d) problemas de confianza; e) Sociedad sin memoria; f) fragmentación de los saberes” (Infante Bonfiglio et al., 2007, p. 144). Tales retos son aplicables tanto a escala global como en la cotidianeidad escolar, en donde es posible apreciar cómo se concentra la posibilidad de acceder y poseer conocimientos según el sector social y el potencial económico que se tenga, la problemática de la confiabilidad en la validez del conocimiento, la memoria colectiva que se pierde y a lo que se ha llegado debido a la sobre-especialización y fragmentación de los saberes. Los modos en que se mueve el conocimiento difieren en cada entorno social, como ocurre con las maneras en que se mueve dentro y fuera de las instituciones educativas. Así mismo, habrá que diferenciar sus modos y estilos de gestión según los modelos y modalidades educativas. La educación, como proceso inherente al desarrollo, históricamente se institucionaliza para legitimar lo que se debe aprender y cómo debe ser aprendido; y como elemento esencial de esos contenidos y procesos, los conocimientos validados y los modos en que se gestiona. De esta manera, las escuelas se convierten en las instituciones por excelencia para la generación, conservación y socialización del conocimiento. No obstante, para saber cómo se dan esos procesos en una situación escolar concreta, conviene dar un vistazo a la manera en que, en la cotidianeidad, llegan los conocimientos a la escuela: cómo hace su recorrido escolar por las instancias académicas, los profesores, el currículum, libros de texto, bibliotecas y modernos medios de información. En este transitar, existe una instancia que debe validar la 9 legitimidad del conocimiento e informaciones que ahí se expliciten. Para ello conviene plantearse preguntas como las siguientes: ¿Cómo se mueve el conocimiento entre la sociedad y la escuela? ¿Cómo se generan y de dónde vienen los conocimientos que llegan a la institución? ¿Cómo fluye el conocimiento en las actividades académicas cotidianas? ¿Cómo se comparten los conocimientos al interior y con el exterior de la institución? ¿Cómo se aplica el conocimiento en los procesos académicos para los que fue creada la institución y para el mejoramiento de la institución misma? ¿Cómo se recrea el que llegó o se generó en la institución después de ser aplicado y analizado? Si se quiere conocer con mayor precisión el dinamismo con que fluye el conocimiento, hay que intentar medir los tiempos de su velocidad, calculando: El tiempo que tarda el conocimiento nuevo en llegar a las instancias responsables de las reformas curriculares, El tiempo que tarda una propuesta curricular en ser tramitada por los órganos escolares, El tiempo que transcurre para que los profesores lo incorporen en las actividades cotidianas, El tiempo que pasa para que los conocimientos se transformen en saberes tácitos de los docentes para ser incorporados en la mejora de las prácticas educativas, y El dinamismo con que fluyen los conocimientos en los acervos de la biblioteca. En esta situación: 10 ¿Qué podemos decir de las instituciones educativas, hasta qué punto con sus formas y modos de ser son todavía necesarias y cumplen su función, cualquiera que se crea que cumple? ¿Hasta dónde la organización y modos de gestión universitaria la posibilitan u obstaculizan? ¿Se intenta darles más vida a las escuelas, o más bien se piensa en nuevos sistemas educativos? Sin duda, en las circunstancias y con la organización y procedimientos académicos actuales, es imposible que mejore la gestión del conocimiento; para hacerlo es necesario superar inercias y rutinas de la cultura y prácticas organizacionales. Hay que empezar por superar creencias y ritos de la escuela tradicional, que obstaculizan la fluidez y oportunidad del conocimiento; como ejemplo de éstos cabe mencionar: a) Que los conocimientos deben ser validados por una larga y lenta cadena de autoridades personales y colegiadas, para adquirir carta de legitimidad; b) El considerar como legítimos sólo los conocimientos que se adquieren en el salón de clases; c) Que el conocimiento legítimo es solamente el que está validado en el currículo escolar; d) Que el conocimiento necesariamente debe pasar por el canal de la docencia; y e) El privilegiar la información como objeto de aprendizaje, antes que la creación y socialización de conocimientos y saberes. En fin, son tantos los obstáculos burocráticos que restan fluidez y oportunidad a la movilidad del conocimiento que, cuidadas las debidas proporciones y contextos, 11 las modernas certificaciones de lo que debe considerarse como contenido de aprendizaje y la validez que se la da al conocimiento si este está o no certificado institucionalmente, hace recordar el antiguo Nihil obstat de la Iglesia Católica. Para entender y mejorar la gestión del conocimiento en las instituciones educativas, habría que conceptualizar y analizar su movilidad en la cotidianeidad escolar y su contexto; analizar sus implicaciones organizacionales, es decir, cómo la propicia u obstaculiza la organización actual y cómo tendría que modificarse para que favorezca su gestión. Entre las formas de modificar a las instituciones educativas, están las diversas modalidades, en las que fundamentalmente cambian las circunstancias espaciotemporales, los medios de comunicación e información y la organización escolar, con lo que propician nuevos modos de conocer y aprender. En el siguiente esquema se observa de qué modo, en un aula tradicional el acceso al conocimiento así como la posibilidad de su recreación junto con otros, se limita a un espacio y tiempo fijos; en tanto que en la educación a distancia, como tele educación, esta posibilidad supera los espacios, con acervos abiertos como pueden ser la bibliotecas a las que se accede en cualquier tiempo, y en los ambientes virtuales la accesibilidad se logra desde cualquier tiempo y lugar. Circunstancias espacio-temporales donde se accede al conocimiento institucionalizado Tiempo fijo Tele educación Aula tradicional Lugar fijo Lugar flexible Acervos físicos Ambiente virtual Tiempo flexible 12 Desde luego que para lograr que las circunstancias escolares sean propicias, se requiere de voluntad y acciones institucionales para: - Desburocratizar su movilidad y que fluya con dinamismo, - Que supere los estancos de las funciones académicas, - Que realimente el currículo de manera permanente, - Que se transforme en saberes para vivir mejor, - Que sea propicia su aplicación y recreación, - Que llegue a las áreas de decisión y los responsables de las políticas lo aprovechen. Peculiaridades de la GC en la Educación a Distancia en Ambientes Virtuales Diversidad de modelos y modalidades Al ver la educación a distancia como una modalidad educativa, se le entiende en este escrito como una variante de un modelo educativo, y éste como representación de una realidad o una idealidad educativa: cuando se visualiza su orientación social y filosófica y fundamentos científicos en sus procesos formativos esenciales. En ese orden de ideas, se le llama modelo académico, cuando ese modelo se inserta en una institución educativa. Un modelo puede tener diversas modalidades según sean las circunstancias en que suceda, modalidades que a su vez pueden tener sus propias variantes. Los modelos, modalidades y variantes que resultan de todas las combinaciones posibles, producen tal diversidad que no se puede hablar de un modo y forma única de diseñar y operar una práctica educativa. Lo interesante en este caso es indagar sobre las posibilidades de todas esas variantes académicas, específicamente la educación a distancia en ambientes virtuales, 13 para propiciar mejores condiciones para la gestión del conocimiento, de manera que esas condiciones sean aprovechadas. De ahí la pregunta que guía este texto: ¿las estrategias y tecnologías de la educación a distancia en ambientes virtuales, propicia una mejor gestión del conocimiento que las escuelas tradicionales? Sin duda, las modificaciones en las circunstancias y procesos educativos que se realizan en cada modalidad, propician condiciones diversas para la gestión del conocimiento; así los sistemas abiertos flexibilizan los tiempos y los modos para su acceso y tratamiento. La educación a distancia, por ejemplo, permite acceder a la información y el conocimiento, así como a su construcción social desde diferentes lugares, cercanos o lejanos; y la educación en ambientes virtuales, que diversifica y aumenta las fuentes de información, flexibiliza lugares, tiempos y modos de acceder a ella y su procesamiento, además de que amplía las posibilidades de comunicarse e interactuar colectivamente para su construcción social. Sin embargo, para que todo este potencial se aproveche, se requiere de modelos y procesos académicos institucionales que lo faciliten. En el cuadro siguiente se exponen algunos aspectos de estas posibilidades según los modos como se organizan y operan el contexto organizacional, los modos docentes y la gestión curricular en diversas modalidades académicas. Se destaca como una modalidad que tiende a la diversificación de ambientes y procesos educativos, una alternativa viable para que el conocimiento se genere, fluya, se comparta y aplique de manera más dinámica, pertinente y oportuna en las instituciones educativas: al interior de ellas, para hacerlas más eficientes; y con el entorno, para hacerlas más efectivas. GESTIÓN DEL CONOCIMIENTO EN DISTINTOS AMBIENTES EDUCATIVOS Según circunstancias Según de docencia Según currículo 14 institucionales Aula tradicional Conocimiento canalizado vía docencia y textos que reproducen el currículo oficial en tiempos y espacios delimitados. Obligatoria, que puede caracterizarse por ser: unidireccional, autoritaria, democrática, facilitadora y significativa. Rígido y cerrado. Trayectoria abierta Conocimiento expresado en un currículo, cuya trayectoria puede cursarse en tiempos y espacios libres. Obligatoria u optativa, con diversas características. Puede ser o no de contenidos cerrados, pero de trayectoria libre. A distancia Conocimientos curriculares que son canalizados mediante la docencia y materiales educativos para quienes habitan en lugares distantes y diversos. Obligatoria u optativa, con diversas características. Rígido, cerrado, abierto y flexible. Virtual Posibilita el acceso libre y directo a diversas fuentes de información, y facilita una mayor interacción y diálogo para la construcción social del conocimiento; aunque un currículo cerrado y una docencia limitante pueden limitar esas posibilidades. Obligatoria u optativa, con diversas características. Rígido, cerrado, abierto y flexible. Ambiente diversificado Aprovecha lo mejor de cada ambiente para adecuarse a la diversidad de condiciones de vida y características de los estudiantes; así como al tipo de conocimientos y tecnologías disponibles. Favorable a la diversificación de ambientes y procesos educativos. En ese mismo sentido, abierta a la diversificación de fuentes de información y conocimientos. Abierto y flexible, con posibilidad de ser compartido y diversificado. Una conclusión previa en este caso sería que, sin duda, las distintas modalidades académicas, con sus estrategias y tecnologías, son buenas oportunidades para innovar en la gestión del conocimiento; pero su viabilidad, pertinencia y 15 trascendencia, están condicionadas por las políticas y medidas que se tomen en la dimensión de lo político y la gestión institucional. De la revisión de las variantes, se deduce que el avance de las TIC por sí mismas, propician una mejor gestión del conocimiento por la manera en que potencializan los contactos y la interacción entre las personas, superando problemas de tiempo y espacio; además por fortalecer y mejorar las posibilidades de acceder a la información, organizarla, procesarla, transferirla y aplicarla. Pero no determinan ni garantizan que así sea, pues también requerirían de cambios en las circunstancias y procesos institucionales donde el conocimiento se gesta y gestiona. ¿Cuál puede ser la contribución de la educación a distancia en ambientes virtuales? En este entorno de diversidad y de acuerdo con propuestas que tiendan a la diversificación, conviene tener claridad en lo que pueden aportar las nuevas modalidades educativas, con el apoyo de las TIC, para una gestión del conocimiento en constante mejora. En un primer vistazo hay que percatarse de que la educación a distancia, por sus propias estrategias, propicia que el acceso a la información pueda realizarse desde cualquier lugar; asimismo, facilita la comunicación para la construcción colectiva del conocimiento. Para tales propósitos utiliza tecnologías de diversos tipos y épocas que, entre otras acciones, sirven para: Captura y almacenaje de datos e información; Diseñar, categorizar y organizar la información; Buscar, acceder y distribuir información y materiales educativos; Propiciar espacios de comunicación permanente para la generación colectiva de conocimiento; y 16 Lograr una vinculación global y multimedial para el acceso, creación, socialización y aplicación del conocimiento. Sin embargo, para que ese potencial se aproveche, se debe ir más allá de los instrumentos tecnológicos y descubrir qué cualidades humanas se poseen para la gestión del conocimiento aparte de las tecnologías mismas; por ejemplo, para: Las múltiples y complejas percepciones sensoriales humanas, que en mucho superan las tecnologías multimedia; Establecer conexiones personales; Acceder a la información y a los procesos de conocimiento; La reusabilidad del conocimiento, que cotidianamente se comparte y recrea; Las interacciones, que a diario se efectúan en relación con el entorno. Esta manera de enfocar la gestión del conocimiento en ambientes virtuales, deriva en la necesidad de una conjunción conceptual y operativa de los sistemas de información, tecnologías para la comunicación y procesos de conocimiento. Un modo interesante de verlo es como lo plantea Infante: Por otro lado, si al conocimiento se le relaciona con otros dos elementos fundamentales de la sociedad actual, como la tecnología y la información, resulta de mayor importancia su estudio; la tecnología no sólo puede considerarse un producto del conocimiento, sino también un factor impulsor para iniciar nuevas búsquedas de otros conocimientos o de otras líneas de aplicación. … El conocimiento, en contraparte, es un organizador de la información y un orientador de la tecnología, es algo que le otorga sentido a ambos; por ello, ante un mundo tecnificado y lleno de información, el conocimiento es lo que le da el carácter social a ambos. (Ídem, p. 127). 17 En síntesis, al referirse a la gestión del conocimiento en la educación a distancia en ambientes virtuales, se plantea la tecnología como resultado del conocimiento y apoyo para informar y conocer; el conocimiento como creador de tecnología, organizador de la información y orientador en la toma de decisiones, en este caso, de las decisiones educativas que buscan la trascendencia social. Determinantes Sociales e Institucionales en la Gestión del Conocimiento Sin duda, las modalidades académicas no áulicas y los nuevos sistemas informáticos son una potente herramienta para una gestión del conocimiento dinámica, oportuna y significativa; pero lo que determinará esa fluidez, oportunidad y pertinencia, no depende sólo de estas herramientas. Por más que ayuden y propicien las condiciones, serán las condiciones sociales, y a partir de ahí las institucionales, las que tengan mayor influencia; entre otros factores que influyen, cabe mencionar: - Las políticas educativas. - Normas y prácticas administrativas con respecto a la gestión del conocimiento. Sea que este fluya libremente o se le burocratice en estancos de investigación, docencia y extensión. - El diseño de los procesos académicos, como los planes de estudio con sus contenidos y procesos; los programas educativos y cursos; las interacciones entre los actores y contenidos; los objetos de aprendizaje; y de la evaluación. - Los criterios y estrategias de gestión curricular. - Procederes y espacios cotidianos para aprender y enseñar. - La manera como la institución genera y aplica los nuevos conocimientos para su propio aprendizaje institucional. 18 - El desarrollo y gestión de acervos de información y conocimientos (bibliotecas, bases de datos, documentos de apoyo y objetos de aprendizaje). Si estas políticas, criterios, normas y procedimientos cotidianos, se conciben para una gestión dinámica, libre, oportuna, suficiente y pertinente del conocimiento; entonces los entornos virtuales propiciados por las TIC pueden ser aprovechados, en todo su potencial, en casos de: - Generación de conocimientos, mediante el uso de equipo y software. - Accesibilidad libre y directa a fuentes de información para todos, sin canales obligados y únicos. - Asequibilidad de conocimientos y saberes. - Percepción sensorial del tiempo y espacio. - Memorización humana y técnica. - Apoyo a los procesos de cognición, para el desarrollo de habilidades como el análisis, la síntesis, la conceptualización, la representación de información y conocimiento a través de figuras y signos, entre otras. - Organización y procesamiento de la información. - Socialización mediante diálogos constructivos. - Reusabilidad del conocimiento, por el conocimiento mismo y por la digitalización de la información. Es preciso tener presente que las tecnologías entendidas como extensiones de las facultades de las personas, facilitan y fortalecen lo que humana, profesional e institucionalmente se es capaz de ser y hacer. Por lo tanto, la capacidad de gestionar el conocimiento organizacional, depende de la capacidad de la organización para 19 aprovechar y potencializar el conocimiento individual y colectivo de sus integrantes y del exterior, para sí misma y para los demás. Conclusiones Previas Si bien el análisis de cualquier proceso u objeto de la realidad conduce a múltiples interrogantes que guían los estudios, cuando se perciben algunas respuestas a ciertas búsquedas, lo más probable es que surjan nuevas interrogantes, sin que, necesariamente, se hayan terminado de contestar las primeras; de manera que no es extraño que persistan dudas como: ¿Qué es el conocimiento? ¿Cómo se construye? ¿Cómo se mueve y se comparte? ¿Con qué obstáculos y limitaciones se enfrenta? En esta misma tesitura, se encuentra, especialmente, la principal pregunta de este escrito: ¿cómo la educación a distancia en ambientes virtuales puede propiciar mejores condiciones para una gestión de conocimiento donde éste, de manera más oportuna y significativa, trascienda en mejores condiciones de vida y convivencia? Es difícil dar una respuesta definitiva, pero sí es posible avanzar aportando algunas orientaciones, estrategias y principios de actuación, para ir hacia la dirección deseada; sin que eso signifique que sea una vía válida para toda situación y para todas las instituciones. Se trata más bien de compartir lo aprendido, en congruencia con lo tratado en este ensayo. Para empezar, cabe la reiteración de que hay que entender las tecnologías como extensiones de las facultades de las personas, que en ese sentido facilitan y fortalecen las capacidades para ser y hacer lo humana, profesional e institucionalmente posible. La diversidad de recursos tecnológicos aplicables a la educación propicia la innovación para una mejor gestión de la información y el conocimiento, pero no la 20 determinan ni la garantizan. Así mismo, las interacciones entre las circunstancias en que suceden los procesos educativos con respecto a los procesos mismos, afectan a ambos, pero no se determinan. Los factores determinantes más bien radican en las determinaciones sociales e institucionales, que se desprenden de las políticas y las gestiones organizacionales. Desde esta perspectiva, un gran reto de las instituciones educativas, como en todas las organizaciones, pero con un mayor compromiso por tratarse de instancias sociales creadas para la gestión del aprendizaje y el conocimiento mismo, es saber convertir el conocimiento implícito en explícito. Hay que recordar que por los modos en que el conocimiento surge y se comparte entre las personas, entre las instituciones, entre las naciones y en su proceso de recreación; el conocimiento que se maneja en la escuela tiene diferentes orígenes y ritmos de flujo, sea porque se genere interna o externamente, en instituciones tradicionales o en instituciones virtuales que, centradas en la docencia o el aprendizaje, pretenden responder a la gestión institucional del currículo, conforme a modelos educativos, que a su vez responden a determinadas políticas. Propuestas Como resultado de estas reflexiones, emanadas de diversas experiencias vividas y conocidas, así como de estudios realizados; se derivan una gran variedad de propuestas, como las que a continuación se mencionan. 1. Desarrollar organizaciones institucionales que, a partir de proyectos educativos innovadores, propicien modalidades y ambientes educativos diversificados, donde el conocimiento fluya con dinamismo, oportunidad y equidad, así como las posibilidades para acceder a él y a su organización, aplicación y recreación. Todo 21 ello mediante el aprovechamiento de entornos virtuales propiciados por las tecnologías para la información y la comunicación. 2. Para propiciar un ambiente favorable para la gestión del conocimiento: Promover entre el personal universitario diversas acciones para compartir y generar conocimiento; Crear espacios comunes y redes para compartir el conocimiento; Promover y apoyar comunidades de práctica; Propiciar y difundir prácticas tendientes al uso óptimo de las TIC; y Desarrollar una cultura organizacional, basada en el conocimiento como fuente del aprendizaje institucional. 3. Que las IES se organicen para generar conocimiento abierto, hacia espacios comunes que: a) Propicien relaciones horizontales, b) Faciliten la colaboración dinámica, c) Propicien fluidez para la movilidad del conocimiento, d) Contribuyan a la construcción social de conocimientos, e) Tejan redes para una globalidad alternativa, f) Desarrollen instrumentos que faciliten la colaboración y g) Reduzcan las brechas académicas y tecnológicas. Y en vinculación con la comunidad, además de la labor de sus egresados: - Incorporen los saberes comunitarios, - Creen redes de conocimiento, - Establezcan telecentros comunitarios, 22 - Proporcionen educación en el lugar de trabajo, - Propicien la realimentación curricular, - Generen programas académicos conjuntos; - Compartan los acervos e - Incorporen como asesores a personas de la comunidad. Para finalizar este escrito, una recomendación: tener siempre presente que si las instituciones educativas fueron creadas como entornos para crear, compartir y aplicar y aprender conocimientos, son las primeras obligadas en organizarse como instituciones que aprenden. Sería muy trágico hablar de instituciones educativas con problemas de aprendizaje. Fuentes de información Andreu, R. y Sieber, S. (1999). La gestión integral del conocimiento y del aprendizaje. Economía industrial, núm. 326, pp. 63-42. En Dialnet. Recuperado el 8 de octubre de 2010 de http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=140115 Glenn J. C. & Gordon, T. J. (2007). 2007 State of the future. Washington, D. C.: The Millennium Project. World Federation of UN Associations. Gordó i Aubarel, G. (2010). Centros educativos: ¿Islas o nodos? Los centros como organizaciones-red. Barcelona, España: Graó. Miklos, T. y Arroyo, M. (Coords.). (2008). 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